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Era solo una broma por Yusei156

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Notas del capitulo:

Bonita madruga o inicio de día (aquí en México son las 12:05 am) sé que sobrepase mi límite de una semana para publicar mi siguiente capítulo pero fue por dos razones. Primero he tenido al rededor de 5 exámenes esta semana. Segundo hoy ya es un mes entero de que se está publicando este fanfic.

Muchas gracias a todos aquellos y aquellas que lo han ido leyendo, que aportan con ideas o sugerencias o simplemente que mandan mensajes con ganas de más capitulos. De verdad se los agradezco bastante.

 

Espero les guste el siguiente capítulo. Espero ya no volverme a atrasar (aunque bueno, fue solo un día).

Sentir su respiración en su cuello, su piel contra su piel, sentir sus cabellos húmedos impregnados de sudor, eso era lo que le volvía loco. Ver su rostro ruborizado, poder delinear con los labios cada una de las curvas de su cuerpo hasta el rincón más profundo, prohibido, poder deleitarse ante aquella delicada piel blanquecina, esos ojos negros igual de profundos que su alma. Poder sentirse uno con él. Tener a Severus bajó de sí era lo más excitante en el mundo.

Quería seguirle abrazando, acariciar su espalda mientras esté arañaba la suya. Escuchar esos gemidos ahogados tras cada estocada, deseaba poseerlo de la forma más libre posible. Una entrega sin perderse en ello. Un amor libre; correspondido, adictivo, enervante causante de sueños hermosos, de mil y un ilusiones. Deseaba poder hacer eso y más, solo que la vida no era tan sencilla. Por un momento deseaba que sus sueños nunca acabarán.

Despertar erecto ocasionalmente cada mañana era algo natural en un hombre de su edad, él no poder eliminar su dolor si no pensaba en su novio era su mayor preocupación. Vivía en casa de James y ocultar algo como aquello era difícil.

A su regreso todo se había desmoronado, escuchar a su mejor amigo hablar de lo mucho que odiaba a su novio comenzaba a hacer estragos en su persona, no podía soportar ese comportamiento por prolongados momentos al final siempre terminaba cambiando el tema sobre la conversación.

Todo había empeorado cuando recibió una carta de su hermano, al inicio se había puesto muy feliz pues desde que había huido de casa no tenían contacto de ese tipo. Pero al leer el contenido su mundo volvió a desplomarse, parecía y sentía que el mundo estaba en su contra; como si el salir con Severus fuera a cambiar el orden del universo o algo parecido. La carta decía lo siguiente:

Sirius:
hermano me veo en la penosa necesidad de pedirte algo. Me he enterado de tu visita a casa de Severus, por favor sé discreto con lo que viste. También te quiero pedir que cuides de él, es alguien amable y considerado solo se oculta en su máscara donde supone nada le debe de afectar. Pero ambos sabemos que no es así.
Quiero que cuides de Sev ya que me has ganado. Yo estoy enamorado de él. Ataque a tus amigos el otro día porque escuché a Peter y James hablando sobre cómo jugarle la mejor de las bromas al que ahora es tu novio, espero (por tu bien) que no esté involucrado en esto. De lo contrario no sólo yo te atacaré, dudo que escapes de la furia de nuestro amor.
No me interpondré en su relación solo si lo veo feliz, no me importa con quién sólo quiero que él sea feliz, lo merece. No me decepciones nuevamente.

Atte: Regulus Black

P.S.D.: pregúntale a tu amigo James que ocurrió en el baile de invierno, a ver si es lo suficientemente valiente como para decirte.”

Solo con eso había cambiado la perspectiva de todo. Al regresar estaba dispuesto a hablar con James sobre Snivellus y una relación más seria con él. Pero con la revelación de su hermano todo se la hacía más pesado, a la única persona que no deseaba herir jamás era a Reg, a final de cuenta y aunque este creyera en las palabras de sus padres no quitaba el hecho de que era su único hermano, que siempre querría protegerlo y también que lo pondría sobre todas las cosas, aún sobre James.

Le comento a su mejor amigo lo del baile de invierno pero este no le dio respuesta concreta de lo que había pasado. Pasaron más momentos incómodos antes de al fin regresar a Hogwarts. Ya en el expreso se la pasó buscando a cierto Slytherin, pero al no encontrarlo subió al vagón con sus amigos. Se encontraba medianamente desesperado y salió a la parte trasera para ir a revisar si de casualidad estaba con su hermano. No tardó ni diez minutos en regresar y darse cuenta que tanto James como Peter estaban muriendo de risa.

-¿Qué pasó chicos? ¿Acaso Remsy les contó su récord de desamores de invierno?-era una historia de verdad graciosa, su amigo se había creído saliendo con una chica que al final resultaron un par de hermosas gemelas que lo hicieron picadillo por haberlas confundido y hacerlas creer que salían con él.

-No vas a creer lo que pasó-James respiró un poco antes de proseguir-Acabamos de ver a Snivellus, si será idiota tu novio jaja-contuvo las risa para poder hablar-tiene una enorme marca en el ojo, al parecer no somos los únicos que disfrutan de verlo así ¡qué patético!

Sirius ya no pudo esperar más, temía que de quedarse allí otro momento lanzaría un golpe al rostro de su mejor amigo. Quería saber qué había pasado pero aún más importante quién era el causante, sintió una ira tremenda. Corrió hasta por fin encontrarse con él. Severus al verlo solo se adentro al vagón sin voltear a verlo.

-¿Qué pasó? Me dijeron que estás herido y yo-tan pronto pudo ver el rostro de Severus de frente sintió paralizar. Uno de sus ojos estaba morado e hinchado, su labio estaba partido y era probable que esas no fueran las únicas marcas de su cuerpo. Quizo golpear a quien había hecho eso.

-Mi padre, alguien le dijo que me había visto besándome con otro muchacho-era obvio de a quién se refería. Ese día cuando estaban despidiéndose le había robado un beso, ese beso había sido correspondido tan tiernamente que no pensó en las consecuencias que podrían causar.

-¡Ese bastardo! ¡Si lo veo lo mato!-estaba furioso, ni siquiera había pensado lo que decía o si alguien pudiera oírlo, es más. No había visto el vagón, su mirada y todo de él estaba totalmente concentrado en Sev. Con sus manos de la forma más delicada de que pudo tomó el rostro de Snape y lo beso con una suavidad increíble, deshizo el beso al sentir una lágrima corriendo en su piel.

-Gracias-estaba nervioso, en realidad no esperaba esa clase de comportamiento por parte de su novio. Normalmente Sirius hubiera bromeado sobre ello, también lo había imaginado gritando, pero el que lo besara de esa manera tan libre frente a Regulus y Lucius era algo que no esperaba.

-Chicos, no es por interrumpir. Pero al menos déjenme cerrar las cortinas-Lucius se había quedado al margen igual que Reg ya que no esperaban la visita del Gryffindor pero de eso a ver a la “feliz pareja” estando de melosos, eso superaba sus límites. Vomitaría de solo imaginarlo.

-Disculpen-no supo qué decir, el mayor de los Black ni cuenta se había dado. Tan pronto vio la mirada fija y sombría de su hermano sintió cierto grado de arrepentimiento, por poco había olvidado el otro asunto que debía de hablar-Sev discúlpame, hablaremos luego. Necesito llevarme a mi hermano un rato-y sin pedir más jalo a Regulus lejos mientras este mismo trataba de poner resistencia.

Le tomó del brazo y lo llevó a la parte trasera de los trenes, donde no se encontraba más que unas cuantas personas presuntamente dormidas. Regulus lo miró con enfado, sabía de lo que hablarían y él había pensado que le dejó las cosas claras a su hermano. No se metería en la relación, pero que se lo fuera a echar en cara era algo que no iba a soportar.

-¿Lo amas?¿Amas a Severus?-la mirada profunda de Sirius mostraba una convicción que no había visto desde el día en que él y Walburga se habían peleado antes de que este huyera-Si lo amas, lo dejare por ti-no importaba la venganza contra Severus, no importaba lo que pensara James sobre ello, ni siquiera importaba lo que él sentía al respecto. Pero esa sería la primera y la última vez que diría aquellas palabras.

-Si lo amo, pero no quiero que lo dejes para tener el camino libre. Tengo años tratando de que me vea como algo más que solo un amigo y al no lograrlo me he resignado, es obvio que tengo celos de verlo tan feliz a tu lado, me molesta que tú siendo quien lo hería y lo maltrataba pudieras ganártelo con tanta facilidad. Siempre has podido ganarte a cualquiera con esa misma facilidad. Pero te lo volveré a advertir, si le haces daño considérate muerto-sin más y sin dejar a su hermano poder siquiera parpadear se fue.

En realidad Sirius apenas conocía un pedazo de lo que en realidad sucedía. Regulus Arcturus Black era apenas un año menor que su hermano, en ese año durante las vacaciones de invierno se enteró que sus padres lo habían ofrecido al servicio de Lord Voldemort, ser servidor de aquel mago era lo mejor que pudo haberle podido pasar; al menos desde la perspectiva de sus padres.

Durante el final de las vacaciones él junto con Severus se habían vuelto mortífagos, todo realizado en una ceremonia en la mansión Malfoy. Esa había sido una prueba bastante difícil, no tanto porque debiera de ayudar a la eliminación de los sangre sucia; tal y como su familia lo deseaba, más bien porque Severus se había inmiscuido no solo por su profundo odio a su padre, tambien lo habia hecho por “protegerlo, ayudarlo y hacerle compañía” como él mismo se lo había dicho. Se sentía algo culpable, como si lo hubiese llevado a compartir su condena.

Para Snape había sido no solo una sorpresa el saber que podía ser aceptado como servidor del Lord, también lo considero todo un honor, pero más allá de estar totalmente de acuerdo con lo que decía él tenía su propia opinión con respecto a los muggles.

Si bien podían ser seres despreciables, egoístas, inútiles y la peor calaña del mundo. Eso no podía generalizar a los nacidos de ellos. Como Lili, ella era la prueba clara de que podían salir cosas buenas de allí.

Al enterarse de el ofrecimiento hacia Regulus decidió aceptar, no solo para protegerlo. Ya que lo consideraba aún muy niño para poder sobrellevar algo como eso. También fue por interes personal, deseaba limpiar su sangre, sentir que lo que llevaba de su padre dentro no era más que una pesadilla.
Ese hombre le había golpeado brutalmente cuando llegó nuevamente borracho, un amigo suyo le había contado sobre el beso que se habían dado antes de despedirse cerca del rio. Gracias a esa estúpida persona lo habían corrido de su hogar, si no crucio a su padre fue por la vehemencia con la que Eileen proclamaba su perdón. Su madre había creído que podía protegerlos a ambos, pero se equivoco. No solo salio gravemente herida, termino viviendo sola con su verdugo.

Regulus regreso con el resto de los Slytherin a su parte del vagón, no dijo absolutamente nada. Y así llegaron a su destino.

Los merodeadores bajaron bastante animados, ponerse al día en cuestión de horas era algo que solo ellos podían hacer. Ese era uno de los mejores momentos en la vida de cada uno, faltaba año y medio para salir de Hogwarts. Era el último tiempo que serían compañeros, que dormirían en la misma alcoba, era lo último que les quedaba antes de volver a cambiar sus vidas. Aún así el destino osaba interrumpir esos días felices.

-¿Qué diablos hicieron? ¡Black acaso no me escuchas!-los cuatro voltearon a ver algo sorprendidos a quien les estaba gritando. Era Phoenix Walker, tan pronto vio el rostro golpeado de Severus no había podido sentir otra cosa que no fuera rabia. No tardó mucho en enterarse por un rumor, que los cuatro de Gryffindor habían estado riendo por lo ocurrido.

-¡No sé de qué hablas, yo no hice nada!-gritó un poco indignado. Si bien el era un alumno que solía jugar bromas pesadas en esa ocasión no traía nada preparado. Veía la hora de comenzar a madurar y dejar a sus futuros sucesores a cargo. Aún no había nada por qué culparlo a él o a sus amigos.

-¿¡Qué hay con las marcas que trae Snape!? ¡Me dirás que aparecieron solas!-pensar que el inútil ese que se había quedado con nada más ni nada menos que la insólita oportunidad de salir con Severus Snape se mofó de aquellas marcas que a más de uno le hacía sentir el dolor en su propia piel de solo verlas.

-¡Si serás idiota! Yo no hice esas marcas, ninguno de nosotros las hizo-ahora si de su enojo y su confusión paso a un estado latente de celos. Trataba de autoconvencerse que Phoenix no podía ni sería rival suyo, no en el amor.

-¿Entonces porque tus “amigos” se rieron de ellas?-cambio el tono bastante para susurrar lo siguiente-¿Por qué no les dices nada? No deberían reír así de tu novio-se notaba no sólo el enojo en las palabras, sino también la repulsión con la que lo pronunciaba.

-Ellos no se rieron de él. Pero tú debes aprender tu lugar, recuerda tú no eres el novio-si alguien les hubiera dado un par de pistola ambos tendrían más de un balazo, pero uno lo tendría justo en el corazón.

-Si le haces algo Black, si te atreves a dañarlo…-respiro un poco, no quería tartamudear pero entre el enojo y la tristeza articular palabra no era tan sencillo-Me las vas a pagar.

Y así se retiró, todos los presentes quedaron quietos hasta que el grupo de Ravenclaw desapareció por el tren. Esa tarde se propusieron alejarse de Snivellus, más que por respeto a su condición era para evitar sospechas sobre el comportamiento irregular de aquel grupo. Si en serio James deseaba destrozar el corazón de aquella serpiente debía ser paciente y esperar el momento justo para atacar.

No sólo quería verlo afligido. Quería verlo derrotado, triste, solo. Si todo ocurría tal cual el plan que había hecho entonces al fin podría estar con Lili sin que nadie se interpusiera entre ellos; pero no contaba con que el destrozar el corazón de alguien necesitaba de un “enamorador” pero ¿Y si resultaba el enamorado?

Sirius se recostó en su cam esa noche y analizó su día. No había podido pasar tiempo junto a Sev durante la gran cena de bienvenida, ni siquiera se habían vuelto a dirigir la palabra después de bajar del tren. Esa noche tampoco pudo conciliar el sueño como era debido. No solo era la preocupación que tenía por Snivellus, también eran esas apariciones radiantes, esos sueños tan lúcidos que robaban toda su atención y cordura.

Pensaba en que haría para decirle la verdad a su novio, cuál sería la mejor manera de llevarlo a cabo y que este no le odiara por ello. Pero además de todo quería que sus amigos se llevaran realmente bien con él, ahora tenía que cuidarlo y no solo por las amenazas de su hermano menor, sino tambien por decisión propia. Esa mañana decidió hablar con Remus ya que entre todos ellos seguro sería el único que podría hacerle caso sin juzgar precipitadamente sus acciones.

-Chicos, al rato tenemos clase de pociones. Iré por un libro a la biblioteca ¿alguno me acompaña?-para el joven Black esa había sido su jugada de oro, sabía lo desobligados que podian ser sus amigos (al igual que él) pero sobre todo que esa era una materia que no le iba mal a James.

-Si querías quedarte a solas con lunatico nos hubieras dicho-contestó Peter mientras jalaba a James hacia otra direccion. Pettigrew era intuitivo, además de que ocasionalmente le gustaba ver pelear a sus amigos para él era casi como un hobby ver cual era el más obstinado. Aunque cuando se trataba de que el diera la cara las cosas no eran para nada a su favor.

-¿Querías quedarte a solas conmigo?-pregunto algo confundido Rems, no estaba seguro sobre qué querría hablar Sirius con el, donde ni Peter ni James les escucharan.

-No, solo necesito ayuda para buscar un libro en la biblioteca-apresuro su paso un poco nervioso, no se sentía listo para afrontar aquellos sentimientos con sus amigos, además se trataba de una gran apuesta.

Si todo salía como él lo esperaba entonces nadie objetaría nada, ni le creerían loco o embrujado, pero la realidad superaba sus expectativas. James y Peter odiaban a Severus y viceversa, Remus siempre se pondría del lado de sus amigos, lo que lo dejaba decidiendo entre sus mejores amigos o el chico al que había molestado y dañado todos esos años, pero que por alguna razón últimamente tenia ciertos sentimientos hacia él.

Al llegar a la biblioteca corrió ansioso a la parte de pociones, seguiría con su mentira, sacaría prestado el libro y luego lo regresaría y seria todo. No estaba preparado para admitir sus turbios sentimientos, ni siquiera estaba seguro que fuesen reales. Sacó el primer libro que vio y al darse la vuelta tropezó con nada más ni nada menos que el causante de sus problemas emocionales.

-¿Acaso no te fijas Black?-pregunto enojado, estaba tirado en el suelo con tres libros que se habían esparcido sobre de él y para acabar Sirius se encontraba sobre sus piernas sin moverse. Era el colmo, se había acercado para saludar y su estúpido novio ni se había percatado de su presencia.

-Perdóname Sev-estaba totalmente desorientado. Se levantó con un poco de vergüenza y ayudó a su novio a ponerse de pie. Al percatarse de la insistente mirada del más bajo sonrio, por un momento quiso besarlo hasta que se dio cuenta de que tenían más de una mirada encima.

Lupin se acercó algo dudoso, tenía sus propias sospechas sobre el comportamiento de su amigo pero no había dicho nada ya que no estaba del todo seguro. Aunque bien el no era el mejor para juzgar sus gustos. Hacía poco que había recibido una carta bastante reveladora del joven Lucius Malfoy, ellos tenían “algo y nada” al mismo tiempo.

Sin decir nada más Severus tomó los libros del piso y enseguida agarró la mano de Sirius para guiarlo a otro lugar en la biblioteca, Remus los abandonó a final de cuenta si su amigo necesitaba ayuda en pociones tenía al mejor tutor de ello con el. Se retiró a dónde provenía la mirada del rubio que también había presenciado el accidente.

-¿Qué pasa mi amor?-preguntó casi en un susurro, temía que al decirlo en voz alta fuese tanta su alegría que terminaría por gritarlo.

-Quiero que guardemos esto en secreto-espero un momento, quiso ver si el Gryffindor se quejaría por ello, pero no lo hizo-No es que tenga algo en contra tuya, al menos ya no. Pero supongo que ambos tenemos que cuidar nuestros status dentro de nuestras casa. No quiero recibir burlas de aquellos que veo como mis iguales, no estoy listo-era un poco difícil de admitir y aunque le gustara Sirius eso sería un grave problema no sólo en su casa, pero si los mortífagos se enteraban podría hasta ponerlo en peligro.

-Bien, pero a cambio nos veremos cada tercer día en la torre de astronomía. Si cambiamos de lugar yo mismo te entregaré una carta con la localización. Pero si faltas un solo día me obligaras a gritar a los cuatro vientos lo mucho que nos amamos-sonrío ante ello, nada podía ser más conveniente, así podría pensar con calma no sólo sí sí estaba enamorado también como le haría para decirle a sus amigos y a Severus la verdad.

-Yo no te amo-contestó un poco frío, le quería pero no le amaba aunque al ver los ojos del joven Black deseo no haberlo dicho. Quiso remediar lo que dijo pero no pudo, su orgullo no lo dejo, no iba a mentir para hacer sentir mejor a alguien. Pero pudo haber omitido la verdad con tal de no hacerlo.

-Aún no-”pero cuando te diga enserio que te amo espero que sientas lo mismo” pensó un poco más positivo. Le había dolido un poco, para el gran Sirius Black era difícil el creer que alguien se le resistía pero bueno así eran las cosas y quizá ese era otro punto importante sobre el porque le gustaba.

-Entonces ¿hasta dentro de tres días?-preguntó algo nervioso, cada que Sirius se le quedaba mirando a los ojos conseguía ese efecto. Pero nadie se daba cuenta de lo que él sentía o lo que quería ya que era un experto en ello, absolutamente nadie podía leerlo.

-Claro, te tendré una sorpresa. Ya llevamos poco más de un mes como novios y creo que nos hemos visto unas…-fingió contar, en realidad sí habían sido muy pocas-cuatro veces. Así que necesitamos salir más si queremos que esto funcione mejor.

-Entiendo, procuraré darte algo-como era su costumbre se retiró sin decir nada más, había una ligera sonrisa tornada en su rostro pero trato de disimular lo más posible. Había quienes al verlo sonreír podían llegar a encontrarlo perturbador por lo raro que era aquel evento, pero no era eso el porque la ocultaba, simplemente nadie más además de ellos dos debían de estar al tanto de los sentimientos del uno u el otro.

Las marcas de su rostro solo le hacían ver más pálido, los moretones que le rodeaban en el abdomen y los brazos dolían cada que alguien chocaba con él, la cortada en su boca seguía allí palpitante. Lo único que apaciguaba el dolor era esa leve sensación de una marca que podría anhelar cada que cerraba los ojos, era ese sentimiento de un beso depositado con el más puro sentimiento de protección. El último beso que le había otorgado Sirius, no dejan de pensar en ello.

Esa noche Severus durmió con la misma tranquilidad que lo hacía siempre después de leer un buen libro, de contemplar la noche, de pensar en Lili. Pero en esta ocasión quien le traía esa calma era otra persona, era aquel quien ahora rondaba sus pensamientos; ese hombre era en cuestión: el porque valía la pena suspirar mirando un atardecer o contemplando la noche, por quien desvelarse no era un sacrificio, él era alguien más a quien quería proteger.

Notas finales:

Una disculpa si no les ha gustado o si no llenó sus expectativas. Como exprese antes esta ha sido una semana complicada para mí, no solo los trabajos y los exámenes también fue falta de inspiración (aunque me atrevo a asegurar de que el siguiente será mejor).

Nos leemos próximamente, muchas gracias por seguirlo hasta ahora.

Atte: Yu


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