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ADVERTENCIA: La Belleza es Peligrosa por jotaceh

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Notas del capitulo:

Hola a todos... espero que estén muy bien y que todos sus sueños se estén cumpliendo...

Aquí les traigo el último capítulo de la historia. Les quería dar las gracias por apoyar la historia y leerla hasta hoy día!!! 

 

Sinceramente, espero que les guste el final porque es diferente... por favor... no me odien si no les gusta :(

 

 

Día 90: Fin.

 

 

 

La mansión Almeida es opulenta, de fachada amplia, grandes ventanales separados por antiguos pilares que le dan una apariencia elegante, casi de la realeza. Al estar frente a esa estructura recordé todo lo que viví en aquel sótano, en todas las noches en que el frío calaba mi piel y congelaba mis huesos, aquellos golpes que me propinaron mis verdugos y que me hicieron sangrar grotescamente.

Logré salir de aquel infierno, recuperar mi salud y seguir adelante, enceguecido por la idea de superar a Antonio Palmer, de demostrarle que era suficiente para su hijo y que merecía su amor. Estuve persiguiendo un anhelo que más parecía competencia.

 

En medio de la oscuridad, frente a la estructura que significaba tanto en mi vida, pude ir más hacia el pasado y recordar mi infancia. En ese entonces estuve nublado también por una lucha sin sentido, por querer destacar en algo carente de significado como es la belleza. Me obsesioné con recibir halagos por mi apariencia, que todos quedaran impactados por mi mirada y por mi rostro angelical. Era feliz en aquel ínfimo instante en el cual recibía una palabra de alabanza. ¿Y después qué? Mi vida seguía sin sentido, sin el amor de mis padres ni la contención de nadie quien se preocupara por mí.

 

Tanto en mi juventud con la belleza, como en mi adultez con el poder, perseguí una meta que finalmente no me llenaba, que no era lo que quería, porque... buscando impresionar a otros, terminé perdiéndome, no pude estudiarme ni comprender quién soy. A mis treinta años me percaté que no me conocía, que el misterio más grande de todos es mi verdadero ser.

 

¿Quién era antes? El que quería a Vicente. ¿Quién soy ahora? El que quiere a Daniel, el que llegó a la cúspide del poder para mendigar un amor que ni siquiera me he cuestionado, que simplemente le di por un hecho. ¿Qué hay realmente en mi corazón?

 

Ingresé finalmente a la mansión y aun cuando es una estructura enorme, me sentí ahogado, enjaulado en un mausoleo ajeno, en un monstruo construido por una bestia. Subí las escaleras sintiendo la opresión de mi pecho, y cuando llegué a mi cuarto me encontré con Víctor.

 

-Quiero que me digas dónde está Verónica...-es todo lo que pronunció al verme.

 

-Marcela está muerta...-respondí sin prestarle atención.

 

Su rostro se inquietó, la rabia se disipó de inmediato dando paso a la pena.

 

-Lo siento mucho... Sé que era importante para ti...- se lamentaba al percatarse de su falta de tino.

 

-¿Sabes? Te voy a dar el mismo regalo que ella me dio a mí...-le dije al percibir la desesperación que tenía por encontrar a Verónica.

 

-Ella destruyó tu vida quitándote a tu hermana, te ha hecho sufrir como nunca nadie te ha lastimado... sin embargo, no te hace mejor persona el querer vengarte. Si sigues con esa aspiración, lo único que lograrás es ser como Verónica. Recuerda que ella también tuvo motivos para convertirse en tal monstruo. No termines del mismo modo... Anhelo de todo corazón que logres tomar la decisión correcta...- tras decir esto, escribí en un papel la dirección del burdel donde se encuentra aquella mujer y se lo di en las manos.

 

-¿Aquí está ella?- leyó la dirección sorprendido.

 

No quise seguir con aquella charla porque probablemente su sed de venganza no vaya a terminarse tan fácilmente. Lo más seguro es que lleve ante las autoridades a aquella asesina, para que le den la sentencia que se merece y pueda cumplir su pena bajo la justicia de los hombres. Como si ello pudiera borrar todo el daño que hizo.

 

Esa noche no pude dormir, estuve recostado en la cama de un hotel mirando el techo pensando en todo lo que he hecho con mi vida, en todas las victorias y fracasos que me han llevado a ser Valentín Pfeiffer. ¿Esa es la vida que quiero? ¿Cuál es la meta que quiero lograr? ¿Qué me hace realmente feliz?

 

El velorio de Marcela fue sencillo, no mucha gente la conocía y toda la familia que poseía estaba muerta, tras las rejas de una cárcel o huyendo de la justicia. No hubo mayores llantos, ni presencias, solo fue el féretro con su cuerpo adentro, rodeada de flores y de las pocas personas que la amaban de verdad. Todo culminó con el entierro, allá en un cementerio lejano en los suburbios, en la misma sepultura donde se encuentran los restos de sus padres. 

 

De pronto me vi solo en el entierro de Marcela. Todos se habían marchado y yo quise quedarme allí, en un barrio antiguo, olvidado de la ciudad, rodeado de tumbas de cientos de personas normales, de aquellos que provienen de familias sin apellidos rimbombantes, de gente común que vivió una vida, que tuvo una historia cuyo final quedó enterrado con sus restos allí, en ese cementerio.

 

Me despedí de mi gran amiga y comencé a caminar por los pasillos angostos cubiertos de moho y flores secas. Un viento frío me golpeaba en el rostro, mientras las hojas de los árboles añejos se mecían lentamente sobre mí.

 

-Soy Valentín Pfeiffer Lancáster.... Presidente de las Empresas Palmer y dueño del Grupo Pfeiffer. En mis manos está la fortuna más grande que esta nación haya conocido... tengo tanto poder que quizás ni siquiera Antonio podría igualarlo...- susurré al viento mientras recorría el lugar.

 

Lo dije una y otra vez, como si quisiera convencerme de ello, como si ni siquiera pudiera comprender que esa era mi realidad.

 

Veías las tumbas e intentaba imaginar las historias de aquellos fallecidos, todos los problemas que tuvieron, los amores que dejaron atrás, las amistades, las risas, cómo hablaban, cómo veían el mundo. Estaba rodeado de mil vidas, de cuentos que tal vez ya nadie recuerde. Y entonces... ¿quién se acordaría de mí? ¿Qué dirían de mi persona al morir? ¿Tal vez he hecho algo bueno?

 

Regresé al vehículo pensativo, una semilla había caído en mi pecho y ésta se encontraba germinando, algo crecía dentro de mí, algo tan grande que no podía detenerlo.

 

Los días transcurrieron... las semanas avanzaban sin dar tregua alguna... Nos acercábamos a la primavera cuando todo volvió a comenzar, cuando acabé con lo antiguo y proseguí con lo nuevo.

 

Ingresé con la cabeza en alto a la Mansión Palmer, no porque debía conservar mi orgullo, sino porque mi alma ya no podía mantenerse en el suelo, solo quería elevarse en lo más alto del cielo.

 

El mayordomo me hizo entrar a la gran estructura alba, me llevaba a la sala cuando me encontré de frente con aquel hombre en quien tanto he pensado.

 

-Supe que no te casarás con Víctor...- dijo Daniel tan solo al verme, aun con aquel rostro de pena que le vi la última vez que conversamos.

 

Durante estos meses, recibí la propuesta de matrimonio de Víctor, la cual preferí rechazar y es que unir mi vida a otra no es el plan que tengo hasta el momento. Esta noticia tuvo que haber salido de mi hogar, llegando a los oídos de Daniel, quien tras tanto tiempo sin verle me encaró con dicha aseveración. 

 

-He cambiado mucho... Te sorprenderías si lo supieras...- sonreí genuinamente, aun cuando el rubio se haya sorprendido.

 

Le dejé allí, tenía que dirigirme al despacho de su padre.

 

-No te voy a dejar ir...Si no quieres estar con él, es porque me amas... Me lo dijiste... Estemos juntos, que todos se vayan a la mierda... Seamos felices...- volvió a detenerme, tomándome de los brazos.

 

-¿Cómo voy a amarte si ni siquiera soy capaz de quererme a mí mismo?- es todo lo que le respondí.

 

-¿Entonces esto se acabó para siempre?- lloraba frente a mí.

 

Volví a verle pequeño e indefenso, como cuando le conocí, era nuevamente como el joven en la Scuola Bianchessi.

 

-Sé libre Daniel... busca lo que quieres y consíguelo... Deja de depender de quienes te "salvaron" de pequeño, deja de vivir a las sombras de tu padre y vuela... sigue tu propio rumbo...- acaricié su rostro con toda la ternura que nuestra historia puede generarme.

 

-Estoy seguro que nos volveremos a ver... y espero que en esa oportunidad, podamos ser tan buenos amigos como cuando nos conocimos...-me despedí de él antes de abrir la puerta del despecho de Antonio.

 

Debo reconocer que mi pecho se detuvo en ese momento, una historia había culminado, una parte de mi existencia se había terminado y no pude detener la pena, sin embargo, era necesario cortar ese nexo para ser libre. 

 

Antonio estaba sorprendido con mi visita y me esperaba sentado al otro lado del escritorio. La luz del ventanal tras de él le hacían ver majestuoso, como todos en ese país le ven.

 

-¿A qué has venido?- fue tan directo como de costumbre.

 

-Vengo a decirle lo mismo que acabo de informarle a mi padre... Renuncio a la presidencia de las Empresas Palmer... Espero que a quien elijan en mi reemplazo logre hacer un buen trabajo...- sentencié las mismas palabras que hace unas horas le había dirigido a Javier.

 

-¿Qué?... ¿Me vas a decir que te estás rindiendo?- estaba contento.

 

-Si es feliz pensándolo así, sí... me rindo de tener que vivir una vida que no es la mía...- no es alguien importante en mi vida como para darle mayor importancia.

 

Tras esas breves palabras, me marché del lugar, dejando helado al hombre con quien tanto competí.

 

Finalmente, tras tantos años en cautiverio, pude salir finalmente de aquel sótano, de aquel vacío en el cual me encontraba desde mucho antes que mi secuestro. Dejé todo lo que tenía, mis puestos en empresas, vendí la mansión Almeida y entregué mis acciones en el Grupo Pfeiffer a un fideicomiso ciego que administrara mis bienes mientras me ausentara.

 

-¿Estás seguro de todo esto?- me consultó nerviosa Eunbyul, y es que ella me acompañó en todo el proceso de construcción del conglomerado.

 

-Nunca he estado más seguro de algo... Quiero dejar todo esto atrás e iniciar nuevamente...- solo atiné a abrazar a mi mejor amiga.

 

Supongo que la vida no tiene un camino definido ni mucho menos un manual con instrucciones a seguir, solo es... todo lo que tienes, y por eso no quiero desperdiciar mi única oportunidad de vivir. No deseo continuar con una carrera en los negocios, porque no me gusta. No quiero competir con Antonio porque no me importa ganarle, ni siquiera me gusta tener poder. ¿Tener dinero y dominar al resto? ¿Para qué? Si no soy capaz de guiarme a mí mismo hacia la felicidad.

 

¿Un matrimonio con Víctor? ¿A quién no amo? ¿De qué me serviría? O aun peor ¿Casarme con Daniel? Si aunque le ame, no creo que podríamos estar juntos, porque somos muy distintos.

 

No, esas no son las decisiones que quiero tomar, no quiero seguir perpetuando una vida que no me satisface, quiero ser por una sola vez alguien inteligente y tomar la mejor decisión, pensar en mí y no en lo que los demás desearían, o en las formas que tengo para vengarme de lo que me han hecho.

 

Dejé todo lo que tenía y me subí a un barco, quería recorrer el mundo y conocer otras realidades, enriquecerme de una manera que jamás el dinero podría entregarme, encontrar al verdadero Valentín y contruir un futuro que realmente me satisfaga. Y desde ese día no he regresado al país, ni he vuelto a ver a mis seres queridos.

 

Puede que estés desilusionado, que hayas esperado mucho más de mí, que haya elegido el amor de algún hombre, que me haya casado y vivido el resto de mi vida comiendo perdices, pero no, esa no es la vida real. No hay nada de malo en reinvertarte a la edad que quieras, desprenderte de todo lo que tienes e iniciar desde cero. Mucho menos hay que temer a la soledad, porque puedes estar rodeado de muchas personas, mas la única compañía que realmente importa es la tuya.

 

Espero que puedas comprenderme y que si te sirve de consuelo, puedes estar seguro que soy realmente feliz, que encontré en la pobreza y en la soledad la verdadera belleza, esa que te expande el pecho y te entrega la dicha más hermosa que puedas experimentar.

 

ADVERTENCIA: La belleza es peligrosa, porque todo aquello que el resto estima y glorifica no es necesariamente lo mejor para ti. Discute, interroga, cuestiónate todo, porque ésta que llamas vida es única y no puedes seguir los caminos que los demás quieren trazarte. Encuentra tu propia felicidad y nunca critiques a otros, porque no sabes en qué sótano pueden estar atrapados.

 

 

Fin.

 

Notas finales:

MUCHAS GRACIAS!!!


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