Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Twin Uchiha por Kuroyami Mirai

[Reviews - 117]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Lo siento chicos, no actualicé la semana pasada porque tenía que reescribir todo lo que ya había adelantado del capítulo. Creo que por mi forma de narrar algunos no entienden la historia y me estoy esforzando para hacerlo más sencillo. Debo aclarar algunos asuntillos por si no lograron entender:

Primero. En la historia siempre hubo amor entre los gemelos, lo hay y lo habrá, solo que no lo habían demostrado antes. En las advertencias ya dije que había incesto, pero lo reitero por si acaso. Segundo. Esta historia es algo así como SasuNaruRasu. No porque Naruto sea menos uke, sino porque literalmente está entre los dos hermanos. Ellos son sukes y Naruto uke, punto. Tercero. Nunca dije que había romance entre Neji y Hinata. Él es un bastardo y ya, no tendrán ese tipo de roce.

Creo que eso es todo, solo lo aclaro porque me di cuenta, por los rews, que no estaban entendiendo muy bien. Twin Uchiha es una novela donde no hay una pareja principal, sino que hay un trío protagónico. Eso es todo.

Explicaré otra cosilla. El título y la frase del comienzo quieren decir exactamente lo que parece. Lo que hay entre los gemelos… es Naruto.

Ahora sí, a leer!!

 

“No importa la inmensidad desconocida que tenemos delante, tampoco la que dejamos atrás. Nada es más extraordinario y hermoso que lo que hay entre nosotros.”

 

Naruto, con el ceño fruncido e inflando los cachetes como un hámster, compuso un mohín molesto, negando con la cabeza a su fuero interno que no paraba de decirle que todo estaba bien. Se observó en el espejo de cuerpo completo una y otra vez, pero lo que devolvía su reflejo no terminaba de convencerlo, así que arrancó la ropa que tenía puesta y la lanzó junto a las demás. Su recámara estaba desordenada con todas las prendas que se había probado para su cita con los gemelos, pero nada lo convencía. Resopló agotado y decidió ponerse algo con lo que se sintiera cómodo.

Se puso una playera holgada color bermellón, el short de baño que trajo desde Australia, de un tono bergamota suave y unas líneas verticales a los lados color mandarina chillón; se sentó en la cama para ponerse unas sandalias y se volvió a parar frente al espejo, ahora sí se sentía cómodo.

Miró la hora en su celular, faltaban veinte minutos para que los chicos lo recogieran, debía darse prisa en preparar todo lo demás. Agarró una bolsa, metió dentro una toalla, un cepillo, ropa de repuesto y un balón de playa desinflado, de lo contrario no cabría. Caminó apresurado por el espacio que conformaban los ocho tatamis de su habitación, haciendo una lista mental y confirmando internamente que no le faltase nada.

_ ¡Yosh!- se remangó unas mangas imaginarias y, frunciendo el ceño, se dispuso a recoger el gran desorden que hizo. Dobló las ropas en pequeños montículos, acomodó los zapatos por pares y entonces los guardó ordenadamente en su armario. Naruto no podía ver desorden, él se enojaba cuando veía algo fuera de lugar, aunque no pudiese reprenderlo por lo lejos que se encontraba, se le había pegado esa costumbre.

Al ver que todo estaba en orden, se dejó caer en la cama con los brazos extendidos, cerrando los ojos para relajarse y dormitar un poco hasta que los gemelos llegaran. Aún estaba cansado, apenas durmió la noche anterior y el jaleo de la mañana no lo ayudó a relajarse. Había sido bastante extraño, después de que Rasuke le preguntara sobre ir a la piscina, no le dio tiempo a responder porque una repentina llamada telefónica lo interrumpió.

Eso sí que había sido raro. Los mellizos corrieron por el pasillo buscando el teléfono, dándose empujones hasta que Sasuke contestó la llamada. Por la forma en que hablaba, asumió que se trataba de su padre. A Naruto le pareció extraño que no hubiese más personas en esa casa a parte de los hermanos, entonces entendió que el resto de la familia estaba de viaje.

Se preguntaba cómo sería el resto de los Uchiha. Por la forma rígida en que Sasuke hablaba, a pesar de su personalidad soberbia, el rubio aseguraba que su padre debía ser una persona de temer si lo ponía así de nervioso. Rasuke también estaba rígido, expectante ante la plática de Sasuke con su progenitor. Naruto los observó a ambos de soslayo, ¿esos eran los mismos chicos que la noche anterior apalearon a una banda? Perece que no, delante del patriarca se volvían un par de adolescentes normales que respetaban a su superior, solo eso.

Al verlo tan pensativo, Rasuke le dio un par de palmaditas en la cabeza y le dedicó una de esas sonrisas altaneras suyas. Naruto parpadeó, sintiéndose confundido por el gesto, parecía feliz de que estuviera cerca. Sospechoso. Cuando miró a Sasuke, que además estaba sonriendo de forma tonta mientras lo miraba, a pesar de estar hablando con su padre, sintió la misma extraña sensación. Doblemente sospechoso.

La llamada finalizó con un asentimiento de parte del moreno, entonces se volteó hacia su hermano y Naruto. “Llamará mañana”. Rasuke amplió su resplandeciente sonrisa cuando escuchó esas palabras. Parecía estar feliz por algo que él y su hermano entendían, pero Naruto no, por lo que terminó sintiéndose excluido.

Cuando por fin pudo hablar, aceptó ir a la piscina. Los gemelos dejaron a Naruto en su casa para que pudiese prepararse, ya que el rubio se negó rotundamente a que le compraran un bañador nuevo. Después lo recogerían para llevarlo al sitio que Rasuke, insistió, sería el más divertido de todos.

Ahora solo quedaba esperar los nueve minutos restantes, con treinta y cuatro segundos… treinta y tres… treinta y dos. Y no es que esté contando con impaciencia mientras miraba fijamente el cronometro de su celular, no, él solo quería ser puntual… demasiado. Pero no podía culparse, se sentía bastante emocionado.

Desde que llegó a Japón, los únicos lugares que ha visitado han sido el colegio, su departamento y el supermercado. Ni siquiera ha visitado la Torre de Tokyo. Deseaba salir, conocer y divertirse como cualquier chico de su edad. En Australia no lo hacía y esperaba que en su nuevo hogar fuese diferente. Joder, que ni siquiera ha visto Sídney porque Menma no lo dejaba salir, eso, definitivamente era el colmo.

No pasaron ni tres minutos cuando Naruto escuchó un claxon resonar desde la calle. De un salto se levantó de la cama y corrió al balcón. Forcejeó un poco con la puerta de cristal, ya que se había trabado por tenerla tanto tiempo cerrada, cuando logró abrirla, se asomó de manera apresurada, hasta se había agitado. Un par de pelinegros, sentados en la cajuela de un deportivo rojo, le sonreían con diversión y le hacían señas para que bajara.

Naruto saludó con su mano, hizo un ademán para que esperasen y entró de nuevo a la habitación. Agarró la bolsa dónde había preparado todo lo que necesitaría, una barra de chocolate que se metió en el bolsillo y una gorra naranja a juego con su short bergamota. Cerró con llave antes de encaminarse al ascensor, cuando las puertas metálicas se abrieron, un par de melenas oscuras resaltaron dentro  del cubículo.

_Waw, pequeñín… estás…- Rasuke no sabía cómo describir el aspecto de Naruto, silbó para marcar el punto. Naruto se sonrojó y entró al elevador con los ojos clavados en el suelo.

_Hermoso- recalcó Sasuke cuando le quitó la bolsa para llevársela. Él siempre fue un caballero y más si se trataba de Naruto.

_Ustedes también… se ven bien- el sonrojo de Naruto creció hasta la médula cuando escaneó a los morenos. Rasuke tenía una playera blanca con una fotografía de los Rolling Stones, unas bermudas negras, largas hasta debajo de la rodilla, converse y sus inseparables anillos plateados y pulsera de cuero con chapas, además de ese collar con el Paipái de la familia. Sasuke iba más casual, short blanco con adornos negros, largo hasta las pantorrillas y bolsillos a los lados de las piernas, playera negra ajustada, remarcando su definido cuerpo, converse y unos lentes de sol sobre la cabeza.

_Gracias- le respondieron al unísono.

Naruto se sentía más pequeño que de costumbre, metido en un estrecho espacio entre los dos Uchiha, cada vez se veía a sí mismo más y más diminuto. Mientras él apenas llegaba al metro con sesenta, los hermanos rayaban en el metro noventa. Podía deberse a la edad, ya que eran dos años mayores, pero la diferencia seguía siendo abismal.

Después de escuchar un Tink, las puertas metálicas se abrieron; al llegar a la calle, encontraron a un grupo de jóvenes alrededor del auto, examinándolo con asombro. Rasuke, altaneramente, sacó la llave inalámbrica y presionó el botoncito rojo. Un twi-twi se escuchó y el deportivo escarlata levantó los seguros de las puertas. Los jóvenes aún miraban anonadados al lujoso coche, solo se fueron como moscas espantadas cuando Sasuke se acercó y los pulverizó con los ojos, sacando a flote su mirada de Pitbull.

_Deberías relajarte, solo estaban admirando a nuestro bebé- le dijo Rasuke como el más relajado. Abrió la puerta del copiloto y presionó un botón cerca del volante para retirar el techo plegable.

_Odio cuando hay basura cerca de mis cosas- miró a Naruto de soslayo, sugiriéndole una indirecta más que directa y ahora el rubio se sentía como un gatito delante de un Gran Danés.

Rasuke rodó los ojos- Tan posesivo como siempre- cargó a Naruto en brazos al ver que se había quedado inmóvil bajo la mirada de su hermano y lo dejó sentadito y acomodado en el asiento de atrás.

Naruto parpadeó un par de veces, más confundido que Adán en el día de la madre. Los gemelos no peleaban. Ya lo había intuido desde la hora del desayuno, al parecer hicieron las paces, pero de cierta forma era extraño. Rasuke lo cargó en brazos y Sasuke no lo mató con la mirada, al contrario, se relajó. Demasiado sospechoso.

_ ¡Yo conduzco!- Exclamó un enfurruñado Rasuke cuando su mellizo le arrebató las llaves del coche- Tú ya lo hiciste hasta aquí.

Sasuke jugó con las llaves en su dedo índice, sonriendo de lado al ver la rabieta de Rasuke- lo haré yo, después de todo soy más responsable. Si Itachi se entera que tomamos su auto, nos pulverizará, así que no debe tener ni un rasguño.

_Yo también soy responsable, además, soy el mayor, tengo más autoridad que tú.

_Solo en tus sueños.

Naruto los observaba como en un partido de tenis, moviendo la cabeza de derecha a izquierda. Al parecer sí hicieron las pases, pero que dejaran de discutir por nimiedades iba a tomar un poco más de tiempo. Aunque, a pesar de que casi se había hecho una costumbre, no le gustaba verlos peleados, así que decidió intervenir.

_ ¿Está muy lejos el lugar al que iremos? Podemos ir caminando.

Los gemelos miraron a Naruto al mismo tiempo, con ojos horrorizados como si hubiera hablado en ruso- ¿Caminar?- dijeron al unísono.

Naruto asintió tímidamente, encogiéndose en el asiento para ver si se hundía entre los cojines hasta desaparecer. Joder con los gemelos. Cada vez lo ponían más nervioso. Se preguntaba constantemente a qué se debía aquello, antes no se intimidaba tanto. ¿Le estaría pasando algo raro con su cabeza? Tal vez estaba enfermo. Por momentos sentía que le daba arritmia cuando alguno de los dos estaba cerca. Será que……… ¿se estaba volviendo alérgico al gen Uchiha?

(N/A: si claro, alérgico ¬¬)

_Debo conducir yo- decía Rasuke, retomando la pausada discusión- no puedes objetar lo contrario.

_ ¿Por qué lo dices?- Sasuke enarcó una ceja antes de cruzar los brazos en su pecho amplio. Las mangas de su playera negra se ajustaron más en torno a sus brazos cuando efectuó el movimiento. Naruto y Rasuke parpadearon a la vez cuando vieron esos músculos tensarse y destensarse… tan sexy.

Rasuke sacudió la cabeza antes de responder, exorcizando su lívido- Porque soy el único que sabe el camino.

Resoplando, Sasuke cerró los ojos para meditarlo, entonces llegó a la conclusión que si Rasuke no los llevaba, no podría llegar nunca a la piscina, seguro fue por eso que mantuvo en secreto el paradero, maldito. Abrió un ojo sólo para comprobar que estaba cayendo en su trampa, Rasuke le extendía la mano mientras le dedicaba algo que, a su parecer, era la sonrisa del gato Cheshire.

_De acuerdo- lanzó las llaves y rodeó el coche. Rasuke creyó que se subiría a su lado, pero contrario a ese pensamiento, Sasuke puso las bolsas en el asiento del copiloto y se sentó en el sitio de atrás, justo al lado de Naruto- ¿Qué esperas?- burló divertido y, disimuladamente, estiró su brazo de granito por el respaldo hasta descansarlo sobre los hombros del rubio. Sobra decir que Naruto se puso como farola, pero realmente no le incomodó el gesto.

Rasuke refunfuñó algo inentendible y también subió al coche. Acomodó el espejo retrovisor, observando a su hermano por éste con el ceño fruncido- No te aproveches de mi pequeñín mientras no estoy mirando… pervertido.

Ahora fue el turno de Sasuke de hacer la sonrisa del gato Cheshire, disfrutando lo gratificante que era hacer enojar a Rasuke- ¿Te molesta?- preguntó a Naruto, haciendo referencia a la posición de su brazo. El blondo negó enérgicamente con la cabeza, haciendo que Sasuke ampliara más esa sonrisa felina.- Bien, entonces no hay problema- ajustó más el agarre, acercando a Naruto a su cuerpo hasta que quedó acomodado contra su pecho.

_Sa-Sasuke… esto…- Naruto tartamudeó al verse aprisionado contra el cuerpo de marfil, perfectamente cincelado. ¿Acalorado? Por supuesto que sí. ¿Cómo no estarlo cuando un semental de metro noventa te acorrala contra su pecho? Tendrías que ser de piedra…, o de lo contraria estar muerto.

_No te preocupes- fue Rasuke quien habló, devolviendo su sonrisa a través del espejo retrovisor- si estás incómodo, sólo golpéalo entre las piernas.

_No le enseñes esas cosas, capaz te lo haga a ti- Sasuke soltó un poco su agarre sobre los hombros de Naruto para darle algo de libertad, creyendo que se alejaría, pero no lo hizo, se quedó justo donde estaba, un poco rojo, pero no asustado. Volvió a agarrar sus hombros, posesivamente.

El auto arrancó, deslizando su metálica y escarlata presencia por la avenida. Por supuesto, no pudieron evitar ser el centro de atención. Tres chicos en un deportivo descapotable, dos sex-simbol pelinegros y un adorable rubito. Parecían sacados de una revista o un comercial de cerveza, tal vez de coches.

El sol no estaba tan fuerte, al fin y al cabo, apenas estaban en pleno otoño y, dentro de poco llegaría el invierno. Sin embargo no había mucho frío, la temperatura simplemente era agradable. Naruto tuvo que retirarse la gorra, el viento estaba bastante fuerte y no quería que saliera volando, fue un regalo de Menma, el de su cumpleaños número catorce, por lo tanto era un objeto preciado y con un valor sentimental.

Los ojos cerúleos se rezagaron, desenfocándose ante el nítido recuerdo de su hermano mayor. Ya lo extrañaba. Cada vez se arrepentía más por no despedirse. Estaba seguro que una vez volviera a Australia, Menma no querría verlo ni pintado al óleo, lo odiaría, de eso no había duda. Sacudió la cabeza, alejando la imagen de Menma de su cabeza para centrarse en su cita. Se iba a divertir, lo haría por todas esas veces que quiso salir y Menma no se lo permitió.

_ ¿Quieren un poco de música?- preguntó Rasuke cuando se detuvieron en una luz roja. Naruto miraba sus pies, ya que aún estaba avergonzado por lo cerca que estaba de Sasuke. Por otro lado, Sasuke miró a su hermano y se encogió de hombros.

_ ¿Qué tipo de música te gusta, Naruto?- preguntó el mayor.

_Mmh… casi cualquier cosa- respondió sin dejar de mirar sus pies.

Rasuke metió la mano en la guantera y sacó una flash para ponerla en el reproductor- Yo sé que te gustaría escuchar- buscó entre el repertorio lo más rápido que pudo antes que la luz cambiara a verde, la canción número 43. Le dio reproducir y las primeras notas hicieron que Naruto sonriera.

_Lo recordaste- dijo algo feliz mientras tarareaba por lo bajo la melodía de My heart will go on. La voz de Céline Dion inundó el coche, Naruto haciéndole de coro y de repente ya no se sentía tan cohibido, ni tan nostálgico.

_Es su canción favorita- aclaró Rasuke al ver la mirada desconcertada de su hermano cuando vio a Naruto cantando a todo pulmón, usando su puño de micrófono. Parpadeó cuando alzó la vos al mismo nivel que Dion, increíblemente, Naruto cantaba muy bien, su vos era hermosa y no perdía el aire. Cantar al mismo nivel de Dion era un reto, pero Naruto no parecía estarse esforzando para lograrlo, sino que parecía divertirse a lo grande.

_Esto es algo que definitivamente hay que inmortalizar- Sasuke sacó de su mochila una pequeña cámara de video y la encendió, filmando con una sonrisa como Naruto se sonrojaba ante el lente de la cámara, pero no dejaba de cantar. Repitieron la canción un par de veces más y después la cambiaron por petición del menor de los mellizos por otra que, sabía, también le gustaba a Naruto.

_ ¿Estás seguro que la tenemos?- preguntaba un extrañado Rasuke mientras observaba como su hermano hacía equilibrio para no caerse mientras el coche seguía en marcha, apoyado en el asiento del copiloto con una mano y la otra presionando un botón del reproductor para buscar la jodida canción que no aparecía en todo el repertorio.

_Completamente seguro- presionó un par de veces más y por fin la encontró- ¡canta!- ordenó cuando se sentó de nuevo y levantó la cámara.

_Pareces la bruja de La sirenita. ¿Qué harás? ¿Robarle su voz?- bromeó Rasuke.

_Que gracioso- ironizó rodando los ojos, después miró a Naruto y parecía estar avergonzado, pero decidió cantar, después de todo Us against the world también es su canción favorita, la que tocó con Sasuke aquella vez en el piano del salón de música.

_You and I, we’ve been at it so long- cantaba bajito, abochornado por la expectante mirada de los gemelos y sus sonrisas altaneras mientras lo escuchaban afinar sus cuerdas vocales.

Cuando se dieron cuenta, ya los tres estaban cantando el estribillo, sin saber exactamente a quién se lo estaban dedicando, pero realmente no importaba.- …That’s what saves me when we’re together I feel so invincible…- Naruto estaba más relajado, cantando junto a los gemelos todo el trayecto, ya sin miedos o vergüenza de que su voz saliera a la luz- …And you make it better when I’m with you I can feel so unbreakable. ‘Cause is us against the world tonight…

 

Después de un par de repeticiones, por fin habían llegado a su destino. Se bajaron del coche junto con las bolsas. Naruto y Sasuke observando con ojos muy abiertos el interior del lugar, Rasuke solo les sonreía satisfecho, con las manos en las caderas para remarcar su elevada soberbia.

_Esto es…- Naruto desvió su mirada hacia el techo del parque acuático. Era de cristales azules y vitrales púrpuras que parecían ser estrellas deformadas. Entrecerró los ojos al pensar que esas extrañas estrellas deformes las había visto en otro lado, pero no recordaba dónde. Entonces pasó un enorme cangrejo con traje azul marino y ojos salidos de la cabeza, repartiendo volantes promocionales para el restaurante del parque. Naruto lo reconoció inmediatamente como Don Cangrejo y el restaurante se llamaba Crustáceo Crujiente.

_Eso mismo- respondió Rasuke con orgullo- Chicos, bienvenidos a Fondo de Bikini.

Sasuke se golpeó la frente con fuerza, negando con la cabeza y recriminándose internamente por dejar que su hermano escogiera el lugar para la cita. Los había arrastrado nada más y nada menos que un parque acuático con el tema de Bob Esponja. ¿Podía ser más infantil que eso? Lo dudaba. Rasuke no dejaría de ser el eterno niño de la familia. Miró de soslayo a Naruto, sorprendiéndose al ver un deje de emoción en sus pupilas cerúleas.

_ ¿Estamos en Fondo de Bikini? No puedo creerlo- dio un par de saltitos, pero al notar que estaba siendo observado por un par de ojos bruñidos, se recompuso, carraspeando algo incómodo por su infantil comportamiento.

_Vamos a instalarnos por allá- Rasuke señaló una mesa cerca de la piscina principal, con sillas plásticas y una sombrilla verde con las caricaturas de Arenita y Calamardo. Agarró la mano de Naruto, remolcándolo con su desbordante confianza.

Sasuke soltó una palabrota por lo bajo al saberse ignorado. Para colmo le habían dejado todas las bolsas. Ya se vengaría, la culpa es de Rasuke. Pensó, frunciendo el ceño cuando llegó a la mesa junto a Naruto y su hermano, dejó caer las bolsas de un tirón. Eran el centro de atención y eso no le gustaba para nada. ¿Posesivo? Sobra decirlo. Pero la forma en que Rasuke y Naruto eran observados, lo ponía por demás furioso.

_ ¡Patricio!- Rasuke salió corriendo cuando vio a “Patricio” caminando tranquilamente por el borde de la piscina, lo que no era más que un tipo con un disfraz del personaje. Seguramente se trataba de un adolescente que estaba desesperado por dinero, pero en esos momentos, Rasuke no veía a una mascota temática, sino a su personaje favorito y además, su héroe. Patricio Estrella.

_ ¿Será idiota?- Sasuke se dejó caer en una de las sillas con pesadez, sobándose el puente de la nariz. Naruto estaba sentado a su lado, con las rodillas juntas, jugando con sus dedos tímidamente. Miró a Sasuke, después a Rasuke en la lejanía, de nuevo sus manos. ¿Debía decir algo? ¿Cómo se comportaban las personas en una cita? No tenía la menor idea, pero se esforzaría, no quería que los gemelos pensaran que era un chico aburrido.

_ ¿No quieres… nadar un poco?- Rayos. Pensó fastidiado el rubio. ¿Por qué tartamudeó? Ahora Sasuke creería que estaba intimidado, lo cual no era cierto, solo se sentía nervioso.

Sasuke dejó de matar con los ojos a los varones que miraban al rubio sin ningún tipo de vergüenza. Osciló su bruna mirada hasta Naruto, entrecerrando los párpados de manera concentrada. Sus pupilas se rezagaron cuando se lo imaginó sin esa playera bermellón, con su torso desnudo y… Sacudió la cabeza, ¿en qué demonios estaba pensando? Por dios, lugar público Sasuke, contrólate. Pensó desesperadamente y desvió la vista hacia el lado contrario.

_De acuerdo- respondió sin mirarlo, asumiendo que su auto control había hecho un buen trabajo, entonces escuchó algo caer al suelo y derramarse. Asustado, siguió al sonido con la vista, percatándose que Rasuke había dejado hacer los refrescos que traía en manos.

Iba a regañarlo, pero al ver los ojos saltones de su hermano, sus labios fuertemente cerrados y el ligero tono carmín de sus pómulos, se percató de algo más importante. Naruto se estaba quitando la playera, pero se enredó con las mangas. Tenía el vientre y el pecho al aire, solo su cabeza estaba tapada por la playera y hacía gestos para que lo ayudasen a salir de esa prisión de tela.

Se puso de pie con prontitud, le dio a su hermano un golpe en la frente para que saliera del trance y entre los dos desenredaron a Naruto, pero contrario a lo que el rubio quería lograr, en vez de sacarle la playera, los gemelos se la bajaron otra vez. Los miró extrañado, ambos estaban sudando y desviaban la mirada para no verlo a los ojos. ¿Acaso estaban molestos?

_Pero…, ¿cómo me voy a bañar si no me la quito?- preguntó cuándo Sasuke le dijo que se quedara vestido.

_No importa, Rasuke te prestará la que trajo de repuesto. Te puedes bañar con esa puesta.

_Pero…- compuso un puchero cuando los dos morenos le negaron con la cabeza, rehusándose a que se desvistiera.- Está bien- asintió por fin, no muy convencido, pero igual aceptó.

Rasuke se acercó y le picó la nariz con la punta de su dedo- No te muevas de aquí, iremos a por más refrescos- después de decir eso, agarró el brazo de Sasuke y lo arrastró junto con él hasta donde estaba “Patricio” para comprar algunos de los refrescos que vendía.

_ ¿Por qué me traes a mí también?- se quejaba el menor, chasqueando con fastidio al ver la sonrisa tonta de la mascota rosa que le decía que le comprara de su mercancía.

_Quería hablarte de algo- le pagó a “Patricio” y tomó las bebidas.

_ ¿Naruto?- enarcó una ceja cuando Rasuke asintió- ¿qué tiene?

Rasuke miró a ambos lados, buscando a alguien que pudiese escucharlo, respondió al saberse solo- No sé tú, pero me he dado cuenta que Naruto es un peligro- Sasuke levantó más su ceja, decidió explicarse mejor- Me pone, Sasuke. No tienes idea de cuánto. Eso es peligroso.

El menor suspiró, acicalando sus cabellos hacia atrás, dijo- A mí también, pero, ¿qué quieres que haga? ¿Lo amarro con una soga a la pata de la cama?

_Tsk. No me malinterpretes, imbécil- le dio un golpe en el brazo, marcando su ligera molestia- lo que quiero decir es… que si Naruto nos pone a ambos en esta situación, también lo hace con el resto de los varones.

_Eso es peligroso- admitió.

Rasuke levantó un dedo y lo movió para señalar su cerebro- eres lento, hermanito. De eso es de lo que estaba hablando.

_Entonces solo hay que proteger…- Sasuke se quedó con la palabra en la boca, dejando caer los brazos a los lados de su cuerpo y abriendo bastante los párpados al ver la escena más molesta de su vida. De nuevo. Naruto estaba siendo rodeado de un montón de tipos- …lo.

_ ¿Sasuke?- el mayor parpadeó confundido por la repentina parálisis de su mellizo, se dio la vuelta para seguir la dirección de su mirada e, irremediablemente, terminó con la misma reacción- ¡Joder!- gritó fastidiado. ¿Por qué siempre había buitres rondando las pertenencias de alguien más? Tenía que espantarlos, Naruto se asustaba fácilmente.

_ ¡Espera!- Sasuke le tomó la muñeca, deteniéndolo.

Rasuke se volteó con una mirada colérica- ¿Qué espere? ¿Pero tú estás tonto? ¡Que están acosando a Naruto, joder!- rugió, levantando los brazos al aire para que el menor reaccionara de una maldita vez.

_ ¿Y qué harás? ¿Golpearlos frente a Naruto y toda la piscina?- levantó su mano derecha con un dedo extendido, dejándolo frente a la nariz del mayor- Número uno, asustarías a Naruto- extendió otro dedo- número dos, te echarían a patadas de aquí- levantó otro dedo- número tres, arruinarías la cita. Usa la cabeza por una vez en tu vida.

_Je, y lo dice el que terminó enredado en una pelea grupal la noche anterior. Si más no recuerdo, ¡fue por esto mismo! Estaban acosando a Naruto.

_No es lo mismo- resopló cansinamente- con esos idiotas sólo los puños funcionarían, pero aquí, es diferente. Podemos resolverlo de otra forma.

Rasuke lo meditó un momento, miró el suelo y después a Sasuke de soslayo- ¿Cuál es tu plan?

Sasuke sonrió con prepotencia, se acercó a su hermano y le relató cuál era su estrategia en el oído. Los ojos de Rasuke se abrieron tanto que casi los bota de sus cuencas. Miró a Sasuke sorprendido para después devolverle esa sonrisa maliciosa que estaba componiendo. Parecía ser una buena idea, una que además, ambos disfrutarían mucho.

Por otro lado, Naruto se hacía bolita en su silla, observando aterrado como cuatro chicos lo acorralaban, haciéndole preguntas que no deseaba responder. ¿Qué edad tienes? ¿Estudias? ¿Tienes novio? ¿Quieres salir con nosotros? No importó cuantas veces trató de ignorarlos, eran insistentes los muy cabrones. Su labio inferior tembló cuando uno de ellos le agarró la mano, obligándolo a que se pusiera de pie.

_ ¡No quiero!

_Oh vamos, no temas- decía el atrevido chico- te vas divertir, ya lo verás.

Naruto quiso golpearlo para que lo soltara, pero era tan enano que aunque saltara para poder llegar a la mejilla del chico con su puño, él podría esquivarlo fácilmente. Estaba desesperado. Llamaba en su fuero interno a los gemelos, rogando porque no demoraran más tiempo. Solo fueron a por unos refrescos, no deberían tardar tanto. ¿Verdad?

_ ¡Hey…!- uno de los jóvenes se quejó cuando un muchacho le paso de largo y lo empujó del hombro para hacerlo a un lado.

_ ¡Chicos!- Naruto se emocionó cuando vio que eran los gemelos. Venían sonriendo, con las bebidas entre las manos, sin ningún atisbo de molestia. Tranquilamente las dejaron en la mesa para después acercarse al rubio y dejarle un beso en cada mejilla. Rasuke en la derecha y Sasuke en la izquierda- ¿…eh?- Naruto no entendió muy bien a qué se debía ese gesto, aunque le pareció bastante reconfortante.

_Perdónanos, bebé- Rasuke le tomó las manos y le besó el dorso a cada una- ¿tardamos mucho?

Naruto no respondió, solo abrió los ojos tan sorprendido que las palabras simplemente no salían. Sasuke le pasó una mano por la espalda, pegándolo a su cuerpo con recelo y le acomodó uno mechones de su rubio cabello- ¿Tienes hambre? Podemos almorzar ramen.- le sugirió cerca de su oído, observando de reojo las cuencas salidas de los intrusos usurpadores, riendo por dentro con un deje de sadismo.

Los Uchiha hicieron una clara demostración de que Naruto venía acompañado, marcando el terreno sin ninguna vergüenza. Los chicos que lo estaban acosando, observaron la escena como si les hubiese salido una segunda cabeza. El tierno doncelito con el que querían ligar, ¡tenía dos parejas! Joder, el chico sí que se rehusaba a perder el tiempo. ¡Eran gemelos!

Algo molestos por verse tan estúpidos y abochornados, dieron media vuelta, marchando como autómatas mientras refunfuñaban cosas inentendibles. Cuando estuvieron lejos, los Uchiha chocaron palmas, el plan salió perfecto.

_Etto…- Naruto se estaba debatiendo si desmallarse por la vergüenza o desmallarse por el calor. Sasuke le soltó la cintura y Rasuke las manos, dejándolo que se sentara de nuevo en la silla para calmar a su pobre corazoncito que no dejaba de latir con fuerza- Gracias- musitó, algo feliz por cómo se sentía a pesar de todo…, respaldado.

_No pasa nada- Rasuke le revolvió los cabellos.

_Es cierto, al fin y al cabo, tú estás bajo nuestra responsabilidad.- le secundó Sasuke.

Naruto asintió, tomando una de las bebidas, decidió entretenerse en beber y no en lo acalorado que se sentía. Por un lado, estaba ese suave toque de Sasuke en su cintura, la forma en que le peinó el flequillo con los dedos y le hablaba cerca del oído. Por otro lado, estaba Rasuke. Esa forma en que besó sus manos, sonriéndole con picardía y ese mote… “bebé”. Dio un sorbo a su refresco, el sonrojo le creció hasta la coronilla. Ya estaba completamente seguro, los gemelos querían matarlo de arritmia.

Observó el lugar en redondo para desviar sus pensamientos, era verdaderamente increíble. Toda la decoración era imitando al mundo animado de Bob Esponja. Las tiendecillas alrededor de las piscinas, tenían la forma deforme de los edificios en Fondo de Bikini. Había mascotas de todos los personajes caminando por el lugar, algunos vendiendo cosas como bebidas o recuerdos, otros simplemente se tomaban fotografías con los niños.

Naruto intentó contar la cantidad de piscinas que había, pero eran demasiadas. La más grande de todas era la que estaba en el centro y tenía la forma de Gary el caracol. Alrededor había algunas más pequeñas para que los críos chapotearan. Una piscina de olas llena de adornos flotantes, otra tenía una corriente, imitando la forma de un río que rodeaba todo el parque y los jóvenes la recorrían sobre balsas o nadando. Otra tenía varios toboganes y trampolines, siendo ésta la más extrema de todas y, rápidamente, llamando la atención de uno de los gemelos.

_ ¡Vamos a bañarnos!- exclamó Rasuke como el más animado del grupo.

Sasuke lo pensó un poco. ¿Bañarse con la playera? ¿Bañarse sin la playera? No es que fuera tímido en mostrar su cuerpo ni mucho menos, sino que aún tenía esos moretones en su espalda y de cierta manera llamaban la atención. Al final decidió quitársela, no dejaría que su hermano se llevara toda la gloria.

Naruto babeó, literalmente, hasta tuvo que limpiarse con el antebrazo; cuando vio a los gemelos sin camisa, preparándose para saltar al agua… Joder. Debajo de la ropa tenían el traje de baño, cada uno de un color diferente. El de Rasuke era azul oscuro con una calavera en el muslo izquierdo y un cráneo en el bolsillo trasero. El de Sasuke era negro con el diseño de una serpiente blanca envolviéndole la pierna derecha hasta la parte de la cinturilla elástica. Tan sexys.

_ ¡Esperen!- Naruto se levantó de un salto y, olvidando la advertencia de los mellizos, forcejeó con su playera hasta que se la quitó de un tirón. Los morenos carraspearon al verlo desnudo de la cintura para arriba. Técnicamente estaba igual que el resto de los chicos allí, incluso que ellos mismos, pero Naruto resaltaba aunque no quisiera, llamando la atención de media piscina cuando empezó a inflar su pelota de playa.

_Yo te ayudo- Rasuke le quitó el plástico redondo para inflarlo él. Su mente viajó hacia algo pervertido cuando notó que la boquilla estaba húmeda con la saliva de Naruto. Sacudió la cabeza. Si seguía por ese peligroso camino, su short se volvería un estorbo para lo que deseaba hacer…, y el de Naruto también.

Terminó de inflar el balón y estiró un brazo para que Naruto lo enlazara. Así lo hizo. Del otro lado, Sasuke hizo el mismo gesto, dejando a un rubio muy colorado mientras los tres caminaban a la piscina más grande. Algo les decía que esa iba a ser una primera cita que no olvidarían en mucho tiempo.

 

<><><><><><><><> 

 

Sasuke tecleaba rápidamente en su computadora, rememorando todo lo que habían hecho en el día para inmortalizarlo en su diario digital. Le dio un sorbo a su café y siguió escribiendo. La cita había sido bastante divertida. Enseñar a nadar a Naruto fue algo realmente proveedor de inspiración para la novela que estaba escribiendo. Tan adorable como solo él podía ser.

También fue productivo, pues él y su hermano pudieron acercarse más al blondo, saber más sobre él. Por ejemplo, sobre cómo era la relación con su hermano y el bullying que sufría en Australia por ser doncel. Eso le molestó bastante. Naruto siempre fue acosado y ahora no era la excepción. Siempre llamaba la atención. En Australia porque los donceles no eran bienvenidos y en Japón por ser extranjero. Tenía que ayudarlo. Tenían que ayudarlo. Rasuke podía ser muy útil cuando se lo proponía.

Suspiró al recordar cierto escenario. Un Naruto chapoteando, tirando agua hacia la cara de su hermano mientras trataba de huir para que Rasuke no lo subiera en el tobogán. Aquello fue bastante gracioso, al final terminaron lanzándose los tres. Sasuke detrás, Naruto en el medio y Rasuke al final.

Sin duda un recuerdo inolvidable, daba gracias a todos los dioses que lo inmortalizó en su cámara de video, la cual dejó encima de la mesa con la lente apuntando hacia la piscina. De esa forma todo quedaría grabado. Incluso tuvo que pagarle a “Patricio” para que cuidara que nada le pasara al aparato, sin dudas era un gasto que estaba dispuesto a hacer.

Entrecerró los ojos cuando recordó algo no tan feliz. Ahora más que nunca podía asegurar que Naruto estaba traumado. No podía identificar a qué se debía, pero tenía que ser algo grave si no lo recordaba, o solo no quería hablar de ello. Según él, su hermano era bastante sobreprotector, obligándolo a permanecer encerrado a menos que saliera al colegio, terminó volviéndolo así de retraído y sumiso.

Se quitó los lentes de lectura para sobarse el puente de la nariz (N/A: Sasuke con lentes!!!  >///<), le dolía la cabeza de tanto meditar. Llevaba horas pensando en una forma de acercarse a Naruto sin hacerle daño, pero no podía hallar la solución si no tenía un conocimiento previo sobre qué lo traumó.

Miró hacia el umbral de la puerta, Rasuke estaba recostado contra el marco, observándolo detalladamente con los brazos cruzados en su pecho mojado. Al parecer acaba de salir de la ducha, su cabello estaba húmedo y la única prenda que llevaba puesta era un pantalón chándal de color rojo vino con líneas blancas a los lados, sus pies solo estaban descalzos.

Dando pasos lentos y sugerentes, se acercó a Sasuke y se sentó en su regazo.- ¿Aún escribes esa porquería?

Sasuke cerró la tapa de la laptop cuando el mayor quiso leer lo que estaba escribiendo. No es que no confiara, pero no quería que sus pensamientos se revelaran tan pronto. Rasuke le dirigió una mirada iracunda que quedó a medias cuando su pezón fue pellizcado.

_ ¿Qué quieres?- la pregunta salió de su boca con un toque de sugerencia, buscando avergonzar a su hermano, sin lograrlo. Rasuke le mostró una sonrisa llena de picardía y sadismo. Girando un poco, quedó de frente a él, con una pierna a cada lado de sus caderas, llevó sus brazos adelante, enrollándolos en la nuca para abrazarlo y pegar sus frentes.

_Quiero que me hables- susurró, cerrando los ojos para sentir con más precisión el aliento de su hermano contra su piel- ¿descubriste algo… sobre Naruto?

Sasuke subió la mano por la espalda del mayor, sobándolo hasta que jadeó quedito- Aún no- lo besó en la comisura del labio, sin despegarse, habló rosando ambas bocas- estoy preocupado, tiene gestos que no son normales.

Rasuke se separó, mirando a su mellizo a los ojos, notando que realmente estaba preocupado por su pequeñín. Él también lo estaba. En el rato que estuvieron jugando en la piscina, hubo momentos que Naruto reaccionaba como si le fueran a pegar, cubriéndose con las manos y rehuyendo. Los gemelos se alertaron con esto y quisieron saber si se sentía mal con ellos, pero Naruto lo negó un millar de veces.

<<Solo con ustedes me siento así de protegido. Además…, “él” ya no podrá lastimarme>>

Después de escuchar esas palabras, ambos pudieron asegurar que alguien maltrataba al pequeño cuando vivía en Australia. No podían saber quién era porque Naruto se negó rotundamente a decirlo, pero si de algo estaban seguros, era que en cuanto lo tuvieran delante le reventarían la cara hasta dejarla deforme y lo enterrarían vivo. Nadie, absolutamente nadie podía tocar a Naruto y vivir para contarlo.

El menor lamió el cuello de Rasuke y bajó por la garganta dando besitos hasta la clavícula- ¿sabes? Creo que sé cómo ayudarlo- habló el mayor antes de empezar a desabrochar el pantalón de Sasuke.

_ ¿Ah sí?- enarcó una ceja, completamente perdido.

_ ¿Notaste cuantas veces sonrió el día de hoy?- se puso de pie ante la expectante mirada de su gemelo para quitarse el pantalón chándal. Sasuke lo tomó de las caderas cuando estuvo completamente desnudo y lo volvió a sentar en su regazo- Para nuestra fortuna… Argh…- gimió al sentir como la verga de su hermano se empezó a abrir camino entre sus caderas- él parece disfrutar nuestra compañía. Podemos llevarlo… ahh… a más citas para que deje… de ser tan tímido con… nosotros.- suspiró cuando la tuvo completamente dentro, esperando a que su cuerpo se acostumbrara a la intromisión.

_ ¿Citas?- Sasuke lo pensó un poco, no parecía una mala idea. Ayudar a Naruto. Si la única forma que pudieron encontrar para que confiara en ellos, era con citas, ¿por qué no? Además, era divertido a pesar de todo. Los tres, divirtiéndose juntos, sin duda era una idea gratificante. Solo faltaba un pequeño detalle para que estuvieran completos... Unirse.

_Él pertenece a este lugar- gimió Rasuke, terminando con su exhalación la oración interna que Sasuke estaba formulando- aquí, justo entre tú y yo- le dio un beso, empezando a dar los sentones descontrolados que tanto le gustaba a ambos.

_No te preocupes- Sasuke peinó el pelo de Rasuke hacia atrás, besándole el cuello mientras lo ayudaba con los sentones, sosteniéndolo por las caderas y la espalda- …lo estará.

_ ¡Agh!... Sasuke…- respiró varias veces, buscando un punto de apoyo en los hombros del menor- … lo sé…, por eso debemos ahh… ayudar…lo.

_Ya no se asusta tanto… cuando estamos… agh… cerca. Eso quiere decir… que confía más en nosotros… grh… tal vez…- Sasuke calló cuando el mayor le dio un beso en los labios, demostrándole que lo entendía y que estaba dispuesto a hacer todo lo posible porque Naruto se quedase entre los dos.

Los guturales mugidos y jadeos descontrolados se siguieron escuchando por toda la estancia. El viento movió las cortinas cerca de la mesa de la computadora, un bombillo rojo parpadeó por el movimiento y se quedó encendido, fulminando el pecado que esos gemelos estaban haciendo.

Para la ignorancia de ese par libidinoso, la cámara estaba encendida, guardando en su memoria cada detalle, cada fugaz movimiento, cada parte de la piel desnuda de ambos. La batería murió y el aparato dejó de filmar cuando un alarido al unísono resonó en la vivienda, terminando así la evidencia con el orgasmo de los hermanos Uchiha…

 

<><><><><><><><> 

 

Una cabellera rosa salió del spa con su mejor amiga. Acababan de darse un tratamiento relajante, sus estresados cuerpos adolescentes lo necesitaban. Ino había convencido a Sakura para que la acompañara, puesto que la había visto alicaída desde la noche anterior. Sakura fue llorando hasta su casa, con las ropas sucias y el labio roto. Preocupada, intentó que le contara lo que había pasado, pero la pelirosa se rehusó a decirlo, solamente alegando que se las cobraría al maldito doncel.

Al llegar al parking, Ino la observó de reojo. Sakura no había dejado de fruncir el ceño en todo ese tiempo. Estaba comenzando a asustarse. Bien podía ser que odiara al doncelito extranjero por robarse la atención de sus senpai, pero no por eso le haría daño. Aquella tarde en que Kiba lo atacó, quiso detenerlo, pero estaba asustada y más con la presencia de Sasuke. Después de ese día, no le dirigió más la palabra a Kiba, temerosa de que la acusaran por lo que él había hecho.

Ahora sentía con Sakura, el mismo sentimiento que le inspiró el canino aquella tarde. Era su amiga, pero eso no quería decir que la ayudaría a lastimar a una persona. Durante el tiempo que estuvieron en el spa, quiso que entrara en razón y le dio los mil y un motivos para que cediera, pero la pelirosa la ignoró magistralmente, haciendo como si ella no estuviese allí.

_Sakura…- la llamó, pero de nuevo fue ignorada. Sakura le hizo un gesto con su mano, indicando que se iría por otro camino, entonces se subió a su escarabajo rosa y se perdió en la distancia de la calle.

Ino suspiró. Su amiga había cambiado mucho. Recordaba que antes era más mona y tímida, incapaz de defenderse de los que la molestaban por su enorme frente. Pero después, se volvió soberbia, fría, indiferente con los que no estaban a su “altura”. Reconocía que ella se había contagiado un poco con ese recelo hacia los donceles, pero ya estaba harta. Ino no era así, si tenía que abandonar a Sakura para volver a ser ella misma, lo haría. En el fondo le asustaba hasta dónde era capaz de llegar. Para Ino, redimirse era el mejor camino.

Por otro lado, Sakura refunfuñaba frente al volante, sintiéndose impotente, estúpida, ingenua. Su héroe, el hombre por el que había estado babeando desde hacía años…, la golpeó. Eso era algo que definitivamente no olvidaría jamás, pero para su desgracia, seguía enamorada. Estaba enojada, sí, pero no saciaría su furia contra su senpai, lo haría contra el causante de todo eso, el jodido monstruo extranjero que arruinó su vida con su carita de cordero. Si pudiera matarlo lo haría, pero luchar contra la justicia sería un verdadero martirio, así que decidió vengarse de otra forma. Una en la que… sufriese mucho más.

Sacó de su bolso el móvil y se colocó el auricular. Dos timbrazos antes de que la línea conectara.- ¿Eres tú, primito?- preguntó, cambiando el tono de su voz a uno más inocente y aniñado.

_Es raro que tú me llames, siempre olvidas que existo.

_Oh vamos, no seas así. Sabes que estoy ocupada por mis problemas con el consejo y todo eso.- enroscó un dedo en su cabello, dándole vueltas a uno de los mechones sueltos para meterse mejor en el personaje de “niña buena”.

_A mí no me engañas, Sakura, dime qué demonios quieres. Tengo cosas que hacer.

Sakura rodó los ojos- Eres una persona muy impaciente, primito- burló un poco, dando vuelta en una esquina, se detuvo frente a una enorme cafetería de dos pisos con terraza- necesito un favor. Te espero en el lugar de siempre para… negociar.

_ ¿Me meteré en problemas por esto?

­_Por supuesto que no, ¿por quién me tomas?- exigió algo ofendida. Bajó del coche, retirándose el manos-libres, se puso el móvil cerca de la cara. Cerró el coche con la llave inalámbrica y entró en la cafetería para pedir una mesa cerca del balcón en la terraza.

­_Por una manipuladora de mierda- respondió el chico, muy convencido de la catalogación hacia su prima, resopló antes de continuar hablando, sabiendo que Sakura no se daría por vencida tan fácilmente- está bien, te veré allí en diez minutos.

Sakura se sentó en la mesa que le ofreció el camarero, sonriendo ante la formativa de su primo- No me hagas esperar- le guiñó un ojo coqueto al joven, era bien guapo y alto, de cabellos negros, lisos. Justo el tipo de chico que le gustaba. El muchacho le mostró una sonrisa forzada y se fue después de recoger su orden.

_Tranquila, sabes perfectamente que no lo haré- la llamada terminó después de esa última frase. Sakura apoyó la barbilla en su mano, optando una pose aburrida mientras observaba a los transeúntes en la calle moverse de forma apresurada.

Al poco rato, el camarero volvió para dejarle su descafeinado con crema y canela. En la servilleta debajo de la taza, estaba escrito un número de teléfono. Miró al joven moreno, devolviéndole una sonrisa ladina antes de darle otra servilleta con su número. Bien, al menos ya tenía un polvo para esa noche. El destino al parecer le estaba sonriendo. Ahora solo quedaba convencer a su primo de que la ayudase y entonces podría comenzar con el plan: “Reconquista”.

 

Continuará…

Notas finales:

Bueno chicos, la tormenta se acerca, y ésta vez tiene nombre, apellidos y el cabello rosa. ¿Quién será el primo de Sakura? ¿Qué hará Ino para redimirse? ¿Naruto estará a salvo? Y lo más importante……. ¿Llamará Fugaku? …….. bueno, no creo que eso sea tan importante ¬¬… o sí? No se lo pierda, el próximo capítulo de Twin Uchiha estará…. Mejor sin spoiler. Y no sé por qué de repente esto parece un comercial ¬¬U

PD: Por favor, chicos, si siguen teniendo dudas, háganmelo saber. De esa forma podré esforzarme y de paso sabré en qué puntos debo hacerlo con más ahínco. Yo escribo para mi satisfacción personal, pero también lo hago por ustedes, así que no sean tímidos y denme su opinión en los rew n_n7.. nos leemos entonces!!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).