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Traición a la sangre por kaoryciel147

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Notas del capitulo:

Hola. Recien me di cuenta que pasó buen tiempo, pero reamente quiero que cada capitulo sea el mejor posible. Asi que con demora pero editado en la mejor medida y con muchas sorpresas, porque nunca se sabe ya quien miente, engaño o dice la verdad. 

Diganme que tal les parceió y mi pagina de facebook es kaory-madness visitenla para que no se muerda las uñas esperando. Ahora sí creo:  todos a disfrutar el nuevo capitulo!!

Capitulo seis: Época de mentiras, engaños y verdades.

 

La tensión evidente en la sala habría podido ser cortada por cualquiera de las espadas de los dos generales. Sin embargo, como Minato supuso, ambos actuaban como los guerreros experimentados que eran, sin mezclar sus sentimientos o peleas de amantes en los planes de la próxima batalla a librarse. Orochimaru había extendido el plan de su guarnición para ultimar los detalles y que su plan no interfiriera con el del general alfa. Minato había pasado a reposar pues sería la  cabeza de todo el asalto, por lo cual sus energía debían de estar renovadas al completo.  Por tal motivo, Orochimaru y Jiraiya eran los que se debían mantener  vigilantes mientras repasaban los últimos detalles del plan. Y es que después de Minato, ambos tenían los destacamentos más grandes especializados. Eran, junto con Tsunade, el gran respaldo del gran líder rubio.

Aun así,  con todo el profesionalismo y frialdad que habían aprendido durante los largos años de entrenamientos y batallas, Jiraiya no podía evitar distraerse de cuando en cuando, haciéndose preguntas innecesarias sobre su compañero: ¿Esas ojeras tan marcadas debajo de sus ojos, eran producto de un sobresfuerzo? Probablemente. Jiraiya había sido testigo de la dedicación del omega con la causa. Era un estudioso nato, un genio que tuvo la mala estrella de nacer omega. Si hubiera nacido como alfa quizás le hubiera arrebatado el territorio a alguien. Quizás hubiera sido más feliz. Sin embargo, Jiraiya daba gracias a que había nacido como omega, ya que por ello, él  había podido ser suyo aunque fuera por unos años de autoengaño. Largos años que se habían pasado como un suspiro para Jiraiya.

Ambos tenían puestas sus ropas de batalla, previstos para que al amanecer pudieran partir lo más pronto posible.  Las armaduras habían sido dejadas de lado para poder movilizarse con mejor soltura. Para Jiraiya había significado poder detallar la piel del cuello y de las clavículas de su ex amante. Por un momento su mirada no se retiró de la zona donde podría haberlo marcado hace muchos años. Y es que sabía que esa había sido su única oportunidad en su vida. La  había desperdiciado por que la culpa lo venció. Muchas veces se había regañado a sí mismo por haber sido considerado y haberse arrepentido a último momento. Si lo hubiera mordido en aquel momento, Orochimaru le habría pertenecido.

—Jiraiya... ¡maldición, presta atención!—Refunfuñó el pelinegro.

El alfa tomo nota que el omega estaba más susceptible de lo usual ¿Podría ser que le hubiera afectado su futuro compromiso? Quisiera pensar que sí. A pesar de lo tenso e incómodo de la situación, el alfa no pudo evitar sentirse atraído por como los pelitos de las orejas gatunas de su ex amante se habían encrespado: Orochimaru odiaba que no se le preste atención.

—Solo estaba pensando que deberías ir a dormir. Es evidente que no lo has hecho. —Comentó intentando no demostrar lo preocupado que se encontraba. Hace muchos años había decidido intentar no demostrarle demasiado afecto o preocupación, pues a pesar que Orochimaru no le amara, este adoraba saberse deseado y que lo tenía en sus manos.

El omega se estiró felinamente, se soltó el cabello que lo traía en un alto moño, dejándolo caer grácilmente sobre sus hombros y espalda. Si había algo que físicamente amara Jiraiya del otro era su cabello lacio y negro. De alguna manera era muy erótico pues su cabeza permanecía decorado con aquellas dos misteriosas orejas felinas de color negro a juego con su sedoso cabello que normalmente olía a una fragancia fresca.

Jiraiya sintió deseó de hundir sus dedos en los cabellos de este y cepillarlos. Cuando permanecían unidos luego del apareamiento, durante el celo de Orochimaru, siempre se tomaba la atribución de hacerlo. Orochimaru se encontraba prácticamente a su disposición por lo cual se lo permitía. Y es que después del celo, ambos culparían a sus yo animales de los mimos que se producían en aquel momento. Ninguno se cuestionaba los besos, caricias dulces o muestras de ternura del uno para con el otro si se daba en el celo y solo en este. Ninguno tendría que dejar su orgullo herido.

De alguna manera podría decirse que era tonto, pero eran soldados, demostrar debilidad había sido dejado en sus años de niñez. Jiraiya no quería ser manipulado más de lo que ya era. Sin embargo, de alguna manera sabía que Orochimaru creía que tenía cierto control sobre él. Algunas veces no había podido evitar manifestar con palabras sus sentimientos. Si Orochimaru se hubiera convertido en  su pareja estable, por supuesto, lo hubiera cubierto de mimos sin importarle lo vergonzoso que fuera.

Aunque, a pesar del enorme amor al omega, tenía sus sospechas sobre Orochimaru; pero nunca había intentado descubrir más allá de lo que Orochimaru había dejado ver. De alguna manera sabía que enterarse de los secretos del felino no le agradaría y lo pondría en una disyuntiva. Sin embargo, luego de tantos años de no hacerse con el control de Orochimaru, Minato había decidido desentrañar los secretos del general: Un omega sin enlazar era peligroso; más si tenía un carácter como el de Orochimaru, un ejército fiel y un misterioso pasado.

—Entonces comprendiste ¿verdad?

Orochimaru se masajeó su sien, realmente lucía cansado. No se volvió a amarrar los cabellos, y es que el cansancio era menor teniéndolos sueltos. Jiraiya quiso soltar un suspiro pero lo contuvo.

—Perfectamente. No vas a rendir si no duermes. —Respondió tosco.

El omega pareció recordar algo por lo que su rostro adquirió un tinte enfermizo. Lo cual le causó mayor preocupación, tanto que estuvo a punto de estirar su mano hasta tocar la frente del omega.

—Por supuesto te has dedicado a dormir, embriagarte y fornicar durante estos días ¿porque no estarías descansado?—Comentó desdeñosamente el omega, sorprendiendo al otro general  que sacara a colación aquel tema.

—No es mi culpa que tú no quieras acompañarme a todo eso y retozar conmigo—Le pico Jiraiya con una sonrisa.

—Pues espero que dividas el trabajo en tus dos esposos, uno para que se la pase puteando contigo y otro para que se encargue de levantarte durante las campañas. Realmente siento lastima por el pobre omega que se enlace contigo—Se burló maliciosamente.

— ¿No serás que envidias su destino? —Respondió el alfa sin inmutarse por lo anterior. Conocía el juego de Orochimaru, ese que buscaba dañarle, molestarle, pero que si sabías llevar bien podría rebotárselo a Orochimaru—Yo te sentía muy dispuesto durante los celos. —Sonrió también con malicia, mientras le desnudaba con la mirada. — Y te satisfacía alistarme para cada nueva campaña aunque intentaras verlo como un deber—Sonrió victorioso el alfa al notar un leve sonrojo en la mejilla de su ex amante. Aquellas pequeñas acciones que Orochimaru hacía para “contentarlo” eran quizás ese ligero instinto omega que no podía evitar dejar ir. En el fondo el omega de Orochimaru le aceptaba como alfa o buscaba hacerlo, por lo cual le pagaba ayudándole a vestir con esmero. Jiraiya supo que extrañaría sentir las largas manos de Orochimaru vistiéndole.

— ¿Eso crees? Yo realmente odiaba tener que encargarme de ti, pero era mi pago por el favor que me hacías durante los celos. Pero gracias por la experiencia

Jiraiya no se enfadó, su enojo paro con ese “gracias por la experiencia” Por supuesto sabía que no le estaba agradeciendo nada en absoluto, sin embargo la expresión en su rostro le avisó algo futuro.

— ¿A qué te refieres?

El omega se fue hacia delante, apoyándose sobre sus palmas, quedando como un felino. Jiraiya sintió su garganta secarse. Si con un movimiento de cabellos Orochimaru le hacía acalorar, verlo posicionarse así, solo podía hacerle olvidar de todo. Por si fuera poco, el omega comenzó a gatear hacia él lentamente, hasta que apoyó sus manos en sus hombros, abrazándole por el cuello posteriormente. Apegó su pecho al suyo, sintió el latir del corazón del otro, contrastando con el alocado del suyo. Solo pudo soltar palabras incoherentes ante el espectáculo. Orochimaru no realizaba ese tipo de acciones sin un fin, pero aunque supiera ello no podía controlar el deseo que quemaba en sus venas.

Su ex omega sonrió complacido al evidenciarse que aún podía ponerlo nervioso.

—Me…estaba refiriendo, por supuesto a que quizás le haga caso a nuestro sabio líder y deje que un alfa me muerda. —Le soltó, inclinando levemente su cuello para dar realce a sus palabras.

El calor que el cuerpo de Jiraiya había expandido se detuvo, originándose una rabia sin igual. Sin cuidado alguno, giró estampando a Orochimaru contra el suelo, golpeando su espalda contra este. No se preocupó, Orochimaru había sufrido peores golpes en batalla.

El omega nunca había visto unos ojos tan rabiosos en su ex alfa. Este le mantenía retenido con uno de sus brazos, aplastándole desde el pecho. Orochimaru intentó separarse del suelo, impulsándose con sus manos pero no logró moverse ni un ápice. La verdadera fuerza de Jiraiya era demasiada para él. Era consiente que la fuerza de un alfa era difícil de contener con fuerza bruta para un omega, pero Jiraiya  desde hace muchos años no había utilizado esa fuerza contra él.

— ¡Quítate!—Ordenó con un poco de recelo al darse cuenta cuan fácil podía someterlo el alfa— De todas maneras no es de tu incumbencia—Ordenó firmemente.

— ¿Y qué?—Soltó con rabia. — Aun no eres de nadie, puedo hacer lo que quiera contigo nuevamente hasta casarme con alguien adecuado—Soltó dolido.

Jiraiya lo había amado y había estado a sus pies, literalmente, por muchos años; pero su orgullo como alfa había vencido esta vez. Debía de vencer.

—No necesito ser de alguien. ¿Acaso te molestaron mis palabras?—Le picó aún más como si escarbara en aquella sangrante herida.

—No lo harás. Has renunciado a mí. Te he ofrecido todo, desde que no necesites mover ni un solo dedo hasta no morderte con tal de que seas mío—Gritó con evidente resentimiento sin importarle que sus hombres les escuchen— ¿Pero qué has hecho? Me has ignorado, insultado y burlado ¿Por qué no tomo lo que me pertenece de una vez? Después de todo nadie va reclamar nada. No tienes a nadie. Ante los alfas no vales nada. —Presionó con más fuerza el cuerpo del pelinegro.

Orochimaru abrió los ojos al sentir el aroma a alfa de Jiraiya, el peso que depositó sobre su cuerpo se hizo más pesado, quitándole el aliento de sus pulmones. Su cuerpo comenzó a agitarse en reconocimiento al alfa que significaba Jiraiya: un alfa fuerte y dominante, capaz de brindarle seguridad, cachorros, y una vida llena de comodidades. Al omega interior no parecía molestarle los insultos. Le entristecía sí, pero como omega lo único que deseaba ese animal interior era demostrarle al otro que le pedía perdón, que se sometería a él hasta serle de su agrado.

¿Cómo es que podía razonar tanto como si fuera alguien aparte de su omega? ...Quizás era el entrenamiento o quizás la herencia de su clan: El clan de las serpientes blancas.

En un rápido movimiento, Jiraiya le soltó solo para abrirle la yukata con violencia, dejando expuesto su pecho. Intentó con todas sus fuerzas que su omega interno no reaccione al poderoso aroma del general. A pesar de su rostro amargó, su piel comenzó a erizarse de expectación.

— ¡¿Porqué?! ¡¿Por qué dejarías que alguien más te tocara?! —Reclamó dolido el alfa— ¿Acaso no es justo que pueda tomarte alguna vez fuera de tus celos?

—No te atrevas a tocar más, Jiraiya. —Le advirtió, aunque también con ello intentaba concentrarse en evitar que su piel quemase por más contacto.

—Tú me provocaste ¿o no? Quizás esto es lo que estás buscando…—Susurró agitado el mayor. —Talvez es así como quieres ser tratado. No como un esposo sino como un prostituto más.

Los ojos de Jiraiya brillaron de deseo, bajó su cabeza sin dejar de enfrentar sus ojos con los de Orochimaru para deslizar su lengua por todo su pecho. Inevitablemente el cuerpo de Orochimaru se arqueó por el novedoso contacto. Cuando estaba en celo lo disfrutaba, pero no estaba en sus cinco sentidos. Era muy diferente sentir las manos deseosas de su ex amante sobre su cuerpo ya enfebrecido y ebrio de necesidad de placer; que su cuerpo en estado normal. Una contradicción enorme peleaba en su mente: por un lado la ofensa, por otro, el calor que iniciaba a asfixiarle.

Jiraiya  aferró a su omega por los hombros. Estaba seguro que con un poco más de fuerza podría quebrarle los huesos. Su boca nuevamente bajó hasta su pecho, y delineó la línea de en medio. Para después arrastrar su lengua por la clavícula, subiéndola por el cuello.

El pelinegro se mordió el labio inferior ante las cosquillas que sintió por el recorrido. Sus ojos se llenaron de lágrimas pero no era de disgusto sino todo lo contrario. Sus caderas quisieron moverse pero puso todo su autocontrol para no permitirse una humillación. Si Jiraiya iba a tomarle, al menos quería dejarle en claro que no lo iba a disfrutar. Aunque aquello fuese una evidente mentira. Su omega interno reconocía a Jiraiya como un buen alfa, como el indicado, después de todo era su parte animal e irracional que solo se dedicaba a buscar un alfa adecuado para procrear.

Sintió los dientes de Jiraiya pasearse por la piel de su clavícula, arrastrando suavemente un colmillo dejando un marca rojiza sin llegar a perforar la piel en contacto.

— ¿Qué pasaría si te muerdo ahora mismo?—Preguntó Jiraiya más para sí mismo, como auto cuestionándose de si verdad lo haría.

—Te castraría primero y luego te mataría de la forma más dolorosa—Respondió de inmediato el omega.

— ¿En verdad? Yo creo que ronronearías de gusto. ¿Eso es lo que deseas en el fondo o no?

La actitud prepotente de Jiraiya de alguna manera caldeaba su cuerpo. ¿Qué clase de masoquista era? Orochimaru se burlaría de sí mismo cuando estuviera solas. Esa noche Jiraiya le había insultado, estaba diciendo todo lo que realmente sentía, pero no podía evitar que su cuerpo siguiese excitándose.  Aunque reconocía que cuando usara su razón nuevamente, sentiría como si algo le quebrase: La mirada del alfa  era como se mira solo a un objeto de deseo y desfogue; por supuesto no a quien también se ama.

—No te atrevas...—Pidió intentando que sonase a ruego.

—No es una marca firme. —Alegó Jiraiya alejándose poco a poco. — Solo la mordida en el celo es la marca definitiva pero… ¿No crees que Minato estaría conforme con ella?

Lentamente la mirada encendida y molesta de Jiraiya fue apagándose. Su mirada de tristeza infinita tomo su lugar. Su tacto brusco cambió, acarició lentamente las muñecas enrojecidas de Orochimaru

—No lo hagas, Orochimaru. —La voz del alfa le dio tanta lastima a Orochimaru. Y es que Jiraiya era uno de los alfas más orgulloso de su escala sexual. Desde joven se había vanagloriado por ello. Y solo por él había dejado de lado aquel tonto orgullo— No te entregues a nadie más. ¿Acaso no crees que soy el indicado para protegerte?

El general omega se dio cuenta que había desequilibrado totalmente a Jiraiya. Este pasaba de la tristeza a la ira rápidamente. De las caricias más tiernas a los toques bruscos y sin compasión en instantes. Nuevamente le había azotado contra el suelo, para dedicarle una mirada de deseos sucios contenidos. El omega estuvo seguro que Jiraiya por él guardaba los mejores sentimientos pero también los deseos más profanos.

— ¿Acaso podrás soportar que alguien más te bese?—Reclamó.

Sus labios se estrellaron contra los suyos. Orochimaru abrió su boca para morder los labios contrarios, pero la vigorosidad del movimiento del otro le aturdió. Su fuerza de autocontrol se derritió en medio de los roces entre ambos cuerpos. Sutilmente un movimiento felino de sus caderas incitó a Jiraiya a continuar. Ingresó más al fondo su lengua, encontrándose y enredándose con la de Orochimaru; al mismo tiempo su cuerpo empezó menearse contra el de su omega.

— ¿Acaso podrás permitir que alguien más te vea desnudo?—Le susurró a  ínfima distancia de sus labios.

Abrió más la yukata de Orochimaru hasta dejarla debajo de los hombros, dejando todo su torso expuesto a su mirada y posteriormente a su boca sedienta.

Las muñecas de Orochimaru fueron soltadas pues las manos de Jiraiya; estas bajaron por sus costados deleitándose con la suavidad de su piel. Orochimaru abrazó su espalda luego de destrozar la yukata de Jiraiya con sus garras felinas. Sintió sus propias orejas gatunas removerse al igual que su cola que había quedado atrapada debajo de su cuerpo.

— ¿Soportaras que alguien más te haga el amor? ¿Te llene con su esencia? ¿Y te haga parir muchos cachorros?—Susurró en su oído con la voz más grave que jamás le había oído. — ¡Nadie va a ser tan paciente como yo! Y lo sabes.

La voz grave de Jiraiya, demandante y segura le hizo temblar. Su omega interior salió de su cuerpo. Estaba incendiándose y desesperándose por sentir más a Jiraiya sobre él. Sin responder, ronroneo suavemente cautivando a Jiraiya, que saltó sobre él para abrazarlo, envolviéndolo con sus fuertes brazos, mientras sus bocas se devoraban. Jiraiya bajó una de sus manos por la curva de su espalda hasta sus glúteos, amasándolos sin cuidado.

Orochimaru deseó ser tocado más. Su razón se había hundido en la nubosidad del placer que siempre evitó sentir en brazos de Jiraiya.

Para que mentirse, Orochimaru estaba seguro que no podría tolerar a alguien más tocándolo de esa manera. Cerró sus ojos perdiéndose en el abrazo de amor de su alfa.

Sintió el gruñido en el pecho de Jiraiya, respondió con un ronroneo, reconociéndole. Cuando se separaron ligeramente, se abrazó al cuello del otro y lamió su mejilla, para lograr hacerle olvidar de todo y se dedicara a amarlo. Había bajado la guardia, solo había iniciado como un juego, para saber si Jiraiya lo deseaba aún; sin embargo no había prevenido que él mismo lo extrañaba, que sus celos habían llegado a niveles inusuales.

La muestra de aceptación del omega, su reciprocidad le dio valor a Jiraiya para hacerle aquella pregunta. Había envuelto a Orochimaru en aquella nube de placer buscando que fuera sincero sin saber lo que podría causar.

— ¿Por qué no me dejas protegerte? —Le susurró con cariño, acunándolo afectuosamente entre sus brazos.

—No necesito que lo hagas— Respondió aun un poco turbado por la necesidad de placer.

—Solo déjame morderte. Sé mi pareja y vas a tenerlo todo. Minato ni nadie te tocara. Puedo defenderte de cualquiera a quien tengas miedo. Sé que ocultas algo y no me importa. —Declaró sincero Jiraiya, pensando que aquellas palabras llevarían a Orochimaru aceptar que el sentimiento era correspondido.

La nubla en que el omega  se había sumido desapareció. Orochimaru se alejó rápidamente de Jiraiya. Sonrió amargamente, dándose cuenta de su propia estupidez. Había demostrado ser menos que un omega en celo en sus brazos. Se asqueó de sí mismo. ¿Cómo se había permitido tamaña debilidad por posesividad y celos de aquellos omegas? Aunque prefería ocultarle en su orgullo herido en vez de aceptar que Jiraiya realmente conmovía su corazón.

Se acercó a Jiraiya, sorprendiéndole por el gesto casi maternal de poner una mano en la mejilla del alfa. Si aquel gesto dejó hecho piedra a Jiraiya, los ojos brillantes y amarillos del otro le dejaron pasmado. Nunca había visto una mirada tan peligrosa. Como si te condenase a los mil infiernos con solo estos. Hubo algo anormal en ellos, casi hipnótico. Exactamente como los de una serpiente a punto de liquidar a su presa.

— ¿Arrancarías el corazón de Minato y Tsunade para ofrendarlo a mí?—Le susurró con un tono cariñoso, descoordinado con el significado aparentemente real de sus palabras.

— ¿Qué?—Preguntó el alfa sin evitar un corto tartamudeo.

—Te estoy preguntando. ¿Lo harías? ¿No dijiste que me darías todo? ¿Si te pidiera matarlos por mí? ¿Lo harías?

Orochimaru no apartó su mano de la mejilla de Jiraiya, incluso esta vez junto sus frentes dándole más intimidad al pedido, jugando con el nexo que había compartido como si fueran dos amantes secreteándose palabras de amor.

—Si eres capaz de afirmarlo con convicción. —Inició Orochimaru cambiando su voz a una suave y seductora— Esta misma noche me entregaré a ti, dejaré que me marques y me llenes con tu semilla hasta quedar preñado de ti. —El omega inclinó su cuello para darle suporte a su palabras.

Inesperadamente, de un fuerte palmazo Jiraiya alejó a Orochimaru dejándole tumbado en el suelo.

—Veo que sigues tomando mis sentimientos como un juego. ¿Así que solo me preguntaste para presumir que me tienes en tus manos? Mi ofrecimiento fue sincero. —Dijo agresivamente el alfa sintiendo aquel ya familiar dolor en el pecho—Pero si quieres buscarlo en alguien más, adelante. Deseo verte pronto arrastrándote por alfas. Nunca nadie va a olvidar que has sido mi amante por años. Y a diferencia de mí, aquello te va condenar a no ser tomado en serio. —La barbilla de Jiraiya se alzó aún más desde su posición, dedicándole una mirada igual a la que se le da a un inferior.

El omega aún tenía su mano en su mejilla golpeada, rio maliciosamente.

—Eso mismo pensé. —Susurró más para sí mismo—No eres capaz de darme todo lo que quiero. Quizá haya un alfa que si pueda dármelo. —Terminó en voz alta.

Sus ojos se enfrentaron a los de Jiraiya con fuerza, como si estuviera preparado para asestarse un golpe mortal. Incluso cada uno tomo la cuchilla que siempre cargaban entre sus ropas por si caían en manos enemigas y debían morir con dignidad.

Fue Jiraiya quien rompió el espacio, se acercó al omega hasta que sus alientos se mezclaron confundiéndose. Antes de que Orochimaru pudiera responder, Jiraiya había puesto su cuchilla en su yugular, amenazante. El omega en respuesta solo pudo tomar la suya y ponerlo en el costado de Jiraiya, preparado para ser más rápido y lograr dañarlo.

—Sin embargo, si te refieres a traicionar a mi alumno, mi ahijado, mi mejor amiga…estás equivocado. No hay nada, ni por nadie por lo cual los traicionaría. —Declaró, mientras sus ojos chispeaban enfado— Si estás buscando un alfa que vaya a traicionarlos, estaré atento a ti y los detendré. Espero que realmente haya sido un murmullo presuntuoso y no una verdad.

Orochimaru tenía en sus ojos brillantes de lágrimas contenidas  de rabia, aunque estás no eran para Jiraiya, sino para sí mismo: Se había dejado llevar y ahora merecía la humillación…

—Por supuesto que lo es. —Se defendió el omega— Quería ver hasta dónde eres capaz de llegar por mí.

Se alejó intentando calmar sus emociones y no delatarse más de lo que ya lo había hecho. Temblaba levemente, pero para su fortuna no era evidente. Sin embargo un vacío se anidó en su pecho. Vio verdad en los ojos del alfa, este nunca traicionaría a su alumno, puesto que Minato más que un alumno había sido como un hijo, el que nunca tuvo. Por un momento quiso creer que le antepondría a Minato, pero era claro que no hasta la muerte, que era precisamente lo que necesitaba.

—Si te muerde un alfa vas a responder a este. Pero espero que tu lealtad a mi alumno sea más fuerte por tu propio bien. —Continuó Jiraiya con un tono sumamente amenazante, mientras seguía con su mirada cada pequeña vibración en el cuerpo del pelinegro— Minato sabe más que yo de ti, pero estoy seguro que no sabe que tú recuerdas perfectamente tu vida antes de ser recogido. —

Después de sus palabras, sus ojos no se despegaron de Orochimaru. Podía no ser tan buen observador como su ex omega, pero no por nada era también un general, un guerrero entrenado.

Orochimaru no le enfrentó pero su cuerpo tembló levemente ¿Desde cuándo Jiraiya era consiente que les ocultaba toda una vida? En aquel momento no estaba en un estado ideal para envolverlo en sus palabras. Necesitaba distraerlo de lo reciente intercambiado. Si seguía por ese camino, el alfa terminaría descubriendo mucho más.

—Minato es un crío. Solo sabe algunos trucos que puedo utilizar. Mi vida con mi familia no es algo que les incumba ni importe. —Carraspeó, intentando cambiar su tono de voz—No hay nada interesante, solo los detesto por intentar utilizarme hasta que nuestros enemigos acabaron con ellos.

Dicen que la mejor manera de mentir y engañar es decir mentiras y verdades combinadas, ese era el mejor truco por el momento. Cuando finalmente su cuerpo se tranquilizó giró hacia Jiraiya, este le estudiaba tan minuciosamente como podía. Orochimaru le consideraba alguien peligroso, precisamente antes lo había seducido por ello. Pero no pensó que este llegara a albergar sentimientos más fuertes ni que él mismo se sintiera de aquella confusa manera.

Intentando parecer inofensivo sonrió suavemente como en juego.

—Vamos, Jiraiya, solo estábamos jugando.

El otro bajó su estado de alerta pero aun así parecía expectante a cualquier tipo de ataque.

Orochimaru se acercó, levantó una de sus manos en dirección al rostro de su ex alfa; sin embargo,  Jiraiya lo rechazó alejándose.

— ¡Oh vaya! Ahora los alfa deben hacerse los dignos. — Intentó parecer un juego de seducción como a veces compartían— Estoy probándote…intentando demostrar que nunca te va a gustar follar tanto a ningún omega como a mí. Y ahora que lo he comprobado estoy satisfecho.

Jiraiya lo creyó posible. Las pocas veces que Orochimaru se aceró para regalarle algunos momentos de besos o caricias era cuando buscaba probarle que lo tenía a sus pies. Solo el orgullo era lo que impulsaba al otro. De igual manera, esta vez se mantuvo serio no cayendo en la seducción del otro. Guardo su arma y volvió a sentarse. El omega suspiró cansino. Se acercó a  Jiraiya y acarició su brazo con sensualidad.

— ¿Es así o no? ¿Aun sigues queriendo que te diga que estoy celoso de los otros?

—Deja de jugar… ¿No decías que teníamos mucho que discutir sobre la batalla?—Argumentó Jiraiya queriendo mantenerse firme.

Orochimaru sonrió, sus hombros y su pecho aún estaban descubiertos, solo tuvo que hacer un ligero movimiento para que su yukata se deslizara por sus brazos y fuera solo detenido por su obi. Tomo la mano de Jiraiya y la deslizo por su cuerpo. Jiraiya soltó un gruñido exasperado. Orochimaru fue quien poseía el control.

— ¿Realmente vas a buscar otro alfa?—Le dijo Jiraiya mientras le tomaba de los cabellos hacia él.

—Ya te dije que dejó de ser de tu importancia cuando te revolcaste con dos omegas nobles. Y decidiste que quieres una familia. —Orochimaru se acercó peligrosamente a sus labios— Disfrútala lo que puedas y consuélate con ello.

Nuevamente el objetivo del pelinegro había sido el de  dejar con ansias a Jiraiya, pero cuando este le atrajo por los cabellos hasta que sus labios volvieron a unirse, solo pudo aferrarse a su cuello. Estaba a punto de dejarse caer hacia atrás cuando la voz de alguien familiar los interrumpió.

— ¡Orochimaru-sama!

El joven beta llamado Kabuto, servidor de Orochimaru, ingresó sin llamar antes con prudencia desde detrás de la puerta como era la costumbre y los buenos modales.

Ambos ex amantes se separaron rápidamente sabiéndose expuestos. Kabuto abrió la boca sorprendido, un enojo repentino e impropio le llegó. Era usual que algunos betas quieran demasiado a un omega; pero era totalmente inaceptable que pensasen en poseerlos. Ya que los omegas habían sido creados para ser poseídos por los alfa, o al menos eso dictaba la tradición y los instintos.

— ¿Qué demonios sucede? —Cuestionó Orochimaru evidentemente molesto, intentando cubrirse con sus ropas. Tuvo que aceptar para su vergüenza y molestia de Kabuto el haori que Jiraiya le ofreció.

—Mis disculpas por la interrupción—Se inclinó rápidamente el beta ante ellos. —Pero nos informa uno de nuestros mensajeros que se ve movimiento en la frontera. Los Yamanaka parecen intentar invadir el palacio principal de los Uzumaki. Ya han invadido los campos de arroz.

La calentura en los cuerpos de ambos generales desapareció por completo. Ya no eran dos ex amantes con el resentimiento a flor de piel, sino dos compañeros de batalla, servidores de la gran alianza. Guardaron sus sentimientos, sus deseos y sus reproches, para esbozar sus rostros con frialdad y seguridad. Necesitaban la cabeza fría y no de sus sentimientos para enfrentar un peligro mayor.

—Ve por Minato y Naruto, Jiraiya— ordenó Orochimaru poniéndose de pie.

El general alfa, sujetó las piezas de su armadura para luego desaparecer de la habitación. En el camino despertó a sus siervos para que le ayudaran a ponerse la armadura dorada oscura perteneciente al clan Senju. Aun sin el casco, impartió órdenes precisas a todos sus hombres de alistarse inmediatamente y ensillar los caballos necesarios para que todos montaran uno. Apoyado de dos de sus guardias más cercanos subió hasta las estancias de Minato.

Cuando corrió la puerta de la habitación del alfa rubio, este ya se encontraba poniéndose el casco anaranjado oscuro del clan Namikaze.

—Mis soldados escucharon tus gritos y ordenes, supe que debíamos de salir de inmediato. — El rostro serio de Minato dejaba en claro la objetividad que deseaba de la información—Infórmame, sensei, en pocas palabras.

Jiraiya infló su pecho orgulloso. Orochimaru no le había dado cachorros, pero Minato y Yahiko habían sido sus alumnos y los quería como propios. Cada nuevo éxito del rubio y el pelinaranja extasiaba al peligris. Ellos eran su orgullo, sus alumnos genios.

—Están a punto de atacar el castillo. Ya han ingresado a los campos de arroz según los ninja de Orochimaru.

Jiraiya era consciente de cuanto quería Minato a Yahiko y sobre todo cuanto valoraba a los descendientes de este. Aun con ello no vio más que una mirada fría y segura en su alumno. Se sintió sumamente orgulloso, como un padre alfa de su hijo alfa, de haber entrenado a  tan perfecto guerrero.

—Por favor, sensei, despierta a Naruto. Seguramente sigue durmiendo—Suspiró.

El sonido del cuerno de Orochimaru se escuchó en todo el lugar. Al instante el movimiento de todos los alfas, betas y omegas resonó en el fuerte. Todos conocían aquel sonido, era la advertencia para todos sean guerreros o no, que algo malo había sucedido; por tanto,  debían de alistarse y bajar para partir.

El alfa mayor corrió hacia los aposentos de Naruto para explicárselo todo. Como Minato había supuesto, este recién había abiertos los ojos con el sonido del cuerno. Jiraiya no se había limitado en ingresar a la habitación de su alumno a pesar de que su omega este a su lado, puesto que los omegas de un guerrero debían de saber que su privacidad e intimidad podía ser invadida en cualquier momento si su alfa era necesitado

…………………

Orochimaru se mordió el labio, se sintió imbécil, pues como los demás, se había confiado en que la gran alianza y su nombre asustaran a los otros clanes alrededor, pero parecía que para la nueva líder de los Yamanaka el nombre o historia de los clanes eran poco importantes. Según le habían informado, solo los Yamanaka estaban invadiendo, pero aquello era sorprendente, por no decir irreal. Puesto que normalmente se aliaba con el clan Akimichi, Nara o ambos para atacar. Seguramente estos estaban en la retaguardia protegiendo.

 El general omega pensó en que no era un ataque corriente como en los últimos veinte años, sino que solo buscaban, como tantos años atrás, matar a los herederos del clan, los hijos y esposos de Yahiko. Supo entonces que debían de darse prisa, pues seguramente como hace mucho habían plantado alguna distracción en la que Yahiko se viera obligado a hacer frente, dejando a su familia en el castillo principal. Dentro del castillo estaba su aprendiz, Karin, omega, pero confiaba en los  entrenamientos que le había dado cuando ella se acercó a pedir su entrenamiento para defender a los suyos luego de leer sobre la historia de su clan y la muerte de Kushina.

—Estas muy pensativo, Orochimaru—le gritó desde su caballo Jiraiya, quien no había podido evitar observarlo. — ¿Es por tu aprendiz, Karin?—El alfa sabía que Orochimaru sentía afecto por aquella aprendiz, en general por todos sus aprendices, pero de manera especial por ella.

Orochimaru asintió, intentando armar rápidamente un plan de contingencia ante las circunstancias inesperadas.

—Además de ello… ¡Minato!— Obtuvo la atención del líder— Creo conveniente que nos separemos. Estoy casi seguro que Yahiko está combatiendo en los campos de arroz y que han tenido que dejar el castillo con pocos guerreros; seguramente el clan Nara o Akimichi está apoyando para que los Yamanaka logren infiltrarse en el castillo Uzumaki.

Minato apretó los dientes. Ese fue casi el mismo plan en el cual él cayó y que por tanto terminó por asesinar a su esposa y casi hacer lo mismo con su hijo, justamente en el mismo castillo. El castillo Uzumaki estaba construido cerca los campos de arroz para poder vigilarlos en los tiempos de guerras constantes, pero también era imprudente y riesgoso. Nuevamente, luego de casi veinte años, se habían confiado en ello. Y es que existían circunstancias en las que simplemente no se podía evitar dejar a tu familia por defender a tu pueblo. No podían permitir la muerte de los hijos de su primo, pues ellos serían el soporte futuro para Naruto y quienes liderarán el clan Uzumaki.

Su primo Yahiko tenía dos esposos; Nagato, su primer esposo con quien tenía a la princesa Karin, omega, y el príncipe  Tomohisa, alfa, herederos del clan Uzumaki; Konan, su segunda esposa, quien le había dado hace poco unas gemelas alfa, Kaede y Yoko. De los cuatro, solo Karin tenía edad suficiente, los gemelos de Konan eran bebes casi de dos años; mientras Tomohisa tenía tan solo cuatro años. Si estos fallecían, no quería imaginar en la depresión que su primo, su brazo derecho, se sumiría; sin contar que la falta de herederos sería grave.

 

Al ver las expresión seria y escuchar el rugido del alfa líder, todos apresuraron el paso. Naruto también sintió una rabia interna en pensar que alguien tocara nuevamente a su familia. Eran ese tipo de circunstancias en las que  concedía algo de razón a su padre. Aunque, esta situación también demostraba su punto: la intimidación por alianzas no lo eran todo. La violencia radical solo lograba una respuesta similar: Los Yamanaka se sentían amenazados por las alianzas de Minato y por qué el futuro nuevamente le sonreía a través de Yahiko con numerosos herederos; por ello mismo, la solución más fácil era asesinarlos y luego probablemente aprovechar el desánimo de toda la alianza para atacar y conseguir los territorios perdidos hace incontables años. Y es que la pérdida de los omegas oficiales y cachorros  de un alfa importante producían desconfianza en todos. ¿Cómo un alfa que no es capaz de proteger a su familia podría proteger a los demás? Naruto lo sabía y en parte, por ello, entendía la radicalización de su padre, pero, por supuesto no la aprobaba. Él quería encontrar una solución que de verdad lograra la paz para todos y no solo una falsa opulencia. Aun así, en ese momento solo se concentró en usar su fuerza para proteger y rescatar a sus tíos y primos.

 A su lado pudo olfatear a Sasuke, su aroma lejos de tranquilizarlo le hostigaba a que su parte animal surgiera con más fuerza. Sabiéndose aún más fuerte y capaz de lograr todo lo imposible, tuvo lástima de sus próximos enemigos. El aroma de Sasuke iba a descontrolar sus sentidos. Dentro de sí, aquel ser que últimamente se manifestaba seguido, le susurraba las mil y un maneras en la que podría partir en dos a sus rivales en la batalla. Rugió ampliamente. Nuevamente echo una mirada rápida a Sasuke, quien abrazaba su padre, su alfa, para sostenerse. Los omegas servían para darle paz a los alfas; pero también para ayudar a descontrolarlos cuando era necesario. No podía sentirse tranquilo cuando veía tan lejos de sí a Sasuke ¿Fugaku protegería adecuadamente a este? Su lado racional iba quedando atrás a cada trote de su caballo al igual que de los otros alfas. Por lo cual quiso detener al caballo de Fugaku y robar a Sasuke para sí. Fugaku era su padre, por supuesto que daría la vida por proteger a su cachorro; pero el lado animal de Naruto no le permitía llegar a ese simple pensamiento; para el alfa de Naruto, nadie podía protegerlo como él. Y destetaba que Sasuke evidenciara su obediencia a otro alfa, aunque este fuera su padre.

El paisaje cambió: los altos  bambúes quedaron atrás para darle camino a un río mucho más amplio que se dividía en dos afluentes, una que alimentaba los Uzumaki y otra a los Senju: siguieron el rio por las tierras Uzumaki. Nadie pudo disfrutar del paisaje de campos de arroz aquí y allá. Menos cuando los gruñidos propios de una batalla cercana se hicieron cada vez más audibles.

Orochimaru había partido al ejercito: El suyo, los Uchiha, Naruto con la mitad de los Namikaze-Senju-Uzumaki partirían hacia la mansión. Mientras Minato, el ejército restante, los Hyuga y Jiraiya  partirían hacia los campos de arroz para dar soporte a Yahiko.

Cuando el grupo dirigido por Orochimaru llegó, en el exterior se libraba una pelea infernal entre unos alfas de cabellera en diferentes matices de rubio y anaranjado, custodiados por unos guerreros de contextura gruesa, cabellos castaños y armaduras grises. Como el general omega había supuesto, los Yamanaka tenían el apoyo en la invasión del castillo de los Akimichi. Derrotar a un guerrero Akimichi era difícil pues tenían una fuerza bruta descomunal. Mientras los Yamanaka usaban su perspicacia e instinto que parecía adelantarles al ataque de sus oponentes.

Ante tal escenario, Orochimaru con una señal indicó a Naruto el siguiente movimiento. El rubio con una ligera señal hacia atrás hizo que los soldados a su mando y los Uchiha comenzaran a retroceder y prepararan sus escudos. Al mismo tiempo, el general omega dirigió a sus arqueros, quienes tenían el veneno preparado por este listo en las puntas de sus flechas. Dispararon, aun cabalgando  a una menor velocidad,  específicamente a quienes cargaban con el estandarte de los Yamanaka, guiados por su olfato para no cometer error alguno. Este grupo selecto de arqueros estaba conformado exclusivamente por alfas y  omegas a quienes Orochimaru había entrenado en el uso de su olfato. Entrenar omegas era un tabú solo permitido para autoprotección, pero Minato dejaba a Orochimaru hacer y deshacer porque muchas veces les había salvado sus planes.

—Naruto, Fugaku-san, creo que ahora que les he despejado el camino pueden hacerle frente sin problemas.

Todos calbalgaron a una menor velocidad, acercándose a los cuerpos que se retorcían botando espuma blanca por su boca; mientras el punzante veneno recorría sus sistemas. Estos soldados habían tenido el deber de custodiar la puerta principal de la invasión al castillo. Nunca esperaron que un ejército elite de arqueros les disparan flechas con unos venenos tan poderosos.

— ¿Adónde vas Orochimaru´tebayo?—preguntó agitado el rubio alfa.

El general entornó sus ojos ante lo que él parecía evidente.

—Tus primos están adentro. Estos inútiles no me parecen la elite del clan. Iré por detrás. Es probable que la líder del clan Yamanaka ya este adentro, podríamos incluso capturarla.

El rubio olfateo el aire: ninguna presencia que delatara a un alfa líder se hizo presente

—Podría estar peleando contra Yahiko.

—Los Yamanaka nunca dejan el encargo importante a cualquiera, les gusta hacerlo ellos mismos. Además tienen a los Nara para enfrentar a tu padre y tío. Akimichi, Nara y Yamanaka nunca se abandonan.

El joven rubio asintió, intentando comprender. Le era difícil pensar en que tres clanes fueran tan inseparables de la manera en que Orochimaru lo describía, pero probablemente lo fuera. A pesar de no confiar en Orochimaru y tener sus reparos con los omegas, sabía lo útil que este era. Yendo contra su orgullo aceptó el plan.

—Ve, sabes que no eres de mi agrado, pero acepto que sabes lo que haces. Me quedaré con mis soldados a hacerles frente mientras te escabulles como sabes hacerlo—Soltó con valentía y compromiso. Orochimaru vio reflejado al antiguo Minato y a Jiraiya— Solo encárgate bien de salvar a mis primos y mis tíos. Llegaré por este lado en menos tiempo del que piensas.

—A veces eres más inteligente que tu padrino—Bromeó el omega— Así los acabaremos en dos frentes. —Orochimaru giró su vista hacia los Uchiha liderados por Fugaku. Mientras Naruto sin fijar su vista hacia atrás cabalgó seguido de su gente.

—Fugaku-san, creo que no es conveniente que lleve  a Sasuke-kun ahí podrían herirlo. Yo iré por detrás con un grupo pequeño y selecto para rescatar a la familia de Yahiko. Permítame a mí cuidar de Sasuke-kun

Un rápida mirada entre padre e hijo fue todo, Sasuke bajó del caballo con agilidad y subió al del omega general. Fugaku arrió  su caballo hasta dar alcance a Naruto, poniéndose a su lado. El joven alfa no giró, pero dio un asentimiento de reconocimiento, mientras su nariz olfateaba el aroma de Sasuke alejarse más de él. La furia en su pecho se infló más. Se mordió la mejilla por dentro. Si Fugaku había dejado ir a  su hijo con Orochimaru era porque de esa manera estaría mejor protegido.

Ellos, a campo abierto, se toparían con innumerables enemigos. Aun sabiendo ello sintió pesar y temor. Quiso alejar todo aquello de su concentración, por lo cual fijó sus ojos y nariz en tratar de contabilizar a sus enemigos detrás de las puertas violentadas del castillo de su familia materna. Era su deber.

Su actitud había sorprendido a Fugaku y Sasuke. Ambos con diferentes sentimientos. El joven omega nunca había pensado en que Naruto realmente podía ponerse tan serio y maduro ante una situación. Este ni siquiera lo había mirado pero sentía su poderosa presencia acompañarle. De alguna manera esta le aseguraba que todo terminaría a su favor. Mientras en Fugaku había producido una pizca de orgullo, pero también de temor. Naruto no era tan débil como había pensado. No solo era un alfa que se pavoneaba detrás del brillo de su padre sino que tenía un brillo propio. Aquello era peligroso para su causa, pero quizás también podían usarla a su favor.

………

Naruto con su caballo derrumbó lo que había quedado de las puertas del castillo. Con él al frente, la pelea encarnizada se desató. El rubio pudo darse cuenta que el grupo al que enfrentaban estaba ahí exclusivamente para detenerlos, estos no intentaban ya ingresar al castillo. Por lo cual era evidente que ya había un grupo que había logrado ingresar a los aposentos principales. Gruñó más fuerte. Aun sobre su caballo clavó su pesada espada en los cuellos de quienes intentaban cortar a su caballo. La sangre saltó hacia él, pero aquello solo hizo que su cuerpo reaccionara con más violencia.  Sus colmillos aparecieron, gruño más fuerte confrontando a los gruñidos de los alfas a los que enfrentaba. Mientras detenía las espadas de sus enemigos con su katana, lanzó su lanza hacia quienes se acercaban. Terminó finalmente por bajarse del caballo para iniciar la lucha cuerpo a cuerpo.

Con una mirada vigiló que su suegro estuviera aún con vida. Por unos segundos se dejó llevar por la maestría en que este usaba su caballo para golpear a sus enemigos mientras que con sus flechas disparaba a zonas cruciales dejando rápidamente a sus enemigos de rodillas, solo para que con una katana mediana les cortara las gargantas. Naruto sintió el pesado golpe de una katana que fue impedida de dañarle por su armadura. Soltó su katana y con los puños de hierro de sus guantes golpeó a quienes venía tras él. Aclamó a sus hombres y estos encendidos por su llamado sujetaron sus armas, sus espadas, hachas, lanzas y flechas para seguir acabando con sus enemigos. Naruto pensó en Sasuke y su aliento se hizo más pesado. Sabía que estaría bien. Confió en ello, pero aun con aquella confianza se impuso a acabar más rápido, a usar toda su fuerza en destruir a sus enemigos lo más rápido y llegar a este antes de que alguien siguiera rasguñara su rostro.

 

…………………….

 

 

—Sasuke-kun, estoy casi seguro que has recibido entrenamiento, así que me harás el favor de dejar de comportarte como omega en peligro y ayudarme.

Escuchó una risa del omega menor que confirmó sus sospechas. Con solo sentir el cuerpo del omega detrás de él supo que este cuerpo con músculos definidos no pertenecía a un omega sin entrenamiento. Era una suerte que Naruto no lo haya notado aún.

—Eres muy observador.

Sasuke aceptó la espada que Orochimaru le tendió, tenía sus propias armas entre sus ropas, pero una ligera katana le ayudaría demasiado. Era especialmente bueno en estas, pero en estos meses no había podido usar la suya.

Con el caballo llegaron rápidamente hacia atrás del castillo.  Al lado del caballo que compartían Orochimaru y Sasuke, cabalgaban Kabuto y otro omega peli blanco. Mientras dos alfas estaban detrás de ellos. Por el patio y los jardines traseros sin cuidar de las hermosas plantas de este, ingresaron a trote ligero. Orochimaru aun montado en caballo, derrumbó a sus enemigos silenciosamente antes de que estos siquiera procesaron cómo es que una guarnición había penetrado hasta esa zona que creyeron controlada.  Con sus acertadas flechas en la garganta de cada soldado estos quedaron inmóviles, desmayados o convulsionando. Mientras tanto, los soldados del general  se bajaron del caballo para rematarlos.

Finalmente con aquel grupo disipado, llegaron a la  puerta trasera del castillo que daba a las habitaciones. Mientras los soldados de Orochimaru se encargaban de los que aún no habían caído con las flechas del general, este y Sasuke bajaron del caballo. Kabuto hizo lo mismo, pero luego de bajar los cestos que cargaba en sus caballos, sacó a dos pesadas serpientes blancas, largas, de escamas brillantes. El omega más joven se sorprendió sintiéndose un poco perdido. El general se acercó a las serpientes y, cuando las tocó, estas parecieron despertar. Se deslizaron con una inusual familiaridad por los brazos de Orochimaru como si le presentaran sus respetos a su manera. 

—¿Cómo?—Sasuke se calló al ver como luego de recorrer el cuerpo de Orochimaru, esta las tomó y les susurró algo inteligible para Sasuke. Las serpientes se deslizaron hasta subir al suelo del palacio, perdiéndose entre las habitaciones.

El omega Uchiha no supo cómo describir aquello. De alguna manera parecía tener una carga erótica y repulsiva al mismo tiempo.

—No te distraigas, Sasuke-kun. Esas serpientes tienen su propia misión. Nosotros tenemos la nuestra.

Sasuke asintió con seriedad. No debía de perder la compostura. Definitivamente si Orochimaru había escalado hasta esa posición seguramente guardaba más de un As debajo de su manga. Como prueba de ello, Orochimaru levantó la manga de su kimono dejando entrever un curioso pictograma aparentemente tatuado. Luego puso una de sus manos en una posición como de rezo, la acercó a unos centímetros de su rostro, dejando levantado los tres primeros dedos, desde el dedo gordo hasta el del medio. Sasuke abrió los ojos entendiendo mejor que tipo de dones tenía Orochimaru. Aquella posición de manos la había visto en alguien más: Su madre, Mikoto Uchiha, la miko del clan.

—Kabuto, he encontrado a Karin y estoy seguro que está al lado de los demás. Sin embargo, también he hallado, gracias a mis amigas, a tres peces gordos. —Declaró con una sonrisa. —Sasuke-kun, te adelantarás a mí. Kabuto y yo iremos por estos tres generales. —Orochimaru señaló al suelo— Mientras ella te indica por dónde ir.

El joven omega dio un respingo cuando otra serpiente se deslizó por sus piernas como si buscara su atención para luego seguir por la puerta del castillo. A lo lejos escucharon soldados ir hacia ellos. Debían de apresurarse.

—Kimmimaro, Juugo, Suigetsu se encargarán de los indeseables que vengan. Luego nos seguirán el rastro. Ya saben cómo—Ordenó firmemente.

— ¡Sí, señor!

El trío de chicos entró corriendo a la mansión a enfrentarse a aquellos alfas y betas que intentaran seguir al general o a Sasuke.

—No pierdas tiempo. Ellos impedirán que nos sigan a cualquiera, pero deberás enfrentarte a quien encuentres en el camino ¿Crees poder hacerlo?— Preguntó dubitativo el general, aunque en verdad buscó retarlo.

El joven felino se mordió el labio inferior y sonrió con arrogancia.

—Por supuesto. —Declaró seguro de sí mismo.

Sasuke ingresó a la mansión e intento usar todo lo aprendido. Había tenido solo un par de misiones de infiltración seria, por lo cual en esos momentos su corazón retumbaba nervioso. Tener una serpiente blanca no ayudaba a tranquilizarse. Sin embargo, por surrealista que pareciera esta permanecía deslizándose silenciosa pasillo por pasillo. Había visto a su madre controlar animales pequeños para usarlos de espías. Al igual de convocar espíritus y compañeros. Lo mismo con Sai, pero nunca nada tan impresionante como lo visto con Orochimaru. ¿Realmente había podido detectar a una persona con sus poderes espirituales? ¿Realmente estaba perfectamente conectado con estas serpientes?

Sus pensamientos se detuvieron cuando escuchó que la serpiente blanca siseó más fuerte de lo usual. Usando sus orejas felinas, escuchó los pasos de dos alfas. Sus ojos cambiaron, aquel suave destello rojizo les otorgó peligrosidad. Se apegó lo más que pudo a la pared; mientras la serpiente repto hasta enrollarse en su cuerpo. Por un momento pensó que esta le mordería pero todo lo contrario, parecía conocer su plan y apoyarlo. Intentó calmar su respiración. Entrecerró sus ojos solo concentrándose en su sentido auditivo. Cuando escuchó el latir del corazón de los alfas más cercanos desenvainó su katana y de un solo tajo partió a uno dejando paralizado al otro. Cuando este quiso enfrentarlo, la serpiente que se había enrollado en su torso le mordió en la yugular. A los pocos instantes lo tuvo convulsionando en el tatami.

De alguna manera sintió simpatía por la serpiente. Quizás comprendía porque Orochimaru los tenía de compañeros. Realmente si podía controlarlas eran muy útiles. Con más confianza siguió su camino. Por un momento la sangre que le había salpicado en su ropa le distrajo, pero el nuevo siseó de la serpiente  alejó la culpa de su mente. Era también un guerrero, no había espacio para sentirse humano.

Siguió su camino sin demasiados problemas. Con la ayuda de la serpiente había acabado incluso con dos alfas bastantes grandes. Finalmente se vio frente a una puerta rojiza, la corrió sigilosamente. Su nariz y oídos le confirmaron que la serpiente realmente sabía dónde encontrar a quienes debían de proteger.

Ingresó sigiloso, mientras  escuchó los gritos de una omega femenina. Abrió  la puerta, sus ojos se encontraron con una omega que estaba delante de una puerta, protegiéndola, mientras era acosada por tres alfas: dos masculinos y una femenina. Sabía que la líder estaba ahí, su presencia era abrumadora pero no de la misma manera que Minato sino de un aroma encandilador pero poderoso. Sin detenerse lanzó un kunai directo al cuello de la líder, pero la alfa lo detuvo con su espada mientras los otros alfas se lanzaban sobre la pelirroja omega.

La omega se defendió como pudo. En su costoso kimono había evidencias de que no se había esperado el ataque pero que había protegido esa puerta desde hace ya mucho tiempo. Sus ojos parecían cansados; aun así seguían insistentes los movimientos e incluso respiraciones de los que la enfrentaban. Sasuke agudizó su oído, percibió claramente el latir apresurado de varios corazones. Ella no era una sierva, estos habían perecido hace un buen tiempo, pudo notar al ver los cuerpos de varios betas y omegas alrededor. Solo quedaba la opción de que era la actual princesa de los Uzumaki.

—Pero que lindo omega tengo aquí… creo que podría secuestrarte. — Una sonrisilla amplia de dientes blancos se dejó ver en los labios de la alfa líder—Yamanaka Ino, la líder del clan Yamanaka a tu servicio.—Le regaló una reverencia, su mirada le detallaba con más profundidad, como si estuviera hambrienta— Y tú, precioso,… eres un omega sin marcar. —Le dijo descaradamente aún con esa sonrisa seductora en los labios.

Sasuke se lanzó al ataque herido en el orgullo. Aquella mujer le producía escalofríos por toda la piel. Ni siquiera su actual marido le había desnudado con la mirada de tal manera en como ella lo hacía. Realmente la incomodidad le abrumó. La estocada no llegó a la alfa: la mujer parecía leer sus pensamientos, le detuvo con su propia espada. Su cuerpo no era mucho más grande que el suyo, aunque sí un poco más alta, voluptuosa y de músculos firmes, con un cabello rubio amarrado en una coleta. Su armadura era delgada y podría decirse que incluso atrevida (¿Realmente confiaba tanto en su habilidades como para no protegerse por completo?); sin embargo la fuerza en su cuerpo elegante era poderosa, además que parecía muy perspicaz.

— ¡Oww! —Chilló como si realmente sintiera una especie de ternura malsana— Esas orejitas me indican que eres un Uchiha…—El rostro de la alfa se ensombreció notablemente—Así que esas gatas traidoras se vendieron a los Namikaze…

— ¡Cállate!

El felino se abalanzó nuevamente sobre Ino, sorprendiéndola, por el movimiento de su piernas.

Sasuke combinó su ataque de espada con el movimiento de manos, logrando  darle un fuerte golpe en la mejilla a la alfa, pero aquello no fue suficiente para derrumbarla. La mujer orgullosa con sus ojos celestes oscurecidos, revelo sus garras finas. Fue ella quien esta vez atacó. Sin necesidad de espadas, con sus largas y finas garras lograba enfrentar la katana de Sasuke. El joven omega no quiso imaginar lo afiladas que aquellas garras estaban.

— ¡Chouji!—grito la alfa de improviso, sorprendiendo al omega

No lo había notado, pero un hombre pesado y grande de cabellos castaños cortados de manera irregular había permanecido a una distancia prudencial a la izquierda de la líder. Este se apreciaba  demasiado pesado como para que Sasuke pensara en vencerlo cuerpo a cuerpo.

 El grito de la muchacha omega pelirroja se escuchó. Sasuke giro su mirada, ella había sido vencida por el alfa llamado Chouji y otro enorme bloque de carne a su lado. Y ahora era tomada por los cabellos sin cuidado por uno de los alfas mientras el otro le detenía los brazos. Por la puerta dos betas rubios, una hembra y otro macho, ingresaron con las espadas desenvainadas.

—Sueltamente maldito, soy la…

La alfa, se acercó hasta Karin y la abofeteó.

—Tú no eres nada más que una omega que ahora serás nuestro rehén, pequeña zorra.

Ino volvió su mirada descarada a Sasuke. El omega nunca se había sentido tan desnudado. Normalmente se decía que las alfa eran menos terribles que los alfa, pero Sasuke acaba de desmentir aquello. Quizás ella no fuera tan fuerte como Chouji, el tipo grande, pero parecía mucho más sádica e inteligente que este.

—Y, tú, mi príncipe, vas a ser un hermoso juguete y quizás parte de mi harem. Luego quizás te preste a Sakura.

Sasuke se puso en posición de defensa con su katana hacia delante, esperando cualquier movimiento. La alfa río sádicamente, con una mirada mandó órdenes a los betas rubios, quienes se abalanzaron contra Sasuke. El felino pudo defenderse, giraba intentando calcular el siguiente golpe; pero Chouji se sumó al juego y con su enorme maso le derrumbó al suelo. Adolorido subió la mirada, se mordió el labio inferior de impotencia.

La puerta que la omega pelirroja había protegido fue abierta a punta de patadas de los Chouji y el otro alfa enorme. Dentro de ella, Sasuke vio a un omega pelirrojo y a una peliazul. Ambos estaban delante de un niño y dos bebes. Sasuke pudo sentirlo a través de su aroma tan láctico y dulcete. La impotencia subió aún más a su cuerpo. Giró su vista hacia los gruñidos que Karin emitía. Ella parecía desesperada.

El omega pelirrojo de forma veloz lanzó dos flechas al mismo tiempo hacia Ino, pero ella con su katana las desvió.  Sasuke debió darle crédito, la mujer realmente era digna de ser la líder de un clan, una digna alfa.

Ino se fue acercando más a los omegas. El Uchiha escupió la sangre acumulada en su boca, para luego intentar levantarse, pero unas grandes manos le levantaron por sus muñecas. Era el tal Chouji, que si no se equivocaba era el líder del clan Akimichi. Intentó soltarse de su agarre, pero su cuerpo estaba sumamente adolorido.

Chouji sostuvo a Sasuke, presionado con una de sus manos sus muñecas. Estaba seguro que iba a noquearlo para facilitarle el secuestro. Antes de que el alfa pudiera darle el golpe final, la serpiente, a la que incluso Sasuke había olvidado, reptó por el cuerpo de Chouji hasta su cuello, clavando sus colmillos en él, inyectando en su sangre una sustancia negruzca. El líder del clan Akimichi se tocó donde había sido mordido, para luego chillar despavorido.

Un grito que resonó en la habitación hizo girar a Sasuke. Ino había vencido a los otros dos omegas y se dirigía hacia los niños que habían estado protegiendo. El grito de Chouji la había hecho parar a mitad de camino. Sasuke corrió hacia ella pero cayo por sus heridas; sin embargo en el suelo encontró un kunai y lo lanzó hacia la pantorrilla de ella. La rubia cayó sobre una de sus rodillas. Su rostro mostraba el dolor, la rabia y la preocupación por su compañero.

 Los soldados de su clan habían permanecido inmóviles por la sorpresa de ver a una serpiente blanca. Fue muy tarde cuando intentaron socorrer a sus líderes puesto que Orochimaru y Kabuto ingresaron a la habitación rápidamente. Ambos tenían parte de sus ropas desgarradas y algunos cortes; así como sus armaduras estaban bañadas en sangre de sus enemigos. Rápidamente, Kabuto los inmovilizó con unas varillas metálicas cubiertas de una sustancia extraña. Orochimaru se puso detrás de Chouji. Sacó una jeringa de entre sus ropas. Dos serpientes más reptaron por la puerta alzándose a sendos lados del general. Su imagen era abrumadora. Sasuke se sintió impresionado y de alguna manera quiso ser como él. Tan poderoso, pudiendo ser arrogante porque realmente era invencible.

Despertando de la extraña emoción al ver a Orochimaru se puso de pie y ayudó a Karin a sostenerse.  

—Karin, Sasuke, pónganse a mi lado.

Ambos omegas obedecieron.

—Los soldados Namikaze no tardan en llegar. Te recomiendo, querida Ino, que te marches.

La muchacha se mordió el labio inferior frustrada.

— ¡Maldito traidor! Pagamos mucho dinero por aquella vez y tú sigues de parte de estos. —Gruñó la mujer.

—Si me conoces, querida, te recomiendo que te lleves a tus perros. Claro sin aún siguen vivos. — Se burló él. —El general Chouji está a punto de caer definitivamente ¿crees que es conveniente?

Ino se removido inquieta. Su compañero comenzó a retorcerse de dolor, saliva caía de su boca. Ella se desesperó, quiso acercarse con su espada. Había perdido su uso de razón.

—Esta jeringa tiene el antídoto, pero… vas a tener que dejarlo aquí—se relamió los labios Orochimaru

La muchacha pareció venirse abajo

—Me niego totalmente ¿Cómo voy a estar segura de que le estas dando el antídoto?—Preguntó intentando ser desafiante.

Sus palabras fueron cortadas por una nueva convulsión del pesado hombre. Soltó su arma, se quitó todas las que tenía evidenciando su rendición. Tomo su cuerno y lo tocó. Era el llamado a la retirada.

—Inyéctale de una vez —Pidió exasperada al ver como la vida se escapaba de su amigo.

Orochimaru sonrió arrogante y sádico solo como él podía serlo, parecía realmente disfrutar del rostro de pánico de la muchacha y de tener la vida del alfa en sus manos. Sin embargo viendo a Ino derrotada, inyectó el antídoto en el cuello de Chouji el cual al poco tiempo dejó de contraerse, cayendo desmayado. Ino gracias a su sentido auditivo pudo oír el latir del corazón de su amigo cada vez más normalizado.

—Te mandaremos los términos para devolver al príncipe Chouji. —Anunció Orochimaru con una amplia sonrisa.

La muchacha salió por el lado de Orochimaru sin sus armas, solo con sus garras al aire. Luego se escuchó sus gritos llamando a quienes quedaban de su gente. Tocó nuevamente su cuerno, su sonido resonó por todo el palacio. Su plan había fracasado y más que ello había perdido temporalmente a un amigo importante. Recuperarlo seguramente iba a dejarlos en una situación desventajosa ante todo el País de Fuego.

— ¿Por qué la dejaste ir?—peguntó Sasuke

—Ino es muy ágil para caer. —Explicó dejando caer el cuerpo del líder Akimichi— Además, necesito alguien importante que le lleve el comunicado al clan Nara. Y por supuesto, que controle al clan Yamanaka. El clan Akimichi es prácticamente controlado por ambos; así que obedecerán sin desorganizarse. El clan Yamanaka y Nara solo obedecen a su líder o heredero de sangre. Aun así, el príncipe Chouji es importante para su alianza, para Ino y Shikamaru. Sus sentimientos fraternos les harán agachar la cabeza y aceptar lo que sea. —Sonrió maliciosamente.

A Sasuke le quedó plenamente claro por qué Orochimaru era un general. Aquella mañana todas las dudas acerca de las habilidades del general quedaron de lado. Lo necesitaban de su lado a como diera lugar. Si en algún momento les daba la espalda o iba en contra de ellos, con seguridad caerían.

— ¿Cómo puedes controlar serpientes?—Preguntó sin poder detenerse.

—Ese es un detalle que algún día sabrás. —Respondió Orochimaru con una pizca de orgullo por el joven. Le había mandado solo pues gracias a ello habían capturado a dos generales Akimichi, que Ino aún no sabía. A los cuales podrían sacarles mucha información. Pero también había enviado a Sasuke solo para medir sus habilidades y hasta donde era capaz de llegar por sus objetivos.

—El maestro es impresionante. —Susurró Karin. — ¡Muchas gracias, maestro!

Sasuke se giró hacia ella. Sus miradas se cruzaron intentando analizarse. Ella le dio una leve venia a la cual respondió adolorido.

—Soy Karin, princesa Uzumaki. – Se presentó con una voz neutral y una mirada analítica.

—Soy Sasuke Uchiha, segundo esposo de Naruto.

—Ah, así que eres tú. —Ella elevó su barbilla aun estudiándolo, pareciera como si decidiera qué acción tomar– Lo suponía, mucho se ha dicho…Y…—Parecía dudosa, como si auto controlara. El omega Uchiha pensó que quizás la muchacha le detestaba, pero estaba intentando ser cortes como su título lo requería… Nada más lejos de la realidad.

Inesperadamente ella se lanzó a abrazarlo muy apretujadamente, sobó su mejilla con la de Sasuke, logrando avergonzarlo. Podría decirse que fue de alguna manera peligroso aquel abrazo ya que el cuerpo del omega felino aún estaba adolorido.

— ¡Oh Por Kami-sama tan suertudo mi primo idiota! ¡Eres tan lindo, fuerte y adorable!—Ella se separó ligeramente, solo para lanzarse con más fuerza sobre este, enrojeciéndole aún más— Y me salvaste…. —Susurró finalmente con otro tipo de voz que Sasuke no pudo evitar intentar analizar. Aquella chica era muy extraña. Aún no le quedaba claro si le había caído bien o no. No que realmente le interesase, pero tenía que llevar su papel de buen esposo. Caerle mal a la princesa del clan materno de Naruto no les beneficiaría.

Después de un largo abrazo en que no pudo soltarse pues aparentemente la muchacha tenía una reserva adicional de fuerza, ella le soltó: la mirada analítica volvió.

—Eres interesante. —Sentenció finalmente ella, confrontando su mirada a la de Sasuke.

El tiempo se detuvo brevemente cuando sus miradas se encontraron. El Uchiha se hizo muchas preguntas: Si Karin era alumna de Orochimaru ¿Qué tanto sabría de este? ¿Qué tanta consideración le tendría el propio Orochimaru? ¿Cuánto ella sabría de los templos Uzumaki y sus sellos? Otra persona más a tomar en cuenta para el desenvolvimiento de sus planes.

—Karin, ayúdame con tus madres. —

El general interrumpió el escrutinio al que ambos se habían sometido. Karin a pesar de las heridas que tenía rápidamente se movilizó a donde se encontraban sus hermanos y sus madres. Ya que la princesa consideraba a Yahiko y a Konan como sus madres por igual.

—La razón por la que supongo decidieron atacarlos es porque ambos están preñados ¿no es así?—Preguntó Orochimaru luego de amarrarse los cabellos que habían quedado sueltos. Debía primero curar sus heridas para poder iniciar a atender a los heridos de su bando. Principalmente a Karin, los esposo, los alfa herederos, sus soldados, etc. Una larga jornada le esperaba al general.

Karin asintió, dejando sorprendido a Sasuke. El general lo había deducido desde el comienzo fue lo que dedujo Sasuke.

—Huélelos, Sasuke-kun, es diferente a otros omega.

La joven pantera los olió a lo lejos sin hacer demasiado ademán y sin moverse pues también estaba herido: No parecían haber sido dañados, tenía unas matrices muy fuertes. Pero a través de su olfato también olió el aroma de un alfa mezclado en las esencias de ambos omegas; además de ello un dulce olor irradiaba de sus vientres. Ambos estaban preñados del mismo alfa y tenía el mismo tiempo. Sasuke sintió vergüenza ajena al respecto, pero no comento nada.

Los omegas estaban despertando a  tres cachorros que habían estado dormitando todo el momento de la invasión, ajenos a que sus vidas habían corrido peligro.

—Les hice dormir—Murmuró Karin como una confesión. —Mi primo Naruto vio la muerte de Kushina-san, quedó traumatizado. Aún ahora no recuerda demasiado, pero yo no quería que si sucedía lo peor ellos lo notaran.

Antes de que el pelinegro pudiera responder, la muchacha se acercó a ayudar a sus madres con sus hermanos. Orochimaru también se acercó luego de haber sido vendado por Kabuto quien también tenía algunas heridas menores. Ordenó a su gente que se dividiera en busca de soldados que estuvieran heridos, para que los atendieran. Una vez que Yahiko y Minato llegaran iban a acordar el salón donde trasladarían a los heridos para poderlos atender.

El sonido de soldados acercándose les alertó, pero luego sus olfatos les anunciaron la llegada de aliados y familiares esperados. El primero en traspasar sin cuidado ni prudencia el salón fue Yahiko. Con su cabello anaranjado al descubierto, su rostro y armadura anaranjada ensangrentada, lanzó su caso a un lado y corrió hasta su familia: Envolvió a sus esposos y su hija mayor en un abrazo poderoso, para luego con su nariz olfatearlos a conciencia para detectar sus heridas y el estado de sus crías dentro de Nagato y Konan. A Karin le regaló un beso en la frente y una mirada preocupada; luego su vista se dirigió al pequeño Tomohisa, su heredero y las gemelas alfa que le había dado Konan.

La tensión en el salón se había disipado. Sasuke pudo ver como la magia de un alfa reuniéndose con sus omegas y cachorros cambiaba todo. La nostalgia le envolvió, pero aguantó.

—Están bien, Yahiko. Solo tienen heridas que yo mismo curare. —Intentó tranquilizarlos Orochimaru.  

—El general Orochimaru nos salvó, Yahiko—Dijo Nagato. —Si no hubiera llegado... no sé qué habría sucedido con nosotros. Nuestra hija nos protegió todo lo que pudo.

—Karin es una omega muy valiente, Yahiko—Apoyó Konan con una mirada dulce hacia la joven y su esposo.

Yahiko nuevamente abrazó a su hija y le sonrió orgulloso.

—Gracias, cariño.

—Padre, fue gracias a las enseñanzas de Orochimaru-sensei.

Minato ya había ingresado a pasos lentos para no interrumpir a la familia, asegurándose con su olfato que todas las personas que consideraba importantes estuvieran bien. Jiraiya también lo hizo poniéndose a su lado; con una mirada delineó la figura de su amante, quiso acercarse y comprobar el estado de este. Sin embargo, se abstuvo. A Orochimaru nunca le había gustado su preocupación. De repente una sensación de fastidio le inundó cuando Yahiko se hincó ante Orochimaru.

—Muchas gracias por salvarlos.

—Solo cumplí con mi deber—Sus humildes palabras no concordaban con su mirada orgullosa ni mucho menos con su sonrisa vanidosa. Con ellos había demostrado su independencia y su fuerza.

Yahiko era muy emocional cuando se refería su familia. Jiraiya lo sabe, pero aun así siempre tiene sensaciones extrañas cuando alguien toca a Orochimaru.   

—Sasuke-kun ¿te encuentras bien?—Preguntó Minato, notando que sangre que no era del omega estaba sobre las ropas del esposo de su hijo. Ante ello, Sasuke noto que se veía muy normal. Se supone que era un omega que nunca había visto tanta muerte. Ante aquel dilema se sintió preocupado.

—Tuve que enviarlo a esta zona porque nos acorralaron—Interrumpió Orochimaru—Lo lamento, Minato, no pude evitar que le hicieran algunas heridas. ¿Estás bien, Sasuke-kun?

La mirada que Orochimaru le dirigió a Sasuke le dijo claramente que era momento de la actuación.

—Mi padre... quiero ver a mi padre—Pidió con tono de urgencia.

— ¿Y Fugaku-san?—Interrumpió Orochimaru—Este chico está en un estado catatónico. Afortunadamente solo tiene heridas en su espalda por el golpe del líder Akimichi. La seriedad que vez en su rostro es muestra que aún está procesando lo sucedido.

Todos oyeron y creyeron la explicación del general. A excepción de Jiraiya y Karin, pero ellos guardaron silencio.

—No te preocupes, muchacho—Minato bajo sus defensas y soltó una voz amigable. Se acercó a Sasuke y con una de sus manos pensó en acariciar sus cabellos paternalmente. Sasuke cerró los ojos e inclinó su cabeza y orejas.

— ¡No lo toques´tebayo!

Todos giraron sus cabezas ante el chirrido del correr de la puerta, incluso Sasuke quien tenía una mirada sorprendida: la imagen de Naruto era brutal, su rostro tenía rasguños, sus manos estaban ensangrentadas, su armadura destrozada, sus cabellos revueltos, pero sus ojos estaban inyectados de una ferocidad inigualable. Las feromonas de Minato, Jiraiya y Yahiko habían inundado el lugar buscando calmar a los omegas presentes, intentando transmitirles su fuerza para hacerlos sentir protegidos. Pero estos aromas fueron eclipsados por la violencia del aura de Naruto. 

Naruto caminó con pasos pesados y sonoros hasta Sasuke. Todo sucedió tan rápido: Sasuke solo pudo ver fugazmente que detrás de Naruto venía su padre. Sin embargo cuando tuvo conciencia de lo que sucedía tenía a Naruto resoplando en su cuello con violencia. Los brazos de este le tenían totalmente apegado a su cuerpo. Quiso separase, pero solo consiguió que la agitación del rubio fuera mayor. Este, sin importarle los presentes, acunó el rostro de su esposo y  estrelló sus labios con violencia. Se abrió paso en la boca de su omega e inició a remover su lengua dentro de este buscando calmar de aquella manera los latidos de su corazón.

Lo único en lo que había podido pensar en toda la batalla había sido en Sasuke. Cuando el cuerno de rendición de los invasores resonó deseó encaminarse sin detenerse hacia el castillo. Sin embargo, tuvo que esperar a que su padre llegara, a revisar a sus propios soldados, declarar la victoria junto con ellos. Su padre y Yahiko se habían terminado adelantando por la prisa de Yahiko. Cuando sus soldados al fin se reorganizaban para ayudar, buscar heridos inocentes en el castillo y verificar que ningún enemigo permaneciera en este, fue que junto con Fugaku se dirigieron hacia los aposentos. Había sido un tormento total haber tenido que esperar.

Tener a Sasuke en sus brazos le trajo una especie de paz mesclado con violencia. Era cierto, la batalla pone más agresivos y de alguna manera excitados a los alfas. Y son los omegas quienes logran calmar aquella agresión con su atenciones, buscando la protección de los alfas. Pero Sasuke solo se mantenía quieto, sin entregarse al beso que él requería, sin corresponderle y sin comportase como se supone un omega debe hacerlo después de una batalla.

Se sintió humillado frente a todo los presentes, en un arrebato tomó con violencia de los cabellos a Sasuke y con su otra mano lo apegó hacía sí, empujándole de su espalda. Pero en vez de conseguir la respuesta que deseaba, Sasuke quebró su máscara de sorpresa por un rostro de dolor.

El joven omega terminó arrodillado con lágrimas contenidas en los ojos. Aun mordiéndose el labio para no gritar, audibles gemidos salían de su boca.

Orochimaru y el padre del omega se acercaron de inmediato.

El general sin detenerse quito la armadura de Sasuke y le abrió la yukata, dejando que el omega se apoye en su padre para cubrir su cuerpo lo mejor posible. Ante la vista de todos quedó descubierta  la espalda moreteaba y con algunos cortes del joven omega.

—El golpe de Akimichi Chouji fue más fuerte de lo que pensé—Anunció Orochimaru

Fugaku pidió preocupado por su hijo.

—Pero no es nada que un ungüento no pueda calmar. —Respondió el sanador ante la mirada del padre del omega menor.

Un golpe en la pared resonó en la habitación, acompañado de un fuerte gruñido. Naruto había tomado su espada y se dirigía hacia el desmayado Chouji con la evidente intención de asesinarlo. Sin embargo Jiraiya lo detuvo.

—Naruto, entiendo tu amargura, pero necesitamos al líder Akmichi vivo—Ordenó Minato.

Naruto empujó con más violencia para librarse de los brazos de su padrino. Minato estaba listo para enfrentar a su hijo. Pero Yahiko fue quien interrumpió la disputa con un golpe a cada uno en sus cabezas.

—Cálmense. —Les dijo a ambos—Naruto, entiendo que te sientas herido por no haber protegido a tu omega. Así nos sentimos todos. Creéme que por los cortes que han recibido mi hija y mis esposos quiero desmembrar a cada uno de los prisioneros. Pero nos cobraremos en una batalla en limpio. No hay honor en vencer a alguien que ya ha caído.

El alfa menor soltó su arma, se liberó de los brazos de su padrino y fue hacia Orochimaru. Arrebato de los brazos de Fugaku a Sasuke para cargarlo él mismo. En medio del dolor, Sasuke solo se mordió la lengua para  no protestar. Había aguantado lo punzante que era, pero con el empuje de Naruto las heridas se habían abierto, produciéndole un dolor que parecía inacabable.

El general omega preguntó a Yahiko y Minato sobre que salón se usaría para los heridos. Ambos primos le dieron carta blanca a ordenar como lo desease. Y por supuesto que tomara una de las habitaciones más confortables para el joven Uchiha.

Naruto seguido de Fugaku quien miraba con desconfianza a Naruto solo se enfocó en olfatear el aroma de Sasuke, en intentar saber a través del aroma de su sangre que tanto dolor, miedo sentía.

………………………..

 

Las campañas habían sido un éxito, pero la reconstrucción tendría que esperar hasta el día siguiente. Las bajas habían sido mínimas. Se aseguraron que los Yamanaka regresaran a sus tierras. Una guarnición grande había rodeado la frontera. Miembros de las tierras Senju habían llegado para darles soporte. Los siervos que se habían salvado iban y venían por el castillo, acomodando las habitaciones que serían dadas a la elite, a los generales y a los esposos que ya habían sido llamados desde el fuerte Namikaze para que los alfas que habían luchado fueran recompensados en sus lechos por sus parejas y amantes.

Las feromonas pesadas de los alfas podían ser olfateados por todo el castillo y en el exterior de este. Era claro que la excitación no podía ser contenida mucho más. Las bestias dentro de los seres humanos se habían desatado gracias a la batalla y ahora buscaban ser contenidos con las atenciones placenteras de sus omegas. El momento de los reencuentros sentimentales había pasado.

 La mejor bebida de arroz había sido sacada de sus toneles para ser repartido. Era el momento de las recompensas soñadas. Comida y bebida sería repartida por toda la zona para acompañar al disfrute sexual. Esa noche no era de descanso más que para los heridos. Dormir, reposar solo sería posible cuando los remanes de energía fueran aplacados luego de jornada interminables de sexo.  Era ahí cuando sus verdaderas naturalezas quedaban en evidencia. Seres sexuales, sedientes de amor y placer.

 

Por la puerta principal, ya limpios y bien vestidos Yahiko se hizo presente junto a sus hijos y esposos. A su lado Minato observaba vestido y limpio el espectáculo que estaba a punto de desatarse. Por primera vez en mucho tiempo, deseó poder desatar su animal interior sobre el cuerpo de un omega. Hacía muchísimo tiempo que no sentía la necesidad tan poderosa de tomar a un omega. Esa noche quizás oyera a las recomendaciones de su padrino para un compañero sexual, aunque a quien quisiera realmente a su lado a era a Itachi. Así como su primo, quien se saciaría con sus dos esposos, también deseó saciarse de los placeres que brinda el cuerpo de un joven omega.

—Gracias a todos por proteger a nuestra familia. —Empezó Yahiko—Y les prometo, en nombre de los caídos, que esta afrenta no va a  quedarse así.

Un rugido unísono resonó en el castillo y en las afueras de este. Nadie ya podía contener a su animal interno. La promesa de una revancha les ponía en mayor éxtasis.

—Queremos rendir especial homenaje y expresar mi gratitud al general Orochimaru pues ha capturado al líder Akimichi y generales de este.

Aplauso y nuevos “viva” se escucharon. Orochimaru no estaba ahí recibiendo los halagos y es que estaba dedicándose a la recuperación y curación de los que sobrevivieron, pero especialmente de los soldado de elite, los generales, los omegas y sobre todo Sasuke.

Los barriles de sake fueron repartidos, cada alfa se abandonó a sus instintos primarios sacados por el furor de la batalla. La elite del clan regresó a los interiores del palacio donde se reunirían a celebrar con los otros generales y los omegas que recién habían llegado, entre ellos, Hinata.

………………..

 

Orochimaru finalizó de curar a Sasuke. Sus heridas no eran realmente graves, solo los moretones eran dolorosos en su espalda. Por eso mismo las cubrió con una pomada para el dolor y le dio de beber un relajante. El joven omega se quedó dormido boca abajo en el futon que había preparado para él. Debido a las curaciones no había podido tomar un baño adecuado, solo había sido acicalado por su padre para amargura de Naruto.

A pesar de que Fugaku era el padre de su esposo, no podía evitar sentirse intranquilo y celoso. Su posesividad sobre Sasuke no hacía más que crecer. Aquella sensación podía explicarse como un mecanismo de defensa ya que si Sasuke tuviera su marca permanente no sentiría tal sensación. Pero lo inexplicable era ese irracional sentir. Es decir, Sasuke no estaba marcado, pero él ya tenía una esposa a la que sí había marcado, no era un alfa libre.

—Joven Namikaze, gracias por preocuparse por mi hijo, pero creo que ya puede retirarse a sus aposentos y ponerse presentable para su esposa. —Inquirió Fugaku, intentando aplacar su desagrado por la mirada insistente del joven sobre su cachorro.

Como respuesta, Naruto solo se acomodó mejor al otro lado de Sasuke. No podía dejar de saborearse ante la imagen: Se veía tan perfecto durmiendo, con su esbelto cuerpo, su cabello negro algo revuelto, sus respirar apacible, sus orejas de felino removiéndose de cuando en cuando y su cola larga moviéndose involuntariamente.

Sabía que permanecer ahí no era prudente. Lo más racional seria ir por Hinata y descargar su frustración con ella. Pero sentía una pesadez tremenda de solo ir hasta ella. Estaba agitado, caliente y con las manos inquietas por tocar al pelinegro. Necesitaba hundirse en su aroma y en su cuerpo como si fuera algo vital. A cada instante sentía que pronto le importaría muy poco que Fugaku este presente. El pensamiento de que Sasuke era suyo, su esposo y su omega se hacía fuerte.

—Naruto—Le llamó Jiraiya.

Jiraiya pudo notar que su ahijado se encontraba en su misma circunstancia, conteniéndose para no ir sobre su pareja o la que su animal interno dictaba era su pareja.

—¿Qué pasa, ero-sennin?—Respondió sin despegar su mirada de Sasuke.

—Hinata ha llegado y te está esperando en el gran salón. Se va a iniciar la celebración.

Naruto se puso de pie, junto con Jiraiya se partieron hacia afuera de la habitación destinada a Sasuke.

—No puedo dejar a Sasuke´tebayo.

—Pero estas a punto de montarlo sin importarte que este herido.

Naruto desvió la mirada avergonzado. Jiraiya quiso reír al respecto, pero lo comprendía.

—Es tu deber estar esta noche con Hinata, para eso ella ha sido traída.

El alfa rubio apretó sus manos ansioso. El aroma de Sasuke parecía perseguirlo, no dejaba que su mente y sus sentidos descansen.

—Discúlpame con ellos, viejo. No puedo.

El general alfa entreabrió la boca, sorprendido.

—A pesar de que estoy a punto de explotar no creo que pueda estar con Hinata esta noche. Solo deseó a Sasuke.

Ante aquellas palabras Jiraiya sonrió. Su ahijado no había notado lo para él ya resultaba evidente.

—Vas a tener que controlarte entonces…Te doy un consejo, ahijado, —Jiraiya bajo su voz—A los gatitos les gusta acicalarse antes de tener sexo, así que al menos ten esa consideración.

— ¡Viejo pervertido!

—No soy yo quien quiere tomar su omega aun cuando esta malherido, ahijado.

Naruto se mordió el labio inferior avergonzado y abrumado por las sensaciones en su cuerpo. No era racional, lo sabía pero tampoco podía separarse de él. Su alfa interno quería estar al lado de Sasuke esa noche, lo gritaba y rasguñaba dentro suyo para que se dejase llevar.

—Sin embargo, ahijado. Debo de decirte que la naturaleza es sabia. Si tu alfa realmente te pide algo, no creo que este pensando en hacerle daño a Sasuke.

El más joven realmente espero que esas palabras fueran ciertas. El joven pelinegro seguía atormentándole con su dulce aroma.

—Para tu suerte. Mis ungüentos trabajan bastante rápido. Sasuke ha descansado toda la tarde, debe estar más repuesto a estas horas.

Por primera vez Naruto quiso abrazar a Orochimaru, pero se contuvo pues su padrino estaba a su lado. Y aunque oficialmente ambos no eran pareja, podía sentir la pesada aura de su padrino intentando cubrir al de Orochimaru de forma posesiva y protectora por igual.

—Fugaku-san debe de descansar. Además será solicitado a brindar con el consejo. Le diré que yo me encargaré de Sasuke- Sonrió complica Orochimaru

Antes de que alguno de los alfas pudiera alegar algo, Orochimaru ingresó a la habitación nuevamente. Al poco tiempo de ello, Fugaku salía con una mirada llena de tristeza. Cuando sus ojos se encontraron con los de Naruto eran tan mortales que por unos segundos, el rubio sintió un escalofrío recorrerle. Sin embargo el alfa no dijo nada, siguió su camino hacia sus aposentos.

Fugaku sabía bien lo que sucedería con su hijo y el esposo de este. A pesar que su orgullo de padre y alfa quería impedir que alguien tocara a su hijo, sobretodo alguien a quien consideraba indigno, no podía evitarlo. Tal como lo dijo Orochimaru, esta podría ser su mejor oportunidad. Si Hinata quedaba embarazada antes del celo de Sasuke, Naruto o ella podían pedir que Sasuke lo pase solo ya que ella tendría un gran poder mientras estuviera embarazada. Por nueve meses Naruto no tocaría a Sasuke. Y si él bebe era un alfa, Naruto estaría tan orgulloso que nuevamente pasaría un largo tiempo alejado de su segundo esposo a capricho de ella y del bebe.

Pero dolía, solo los Dioses sabían cuánto le dolía a Fugaku hacerle eso a su hijo: dejarlo a merced de una bestia enfebrecida y excitada. Sentía tantas ganas de arrancarle el cuello a Naruto. Pero se reservaría aquello para cuando la parte de Sasuke hubiera finalizado. Se daría el gusto en su momento de destruir a aquel mocoso.

 

                                               ……………

Orochimaru salió de los aposentos de Sasuke con una leve pero maliciosa sonrisa en sus labios.

— ¿Que le has dicho a mi ahijado?—Preguntó Jiraiya bastante serio

—Lo que va pasar: Hiashi y Hinata van a pedir su presencia hasta que este aparezca.

Finalmente, Jiraiya sonrió. No hacía falta tener que ver para saber lo que ocurriría. Naruto iba a llevarse al joven omega para pasar la noche con él, probablemente el bosque sería su refugio improvisado.

—Esta donde debe de estar. Donde el destino quiere que este. —Comentó inesperadamente el general omega con una solemnidad poco convencional.

Jiraiya se cruzó de brazos, soltó un suspiro y sonrió por su ahijado.

—Al parecer, Hinata dormirá sola hoy.

—Créeme que es lo mejor. Con la fuerza bruta que debe de tener Naruto ahora ella no podría controlarlo.

El omega dio dos pasos para retirarse a sus propios aposentos, pues sus pacientes se encontraban bastante bien, Sasuke estaría cuidado por Naruto y para que engañarse, estaba sumamente cansado. Antes de que pudiera seguir avanzando, el alfa le tomó del brazo para detenerlo. Cuando quiso confrontar la mirada de Jiraiya se topó con una llena de lamentaciones y ansiedad.

Era evidente en las facciones turbadas de Jiraiya que por su mente pasaban diferentes sensaciones mezcladas con emociones. Orochimaru no le había servido después de una batalla, pero quizás la frustración de su candente encuentro anterior había despertado más al animal interno del alfa.

—No aquí—dijo Orochimaru, sabiendo que no podría evitar dejar muchos temas en claro con su ex amante; aun así, no quería que los recién heridos que se hospedaban en las habitaciones contiguas los escucharan ya que siendo ellos dos, aquello podría terminar en una pelea casi con seguridad.

El otro general asintió. Orochimaru caminó suavemente por el pasillo hasta uno de los jardines, usualmente en los patios y jardines las parejas se reunían, pero esa noche en especial no. Las parejas tenían otras prioridades. Además que aquel jardín estaba restringido solo para nobles.

—Que quieres Jiraiya. —Preguntó dejando en evidencia su cansancio a través de su voz y rostro.

—Quiero saber… ¿qué significo nuestra relación para ti?—Jiraiya pidió sinceridad con sus ojos. Los de Orochimaru se apartaron suavemente. No podía confrontarlo de esa manera. —Dime… ¿fue de alguna manera especial?—Jiraiya se acercó y tomo del mentón al otro para encontrarse con sus ojos.

El omega alejó la mano del otro con suavidad. Sonrió suavemente.

— ¿Qué te sucede? ¿Fue tan dura la batalla que estás necesitado de amor?—Bromeó pero no obtuvo la respuesta que esperó del otro. —Oh vamos… hace mucho que no me preguntas sobre ello. Hace años. ¿Qué caso tiene ahora?—Bajó su voz, su larga cola dejó de moverse para enrollarse a un lado, demostrando la incomodidad que sentía. Hace muchos años que Jiraiya dejó de darle esas miradas llenas de necesidad y afecto. Lo cual le hizo más fácil su trato frío.

—Tiene todo el caso… ¡Voy a casarme!—Gritó como si el otro no lo supiera— ¿En verdad no te importa? ¿Tan remplazable era nuestra relación?—reclamó ofendido.

—Solo éramos amantes. Tú me usabas y yo a ti. Que fueras tú el elegido fue tu culpa. Y lo sabes.

Sabía que aquellas palabras reabrían una vieja herida y culpa en el alma del alfa. Este se mortificaba por mil acciones que hizo y no hizo de esa época, creyendo que si hubiera tomado otras decisiones Orochimaru lo hubiera aceptado, pero el omega sabía que hubiera pasado lo que sea el futuro sería el mismo.

—Lo fue…—río amargamente—Así que entonces es todo. Simplemente vas a reemplazarme por otro alfa y ya.

—Así como tú vas a reemplazarme por un joven omega que quiera darte hijos. Ten tu familia, Jiraiya. Yo no te necesito cómo pudiste darte cuenta hoy—Respondió con frialdad, sin ninguna detonación en su voz o algún gesto que delatara el caos interno.

Las miradas de ambos solo expresaba cierta tristeza pero más que nada amenaza, era muy parecida la mirada que tenía en batalla. O la mirada que usaba al cerrar un trato con algún clan menor.

—Orochimaru... tienes razón. —El alfa alzó su cabeza, intentando demostrar cuan grandioso era— Cuando regresemos al castillo de la alianza voy a tomar esposo. Y tendré hijos, todos los que pueda darme. Y apoyaré la idea de Minato de que te encuentren un esposo. Minato está convencido de que necesitas uno. Un omega sin un alfa es un omega peligroso. Minato te admira y te deja deshacer lo que quieras, pero siempre mantuvo la esperanza de que te sometieras a mí. Ya que estas reacio a hacerlo se te buscara alguien adecuado.

La manera en la que hablaba de conseguirle un marido le sorprendió a Orochimaru pero no se delató. En las venas enrojecidas de sus ojos, Orochimaru noto cuan enfurecido estaba Jiraiya por el rechazo. De alguna manera aquello le conmovió, pero no podía dar una marcha atrás. Esa noche, Sasuke y Naruto estaban jugando un papel muy importante para su libertad.

—Vamos a tener que pagar mucho porque alguien te acepte como su omega ya que has sido mío por años…—Se burló Jiraiya.

Orochimaru rio audiblemente.

—Oh... no tienes que preocuparse por mí. Conseguiré alguien adecuado. —Respondió el omega con una sonrisa altiva.

— ¿Adecuado? Es cierto que muchos alfas te desean y que en tu próximo celo van a ir encima de ti incluso tus propios soldados. Pero quererte como esposo es muy diferente. No tiene nadie quien te proteja…ansío ver cuando pidas mi protección.

El general omega se sorprendió del odio que Jiraiya empezaba sentir por él. Entendió que de un gran sentimiento como el que le tuvo solo podría engendrar otro de igual magnitud. No sabía cómo manejar sentimientos como el amor, pero vaya que estaba familiarizado con el resentimiento, odio y engaño.

—Para ser un tema del que no te compete, hablas mucho. —Cruzó sus brazos sobre su pecho, elevó su mentón para no verse sobrepasado por las palabras de Jiraiya.

—Me compete aún.

—No—Orochimaru le dio la espalda, su voz era clara, sin dubitaciones—No te compete. Ya no, nunca más. Yo me las arreglaré con Minato, con los alfas y mi celo. —Dicho aquello inció a caminar rápidamente sin voltear a ver a su ex alfa.

Jiraiya quiso seguirle pero se abstuvo. Debía de hacerlo por el bien de su futura familia. Si se casaba, su esposa o esposo no merecía un engaño, ni un marido a medias. Debía de ver a Orochimaru solo como un general más. ¿Pero cómo podría?

Durante el enfrentamiento contra los Yamanaka solo pudo pensar en Orochimaru como siempre. En cada batalla desde el comienzo siempre había tratado que les tocara luchar juntos para poder vigilarlo. De primera mano sabía cuan capaz era su ex amante. Y sobre todo, ese “algo” que escondía parecía hacerlo de alguna manera inacabable para sus enemigos. Sabía que Orochimaru tenía habilidades asociadas al chamanismo o hechicería, no muy especiales, pero sí útiles. Su ex amante nunca había recibido la educación de un sacerdote, onmuyji o miko, pero un aura parecida a la de estos seres que normalmente permanecían en templos, estaba asociado a él. Nunca le presto mucha importancia. Pero quizás en poco tiempo lo descubra. Cuando le confirmara a Minato que no había esperanza de que ellos se convirtieran en esposos (como todos habían esperado que sucediera tarde a temprano) este mandaría a investigar a Orochimaru y seguramente pondría de marido a un alfa de confianza, un Namikaze o Uzumaki. Y él como ex amante tendría que pagar una dote.  Le esperaba una gran prueba de fuerza de voluntad en adelante.

…………………………..

 

Orochimaru le había advertido que muy probablemente Hiashi y Hinata insistirían en que baje a la fiesta y por consiguiente se sirva de Hinata para satisfacerse. Sin embargo, no podría. Vergonzosamente aunque supiera que ella estaría muy colaborativa, no sintió deseó alguno de poseerla. Así que cuando el general omega abandonó la habitación, se permitió unos instantes para observar a Sasuke. Sus manos picaron de ansiedad por tocarlo, ver su piel desnuda sin ninguna interferencia. Se deleitó con verlo dormitar apaciblemente sobre su pecho, con las manos debajo de su cabeza, la seda arropando su cuerpo con delicadeza, mientras que respiraba muy tranquilamente. Ese ceño fruncido con que a veces le observaba había desaparecido por completo, dándole una imagen bastante tierna. Por un momento creyó poder conformarse con solo verlo dormir, quizás acariciarle aquellas dos curiosas orejitas que se removían al ritmo de su respiración. Pero la subida de voz de su padrino y su amante, le despertaron a la realidad: No pasaría mucho tiempo hasta que Hiashi le exigiera su padre que cumpliera con su hija, por lo que sin pensarlo demasiado, tomó a Sasuke entre sus brazos, arropándolo contra su pecho con la seda que lo había abrigado.

Sasuke no era una pluma, pero tampoco pesaba con exagero. Aunque daba igual, porque su fuerza como alfa le otorgaba poder cargar con su pareja y al mismo tiempo deslizarse por la ventana sin problemas. 

Corrió como si alguien lo siguiera aunque sabía gracias a su olfato que no era así. No se detuvo hasta estar cerca de una de las cuencas de un río, era un lago uno de los afluentes del río Yamanaka. Muy cerca de ahí estaban los campos decorativos que los artistas como su madre diseñaban. Recordó lo que su padrino le había dicho acerca de los felinos, así que lo depositó con cuidado cerca del lago sobre un lecho de hojas secas. Los altos arboles construían un techo verdoso natural que aquella noche era custodiado por una luna llena con un brillo casi místico, guardaba cierto rojizo casi antinatural.

 Lo observó extasiado a la luz de la luna, esta daba a su piel un brillo inigualable. Sasuke lucía mágico. Solo pudo exhalar sumamente acalorado. Era consiente, aquello era lo peor. No podía culpar a aquello misterioso que tenía dentro o a su alfa a totalidad. Claro, su alfa estaba necesitado por la reciente batalla, pero aun así, simplemente necesitaba del calor corporal de Sasuke. Si fuera solo la necesidad de sexo, podría hacerlo con Hinata ¿Qué hacía a Sasuke tan especial?

Sin poder detenerse abrió la yukata sin cuidado, paseo su mano por su pecho, sintiendo la suavidad de su piel. Estaba sudoroso por la ligera fiebre por sus heridas, su cuerpo tenía algunas magulladuras que ya estaban curadas gracias a la medicina casi mágica de Orochimaru. Además tintes rojizos de la sangre de algunos enemigos manchaban un poco su piel. Al igual que él, Sasuke no había podido tomar un baño decente, pero no le importó. Verlo tranquilo, con la muestra de la sangre del enemigo manchando algunas pedazos de su piel solo lo excitó más. Él mismo estaba mugriento de barro y sangre, solo se había limpiado la cara y el cuello, se había quitado parte de la armadura pero nada más.

Sus recuerdos sobre Sasuke y su primera noche juntos eran borrosos y de alguna manera dolorosos. Sin embargo, cada vez que lo veía quería volver a sentir el cuerpo de Sasuke solo para él. Y, en ese mismo momento, con toda esa frustración encima y calor incontrolable, solo deseó devorarlo. Después de aquel gesto terminó por desnudarlo y enterró su nariz en su cuello iniciando luego a lamerlo largamente, mientras sus manos se dedicaron a pasearse sobre el otro.

 

 

Sasuke había dormido plenamente. Sentía que con aquella medicina que le había dado Orochimaru para el dolor había podido olvidarse del mundo. Sin embargo, perdido en sus sueños sintió el frescor de un cambio de ambiente; también había sentido el cuerpo cálido de alguien más, el aroma de este cuerpo le había sumido más en los sueños, como si pudiera confiar en que nada iba a sucederle. Después,  la medicina dejó de hacer efecto. No sintió demasiado dolor, pero el sonido del agua correr, golpeando las rocas le sorprendió. Por si fuera poco, cuando entre abrió los ojos pudo notar el cuerpo de Naruto sobre el suyo. Finalmente se dio cuenta que este se encontraba lamiendo su cuello. Aún más vergonzoso: ¡Estaba desnudo debajo de Naruto!

Cuando las miradas de ambos se encontraron, Naruto se separó del cuerpo de su omega. Sonrió ladinamente al ver a Sasuke tan avergonzado. El felino rápidamente se cubrió con su cola su entrepierna. Mirándolo con furia y las garras al aire.

— ¡Es cierto´tebayo!—Se río Naruto—El viejo dijo que los gatitos como tú deben acicalarse para sentirse cómodos para que les hagan el amor.

La joven pantera gruñó molesta, siseando a través de sus dientes descubiertos, sin embargo el leve rosa en sus mejillas le quitaba mucha seriedad a la amenaza. Tanto que Naruto solo pudo comenzar reír audiblemente.

Sasuke entonces sintió aún más vergüenza de verse desnudo, rápidamente intentó buscar algo con que cubrirse hasta que noto que su yukata la tenía Naruto en sus manos.

—Dame mi yukata ahora mismo—Le ordenó a su marido.

Naruto rompió la seda de la yukata en dos pedazos, para luego volver a romperla dejándola inservible ante los ojos de su esposo.

—Voy a ser claro, Sasuke—Dijo con la voz más grave que tenía—Quiero ser considerado y permitirte sentirte cómodo. Así que ve y acicálate o voy a tomarte como estas, por mí no  hay problema.

El pelinegro estaba a punto de  ponerse en pie y comenzar a correr por el bosque. Pero luego recordó que su padre había estado a su lado. Naruto había estado excitado desde que volvió de su batalla, así que su padre como alfa debió saber que era lo que tramaba. Si su padre había permitido estas acciones era una señal. Esa noche debía de completar su misión. Sus mejillas enrojecieron y sin darse cuenta sus orejas se cayeron. Se puso de pie y caminó hacia el lago, arrastrando los pies por el barro.

Se sumergió hasta que el agua cubrió sus partes íntimas, dejando al descubierto su pecho blanco, que brillaba a la luz de la luna. Miró hacia el cielo y suspiró, Tomó un poco de agua y comenzó a limpiarse de la sangre reseca que tenía de la batalla. Su cuerpo dolía un poco pero sus heridas habían cicatrizado así como los moretones ya habían tomado un tono verde. No sabía que era lo que le había dado Orochimaru pero le hacía sentir más fuerte. Quizás le debió de pedir un afrodisiaco para perder la conciencia. Tenía miedo de lo que venía. Estar con Naruto consciente era muy diferente. ¿Quizás solo debería recostarse en el suelo, abrirle las piernas y así acabar rápido?

Cuando giró su mirada hacia Naruto, observó los ojos oscurecidos de este. Le deseaba, estuvo seguro de ello. Sonrió suavemente, sintiéndose más confiado. No debería de gustarle, debería de buscar que el acto fuera desagradable, pero se sintió de alguna manera orgulloso de hacer que el alfa Naruto le desease tanto. De pronto sus orejas se levantaron y su cola  se enrolló suavemente en su muslo. Salió un poco del lago dejando al descubierto los huesos de su cadera. Los ojos de su marido se llenaron de más deseo. Mordió su labio inferior con sensualidad.

— ¿No crees que también necesitas un baño? Dobe...—Le llamó con voz gruesa más ansiosa de lo que espero.

El alfa hipnotizado y también sonriendo, se quitó lo que quedaba de su armadura. Aun con el hakama puesto ingreso al lago hasta quedar frente a Sasuke. Inocencia, ansiedad, deseo fue lo que encontraron en los ojos del otro.

Sus corazones bombearon más fuerte, sus gargantas se secaron. Sintieron sed, así que bajo la bendición de la luna sus bocas se encontrón, mientras sus ojos se iban cerrando. Naruto, sin pensarlo, al sentir el corazón intranquilo de su omega contra su pecho, tomó las manos de Sasuke con cariño. El acto les sorprendió a ambos pero continuaron moviendo sus labios contra el otro.

Se separaron. Sasuke tomó un poco de agua y empezó pasarla por el pecho canela de Naruto, atreviéndose a mover sus manos por este, mientras que una garrita delineaba la línea intermedia,

—Eres un gatito malo…´tebayo

Antes de que su esposo respondiera, lo tomó de la nuca para besarlo nuevamente. Con su otra mano lo sujetó de la cintura con fuerza. Sus cuerpos húmedos se pegaron, resbalando piel contra piel. Sus miembros se encontraron y ambos gruñeron excitados por el contacto en aquella zona. Sasuke inconscientemente clavó sus garras en los hombros de Naruto para sostenerse pues su esposo empezó a removerse contra su cuerpo.

En venganza a ello, Naruto tomó su cola desde la base con fuerza.

— ¡Eso duele, idiota!—Gritó Sasuke clavándole más fuerte las garras en los hombros, dibujando un ligero puchero.

Naruto se quedó observándole por largo tiempo sin decir nada. Le pareció tan tierno. Quizás para otro alfa no le pareciera nada tierno que su omega le clave las garras pero para Naruto lo fue. Su miembro se levantó más por la excitación ¿Qué clase de sádico era? Se preguntó, pero solo río.

— ¿De qué te ríes como tonto? —Preguntó Sasuke.

—Nada... es solo que realmente te gusta estar limpio—Observó como Sasuke se sonrojaba más—Pero, me pregunto si esto también te gustara.

Antes de que Sasuke pudiera pensar sobre ello. Lo sumergió en el agua para luego sacarlo cargándolo por las piernas y espalda.

 Rio escandalosamente al ver como Sasuke temblaba entre asustado y molesto. Era claro que a los gatitos les gustaba el agua pero no de sorpresa.

— ¡Bájame, retrasado mental! ¿Cómo te atreves? ¡Voy a castrarte!

El joven felino realmente dio pelea, le arañó tanto la clavícula que terminó por soltarlo. Sin embargo, no sintió enojo real solo diversión. Sasuke había perdido la vergüenza de mostrarle su cuerpo desnudo; mejor aún, esa tristeza ya no se encontraba en sus ojos. Se sorprendió tanto al darse cuenta que realmente quería disfrutar de Sasuke, pero también deseaba hacerle disfrutar.

— ¡Ven aquí!

Nuevamente intento cargarlo, pero la pantera se removió hasta que tuvo que soltarlo. Este parecía aún más molesto cuando se dio cuenta que su marido estaba más excitado, incluso el nudo de su miembro parecía comenzar a hincharse.

— ¡Pervertido!

—Bueno... eres mi esposo... Mi omega’tebayo—Caminó a paso pesado hacia su pelinegro— ¿Qué esporas para hacerte cargo?—Señaló su miembro despierto e hinchado.

Sasuke gruño nuevamente, se acercó, Naruto esperó otro arañazo pero lo que obtuvo fue un beso apasionado. Sin pensarlo tumbó a Sasuke, iniciaron a revolcarse en la tierras sin importarles ensuciarse nuevamente. La hierba seca crujió bajo sus cuerpos. Sus piernas se enredaron unas con otras, buscando mayor comodidad.

Sus lenguas se enrollaron unas a otras para luego succionarse, dejando escapar saliva entre sus mentones, sus colmillos también aparecieron comenzando a darse mordiscos en los labios. Las manos del alfa se afianzaron en la cadera del omega, mientras el otro repasaba sus manos una y otra vez en la espalda del alfa, entretenido en sentir los músculos contraídos de Naruto.

Terminaron de rodar, cuando Naruto impuso su fuerza. Tomó una de las piernas de Sasuke y la puso sobre su espalda, para mantenerlas abiertas para él. Se tomó su tiempo para disfrutar del delicioso espectáculo que era Sasuke.

—Realmente tienes estas orejas solo para verte más provocativo ¿o no?

El omega rio, su cuerpo se llenaba de adrenalina. Se sintió cómodo en el suelo con Naruto encima. Su pantera ronroneaba y uno de aquello ronroneos salió de sus labios. De inmediato obtuvo un respuesta el miembro de Naruto se froto contra el suyo. La frotación era lenta y torturante. Naruto parecía disfrutar verlo retorcerse  placer.

—Sigues… pareciendo tímido como un beta, dobe— Provocó Sasuke agitado por la sensación de frotación. Un vacío electrificante se abrió dentro de su cuerpo. La necesidad de más, un hambre muy diferente al normal se instaló en su cuerpo.

Naruto tomo el mentón de su esposo para estrellar sus labios contra los de Sasuke; luego  los movió insistentes, abrió la boca del otro con su lengua e ingreso violentamente. Sus colmillos chocaron contra los de Sasuke sacándoles quejidos de dolor y placer al mismo tiempo. Sus lenguas juguetearon mientras ahogaban sus gemidos por los roces de sus intimidades.

Se movió más fuerte contra Sasuke. Sus labios rompieron el beso para jadear audiblemente. Sus cuerpos se fueron hacia atrás, pero Sasuke no soportó el placer que se centraba cada vez más en su miembro por lo que le clavó las uñas en la espalda para luego empezar a rasgar la espalda del otro.

—Eres un gatito malcriado´tebayo—Dijo sonriente  mientras observaba la mirada desafiante de su pantera— acabas de limar tus garras en mi espada. —Se relamió gustoso.

—No te quejes—Respondió Sasuke dejándose caer hacia tras, dejando que sus cabellos se removieran con el ligero viento que empezó a correr— Se supone que eres un alfa… ¿O mis garras son demasiado para ti?—Le preguntó provocativo mientras se mordía el labio inferior.

Naruto negó riendo. Se levantó un poco, solo para con fuerza presionar su gran miembro contra el de Sasuke sacándole un quejido de placer al otro. Le encantaba ver como todo el ser de Sasuke parecía descomponerse por el placer.

—Vamos a ver si mis dientes son mucho para ti´tebayo

El rubio bajo por el pecho de Sasuke lamiendo y succionado con fuerza, asegurándose que Sasuke tuviera sus marcas. El omega de inmediato gimió y ronroneo, encorvando su cuerpo en respuesta, sus orejas se movieron inquietas mientras su cola a un lado se movía agitada. Sintió una mordida en cada pezón. Bajo la mirada y sus ojos se encontraron contra los azules de Naruto. Ambos suspiraron agitados. Sin embargo,  Naruto de inmediato siguió bajando entre mordidas y lamidas.

—Vas a volverme loco, teme. Realmente vas a hacerlo…

En respuesta, Sasuke le tomó de los cabellos y lo atrajo a sus labios nuevamente. Un nuevo juego se inició.

Naruto  rompió el juego de lenguas para iniciar a bajar por su cuello, seguir hasta su ombligo donde hundió su lengua y succiono dejando rojiza la zona.  Tomó a Sasuke de los muslos levantando estos para iniciar a lamer entre ellos, mordisqueó un poco sacando pequeños quejidos y ronroneos. La cola de su esposo oscilaba a un lado. Con saña la sujeto, brindándole masajes, logrando que los ojos del menor lagrimearan del placer.  Luego, aprovechando el estado casi catatónico del otro, ingresó su lengua dentro de Sasuke. El felino dio un largo alarido de placer. Rasguño como pudo la tierra y las hojas.

El rubio succionó más fuerte, ingresando y sacando su lengua. Saco esta solo para ingresar sus dedos. Sasuke era un omega, no en estado de celo, pero su cuerpo estaba bastante preparado para el sexo una vez que iniciaba su vida sexual activa. Pero Naruto se divirtió viendo como el gatito quebraba su columna cada vez que sacaba y metía sus dedos.

Su cuerpo ya estaba totalmente listo para recibirlo. Naruto no se detuvo más tiempo, el juego de meter y sacar su dedos haciendo que el menor ronroneara y emitiera sonidos candentes, no era ya suficiente.  Tomándolo de los muslos se adentró en él sin cuidado, la unión de ambos se escuchó en un choque húmedo. El omega emitió un largo ronroneo de conformidad. Naruto perdió su cordura en ese instante, ver y sentir cuanto deseaba Sasuke su contacto era más que increíble. Se apoyó en sus manos, para penetrarlo con más fuerza, cerró sus dedos, arañando también la tierra. El menor quebrada su columna y golpeaba con su cola las hierbas secas cada vez que recibía una embestida. La vista a ojos de Naruto era surreal.

Apretó fuertemente las caderas de Sasuke, con una fuerza que hubiera roto un hueso en alguien. Clavándole las garras que habían iniciado a salir. Se movió más fuerte pues ya era insuficiente, el interior de Sasuke le succionaba con fuerza. Los gemidos de ambos se hicieron más ruidosos: mezclas de sonidos entre quejidos, ronroneos y gruñidos se escuchó en el bosque gracias a ellos.

Sasuke se abrazó a Naruto buscando que rozara su miembro, cuando estuvo tan apretado a su alfa, se sintió completo. Naruto siguió clavando sus garras en las caderas de Sasuke, mientras el omega las clavaba en su espalda nuevamente. Beso el cuello de su omega. Nuevamente el impulso de morderlo fue fuerte; por lo cual, buscó la boca de Sasuke. Sus lenguas se enredaron sin parar al ritmo de las embestidas que el alfa daba. Cuando ambos llegaron al orgasmo, sintiendo que sus ojos perdían la luz, se mordieron mutuamente en los labios para luego separarse y gruñir al aire.

El nudo se formó entre ellos. Aunque no estaba en celo, cada vez que intimaran un nudo se formaría en el miembro de Naruto, dentro de Sasuke, el cual los mantendría pegados por un buen tiempo, aunque en el celo este tiempo era mayor. Naruto se mantuvo quieto, se aproximó hacia Sasuke, haciendo que el nudo fuera más apretado. Olfateo su aroma, paseo su nariz por todo su cuerpo deteniéndose en su vientre. Apoyó una mejilla en este. Se sentía cálido. Un cosquilleo recorrió su cuerpo.

Una idea llego a la mente de Naruto. Sabía que si intentaba separarse del cuerpo de Sasuke, a ambos les dolería, pero... ¿Qué pasaría si era lo contrario?

— ¡Ahh! ¿Qué haces?—reclamó Sasuke agitado, despeinado con una capa de sudor en todos su cuerpo.

Naruto solo sonrió para luego volver a embestir a Sasuke. Un golpe de placer le llegó desde su miembro hasta recorrer todo su cuerpo. Dentro de Sasuke su miembro estaba apretado y era succionado por las entrañas de su amante, por lo cual seguir embistiendo era producir una exquisita fricción innecesaria.

El pelinegro no pudo quejarse más, sino que apretó sus piernas alrededor de Naruto al sentir como todo su cuerpo era recorrido por un escalofría cálido. Finalmente el nudo se deshizo, asegurando el semen del rubio en el interior del omega.

—Esto aún no ha terminado…’tebayo—susurro Naruto

Su cuerpo aun pedía más, mucho más del omega que tenía  debajo. Sentía que no podría simplemente descansar. Su miembro volvía alzarse con tan solo observar como algunos hilos blanquecinos escapaban de entre las piernas de Sasuke, quien aún las mantenía entreabiertas.

—Si fuera de otra manera serias aún más decepcionante como alfa. —Se burló Sasuke con esa imagen de felino satisfecho.

—Vas a pagar caro ese comentario, teme.

Sasuke se rio aún más burlándose de su alfa. Lo cierto era que el omega sentía una satisfacción y embriagues muy diferentes a las de su celo.

—Ponte en cuatro, Sasuke—Ordenó Naruto con una mirada que no admitía negación, pero siendo Sasuke como era, se acomodó más en el suelo sobre su espalda. Naruto se río por el acto. Su alfa sabía diferenciar entre el rechazo verdadero del jueguito de seducción de su omega.

El pelinegro fue girado, puesto en cuatro por el alfa. De inmediato sintió a  Naruto en su interior. Una extraña energía proveniente de Naruto  parecía filtrarse por sus poros también. Sintió una corriente especial en su vientre. Pero el placer que sentía al ser tomado fuertemente le distrajo de todo. Olvidoó por completo su pudor y vergüenza. En su mente ya no existía aquello, su alfa inundaba sus sentidos así como su cuerpo fuertemente, no le deja pensar en esas pequeñeces.  No existía el miedo ni la vergüenza de ser tomado en medio del bosque. Sabía que ello era porque su omega cada vez tomaba el control, se sentía bien en brazos de Naruto, deseado y protegido.

Cuando ambos nuevamente cayeron en el orgasmo, Sasuke se sintió tan cómodo en brazos de Naruto que se acurruco sobre la hierba quedándose dormido.

Al abrir los ojos nuevamente, supo que habían pasado varias horas ahí, pues el cielo tenía ya un matiz diferente a la oscuridad absoluta, era de un azul marino, muy oscura. La luna que había sido el testigo de su unión se veía cada vez más pálida, parecía que pronto se marcharía a su hogar y el sol tomaría su lugar en aquel perseguir imparable de los astros.

—Al fin despertaste, gatito.

Aquella voz no era de Naruto. Lo verificó cuando el hombre rubio que estaba parado viendo hacia el castillo Uzumaki tenía aquellos ojos rojos, al igual que nueve colas balanceándose detrás de él, así como orejas de zorro muy esponjosas. Su porte de aquella manera era imponente, sin pudor demostraba su virilidad, y su cuerpo tonificado por las batallas, sus ojos no dejaban de escanearlo. El demonio alzó su mano, llamándolo a ir hacia él.

— ¿Kurama?

—Me llamaste ¿no es así? En tu mente…—Sonrió maliciosamente— Pero quise que Naruto disfrutara de ti. A ver si al fin se da cuenta de sus tonterías.

Sasuke dejándose llevar por la sensación post coital de su omega de necesitar sentirse envuelto en los brazos de su alfa se acercó. De inmediato fue atraído hacia el cuerpo del otro, envuelto en sus brazos y su aroma. Las colas de Naruto se removían sin orden, pero una de estas buscó a la suya para entrelazarse. Sintió deseo de cerrar sus ojos, pero se mantuvo cuerdo.

—Realmente eres un gatito que no sabe obedecer: te dije que quería que fueras la madre de mis cachorros—Empezó con voz grave, aun envolviéndolo con sus brazos y colas, resguardándolo del frío. — Pero estaba tan cegado por tu aroma que no noté que habéis tomado una de esas hierbas de mierda que no te han dejado concebir. Pero hoy hueles limpio

Kurama olfateó sobre sus orejas peludas, tomando una gran bocanada de aire. Sus brazos se apretaron alrededor de la cintura de Sasuke. El omega estaba seguro que si aplicara un poco más de fuerza aquel demonio podría romperle algunos huesos. Sin embargo, la fuerza que transmitía el cuerpo del demonio le otorgaba una sensación de protección.

—Hoy has quedado preñado—Le susurró solemnemente.

El omega abrió los ojos sorprendido y medianamente asustado. Había buscado ello esa noche, pero saberlo era muy diferente.  Su vista siguió a la de Kurama, es decir hacia abajo, hacia su vientre y ahí había una marca extraña parecida al símbolo de los Uzumaki como el de un remolino

— ¿Acaso no era lo que querías? —Kurama olfateó con más fuerza en su omega— ¿Porque hueles a miedo?—Le pregunto olfateando sus cabellos.

—Como...—Empezó dudoso el pelinegro.

—A pesar de todo eres la perfecta madre, aunque hayas pensado en usar a nuestro cachorro  para robar la energía de Naruto ósea la mía. —Su voz no parecía querer amenazarle, sino brindarle seguridad, por lo cual el pelinegro se mantuvo quieto—No será necesario porque es lo que quiero. Mi energía después de todo puede multiplicarse o dividirse

— ¿A qué te refieres?—Cuestionó Sasuke avergonzado de sentirse tan cómodo.

—Yo soy un dios, o demonio según como quieras verlo, soy un espíritu alfa. Cuando fui encerrado en omegas era como dormir en el vientre materno. No sentía nada. Pero, ya  he dormido demasiado. —Se estiró el alfa— Cuando me pusieron en un alfa como Naruto, mis instintos se desataron pero el sello con el que fui sellado es doloroso, lo hicieron con el fin de que Naruto no se percatara de mi presencia. Pero aun así no puede evitarse lo destinado. Los Uzumaki creyeron que un hijo de Minato y Kushina sería el elegido pero se equivocaron de sangres. El cachorro que esperas es el elegido para ser mi contenedor.

El pelinegro se quedó sin habla. El también conocía esa profecía, y a ella habían apelado para robar al Kyubi de los Namikaze, pues si estos se enteraban de ello podrían querer utilizarlo contra otro clan. No podían permitirlo. Pero escucharlo de Kurama era muy diferente.

—Cada cachorro mío tendrá una parte de mi energía, pero el que esperas ahora será el que pueda contenerme sin sellos. Podre ver el mundo y comunicarme con él sin problemas. A cambio de su seguridad también quiero mi libertad. Gracias a su propia energía podre salir de él sin problemas. Y ver el mundo de una manera en la que no sea cazado.

Sasuke se tocó su vientre, sin duda era más cálido de lo normal, prueba de que efectivamente estaba preñado. Tembló nuevamente. A pesar de que era lo tenían planeado sentía miedo de todo lo que le provenía.

— ¿Entonces este cachorro es tuyo y no de Naruto?—Pregunto un poco incómodo.

—Es de ambos—Respondió seguro de sus palabras— No tienes que temer. Nada va a hacerles daño. Además yo sé  porque lo planeaste.

— ¿Cómo?—Preguntó sintiéndose aún más descubierto.

—Cuando estoy conectado a ti puedo leer tus pensamientos, pero Naruto no. Naruto no sabrá nada de esta conversación.

Aquello lo tranquilizó pero también le hizo sentir un poco inseguro. Había una sensación extraña recorriéndole el cuerpo. Seguramente era porque ahora estaba más conectado con Naruto e iba mentirle. Iba a traicionarle a pesar de que ese lazo les conectaba.

—No voy morderte por ello.

Kurama había leído su inseguridad nuevamente.

—Quiero que mi cachorro nazca con bien. Y Naruto no está en su mejor condición. Por eso voy a alimentarte con mi energía. El bebe nacerá acostumbrado a ella. Y esta te protegerá durante todo momento de enfermedades, heridas e incluso del mismo Naruto.

Una energía anaranjada rojiza salió del cuerpo de Naruto, filtrándose en la piel de Sasuke a través de sus poros. Toda esta energía parecía acumularse en la zona donde se formaría y crecería el cachorro de Kurama. Sasuke no sintió dolor, solo unos escalofríos y una calidez entremezcladas. Suspiró pues el abrazo de Kurama se estrechó alrededor de su cuerpo. Sin poder evitarlo dejó caer su cabeza en el pecho de este. Sintió mucho sueño, pero intentó mantenerse consciente. Finalmente la transferencia de energía finalizó. Abrió sus ojos, Kurama le atrajo hacia su boca. Sus labios se rozaron suavemente, Kurama lo estrechó más contra su cuerpo. Sus labios se envolvieron el uno con el otro hasta que Kurama finalizó con una mordida.

 Lentamente el abrazó se hizo menos fuerte. Sasuke quedó libre de los brazos de Kurama. La energía alrededor del cuerpo de Naruto cambió haciéndose tenue, El alfa de rodillas grito de dolor. Todo ese poder estaba regresando dentro de él. Naruto finalmente había vuelto a ser él mismo.

Las orejas de Naruto así como sus colas volvieron a ser energía y esta comenzó a disiparse. Naruto volvió a tener sus ojos azules y a recobrar la conciencia. Lo último que recordaba era estar recostado al lado de Sasuke, observándolo dormir. Después de ahí un dolor poderoso lo había tumbado. ¿Por qué estaba al lado de un árbol? No recordaba absolutamente nada de ver despertar a Sasuke o de él caminando hasta esa zona. Tenía una sensación de embriagues a pesar de no haber tomado nada de alcohol.

— ¡No me toques…!—Rugió Naruto, rechazando de una palmada el intento de acercamiento de la mano de Sasuke.

El pelinegro sintió una punzada en su corazón y en su vientre pero se contuvo. Recordó las palabras de Kurama. No importaba que, el cachorro que llevaba era hijo de un demonio, no podía pasarle nada malo.

—Me he dejado llevar, solo eso´tebayo—Rezongó el rubio, sintiéndose culpable y resentido consigo mismo. — No creas que significa que no voy a seguir investigándote a ti y a todo tu clan

La calentura en Naruto había terminado. El pelinegro lo supo: No había sido más que el desfogue sexual de Naruto, era así como el clan Namikaze veía a los omegas: No como sus contraparte sino como sus esclavos. Eran los bellos adornos que cubrían de riquezas para mostrar su poder, así como los cuerpos donde desfogaban sus frustraciones. Habían eliminado el rol que la naturaleza les había dado, aprovechándose de este. Sasuke se sintió más orgulloso de su plan de exterminarlos a todos. No se lo tomaría personal. Acotarse con Naruto había sido solo parte de su plan y su misión estaba hecha.

—Haz lo que quieras, pero recuerda que has sido tú el que me trajo y huyo de su esposita. —Se burló sonriente, desvergonzado, sin cubrir su cuerpo sucio y marcado.

—Y, tú, muy campantemente te dejaste tomar…—Se burló el alfa— ¿Acaso esperas conseguir algo con ello ´tebayo?—De repente un punzante dolor en su cabeza le hizo rasguñar el suelo— ¿Por qué demonios parece que hay partes que no recuerdo?

Sasuke se mantuvo callado, pero desvío levemente la mirada.

— ¡Tú sabes algo! ¿Hay algo dentro de mí no es así?

Parecía mortificado, Sasuke sintió piedad y ganas de decirle la verdad pero se controló y mostró indiferencia. Que Naruto no supiera que contenía a Kurama les daba una gran ventaja y eso era lo importante.

—Averígualo tú. —Le respondió altanero sin mostrarle algún tipo de conmoción o emoción por él.

Naruto chasqueo la lengua y golpeo la tierra. Tomo su hakama y comenzó a vestirse. Sin embargo le tendió su yukata a Sasuke, quien se la puso amarándose la cintura el obi de su yukata rota.

—Te llevaré a tus aposentos.

El azabache hubiera querido negarse pero se mordió la lengua. No era oportuno hacerse el digno e ir solo semidesnudo. Aunque Kurama protegiera al cachorro que llevaba con su poder, no iba a arriesgarlo. Además, antes de que alguien se enterará, su padre debía de conocer que su parte de misión estaba completa: Por fin tenía al próximo contenedor de Kurama.

Se subió en la espalda de Naruto, aferrándose a él por su cuello. Naruto tomó sus piernas haciendo que lo rodeé y cruzándolas por adelante.   Llegaron a la puerta trasera de sus aposentos. Casi amanecía, el castillo permanecía totalmente silencioso, todos dormían. Naruto lo dejo en el lugar de donde lo había secuestrado y no volteó a mirarle. Siguió su camino hacia sus propios aposentos. El alfa iba a intentar descansar un poco antes de que su padre y Hiashi lo manden a llamar.

 Sasuke caminó hacía la puerta, como supuso había un beta Uchiha cuidando la puerta. Le pidió que le preparara un baño y busque a su padre. Tenían que planear los siguientes pasos. Y acordar cuando darían a conocer que tenían al heredero del clan en espera.

 

 

Mientras tanto en el castillo de la alianza, específicamente en los aposentos de Minato Namikaze una sombra se deslizaba en medio de la noche. Camuflado por la sombras, solo sus ojos brillaban como los de un felino adaptados perfectamente a la oscuridad.

 

Notas finales:

¿Qué tal les pareció? Si nuestro lindo gatito ya espera su primer cachorro. Como lo tomará Naruto?  Loe mimebros de lso demás clanes? El cachorro de Sasuke viene a cambair toda su forma de vida. 

La guerra los cambió a todos, pero aún no terminamos que clase adecuerdo firmaran? 

Voya contestar los revies en el transcurso de las horas, asi que no tengan flojera y cienteme sus opiniones, las neccesito 

No se olviden que para saber las razones de Orochimaru veremos muy pronto. Hay una razón más profunda  que cada vez se ira conociendo. 

Dejeneme sus comentarios y diganme cualquiera de sus dudas!!! Porque recien empezamos!! Para tener información extra de la epoca, saber las inspiraciones y estar atentos busquen mi pagina o grupo en facebook kaory-madness


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