Día 79: Pruebas
Mariana de Lérida tenía muchos contactos, tantos que en menos de dos meses logró reunir pruebas suficientes para demostrar que Antonio se había ganado la amistad de varios políticos gracias a diversos favores o amenazas que realizó.
-¿Y por qué lo hace ahora?... ¿Por qué no reunió estas pruebas antes? - le planteé durante nuestra última reunión.
- ¿Quién puede enfrentarse a Palmer? No tenía a nadie con el peso suficiente como para defenderme... Ahora te tengo a ti... - explicó sin tapujos.
Y tenía razón, en todos estos años nunca nadie se había atrevido a batallar contra aquel poderoso. Yo soy el primero, y el que tuvo que soportar todos los ataques de esa familia.
Actualmente solo está operativo el puerto, mis otros negocios han debido reducir su productividad y rechazar proyectos ya que no contamos con los insumos ni créditos necesarios. Las empresas Palmer y Lancaster nos han catalogado como parias y ya nadie desea contratarnos, ni siquiera vendernos.
Las únicas empresas que no nos han dado la espalda, son las productivas que exportan sus bienes por nuestros puertos, pero que juntas no llegan ni a los talones de Antonio.
-Cuando esto salga a la luz pública, el poder de Palmer se verá menguado, deberá dar explicaciones y alejarse lo más posible de todos los involucrados... Ya no tendrá el poder para bloquear a tus empresas, pero tú sí las suyas... Quien a hierro mata, a hierro muere... - sonreía graciosa la senadora.
-Solo espero que después de todo esto, usted no me traicione... - fui sincero.
-Claro que no lo haría... Si nos hemos hecho muy buenos amigos... - el cinismo salía por sus poros.
No seguí hablando, porque no era necesario detallar que no confío en ella, ni menos escuchar que Mariana tampoco en mí.
Eunbyul se encargó de investigar a la conservadora mujer, que parecía perfecta por todos lados. Madre de seis hijos, casada hace cuarenta años, ferviente católica, estudió ciencias políticas en la mejor universidad del país y desde muy joven ha estado ligada al gobierno. ¿Qué malo podría esconder?
-No le he encontrado nada, es como si fuera una santa... Ni siquiera tiene historial de partes por estacionar mal... Lo hace todo bien, todo... - la coreana estaba frustrada cuando me comentó el resultado de sus investigaciones.
-Si ella no tiene nada, entonces analiza a su esposo, o a sus hijos... Alguien tuvo que haber cometido algún error.. - fue la solución que le encontré.
Y tal como lo había anunciado, finalmente descubrimos que su esposo le era infiel, pero no con cualquier persona, sino que con su mejor amigo. Su esposo era gay y hasta tenía una pareja, una que escondía muy bien con los supuestos seminarios que realizaba en el extranjero. Ya tenía con qué defenderme.
Tras tres meses de conversaciones, Mariana denunció a Antonio por los cargos de cohecho y corrupción, entregando todas las pruebas que había reunido.
Se creó un escándalo de proporciones, todos estaban sorprendidos por la larga lista de políticos ligados al caso, y aunque Antonio había estado detenido cuando joven, ya nadie se acordaba de ello, todos crecieron viéndolo como un hombre respetable e irreprochable. ¿Qué había sucedido?
Yo me senté a esperar lo frutos de mis acciones, me alegraba ver en las noticias cómo las investigaciones se iban acrecentando más y más, cómo comenzaron a aparecer nuevos testigos y es que como Palmer tiene tantos aliados, a la vez poseía muchos enemigos que se aprovecharon de esta circunstancia para vengarse.
Y en ese preciso momento, regresó al país un hombre que pocos recordaban, pero que Eunbyul se dedicó a investigar. Se trataba de Javier Díaz de Valdés, quien fue la mano derecha de Antonio y que incluso, estuvieron a punto de casarse.
-Estoy segura que ha vuelto para ajustar cuentas con su antiguo amor... Todavía debe recordar que lo haya cambiado por Guillermo... Él debe saber mucho más que cualquiera, sobre las maniobras de esa familia... Tenemos que aliarnos con él... - mi amiga estaba extasiada por su presencia.
Tal como suelo hacer, acogí su consejo para reunirme con aquel hombre tan misterioso.
Fue en un bar de un lujoso hotel en la costa donde nos encontramos. Caminé por el recinto hasta encontrarme con un hombre alto, de cabello castaño con pronunciadas canas, bordeando los cuarenta años y de unos profundos ojos celestes.
-Debes ser Valentín Pfeiffer...-fue lo que dijo al mismo tiempo que me tendía la mano.
Las primeras palabras que intercambiamos fueron banales, sin mayor profundidad, sólo para preparar el camino de lo verdaderamente importante.
-Tú eres el dueño de los puertos Grimaldi. Lo has hecho muy bien, déjame felicitarte... - estaba al tanto de lo que ocurría en el país, aún cuando había estado muchos años en el extranjero.
-Sí, y soy el mayor rival de un viejo amigo tuyo... - fui directo al grano, necesitaba saber más de él.
-¿Y eso por qué se debe? Y no quiero mentiras como que son competidores en el mismo mercado... ¿Cuál es la verdad? - al parecer, Javier era igual de pragmático.
Preferí ser sincero y contarle toda mi relación con Daniel, lo que había ocurrido todos estos años y la negativa de Palmer por aceptar nuestro amor.
-Ok, pero esa es tu visión de lo ocurrido... Sé que no he visto a Antonio en muchos años, pero dudo que haya cambiado su forma de ser... Y como lo conozco muy bien, sé perfectamente que no te rechazaría por lo que te ocurrió en aquel sótano... ¿A quién podría afectarle? Eso de los negocios me suena burdo... - analizaba la situación con mucha seriedad.
-¿Qué es lo que me quiere decir? - estaba seguro que había descubierto algo que yo jamás pude.
-Dime... ¿Qué hizo Daniel luego de enterarse que fue su padre quien mató a Daniela?... O después de saber que había torturado a un hombre... - me miraba con detenimiento.
-Él... Prefirió a su padre antes que a mí... - aunque me doliera, tuve que decirlo.
-No, nadie cuerdo estaría al lado de alguien capaz de eso... ¿Y sabes por qué se quedó a su lado? Porque Antonio no es así... Mi última pregunta, ¿por qué preferiste creer en un reo moribundo antes que en el padre de tu novio? - algo importante quería revelarme.
No pude responder nada, porque jamás me lo cuestioné, tomé las palabras de Francisco como una verdad absoluta.
-Has decidido creer en las personas incorrectas... Y te lo diré de esta forma... - Javier posó sus manos en mis hombros y me miró fijamente a los ojos.
-Francisco no es de fiar, por algo terminó así... Primero, Antonio jamás le hizo daño a ese hombre, fue su madre quien lo descuartizó poco a poco durante años... Segundo, y creo que lo más importante, es que Palmer si tuvo que ver en la muerte de Daniela, pero... No puedo creer que no hayas averiguado esto, pero... Daniel lo sabe desde pequeño, y siempre ha comprendido a su padre... Ahora, si ellos actuaron de esa manera... Es porque algo estaban intentando probar... - quedé congelado ante tal revelación.
-¿Qué cosa? ¿Qué querían saber? - me alteré, por fin había abierto los ojos ante tal engaño.
-No es propio de Antonio, pero viendo todo lo que ha hecho contigo... Creo que te teme... Se dio la paciencia de tenderte una trampa, de presentarte a Francisco... ¿No te das cuenta que todo era parte de su plan? Alguien tan inteligente no le muestra sus debilidades a nadie, y si lo hizo, fue para probar tu lealtad... La que como ya vimos, prácticamente no existe... No luchaste con moral, no buscaste el amor de Daniel como alguien de honra, sino que como alguien ruin, y así demostró que no eres digno de su hijo... Lo siento muchacho, pero creo que hiciste justo todo lo que no debías.. - mi corazón palpitaba de tal manera que no pude seguir escuchando a Javier.
El mundo se me venía encima y decidí salir a tientas a la terraza. Ahí, frente al mar, pude ver claramente la verdad, lo estúpido que había sido al caer en una prueba tan sencilla. El mundo me había destruido y al sentirme atacado, me defendí de la misma manera hostil en que me han tratado toda la vida. Nunca cerré el círculo.