Eso era todo, sin haber hecho ningún sonido aquel demonio estaba detrás de killer y cuando quiso sacar de su campera un arma para defenderse, law fue más rápido.
Solo una apuñalada…
La sangre brotaba, y nada podría pararla.
Eustass estaba congelado, igual que aquella vez que se enteró que habían asesinado a su expareja, impotente no llego ni a moverse. No sabía qué hacer, intento acercarse a killer ya tirado en el suelo, tosiendo más y más sangre. Lo tomo entre sus brazos y…
- ¿no me digas que lo querías? Si es así – fue hacia donde había caído el arma del rubio por el suelo, se acercó y la agarro. – ¿por qué no te matas tú también eustass-ya ? – de forma macabra pregunto mirando con desprecio al pelirrojo.
¿Ya algo tenía sentido en esta vida?...esto no tenía arreglo, realmente ¿me querías? Tantas preguntas llegaban de una manera violenta al pelirrojo que no paraba de llorar mientras aun abrazaba a su amigo.
“¿ibas a enfrentarlo? Killer… eres idiota pero…” pensó e hizo una ligera sonrisa mientras su amigo lo miraba, mientras sus ojos se volvían oscuros.
Cuando ya no pudo sentir el aliento de su amigo, lo dejo en el suelo y fue directo hacia law para aceptar su destino.
La tomo con sus manos y se tentó mucho a dispararle a ese demonio, con todo el odio que ya ahora mismo le tenía, pero lo mejor sería en dejarlo solo. Con la mano derecha apunto hacia su boca, la sostuvo con la otra mano para decir lo último que podría decir antes de que parta al más allá.
- has arruinado mi vida, no sé si lo que me decías de amarme era verdad, pero esa mierda nunca me la creí- suspiro un poco y siguió hablando mientras trafalgar lo miraba fijo, sin ninguna sonrisa solo con seriedad pura.
- pero…gracias, al menos me ahorraste la mierda que iba a seguir viviendo – en ese momento el pelirrojo hizo una mueca de lo más sincera y para el demonio eso era mucho.
Eustass kid, un chico que trabajaba para su tío en días de descanso, jamás se dio un descanso para sí mismo. En los estudios no siempre le iba bien, por lo cual él tuvo que pedir ayuda a una chica que al menos no le tuvo miedo en ese tiempo. Pasaron muchas cosas entre esos amigos tantas…y no era necesario haber sido íntimos pero como el tiempo vuela, las cosas no son siempre planeadas empezó un amor, algo raro, aunque eso no los detuvo planeaban tener una familia pero debían trabajar y terminar los estudios. Todo era muy hermoso hasta que su novia conoció a otras amigas que manipularon su mente y se la arrebataron de kid, así de simple.
Ella sabía que era algo malo, pero experimentar no estaba mal ¿no? Bueno al final no supo detenerse y ya le daba igual que el supiera o no, pensaba que todo lo que le decía su amiga era “verdad” jamás se lo conto a su pareja cosa que podían solucionarlo pero no…el demonio tuvo que asesinarlas, que ni siquiera fue por su propia mano, invadió el cuerpo de alguien más para cometer ese acto macabro.
¿Por qué al él? No lo sabía al principio pero lo único que amaba y hasta ahora se daba cuenta era su hermosa sonrisa…tan sincera.
Al ver que su amor iba a matarse era tarde ya habría apretado el gatillo. Si… él estaba celoso de esa relación aunque feliz porque iba a desmoronarse como su familia poco a poco. Lo observaba desde el inframundo en el cual habitaba como los demás.
“¿Por qué no sonríes para mí?”
Pero el destino egoísta quiso otra cosa, la bala no salió. Tampoco se había quedado estancada, ni trabado.
Solo había una bala.
Desesperado el pelirrojo intento gatillar más de una vez para matarse pero fue detenido por law, esta vez no había sido por el demonio, sino que su destino aun no era ese. El arma fue lanzada hacia otro lado, eustass no paraba de moverse y llorar.
Trafalgar lo abrazaba con toda la fuerza que tenía para calmarlo y que deje de moverse bruscamente, no podía soportar aun seguir vivo, lamentándose por no haber disparado bien, pensó que fue su culpa que la bala no haya salido bien.
“¿qué es lo que hice?”
Los meses habían pasado y habían abandonado ese casa donde vivía el pelirrojo, que había pasado por tantas penurias parte por culpa de law pero al pasar los días y viajar a un nuevo hogar lo habían vuelto a tener vida, de la mano del demonio recorría los campos y parques que visitaban mientras viajaban juntos. Sonría más que antes, trafalgar podía abrazarlo sin que el otro se irritara, los besos eran correspondidos y en la noche disfrutaban de su relación íntima.
Las sonrisas sinceran volvieron, junto con risas e burlas sobre las cosas que observaban a lo lejos. “Eustass estaba tan feliz” pensó trafalgar mientras se acomodaba su almohada…
Habían alquilado en un campo un cuarto que era para los turistas de ese lugar, capaz lo único que podía molestarlos eran los mosquitos pero no había nada más para quejarse su vista era única e increíble.
- te amo trafalgar – mientras dijo eso beso la frente del pelinegro y volvió a sumergirse entre los brazos del nombrado para sentir su calidez e caricias. Trafalgar estaba cansado por el viaje ya que, quería comenzar de nuevo para que su amor fuera más allá, después de tantos problemas que paso era tonto seguir viviendo ahí y recordando lo que paso.
Durmieron juntos.
Se oyó un disparo desde una habitación cercana, eso hizo que trafalgar abriese los ojos rápidamente y buscara al pelirrojo que tenía en sus brazos supuestamente. Al mirar, kid no estaba ahí.
Desesperado fue corriendo hasta donde se había oído el disparo, ahora se oía un bullicio entre los otros inquilinos y una mujer grito al verlo. Cuando llego al lugar vio que eustass había cogido una escopeta, disparo metiéndola en su boca…atrás de él se encontraba la máquina de snacks que se encontraba rota también, los sesos de su cabeza se encontraba por todas partes, su rostro era irreconocible ante los ojos de cualquiera. Trafalgar no podía asimilar lo que había pasado lo único que salió de su rostro fue una lagrima.
“La felicidad, es el sufrimiento de otra persona”
END.