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Recuperando a mi enemigo por Luluu

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Notas del capitulo:

Ya estámos en los últimos capítulos... creo que voy a llorar.

 

7n7 necesito un abrazo.

Pov Harry

 

Había dejado a Snape con Remus. Sabía que el profesor de pociones estaba en buenas manos. Sabía que existía una gran posibilidad de que… no hubiera cura para el veneno de Nagini.

Y ahora, acostado en la vieja alfombra de la oficina que solía ser de Dumbledore no podía borrar todas las escenas que acababa de ver. Entendía la gravedad de la situación; mi profesor estaba muriendo y por eso me había confiado sus memorias.

Tenía ganas de correr hasta él y pedirle perdón. Snape no era una buena persona, le gustaba la magia oscura, pero era una persona y había amado a mi mamá. Posiblemente la había amado más de lo que ha amado a cualquier otra persona… sin contar a Remus, creo.

Sabía lo que tenía que hacer.

Sentía mi corazón palpitar. El temor que sentía en este momento, el temor por la muerte, me hacía seguir avanzando. Ese temor que sentía, que no deseaba que nadie más sintiera me obligaba a no rendirme.

Todo estaba por acabar. Mis minutos estaban contados, mis manos sudaban y mis ojos ardían. Sentía miedo a morir pero no me arrepentía de que este fuera mi final. Morir para salvar a tus seres queridos sonaba como algo muy noble. Lo púnico que me entristecía era no poder despedirme de Draco, de decirle todo lo que sentía, o de agradecerles a Ron y Hermione por todo lo que habían hecho por mí.

 

Bajé las escaleras y me encaminé hacia la salida. Vi a Luna y Nott abrazados en la entrada.

- Hola, chicos.
-¡Caramba, Harry, casi me matas de un susto! –dijo Nott.
-¿A dónde vas? –preguntó Luna con su dulce voz.
-Todo es parte del plan. Hay algo que debo hacer. Escuchen…
-¿No estarás pensando en entregarte, o sí? –preguntó la rubia.
-No –mentí –en cualquier caso, puede que no esté aquí durante un tiempo…
-¿Qué necesitas, Harry? –preguntó el Slytherin.
-Simplemente díganles a Ron y Hermione… o Draco que, mientras no esté, tienen que acabar lo que empezamos.
-Vale, Harry. Estás bien, ¿no?
-Estoy bien. Gracias, chicos.
-Todos vamos a seguir luchando, Harry. Lo sabes, ¿verdad?
-Sí –dije un poco más tranquilo –gracias, Luna.

Entonces la pequeña chica se separó de los brazos de su novio y, en su lugar, me abrazó a mí.

-Mi papá y yo siempre creímos en ti –dijo quedamente.

 

 

 

 

 

 

 

Había un error. El césped se sentía frío bajo mi cuerpo. La tierra y el pasto picaban mi cara y me daban ganas de rascarme pero mi cuerpo estaba demasiado entumido para seguir aquellos pequeños comandos.

-¡Examínenlo rápido! Díganme si está muerto –exigió la voz de Voldemort.

Estaba tendido en el suelo y lentamente recordé el porqué. Mi corazón volvía a palpitar muy rápido. Escullé como se acercaba una persona. ¿Qué pasaría si descubrían que seguía vivo? Ni siquiera tenía mi varita. Supongo que algún mortífago la había confiscado.

 

Unas suaves manos tocaron mi cara. Pasaron sus fríos dedos por mis facciones casi como si de un hijo se tratase. Era Narcisa Malfoy.

-¿Draco está vivo? –preguntó de manera apenas audible.
-Sí, está en el castillo –respondí en el mismo tono de voz.
-Nunca me perdonara por lo que ya he hecho –su voz sonaba rota –no puedo arruinarlo aún más, ¿cuidarás de él, Potter?
-Siempre –dije.
-Gracias.
El susurro fue apenas audible, los labios de la mujer estaban a centímetros de mi oído. Su cabello cubría mi cara.

-¡Está muerto! -gritó la mujer mientras se ponía en pie.

Los mortífagos vitoreaban y los aullidos de dolor de Hagrid retumbaban por todo el terreno.

 

 

 

 

 

Pov Draco

 

El castillo estaba en silencio. Todo el mundo estaba tenso y el silencio era asfixiante.
¿Dónde estaba Harry?

-Draco –llegó Granger corriendo.
-¿Qué pasó?
-Harry… -intentó tomar aire –Harry… fue… con Voldemort.
-¡¿Qué!? –pregunté sintiendo mi sangre helarse.
-Fue con Voldemort… le pidió a Luna que nos pidiera que acabáramos de destruir los horrocruxes…
-Harry… está… -todo daba vueltas a mi alrededor.
-Draco, tranquilo –ordenó la muchacha.
-¡¿Cómo quieres que esté tranquilo!? ¿Escuchas lo que dices? Harry acaba de largarse a su propia muerte y tú me pides que… -no pude terminar porque Hermione me había dado una cachetada.
-Draco, te pido que por favor guardes la calma. No eres el único estresado o dolido, ¿está bien?

Era cierto. Antes de que tan siquiera Harry mostrara agrado por mí, Hermione y Ron ya estaban con él. Eran inseparables incluso desde nuestro primer año. Si yo me sentía así… no podía imaginar cómo se sentían ellos.

-Se te está haciendo una costumbre pegarme, ¿no, Granger?
-Y lo volveré a hacer cada que sea necesario.
-Tch.
-Tenemos que matar a la serpiente –dijo la chica.
-¿La serpiente? –preguntó Neville que iba llegando.
-Sí, creemos que es la única manera de detener a Vol…

 

Pero algo la interrumpió.

-¡Salgan! –pidió de manera imperativa la voz de Voldemort. ¿De dónde venía? Se escuchaba por todas partes.
De pronto una horda de mortífagos entro por los terrenos del colegio. Voldemort iba al frente, con Hagrid quien iba cargando a… a… Harry.

 

Harry estaba muerto.

 

Una parte de mí se destrozó. Recordaba cada momento de ansiedad y desesperación que había pasado; cuando no me sentía lo suficiente bueno para mi papá o cuando solo quería alejarme de todo y fingir ser un mago normal, con una familia normal y un destino lleno de decisiones que esperaban a ser tomadas.
Esto era mucho peor.

 

El grito que soltó la profesora McGonagall fue desgarrador. Nunca hubiera creído que una mujer de su edad fuera capaz de gritar de tal forma. Su grito asemejaba la manera en como mi mundo se iba desbaratando a mi alrededor.

 

En un segundo la puerta abierta del corredor se llenó de gente, a medida que los sobrevivientes de la batalla salían a enfrentar a sus conquistadores y ver la verdad de la muerte de Harry ellos mismos.

-¡No! ¡No! ¡Harry! –gritó Ron, el cual era sostenido por sus hermanos. Las voces de Ron, Hermione y Ginny fueron peores que la de McGonagall.
La marea de gente amenazaba con cubrirnos, pero nos fuimos abriendo paso entre las personas y llegamos al frente. Hermione, Ron, Ginny, Fred, George, Neville, Zabini, Pansy, Luna, Nott y yo estábamos al frente. Viendo el cuerpo inerte de nuestro amigo y a su asesino, parado a unos pasos de él.

 

-¡SILENCIO!? –chilló Voldemort –Todo ha terminado. El mal ha ganado y no hay nada que puedan hacer. Su querido “Elegido” ya no puede defenderlos. Hagrid, bájalo, ponlo a mis pies.

Harry fue depositado en el suelo.

-¡Harry Potter está muerto! ¡Entienden ahora, tontos! Nunca fue nada más que un niño que se aprovechó de otros para que murieran por él.

-Él te venció –gritó Ron.
-Fue asesinado mientras trataba de huir de los terrenos del castillo –dijo Voldemort.
-¡Ja! –exclamó el pelirrojo.
-Ronnie… -susurró Fred tratando de hacer callar a su hermano.
-No, déjenme hablar, ¿crees que has ganado? ¿Qué ya no podemos defendernos? ¿Crees que has ganado la batalla? ¡Ja! A mí parecer, lo único que va a pasar es que vamos a pelear… y te vamos a ganar –sentenció.

 

Voldemort se detuvo. Su cara se tornó a un gesto de odio y repulsión y alzó su varita hacia mi amigo.

-ALTO –gritó alguien dando un paso al frente.
-¿Tenemos a un ofrecido? ¿Quieres tomar el lugar de tu amigo? –preguntó el mago tenebroso -¿Cuál es tu nombre, chico?
- Es Neville Longbottom, mi señor, el chico que ha estado causando tantos problemas a los Carrow –dijo Bellatrix.
-¿Y que si lo soy? -dijo Neville fuerte. Este chico era un Gryffindor ocultó bajo la actitud de un Hufflepuff.

-Demuestras espíritu y coraje, vienes de una familia noble, serías un muy buen mortífago –dijo Voldemort -necesitamos gente como tú, Neville Longbottom, únete a mí y te perdonaré la vida.

-Me das asco –dijo Neville y escupió en dirección a Voldemort.
-Está bien -dijo el mago más viejo –Si esa es tu decisión, Longbottom, seguiremos el plan original –apuntó su varita hacia Longbottom.

 

Una figura voló desde el castillo, entonando una triste canción, y dejó caer algo viejo y de forma puntiaguda a los pies del Gryffindor: el sombrero seleccionador.

 

 

-No habrá más ceremonias de Selección en Hogwarts, todos serán parte de la casa de mis antecesores y Neville va a demostrar ahora que sucede cuando alguien lo suficientemente tonto continua oponiéndose a mí -dijo Voldemort.
-¡No! –gritó Zabini.
-Espera –pidió Neville tomando el sombrero –no he terminado. Harry puede estar muerto pero el nunca dejará de estar entre nosotros. Harry nos enseñó a pelear por lo que creemos, nos enseñó a no dejar que nadie decida por nosotros. ¿Qué haría Harry ahorita? ¡Él nunca se rendiría y creo, CREO, que ahora es nuestro momento, nuestro turno! Si peleamos unidos podremos pelear, cambiar el estado de la batalla y ganar.

 

Voldemort comenzó a aplaudir.
-Eso, Longbottom, fue inspirador, ¡me conmovió! –dijo -¿Podemos seguir con lo que estábamos haciendo? ¿O prefieres que nos tomemos de las manos y cantemos?

Para este momento Neville había caminado hacia los mortífagos.
Todo ocurrió muy rápido.

 

Con un ágil movimiento sacó algo brilloso del Sombrero Seleccionador y sin perder ni un momento blandió la espada; degollando a Nagini. El ruido de la espada no puedo ser oído sobre el rugido de la multitud que se acercaba o sobre los sonidos de los gigantes o de la estampida de los centauros y sin embargo pareció que todos lo vieron. Con un solo golpe Neville cortó la gran cabeza de la serpiente, la cual voló en el aire, mientras que Voldemort permaneció con la boca abierta en un grito de furia que nadie pudo oír.

Notas finales:

Gracias por leer!


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