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Traición a la sangre por kaoryciel147

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Notas del capitulo:

Hola!!! siendo las 5.45 de la amdrugada es ciertamente tempranisimo. Disculpen los dpias de retraso. Realmente el capitulo estaba listo pero tenía que darles su revisión y tuve que hacer un papeleo en la universidad que me llevó días. Al fin quede libre de ello. Buebno en compensación es un capitulo muy largo. Por cierto sí mi twitter no esta actualizado, peor sí mi facebook y mi tumblr. Estuve pensando en crear un fanpage en facebook o un grupo como apra amntener reunidoa la info de mis fanfics, apra que sepan en donde va el capitulo y algunas cosas que me inspiran capitulo a capitulo. Nose cuales más facil den manejar y cual permite la subida de archivos??? Me gustaría saber su opinión. 

Bueno, se van a llevar una sorpresa con este capitulo creo yo. Y más personajes hacen su aparición. Naruto pierde el control en más de una forma. Cada quien va mostrando sus motivos personales que los llevan a incluso dañarse a sí mismos. Y el celo de Sasuke finalmente lelga y con él el matrimonio entre ambos principes. 

Advertencia (me sugirieron que las hiciera para evitar problemas futuros): lemon violento..?

El sonido agudo del sakuhashi se escuchó en toda la estancia. A  los segundos, el sonido del tambor de axila tocado por un omega de cabellos largos resonó, dándole contraste. La dulce voz del omega femenino que tocaba el shamizen se escuchó sedosa, acariciadora y disfrutable; después de todo la música solo era un acompañamiento, el verdadero protagonista era la comida que los Uchiha ofrecían en sus aposentos.

Se suponía que era una reunión destinada a que los prometidos hicieran mayor contacto, pero como todo en su mundo, era necesario un ritual y respetar las normas: Naruto seguía sin conocer el rostro que su prometido le escondía por las normas de su clan. Y no sabía si el que se limitase a hablarle estrictamente lo que la cortesía indicaba era por esa impersonalidad, por norma del clan Uchiha o porque simplemente el omega no sentía deseo verdadero por enlazarse a él.

Quiso hablarle de su propuesta de ser amigos, de confirmar lo que había pactado a través de Ranmaru, pero Sasuke no le respondía. Intentó saber más de él pero tampoco obtuvo demasiado. Solo le respondió con un “solo he recibido la crianza de cualquier omega” Naruto se sintió hastiado con sus respuestas vacías; el asunto de no poder ver su rostro por alguna razón incomprensible para su yo racional le harto.

No negaba que su prometido se veía hermoso, era igual a una muñeca de alto precio, un magnífico adorno y trofeo que coleccionar. Pero no había calidez alguna en su costosa manera de vestir, en sus pocos movimientos entrenados ni en su voz grave pero sedosa. No  existía nada en él que realmente le indicase que podría haber algo entre ellos ¿era mejor así verdad? Después de todo, un sentimiento cálido entre ellos estaba vetado. Un matrimonio simbólico para unir ambos clanes, solo eso significaba su unión con Sasuke.

—Sasuke... dime, estás de acuerdo con lo que le propuse a tu criado, Ranmaru. — insistió.

Necesitaba calmar su conciencia,  escuchando de los labios de quien sería su esposo la confirmación.

Ranmaru había desaparecido, simplemente le enviaba cartas diciéndole lo que le pasaba y que ya no contaba con tiempo para verse. Al parecer el castigo que había recibido se volvió severo. El alfa rubio se cegó en creer ello, no pensó en la posibilidad de que simplemente el beta no deseara volver a verlo; y que después de todo seguía escribiéndole de vez en cuando.

—Estoy de acuerdo. Ya le envíe mi respuesta con Ranmaru. —Respondió con voz serena el felino.

El nombre del beta le sobresaltó, no pudo negárselo. Deseó preguntarle por él, pero no creyó propio mostrar su interés en un beta. Peor aún si su esposa también estaba presente. Sin embargo, sentía la boca escocerle por preguntar, confirmar que Ranmaru realmente había sido castigado y que por ello se negaba a verle. Una desesperación extraña por el rechazo le llenó. Nunca había sentido eso, nunca se había interesado lo suficiente como para ser rechazado. Después de todo, muy pocas veces se habían acercado a él sin verlo como el heredero del líder.

—Pero dime... ¿No te sentirías ofendido?—Su padrino le había hecho esa pregunta, recalcándole que podría sentirse así, pero que quizás  ya que era un matrimonio impersonal, solo un deber más, al omega podría no importarle. Aun así, le aconsejó preguntárselo.

Su padre, su esposa, su suegro veían a la distancia su desenvolvimiento con el omega, cada quien con diferentes expresiones. Y por supuesto cada uno sintiendo sus intereses tambalearse de diferentes motivos. Para Minato un acercamiento entre ellos podría significar al fin formar una línea de sangre; para Hiashi, por supuesto, que sus planes tuvieran problemas; para Hinata, obtener menos atención de su esposo.

—Por supuesto que no. Creo que es adecuado y conveniente para ambos—respondió con el exacto mismo tono de voz. Hasta parecía inverosímil.

Naruto pensó entonces que sus acciones eran las correctas; sin embargo era sumamente incómodo hablar a alguien a quien no puedes ver su rostro. ¿De verdad el omega estaría conforme? El alfa era el tipo de persona que le gusta ver la expresión del otro para saber la sinceridad de la otra persona, y si no, el tono de voz también ayudaba. Pero Sasuke era un completo misterio que le desesperaba. No existía algo en todo su cuerpo que le indicase un sentimiento o emoción, ni sus ojos, ni su tono de voz ni siquiera su postura corporal.

¿Qué sentido tenía que compartieron un almuerzo si no hablaban? Por supuesto que no deseaba estrechar lazos más allá de los amicales, pero iban a compartir intimidad. ¿Era que Sasuke era tan obediente de acostarse con alguien solo por orden? Hinata al menos había demostrado dolor y sufrimiento, una forma sumisa de disconformidad, pero al menos supo que era humana.

Ni siquiera podían compartir una comida como se debía. El omega no había comido nada, tan siquiera se le había servido algo.

— ¿Por qué debes llevarla siempre? Digo, si quieres, podría cerrar los ojos para que comas’tebayo. —Agregó intentando sonar preocupado, pero era simplemente que le enfermaba la forma en que a su padre parecía no importarle enlazarlo con alguien inhumano. Tan frío y distante. Llegó a la conclusión que realmente para los viejos, no existía importancia más que en los beneficios para los clanes. Y a Sasuke parecía no importarle ser solo un medio.

—No es mi momento de comer— contesto sin rastro de emociones en su voz. —Pero usted puede servirse.

— ¡¿Pero quién dice eso?! Soy tu prometido y digo que debes de comer— gritó con voz autoritaria.

Para aquello, Naruto ya se había levantado de su sitio sin importarle el protocolo. Sasuke le exasperaba, su presencia le perturbaba. Su frialdad y obediencia le asqueaban de algún modo. Pero también el que no le obedeciera inflamaba aún más su orgullo. Sasuke siempre obedecería a su padre y a su clan y estos estaban por sobre él mismo. Sus simples acciones sumisas y desesperantes, para el rubio, le indicaban ello. Su futuro segundo esposo era el tipo de persona que no toleraba. Hinata había suscitado la misma desesperación cuando se casaron, pero su dulzura y su sufrimiento habían apelado a su piedad y conciencia.

No hubo respuesta, Sasuke se mantuvo en la exacta posición en la que se sentó sobre sus rodillas al ingresar. Le parecía casi inhumano ese omega, todo el clan en general.

— ¡Padre! No puedo con esto— grito sin poder contenerse. —El clan con el que piensas unirnos es anormal, sus leyes son opresivas. No voy a permitir que sigan así…—Sus palabras se atoraban en su boca por la violencia con la que salían.

La música se detuvo abruptamente, el ambiente de igual manera. Todos tenían expresiones diferentes, el único que no había cambiado su apariencia era el que sería su omega... Eso le harto más aún si era posible. Se sentía irascible, quería tomar al omega del brazo y arrastrarlo, apartarlo de aquel lugar, quizás así podrían entenderse. Sin embargo toda esta ira hacía que su alfa interior saliera. No soportaba oír las murmuraciones de los generales de su padre. Y una idea llegó a su mente: Todos ellos a su alrededor eran gente que obedecía a su padre y solo le tenían respeto por ser el hijo de su padre. Incluso Hinata, estaba a su lado porque se le había encomendado; Sasuke iba a casarse ahí por ser el hijo del líder de la alianza. A quien todos buscaban complacer era realmente a su padre.

— ¡Naruto! Cállate, siéntate y disfruta de la amabilidad de nuestro anfitriones. — Grito con poderosa voz el rubio mayor; su aura también se había desplegado y un gruñido salía de su pecho.

— ¡Ya no tengo cinco años, padre, estoy harto de toda esta hipocresía! Quiero retarte a un duelo por el liderazgo ahora mismo. — respondió a gritos sin poder contenerse. La indiferencia absoluta de su prometido le había hecho ver una realidad de la que había estado escapando: Solo era visto como un hijo de papa.

Minato se paró con pesadez pero firmeza. Sasuke se retiró hacia el lado de su padre y hermano, Fugaku se puso delante de sus hijos y su sobrino, Sai,  en protección. La misma acción se tornó en los otros clanes: los alfa y beta delante de los omega. Una pelea entre dos alfa de aquella clase podría desatar en violencia para los omega sino se les protegía debidamente.

Naruto alzó el mentón con suficiencia frente a su padre, retándolo con la mirada. Minato se tomó ello como un insulto. Así pues desde su pecho resonó un gruñido mucho más fuerte, totalmente animal que buscaba intimidar y obligar al otro a pedir perdón solo con su aura. La presión en el ambiente comenzó a producir calor y temor en el cuerpo de todos los omegas; los pobres siervos omegas débiles estaban ya de rodillas como pidiendo clemencia. Por su parte los otros alfa comenzaron a gruñir apoyando a Minato, su líder.

El rubio menor se lanzó encima de su padre de manera descuidada, Minato fue capaz de bloquearlo, darle un sonoro golpe en el estómago e incluso con una de sus cuchillas amenazarlo hasta hacerlo retroceder. Naruto no tenía ningún arma. Iba a reclamar lo injusto, pero su padre lanzó su arma lejos; en la distracción de su mirada, Minato le lanzó una cachetada lo suficientemente fuerte para hacerlo caer, se puso encima de él y con las garras y  colmillos al descubierto, le dio la vuelta, dejándolo con la nuca descubierta. Los gruñidos desesperado provenientes de Naruto se escucharon en toda la sala.

La presión el ambiente disminuyo, pero el éxtasis de presenciar una pelea aun minaba en los cuerpos de los alfas y omegas. Los betas solo se mantenían en pie a orden de sus amos. Sin embargo, en medio del mutismo que se mantuvo luego de unos minutos de que Minato aun mantuviera a su hijo en el suelo, todos se preguntaron si el líder sería capaz de morder a su hijo como humillación o de ocasionarle una herida mayor. El haber retado a su padre sin ninguna consideración pertinente, era sin duda muestra de su inmadurez pero era una falta grave que seguramente sería imperdonable si no fuera el heredero.

Humillarlo, en todo caso, sería una lección pero originaría que el rubio menor perdiera cualquier autoridad frente a su familia. La autoridad que aún conservaba ante sus omegas.

—Escúchame bien, solo cederé mi lugar como líder cuando vea que eres lo suficientemente maduro como para no hacer estas rabietas.— Habló por fin el líder aun agitado, en su mente se habían barajeado todas las opciones posibles. Su alfa quería hacerle pagar por su afrenta, pero el rubio menor seguía siendo su hijo— ¡Por los dioses,  compórtate como un adulto! Tu esposa y tu prometido está viéndolo ¿es así como quieres que te vean?

Evidentemente el rostro de Sasuke no podía ser visto, y su posición corporal no había cambiado ni un ápice a pesar de  que su prometido, Naruto, había sido estrellado contra el suelo a unos centímetros de él y que su padre y hermano tenían un brazo delante de él como protegiéndolo. Sin embargo, Hinata, quien también tenía a dos de su guardias betas protegiéndole,  tenía un rostro triste y preocupado que le conmovió, así que ladeó la cabeza, mostrando el cuello aun en contra de su animal interno en señal de respeto a su padre, este le dejó libre.

Naruto inclino la cabeza ante todos y pidió disculpas mientras su labio inferior era mordido con insistencia. La humillación a la que se había sometido no tenía nombre. A pesar de tener la cabeza gacha, su mirada se encontraba con cada una de los generales. Mientras Jiraiya y Tsunade le veían con una mezcla nociva de lastima y decepción, Orochimaru le veía con burla; los miembros del clan Namikaze con soberbia, los del Uzumaki, en especial hermano de su madre, con decepción y preocupación; los del clan Hyuga con vergüenza y miedo (su lugar en la alianza dependía de él) los Uchiha con aparente indiferencia. Pero Naruto pudo llegar a ver en las panteras una pizca de vergüenza: Su perfecto omega pantera, hijo del líder del clan, con una belleza y talento inigualable iba a tener que desposarse con un alfa débil como él. Naruto estuvo seguro que Sasuke pensaba de la misma manera. Y lo vio, un ligero suspiro salió de los labios del azabache. Sasuke estaba resignado aun con la vergüenza encima.

Observar a Sasuke desviando el rostro como si no pudiera verlo más, inflamó algo dentro de sí. Necesitaba urgentemente demostrarle cuan fuerte era, que podía ordenarle, quería el respeto de este. Después de todo, los omega son seres que aman a los alfas que tienen poder, más si estos mismos son de buen linaje. Intentando tranquilizarse, se prometió que lograría que aquel omega debajo de esa máscara se rindiera ante él.

Todos comenzaron a dispersarse.  En el salón solo quedó el clan Uchiha, los sannin y Minato. El rubio mayor se disculpó con estos por los daños coaccionados. Fugaku aceptó sus disculpas con ceremonia. Pero luego Minato ordenó a Naruto pedir perdón nuevamente al líder Uchiha. Cuando Naruto alzó su mirada pudo notar el desprecio que Fugaku sentía por él. Seguramente le asqueaba entregar a su hijo menor a alguien como él.

—Tengo entendido que le hizo una propuesta a mi hijo a través a de su criado. —Hablo Fugaku con voz seca.

Sasuke se acercó a ellos y se sentó al lado de su padre, unos ligeros centímetros más atrás, dándole la autoridad merecida como su alfa. En la mirada que el pelinegro le dirigió a su padre pudo ver seguridad y respeto. A pesar de la situación en la que se encontraba (a punto de ser entregado por seguridad) Sasuke confiaba en la decisión de su padre. Naruto renegó internamente. Una pregunto hizo eco en su mente “¿Algún día Sasuke me mirará de esa manera?” negó para sí mismo. No era correcto preocuparse por ello.

Minato frunció el ceño por no estar enterado de ello. Naruto se encargó de explicárselo a él y a su padrino. Después de aquella reunión todos quedaron conformes ante las ideas expuestas.

Luego de firmar los acuerdos prenupciales actualizados, de leerlos en voz alto, se despidieron y se marcharon de los aposentos de los Uchiha. Un poco antes de salir detrás de su padre, Naruto giró su mirada hacia Sasuke este no le observaba, sintió nuevamente que la ira le llenaba. Alguien dentro de él, deseó  que solo le mirase a él.  

………………………………………………

—Ototo, ¿pero no es un ofensa para ti esa propuesta?— Itachi se refirió a los nuevos acuerdos firmados y leídos en los cuales el tiempo de compartir celo se reducía a solo tres días. Y el tiempo de calidad obligatorio se veía drásticamente reducido, además de eventos formales. Los términos de unión y participación en caso de guerra para ambos clanes eran los mismos.

Sasuke negó rápidamente y siguió enfocado en libro que leía al lado de su hermano. Aun no habían mudado todas sus pertenencias de su antiguo hogar y tampoco lo harían pero el libro que tenía en sus manos era un regalo de sus tíos, se trataba de un compendio mitológico, la génesis de sus tierras.

—Al contrario, por qué querría pasar más tiempo con un inútil como él.

El pelinegro mayor rio, se acercó a su hermano y le jaló una oreja de su cabeza, a lo cual el otro al fin se dignó a verlo al rostro.

—A veces creo que te he malcriado demasiado. — Le miro con reprensión—Sasuke va a ser tu esposo.

—Aunque Hinata Hyuga no sea una omega de mi devoción, creo que ni siquiera merece su mano. Naruto no puede proteger a nadie, ni siquiera sí mismo. Patético con la crianza que ha recibido.

Itachi exhaló pesadamente. Su hermano cada vez ganaba más resentimiento contra el sujeto que desposaría. Sabía que era mejor pues la separación sería menos dolorosa, pero su instinto protector deseaba a la vez que ese matrimonio no fuera un completo martirio para su hermano.

—Sé que fue imprudente y hasta...

—Estúpido...—Interrumpió Sasuke—Admite que fue estúpido retar al líder. E irrespetuoso ¿Cómo pudo retar a su propio padre?

Para Sasuke era inimaginable desear hacerle daño a su padre o madre. Simplemente no cuadraba con su naturaleza.

—Recuerda que somos omegas. Si bien he querido enfrentarme a papa muchas veces. Nunca podría sentir el impulso de hacerle un daño real y sin sentido. Pero los alfa son diferentes.

—Shisui-san nunca habría retado a papa de esa manera. —Acotó Sasuke

El omega mayor sonrió suavemente. Para Sasuke Shisui era como otro hermano mayor, un protector más y una figura la que tenerle respeto.

—Una vez lo hizo...—Recalcó.

—Pero fue justificado. — Sasuke sonrió rememorando aquello.

Entre el clan había enfrentamientos de alfa, pero nunca de una manera tan poco propia y ceremonial como la que habían visto hace un par de horas.

— ¿Lo extrañas?— preguntó Sasuke mientras se acercaba a su hermano mayor. El rostro de este había palidecido. El pequeño felino había sido testigo de los lazos que ambos tenían, cuando estaba con ambos se sentía tan protegido como cuando su padre y madre estaban a su lado.

—Por supuesto— susurró Itachi con una sonrisa triste, seguramente recordando los buenos momentos a su lado. Se perdió en sus memorias y sus mejillas se sonrojaron levemente.

De lo triste que se sentía Sasuke, cuando vio el leve sonrojo de su hermano los celos crecieron en él. Oh claro, adoraba Shisui y le tenía casi el mismo respeto que a su padre, pero también recordaba cómo es que ambos solían perderse del mundo con tan solo una mirada o desaparecían de su vista para besarse y más. En aquellos momentos era cuando, el felino egocéntrico de Sasuke salía. También sucedía entre su padre y madre que parecían entrar en una burbuja propia. Sasuke no lo comprendía, siempre había sido como el cachorro de ambas parejas. Bueno, él y su primo Sai, pero con más frecuencia él. Así que para no perder la costumbre, le dio una mordida rápida en su mano.

—Eres un gatito malcriado, ototo. — le reclamó Itachi luego de lamerse la herida. Los ojos de ambos se estrecharon, sus sentidos se habían afilado.

Parecía que el juego había iniciado y normalmente solo acaba con un Sasuke-neko bastante erizado y con menos pelos en su hermoso cabello. Mientras que Itachi tendría un par de arañazos en sus brazos

—Me alegra que a pesar de todos mis niños conserven la energía.

Mikoto ingresó a los aposentos de Itachi con su hermoso caminar. Ambos hijos fueron a su encuentro y le dieron el abrazo que ella siempre exigía. Mikoto olfateó las cabezas de sus hijos y sonrió, estos aun guardaban cierto olor a sus cachorros el cual acabaría cuando se enlacen y tengan sus propios cachorros. Se sentía conmovida y nerviosa por ello. No le agradaba nada como se desarrollaban pero tenía fe en el futuro a pesar de todo. Todos ellos guardaban la esperanza de regresar a sus días tranquilos y placenteros dentro del utópico clan Uchiha. Porque ese deseo y esperanza era el único motivo al cual se aferraban para seguir adelante con el plan por más duro que fuera para sus naturalezas felinas.

 

…………………………………………………………………………….

Un mes y medio después, Naruto recibió la noticia de su padre que Sasuke entraría en celo en tan solo dos semanas. Y fue cuando recibió también una carta de Ranmaru, anunciándole que muy pronto volverían a verse.

Sus plegarias secretas habían sido escuchadas, su matrimonio con Sasuke se daría pronto. La felicidad, por supuesto, no fue  porque realmente le interesase esa unión, sino porque quería tener el poder de liberar a Ranmaru del yugo Uchiha, quería que fuera suyo. El joven alfa no notó que su comportamiento se volvía cada vez más posesivo en pensamiento para con el siervo. Totalmente incorrecto.

Su corazón se aceleraba cada vez que pensaba en que pronto podría ver a Ranmaru. Con entusiasmo recibió cada carta que le contaba que todos en el clan Uchiha estaban evocados en el perfecto ajuar de Sasuke. No podía importarle menos aquello.

Sus sonrisas disimuladas y su buen humor fueron malinterpretados por Hiashi, quien se percató de su distracción en las reuniones de clan. Su padre, Minato, pensó que finalmente su hijo maduraba. Y que el penoso incidente anterior quedaría en el recuerdo. Su padrino creyó que al fin se dejaría de niñerías y tomaría a otro omega como debía de ser. Hinata también pensó que su esposo se entusiasmaba por el otro omega, lo cual le angustió. El único que pensó que era extraño fue Orochimaru. Un dato más para su tesis.

Por el lado de la alianza también se preparaba toda la documentación de la unión.

En estas últimas semanas  se había finalizado la construcción del nuevo palacio en las tierras colindantes: Hyuga, Namikaze, Uzumaki y Senju. Y ahora Uchiha. Cada quien, por su lado era pequeño pero juntos eran de un tamaño nada despreciable. Minato soñaba en alguna vez unirlas de verdad como una nación. Para ello, el primer paso sería tener un heredero entre su hijo y Sasuke, así como entre su hijo y Hinata. Luego vencer a las otras alianzas que amenazaban sus tierras constantemente.

La división en la mansión estaba hecha: El ala principal era para su hijo y el clan Namikaze, anexo a esto estaba a su derecha, las salas del clan Hyuga y Hinata, pues ella era su esposa principal por lo cual la familia de ella debía vivir junto a su padre. A unos metros y separados viviría Sasuke junto a su hermano (mientras era soltero), sus sirvientes y por supuesto los hijos que tuviera. Más a la izquierda serían territorio del clan Uchiha de elite, que no tenía permitido abandonar regularmente la vigilancia de los Namikaze para ir hacia sus propias tierras. Cada visita sería controlada por alguno de los sannin que acompañaría a Fugaku cuando quisiera volver a su antiguo palacio dentro de las tierras Uchiha.

Una tercera ala estaría detrás y separado de las otras, era para los siervos importantes y para los concubinos tanto de Naruto, Minato y de los dos sannin alfa. Minato tenía confianza en sus dos generales así que les había instado a tomar otros esposos entre los Uchiha o Hyuga para hacer crecer la elite y forzar una colonización. Por supuesto, si hubiese un tercer esposo de su hijo sería donde viviría. Aun cuando Hinata y Sasuke dieran hijos, Minato no descartaba esa idea. Por supuesto él no había dado el ejemplo: no tomo otro omega además de su esposa, y es que la amaba demasiado; pero luego de muchos años lo lamento. Por esa causa, su hijo Naruto había sido atacado numerosas veces y también por ello su esposa fue asesinada por un país vecino. La integridad de la familia se protege con alianzas matrimoniales fue lo que comprendió; además esa es una forma de demostrar a los clanes vecinos y territorios lejanos que se está estable. Así que había decidido también tomar un esposo, su lobo interno parecía que finalmente aceptaría otra pareja, Naruto necesitaba hermanos y se los daría. Para esa tarea, Itachi Uchiha era el mejor candidato.

……………………………………………………………………………

El día del matrimonio llegó, con ello Naruto se sintió muy animado. Después de todo, según sus cláusulas solo tendría que dormir con Sasuke por tres días. Otro alfa estaría encantado con el sexo con un joven omega; y seguramente su animal interno lo estaba, pero como Naruto quería faltar el mínimo a Hinata. Sin embargo, con la consumación tendría el poder para ordenarle y su primera orden seria que le dé a Ranmaru. Pensó en nombrarlo un capitán, pero luego temió por su vida. Así pues sería su siervo, lo tendría junto a él siempre. Eso era lo que deseaba. Lo único beneficioso que como persona y no como parte del clan Namikaze obtendría.

Terminaron de arreglarlo. Era Hinata quien se había encargado de alistar su traje y de vestirlo. Lo cual era cruel, pero era la tradición ya que como su esposa se encargaba de esos detalles y eso no cambiaría pues Sasuke Uchiha sería su segundo esposo, al cual solo tomaría en sus celos y con el cual solo pasaría el tiempo que el protocolo mandaba. Así que alejando a Ranmaru de sus pensamientos, tomó las manos de Hinata y las entrelazó. Ella había sufrido demasiado cuando perdió al hijo de ambos.

—Ya te he dicho, Hinata-chan, que esto es solo  por el clan. Por el bien de todos´tebayo.

La mujer solo asintió. Estaba vestida de manera formal con un kimono rosado con el obi atado hacia delante en muestra de ser una esposa; sin embargo iba elegante pero sencilla. Ese no podía opacar al nuevo integrante de la “familia”. Por esos tres días, Naruto pertenecía a Sasuke; ella como esposa y como mayor de Sasuke debía de aceptarlo. El detalle de la edad también era algo que la asustaba ya que el omega era tan joven de solo diecisiete años. Mientras ella era ya de veinticinco al igual que Naruto. Si su instinto no le fallaba era un esposo joven y hermoso, en mejor época de reproducción que ella.

Naruto fue junto a su esposa a las puertas del templo Namikaze, sería allí donde se uniría con su nuevo esposo. Quedó parado y soltó a su esposa, quien se puso al lado de su padre, su primo omega Neji y su hermana menor alfa Hanabi. La elite del clan Hyuga estaba a la derecha de las puertas del templo, a su lado estaban los Namikaze-Uzumaki. Los tres sannin estaban parados al izquierdo, vestidos de forma ceremonial sin sus armaduras. Como era usual, Orochimaru vestía un kimono costosísimo y elegante con el obi hacia adelante, denotando que era un omega con un vínculo sexual con un alfa. Para los Hyuga era algo denigrante e indecente. Pero simplemente no tenía potestad para decir algo al respecto.

Hacia las puertas del templo se avistó a los Uchiha. Toda la elite de aquel clan estaba presente, siguiendo al novio.  Como era tradición para un matrimonio, adelante de todo su clan iba Sasuke, apoyado con una de sus manos en un siervo beta, ya que en sus pies llevaba unas getas de tacón alto de madera, denotando su estatus de hijo del líder.

 Su kimono era impresionante pero de acuerdo al estatus de segundo esposo: Blanco inmaculado con flores escarchadas en la falda baja; debajo de la capa superior se mostraba un kimono celeste, por el lado del cuello era plateado.  Su obi tenía dos capas: la capa de abajo era celeste, permitiendo un pequeño vistazo del obi plateado que enmarcaba su cintura, sus mangas eran largas, llegando a rozar el suelo de madera; en sus hombros llevaba un haori blanco, pesado y escarchado en plateado.  Su cabello negro estaba bien atado en un moño con en grueso lazo plateado.  Su cuello estaba pintado con el maquillaje blanco de polvo de arroz.  Su rostro estaba cubierto por la tradicional mascara felina de los Uchiha omega solteros. Su imagen era perfecta, su caminar digno y elegante, pausado pero no lento.

Su hermano mayor iba con su madre un poco más atrás. Otro omega, primo de Sasuke, Sai, muy joven, desconocido por los Namikaze, era custodiado por betas, seguramente familiar de la elite Uchiha. Todo el sequito avanzó con seguridad y elegancia hasta la puerta. Fugaku tomó el brazo de su hijo, para luego entregárselo a Naruto, quien lo tomo con frialdad pero con intentó de ser cortés. En todo este tiempo no había logrado empatizar con el joven omega. A Naruto le parecía que jamás lograría hacerlo.

Después de aquella fatídica reunión en la cual se había atrevido a  desafiar a su padre, se habían visto lo suficiente, siempre rodeados de otras personas, en ceremonias.  Esa noche, el omega tendría su celo y ambos tendrían que aparearse para dar por cumplida la unión. No habría problema, pues el celo del azabache le ayudaría a cumplir con su deber aunque no lo desease. Dejarse llevar por su animal interior era todo lo que quedaba para él.

Cuando la ceremonia dio su fin, las personas más importantes de los clanes de la alianza se trasladaron a la sala principal del nuevo castillo, el cual estaba  finalizado. La fiesta y comida había sido organizada por los miembros del clan Uchiha. Y realmente no habían medido gasto alguno en el acontecimiento que sellaba la paz entre todos. Después de aquella noche en que ambos príncipes se unieran, se convertirían en la alianza más fuerte de toda la Tierra de Fuego, capaz de rivalizar incluso con otras naciones.

Sasuke iba del brazo de su ahora esposo; sin embargo Naruto solo podía buscar con la mirada a Ranmaru entre la horda de siervos que llevaba las sombrillas de sus amos, o levantaban la cola de los kimonos de los perfectos omegas que parecían flotar por sobre el piso. De alguna manera pensar en su “amigo” humillarse de esa manera le molestó. Nunca había pensado en el trato que se le daba los betas, después de todo era parte de naturaleza. Pero no quería ver a Ranmaru atender a nadie más que él.

— ¿Pasa algo? Esposo.

Naruto sintió un escalofrío al escuchar la voz de su esposo. Muy pocas veces había sido Sasuke quien había iniciado una conversación. El alfa rubio negó rápidamente. No estaba bien que sus ojos se desviaran tanto por un beta, un simple siervo.

— ¿Busca a Ranmaru?—preguntó con aquella voz plana que no permitía a Naruto comprender los sentimientos del otro.

Sin importar nada, escuchar aquel nombre ganó la completa atención de Naruto, quien giro su rostro para observar los ojos negros de su esposo. Un extraño presentimiento le atacó, pero no comentó nada. El viento que entraba por las ventanas del palacio le causó una sensación extraña, como un aviso intentando alertarlo de algo, pero que su mente se negaba a comprender.

—Realmente no. Quería ver como se encuentra mi esposa, Hinata.

—Entiendo.

La voz de Sasuke no denotó sentimiento alguno nuevamente. Naruto se preguntó qué tan riguroso había sido su crianza. Si el omega debajo de todas esas capas de tela tenía una personalidad propia. Si se había negado a su matrimonio y había recibido una reprimenda por eso. Si al menos había tenido una ilusión, un sueño, aspiraciones, deseos ocultos, todo aquello que tiene las personas vivas. Era el perfecto omega que acata a todo, que simplemente esta para cumplir con el deber impuesto. Tan perfecto físicamente pero sin emociones por dentro.

Llegaron a la sala. El espacio construido de manera tradicional constaba  de un piso de madera plano, con una parte elevada, como una tarima donde se sentaba usualmente quien presidía la reunión.

Minato era el líder supremo de todos ellos, así que ocupó el lugar central; a su derecha se sentó su hijo junto a su nuevo esposo. A su izquierda, sus generales. Abajo de la tarima se congregaron en grupos las diferentes personalidades de cada clan. Por ese día, Hinata se sentaría junto a su padre, en respeto al nuevo esposo de su marido. Cuando los tres días terminaran y en adelante ella volvería a ocupar su lugar al lado de Naruto.

La música se hizo presente desde una de las esquinas del salón. Los sirvientes iban y venían con bebidas y comida. Una hermosa omega de cabello largos negros empezó a cantar, acompañada con la música. Todos encontraron fascinante los artistas que los Uchiha tenían. Sin pensarlo, iniciaron a beber sin cuidado alguno y a platicar amenamente. Los Uchiha fueron interesantes, tenían tantos conocimientos de los cuales platicar.

El líder supremo quedo complacido; sin embargo no pudo despegar su mirada del hijo mayor de Fugaku, quien se conservaba quieto, solo respondiendo con cortesía y una voz agradable a algunas preguntas de miembros de otros clanes. Para todos era el siguiente omega soltero más codiciado, a la par que el sobrino de Hiashi Hyuga, Neji.

El alfa líder pensó alguna vez en la posibilidad de desposar a aquel joven príncipe Hyuga, pero Itachi escondía un misterio que le atraía enormemente. No conocía su rostro pero olfatear su suave aroma tranquilizador le resultó fascinante. Se preguntó como sería poder tomarlo entre sus brazos y enterrar su nariz en sus cabellos y luego en su cuello. Había decidido no entregarlo a nadie más.

Pasadas unas horas, la madre de Sasuke se inclinó ante la pareja de su hijo, algunos siervos estaban detrás de ellos. Sasuke reverenció al líder supremo y a su marido antes de retirarse. Naruto no entendió, pero no le detuvo. Se le hizo sumamente incómodo intentar hablar y que el chico solo le respondiera con evasivas. Sin embargo le dio curiosidad por qué se retiraba tan temprano.

—Padre, usted…

—Te dije claramente que asistieras a clases con Orochimaru para que te explicara las costumbres de tu nueva familia. Sasuke va a prepararse para ti. Hoy es su primer día del ciclo de celo.

El alfa menor se sonrojó. Recordó entonces que siempre en los matrimonios aromatizaban la sala de la celebración con el aroma del omega. Por supuesto en esa ocasión el salón estaba inundado con el agradable aroma dulcete del jazmín. Se sintió más avergonzado pero a la vez su cuerpo inició a calentarse. Esa era justamente la razón por la cual se tenía la costumbre.

A diferencia de con Hinata, a quien tuvo que morder ante todos los miembros importantes de la alianza. No tenía permitido morder a Sasuke solo anudarse a él. Nuevamente se sintió pesado. ¿Realmente sería tan fácil aparearse con alguien a quien no había visto ni su rostro? ¿O lo despreciaría como lo hizo al comienzo con Hinata?

Una hora después, un mensajero de los Uchiha llegó y le dijo algo a su padre, este sonrió ampliamente conforme.

—Hijo, es hora de que consumes el matrimonio.

Naruto  apretó sus puños. ¿Dónde había quedado su padre comprensivo? Por supuesto era bochornoso que un alfa se negara a copular con un joven omega. No importaba los sentimientos. Y él estaba siendo demasiado emocional. Si se lo comentaba su padre, su padrino o Tsunade, solo se burlarían de él; para luego mirarle, esperando que les anunciara que solo era una broma. Cualquier alfa de esa sala estaría más que dispuesto a tener el placer que él podía.

Pero no era solo eso, el recuerdo del beta no le dejaba portarse fríamente como cuando tomo a su primera esposa. Con ella, simplemente se dejó llevar por el aroma y sin dedicarle un solo beso o caricia la tomó.

Antes de que las puertas del salón de la celebración se cerraran detrás de él, verificó que no se encuentre Ranmaru. Deseó verlo con un fervor tan poderoso que estuvo a punto de ir hasta el señor Uchiha y preguntarle por este. Se tranquilizó con el pensamiento de  que una vez que tomara a Sasuke podría pedir la presencia del siervo.

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En la sala donde se daba la celebración, un mutismo se extendió entre los miembros del clan Hyuga. El nerviosismo de que el joven omega podría quedar preñado con tan solo tres días de apareamiento no podía ser controlado. Hinata, por su cuenta  se sintió triste y ansiosa. En su mente desfilaban diferentes preguntas “¿Y si le gusta más el chico que ella?

Así pues con la dignidad que le caracterizaba al clan, todo los omega del clan Hyuga se pusieron  de pie, rindieron pleitesía al líder supremo y a todos los alfa presentes para seguir a Hinata, quien caminaba al lado de su primo omega, Neji.

—No este triste, Hinata-sama. Naruto-sama la respeta y la quiere. Usted ha conseguido su afecto en todos estos años. Ya verá que Orochimaru-sama encontrara la manera en que pronto usted pueda darle hermosos cachorros.

La pelinegra asintió pero en su corazón la ansiedad no hizo más que crecer. No quería llorar, se sentía débil. A pesar de ser una omega, no tenía toda la justificación para ser tan débil. No había cumplido con su deber. Los nietos que debía otorgarle a Minato Namikaze no existían, los herederos que asegurarían el linaje Hyuga parecía que no llegarían nunca.

Hanabi, su hermana menor, era alfa. El matrimonio fue dado porque ella era demasiado joven para dirigir a los Hyuga. Por lo cual vencidos y humillados solo pudieron obtener la paz luego de la guerra mediante un matrimonio importante. Esa fue la única manera de cuidar de su futuro; es decir, de la en ese entonces pequeña Hanabi, la única alfa con el linaje suficiente para ser la heredera.

 Su padre siempre había maldecido que su primera hija fuera omega, que su hermano le dejara un sobrino omega. Así pues hizo uso de su hija mayor para proteger al clan como le fue posible: mediante un matrimonio. Hinata había estado aterrada pero no tenía el carácter para oponerse a su padre; aun así creyó firmemente en que no importaba pues su hermana estaría bien y no sería asesinada.

No habían ganado la guerra contra los Namikaze así que la única solución fue someterse a ellos.  Pero no estarían totalmente seguros mientras no tuviera cachorros de Naruto, en especial su hermana menor. Después de todo, un alfa siempre tiene precaución de otro alfa y su hermana cada vez más destacaba en las artes de la guerra. Si Hinata tuviera hijos, sería favorable otra alfa guerrera para Minato. Pero mientras no los tuviera, la unión y su posición que años tras año Hiashi había luchado por mantener, se vería comprometida.

Cada vez se sentían acorralados, Los Uchiha solo habían llegado para que su desesperación se hiciera más honda. Hinata aún era muy joven, le quedaba dos décadas más de oportunidad de procreación según su raza, pero el no haber podido concebir en tantos años, cada vez le quitaba fe de que pudiera hacerlo algún día.

Y todo su clan estaba seguro que Minato era consciente de ello. Mientras tanto en otra sala, el joven nuevo esposo de su marido estaba en celo, como gritándole la ventaja que tenía. Tres días podían ser más que suficientes para concebir. Hinata y su primo se internaron en el templo a orar para que el chiquillo no quedara preñado en esos tres días.  

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En el salón, cada vez más omegas se ponían de pie para marcharse. Sobre todo los que aún no estaban emparejados y eran vírgenes. Si mantenían en el salón, serían un blanco fácil de alfas solteros que perderían el control ante tanto alcohol. Ya se podía sentir el aura de estos hacerse cada vez más pesada.

Luego los consortes de los generales y miembros de la elite se fueron marchado uno a uno con sus siervos escoltándolos. Dan, el consorte omega, de Tsunade luego de darle un beso en la mejilla hizo lo propio. Incluso para un consorte ya marcado la situación podría ser desagradable. Los alfas lo sabían así que permitieron que sus parejas se marcharan para ellos seguir con la celebración.

Itachi se marchó también junto a todos los omega de su clan, por supuesto brindando las venias correspondientes.  Minato le extraño desde el momento en que este se marchó de la sala. La presencia del joven llenaba, para él, la estancia completa. Deseaba con fervor ver su rostro,  saborear su aroma largamente y poder pasar sus dedos por esas orejas tan esponjosas y ese cabello sedoso. Minato cada vez se veía atrapado en el embrujo de las panteras.

El único omega que quedó en la estancia fue Orochimaru. Sin embargo, luego de sus observaciones personales decidió que todo ya era demasiado aburrido: A su lado tenía a  Jiraiya intentando propasarse con él, lamiendo suavemente su cuello, llevando sus cabellos  a su nariz para olfatearlos. Mientras Tsunade golpeaba a Jiraiya por ser un pervertido, para luego ambos reír ruidosamente. Realmente ninguno de ellos tenía control sobre el alcohol.

—Orochimaru ¿te dije que te ves hermoso con ese kimono?—Le dijo con una voz estruendosa.

—Más de cinco veces, de hecho. — Contestó con voz aburrida.

Nuevamente sintió el brazo del alfa a su alrededor como queriendo acapararlo. Su aroma era de un omega sin marcar algo que desataba la posesividad del alfa de Jiraiya, este quería restregar su aroma por sobre el cuerpo de quien consideraba suyo.

—Jiraiya, si sigues haciendo esto solo vas a lograr que los otros se lancen encima de ti.

Orochimaru ya podía ver que se volvía el objeto de deseo de varios alfas sin pareja. E incluso de algunos que lo tenían. Era el único omega en aquella sala. Sobre todo, olía como alguien sin dueño, y aún en tiempo para procrear; simplemente era algo embriagador para cualquier alfa. Podía rápidamente detectar las feromonas territoriales de todos los alfa. Cada vez aquellos golpes amistosos se volvían más agresivos. Era así como siempre terminaba una fiesta: con los omega teniendo que marcharse y los alfas golpeándose los unos a los otros en una forma de calmar su tensión sexual y territorial.

—Nunca dejaría que te hagan daño. —siguió con sus mimos por sobre el cuerpo del pelinegro.

Aquellas palabras captaron la atención del omega pelinegro; solo una aceleración en su corazón fue lo que se permitió por aquellas;  así pues, luego,  simplemente sonrió malicioso.

— ¿Acaso quieres que entre en celo frente a todos eh?—le susurró en el odio, lo que causo un largo gruñido en el alfa.

No era tan difícil para Orochimaru el controlar los instintos de un alfa.  Sobre todo a Jiraiya, a quien conocía de muchos años.

—Orochimaru tiene razón. —intervino Tsunade— Si se queda más tiempo, ni yo misma se lo que podría suceder. Deja que se vaya a su habitación.

Jiraiya observo a Orochimaru con sus ojos brillosos, su alfa interno era incontrolable ya. Sentía tanto deseo en su cuerpo que estaba a punto de tumbar al otro, abrirle las piernas y enterrarse en su cuerpo sin importar que haya tantos alfas presentes. Podría con todos ellos, pero expondría a su amante. Así que soltó a este, quien se puso de pie. Y cumpliendo con la cortesía, él y sus ayas se inclinaron ante Minato antes de marcharse.

Mientras era escoltado por sus betas a su alrededor, no pudo evitar sonreír de emoción. Fue un momento muy interesante: había esperado que sucediera algo extraordinario, pero ante los ojos de cualquiera había sido una celebración normal. Sin embargo, hubo detalles que no se le escaparon como el hecho de que Fugaku y todo los alfa de su clan fingieron beber y muchos de estos fingieron estar ebrios. Podrían engañar a cualquiera pero no a sus ojos. Mientras tanto los miembros de los Uzumaki bebieron sin control al igual que los Namikaze. Minato era el único que bebió moderadamente y tenía el dominio sobre sí mismo. Por otro lado, los Hyuga también parecieron alertas a todo a su alrededor; aún así correspondieron con cortesía pero moderación a la bebida y comida de los Uchiha. ¿Habían esperado que sucediera algo los Uchiha también?

Orochimaru llego a sus aposentos y se dispuso a cambiar de ropa; para luego iniciar con su investigación sobre los Uchiha. Había logrado el permiso de Minato de tener todos los registros que los Uchiha habían otorgado al clan Namikaze.

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Naruto caminó por los corredores de los aposentos de su esposo. Puerta a puerta le era abierta por siervos pelinegros, todos betas. Poco a poco un aroma familiar se hizo más fuerte. Su garganta se tornó seca, sus pasos, sin notarlo, se hicieron más firmes, su postura se encorvó, sus dientes parecieron crecer, sus garras salir. Su saliva se hizo abundante y espesa, su cuerpo se calentaba más y más a cada paso. Cuando finalmente una sola puerta le separaba del aposento donde lo tomaría por primera vez, no pudo esperar y terminó corriendo la puerta por sí mismo.

Inhaló fuerte cuando finamente se hayo dentro. Detrás de él, los criados cerraron la puerta, parándose para custodiarla. Por supuesto, toda la estancia estaba sellada, casi sin luz, solo las velas daban algo de iluminación. Era por la privacidad y seguridad del omega. Al ser una clase tan pura, su aroma era simplemente irresistible para un alfa.

Caminó tomando más de ese delicioso aroma, relamió sus labios. Ya no pudo recordar a nadie más. Sus oídos se afinaron y pudo escuchar los ronroneos necesitados del omega, de su omega.

—Namikaze-san...—escuchó como le llamaban desde el centro de la sala.

Su pecho se infló de orgullo. Su rostro formó una sonrisa de superioridad. Sus ojos se tornaron más oscuros.

En medio de la sala, encontró a su esposo tendido con las piernas entre abiertas retorciéndose de placer y dolor, como si aquella delgada y trasparente seda fuera suficiente para asfixiarlo. Su rostro aún permanecía cubierto, pero a través de él podía escuchar su llamado. Se quitó la ropa, sintiéndose sofocado. Se acercó al omega, sentándose encima del futon sobre sus rodillas, procedió a abrir las piernas blancas de este.

Las acarició y se relamió de gusto pues eran muy suaves a su contacto y muy bien formadas. Le atrajo con fuerza hacía él, en medio de sus piernas pudo notar el líquido transparente que todo omega producía cuando entraba en celo. Esta salía del interior de su esposo sin control.

Gemidos ahogados como si el felino mordiera sus labios para acallarlos, además de que la cola de este a un lado se removía inquieta y sus orejas se levantaban y echaban consecutivamente. Era una delicia a la vista.

Tomo una de sus piernas y olfateó el aroma pesado pero embriagador, lamió su muslo interno, subió sus manos y apretó sus caderas hasta marcarlo.

Rápidamente abrió la yukata que tenía, dejando al descubierto sus pezones rosados y erectos. El cuerpo de Sasuke estaba más que listo, desesperado, por tener a un alfa dentro de él.

—Ahh… Namikaze-san

El omega había perdido la cordura ya. Solo podía pensar en la necesidad que su cuerpo le mandaba en verse más apetecible para que su alfa le llene por completo. Solo debía de provocar al otro para que este le diese ese placer inimaginable, además de marcarlo. Solo eso necesitaba su omega.

—Por fin podré ver tu cara, pequeño gatito—se relamió mientras se acercaba más al omega. ¿Cómo sería? Seguramente su rostro tendría una expresión muy erótica en ese instante, fue lo que pensó Naruto en su afiebrada mente.

Los puños del omega se apretaron. Pero en vez de lanzarse hacia Naruto en busca de placer, se dio la vuelta quedando en cuatro. Se acomodó sobre el futon, apoyando su pecho en el futon, mientras levantaba sus caderas lo más que podía.

—No es necesario—susurró el azabache con una voz que nunca había escuchado el alfa.

Naruto se sonrojó aún más, pero no pudo evitar que su alfa se impusiera. Tomo a Sasuke de los cabellos con fuerza, logrando un quejido entre el dolor y el placer en Sasuke. Le dio nuevamente la vuelta, poniéndose entre sus piernas, sujetándolo de los muslos para que no escapara.

— ¡He dicho que quiero ver tu rostro, gatito! Y vas  a obedecerme ´tebayo.

De pronto olió el aroma ponzoñoso del miedo ¿Por qué? Nuevamente ese desagradable presentimiento le llenó. A su mente llegó el rostro de Ranmaru. Su mano se acercó a la máscara, el felino intento removerse; así que exhalando, arrancó con fuerza del rostro de Sasuke su máscara. Su calor corporal pareció apagarse, un frío le invadió, en contraste,  su corazón latió apresurado.

Sasuke se dejó caer hacia atrás. Sí, por supuesto, era Ranmaru solo que con orejas y cola, con una mirada oscura y brillante, digna de un omega que necesita que lo embistan toda la noche. El felino mismo no podía controlar esa necesidad mucho más. Era la primera vez que su celo lo pasaba con un alfa y su cuerpo se alteraba más pues olía el poderoso aroma de Naruto. No podía evitar retorcerse bajo su cuerpo, removerse para hacer que sus pezones se vieran más apetecibles  o rozar las caderas del otro con sus muslos.

Sin embargo el rostro de sorpresa de Naruto, pronto se contrajo. De la pasividad en la que quedó, su cuerpo se llenó de calor y furia ¡Había sido burlado por un omega! No había nada más en su mente que esa realidad.

— ¡Voy a enseñarte a no mentirme nunca más!

El omega pudo sentir que un miedo se apoderaba de su parte racional. Sin embargo su naturaleza de omega no le permitía alzar la voz u oponerse: Un omega estaba hecho para obedecer a su alfa y si este deseaba castigarlo simplemente debía aceptarlo e intentar seducirlo para hacerlo feliz, para tener su perdón. Itachi sabía cómo hacerlo, pero Sasuke no.

—No me toques así. —Soltó un poco asustado.

Naruto le había dado la vuelta, forzándolo a quedar en cuatro patas, con su cola moviéndose temerosa. Él se había subido encima del omega, aplicando toda la fuerza que su cuerpo poseía. Con una de su mano aplastó su cabeza contra el futon. Sasuke intentó levantarse pero no tenía la fuerza suficiente: Su orgullo estaba haciéndose pedazos, pero en vez de seguir rezongando, su omega tomó el control y solo pudo quebrarse de placer ansioso y ronronear muy alto.

— ¿Así que al gatito le gusta duro?

Una parte de Sasuke temió pero otra parte le encanto ese tono de voz fuera de juegos. El poder que irradiaba su alfa era impresionante, su omega no podía estar más que complacido de saber que macho lo inseminaría.

Pronto sintió el miembro del otro restregarse entre sus nalgas, frotándose insistente; además del aliento de Naruto en su oído. No podía ni girar un poco su cabeza. Sin embargo, impropio de sí, removió sus caderas buscando contacto con el miembro del otro, gimió ansioso.

—Ahh si eres muy lindo…. Naruto es un idiota. —gruño una voz mucho más grave que la de su esposo.

Un poco de la conciencia de Sasuke despertó. Logro girar un poco como para ver a Naruto. Su cuerpo parecía tener más fuerza de la usual, mayor masa muscular cubierta de un brillo rojizo;  los ojos con los que se encontró le dejaron paralizado: eran rojos como la sangre y terriblemente perturbadores.

— ¿Qué?—jadeó asustado.

— ¿Sorprendido, gatito? Tú acabas de casarte no solo con Naruto.

El omega sintió terror pero su cuerpo era lo contrario, este parecía sentir más placer que nunca. Su cuerpo empezó a restregarse contra el otro; eso lo obligo a temblar de ansiedad y que de su boca salieran ronroneos de placer. Su columna se encorvó, levantando su cola, para luego moverla para acariciar con esta el mentón de Naruto.

—Eres perfecto para mí. —susurró el alfa.

El azabache le dedicó una mirada  de ojos llorosos. Su parte racional volvía a sumirse en lo profundo, su lado omega emergía fascinado del espécimen que tenía encima. Lo único importante para el omega era que se aparearía con un alfa fuerte que le daría una hermosa camada.

—Tócame...—pidió con voz urgida.

—Es lo que más deseo. Quiero ver cuánto puede aguantar tu cuerpo. Si no eres fuerte vas a llorar de dolor, pero si eres el indicado nunca probaras algo igual.

Se agito aún más, su corazón latió desboscado. La seguridad del peligro le llevó al descontrol y a alejar sus miedos, tabúes y restricciones. Mordió su labio inferior hasta hacerlo sangrar, consiguió que aquel ser en el que se había convertido Naruto perdiera el control y se abalanzara sobre sus labios. Dentro de la boca de Naruto sintió un calor sobrehumano, tan sofocante que creyó quemarse, cerró sus ojos pues solo podía sentir ya no razonar. Gimió extasiado dentro del beso. Sintió como una mano del otro le tomaba con violencia de los cabellos. Le separo de él y enterró su nariz en su cuello, olfateando con fuerza

— ¡Maldita sea! Tienes un olor incomparable, gatito. —jadeó el alfa mientras aun le controlaba tomándole de los cabellos.

—Pruébame—ronroneo en el oído del otro.

Nuevamente su mente ordeno a su cuerpo provocar más al alfa, también llevarlo a la locura.

Sus propias garras crecieron y las enterró en el brazo de Naruto; quien no se quejó sino que jadeó con fuerza. El felino interno de Sasuke  acabó de verificar que no tenía que contenerse tampoco.

—Así que quieres que sea más duro…mi gatito.

Le gusto la posesividad. Quedo atrapado ante su mirada. Naruto volvió a ponerlo en cuatro, acomodarlo sobre sus rodillas y sus manos, aplasto la mitad de su cuerpo contra el futon, de manera que solo su trasero estaba elevado y a libre disposición del otro. El alfa apretó sus nalgas, las marcó con sus garras, las abrió y lamió entre ellas. Sasuke nunca había sentido una sensación tan fuerte como esa. Una corriente entera corrió por su cuerpo ante aquella acción. Su espiración se sobresaltó. Soltó un gemido alto, agudo y largo. Sus parpados vibraron, su cola se quedó quieta ante la sensación.

—Házmelo…—ordenó el omega.

Un golpe en su nalga le hizo gritar, para luego ronronear e iniciar a mover su cola nuevamente.

—Ya te he dicho que quien manda soy yo. —Le gritó con voz autoritaria.

Giró levemente su rostro y pudo observar que además de los ojos rojos, Naruto tenía unas orejas de zorro y tres colas removiéndose sin parar. Se sorprendió tanto que no vio venir, que el otro nuevamente le empujara contra el futon mientras se enterraba dentro de él. Grito muy alto al sentir como se abrió paso en su interior sin cuidado alguno, pero también sin dolor. Su gemido fue de placer puro. Por fin tenía lo que deseaba: sentirse completo y lleno. Todos los celos en solitario se oscurecían ante aquel acto. Tan perfecto como si siempre estuviera destinado a ser así.

Sasuke solo pudo enterrar sus garras en el futon. Ya no podía pensar en nada más que el deseo de que el otro iniciara a moverse dentro de sí, rozando todas sus paredes, llegando hasta el fondo de sus entrañas; llevándolo en cada embiste a una nube en donde no escuchaba nada más que el jadeo  de su alfa, su corazón acelerado, en donde solo su nariz respiraba el olor de Naruto a madera. El único sabor en su boca era el de su propia saliva cayendo sin poder controlarla. Le removían una y otra vez, su cuerpo solo buscaba el placer, a la vez de complacer su alfa, eso era todo para un omega, darle placer al alfa. En aquellos minutos ese pensamiento tenía certeza absoluta. No había manera de negar mientras gemía de gusto, ronroneando; mientras el gran miembro del otro se hinchaba más dentro suyo. Todos los deberes quedaron de lado. Gritó una y otra vez, dejó todo en manos de Naruto pues estaba seguro que no le decepcionaría. Arrancó las mantas del futon pues sus garras estaban totalmente afuera. Su espalda se quebró hacia atrás. Su cola negra se había entrelazado con una de las colas de Naruto.

El otro siguió moviéndose sin control o ritmo dentro de él jadeando cada vez más fuerte. Con ambas manos tomaba con fuerza las caderas de su pareja, importándole poco como se sintiera, solo concentrándose en obtener más de ese cuerpo. Bajó el ritmo proporcionándose el placer de sentir detalladamente como el otro le succionaba con desespero. Una de sus manos bajo hasta el vientre de este, tan cálido. Luego subió hasta sus pezones y los pellizcó, logrando escuchar más de eso sonidos tan poco elegantes. Araño la espalda de Sasuke y se acercó, poniéndose totalmente encima de este, cubriendo su cuerpo a totalidad. Tomó con una mano la cola de este, la apretó; el felino grito y enterró más sus garras. Mientras tanto el alfa se  entretenía besando su espalda, saboreando el aroma y el sabor de su piel.

Pronto, Sasuke, sin siquiera haber sido estimulado directamente llegó al orgasmo mientras gritaba el nombre de su marido. Naruto por su parte siguió removiéndose encima de Sasuke hasta que alcanzó el orgasmo. Se corrió bastante más de lo normal dentro, llenando las entrañas de su omega. El nudo se formó y ambos quedaron unidos por medio de este. Una sensación de pertenencia llenó al azabache.

El rubio aun con sus ojos rojos y esas extraña colas de zorro removiéndose, disfrutó del rostro ladeado de su omega con ese gesto sonrojado pero de satisfacción suprema.

Dejándose llevar por su placer le dijo:

—Eres mío. Solo mío ¿lo entiendes?

Sasuke recupero un poco de conciencia aunque su omega interior quería obligarlo a dejarse mimar como era lo que la naturaleza mandaba. Naruto inició a besar su cuello, a repartir besos suaves y pequeñas lamidas. Mientras su mejilla la restregaba contra sus orejas, abrazó protectoramente a Sasuke, haciéndole sentir confortado como si el celo que habían compartido hubiese sido especial.

—Mi gatito—susurró el alfa con una voz extremadamente cariñosa y satisfecha.

— ¿Naruto?—Se agitó por la forma en que el otro se frotaba contra él.

—Nadie más puede tocarte. Nunca más nadie va a tocarte. — Anunció con certeza.

Podía sentir una calidez singular proveniente de Naruto. No era la pasión con la que se habían entregado a sus naturalezas, era diferente pero especial.

—Tú eres quien va a tener mis cachorros. —Susurró mientras acariciaba el vientre cálido de Sasuke.

— ¿Naruto?—preguntó en duda, ahora que un poco de su conciencia se hacía camino en medio de esa lujuria.

—Deja de llamarme Naruto—Le riñó el alfa.

— ¿No eres?—preguntó, intentando no sobresaltarlo.

—Soy Naruto pero también soy Kurama. Naruto es un incompetente que aún no se da cuenta que somos uno.

Sasuke abrió los ojos sorprendido. Sin embargo no pudo evitar cerrar los ojos ante el beso que el otro le robo en sus labios. Se sentía bien y magnifico, solo quiso dejarse acurrucar por el otro mientras sentía como su cuerpo succionaba la esencia derramada. Sentirse pertenecido a alguien era una sensación singularmente placentera. Su cola empezó a removerse gustosa. Unos pequeños ronroneos dejó ir, sus ojos se sintieron pesados. Su omega le decía que estaba seguro ahí, como nunca más estaría. Si el alfa quería mimarlo era porque como omega le había gustado.

Sin embargo despertó de su letargo cuando sintió como el otro mordía su cabello, como jugaba con este. Una tensión evidente le invadió

—No te asustes, gatito. Solo voy a  dejar en claro a todos los demás a quien perteneces.

Ante tremendas palabras su conciencia despertó e intentó liberarse del otro. Le arañó el rostro nervioso. Sin embargo le dolió hacerlo. El otro le observó con furia pero mezclado con tristeza.

—No voy a permitir que rechaces mi marca. —gruñó

Quiso separarse pero intentarlo fue doloroso. El nudo les mantenía totalmente pegados como un solo ser. Si intentara liberarse nuevamente se lastimaría a sí mismo. Era como intentar separar un brazo de su propio cuerpo.

—Deja de moverte y acéptalo. —ordenó el alfa.

El rubio nuevamente se impuso sobre él, le dejo recostado debajo de su cuerpo. Naruto lamió en donde planeaba morder al omega. Sentía claramente su cuerpo unido al otro. Sasuke le había encantado esa noche. Planeaba pasar unos buenos días junto a él. Abrió su boca y sus colmillos se mostraron. Sasuke estaba nervioso, si le mordía iba a ser irreparable.

— ¡Naruto! ¡Piensa en Hinata!—grito— ¡¿No le habías prometido no morderme?!

Naruto se tocó la cabeza, gritó de dolor. Sus colas desaparecieron así como sus orejas; mientras sus ojos volvieron a ser azules, cayó sobre Sasuke. Despertó poco a poco y observo el cuerpo de este debajo de él. Quiso quitarse encima, pero el dolor que sintió en su miembro como si se lo arrancasen le evidenció que estaban anudados.

—No te muevas—pidió el omega también adolorido.

El rubio se asustó pues no recordaba nada de lo que había sucedido, solo que estuvo a punto de morderlo en el cuello. Darle esa marca que enorgullecía a todos los alfas, que era como una medalla, mostrarle a todo el mundo que el omega tenía un dueño. Pero también le daba obligaciones para con el omega, por eso solo se acostumbra dárselo al esposo principal.

—No sé qué…

Luego recordó que la locura inició al ver el rostro de su esposo. Aun sin creérselo giro el rostro de este. Una amarga sensación le llenó, repudió estar unido a Sasuke.

—Me mentiste... ¿Fue divertido jugar, Sasuke?

El aludido no respondió. Se sintió de repente solitario, por un momento quiso que nuevamente los brazos del otro lo envolvieran. No era agradable tener a un alfa detrás de él, pegado a él, quien lo había tomado hasta el cansancio para luego ver que en sus ojos se vislumbraba la decepción y el asco.

A pesar de la unión, Naruto se mantuvo lo mas separado posible. Cuando el nudo se deshizo. Naruto se separó rápidamente del cuerpo del omega como si no tolerara su contacto. Se puso de pie, tomo su ropa rota y se las puso como pudo. Abrió las puertas custodiadas; y aun con la sorpresa en los ojos de los betas se marchó sin importarle nada más. A pesar de que odiaba a Sasuke, sabía que de alguna extraña manera este podía hacerle perder el control.

Sasuke quedó aún caliente. Su cuerpo no dejaría de reclamarle por no haber podido mantener al alfa a su lado por lo cual su celo sería ciertamente más insoportable que todos los que había soportado cuando era virgen. Su cuerpo conocía la pasión de un alfa y le exigiría nuevamente uno, achacando a que no se veía lo suficientemente deseable para atraer uno.

Sin embargo su hermano acudió a él y le inyecto algo en su brazo. No volvió a abrir los ojos por una semana exactamente.

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Era una mañana soleada sobre el clan Uchiha, en la época cuando aún todo el clan permanecía escondido de las guerras externas. Aunque ya con la sensación de su líder de que estaban cerca de un posible final, pues a su alrededor las alianzas que se formaban les dejaban sin muchas opciones. Para ese entonces el heredero del clan Namikaze junto al Uzumaki ya era todo un adulto y estaba enlazado a la princesa Hyuga.

 Por años, no los vieron como una amenaza. Antiguamente, el clan Uchiha había sido un clan guerrero, pero las perdidas constantes que le originaron, llevaron a su primer líder omega, Madara, a encerrarse, construir una aldea, mantenerse aislados y neutros de todo el País del Fuego. Por supuesto, sin descuidar el entrenamiento para la defensa y misiones que hacían para algunos señores de la guerra o naciones extranjeras a cambio de favores para su aldea y que respeten su neutralidad.

Un joven Sasuke de trece años se despertaba de su sueño felino. No podía negar que le agradaba mucho dormir cómodamente. Se estiró en su cama y se sobo los ojos. Sin embargo, algo le pareció extraño, ya que había sentido la necesidad de mover su cola, pero no sintió su movimiento.

Ya despierto por la sorpresa, se aproximó al espejo dentro de su armario. Abrió los ojos totalmente sorprendido pues sus orejas y su cola que le habían acompañado durante toda su vida no se encontraban donde deberían.

“Soy un beta”, fue lo que pensó. Sin poder evitarlo, el miedo se expandió por su cuerpo ¿Cómo era posible?

Avergonzado de sí mismo, corrió la puerta de su habitación y escapó por los jardines traseros, encaminándose al bosque para ocultarse en los altos arboles donde siempre le gustaba tomar el descanso de media tarde.

Su celo había comenzado hace tan solo un año. La primera vez tuvo que sufrir todo ese dolor, pero las otras las había pasado dormido con un somnífero natural de la curandera del clan. Pero no estaba preparado para verse como un beta.

Trepó a un árbol y ahí se refugió, recogiendo sus piernas hacia su pecho.

….

Fugaku, Shisui, Obito, hermano alfa menor de Fugaku, y Kakashi, pareja enlazada a Obito, se encontraban hablando sobre la negativa de otros clanes alrededor de darles esas misiones especiales que antes habían estado acostumbrados a darles. Con las cuales habían mantenido fuera de conflicto a su aldea. Sin embargo parecía que el tiempo corría y que ellos serían llevados por la corriente. Examinaban posibilidades y ninguna les parecía favorable. Por años habían ayudado y habían hecho trueque con el clan que ahora era líder el País de la Arena, nación aledaña al País del Fuego, pero esta había cambiado de líder y se negaba a seguir haciendo tratos a no ser que los Uchiha se sometieran a ellos. Aún tenían algunos acuerdos de aldeas que les protegían por misiones que les habían hecho. Pero la gran alianza formada por Namikaze-Uzumaki-Senju-Hyuga aplastaba a todos esos pequeños clanes aliados. A pesar de ser vecinos, estos no habían virado su atención hasta ellos, pero las panteras sentían que esa hambre de más no los detendría hasta también devorarlos a ellos.

—El clan Yamanaka, Nara y Akimichi se han unido para pelear contra la gran alianza, nos invitan a unirnos también. —Habló Kakashi con el pergamino que le había sido otorgado por la joven alfa líder del clan Yamanaka.

El líder de las panteras se mantuvo callado. Observó a su futuro yerno y  casi hijo pues él mismo lo había entrenado, Shisui en busca de una respuesta.

—Fugaku-san no creo que sea conveniente una alianza de guerra. La Gran alianza, lo he visto personalmente, tiene guerreros incomparables. Una confrontación de frente derramaría mucha sangre nuestra y no creo posible el vencerlos. Y aún si lo hiciéramos, siempre estarían amenazándonos.

El alfa mayor se mordió el labio inferior. Lo sabía, su gente estaba entrenaba, pero a ellos se les daba mejor las misiones secretas y silenciosas, no los combate frente a frente brutales y sin táctica que era como peleaban los Yamanaka-Akimichi-Nara.

—Hermano, creo que deberíamos pensar en cómo enfrentarlos a nuestra manera. Somos panteras ¿verdad? Entonces debemos ganarles como tales. Además, desde hace mucho hemos tenido este temor. Nuestro padre temió desde que Kushina Uzumaki nació, pero fue aun peor cuando ella creció y se desposó con Minato Namikaze. Su sangre se hizo más fuerte. Tenemos información de que los Uzumaki poseían un espíritu zorro, el verdadero, del que provienen todos los miembros de su clan, llamado kyubi. Que solo su sangre era capaz de contenerla dentro de un ser humano. Pero no controlarla, así pues se planeaba hace mucho utilizarla para la guerra, pero los Uzumaki estuvieron a punto de extinguirse. Fue ahí cuando fue sellado en Kushina. Sin embargo, recordemos la profecía.

Todos se sumieron en silencio.

—Bien, en la luna llena bajaremos al templo Nakama a leer los pergaminos de nuestros ancestros así como la tabla del génesis.

Obito y Kakashi se pusieron de pie para marcharse a sus aposentos. Poder estar tan unidos, para ambos había sido casi un milagro del destino.

El alfa extendió su mano y Kakashi, su omega, se la estrechó. Sus bocas sonrieron cada uno a su propia manera.

—Obito-san, creo que ya deberías llevar a tu omega a tu habitación—Comentó Shisui con una sonrisa.

El ambiente de tensión de la reunión finalizó. Obito giró hacia Shisui y su hermano quien solo mantenía los ojos cerrados, exhalando en paz. El alfa no pudo evitar sonrojarse.

De pronto ingresó Mikoto, abrió la puerta sin propiedad alguna.

— ¿Qué demonios sucede, Mikoto?

Ella frunció su ceño, sorprendiendo a todos pues normalmente ella era muy cariñosa y un ejemplo de amabilidad.

—Sasuke, no se encuentra en su habitación—anunció alarmada.

Fugaku soltó una gran bocanada de aire. Su esposa era muy sobreprotectora con sus cachorros. Podía oler el aroma de la preocupación provenir de ella. No le agradaba sentirla así.

—Seguramente está en el bosque. Ya no es un cachorro.

—Es mi cachorro, Fugaku. — hizo un mohín muy parecido al que hacen sus hijos en la intimidad de su hogar. Ya sabía de quien lo habían aprendido.

—Sasuke-kun es niño muy educado. Si siempre avisa a su hermano o a Mikoto-san algo debió haberle sucedido— habló Kakashi.

El alfa mayor tomó en consideración las palabras de su cuñado.

—Itachi ya debe haber ido por él con seguridad—pronunció Obito.

Mikoto asintió. Fugaku olfateó el aire, sintiendo a todas las personas a su alrededor, siéndole familiar el aroma de cada uno. Pero debido a su lazos con sus cachorros y que estos aún no estaban enlazados pudo alcanzar un débil aroma en el bosque cercano.

—No se preocupen yo iré por ambos. Itachi debe estar aún cerca. —Shisui se puso de pie de inmediato con postura gallarda y decidida.

—Por supuesto, aparenta ser  el buen alfa frente a mi hermano. — Se burló Obito— La verdad es que desde que regresaste quieres meterle mano a mi adorable sobrino mayor.

Shisui se tensó y se sonrojó evidentemente. Fugaku gruño por lo bajo.

—Solo ve, shisui, antes de que preste atención a las palabras de mi estúpido hermano.

El joven alfa de inmediato partió, encontrando fácilmente el aroma de su prometido, deleitándose con él mientras saltaba de tejado en tejado sin hacer el menor ruido. Itachi y su aroma pacificador le hacía olvidar de la guerra y las masacres que había visto hacer al clan Namikaze. No iba a permitir que el hogar de su amor se volviera escombros.

Cuando sus ojos al fin encontraron a Itachi sonrió, sintiendo la alegría desde el fondo de su ser. Solo con verlo la calidez le envolvió. Saltó del tejado y cayó al lado de su prometido, lo atrapó en sus brazos haciéndole girar.

— ¡Shisui!— grito sorprendido el omega.

Su corazón se aceleró con solo verlo. Sus respiraciones eran agitadas, su narices encontraron el aroma del otro por lo que terminaron acercando su narices hasta el cuello del otro, entregándose a un abrazo intimo que les brindaba seguridad. Aspiraron el aroma del otro con suavidad. Se alejaron tan solo para juntar sus labios en un contacto de tanteo. Shisui le tomo de las mejillas y apegó más sus labios. Cada vez se le hacía más difícil el tener que detenerse, quería a Itachi para sí mismo. A pesar de haber estado comprometidos desde el nacimiento de Itachi y de que todos supieran que estaban destinados, no había sido tan fácil sincerarse. Habían pasado por todas las etapas: hermanos, amigos y la del enamoramiento. Pero de lo que siempre habían estado seguros era que querían ver al otro feliz y que juntos protegerían su hogar.

Sintieron las presencias de otros miembros del clan observándoles por lo que se pararon y pegaron sus frentes, aun queriendo sentir el aliento del otro sobre sus rostros.

—Creo que deberíamos de buscar a mi ototo. Tengo el presentimiento de que sé porque se escoden en el bosque.

Shisui asintió aun agitado por sentir a Itachi en sus brazos. Antes de que el otro se separara juntó sus labios en un contacto fugaz.

Itachi le jalo de una de sus orejas felinas, logrando al fin separarse. Probablemente si no lo hubiera hecho, Shisui aún querría seguir sintiendo el aroma de su omega.

Cada uno empezó su camino hacia el bosque, en la entrada de este se dividieron para buscarlo.

Por su parte, Sasuke quería controlar sus lágrimas acumuladas. No podía creer que su espíritu pantera lo abandonara y se volviese un beta. Pero ello no era posible. Los linajes intactos de alfa y omega no podían tener cachorros beta.

Perdido, como estaba, en sus pensamientos, no pudo sentir como un alfa se encontraba subiendo por el enorme árbol donde se encontraba. De hecho, ni siquiera el viento que traía su aroma a alfa le hizo temer.

—Sasuke-chan. Tienes a todo el clan buscándote. Itachi casi me corta una oreja por eso. ¿Puedes creerlo? — habló con su tono juguetón que utilizaba cuando eran miembros de su familia.

— ¡Shisui-san!

Shisui tenía un aroma muy familiar, le hacía sentir protegido y es que este tenía el suave aroma de su hermano mayor también pues permanecían mucho tiempo juntos. Sí, se había puesto un poco celoso ya que a cada año que su hermano crecía, tanto Shisui como Itachi parecían tener solo ojos entre ellos. Lo cual le enfurecía y le daba ganas de morder las orejas de cada uno, pues antes ambos chicos se encargaban de entrenarlo y hacerle jugar.

El alfa se acercó, y posó una de sus manos fuertes sobre su cabeza, con una sonrisa. Logró hacerle sentir que definitivamente todo estaría bien. Ni siquiera el viento logró hacerle sentir frío. Shisui era realmente paternal con él. Casi sentía en Shisui como otro padre y a su hermano Itachi como otra madre.

—Dime, Sasuke-chan ¿por qué estas llorando?

Sasuke hizo un puchero. Normalmente le reclamaba cuando le llamaba “Sasuke-chan” pero escucharlo en ese momento hizo que de alguna manera se sienta mejor.

— ¡¿No lo ve, Shisui-san?! No tengo ni mis orejas ni mi cola ¡Soy un beta! ¡Mi papa va a rechazarme!

Shisui sonrió suavemente enternecido por la inocencia del hermano menor de su amor. Ciertamente, había ayudado a Itachi a cuidar de Sasuke, hasta que su cuidado fue casi innato. No había manera de sentir algún otro tipo de sentimiento hacia Sasuke, solo podía verlo como un hermanito o un cachorro. Después de todo era el cachorro de su omega. Porque a cada año que pasaba estaba más que conforme con su compromiso con Itachi. Sin duda era ese omega el destinado por la naturaleza para él.

—Sasuke-chan, siempre vas a ser mi hermanito. Así como de Itachi también. Además pase lo que pase tu padre y madre van a amarte. Siempre vas a ser el cachorro malagradecido que me muerde cuando me acercó mucho a su hermano—diciendo aquello apretó muy fuerte la cabeza de Sasuke quien se quejó y sacó sus garritas listo para devolverle el ataque.

El alfa rio cálidamente. Ante sus ojos, Sasuke nunca crecería, siempre sería el cachorrito que Mikoto les enseñó a Itachi y a él al mismo tiempo.

— ¿Lo ves? Ahí están tus garras. Eres un omega. Este es un periodo natural en los omega. Itachi también pasa por ello, pero normalmente no sale de su habitación—le guiño un ojo como si contara un gran secreto, que para el cachorro así era.

— ¿Y mama también?— preguntó suavecito como para que siquiera el viento escuchase.

—Ah ella también pero le dura pocos días,  porque es madre. —Nuevamente susurró con mucho secretismo, como si lo ocultara incluso de los mismos arboles a su alrededor.

El menor ya se veía calmado, seguro de sí mismo y hasta listo para darle batalla. Shisui volvió a reír enternecido por el omega. Así pues sacudió sus cabellos con cariño.

—Pero, regresemos a casa. Estoy seguro que  Mikoto-san e Itachi...—se cortó sonriendo ampliamente, sintiendo esa quemazón que cada día se hacía más fuerte cuando detectaba el aroma de su pareja. — Olvídalo, el hermano sobreprotector ya está aquí.

Justo cuando finalizó sus palabras, Itachi lograba subir a la alta rama donde se ubicaban.

— ¡Ni-san!

Sasuke fue a brazos de su hermano. Su calor y aroma le tranquilizaron por completo.

Sin embargo notó poco movimiento en su hermano. Subió la mirada y nuevamente, ambos no paraban de enviarse miradas tan indescifrables para el menor. Parecía que si se quitaban la vista de encima dejarían de respirar. Especialmente, Shisui parecía querer acercarse a su hermano y tocarlo. Aquella necesidad que comparte una pareja alfa y omega de sentirse juntos aun no comprendía el menor. Así que como siempre:

—Shisui-san, deja de mirar a mi hermano como si te lo fueras a comer. — Chilló con un puchero en su boca.

El aludido río nerviosamente mientras se rascaba la nuca.

—Ah pero, Sasuke-chan, tu hermano esta tan lindo que no puedo evitarlo—hablo burlonamente el alfa.

Itachi rio en un tono bajo. Se disculpó con Sasuke y acariciando su cabeza le contó sobre su periodo de estío. Así también le prometió que sus orejas y cola regresarían en unos días con seguridad. Y que su mama no se lo había contado pues no quería abrumarlo con tanta novedad sobre su cuerpo, ya que el felino menor había tenido suficiente con su primer año pasando por celos. El omega menor se sintió tranquilo nuevamente. Volviendo a tener su ánimo restablecido:

—Entonces entrenemos— pidió— Shisui-san, prometiste que me enseñarías nuevos movimientos—pidió.

—Sasuke…— reprendió Itachi.

Itachi sabía que su hermanito gustaba mucho de Shisui como mentor y le consideraba otro hermano mayor. Pero no estaba bien que se aprovechara del lazo que él mantenía con este.

—No te preocupes. — Intervino Shisui— Ya sabes que Sasuke es mi cachorro favorito. Y es nuestro primer cachorro.

Itachi no pudo evitar desviar la mirada un poco avergonzado aun con sus manos en los hombros de su hermanito. Shuisui había estado ahí desde siempre, casi como si esperase su nacimiento para juntos andar por la vida.

—Pero primero debes de comer algo, Sasuke. — Se dirigió Itachi a su hermanito— Mama y papá están preocupados.

El menor dibujó un puchero pero asintió. Por haber huido de su casa, no había tomado ni siquiera el desayuno. Juntos, los tres bajaron con elegancia del árbol para luego encaminarse a la casona principal. Como era usual, Shisui sería recibido como otro miembro de la familia. Después de todo, era protegido de Fugaku y dentro de poco el esposo del próximo líder.

 

Mientras tanto, en la sala principal, Mikoto y Fugaku sentían las presencias de los jóvenes acercarse.

—Gracias por ambos, Mikoto.

Ella sonrió y sin poder evitarlo se refugió en su pecho. Él simplemente acarició sus cabellos. Se mantuvieron atentos a los aromas de sus dos hijos y del alfa que les custodiaba.

Fugaku estaba complacido con el alfa que tendría su hijo. No pudo haber pedido alguien mejor. Deseó pronto que algún alfa de la generación de Sasuke demostrase el mismo valor y entrega que Shisui para comprometerlo con su hijo menor.

Pero lamentablemente la guerra terminó por llegar a ellos…

 

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Cuando Sasuke abrió los ojos nuevamente, todo a su alrededor era un caos; Los Hyuga al enterarse de que Sasuke se había hecho pasar por alguien más y que habían escondido un secreto biológico, pusieron el grito en el cielo, exhortaron al líder supremo a que releyera las cláusulas del contrato. Mientras tanto, los Uchiha se quejaban del incumplimiento del contrato matrimonial en el cual Naruto debía de permanecer al lado de Sasuke por tres días, y soportar su celo junto a él. El muchacho solo pasó unas horas antes de retirarse a sus aposentos para luego despotricar contra Sasuke ante su padre y los sannin.

—Hijo, al fin despiertas.

Su dulce madre le acariciaba sus orejas con ternura. Un agradable calor proveniente de la mano de su madre llenó su cuerpo de  felicidad. A pesar de haber sido poseído, aún conservaba el lazo con su madre. Este se debilitaría cuando quedara preñado.

Pronto su olfato detecto dos nuevos olores: eran de su padre y de su hermano mayor. Podía detectar en sus aromas el quemante olor del enojo pero no hacia él, aparentemente, pues su omega no deseaba encogerse.

— ¡Maldito, mocoso! Debería comportarse como un alfa y haberlo hablado conmigo, pero tiene que ir a quejarse como un niño con su padre—renegó Fugaku.

Por supuesto que el líder Uchiha se lo esperaba pero no una actitud tan infantil, tan escandalosa que provocó que los Hyuga intervinieran y que Minato por tanto tuviera que tomar acciones. Fugaku no había deseado nunca unir a su Sasuke con un alfa así. Siempre soñó con que sus hijos tuvieran buenos guerreros, maduros a su lado. Pero el destino no lo permitió.

—Yo también espere un poco más de madurez de Naruto-kun. — habló Itachi con un claro tono de decepción.

—Lo lamento padre, hermano.

Itachi aun vestido con ropa de casa se acercó a él, arrodillándose al lado izquierdo de su futon. Estaba realmente acobijado. Era mejor pasar los celos dormidos que sufrir los dolores y esa inquietante necesidad de ser poseído.

—Aun estás débil, pero Minato y Naruto demandan entrevistarte y que te examine su sanador, el general Orochimaru. —habló su padre con claro enojo en su voz.

—Les explicamos que es parte de nuestra naturaleza los periodos de estío, pero quieren escuchar de tu boca exactamente porque le mentiste. Y por supuesto si escondemos algún secreto más de nuestra anatomía, ototo

La voz de su hermano era suave y sedosa; sin embargo a través de su lazo de hermanos engrandecido por todo los momentos compartidos pudo notar cuan ansioso estaba por su bienestar. El azabache pudo olvidar sus miedos y tomar todo el valor que tenía.

—No se preocupe, padre. Diré lo que usted me diga. —Habló con firmeza propia de su linaje.

El alfa líder asintió, sentándose también. Sasuke pudo notar que su seguridad fue transmitida a su padre, logrando calmarlo. Su madre, mientras tanto seguía liberando aquel exquisito aroma que siempre adoro desde que tuvo memoria: era el usual que un omega libera para su familia  para traerles paz y llenarles de ese sentimiento cálido llamado amor.

 

 

Notas finales:

Bueno, me dejó con la mente en blanco este capitulo Cuando lo lreleí apra editarlo, me dije como puedes ser tan pervertida. Aunque creo que no lo fue tanto, oh sí?? No se ya me darán su opinión al respecto.

Por otro lado, la pelea de Minato y Naruto, pues creo que Naruto podría lelgar a ser más fuerte, pero tomó un momento equivocado y Minato tiene la experiencia consigo. Bien, me di una idea de que con el orgullo que se carga Naruto y  mpas siendo un alfa se sentiría un mediano complejo por ser el hijo del líder, ya qeu el respeto que le tienen es solo pro su padre e incluso sus matrimonios son por el mismo hecho, asi pues tecnicamente Hinata y Sasuke estan con él por este mismo.

La situación entre padre e hijo se complejizará aún más. Los oemgas son los que mantiene el hogar unido, dada su anturaleza, pero en su familia no existe un oemga que medie entre ellos. Y como en los animales uno que rete el alfa lpider tiene que pagar las consecuencias así sea su cachorro. Itachi y Sasuke tiene otra naturaleza, por lo cual pese a las diferencias, atacar o retar a su padre de esa manera no esta en su naturaleza. 

Ohhhhh Shisui lo adoro!! espero diganme sus opiniones. Me imagine si fueran familia, Shisui se la apsaría intentando avrgonzar a Obito y viceversa.. que como kakashia acabó allí? ohh ya lo veran, no, noes un Uchiha. 

Me encanta el papel paternal de Shisui con Sasuke, en las pocas escens del anime hemos visto que se lelvaban muy bien y que Shisui adoraba el lazo de hermanos de Sasuke e Itachi y deeaba protegerlo... este hombre es perfecto...

Seguiremos contando la historia de ambos mpás adelante y sabremos donde estan Shisui y Obito.....

Tambien hizo su aparición Sai, sis sis va a tener su propio rol

El celo.... secretos!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Kurama quedo desvelado wish!!!!!!!! Por eso dije que tenemos categoría fantasía tambien!!!! chequeen cada detalle.

Digname sus opiniones, en el transcurso del día cosntestare sus anteriores review y son libres de acosarme, en realidad me hagala mucho. Estoy contenta de que me expresen sus teorías, algunas acertaron mucho!!!

 


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