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Caballeros pesados por shi san

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Notas del capitulo:

Hola! como estan? Yo pues :/

jajaja creo que edte este cap.. bueno si tiene muchos errorcitos me dicen :)

Disfruten!!!

Capítulo XIV: Ojala te mueras.

 

     La brisa fría golpeaba el rostro de un Giovanni que fumaba en la terraza de su departamento, sonrió. El pensar casarse con Helena cubría más allá de sus expectativas de felicidad sin embargo divago viendo el vaho que salía de su boca en la oscura noche.

      Hace tres años Death hacia un curso en Madrid de español, hablaba fluidamente el inglés sin embargo necesitaba estudiar el idioma español por capricho de su madre que quería que su hijo hablara tres idiomas.

-Oye ¿Dónde está el aula sesenta y dos?- Preguntaba DeathMask a un muchacho que a simple vista era español y quizás no le entendería su italiano.

-Piso tres y solo mira los números en las puertas- Soltó el español pelo negro perfectamente en italiano.

-Espera ¿Eres italiano?- Dijo con la esperanza de no sentirse tan solo y no era porque fuera débil era solo que quería un nuevo amigo.

      Para sorpresa pues, no era español sin embargo iba a estudiar inglés en el salón sesenta y cuatro, y desde allí siempre se estaban viendo. Un día las sexys chicas que estudiaban con Death le invitaron a una fiesta a la que accedió ir para luego invitar a su amigo español nada más ni nadie menos que Shura.

      La fiesta se dio en una cazona de dos pisos, era de noche y la cerveza estaba deliciosa y ni hablar del ponche con bastante licor en la mesa del patio, aunque había chicas que se les pegaba a estos amigos pues hubo un momento donde hasta la actual fecha Giovanni no se lo explicaba.

-Death, yo me voy- Le dijo un Shura bastante ebrio.

-Pero si estamos empezando la fiesta, hermano- Decía Death más borracho que todos.

-No me estoy sintiendo bien- El español respiraba agitado y se llevaba las manos a la cara roja, estaba ansioso.

      Death le paso su brazo por encima de su cuello para ayudarle y llevar a su amigo a un cuarto para ver si se mejoraba, quizás era mucho alcohol consumido. Sin embargo al llegar a un cuarto de arriba Death bailaba y sonreía algo chistoso. Cuando iba a llevar a Shura a la cama solo sintió como era agarrado y besado, al principio se sintió raro porque era hatero y ni siquiera el ser amigo del hermoso Afrodita lo había hecho dudar nunca no obstante el forcejeo se detuvo poco a poco al sentir la música salvaje, el tacto salvaje en sus caderas y esa lengua experta en esos besos.

     Ambos entre aquellos besos calientes se desnudaron, la ropa les estorbaba demasiado aunque el español se quedo son su camisa.

-Ah…Jadeocon el ceño fruncido el italiano con cabellos azulinos oscuros un tanto largos entretanto sentía que los dedos de aquel hombre tardaba en prepararle al dilatar su parte trasera.

     Se sentía muy raro sin embargo el momento se prestaba para que siguieran aquella tarea. Death estaba arriba del de cabello negro, desnudo mientras que su amigo tenía la camisa blanca con rayas grises abierta dejando ver un trabajado pecho.

     Al parecer Death estaba reaccionando a algo más y entre la ceguera del alcohol pues se recordó que habían chicos dando bebidas con éxtasis y con drogas afrodisiacas potentes sin embargo así como surgió aquel pensamiento de igual se volvió a hundir en la lógica del chico italiano.

-¿Listo?-

     Seguido se daban un apasionado beso que se hacía profundo pero salvaje.

 -Aja… hazlo de una vez- Rogo Death mirando a los ojos de ese tipo.

-Mmm, tus cintura es muy fina ¿Lo sabías?- Dijo un perdido Shura relamiéndoselos labios.

     Death sonrió leve al sentir un roce en su entrada y al segundo roce fue la estocada profunda.

-Ah- Gimió fuerte haciendo que su cabeza se colocara para adelante sujetándose duro de aquellos hombros enérgicos.

 

     Shura sabía cómo hacer las cosas ya que comenzó a besarle el cuello y a calentar a Giovanni a medida que amasaba su hombría y tocaba ligeramente la uretra haciéndole enloquecer.

-Si… allí-

     A los minutos se embestían ferozmente, Death abajo, Shura arriba.

-Mmm ¿Qué quieres que siga haciendo?- Soltó Shura juguetón y drogado, se detuvo haciendo retorcer al otro del placer ya que necesitaba seguir.

-Sigue ¡Ah! Apúrate- Dijo entrecortado como en una tortuosa pausa.

-Dime qué quieres que haga- Su murmuro hacia mella en si.

-Mételo dentro y sácalo… y vuelve a repetirlo muchas veces. No dejes de tocarme- Dije con demasiadas ansias.

-Oh, ok-

     El pelo negro le agarro y se acomodo bajo del otro cuerpo para hacer subir las piernas e introducirse varias veces de manera brusca.

-Ah ¡No! ¡Ah!- Death sentía como aquellas manos se empotraban en sus caderas para marcar algún loco y rápido ritmo que le dejaba sin respiración.

     Cuando Giovanni pudo visualizo tras más gritos que se habían venido, manchando en el proceso la camisa del de cabellos negros y después sintió como un líquido caliente inundaba adentro, su esfínter.

     Sus ojos se voltearon del cansancio y quizás por la borrachera.

      El vaho en la atmósfera tranquila de aquella terraza hizo que Death regresara de ese recuerdo, Shura jamás sospecho de aquello gracias a esa droga y el único que se había quedado con esos momentos salvajes en sus recuerdos era él pero sonrió ya que había durado un año totalmente cautivado por el españolete de quinta sin embargo cuando conoció a Helena el Death hatero le toco su puerta a la realidad y al amor desde luego.

-Giovanni, ven a dormir. Ya es muy tarde para que estés fumando, te puedes refriar- Decía una mujer de cabello chocolate dentro de una frazada blanca por el frio que se veía muy tierna allí.

     Death sonrió y dijo adiós por completo a innecesarios recuerdos deseando que su amigo capricorniano dejara de ser un inútil y no abandonara a su amigo de la infancia Dita por andar con el trabajo y estar inútilmente complaciendo a sus padres como hijo perfecto. La colilla de cigarro la arrojo al suelo y la aplasto con las pantuflas azules y fue con su Helena.

 

     En Dinamarca, en una cómoda y bastante elegante casa de blanco color donde destacaba la madera en las puertas, estaba un Albafica muy preocupado. Su hermano menor no quería salir desde que habían iniciado las vacaciones, su brillo característico y su seguridad se habían apagado e incluso su piel era pálida.

-Aquí está el almuerzo ¿Te sientes bien?- Preguntaba Alba con una bandeja plegable que contenía sopa de pollo, jugo de naranja y una manzana roja.

-Mmm… si, al menos ya no he vomitado. Solo me siento exhausto y el doctor me dijo que por mi condición es normal- Hablaba Dita levantándose con un suéter azul claro de algodón bastante cómodo, su tez era pálida y sus cabellos estaban tomados en una cola que lo hacía ver más apagado.

     Albafica le sonrió y su hermano le devolvió la sonrisa pero enseguida su gesto cayó en una mueca triste, comenzó a comer y el mayor se sentó en la cama mientras se acariciaba su cabello en una coleta alta.

-No te sientas mal por ese imbécil, tú vales mucho y no lo digo porque seas mi hermano-

-Shura no me ha llamado… no es como que yo hubiera querido el anillo y demás pero a la final no fui lo suficiente para él- Y lagrimas caían cerca de la sopa.

-No te aflijas, pronto será navidad y recuerda que los chicos decidieron hacer la cena aquí por ti, para animarte-

-Alba, el doctor me dijo que había una probabilidad de que mi embarazo sea de alto riesgo… tengo miedo- Decía como podía entre inútiles intentos de reprimir su llanto.

     El hermano mayor abrazo al pisciano, le dio miedo porque no quería perderlo ya había sido suficiente con haber perdido a su madre hace años. Podía notar como Dita tendía a marchitarse como las rosas que cuidaban en invierno.

     Ding Dong… ese era el timbre así que Alba fue a abrir.

-Eres un holgazán de lo peor- Una voz animada entraba al cuarto de Dita.

-No le digas así a Dita, Gio- Esa era la voz de Helena, la novia de DeathMask que cargaba un hermoso arreglo de rosas rojas, las favoritas de su amigo.

-Y tu eres un idiota con suerte- Mascullo con su tono típico Dita ya que no quería que su amiga Helena notara su tristeza.

-Las mandamos a envolver especialmente para ti- Decía la chica de tierras congeladas con su vestimenta chic negra con rosa y su cabello liso.

-Viste que te ves muy guapa con los concejos de moda que te di- Dijo ronco el pisciano en estado por su falta de fuerzas.

-Gracias, venimos a despedirnos ya que Gio vendrá a casa para navidad y mis hermanos están entusiasmados-

-No sé cómo puedes soportarlo es decir, eres hermosa y delicada para nada a comparación de tu novio-

-Ay ya cállate pescado fuera del agua y ya trata de mejorar que esto no va para nada con tu personalidad- Esas eran las palabras de un amigo de infancia, Death.

-Cómprale buenos regalos a los niños, Giovanni- Le sonrió nostálgico lo que hizo que Death fuera y abrazara a su amigo, no se habían abrazado desde que la madre de Dita falleciera.

-Shura es un imbécil pero no creo que te deje solo, quizás venga por ti en cualquier momento- Dijo serio Giovanni que se veía apuesto con la chaqueta de cuero negro que vestía.

     Pero ya Dita estaba sin él ya, no creía que viniera. Alde le dijo que había hablado con el español hace una semana pero ni siquiera le había enviado un mensaje, Shura era malo y cruel, sobretodo cruel.

      El pisciano luego de recibir la visita quedo absorto en sus pensamientos, necesitaba lavarse el cabello y secárselo para avivarse, así que tomo una ducha con ricas sales de rosas. 

     Y allí estaba en su baño frente al enorme espejo luego de darse el baño, secándose su cabello con el secador de pelo. Tomo su tiempo y salió a vestirse dejando ver su hermosa y celeste melena brillar. Agarro de la cocina una bolsa de chocolates en bolitas y prendió la tv en la sala desierta ya que Albafica había salido.

     Dita tenía su celular en la mano y empezó a revisar sus redes sociales fue cuando vio una noticia que lo dejo atónito…

    Mime, un muchacho de cabellera naranja y hermosos ojos rojos que resultaba ser hemano de Orfeo estaba agregado a sus amigos en su red social, este acababa de actualizar una foto abrazando a un Shura sentado tras un escritorio bastante animado y el mensaje de la imagen era:

_Me la pase muy bien con él, me encanta estar bajo su tutela  pero no se lo digan a nadie… *Insertar emoticón de libros*.

     ¿Pero qué demonios? Afrodita no sintió tristeza, lo que sintió fue una monumental cólera, quería matar a Shura como a de lugar. Justo fue hacia debajo de la foto y escribió una oración. Luego lanzo el teléfono mientras que se llenaba la boca de chocolates para recoger lo que acababa de lanzar al suelo y marcarle a su amigo Mü.

_Se nota cuan atareados pudieron estar *Insertar emoticón feliz* por cierto Shura eres un perro sucio y ojala te mueras.

 

        Sicilia tenía un agradable clima esa mañana y en la mansión donde vivía Aioros estaba reluciente por el aroma y esencia navideña excepto por alguien. El castaño oscuro tenía un suéter vinotinto un poco holgado, estaba sentado en la sala frente al gran árbol navideño. Se había casado con Cliff en inicios de noviembre y pensaba que iba a poder pero tras la discusión, la infidelidad que había cometido y los golpes que había recibido de un esposo que pensaba que era pacifico lo tenía temeroso, sentía abandono pero definitivamente seguiría fuerte ya que era su naturaleza y fortaleza.

       Escucho el timbre y vio como la señora Susana baja y robusta iba a atender, esta regresaba con un gran ramo de lirios blancos, de hecho la casa estaba llena de lirios. Aioros tomo la tarjeta y la cito en voz alta.

-Perdón por salirme de control, no actué bien. Te amo, con Amor: Cliff O.-

-Ya voy a ponerlas en agua, señor- Decía Susana mientras que Aioros suspiraba y se llevaba una mano a su mejilla ya que dolía todavía los golpes.

     Ya iba a ser mediodía así que asumió que quien abría la puerta era su esposo, cosa en la que acertó. El castaño claro con traje ejecutivo de caqui venia con una caja de los mejores chocolates del país.

-Pronto será navidad, vamos a animarnos- Sonrió Cliff para inclinarse y besarle los labios a su esposo quien reacciono golpeándole la cara.

      Aioros tenía el entrecejo fruncido y respiraba rápido pero sus ojos al ver a su esposo en el suelo se calmo y se llevo las manos al cabello.

-Lo siento, estoy muy irritado…-

-No, no digas más. Yo me lo merezco- Dijo el de ojos verdes reincorporándose  y bajando el rostro.

-Lo siento, perdí el control pero tomare los chocolates- Aioros soltó absorto aunque agarrando los chocolates para subir las escaleras.

      Una vez en su cuarto se sentaba frente a su escritorio mientras que destapaba los chocolates para comerlos abrió una ventana en su laptop, veía todos los mensajes de Saga insistiéndole en verse de nuevo, esto solo lo lastimaba más y más.

-Definitivamente Saga, quizás estés mejor con ese chico. Has tu vida y déjame en paz- Susurro a la pantalla con sus ojos tristes ya que se daba cuenta, no iba a ser el culpable de que aquellos futuros niños no tuvieran a su padre geminiano al lado.

 

-He estado colapsado de trabajo, como director de la escuela de seguridad y ambiente tengo que estar revisando los proyectos que tenemos para enero… ¿Albafica?- Minos hablaba y hablaba tomando café en la cocina blanca de su apartamento sin embargo noto como su amante estaba a kilómetros de distancia.

     El aludido que apoyaba su rostro con su mano reacciono.

-¿Qué?- Pestañeo desorientado.

     Minos suspiro molesto y rodo su taza vacía de café.

-Alba, estoy estresado y más por el trabajo mientras que tú tienes tus problemas con tu hermano así que es mejor que te vayas-

     Albafica se levanto orgulloso frente a la barra de la cocina donde tomaban café pero justo sintió la mano de Minos.

-Minos… no nos vemos últimamente, también he estado full con las revisiones de tesis de hecho ayer deje de hacer tutoría- El pisciano se llevo la mano a la frente para mirar con ternura a su novio que le había detenido, necesitaba comprensión y lo más importante necesitaba que el otro lo abrazara para que dejara en claro que ambos sentían lo mismo.

     El de melena plateada llevo sus manos a la cadera de su amante y se apego inclinándose solo un poco quedando nariz con nariz.

-¿Te he dicho lo sexy que te ves con esa clase de camisa?- Dijo seductoramente haciendo referencia a la camisa roja tres cuartas a la cual el mismo desabotonaba los dos primeros botones.

-Mmm… Minos, vamos- Sonrió de medio lado el pisciano que halaba la corbata beige de su amante para besar el cuello dentro de aquella camisa blanca.

      A Minos se le erizo la piel y llevo rústicamente al otro al cuarto que estaba más allá de la cocina. El más alto lanzo al de cabellos celestes al colchón para aflojarse la corbata sugestivamente.

-¿Por qué tienes que provocarme tanto? ¿Te divierte?-

-Jajaja es mi nuevo hobby, amor- La voz sugerente de Alba hizo contraste con su manera quitarse los zapatos con sus pies y luego llevar sus manos a su blue jean y desabrocharlo.

-Vas a conocer el infierno- Mascullo arrogante y sensual el excitado Minos.

      Minos fue en boca de aquella boca que se reía de él y la besaba apasionadamente fue cuando sintió la pierna de su amante tantear su entrepierna para sentir su semiduro miembro. Albafica fue despojado de sus pantalones junto a su ropa interior para sentir un toca rudo, era Minos llevando sus manos a su espalda para amarrarlas con la corbata que se quitaba beige.

-¡Auch! Eres un bruto- Se quejo al sentir como el amarre le apretaba.

-Ahora con esa boquita ven a chupármela- Le ordenaba Minos morboso.

      Y allí estaba el hermoso de camisa totalmente abierta roja acostado de lado succionando con sus manos atadas el miembro a estas alturas erguido.

-Ya basta quiero jugar con tu agujero- Se saboreo el mayor retirando la boca de su amante de su pene para subir las caderas de su novio y comenzar a meter sus dedos en su ano para dilatarlo con ayuda de su lubricante de fresas.

-Ah ¡Minos! No tan duro, me duele- Se quejaba un pisciano masoquista cuando sintió algo viscoso y suave en su cavidad, era la lengua de su amado.

-Mmm rico ¡No! No- Jadeo Albafica sintiendo algo grueso y largo entrar en él.

      Mientras que el de cabello plateado le embestía lo alzo y Alba quedaba en su regazo al mismo tiempo hundía la hombría de su amante. Las manos iban al pecho sudado del pisciano y rozaba las yemas de los dedos en las rosadas y provocativas tetillas de quien estaba atado. Con la otra mano se encargaba de masturbar a un Albafica que estaba en un mundo lujurioso.

-Ah, ah…- Más y más gemidos hacían chirriar aquella cama que era prácticamente nueva.

     A acabar de su momento de sexo y amor, estaban descansando desnudos en la bañera llena de espuma con un agradable perfume de rosas.

-¡Ay! Tienes la mano pesada- Se quejo Minos por la jalada de orejas que le dio Alba quien tenía su cabello recogido.

-Mira mis muñecas, me amarraste muy fuerte- El pisciano volteo los ojos sentado entre las piernas de su novio.

-Lo siento, amor- Dijo arrepentido el de ojos caramelos quien le daba un besito en la nuca a su amado e iba con su mano a masajear el pene de Albafica.

-Mmm, está bien-

-Quiero que me acompañes a una cena de cortesía por negocios, mis hermanos y yo nos está yendo muy bien en la cadena de restaurantes en tres países y hay gente que se ha interesado, quiero que estés allí-

-Estaré contigo- Soltó como pudo un extasiado Albafica para voltear su rostro y besar a su novio.

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Notas finales:

Bueno como estuvo? Si quieren dejarme algo dejenlo en la cajita blanca de abajo ^w^ Nos leemos el domingo :)


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