Día 19: Su tumba
La policía llegó al amanecer, cuando todos en la fiesta ya se habían enterado y los rumores se esparcieron por todas las redes sociales.
La trágica familia Palmer volvía a estar involucrada en una muerte. Tras años de la muerte de Estela Edwards, alguien volvía a hacer de sus fechorías entorno al clan millonario.
Obviamente llegó Antonio Palmer a hablar con nosotros, su rostro lo demostraba todo, estábamos metidos en un grave problema.
-¿Entonces fue por legítima defensa?... ¿Cómo van a demostrar eso si la chica no tiene ni siquiera un rasguño?... ¿Están seguros que no se trata de un asesinato? - nos interrogó incluso antes que los mismos detectives.
Eunbyul permaneció siempre callada, fue demasiado estrés para alguien tan frágil.
-Yo soy testigo de eso, apenas conocía a Vicente... Él quiso violarla... Yo venía acompañado de Valentín y encontramos al sujeto ese moribundo... Eunbyul estaba aterrorizada y es que nunca quiso apuñalarlo, pero no tuvo otra opción... - ahí estaba de nuevo la osadía desconocida de Borja.
¿Por qué inventó eso? Nosotros no llegamos juntos a la habitación, ¿por qué miente tan descaradamente? Eso no me dio buena espina, aunque parece honrado, acababa de mentir.
Cuando llegó la policía a investigar, ocurrió de nuevo, las mismas palabras en la boca de Borja y el mismo silencio en mi amiga. Sé que ella no debe estar bien, por eso me quedé callado, tampoco quería que eso se prolongara e hiciera más daño a la pobre.
Salimos de la mansión muy tarde, estuvimos más de un día tras aquellas paredes. Somos menores de edad, por lo que nuestros padres tuvieron que ir a buscarnos.
-No puedo creer que estés involucrado de nuevo en algo tan ruin... ¿No te bastó con lo que hiciste hace un par de años? De nuevo estás ensuciando nuestro apellido, ¿sabes cuántos millones de dólares me costará este escándalo?... No sé qué hemos hecho con tu madre para merecer un hijo así... - me regañó mi padre durante el trayecto a nuestro departamento.
Tal como la vez anterior, le importan más sus negocios que mi bienestar. En ningún momento se preocupó por mí, como sí lo hicieron los padres de Eunbyul y la profesora de matemáticas, la madre de Borja.
Solo le importa las apariencias, de eso se tratan los negocios. En un mundo tan pequeño como lo es la alta sociedad, cualquier escándalo es visto como una tragedia. Supongo que la diferencia con la vez anterior, es que ahora ya no me quieren y el golpe no fue tan fuerte. En mi ven un monstruo, nada podría sorprenderles.
Las investigaciones empezaron esa misma semana, como Vicente provenía de una familia importante, sus padres movieron sus influencias para esclarecer lo sucedido. Por sobre todo querían que Eunbyul fuera castigada. A diferencia de mis papás, ellos confiaban en su hijo y no podían creer que fuera capaz de hacer algo tan espantoso como violar.
Tuve que atestiguar un par de veces. No fui a la escuela en mucho tiempo, el prestigioso economista Pfeiffer no quería que los periodistas entrevistaron a su hijo.
La Scuola Bianchessi parecía una estación televisiva más que un colegio, todos los medios de comunicación estaban apostados a las afueras, buscando un poco de información.
Para mi todo fue muy ajeno, estuve encerrado en mi habitación, donde me dedicaba solamente a pensar, a recordar a mi primer amor, aquel que ahora está muerto.
No tenía permitido salir de casa, pero con ayuda de Consuelo, mi fiel nana, pude escaparme cuando mis papás no estaban. Tenía que visitar la tumba de Vicente, despedirme de quien fue tan importante para mí.
Entrar al Mausoleo de la familia Bosch fue como un golpe en la cara. El frío y la humedad de aquella estructura antigua fue lo que me estremeció.
-Jamás imaginé que terminarías así.... Recuerdo todos los sueños que tuve contigo, lo mucho que desee que me amaras... ¿Acaso alguna vez pudiste sentir aunque sea un poco de cariño por mi?... - fue lo que hablé con él.
Sé que no me escuchó, que allí solo estaban sus restos, tan sólo que necesitaba sentirle una vez más. ¿Cómo puedes dejar de amar a alguien tan rápido? Claro que todavía no lo olvido, porque queda amor hacia Vicente todavía en mi alma y quizás jamás desaparezca.