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Natural por Ojou_Sama_F

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Notas del capitulo:

Después del pequeño descubrimiento en el cuerpo de Skoll, es posible que sea muy favorable para él, y la semilla...

 

 

- - - - -

 

 


Skoll se tocó los pechos, igual que como lo había hecho en el manantial, pero, en ese momento, solo del que había sido estimulado por el mayor, salió otro pequeño chorro, haciendo que diera un salto en su lugar, por el susto.
 
Nyrn acercó su mano y recogió el líquido con los dedos, para volver a probarlo – me gusta tu savia blanca – dijo con diversión, mientras se relamía los labios.
 
-¡No es savia! – aseguró el menor con desespero – esto no es bueno, no, no lo es…
 
-¿Qué es entonces? – el rubio se hincó, aún estando entre las piernas del albino, manteniendo su forma para copular, con su sexo erecto, pero sin denotar nada de ansiedad de poseer al otro, estaba más interesado en entender qué sucedía.
 
-Es… es… – el peliblanco giró el rostro con algo de vergüenza – creo que es… leche – dijo en un murmullo.
 
-¿Leche?
 
El ojirrojo apretó los parpados, era complicado explicar eso, pues no creía que fuese posible,  pero se atrevió a hablar – es… es con lo que se alimenta a los bebés… – su voz apenas se escuchó.
 
El rubio frunció el ceño, confundido – ¿a los bebés humanos se les alimenta con eso? – preguntó para confirmar lo que el menor le había dicho.
 
-Sí – asintió – se supone que… bueno… las mujeres producen leche para los bebés… pero… no pensé que… yo… ¡Oh, por Nyrn! – dijo con desespero.
 
-¿Qué? – respondió el mayor a su nombre.
 
-No, no… – Skoll negó – es solo una expresión… es que… yo… no pensé que me pasaría… es decir… – levantó el rostro y buscó a su pareja – la semilla en mi cuerpo… es como un bebé… – colocó las manos en su vientre – de verdad… y produce los mismos efectos que… una mujer embarazada… aunque soy un varón…
 
El ojiverde se cruzo de brazos – sí, lo es – dijo con toda seriedad – se supone que por eso buscaba una hembra…
 
Skoll se cubrió el rostro con ambas manos – por eso estoy dando leche, aunque no lo ocupe…
 
-Pero solo sale savia de uno – Nyrn rozó con su índice el pezón de dónde salió el líquido blanco.
 
Un gemidito escapó de la garganta del menor y trató de cubrir su pecho – es que… solo estimuló ese… – explicó – la leche sale, cuando se estimula… es decir… cuando un bebé chupa… ¿me explico?
 
-¿Tengo que chupar el otro?
 
-Supongo…
 
Nyrn se inclinó con la firme intención de hacer lo mismo con el otro pezón, pero Skoll se alejó rápidamente.
 
-¿Qué? – indagó el rubio con frialdad.
 
-No creo que sea correcto – dijo el albino, negando con lentitud.
 
-¿Por qué no?
 
-Pues… porque… – titubeó – la leche es el alimento del bebé… no para los adultos…
 
-¿Solo para el bebé? – Nyrn levantó una ceja.
 
-Sí – asintió el peliblanco con efusividad – es un alimento esencial para un bebé, para que crezca y sea fuerte…
 
-Pero, para que salga de la otra, se tiene que estimular, ¿cierto?
 
-Pues… – el rostro de Skoll se tiñó de carmesí – sí…
 
Una sonrisa divertida se dibujó en los labios de Nyrn y, sin que el niño se diera cuenta, algunas lianas lo apresaron, de las muñecas, brazos y sobre sus hombros, pasando por debajo de sus axilas, evitando que se alejara más.
 
-Entonces, estimulemos…
 
-No, Nyrn, espere, por fa… – la palabra se quedó a medias, pues el rubio se apoderó del otro pezón y empezó a succionar, consiguiendo que la leche saliera también.
 
Skoll se estremeció; a pesar de todo, le gustaba esa sensación y sus gemidos lo denotaban. Nyrn se alejó del pecho y se movió, sentándose tras la espalda del menor, pero, sin que las lianas lo soltaran del todo; el miembro erecto del rubio se acomodó entre las nalgas de su pareja y pasó las manos por debajo de los brazos, llevándolas hasta los pechos ligeramente hinchados.
 
-¿Qué...? ¿Qué hace? – Skoll miró por encima del hombro, con algo de incertidumbre, no entendía a dónde quería llegar el otro.
 
-Me dijiste, que la ‘leche’ es el alimento de los bebés humanos – susurró cerca de un oído – entonces, nuestra semilla también debe ser alimentada con ella… después de todo, es tu bebé.
 
Apenas terminó de hablar, sus manos apresaron con suma delicadeza los pechos hinchdos, consiguiendo extraer algo de leche; los chorritos salían y escurrían, bajando por el vientre abultado del menor. El ojiverde soltó un pezón y llevó una mano hasta el ombligo del albino.
 
-Sal pequeña, Skoll tiene un alimento especial para ti…
 
La pequeña raíz hizo caso al llamado de su padre, así que el vientre brilló en su tono carmesí y brotó con rapidez por el ombligo; Nyrn siguió estimulando los pechos, consiguiendo que el líquido blanco saliera con más fluidez. La pequeña formación empezó a empaparse de leche y, poco a poco, creció más, intentado subir hasta el origen de ese líquido dulce, sin conseguirlo. La raíz volvió al interior del cuerpo del albino, pero, no cerró la pequeña abertura, al contrario, una delgada y delicada liana salió, serpenteando, subiendo hasta uno de los pezones, enredándose en el delicado botoncito; pronto, una segunda liana brotó, para ir al otro, a imitar el movimiento, extrayendo el líquido y bañandose en él.
 
-Le gusta… – aseguró el ojiverde, besando el cuello de su pareja y alejando las manos de los pechos, para acariciar los costados, y el vientre, sin obstruir el paso de las pequeñas formaciones de la semilla; bajando a masajear el sexo del menor, que había empezado a despertar de nuevo.
 
Skoll no respondió, estaba gimiendo con desespero; esas pequeñas lianas estaban enredándose en sus pezones y estimulando lo suficiente para sacar la leche sin necesidad de ayuda. Aunado a eso, Nyrn lo acariciaba de una forma tan lasciva, que estaba rindiéndose con rapidez a ese toque; onduló su cuerpo, tensó los músculos, para atrapar entre sus glúteos el sexo de su pareja, haciéndole notar que lo deseaba.
 
-Es cierto… – la lengua del rubio recorrió el cuello, hasta la oreja del menor – dijiste que querías sentirme dentro… ¿no es así? – mordisqueó el lóbulo de forma insistente, jugando con él.
 
-Sí… – respondió el menor con deseo, arqueando la espalda, sintiendo que estaba por llegar al orgasmo.
 
-Tú me has complacido – las manos del ojiverde bajaron al trasero del menor para afianzarlo – alimentas a nuestra semilla y ahora, le darás más nutrientes, con tu leche – levantó el pequeño cuerpo con cuidado – así que, voy a satisfacerte, mi hermosa flor… hasta que seas, completamente feliz…
 
El mayor entró en el cuerpo del albino y este gimió con fuerza. Skoll onduló su cadera, tratando de sentirlo, pero no podía moverse a menos que Nyrn así lo quisiera.
 
El rubio lo manejó a su antojo, de arriba abajo, consiguiendo que su sexo entrara y saliera con facilidad, disfrutando los gritos del niño y los gemidos de placer que no podía callar. Habían pasado muchos días sin unirse de esa manera, que volver a sentir la tibieza de Skoll envolviéndolo, le parecía la gloria.
 
El ojirrojo estaba sumergido en el placer, sintiéndose lleno por Nyrn y siendo estimulado en sus pechos, de una forma que jamás imaginó; por eso, en poco tiempo, llegó al orgasmo, liberando su semen. Su cuerpo se tensó por segundos y después, quedó completamente flácido; si mantuvo su posición, fue gracias a las lianas que no lo habían soltado en todo ese rato.
 
Nyrn siguió moviéndolo, pero, al notar que la semilla se alejaba de los pechos, introduciéndose de nuevo en el cuerpo de Skoll y dejaba de brillar, se dio cuenta que estaba satisfecha. Las lianas que sostenían al albino, lo soltaron y el rubio salió de su interior, recostándolo contra el lecho una vez más; sin permitir que el niño reaccionara, volvió a penetrarlo.
 
-No importa… – susurró contra los labios del menor – que digas que es solo para el bebé… – su cadera seguía moviéndose, pero arqueó la espalda para bajar hasta el pecho del ojirrojo – yo también quiero tu leche… – aseguró y empezó a succionar.
 
Skoll ya no tenía fuerza, ni siquiera para gemir; sus ojos estaban acuosos, pero una delicada sonrisa adornaba sus labios. Le había gustado escuchar a Nyrn decir eso; a pesar de que era algo poco aceptado en realidad, tener a su Dios disfrutando de esa leche que no debía producir, era un placer malsano que estaba disfrutando. El mayor pasó de un pecho a otro en varias ocasiones, extrayendo todo lo que pudo, hasta que pareció dejarlos secos; no se contuvo más, volvió a besar a Skoll en los labios, ahogando el gemido ahí, pues permitió que su savia llenara al niño, como siempre.
 
Ambos estaban agitados, aunque Skoll parecía el más cansado de los dos. Nyrn repartió besos en el rostro del niño y rozó una mejilla con su nariz.
 
-Skoll Eroim… – dijo con seriedad – de ahora en adelante, quiero que me alimentes con tu leche, igual que a nuestra semilla… – ordenó con una amplia sonrisa.
 
El albino se sorprendió ante esas palabras; sonrió y llevó su mano al cabello, apreciando como las lianas empezaban a encogerse.
 
-Si eso desea, mi Dios – asintió – lo haré con gusto…
 
 
* * *

Notas finales:

Lamento la tardanza en la actualización, pero me entretuve todo el día , una vez más, pero espero hayan disfrutado este capítulo; les recuerdo que tengo 6 capítulos de desfase con mi página web; Si quieres leer más, en mi página web tengo hasta el capítulo 47


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Ya no les prometo que subiré el capítulo pronto, porque realmente lo olvido, lo siento. pero intentaré ponerme al día.


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