Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El plan por Drakarys

[Reviews - 146]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola ¡Ya regrese! ¿Cómo les fue de vacaciones? Espero que hayan salido aunque sea con la imaginación.


Ahora que cheque sus reviews me di cuenta que todas preguntan ¿Y dónde está Stark? ¿Por qué se comportó así? Bueno, les diré que este capítulo y el anterior era uno solo pero al estar muy largo lo partí. Sin embargo cuando estaba por subir la segunda parte, mi hermana me hizo un par de acotaciones interesantes así que me espere, pero perdí la señal de internet así que hasta ahorita que estoy en casita tengo la oportunidad. Espero que esto aclare algunas dudas.


 

Tony se encontraba en el taller de mecánica trabajando en un nuevo prototipo de brazo mecánico, cuando un compañero se le acercó.


-¡Hey, Hey! Amigo Anthony –lo saludó palmeando su hombro con una hipócrita actitud.


-Justin Hammer, -resopló con tedio –mi persona menos favorita.


Tony aborrecía a Hamer porque siempre lo creyó una mala imitación de él. En su intento por parecérsele solía tratar de vestir de la misma forma, llevar el mismo corte de cabello y hasta algunas veces el mismo peinado, andaba incluso detrás de las mismas chicas y ahora que todo el mundo hablaba de lo suyo con Loki, se preguntaba que sería capaz de hacer para llamar la atención.


-¿Así que es cierto? –preguntó acercándose hasta su mesa de trabajo y comenzó a curiosear entre sus cosas. -Qué bateas para el otro bando.


-Si lo preguntas por algún interés en particular –le contestó sin demostrarle mucha atención –de ante mano te digo que no eres mi tipo.


-¿Qué? ¡No! ¡Dios, claro que no! –se apresuró a negar. –Me preguntaba si ahora que al parecer tus gustos están dirigidos hacia otro tipo de “intereses”, dejaras de entrometerte entre la señorita Potts y yo.


-¡Ja! Que chistoso –se burló –en especial porque  a) jamás me he interpuesto entre ustedes ya que… b) entre ustedes no hay nada y seguramente nunca lo habrá porque… c) no eres el del gusto de alguien tan refinado como Papper.


-¿Celoso?


-La verdad no –respondió con honestidad- ¿Puedes dejar mis cosas dónde están? –le pidió arrebatándole de la mano una de sus pinzas de precisión. –Para ser honestos deseo con todo mi corazón que sea feliz –le aclaró volviendo a su trabajo –pero sé que aunque Papper ha tenido malos ratos, y para prueba estoy yo, es incapaz de tener tan malos gustos para andar con zorras falderas como tú.


-Hablando de Zorras… -dijo dibujando en su rostro una sonrisa maliciosa mientras sacaba su móvil y recargaba medio cuerpo sobre su mesa de trabajo. –Estaba yo vagando tranquilamente por la red cuando encontré algo que atrajo enormemente mi atención ¿quieres ver? Es sobre tu nuevo amor.


-No me interesa –zanjó empujándolo sutilmente para que no estorbara.


-¿Enserio? –tecleó en el dispositivo para mostrarle la caratula de un video a Stark. –Parece ser de índole porno ¿Increíble no? al parecer tu novio es todo un Loki-llo. Quien lo viera tan seriecito.


A Tony le indigno que Hammer utilizara a Loki para molestarlo una vez más, así que opto por ignorarlo seguro de que se trataba de alguna otra estupidez como las que acostumbraba.


-¿No? –Insistió tratando de picar su curiosidad, pero no obtuvo la respuesta deseada. –Bien, entonces no te importara que lo comparta con algunos amigos, seguro que a ellos les interesará.


-Como quieras, solo lárgate de aquí.


Pero Justin cumplió su amenaza y al instante los celulares de todos comenzaron a vibrar. Tony vio enfadado como todos tomaban sus móviles y se reían ante el contenido del mensaje, definitivamente iba a despellejar a ese tipo si había osado meterse con su Loki, pero cuando intento reproducir el video el celular falló.


-¿Pero qué demonios? –exclamó indignado Justin cuando su dispositivo se oscureció de la nada. Intentó por todos los medios encenderlo nuevamente pero nada funciono.


-Bueno, eso pasa cuando utilizas tecnología de mala calidad –se burló más tranquilo Tony, ahora que comprobaba que todo era una fanfarronería de Hammer. Entonces sus compañeros empezaron a reclamar cuando uno a uno los móviles se fueron apagando, aquello llamo su atención.


Indignados, sus compañeros de taller se comenzaron a acercar a Justin para reclamarle por haberles enviado un virus al parecer letal, los dispositivos quedaron inservibles. Mientras este retrocedía e intentaba librarse de aquella embarazosa situación, Tony reviso su móvil vencido por la curiosidad. Era un video de Loki con al menos tres años de antigüedad, pero alguien se había asegurado de que nadie lo pudiera abrir y eso le revelo a Tony que era genuino y solo una persona tenía la habilidad para hacer algo así… aparte de él.


Necesito solo unos cuantos comandos para desencriptar el archivo. Le intrigaba saber porque Loki se había tomado tantas molestias para que nadie pudiera ver su contenido y cuando por fin pudo reproducir el video lo entendió, aquello era una violación atroz a su intimidad, de hecho era una ofensa gravísima a la intimidad de cualquiera. Loki sería incapaz de filmarse en una situación así y mucho menos de subirlo a la red, eso había sido contra su voluntad y solo podía imaginarse todas las repercusiones que aquel video le pudo haber ocasionado. Entonces entendió porque aquella mañana se había puesto de esa manera mientras que él erróneamente había creído que exageraba… pero no era así.


El timbre sonó dando fin a aquella hora. Los estudiantes guardaron sus cosas y se dirigieron a los pasillos para cambiar de salón. Tony salió casi corriendo en busca de su novio pero no lo encontró en el aula donde debía estar.


-¡Clint! –llamó al chico que en ese momento cruzaba la puerta -¿Has visto a Loki?


El arquero negó. Lego le explico cómo en medio de la clase se había puesto de pie totalmente descompuesto y sin pedir permiso simplemente salió de ahí.


-¿Estaba enfermo? ¿Se sentía mal? –preguntó preocupado.


-Pues… estaba más pálido de lo normal, pero no lo sé.


-Gracias –dijo amablemente y comenzó a buscarlo casi con desesperación.


Por más que insistía no respondía a su teléfono. Lo busco en su siguiente clase pero no llegó, reviso el laboratorio, cada pasillo de la biblioteca y hasta el techo del colegio, cada rincón donde Loki solía ocultarse pero no apareció por ningún lado. Fue entonces que vio a Bruce, quien al parecer era íntimo amigo de su “cuñadita”, él tendría que darle alguna razón.


-¿Acaso no lo sabes? –Le preguntó consternado –se fue después de la pelea que tuvo con Bran.


-¿Con Bran? –Tony no podía dar crédito a lo que escuchaba ¿Por qué tendría que pelear Loki con el idiota de Bran?


Bruce le contó lo poco que sabía sobre el incidente, como un grupo pequeño de jugadores de futbol lo había acorralado en los baños. Parker había entrado por casualidad cuando le estaban dando de patadas entre todos y había salido huyendo de ahí, temiendo ser el siguiente.


-¡Estúpido Bran! –masculló terriblemente enfadado. Alguna vez se habida metido con la novia de ese carbón y ahora este se estaba desquitando con Loki de la forma más cobarde posible.


-Si no hubiera sido por Odinson, –siguió narrando Bruce.


-¿Thor? –aquello era todavía más inverosímil.


Bruce le narró cómo solo el rubio había tenido el valor de enfrentarlos y ponerlos en su lugar, lo supieron por la nariz torcida de Bran y la forma como iba despotricando contra Thor. Aquel nombre sabia amargo en boca de Tony, en primera porque era su rival y en segunda porque tuvo que ser precisamente él quien defendiera a Loki en su lugar.


-Seguramente ya se fue, Susan Storm lo vio yendo a la salida.


Tony le agradeció a Bruce por la información y se encaminó rumbo al estacionamiento mandando al carajo la escuela, lo único que deseaba era saber si Loki se encontraba bien.


La siguiente hora había dado inicio y casi por arte de magia los pasillos se encontraron vacíos, por eso le extrañó que alguien lo frenara casi en la salida aferrándolo fuertemente por el brazo.


-Tony –lo llamó una voz que reconocía muy bien -¿Podemos hablar?


El castaño se volvió liberando rápidamente su brazo del feroz agarre de Steve.


-Llevo un poco de prisa, ya será en otra ocasión, –dijo tratando de aparentar indiferencia.


-Por favor –rogó el rubio acercándose un par de pasos a él, mismo que Tony utilizó para retroceder.


-Tú y yo no tenemos nada de qué hablar.


Hizo un intento porque su voz sonara lo más ecuánime posible, pero la lastimera forma como Steve lo miraba le estaba dificultando bastante aquella labor.


-Al contrario, -insistió el rubio tomándolo ahora por el hombro –dejamos demasiadas cosas sin decir.


-¿Porque no las guardas en el armario como todo lo demás? –contestó despectivamente, rompiendo el contacto de forma violenta, como si su simple toque le quemara. Retrocedió nuevamente afectado por la cercanía de Steve. –Me tengo que ir. – Dio por terminada la conversación y se apuró nuevamente rumbo a la salida. Pero si pensaba que el otro se daría por vencido tan fácil, se equivocó.


-¿Entonces es cierto? –Steve alzó la voz para que lo escuchara mientras iba unos pasos detrás de él. -Que andas con Loki.


-Creo que andas un poco desactualizado de información. –Contestó acelerando el paso, casi al punto de correr.


-¡No quería creerlo si no me lo confirmabas tú! –lo detuvo a unos metros de su automóvil para no dejarlo subir. Estaba desesperado, Tony había sido su gran amor, aquel que perdió por una estupidez y que estaba decidido a recuperar.


-Pues date por informado.


-Aun así no podría creerlo. –Steve se acercaba cada vez más a él, acorralándolo contra su porsche.


-¿Por qué? –Se le planto irritado, frio, en un último intento por demostrarle que ya no sentía nada por él -¿Crees acaso no puedo tener a alguien más?


-No, -aseguró el rubio completamente convencido. -Creo que no puedes amar a nadie más. Somos el uno para el otro, ¿Recuerdas? Tú mismo lo dijiste.


-También recuerdo que dijiste que no podías ser gay –dijo atormentado por la memoria del dolor que aquellas simples palabras le causaron, el principal motivo de su separación.


-Lo siento –Steve se encontraba desolado y terriblemente arrepentido por lo que había pasado entre ellos dos y necesitaba desesperadamente que Tony lo comprendiera y sobre todo que lo perdonara.


Por meses habían sostenido una relación oculta a los ojos de los demás solo porque él no estaba listo para gritar a los cuatro vientos que era gay, que en contra de la educación y los rígidos principios que había recibido se había enamorado de alguien de su mismo sexo y eso a Tony lo decepcionó.


–Sé que he cometido mil errores, que te he defraudado, pero nunca te quise herir. –Sus  fuertes manos habían vuelto a cerrarse sobre sus hombros casi al grado de lastimarlo. – ¡Te amo! –exclamó y su mirada era un grito desesperado que el otro se negaba a oír. – ¡Vuelve! –rogó y su voz temblaba al igual que todo él. -Te lo suplico, sé que esto tiene solución.


-Steve… no. –Tony jamás lo había visto así, tan descompuesto, al punto del llanto y con su inquebrantable dignidad por los suelos.


-Por favor, -dijo tan cerca de su rostro que su aliento le acaricio la piel. Su boca cosquillaba con la proximidad de la ajena y Tony estuvo a punto de dejarse llevar cuando sintió el varonil aroma del cuerpo de Steve, el tenue roce de sus tibios labios, la sutil caricia de sus dedos sobre su piel.


Cierto, él había sentido por él lo que jamás había sentido por ninguna mujer, y había decidido, aun con el temor en su corazón atreverse a dar ese paso al vacío con Steve, creyendo que él jamás soltaría su mano, pero llegado el momento decisivo, simplemente retrocedió.


Una parte de su cerebro finalmente aterrizó y haciendo uso de todas sus fuerzas lo aventó para alejarlo definitivamente de él.


-Eso no va a pasar, -le garantizó más dueño de sí mismo.


-Sé que no me has olvidado, lo puedo sentir.


-Tal vez, pero eso no quiere decir que vaya a volver contigo, -dijo indignado -¿Que creías? ¿Qué con un lo siento iba a borrarlo todo y correr a tus brazos? ¡Tú me condenaste! ¿Te olvidas? Me rechazaste, e incluso me repudiaste. Así que discúlpame si no me convencen tus lagrimas forzadas.


-Tony déjame que te explique.


-Da la media vuelta Rogers, tus explicaciones no le hacen falta a nadie –Abrió la portezuela del auto y subió. Encendió el motor y sonrió despectivamente colocándose los lentes oscuros. –Cuando acabó jure que borraría tu mal recuerdo de mi sistema, así que ¡lo siento! Pero no tengo tiempo de escucharte. Sigue tu vida y cura tus heridas como lo hice yo… sufre como yo.


El auto arrancó y Steve vio marcharse al amor de su vida sin poder hacer nada para detenerlo. Sabía a donde se dirigía, a buscarlo a “él” y esa certeza le destrozaba el corazón porque estúpidamente había dado pie a Tony a buscar otros brazos.


Un golpe cimbró el tronco de un gran árbol al estrellarse el puño de Steve, luego otro y otro más, mientras gritos de rabia y dolor se escapaban de su garganta al igual que las amargas lágrimas lo hacían de sus ojos. Tony se había ido y su felicidad con él.


 


 


Skadi llego aquella tarde a la casa de su hermano cargando una docena de bolsas. Había ido de compras y aprovecho para surtir la despensa a sus sobrinos. Todo estaba silencio, Laufey le había comentado que llevaría a Býleist al neuropediatra y aun no era hora para que sus sobrinos salieran del colegio; por lo que no tendría ninguna distracción. Simplemente entraría, acomodaría las cosas en la alacena y tomaría algunos recibos para pagarlos ya que pasaría por el centro. 


Entonces la puerta se abrió.


Había pensado por un momento que se trataba solamente de su imaginación, pero cuando esta se cerró de un fuerte golpe y un borrón negro subió veloz por las escaleras supo que no estaba tan loca como creía ¿O sí?


-¿Loki? –llamó a quien ella creía haber visto pasar sin saludar, pero no obtuvo respuesta. Tan pronto como llegó a su habitación se enclaustró en ella. Skadi lo siguió. –Loki ¿Estas bien? Deberías estar en el colegio ¿Qué haces aquí? –golpeó la puerta pero continuó sin contestar. –Flaco ¿te sientes bien? abre la puerta por favor.


-Estoy bien –se escuchó una voz ahogada, tal vez por algunas almohadas en su cabeza. –Déjame solo ¿Si?


-¡Por supuesto que no! –exclamó preocupada, a ese chico le estaba pasando algo. –Si no me abres tendré que llamar a tu padre para que averigüe que pasa. –Y ante la negativa de su sobrino comenzó a aporrear la puerta para desquitar su frustración. -¡Loki, abre de una jodida vez! Voy a contar hasta tres y ya van dos…


Entonces la puerta se abrió mostrando a un enfurruñado adolescente.


-No deberías decir malas palabras aquí –le recordó de mala gana.


-¡Cielo santo! ¿Qué te pasó? –Exclamó tan pronto lo vio. Tenía una aparatosa herida en la frente y el labio inferior partido e hinchado, la sangre parecía estar seca ya.


-Me caí. –Fue todo lo que dijo y regreso lentamente a su cama donde se acostó.


-¿Cómo que te caíste? –aquello era algo realmente difícil de creer.


-Se me atravesó un idiota y me caí –argumentó de mala gana sin darle demasiada importancia. En parte era verdad, aunque solo era una centésima parte de toda la verdad.


-Déjame verte. -Skadi se sentó en la cama junto a su sobrino y lo revisó. Loki apretaba los ojos y hacia muecas de dolor ante el más mínimo roce de su tía. –Sera mejor que lo atendamos o se te infectara. Vamos.


-Ya te dije que estoy bien.


-No es una sugerencia, levántate, –y no le quedó más remedio que obedecerla o de lo contrario jamás lo dejaría en paz.


Bajaron al comedor donde su tía se apresuró a limpiar y desinfectar las heridas ante las continuas protestas de su sobrino.


-Deja de quejarte


-¡Pero me arde! ¿Dónde aprendiste a curar? ¿En la inquisición?


-Eres un exagerado.


Skadi saco hielo y lo envolvió en un paño para colocárselo en la frente y bajarle con esto la hinchazón. Cuando Laufey lo viera no lo iba ni a querer oír.


-¿Qué pasó? –volvió a cuestionar mientras le pasaba el hielo para que él mismo se lo aplicara.


-Ya te lo dije que me caí, –repitió rodando los ojos con tedio.


-¿Sobre cuantos puños? –Loki sonrió, ¿es que acaso era imposible mentirle a esa mujer? Pero si estaba pensando en al menos poder evadir el tema, se equivocó. La puerta se abrió como si un vendaval la hubiese golpeado y Helblindi entró. Aventó la mochila en el sillón cuando paso rauda por la sala y llegó lívida hasta el comedor.


-¡Por Dios! Creí que estarías en un hospital –exclamó acercándose a su hermano – No podía creer lo que te hizo ese animal.


Skadi miro significativamente a su sobrino y este se desentendió disimuladamente. Helblindi hablaba rápidamente mientras tomaba una fruta del canasto que se hallaba en la mesa y la comenzaba a engullir. Desmenuzaba suculentamente el chisme que pronto empezó a correr por el colegio. Como el equipo entero de futbol lo había arrastrado hasta el baño y como le habían propinado entre todos una tremenda paliza para vengarse de Tony Stark. Que por poco no la contaba de no haber sido por Thor que llegó como un verdadero salvador. Luego narró como lo habían sacado irreconocible del baño, el cual clausuraron para lavar los restos de sangre que fue derramada ahí. El colegio entero le había dado el pésame y algunos cuantos incluso se habían acercado a tratar de reconfortarle.


-Y ni siquiera tengo un vestido negro, –exclamó al finalizar, depositando en la basura las cascaras de la banana que había tomado y limpiándose descuidadamente las manos en la ropa de su hermano – ¿Crees que papá quiera darme para comprar uno?


-¡No hagas eso! –reclamó alejándose de su suciedad. -¿Acaso vez un funeral aquí?


-Podrías ser un fantasma ¡Auch! –exclamo cuando Loki la pellizcó.


-Ya vez que no.


-Bien, de cualquier forma, el luto no me sienta bien –se retiró indignada golpeando a su hermano con su cabello al girar.


Tan pronto como quedaron ambos nuevamente solos, sintió la intensa mirada de su tía sobre él. Sabía que en su cabeza se estaban formando mil y una teorías con la nueva información que acababa de obtener, pero él no estaba de humor para debatirlas en ese momento así que decidió mejor regresar a su habitación.


-Alto –ordenó su tía tan pronto dio unos pasos hacia la salida, con un tono que raramente usaba y que era más frecuente escuchar en su padre. En ocasiones como esas recordaba que en verdad eran hermanos a pesar de ser tan diferentes.


-¿Ahora qué? –se volvió para verla, de brazos cruzados, recargada junto a la mesa y con un gesto de “no te atrevas a joderme o te ira mal”.


-Quítate la sudadera.


-Eso fue solo una exageración.


-¡Quítatela!- repitió tajante. Sin otra opción Loki regreso lentamente y se la quitó –también la playera –demandó y cuando lo hizo reveló sobre su pecho, vientre y espalda los estigmas de la “paliza” que según Helblindi le habían dado y a Skadi no le parecían ninguna exageración.


-¡Por todos los cielos! –exclamó horrorizada -¿Pero qué te pasó?


-Ya lo dijo Blindi, me acaban de asesinar –contestó con una sonrisa burlona.


-No estoy para bromas Loki. ¡Mira nada mas como te dejaron! –Y rápidamente comenzó a examinar los enrojecidos hematomas en busca de alguna fractura o herida de gravedad –será mejor que vayamos al hospital.


-Estoy bien –se quejó con cada toque de su tía sobre su piel –adolorido pero bien. Ninguna es de gravedad.


-¿Y desde cuando eres tan experto en medicina?


-No me pudiera mover ¿no lo crees? –Aunque técnicamente era así; una vez pasada la adrenalina del momento, su cuerpo le estaba comenzando a pasar factura por los golpes recibidos.


-Podría tratarse de un derrame interno. Hay quien está hablando y de repente cae muerto


-Creo que exageras, -argumentó restándole importancia, lo que menos quería era pasar el resto de su día en la sala de espera de un hospital.


-¿Lo crees? –Skadi no sabía si confiar en su juicio o no, era tan blanco que la mínima presión dejaba huella en su piel; lo que tenía frente a sus ojos no parecían precisamente caricias.


-¿Quieres contarme las costillas por si me falta alguna?


-Siéntate –Skadi sacó del botiquín un ungüento con un olor muy penetrante y se lo empezó a aplicar. – ¿Todo esto por culpa de tu novio? ¿Por qué?


-Bran tenía cuentas pendientes con Tony y conmigo, creyó que era un buen momento para saldarlas.


-¿Dejándote así?


-Ellos tampoco salieron bien librados, -sonrió al recordar su pie en el rostro de Frank.


-Debido a Thor, –dijo su tía con un agradecimiento implícito en su tono de voz que Loki aborreció.


No le gustó la idea de ser rescatado por el estúpido de Odinson como una frágil doncella. Ahora él había quedado como un glorioso héroe, mientras su temida reputación había sido por completo fracturada.


 –Y a todo esto ¿Dónde estaba tu novio? ¿Por qué no te defendió? No me gusta que ya te estés metiendo en problemas por culpa de él. No vale la pena, ¿Qué clase de amor es ese? Cuando uno quiere a alguien lo cuida, lo protege, se preocupa por él. Le demuestra con hechos y no con palabras todo lo que dice sentir.


-El no pudo defenderme porque ni siquiera se enteró –le debatió Loki mientras era envuelto con vendas como si fuese una momia. –Ni siquiera yo lo vi venir. ¿Podrías aflojarlo un poco? Apenas puedo respirar. –Levantó los brazos dandole más espacio a su tía para hacer su labor. -Además ¿Quién hablo de amor? Llevo una semana de conocerlo, un par de días en que empezamos a salir ¿Quién se enamora en tan poco tiempo?


-Romeo y Julieta. Tomate esto –le entregó un par de analgésicos y des inflamatorios que Loki pasó sin agua.


-No me parece un buen ejemplo ya que ambos terminaron muertos, –contestó volviendo a colocarse la playera.


-Pues vas por buen camino –dijo sarcástica obviando la golpiza que acababan de propinarle.


-¿No fuiste tú quien me aconsejo abrirme a nuevas relaciones?


-Pero con personas menos problemáticas, ¿Qué eres, un imán para la catástrofe?


-Espero que no.


-Está bien que salgas y te des otra oportunidad, pero si es acosta de tu seguridad y tu salud física y emocional, prefiero que sigas encerrado.


La puerta se abrió nuevamente entrando esta vez Býleist seguido lentamente de Laufey. Loki se colocó rápidamente la sudadera y se apresuró a guardar el botiquín.


-Ni una palabra a mi padre ¿Ok?


-¡Mmm! –torció la boca su tía, aquello la ponía en una difícil situación. De todas formas su hermano se iba a enterar pero si era por su boca Loki no volvería a confiar en ella, si se callaba tendría problemas con Laufey.


-¡Ya llegamos! –saludó alegremente Byleist entrando en el comedor. –Svad preguntó por ti, dice que ¡Wow! ¿Qué te paso? –se frenó cuando vio el rostro de su hermano. Loki trato de ocultar lo más posible su herida tras su cabello. -¿Te hicieron una maldición imperdonable? –preguntó emocionado tocando la herida de su frente. Loki hizo una seña para que guardara silencio.


-¿Qué dijo el doctor? –pregunto Skadi a su hermano tan pronto cruzo el umbral del comedor en un intento por distraerlo.


-Se le tendrán que cambiar las dosis de los medicamentos a Býleist debido a su reciente aumento de estatura. –contestó Laufey mientras miraba curioso los disimulados intentos de su hijo mayor por ocultarle su rostro.


-Si sigo así en un par de años llegare a ser un gigante –aseguró el menor con una sonrisa de orgullo. Deseaba llegar a ser tan alto como Thor; según le había contado aquella vez, el había sido tan bajito como él, así que guardaba la esperanza.


-Tendremos que estar al pendiente de las reacciones de… Loki ¿A dónde vas? –le inquirió cuando trataba de darse lentamente a la fuga. Él siempre era el primero en estar al pendiente de las recomendaciones del doctor. Algo trataba de ocultar.


-A mi cuarto, no me siento muy bien –dijo aun de espaldas a él.


–Date vuelta, –le ordenó su padre. Conocía a su hijo muy bien, no en vano ya habían pasado por una situación similar. –Anda- Loki obedeció sin más remedio con la cabeza agachada para que su largo cabello sirviera de cortina a su magullado rostro. –Enséñame tu rostro. –Y cuando lo hizo Laufey supo de inmediato que tenía razón. -¿Qué te paso?


-Se calló de la patineta –se apresuró a cubrirlo su tía.


-De la patineta –repitió enarcando una ceja, Skadi asintió enérgicamente. -¿Es verdad? –le cuestionó a su hijo y este solo contesto con un leve “si” mirando a su tía de reojo. – ¡El campeón de saltos y maromas se cayó de la patineta! –dijo con ironía. Laufey podría asegurar que era más fácil que se callera estando de pie que sobre esa tabla con ruedas.


-Un estúpido se atravesó sin mirar, a cualquiera le pasa. Loki intentó esquivarlo pero termino embarrado en un poste. Por suerte es de cabeza dura. –Skadi sonrió nerviosa tratando de romper la tensión del momento pero su hermano la ignoró por completo.


– ¿Qué fue lo que pasó? –demandó y su voz resonó enérgica.


-Býleist ve a tu habitación –le pidió su tía sabiendo que eso podría no acabar muy bien.


-Pero esta por revelarse la mejor parte de la historia. –Y por toda respuesta Skadi le clavo una mirada que no daba lugar a replica así que refunfuñando se retiró. –Nunca me dejan escuchar lo interesante.


Mientras Laufey tenía sus feroces ojos clavados en su hijo mayor.  Loki seguía callado, tenso y aunque su rostro se mostraba impasible como de costumbre, por dentro deseaba estar en cualquier otro lugar que no fuese ahí, rindiéndole cuentas a su padre.


-¿Y bien? –insistió este, no era un hombre que se caracterizara por su paciencia.


-Me pelee, –confesó finalmente tratando de no amedrentarse por él.


-Te peleaste… -repitió Laufey tranquilamente. Su brazo derecho cruzaba su pecho mientras el codo del izquierdo se apoyaba en él; un delgado dedo cruzaba sus labios como si tratara de silenciarse mientras meditaba el significado de aquellas simples palabras. Y la pregunta para la cual no tenía en ese momento una respuesta llegó por fin. -¿Por qué?


-Ya sabes cómo son los chicos Laufey, -trató de ayudarlo su tía –no dejan de meterse en problemas, ellos…


-Déjalo que conteste –dijo tajante para dejarle claro que no quería su intervención.


Loki había tenido tiempo de crear una versión de los hechos en la que no saliera tan mal parado, aunque posiblemente Fury no tardaría en llamar para reportar lo que pasó; por lo que era un desgaste inútil intentar mentirle. Pero al menos pretendía disfrazar un poco la verdad a su conveniencia, el problema era como. Trago sintiendo su garganta terriblemente seca, el tiempo se le agotó.


–Estoy esperando tu respuesta.


-Bueno… -carraspeo aclarándose la voz- Tony y yo…


-¿Tony?…- se tensó su padre al escuchar ese nombre. -Lo sabía –exclamó en un tono frio e hiriente. – Sabía que se trataba de ese infeliz.


-¡Ni siquiera me has dejado terminar! –le reclamó indignado.


-No lo necesito para saber que todo ha sido por culpa de ese chico Stark. ¿O me lo vas a negar?


-Lo estas juzgando sin siquiera conocerlo.


-¡No necesito conocerlo! –explotó al fin su padre. – ¡Me basta con mirarte el rostro para saber que es dañino para ti! ¡Si así empezó la relación no quiero ni saber cómo es que va a terminar! Quiero que pienses, con la madurez que sé que tienes, si esa relación te es conveniente, porque yo veo que no lo es. Te lo puse muy claro: no quiero tener que pasar por lo mismo que la otra vez.


-Y yo te prometí que eso no iba a volver a pasar, –aseguró con la voz entrecortada.


-Entonces dime que fue lo que pasó y quiero la verdad.


Loki intento narrarle una versión recortada de los hechos en donde no dejara mal parado a Tony, pero no por nada su padre había sido detective y por más que intentaba defenderlo se liaba con sus propias palabras y al final salió a la luz la verdad. Que en realidad no fue un pleito sino más bien había sido asaltado en medio del baño por un grupo de idiotas, y que si, una parte de la culpa la había tenido Stark. Loki trato de compartir la responsabilidad de los hechos, porque él estaba seguro que aunque Bran traía rencillas con Tony, el resto del equipo las tenía con él y no solo por el asunto de la pintura azul. Al final su padre estaba que echaba humo por las orejas.


-Quiero que termines con él. –Fue toda su respuesta.


-¡¿Qué?! Pero ¿Por qué?


-¿Por qué? –Laufey no podía creer que su hijo no entendiera- Te metió en este problema de a gratis y ni siquiera dio la cara por ti. ¿Crees que realmente te conviene una relación así? ¿Vale la pena arriesgar todo por alguien tan ajeno a ti? ¿Y si te expulsan otra vez? ¿Y si no hubiese llegado a tiempo el hijo de Odín? Estaríamos ahora mismo en el hospital. No estoy dispuesto a arriesgar a mi hijo por alguien como él.


Loki estaba a punto de protestar cuando el timbre sonó. Skadi hiso amago de levantarse del asiento, desde el cual había contemplado en silencio toda la escena, para ir a abrir, pero Laufey le hizo una seña para que no se moviera de su sitio y fue.


Frente a él le sonreía encantadoramente un joven de cabellera castaña finamente vestido. A Laufey le basto ver el lujoso automóvil estacionado frente a su casa para saber de quien se trataba. Cerró la puerta tras de él


-¿Si? –dijo en un tono sombrío que casi helo a Stark, y digo casi porque Tony desde su infancia estaba acostumbrado a codearse con todo tipo de personas, desde ministros importantes hasta enemigos políticos de la empresa de su padre. Simplemente sonrió.


-Buenas tardes señor Laufeyson, ¿Estará Loki por aquí?


-¿Quién lo busca? –preguntó Laufey sin cambiar de expresión.


-Tony Stark –le tendió la mano amablemente –Ya nos habían presentado por teléfono. Soy el novio de su hijo.


-El novio, sí. –mascullo agriamente su suegro, se cruzó de brazos sin responder a su saludo y lo observo, desde su enorme estatura. –Bien, porque precisamente contigo deseaba hablar.


-Usted dirá señor.


-Veras, acabo de enterarme de lo que paso con Loki en el colegio y no me gusto. Él ya ha pasado por muchas cosas en su vida como para que vengas tú a perturbarle su existencia a pocos meses de la graduación. Mi hijo no tiene necesidad de pagar por tus platos rotos, así que te pido de la manera más amable que no te le vuelvas a acercar ¿Entendido? No te quiero volver a ver por aquí.


-Pero señor…


-Buenas tardes. –Ni siquiera le permitió hablar. Dio la media vuelta y entro cerrando la puerta tras de él.


Loki estaba plantado a centímetros de la entrada recriminándole con la mirada lo que acababa de escuchar.


-¿Quién era? –pregunto Skadi.


-Un idiota –contestó secamente Laufey sin apartar sus fieros ojos de él. –Un idiota que se equivocó de lugar. Pero ya lo despache.


Loki respiraba agitado tratando de contener el cumulo de reproches que se anudaban en su garganta. Con los ojos aguados y una gran indignación subió las escaleras y se encerró nuevamente en su habitación. El teléfono volvió a sonar para anunciarle que había recibido un mensaje.


“Lo siento muchísimo, cariño.”


De un remitente tristemente conocido: Tony Stark.

Notas finales:

Bien, hasta aqui espero que lo hayan disfrutado. Cualquier duda que tengan no duden en hacermela llegar y yo en la medida de lo posible respondere, rme alegra mucho recibir sus comentarios, son un gran estimulante para seguir.

Hasta la proxima

Adiosin.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).