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Heart Abduction por sunshinebunny

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Notas del capitulo:

Buenos días, no sé si quien lea esto se lea alguna otra de mis historias, de nuevo no se cada cuando valla a estar actualizando ni que historia, pero ninguna quedara sin concluir, tarde o temprano volveré a ellas, eso lo prometo, gracias por la paciencia y espero disfruten esta historia.

Gatoso yo sé que me odias pero yo te amo con todo mi corazoncito y… tengo hambre u.u

This is for your own good*

 

Cuando Ace había regresado tras una semana de desaparición Luffy no había sabido si en alguna ocasión había experimentado más alegría y alivio en su vida como al ver a su único hermano y querido amante vivo y a salvo, y si a esto no fuera suficiente el rubio que había llegado junto con él resultaba ser nada más y nada menos que su otro hermano a quien habían creído muerto por tantos años, esa perfecta felicidad que había empujado al pequeño monito hasta las lágrimas le había durado un exacto de 3 horas y 54 minutos, tiempo en el que había acosado al pecoso y al rubio con preguntas que aquellos dos se habían tomado el tiempo a responder en la sala del apartamento del chico con la cicatriz en la mejilla izquierda, Sabo no había muerto en el accidente que se suscitase muchos años atrás en la fábrica de papel cercana al ahora abandonado orfanato, Ace le había encontrado alrededor del tiempo en que desapareciera y debido al temor de perderle por segunda ocasión no había tenido tiempo a avisar a Luffy o cualquiera de sus amigos de su paradero hasta el momento, todo era felicidad y júbilo a pesar de que desde su llegada el pequeño Monkey D. Luffy se había fijado en que a pesar de su sonrisa las miradas que le dedicaba su recién encontrado hermano Sabo no eran para nada cálidas.

En realidad todo se comenzó a desmoronar cuando Luffy preguntase si Sabo tenía ya donde quedarse.—Si no tienes a donde ir sería genial que te quedases aquí. — había dicho con una enorme sonrisa, mirando con curiosidad como el rubio se inclinara a susurrarle a su Ace algo que no alcanzara a comprender.

No, eso era probablemente erróneo, las cosas habían comenzado a desmoronarse desde mucho antes, desde que les viera llegar tomados del brazo, ya desde ahí debió haber sospechado algo pero la emoción había nublado lo mejor de sus instintos.

Tras ese breve susurro la sonrisa en el rostro de Ace sin motivo aparente había temblado como cuando el mayor solía fingir encontrarse perfectamente a gusto en compañía de gente que realmente no le agradaba, una mala manía de su hermano que solamente Luffy y uno que otro allegado realmente conocía.

—Desde hoy Sabo estará viviendo conmigo. — aquella afirmación no habría sido tan mala de no ser porque tras partir del alberge a los 17 años a Ace no le había gustado la compañía en “su pequeño país” que era como denominaba aquel departamento que se había comprado hacia no tanto y al que incluso Luffy rara vez había sido invitado a quedarse.

—Oh…— Luffy no había atinado a respuesta alguna además de aquel monosílabo y la sonrisa casi condescendiente que Sabo le dedicase no había servido en nada para tranquilizarlo, mucho menos aun sus siguientes palabras.

– Estoy un poco cansado Ace ¿Crees que podamos ir a casa pronto?—y así de sencillo era como si el mayor de los morenos hubiera perdido toda voluntad que Luffy antes conociera, como si estuviera estremeciéndose por dentro pero no pudiera demostrarlo.

—Claro. — Había dicho el pecoso poniéndose en pie, mirando por un momento con horrible culpa al monito que aún no acababa de procesar lo que estaba pasando. — Solo necesito un momento a solas con Luffy ¿Esta bien? —

El rubio tomo su gabardina de donde la había colocado en el respaldo del sofá al llegar, considerando aquella petición de privacidad. — Te esperare afuera entonces. — Había dicho, de nuevo la sonrisa casi siniestra que se dibujase en el rostro del ojiazul no había ayudado en nada a calmar la opresión que comenzaba a formarse en el pecho del monito moreno.

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– ¿Le has dicho a Sabo acerca de nosotros?—

– En realidad de eso quería hablar contigo Lu, no habrá más nosotros. – La mueca de confusión que había puesto el pequeño había sido un poco difícil de contemplar pero apretando los puños el pecoso se forzó a continuar con aquello, todo era por el bien del más joven, quizá si todo marchaba de acuerdo al plan un día podría reparar todo ese daño que estaba a punto de causar. — Tu sabes que yo siempre quise mucho a Sabo… él… – el dolor que podía ver reflejado en esos ojos color avellana le hacía un poco difícil continuar con esa farsa pero era absolutamente necesario. — Lo siento Luffy pero terminamos.- Eso tenía que ser un mal sueño ¿Ace le estaba dejando? ¿Ace le estaba dejando para irse con Sabo? Por muy estúpido que pareciera el chico sabia sumar uno más uno al menos. —No quiero que siquiera menciones que hubo algo entre nosotros alguna vez frente a él. – No estaba a discusión, así era como iba a hacerse y sin darle tiempo al monito de replicar o decir cualquier cosa el pecoso se marchó, no quería escuchar los quejidos de aquel niño chillón y quejumbroso al que tanto había tenido que soportar seguramente.

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Ni bien Ace había cerrado la puerta del apartamento de su ahora exnovio tras de él el rubio le había tendido los brazos al cuello para hacerle cumplir con sus nuevas obligaciones, por instinto o inercia el pecoso había rodeado la cintura de su nuevo amante con ambos brazos y cuando aquel se inclinase a rosarle los labios no se había negado, sentía que si la puerta de la morada de Luffy se abría en aquel momento el monito definitivamente le odiaría mucho más de lo que seguramente ya lo hacía, quizá eso fuera lo mejor aunque con cada fibra de su cuerpo el pecoso deseaba que no pasara.

Se suponía que solo lo hacía por proteger al pequeño ¿No? Entonces ¿por qué se sentía más culpable que solo por lastimarle? Quizá por que entre beso y beso, porque entre rose y rose disfrutaba tanto o más que lo que alguna vez había hecho con su ahora exnovio. Con los ojos cerrados y la lengua del otro dentro de su propia boca no podía evitar suspirar suavemente y dejarse perder al punto de olvidar cualquier cosa antes o después. –Sabo…– Quería decirle que no estaba bien hacer aquello justo frente a la puerta de su hermano pequeño pero no se había atrevido.

–No puedo esperar a llegar a casa y follar de nuevo. – el susurro en contra de sus labios con la caliente lujuria del aliento ajeno le había hecho estremecer por completo y súbitamente el mismo se hallaba deseando estar en casa también; Ace se había vuelto casi adicto a esas malditas sesiones de sexo desenfrenado con su recién encontrado hermano.

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Sabo era consiente que no podía pedir absolutamente todo sin ofrecer nada a cambio y abrirse de piernas para el otro de vez en cuando no le parecía nada desagradable, sentado sobre su regazo, con ambos desnudos en la cama o cualquier otro lugar y follándose a sí mismo con la hombría impropia de tal forma que su querido pecoso quedaba reducido prácticamente a un consolador humano para su propia satisfacción, no, por supuesto que no le parecía sacrificio alguno.

Apenas llegar al departamento del mayor le había hecho desnudarse en la puerta, quería asegurarse que en los breves momentos que le había dejado a solas con Luffy no hubiera sucedido nada “inapropiado” le amaba demasiado para soportar la idea de que el moreno pudiera engañarle en ese momento cuando aún no estaba seguro de poder confiar en él por completo.

Recorrió ese esculpido cuerpo con la mirada antes de acercarse a remarcar las flores rojas que había plantado en el cuello del pecoso la noche anterior. –  ¿Le dijiste de lo nuestro? –   la sensación de dejavú que experimentara el mayor había sido amargamente dolorosa, aun así asintió con la cabeza sabiendo que no era bueno hacer enojar al ojiazul. –  Bien, veras como pronto todo estará mejor. –  el aire casi gatuno con el que el menor le enredaba los dedos por el cabello le relajaba de manera que casi podía creer en sus palabras, era como siempre había sido, una sola palabra de Sabo hacia que su mundo cambiara por completo, solo que a diferencia de su niñez ahora también contaba con otras maneras de compensarle también. –  ¿Te gustaría tomarme aquí o en la habitación? –   esa completa y hermosa disposición a satisfacer todos y cada uno de sus apetitos sexuales por ejemplo.

Sello los labios del rubio con los propios como toda respuesta a su vulgar propuesta, Ace ya estaba por completo desnudo y sus manos impacientes no tardaron en arrancarle la camisa al menor, los pantalones y la ropa interior no habían tardado en seguir velozmente y entre besos desesperados y tropezones se lo había llevado directo a la cama, lamiendo apenas un poco la intimidad del rubio mientras sentía su propia hombría palpitar en deseo, quería hacerlo suyo una y otra vez, tal como Sabo se lo había dicho días antes podía hacer de él lo que mejor le placiera mientras siguiera sus simples reglas, con lo que habían estado haciendo los días anteriores ni siquiera había hecho falta preparle. — Móntame. —le pidió de manera demandante y con una resplandeciente sonrisa su pareja había aceptado, subiéndose a horcajadas sobre su regazo para dejar que de a poco ese delicioso culo le fuera envolviendo por completo. –  Nghh… Ace…–   las manos contrarias apoyadas en su pecho para darse soporte mientras las propias se asían a la cintura del ojiazul para ayudarle a comenzar con un ritmo rápido y fuerte desde el inicio, sintiendo como la carne caliente de aquel se estrechaba cada que golpeaba algún punto sensible de Sabo, gruñendo en respuesta a los hermosos gemidos del rubio, viendo embelesado como como aquel se estimulaba apenas un poco a si mismo mientras le entregaba su cuerpo por completo.

–  Ahhh….–  Se corrió sobre el pecho del pecoso apretando aquel miembro en su interior mientras gemía ruidosamente, sintiendo como el azabache le llenaba con su espesa esencia hasta derramarse entre sus piernas, generando un leve chapoteo mientras le seguía montando unos segundos más, dejando que se resbalase fuera al fin cuando le sintiera perder consistencia. –Mhh… ha estado delicioso Ace- La sonrisa satisfecha que acompañara ese gemido mientras sentía al rubio recostarse sobre su cuerpo había hecho que el aludido le abrazase sin poder más que estar de acuerdo, con la respiración aun encarecida por el delicioso orgasmo. –  ¿te apetece repetir? –

El moreno había soltado una gruesa risa ante aquella pregunta, levantando el rostro del ojiazul con una de sus manos, rosando los labios de este de forma cariñosa. – Sabes que si amor, en cuanto vuelvas a ponérmela dura me encantaría cogerte en cuatro. –

–Entonces me esforzaré…–

Sabo comenzó a trazar un camino de suaves besos por el pecho impropio que culminó en su pelvis, comenzando a acariciar aquel miembro de manera suave y sutil mientras repartir a sus mimos en toda la zona genital del pecoso, dejando que se recuperase un poco antes de comenzar a metérselo a la boca, succionando y jugueteando con su lengua en aquella hombría cada vez más crecida y despierta –  Joder Sabo,  casi quisiera correrme en esa boquita tuya. – 

A pesar de sus palabras le había separado en cuanto sintiera que aquel placer era demasiado, haciendo que el rubio se colocase a gatas con el trasero bien en alto, deleitándose con la visión de esa entrada aun estrecha y deseosa  completamente dispuesta para él.

Lentamente había comenzado a follarle nuevamente, entrar en ese húmedo orificio justo después de haberle llenado con su semilla era delicioso, cada envestida fluía tan suavemente como si ese bendito  cuerpo estuviera amoldado para su propia hombría únicamente y tan sensible con las atenciones del menor cada que el otro se estrechaba ligeramente no podía evitar soltar una leve cantidad de nueva esencia, se le había corrido dentro por segunda ocasión sin avisar siquiera y Sabo se lo habría permitido una vez más si a él le hubiera apetecido, en ese respecto no podía reprocharle nada.

Joder que su hermanito era una maravilla en la cama, no por nada se había pasado la mayor parte de los últimos 3 días en esta con él.

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–No me importa si follas con alguien más mientras no estoy cariño, pero te quiero solo mío en cuanto regrese, ¿Entiendes? –

No esperaba aquello, no, no solo no lo esperaba, estaba completamente fuera de sus planes, Sabo había recibido un mensaje de texto aquella mañana y le había informado que tenía que salir de viaje algunas semanas, por su propia seguridad (en palabras de Sabo) no podía acompañarlo y no solo eso, aquella afirmación de que tenía “permiso” a serle infiel en su ausencia le había sacado por completo de sus cacillas ¿Qué clase de persona se creía el otro que era? –  Sabo, no voy a hacer ese tipo de cosas solo porque te vayas unos cuantos días. – 

El rubio había sonreído casi conmovido por esa dulce promesa, rosando los labios de su novio, no quería separarse de él tan pronto, un mes se pasaba demasiado rápido al lado de su amado pero seguramente duraría milenios una vez lejos. – Esta bien si no quieres hacerlo, mientras recuerdes tu lugar no importa mucho realmente,  lo recuerdas ¿Verdad cari? –  el pecoso asintió de manera casi tímida ante esa pregunta ¿Cómo olvidarlo si el rubio se lo había grabado prácticamente a fuego en la piel?, le pertenecía y cualquier castigo que sufriera era justamente merecido, Sabo era su dueño y él era el de Sabo, de alguna forma se pertenecían más allá del cuerpo incluso, pero la pertenencia que él tenía sobre el rubio y la que el rubio tenía sobre él lejos estaban de ser lo mismo. –  Quizá incluso deberías de visitar a Luffy, ha preguntado mucho por ti últimamente. – 

Esa frase, esa maldita frase, aquello llevaba toda la pinta de trampa pintado en la cara, pero aun asiera demasiado estúpido para reconocerlo. –  Si, quizá haga eso, Sabo… te extrañare demasiado. – 

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Continuara.

Notas finales:

*Esto es por tu propio bien

Y bueno, quizá ya se dieran cuenta pero esta es otra historia no-tan-feliz y en la que no puedo prometer un final alegre del todo, también va a ser una de esas historias donde puede que haya muchos saltos temporales así que si se les complica algo pueden preguntar :) gracias por leer y que la Fuerza sea con ustedes(?) ya sabes que adoro los comentarios, siempre, nunca son una molestia y eventualmente me daré mi tiempo a contestarles también, muchas gracias por leer de nuevo y comentar si tienen tiempo <3

Un día cuando leas esto yo creo que ya habrán pasado varios años, pero aun así te seguiré amando como siempre mi querido gato <3

 


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