Día 30: Todavía hay más
Sin embargo, esa no era toda la verdad que Daniel tenía que decirme. En aquel parque comenzaron dudas que no pude sostener, me estaba volviendo loco y como un adiós, quería enterarme de todo en ese preciso momento.
-Si esto aparecía en los exámenes forenses, significa que el juez lo sabía... ¿Por qué cerró el caso? Tenía evidencias que Francisca murió envenenada, ¿por qué no hizo nada? - interpelé al rubio, necesitaba respuestas.
-Influencias, eso sucedió... La familia de Vicente tiene dinero y logró comprar a la justicia. No está claro, de pronto los tribunales omitieron el asunto del veneno, postularon la opción de un accidente, y como todos eran menores de edad inimputables, quedó el caso en eso...-eso ya lo sabía, es lo que siempre Bosch me dijo, que gracias a sus padres estaba en libertad. Maldito.
-Eso sí, hay algo que no logro comprender... ¿Por qué no sabes nada de esto? Tú estabas en el caso, ¿cómo es que no te enteraste de nada? - prosiguió el muchacho.
Para ser sinceros, después de ver la sangre de Francisca en mis manos, mi mente colapsó. Recuerdo visitas a los tribunales, en donde debía decir lo mismo que mis padres me hacían aprender. Para mí, esos días delante del juez, fueron una actuación. Estaba allí, aunque no comprendía la realidad. Mi padre y mi madre se preocuparon de todo, estaban pendientes de no manchar el apellido Pfeiffer.
Eso mismo le respondí a Daniel y para mi sorpresa, quedó impactado con mis palabras.
-Creo que tienes que averiguar más a tu familia, porque creo que no te han dicho todo... - mencionó mirándome con... Sí, era lástima.
No podía con tanta incertidumbre, por lo que le supliqué que me dijera todo lo que sabía, algo guardaba y era un asunto que me haría mucho daño, eso era evidente.
-No puedo decirte mucho, porque no me fue posible seguir con la investigación sin que mis padres se dieran cuenta... Lo único que encontré, fue un acta de reunión entre los abogados de todas las partes involucradas. Los señores Bosch, Almeida y Pfeiffer, decidieron aceptar el veredicto del juez... Aceptaron que sus hijos eran culpables y sabiendo que no les darían castigo alguno por su edad, todo quedó en un acuerdo entre ellos.. Si alguna de las tres partes se negaba, todo se complicaría mucho.... Pero... ¿Qué tiene que ver Verónica en todo esto? - llegó al meollo del asunto.
-Bueno... Ella era la mejor amiga de Francisca y la fiesta cuando murió fue en su casa... Ella me encontró con Vicente y el cadáver de la chica. Trató de ayudar, de limpiar evidencia, pero fuimos muy lentos y ella cayó como cómplice... - Y Ahí estaba de nuevo nuestro pacto, el que nos unió para siempre en la desgracia.
El rubio, la Almeida y yo, sufrimos juntos y permanecimos en silencio, ocultando la verdad de lo sucedido, nadie quería que el colegio supiera que no fue un accidente, sino que el resultado del intento de violación de Vicente. Qué estúpidos fuimos, todo por proteger a ese malnacido.
-No... Si ustedes eran los culpables, se supone... Y no hicieron nada por ser niños, mucho menos debería culparse a alguien que solo limpió una habitación... ¿Nunca te preguntaste por qué ella estaba en todo, si en realidad no fue más que un testigo?- para mi siempre fue eso, lo que mis padres me dijeron.
Oh por Dios, ¿será que esta agonía no acabará nunca? ¿Cómo fui tan estúpido? Habían tantas secretos ocultos y jamás me los cuestioné,pero no más. Investigaré a mis padres y a Verónica, ellos saben algo que yo no.