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¿Amor o enfermedad? SS por kmichaelis

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Notas del capitulo:

Hola he vuelto jeje disfruten la lectura. 

—¡Oh! Claro, claro, olvide lo mas importante. Muy bien, comencemos con las presentaciones. Yo soy el amor de tu vida. 

 

—Eso no es mas que una mentira. —Hasta a mi me sorprendió lo relajado y calmado que sonó el tono de mi voz, pero lo único que quería era interrumpir a ese bastardo, ¿Como un sujeto al que ni siquiera conozco puede decir que es el amor de mi vida? Yo ya conozco al amor de mi vida. Y definitivamente no es él.

 

—Tranquilo mi vida, —se acerco hasta mi rostro y poso su mano donde se encuentre mi mejilla —en este momento estas confundido debe ser porque el efecto de la droga aun esta latente en ti. Pero no te preocupes ya veraz que te darás cuenta de tus sentimientos ya sea tarde o temprano, de eso estoy seguro. 

 

Se acercó aún mas a mi cara, para ser más precisos se acercaba a mis labios mientras relamia los suyos, sus intenciones  eran más que claras para mi, quería besarme, pero no le concedería ese privilegio claro que no. Así que cuando estuvo mas cerca de mi cara, tome todas las fuerzas que se encontraban en mi cuello sabía que esto tendría represarías en mi persona, pero ya no había marcha atrás, le di un cabezazo, golpe su frente con la mía, me dolió pero apuesto que le dolió más a él. 

 

No estoy dispuesto a ser el juguete de este tipo tan demente mucho menos a sabiendas de que me secuestro. ¿Y se autodenominada el amor de mi vida? ¡Qué va! Eso si que esta para reírse un buen rato.  

 

—A ver cariño, vamos a poner las cosas en claro entre tu y yo. —Hizo una pausa, para limpiar su rostro del camino de sangre que estaban dejando las gotas de dicho liquido que brotaba de su ceja derecha, la cual ahora se encontraba abierta. —Aquí el que manda soy yo, —se puso de pie para mirarme desde arriba con desprecio, yo aun me encontraba arrodillado en el suelo, la cabeza me comenzaba a doler y el golpe me había aturdido. —tu solo obedeces, ¿entendido? —y todo se fue por la borda, me golpeo la cara, no, no me golpeó, trato de destrozarme la cara de una parada, sentí como el sabor metálico del hierro comenzaba a inundar mis papilas gustativas y un dolor insoportable se comenzaba a apoderar de mi boca, gracias a la brutal patada recibida me había mordido mi lengua y esta comenzó a palpitar a causa del daño que se le había provocado. 

 

Mentiría si dijera que no me dolió, por que si lo hizo, el dolor se estaba apoderado de mi. Pero no puedo ser débil, no enfrente de esta persona, saldré vivo de esta y regresare al lado de Kuroko sólo esperó que pueda esperar a que yo regrese. Mis párpados comenzaban a pesar y el dolor de mi rostro aunado al olor embriagante que aun se encontraba en el húmedo medio ambiente, lograron hacer que cayese rendido en un sueño paulatino.  

 

§§§§§§§§§§§

 

Me sentía mal, no quería ser brusco con él pero la situación lo requería, si no le demostraba desde un principio que el que lleva el mando aquí soy yo, nunca podre tenerlo donde lo quiero. A mi lado. Amándonos. 

 

Pero al parecer esos sueños y fantasías mías, solo son eso. Algo que anhelaba. 

 

Note que Kagami había caído dormido, supongo que el golpe que le había proporcionado realmente lo descolocó y ahora ese hecho me hacia sentir culpable, por qué es tan difícil llegar a su corazón, no ve que me hace perder la paciencia. 

 

—No me odies. Por favor, no miento cuando digo que te amo. —Una lágrima resbalo desde mi ojo, y por mi mejilla hasta llegar a mi barbilla. Agradecía que solo fuese una porque en ese momento llegó Sakurai. En conocía las peores facetas de mi, pero no permitiría que me viera llorar, no de nuevo, no otra vez no podía ser débil delante de él que tanto vela por mi y mi seguridad. 

 

¿Por qué? ¿Por qué él y no Kagami? ¿Por qué no puedo corresponder al castaño y me he encaprichado con el pelirrojo?

 

No lo se...

 

—Sakurai prepara la habitación en la que ha de quedarse Kagami por favor. —Solo logre recibir una mirada acusadora de parte del castaño que se fue sin decir nada mas a cumplir lo que le había ordenado. 

 

Ahora no quería ver a nadie, deseaba estar solo ya que no estaba dispuesto a demostrar mis sentimientos delante de nadie. 

 

Pase al rededor de dos horas en mi cuarto y decidí que era tiempo de ir a la estación de policías. Tengo que trabajar. 

 

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—Buen día oficial. —Cierto chico de cabellos celestes se encontraba dentro de la estación de policías mas cercana a su hogar. 

 

—Buenos días chico ¿En qué puedo ayudarle? —Contesto de manera muy animada un castaño que se encontraba en la resección durante ese turno.

 

—Vengó a pedir ayuda... —Los ojos azules del menor se comenzaron a aguar y amenazaban con comenzar a llorar, —mi novio lleva dos días desaparecido y no tenemos ni la menor idea de donde pueda estar o con quien, no tenemos ningún rastro de su paradero. —Menciono Kuroko ya al borde del llanto. 

 

El hecho de que su novio este desaparecido le dolía mucho, le causaba un gran malestar en la boca del estomago y no lo dejaba respirar adecuadamente ya que sentía una gran opresión en el pecho. 

 

—No te preocupes, mi nombre es Kyoshi Teppei y cree en mi cuando te digo que te ayudaremos con tu novio.  —El castaño le mostró una sonrisa amplia y reconfortante al de pelo azul, sintió un poco de alivio por primera vez en estos dos día que ya había tenido de angustia. —Solo que hay que tener un poco de paciencia y realizar las cosas como se deben, por el momento te pudo que llenes estos formularios y yo me encargare del resto cuando llegue el comandante. En menor solo asintió. 

 

En ese momento entraba por la puerta el comandante de la estación, un chico alto y delgado de cabellos negros y lentes a acompañado de en moreno de ojos azules. 

 

—Buenos días Imayoshi. 

 

—Buenos días Teppei. ¿Que tenemos de nuevo el día de hoy? Veo que no hay tanto movimiento como en días anteriores. —Saludo el comandante y pudo notar que el pequeño llenaba los papeles correspondientes, pero lo dejó pasar inadvertido ya después le pasarían el informe y se enteraría de la situación de dicho joven.

 

Sin embargo para quien no paso inadvertido el chico de cabellos color celeste fue para Aomine, que en cuanto vio al muchacho su piel se erizo y se puso un tanto tenso, sabia perfectamente de  quien se trataba y quien era la persona parada frente a él, su cabellera era inconfundible. Tuvo el impulso de matarlo ahí mismo y olvidarse del asunto. Pero se contuvo. Tomo su tiempo para pensar y relajarse, poder usar su cerebro adecuadamente y razonar una solución a este percance. 

 

La respuesta era clara. Si no puedes contra el enemigo, unetele. 

 

 


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