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Unidos por las estrellas por kina_chan

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Notas del capitulo:

Hola a todos! Lamento la demora con la conty.

Se que el capitulo es corto pero no sabia que más agregarle asi que lo deje asi.

Se que aun hay cosas sin resolver y pretendo resolverlas en el siguiente capitulo. 

Sin más que decir, pueden comenzar a leer :D

Decirle “te lo dije” o “lo sabía” sería algo que tendría que esperar de momento. Estaba preocupado por Joel desde hace bastante tiempo y solo faltaba con que se desmayarse para que el muy cabeza dura de su amigo entendiese. Estaba molesto y ni siquiera hacia el intento de ocultarlo. Aunque su molestia no se debía solamente a lo que le había ocurrido a Joel, sino también por el hecho de que Noah no contestase ninguna de sus llamadas.

Miguel tenía una idea de porque Noah no contestaba a sus llamadas. Sabía que confesar indirectamente que Noah le siguiese gustando, causaría más distancia de la que ya había entre ambos. Sin embargo, eso no cambiaba el hecho de que Noah estaba actuando como un verdadero idiota.

- ¡Ma! Me iré unos minutos a la casa de Joel y vuelvo, debo decirle algo importante a Noah. – Miguel le aviso a su madre subiendo la voz para que lo escuchase. Tomo su abrigo que estaba colgado en el perchero y se lo coloco.

-Bueno, pero vuelve pronto, está todo oscuro a estas horas, ya es muy tarde y no importa que quede aquí cerca de todas formas es muy peligroso. – Tras escuchas la respuesta de su madre Miguel salió de la casa.

“Ese idiota me va a oír.” Pensaba mientras caminaba molesto por la calle pensando en que la actitud de Noah le estaba resultando realmente terrible. Miguel detestaba ser ignorado y más si en este caso se trataba de algo tan importante como lo que le paso a Joel.

Una vez llego a la casa de su amigo, toco el timbre una y otra vez, sabiendo de ante mano que eso fastidiaría a Noah. Ni bien vio como abría la puerta, dejo de tocar el timbre. Allí estaba Noah, con una expresión de enfado fácil de notar a simple vista. Teniendo las llaves en mano, se acercó hasta el portón y le abrió a Miguel.

-Vaya, por lo que veo sabias que iba a venir. – Miguel entro al patio delantero y se fue dirigiendo hacia la casa.

- ¿Qué quieres? – Le pregunto Noah siguiéndolo hasta la casa. Miguel pudo notar que el cabello de Noah estaba un poco mojado, se veía como a simple vista unas gotas de agua caían de pelo. “¿Se estaba bañando?” Se preguntó a sí mismo, entendiendo un poco la razón por la que no había contestado sus llamadas y sintiéndose un poco idiota por haberse molestando tanto.

-Hablar contigo. –

- ¿Y no puede esperar para mañana? -

- ¿Crees que si pudiese esperar te estaría llamando e incluso vendría aquí a estas horas? – Noah no pudo contestar a esa pregunta, simplemente lo miro molesto. - ¿Por qué no contestabas mis llamadas? -

-Me estaba bañando. Bueno, eso no importa ¿Qué es lo que tienes que decirme? –

- ¿Y porque no me llamaste cuando saliste? – Miguel sabía que Noah no iba a contestarle, se veía a simple vista que no tenía ninguna excusa convincente. Suspiro y decidió ir directo al punto. -Luis me llamo, encontró a Joel desmayado en el suelo de la parada de autobús que toma al salir del trabajo. Como él no tiene tu numero me llamo a mí para que te avisase. ¿Crees que algo como esto puede esperar para mañana? –

- ¿Qué? ¿Cómo que se desmayó? ¿Está bien? ¿Dónde está? – Miguel podía ver claramente cómo se reflejaba en Noah su preocupación por Joel.

-Está bien, al parecer el cansancio y fiebre que estaba teniendo le hizo una mala pasada. El padre de Luis es médico así que está bien. Por lo que me conto Luis ahora se encuentra descansando, así que no vendrá a casa hasta mañana. – Miguel hablo firme y directo, respondiendo cada una de las preguntas que Noah le hizo para calmarlo. Aunque Noah parecía estar muy molesto todavía.

-Es mi culpa, yo sabía que se veía terrible como para irse a trabajar y no hice nada para evitar que se vaya en ese estado. – “En ese caso también seria culpa mía.” Al parecer, no era el único que había notado lo muy mal que se veía Joel ese día.

-No es culpa tuya Noah, con lo terco que es Joel no me sorprende que haya ido en ese estado a trabajar. – Suspiro, ya acostumbrado a esa actitud tan molesta de Joel. Miguel miro fijamente a Noah, se veía pensativo, como si su mente estuviera en otra parte. - ¿Te siguió molestando? – Aquella pregunta logro sacar a Noah de sus pensamientos. -Aquel tipo. –

- ¿Qué tipo? ¡Ah! No, no me ha vuelto a dirigir la palabra después de eso… - Las mejillas de Noah se ruborizaron al responder, se veía incómodo y Miguel ya sabía la razón de eso.

-Si vuelve a molestarte solo dímelo y le partiré los dientes. – Esta vez Noah frunció el ceño y se cruzó de brazos. -Está bien, no lo lastimare tanto. – Algo muy característico de Noah es que no le gustaba la violencia, era el tipo de persona que pensaba que es mejor resolver todo en palabras que en violencia.  -Noah… Sobre lo que dije esta mañana…-

-No importa, lo entiendo. – “¿Eh? ¿Cómo que lo entiende?” -Sé que dijiste eso solo porque Nicolás te estaba molestando, no tienes por qué justificarte. – Ahora Miguel lo entendía, Noah no se había tomado enserio esa confesión. Sin embargo, no sabía si sentirse aliviado o molesto por eso. Sus sentimientos hacia Noah debían resultarle una molestia ya que se encontraba en pareja, por lo cual llego a pensar que lo mejor sería que de momento lo viera así, solo para no incomodarlo.

-Sí, eso mismo quería explicarte para que no lo malentiendas. – Respondió con una sonrisa fingida. -Pero quiero que sepas que, si te encuentras en problemas o algo, no dudes en llamarme. Sé que nuestra relación actualmente es un desastre, pero me gustaría que fuéramos amigos, ya sabes, empezar de cero. – Miguel extendió su mano hasta Noah. - ¿Qué dices? – Noah pareció meditarlo por unos segundos, para luego finalmente estrechar su mano con la de Miguel.

-Está bien. – Miguel sostuvo la mano de Noah por unos segundos más de la cuenta y al notar eso rápidamente la soltó.

- ¿Qué tal si mañana reprochamos a Joel juntos? – Le pregunto Miguel con una sonrisa. Si quería fastidiar a Joel y que aprendiera la lección a gritos, necesitaba a Noah para eso.

-Ni siquiera tenías que preguntarlo. – Le contesto y luego se rio. “Sé que está mal intentar enamorarte siendo que tu estas de novio, pero si hay una mínima posibilidad de que aun sientas algo por mí, entonces la aprovechare.”

*-*-*-*

Joel se sentía fuera de lugar en todos los sentidos posibles. Desde el momento en que despertó en esa casa hasta el momento en el cual se encontraba siendo abrazado por Luis. No entendía absolutamente nada por qué lo había abrazado con desesperación y llorando mientras le susurraba que no se fuese. Pensaba que la pesadilla debió ser demasiado horrible como para que despertase así, aunque aún tenía mucha curiosidad por eso, prefirió simplemente no preguntar y esperar a que este fuese quien se lo contase por cuenta propia.

Actualmente, Luis se encontraba en el baño mientras Joel se encontraba en la cocina con permiso de Luis, para preparar el desayuno de ambos. Gracias a los gritos de Luis, termino por levantarse media hora antes de que su celular sonase la alarma. Le tomo un poco de tiempo encontrar las tazas y los sacos de té en la cocina, por lo cual para cuando salido Luis del baño, Joel recién había puesto a calentar el agua. Como Joel aun seguía con toz, se había vuelto a colocar el barbijo que tenía, para no llenar de gérmenes a nada ni a nadie.

-Lamento mucho haberte despertado…- Luis entro en la cocina con mirada fijada en el suelo, se podía ver claramente como caían algunas gotas de agua de los cabellos que tapaban su frente. Justo después de haberse calmado Joel le había dicho que fuese al baño para lavarse la cara mientras el prepara algo para desayunar. El rostro de Luis mostraba una expresión que demostraba en su totalidad vergüenza y pena verdadera.

-No te preocupes, creo que todos alguna vez tuvimos una pesadilla en nuestras vidas. – Joel le contesto mirándolo a los ojos, al parecer su respuesta no le había convencido mucho así que continuo. -Además, de todas formas, debía despertarme, no olvides que debemos ir a la facultad. –

-De hecho, no es la primera vez que sufro la misma pesadilla. – Joel esta vez se sorprendió un poco al escuchar esa confesión. – Lo he sufrido tantas veces que ya me he acostumbrado a ello, aunque cada vez que despierto siempre lo hago nervioso o entre lagrimas. –

-Oye, mejor ya deja de pensar en eso ¿sí? Es solo una pesadilla, no es nada real. – Joel trataba de tranquilizarlo, no quería seguir viéndolo tan vulnerable y triste. Aunque sus intentos eran poco convencionales. -Lo siento ¿Te he dicho alguna vez que soy muy malo en eso de consolar a las personas? -

-Me di cuenta. – Luis soltó una pequeña risa tras decir eso. “¿Quién lo diría? Logre hacerlo reír con mi patética forma de ayudar”

- ¿Sabes? Si quieres hablar de ello, te escuchare. Consolando soy muy malo, pero soy bueno escuchando a los demás. – Joel lo miro a los ojos y le sonrió. Luis se había perdido mirándolo y justo cuando iba a hablar alguien más lo interrumpió.

- ¿Eh? ¿Ya están despiertos? ¿Tan temprano? – Escucho la voz somnolienta de una mujer. La madre de Luis se encontraba con su pijama puesto y sus pantuflas entrando lentamente a la cocina.

-Buenos días mamá. -

-Buenos días señora Godoy. –

-Buenos días chicos. Por lo que veo pusiste el agua para calentar. Ustedes vayan a prepararse, yo sigo con el desayuno. – Se ofreció amablemente. Ambos se lo agradecieron y fueron a arreglarse. A Joel aun le había quedado la duda sobre lo que iba a decir Luis, pero por el momento decidió dejarlo como estaba para no molestarlo.

La familia de Luis fue tan amable con él que Joel no podía evitar estar un segundo con ellos sin decirles “gracias” o “lo siento”, después de todo ellos se tomaron la molestia de ayudarlo, sobre todo cuando la madre de Luis lo llevo en su auto hasta la facultad. Se sentía muy apenado por las molestias que causo, aunque siempre trataba de verse lo suficientemente tranquilo como para que no se notase. Pero, por lo visto no era el único que fingía verse bien.

Después de que su madre se levantase de la cama, Luis parecía estar sonriendo como todos los días. Eso era algo muy inusual de una persona que sufrió una terrible pesadilla. Aunque, según Miguel, Luis siempre llegaba a la universidad sonriendo y fresco como una lechuga, por más cansando que este.

Una vez que la madre Luis los dejara a unas cuadras de la facultad, se despidió de ellos y se fue directo a su trabajo. Se podía ver claramente lo mucho que Luis amaba a sus padres, incluso se notaba que se tenían una gran relación y confianza entre ellos. Se podía decir que Joel sentía un poco de envidia de él. Luis era una persona feliz, rodeado de personas que lo quieren y eso era una gran diferencia que tienen ambos.

- ¿Sucede algo? Te ves algo distraído. ¿Te sientes bien? – Le pregunto Luis mirándolo atentamente. Ambos se encontraban caminando juntos hasta llegar a la facultad, por lo cual a Luis le pareció extraño ver a Joel tan callado.

-No, no es nada. Estoy bien, solo me quede pensando en algunas cosas. – Respondió sin darle mucha importancia. - ¿Y tú estás bien? –

-Sí, lo estoy, fue solo una pesadilla es todo. – “¿Solo una pesadilla? Es muy raro despertar llorando por solo una pesadilla que sufrió más de una vez.” Joel no tenía pensado decirle eso, era demasiado cruel mencionarlo, aunque le daba mucha curiosidad saber exactamente cuál es su pesadilla.

-Luis ¿Qué era lo que ibas a…? – Joel no pudo terminar de hablar, justo en ese mismo momento sintió un fuerte golpe en la espalda que lo hizo inclinarse hacia adelante. –¡Auch! ¿Qué fue eso? – Joel se dio vuelta para verificar que había sido esa cosa que le golpeo en la espalda. Al ver a Noah furioso y a Miguel con una sonrisa en la cara mientras sostenía la mochila de Joel, supo que había sido ese golpe.

-Quiero que sepas que el golpe con la mochila solo fue para llamar tu atención. – Miguel le dio la mochila a Joel para luego darle un puñetazo en el brazo izquierdo. -Y que ese puñetazo te lo mereces por pendejo. –

- ¿Por qué me golpeas? ¿No te enseñaron nunca a no lastimar a los enfermos? – Se quejó Joel mientras se frotaba el brazo.

- ¿Y a ti no te enseñaron a no ser tan terco? ¿Cómo fue eso de que te desmayaste? Nos tenías preocupados. – Comenzó a regañarlo Noah. “No puede ser, primero me golpean y luego me regañan, se ve que ambos se amigaron bastante en ese lapso de tiempo en el que no estaba.” -Si tan mal te sentías no debiste ir a trabajar ¿Sabes que tan grave se ha puesto el asunto de la gripe A? ¿Si quiera tienes idea de que hubiese pasado si Luis no te hubiese visto desmayado? ¡Estaríamos con el corazón en la mano! – “Genial, ya empezó a exagerar.”

-Noah tiene razón, no tienes idea de lo muy molestos que estamos contigo. – Luis se echó a reír ni bien Miguel termino de hablar. Parecía que la situación cómica que estaba viviendo Joel en ese momento realmente fuese tan graciosa como parece.

- ¿Y desde cuando soy el hijo adoptivo de una pareja gay? - Pregunto Joel con un cierto tono de ironía en su voz. Justo después de preguntar eso como una simple broma para molestarlos, ambos se ruborizaron hasta las orejas.

- ¡No somos pareja! – Aclaro Noah al instante.

-Y no te adoptamos, créeme que, si tuviese que elegir hubiese preferido un perrito de la calle y no a un chico de 18 años, terco e idiota. – Agrego Miguel para luego volver a golpear el brazo de Joel. “¿Qué diablos le hizo mi pobre brazo para que lo siga golpeando?”

-Lamento mucho las molestias Luis. ¿Me podrías pasar tu número y yo te daría el mío? Por si algo como esto vuelve a suceder…- Le hablo Noah a Luis.

-Oye, no es como si me vaya desmayar todos los días. –

Luego de eso, Miguel y Noah se la pasaron molestándolo y pidiéndole perdón y gracias a Luis por ayudarlo. Lo que Joel iba a preguntarle a Luis lo termino dejando para otro momento, no era muy necesario saberlo después de todo. Durante ese día, solo se limitó a estudiar y a dejar de darle importancia a los regaños que recibía de sus “padres adoptivos”. Momentos divertidos con sus amigos llegaban a recordarle viejos tiempos en el pasado, cuando eran niños que se reunían para ver las estrellas.

“Estrellas… ¿Cuándo fue la última vez que me tome un tiempo en la noche para obsérvalas?” Joel recordaba que incluso hasta el año pasado el seguía observando el cielo estrellado, maravillado por los hermosos colores que se veían en la noche. Ese brillo que había en la oscuridad era precioso para él, hasta que un día, simplemente dejo de verlas. Porque no importa lo que hiciese, esas estrellas le hacían recordarla.

 

Continuara…

Notas finales:

La verdad, es que entiendo a Joel, yo me lesione el pie izquierdo el domiengo y mi mamá me decia "tenias que hacerte un esguince en el pie para que te quedaras quieta" Asi que, entiendo eso de recibir regaños.

En fin, ya con esto creo que se entiende por que camino ira la historia. Miguel ya tiene desidido que hacer. Mientras tanto, aun queda saber más de Joel, quizas en el proximo capitulo sepamos exactamente que paso con su novia.

Bueno, eso fue todo por hoy. Muchas gracias por leer! Me encanta publicar esta historia, me relaja bastante contar una historia corta en si, en pequeños capitulos. 

Bay nee besos y abrazos! Nos leemos pronto. :D


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