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What Am I to you? por TakamasaYuna

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Llegó al aeropuerto pasada la media noche, su novia lo esperaba en la salida y juntos se fueron al apartamento que habían rentado mientras cumplían su estadía en Seúl.


 


Desde la última vez que había estado en corea, había crecido unos cuantos centímetros y su pelo ya no era negro como el carbón, sino de un tono castaño claro. Desde hace bastante tiempo, intentaba permanecer el menor tiempo posible en los aeropuertos ya que no tenía un recuerdo bonito de ellos. Al contrario, cada vez que pisaba uno, su estómago se revolvía y le daban ganas de vomitar. En este aeropuerto fue donde se quedó su corazón, y los recuerdos le torturaban demasiado como para permanecer mucho tiempo allí.


 


–Rápido –le habló a Soo Jung–, vámonos.


 


–Nunca he entendido por qué no te gustan los aeropuertos –comentó la chica mientras apresuraba el paso para seguir el ritmo de su novio. Ella nunca lo entendería, y tampoco hacía falta, esa parte de su vida estaba muerta y enterrada.


 


 


Llegaron al apartamento sin problemas, dejaron las cosas y retocaron los últimos detalles de la fiesta. La boda se celebraría dentro de un mes y, ya casi todo estaba preparado.


 


–Mis padres vienen a visitarnos mañana –comentó la chica–. Deberías llamar a tu madre para que venga también.


 


–Tal vez.


 


Ho Seok desempacó sus cosas y le dijo a Soo Jung que saldría un rato para encontrarse con unos viejos amigos de corea. Se arregló y salió para dirigirse al lugar donde había quedado.


 


 


/ / /


 


 


“Tiene un mensaje nuevo. Tiene un mensaje nuevo” empezó a sonar el móvil de Yoon Gi. El mayor estaba en el baño duchándose por lo que no lo escuchó. Sin embargo, Jimin sí lo hizo y se acercó para revisar quién le mandaba mensajes a su novio tan tarde en la noche.


 


Hyung, ¿ya te enteraste que Seokie-hyung ha vuelto? Hemos quedado todos juntos en el karaoke para darle la bienvenida. ¿Te apuntas?


 


El mensaje venía de Nam Joon, ese chico siempre le había caído bien pero, en ese momento Jimin deseó que desapareciera. Tras meditarlo unos segundos y, consciente de que el mayor saldría de un momento a otro del baño, contestó el mensaje:


 


Lo siento pero ya sabes que tengo que madrugar a trabajar. Mejor otro día.


 


Enviado el mensaje, borró todo rastro de ellos y dejó el teléfono móvil en su sitio. Yoon Gi apareció a su lado cuando se iba a dar la vuelta para irse.


 


–¿Qué hacías con mi móvil?


 


–Nada, te llegó un mensaje pero era publicidad.


 


Desde que había llegado la invitación de Ho Seok, Jimin no hacía más que mentirle a su novio y, se estaba empezando a sentir realmente mal. Nunca habían tenido tantos secretos guardados en un solo día. Cuando pasara una semana, de seguro, las mentiras rebosarían el lugar.


 


–Por cierto, he quedado con unos amigos para tomar algo, más tarde vuelvo.


 


–No llegues tarde –le recomendó el mayor–. Recuerda que mañana tienes que ir a estudiar.


 


Jimin salió y le marcó a Nam Joon. Intentando que no se notara mucho, logró sacarle la información de donde se encontraba el karaoke donde habían quedado. Esta era su gran oportunidad de ponerle cara al ex de su novio.


 


Todos llegaron al karaoke a la hora indicada, ninguno se retrasó, hasta Jimin llegó justo a tiempo y casi es descubierto. Los chicos pidieron una habitación y Jimin pidió la contigua. Solo se había reunido tres personas y Jimin pudo reconocer a Nam Joon sin problemas. Lo que no supo fue quién de los otros dos chicos era Ho Seok.


 


 


/ / /


 


 


–¿Cuánto tiempo ha pasado? –Preguntó Nam Joon alegremente a Ho Seok–. Has cambiado tanto, ya pareces todo un hombre.


 


–Siempre he sido un hombre –comentó entre risas Ho Seok.


 


El ambiente entre los tres amigos era cálido y acogedor. Pidieron unas botellas de soju y empezaron a poner canciones al azar. La mayoría de canciones de grupos de chicas, las cantaba (o eso intentaba) Ho Seok, y también las intentaba bailar, sacándole un par de carcajadas a sus compañeros. Bebieron más de cuatro botellas de soju entre los tres y cantaron hasta que se quedaron afónicos. Estaban tan borrachos que se les pasó el tiempo volando.


 


Por su parte, Jimin se dedicó a poner canciones para que sonarán pero sin intentar cantar ninguna. Se pasó toda la noche pegando la oreja a la pared a ver si lograba escuchar algo, pero solo se escuchaban gritos y risas.


 


Acabada la juerga, los tres amigos se despidieron y Jimin los siguió en la distancia. Para su suerte Nam Joon y uno de los chicos se fueron por un camino y el otro, por el camino contrario, así que dedujo que el que se había ido solo tenía que tratarse de Ho Seok.


 


Jimin observo con cuidado al chico, su espalda era ancha y su pelo tenía un castaño claro, el mismo que usaba Yoon Gi cuando lo conoció. Ho Seok iba caminando en zigzag hasta que de repente se cayó al suelo y empezó a reír mientras intentaba incorporarse, sin mucho éxito.


 


Jimin corrió a ayudarlo a levantarse, no le preocupaba que lo viera ya que hasta ahora nunca se habían visto antes.


 


–¿Estas bien? –Preguntó Jimin mientras pasaba el brazo del mayor por su hombro para ayudarlo a caminar.


 


–Sí, sí.


 


–Mejor que te ayude a llegar a casa. ¿Dónde vives?


 


–¡En Estados Unidos! –Gritó Ho Seok mientras alzaba una mano.


 


–No estamos en Estados Unidos –dijo Jimin a ver si su compañero reaccionaba.


 


Ho Seok se detuvo, como si estuviera meditando la información obtenida. Jimin entonces se detuvo a contemplar bien a su compañero. Ho Seok tenía la piel blanca, no tanto como Yoon Gi pero muy blanca, en sus mejillas se le marcaban un poco los hoyuelos que, dedujo que se le marcarían más al reír. Su voz era agradable y melodiosa, por lo que recordaba en el karaoke porque ahora solo se escuchaba como un borracho.


 


Ho Seok era perfecto y se veía como una persona muy agradable, nada comparado con la imagen que  tenía Jimin de él, por como Yoon Gi le había contado que le dejó. No se veía como alguien que jugara con las personas sino como alguien que se tiraría a salvar a un perro en medio de la carretera.


 


–¿Dónde estamos? –Habló por fin el mayor mirando fijamente a Jimin–. ¿Y tú quién eres?


 


–Estamos en Corea. Y me llamo Jimin, encantado.


 


–Que nombre más bonito. Pero, ¿no es nombre de chica?


 


–No –contestó molesto el menor–. Ahora, ¿me dices dónde vives?


 


–Claro, sígueme.


 


Ho Seok empezó a caminar agarrado todavía de Jimin, se tambaleaba un poco pero el menor lo ayudaba a estabilizarse. De repente, las calles se hicieron bastante conocidas para Jimin, pero no se dio cuenta a donde se dirigían hasta que estuvo en la entrada del edificio.


 


–Aquí es –anunció Ho Seok.


 


–Aquí no es –dijo Jimin.


 


Se encontraban a la entrada del edificio donde vivían Yoon Gi y él, por nada del mundo podían subir a su casa. Jimin tenía que alejar lo más posible a Ho Seok de ahí para evitar que por un descuido su novio los viera.


 


–Que sí es aquí –repitió un tanto molesto Ho Seok–. ¿Acaso no me crees?


 


–Creo que estas equivocado.


 


–No –negó y empezó a mover la cabeza de un lado a otro en signo de negación–. Cuando salgo de fiesta siempre voy a casa de Yoon Gi-ah, nunca a la de mis padres.


 


Esa última frase le llegó a Jimin como una piedra en el corazón. Yoon Gi le dijo una vez que odiaba que le llamaran tan informal con “ah” o que le pusiera sufijos cariñosos, pero Ho Seok lo acababa de hacer como si nada.


 


–Esta no es la casa de Hyung, vámonos –molesto, tiró de Ho Seok y lo encaminó en dirección contraria –. Si no me dices donde vives, te dejo tirado en la calle.


 


–Minie-ah, eres malo –Ho Seok hizo un puchero y se colgó suavemente del cuello del menor –. Te estoy diciendo la verdad, Yoonie-ah vive aquí.


 


Y otra vez, Jimin sintió una puñalada en el corazón. Por como hablaba Ho Seok de su novio pudo deducir que eran muy cercanos.


 


–Vámonos por favor –suplicó Jimin como su última esperanza. De verdad que rezaba para que Yoon Gi durmiera y no se enterara de nada de esto pero, como siempre, la suerte no estaba de su lado.


 


–¿Jimin? –Al escuchar esa voz, se quedó de piedra. Yoon Gi estaba a su espalda y si a Ho Seok le daba por girarse estaría perdido.


 


El mayor se fue acercando a las dos figuras, las cuales relacionaba con su novio y con una persona no identificada. Cuando estaba a pocos metros, la suerte volvió a darle la espalda a Jimin y Ho Seok por acto reflejo se giró.


 


–¡Yoonie! –Gritó Ho Seok mientras se abalanzaba a los brazos del su ex-novio. Y sin que este tuviera el más mínimo segundo para reaccionar, el castaño junto sus labios con los de él. 


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