Capítulo 10: Los tesoros del futuro
Aquel sentimiento compartido llamado amor nació en ambos sin ninguna fecha de aviso o advertencia, se dio como algo inesperado, y que surcó muchos obstáculos para poder manifestarse.
Las culpas, miedos y reticencias de Saga en el presente, y en el pasado todos los sucesos que los separaron. Un sin fin de hechos que ambos pudieron flanquear, no sin su cuota de sacrificios. Si bien el camino que comenzarían a recorrer no estaría exento de obstáculos y luchas, podían dejarse llevar por el amor que sentían latir en sus corazones.
Saga abrió su corazón de manera inesperada a Mu, no se había despegado de toda la oscuridad que rodeaba su alma, pero una pequeña esperanza nacía al tener a Mu a su lado a, era una acción egoísta y ruin, pero había terminado sucumbiendo a sus más profundos deseos de poder permanecer junto al lemuriano, y por más que se reprochara cada una de sus acciones, sabía que nada podría dar marcha atrás con lo que había decidido.
Mu sentía que había podido conseguir resquebrajar poco a poco la careta que se Saga se había infundido sobre sí mismo, quizás su actitud con los demás siguiera siendo melancólica y parca, álgida en muchas oportunidades, pero se encargaría de que Saga fuera capaz de apreciar el mundo a su alrededor y todo lo maravilloso que podía ofrecerles, tenían una nueva oportunidad que podrían vivir en plenitud.
—El tiempo a tu lado es lo más preciado que puedo tener —susurró Saga al oído del ariano, haciéndolo estremecer.
—Eso es lo debería decir yo Saga.
Saga sonrió nuevamente durante ese día, Mu correspondió el gesto de la misma manera, sabiendo que aquellas sonrisas serían su más grande tesoro a futuro.
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Le había dado un golpe muy fuerte a Saga, pero no se arrepentía de su acción, debía hacer reaccionar a su gemelo de alguna manera, y al sentir próximo el cosmos de Mu durante ese momento no lo dudó más y soltó el golpe contra su gemelo.
Había terminado escapándose al templo de Milo solo para no seguir sacando su frustración con la sombra inerte en el que se había convertido su gemelo. A la hora del entrenamiento espero encontrárselo, a pesar de las magulladuras que pudiera haberle provocado, pero la falta de su presencia y la de Mu en el coliseo a la hora del entrenamiento le daban un presagio de que algo más había sucedido entre esos dos, al pensar en las posibilidades una sonrisa lobuna adornó su rostro, esperaba que al fin el ariano hubiera podido cazar a su atontado hermano.
A su lado Milo y Aioria echaban en falta la presencia de Mu, y el Patriarca caminaba de un lado al otro frunciendo el ceño por eso, a la vez que Dohko intentaba bajar el perfil del enojo de Shion.
—Mu no suele ser irresponsable —pronunció Shion con un extraño tono entre enfado y preocupación—, además Saga tampoco está presente.
Kanon desvió su mirada hacia las doce casas, si Shion se enteraba de la posibilidad de que esos dos pudieran estar juntos su hermano estaría en serios problemas. Por su lado ni una palabra saldría, confiaba que al final la cordura de su hermano regresaría y terminaría atrapado entre las redes de Mu, volviendo a ser la persona que alguna vez admiró y que a pesar de todo siempre atesoró como su única familia.
~FIN~