Tres días habían pasado y no tenían noticias, el teléfono del mensaje no había sido encendido causando que fuera imposible de rastrear. En los programas de farándula y una que otra revista solo se comentó que el modelo Kise Ryouta había tomado vacaciones por enfermedad y se desconocía cuando volvería a las pasarelas y sesiones fotográficas, causando esto que algunos de sus clientes se molestaran y demandaran al modelo por incumplimiento de contrato, pero esto es algo de lo que el abogado de la familia Ryouta se encajaba.
Pero, esto era una historia diferente.
Kise había sido secuestrado y nadie sabia su paradero.
Aunque el mensaje subliminal del mensaje que les llegó a la generación de los milagros era que no se alertara a la policía (No olvides que este es nuestro secreto); se alertó a las autoridades correspondientes.
Solo había especulaciones del secuestro, que fue camino a casa o en un centro comercial, donde se había visto por última vez al rubio, según cámaras de seguridad.
Las actividades en los clubes seguían con normalidad, la generación de los milagros y los compañeros del rubio, aunque preocupados, continuaron con sus rutinas.
No había nada que hacer, más que esperar a que el secuestrador volviera aparecer.
Tres días.
Los celulares sonaron, a la misma hora y mismo contenido.
Una foto.
-La foto mostraba a el rubio, atado de pies y manos, con los ojos vendados y solo vistiendo unos bóxer- su cuerpo parecía lastimado, rasguños y uno que otro moretón. Recostado en un colchón viejo y manchado, con algunos agujeros.
-La princesa está dormida, la bella durmiente.
¿Vendrá su príncipe a salvarla? O un caballero de brillante armadura. -
Los entrenamientos fueron suspendidos, la generación y otros chicos preocupados se reunieron en casa del rubio, donde la hermana, y único familiar, del rubio se encontraba. El detective Kogan fue alertado.
No se obtuvieron pistas. El teléfono no duro encendido más de siete minutos, imposible poder rastrearlo.
- Esto es imposible, se necesita al menos de un lapso de diez minutos como mínimo para poder rastrear la ubicación del teléfono y siendo mensajes lo hace imposible.
La hermana del rubio cada vez estaba peor, su hermanito era su único familiar, ver en las condiciones en las que se mostraba en la foto solo la martirizaba mas. Si el tipo quería dinero ella estaba dispuesta a darle todo lo que poseía, teniendo en cuenta que la suma de la herencia de sus padres para ellos, sus ahorros, las ganancias del trabajo de modelo del rubio, era una cantidad exorbitante de dinero que se presumía en unos cuantos millones de dólares.
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Se sentía entumecido aun así le dolía la cabeza a horrores, un sonido martirizaba sus oídos, la boca tenía el sabor del vómito, solo quería llorar.
No sabía si llevaba horas, días o semanas, talvez solo minutos, en traba y salía de la conciencia. La ultima ves que despertó fue cuando vómito, ahora podía sentir un escalofrió en el cuerpo, notando que se encontraba desnudo, las cuerdas en las manos tenían adoloridas sus muñecas y apostaba que el arde que sentía era porque se había pelado la piel con ellos, lo mismo pasaba con sus pies.
No sabía quién lo tenía ahí, pudo escuchar la voz de un hombre, pero estaba tan aturdido como para saber lo que le dijo o si la podía reconocer.
Por los sonidos que se filtraban podía saber que aún era de día, quizá media tarde, escuchaba el sonido de las personas, un perro ladrando, el sonido se los autos y el cantar de un ave.
Trato de moverse, pero le fue imposible.
- Sonríe princesa. -escucho el sonido del flash de una cámara. Solo gimió, tratando de parecer lo menos visible, como si eso fuera posible ya que no podía ver nada.
- Sabes, quiero humillarte como tú lo has hecho antes, quiero verte llorar, quiero oírte gritar y suplicar. Pensaba molestarte un poco, tenerte conmigo unos días y luego dejarte en algún callejón donde luego fueras encontrado, pero…
“pero no estoy seguro de lo que quiero ahora. Mi mente se llena de pensamientos, en mi mente puedo verme lastimando tu cuerpo, marcando tu rostro.
Tuve un sueño, soñé que tomaba tu cuerpo, que te penetraba el culo y ¿sabes qué? Eso me éxito, pero no quiero hacer solo eso, no, quiero lastimarte, quemar tu cuerpo tal vez, cortar tus dedos, sacarte los ojos, abrir tus entrañas y luego cuando estés muerto cortar tu cuerpo en pedazos y darles tu carne a los perros hambrientos que hay en las calles. Sería como compensación, una acción buena por una mala.
Pero si pienso en perderte… no quiero, ¿sabes? Creo que estoy enamorado de ti. Eres tan bello, talentoso. Yo… yo no soy nada. Me siento celoso, porque nunca me has sonreído como sueles hacerlo con todos. Por eso Kise Ryouta, tu serás mío. Solo mío.”
Kise lloro, solo eso podía hacer.