A Clear llegaba a darle vergüenza ir a casa de Aoba desde lo último que había sucedido, no solo porque Aoba se sonrojaba al recordar lo sucedido sino porque Noiz se la pasaba cada tarde allí, disfrutando.
Pero había un problema.
Clear no se sentía bien en medio de ellos, se sentía incomodo y se comportaba de manera extraña, en especial cuando Aoba y Noiz se ponían cariñosos. Más Noiz que Aoba.
Era lunes en la mañana y Clear inflaba sus mejillas haciendo un berrinche (*) para que su abuelo no lo dejara en la casa del peliazul, no quería ir, se iba a sentir incomodo y realmente molesto con la presencia de un extraño que ni siquiera se dignaba en ayudarle en sus deberes a veces, apenas le hablaba y Clear estaba seguro que Noiz lo odiaba.
Clear no tenía clases ese día, por lo que su abuelo tendría que ir a dejarlo directamente a casa de Aoba, pero el pequeño albino no quería, se negaba, gritaba y arrancaba cada vez que su abuelo quería atraparlo para subirlo al auto y llevarlo donde el otro.
—Clear, ¿por qué no quieres ir con Aoba? — Clear miró a su abuelo y se cruzó de brazos. — ¿Hay alguien más junto a Aoba, otro niño tal vez? —Clear asintió, aunque no era un “niño” pero era algo parecido a eso. — ¿Será que mi pequeño niño esta celoso? — El hombre sonrió enternecido por el diminuto puchero que formaban los labios de Clear cuando parecía estar enojado.
— ¡No estoy celoso! — se removió dentro del automóvil con la intención de ir a su habitación antes de que su abuelo lo llevara donde Aoba.
—Si tú lo dices…— Y su abuelo le abrazó, tranquilizándole de sobre manera —Pero si me quieres a mí y a Aoba lo harás, intentaras no estar celoso del otro chico, ¿sí? —Clear asintió y se abrazó más a su abuelo dejando un pequeño beso en su mejilla.
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En otro lado, Aoba se acaba de despertar e iba a levantarse pero unos brazos en su cintura lo interrumpieron.
—Buenos días, Noiz. — susurró con una muy boba sonrisa. —Iré a preparar el desayuno…—su rostro rápidamente tomo un color carmesí.
—Luego. Ahora podríamos… ya sabes, jugar un poco. —y Noiz volvió a rozar su hombría contra el trasero del menor quien volvía a sonrojarse y juguetón se volteo a besar al más alto con intensidad.
Estaban sumergidos en aquel ambiente tan caliente que Aoba había olvidado que Clear llegaría más temprano de lo habitual.
Noiz se entretenía besando el cuello de Aoba, dejando pequeñas marcas rojas que luego serian de un color más violáceo. Aoba pasaba su mano descaradamente por la erección del rubio y lentamente tumbó a Noiz para meterse bajo las sabanas a entretener al amiguito de Noiz. El peliazul bajó el bóxer del más alto y sin aviso lamió la punta del miembro del otro para luego succionar y meter de a poco más de ese pedazo de carne que contenía algunos piercings.
Aoba seguía succionando e incluso lamiendo hasta que, ambos sintieron la puerta ser golpeada. Aoba sabía que no era su abuela, ella estaba de viaje en busca de algunas yerbas. Los amantes se miraron y el menor salió corriendo a vestirse al recordarlo.
—Maldición, maldición…— Noiz no entendía que ocurría, su ceño estaba fruncido al ser dejado de esa manera. —Clear llegaba más temprano hoy. — Y el rubio lo entendió. Bufó y así como estaba se metió al baño mientras Aoba salía de la habitación.
Aoba por su parte llego a la puerta la cual abrió para recibir y casi caer al suelo con Clear en brazos que le había saltado encima dándole un muy dulce abrazo.
—Lo siento, estaba arreglándome. — murmuro apena el peliazul cuando Clear lo soltó y entro a dejar su mochilita.
—Descuida. Aoba, hace un rato Clear hizo un escándalo horrible por otro niño que viene aquí, ¿podrías…intentar hacer que se lleven bien? — Aoba miro perplejo al hombre mayor frente a él hasta que comprendió, Clear estaba celoso de Noiz.
—Claro que sí, no se preocupe. Clear, despídete de tu abuelo ¡hoy desayunaremos con muchas frutas y tostadas como te gusta! — El albino sonrió para ir a los brazos de su abuelo y besar tiernamente ambas mejillas de este.
Noiz apareció sin ser visto ni escuchado y miró la escena, era parecida a la del viernes en la noche, y sintió algo extraño nuevamente. Esperó hasta que ambos estuvieran dentro e intentó hacer la mejor de sus sonrisas para no asustar al chiquillo el cual lo miraba algo asustados.
—Buenos días, Noiz-san. — sonrió a duras penas y se ocultó tras las piernas del peliazul.
—Buenos días. — Noiz no podía dejar de observar al menor, y más con cada cosa que hacía. “Dulce” eso pensaba hasta el momento de él.
Entre los tres hicieron parte del desayuno donde Noiz pudo apreciar como Clear admiraba a Aoba. Fue Noiz quien le sirvió el desayuno a Clear y este le agradeció con una sonrisa radiante que lo dejo pensando.
Mientras Aoba hacia los deberes del hogar Noiz se “entretuvo” oyendo a Clear cantar una canción sobre las medusas y verlo dibujar distintos animales. Le enseño a dibujar conejos y nos cuantos zorros. Clear entretenido y emocionado por su nuevo aprendizaje se abrazó al otro que no supo cómo reaccionar y se sintió aún más inquieto y confundido cuando Clear beso cerca de sus labios.
—Gracias Noiz-san, por hacer que mí mañana sea diferente de lo que espere. — y se alejó para ir corriendo donde Aoba.
Clear lo estaba confundiendo, el odiaba a los niños, inquietos, siempre felices, su vida es siempre mucho mejor, pero Clear era la diferencia, se estaba destacando de una manera inapropiada y él… bueno él estaba dispuesto (con ayuda) a intentar querer a los niños.