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Unidos por las estrellas por kina_chan

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Notas del capitulo:

Hola! ¿Hay alguien alli?

Nuevamente estoy aqui con conty, pero no sé si hay personas aqui que sigan leyendo este fic (Si, otra vez la inexistencia de comentarios y pocas visitas me afecta)

Bueno, este es el ultimo capitulo de esta historia ^w^ ahora solo queda el epilogo. Me tardare un poco con ese ultimo pero prometo que lo escribire.

En fin, pueden comenzar a leer. 

Abrió sus ojos lentamente, despertándose de su profunda siesta. Se encontraba acostado en su cama recibiendo el calor de sus sabanas y del abrazo que Miguel le estaba dando por la espalda. Noah estiro su mano hasta su mesita de noche en donde se encontraba su celular. Bostezo y luego reviso en su celular que hora era. Al ver que eran las ocho de la noche, decidió que era hora de levantarse, aunque eso le resultase imposible justo en ese momento.

- Migue… Quítalo, tengo que levantarme de la cama. – Susurro Noah. Admitía que despertar siendo abrazado por Miguel, era un acto muy tierno y cursi que le gustaba, pero había algo que no lo era dentro de toda esa escena.

- ¿Eh? ¿Quitar? ¿Qué cosa? Vamos, quedémonos otro ratito más así, te veías tan lindo durmiendo. – Le pregunto Miguel, sus ojos estaban cerrados aun, pero estaba bien despierto. Abrazo a Noah con más fuerza y luego beso su cuello, mientras que con una de sus manos acariciaba su abdomen.

- ¿Es broma? Tengo tu pene aun dentro mío. – Respondió casi sin pensarlo. Al escuchar como Miguel se reía, Noah enrojeció y le dio un codazo. - Deja de reírte y quítalo, es muy incómodo. –

- ¿Lo dices en serio? Qué raro, anoche no te quejabas de ello. – Hablo entre risas para luego volver a besar su cuello y su espalda. Noah estaba sumamente avergonzado, la situación en la que se encontraba era demasiado para él. Estaba completamente desnudo, siendo abrazado por su novio, quien muy descaradamente se quedó dormido con su pene aun dentro suyo.

Noah recordaba perfectamente como había sido Miguel con él cuando lo hicieron anteriormente. Miguel era cariñoso y cuidadoso, lo cual le hizo preguntarse ¿Qué rayos paso con ese Miguel? Desde que había llegado a su casa estuvo jugando con su cuerpo hasta el cansancio, prácticamente hasta que Noah se quedó dormido. No negaba que lo había disfrutado, pero aun seguía bastante agotado.

- Migue… Por favor, ya no tengo fuerzas para nada. Tengo que terminar la tarea, limpiar la cocina y alimentar a Tepig antes de que Joel vuelva. Mañana debo ir a casa de mis padres, así que déjame terminar esas cosas hoy. – Menciono a sus padres en la conversación para convencer a Miguel más fácilmente de que lo liberase. Miguel suspiro y se fue retirando lentamente del trasero de Noah para luego soltarlo de su abrazo. – Gracias. – Le agradeció mientras trataba de levantarse de la cama, aunque justo en ese momento se cayó al suelo, haciendo un poco de ruido.

- ¿Necesitas ayuda con eso? -Pregunto soltando una pequeña risa, mientras se acercaba al lado en donde Noah estaba acostado para ver como este se encontraba en el suelo. Noah lo miro de mala manera, demostrando lo muy molesto que estaba con él. – Esta bien, ya entendí. –

Miguel se levantó de la cama, se inclinó un poco para extenderle su mano a Noah y así poder ayudarlo a levantarse. Una vez que Noah pudo pararse, este se volvió a sentar en la cama, cruzándose de brazos, mirando a Miguel fijamente con sus mejillas infladas y frunciendo el ceño. Miguel levanto la ropa que se encontraba en el suelo y les dio a Noah las suyas para que pudiera vestirse mientras estaba sentado en la cama.

Ni bien ambos terminaron de vestirse. Miguel se volvió a acerco hasta Noah y lo ayudo a levantarse, aunque ahora este podía caminar, algo chueco, pero al menos no se caía al suelo, razón por la cual lo soltó.

- No me odias por dejarte adolorido ¿no? - Le pregunto Miguel ni bien Noah abrió la puerta de su habitación. Este volvió a mirarlo de mala manera y le dio la espalda.

- No, porque estoy sumamente feliz de caminar raro ¿o sí? – Hablo con un tono sarcástico, se veía bastante molesto, aunque Miguel notaba que, en realidad, solo estaba fingiendo estar de ese ánimo.

- Y yo estoy decepcionado de ti ustedes dos. -  Escucharon la voz de Joel. Este se encontraba sentado en el sofá acariciando a Tepig, quien estaba en su regazo. Joel los miraba decepcionado, luego cerro los ojos por unos momentos y negó con la cabeza. - Más de ti Noah que de Miguel, de él nunca espero nada. – Agrego, señalando a Miguel que poco o nada le importaba lo que dijese Joel. - ¿Cómo pudieron? Se atrevieron a tener sexo salvaje como animales. ¿Aquí? ¿En la casa donde murió la abuela? ¿No les da vergüenza? –

- Lo siento mucho Joel, tienes razón, nos sentimos tan apenados. – Comenzó a disculparse muy avergonzado y nervioso. “Joel tiene razón, no tengo respeto por nada. Ahora me siento terriblemente mal. ¡Todo es culpa de Migue!” Comenzó a pensar Noah mientras se disculpaba una y otra vez con su primo.

- Yo no, fue la mejor tarde de mi vida y me importa un carajo lo que me digas Joel. – Comento Miguel sin vergüenza alguna, razón por la cual termino por recibir un codazo por parte de Noah en el brazo y se quejó por ello. Joel suspiro y quito a Tepig de su regazo, dejándolo justo en el sofá para así levantarse.

- Como sea, me alegro de que todo esté bien entre ustedes. – Hablo Joel con una sonrisa muy sincera de su parte. -Aunque me alegraría más aún si tuviesen consideración con las personas que quieren llegar a casa a ducharse tranquilo sin tener que escucharlos coger. – Noah desvió la mirada hacia un lado, ya ni siquiera sabía cómo mirar a su primo a la cara mientras que Miguel tan solo le sacaba la lengua de manera infantil a Joel. – Bueno, yo ya alimente a Tepig, ahora Noah debe preparar la cena y limpiar la cocina, yo ya hice mi parte limpiando la sala y el comedor. -

- Entonces yo también me pondré a limpiar así podre irme a casa de mis padres mañana temprano. –

- Si y yo te acompañare. – Hablo Miguel muy emocionado y justo en ese momento tanto Noah como Joel lo miraron extrañados. - ¿Por qué me miran así? Tengo que volver a ver a mis suegros. Después de todo ellos me quieren ¿no? Prometo que me portare bien así que di que sí. – Noah rodo los ojos y luego suspiro.

- Esta bien, te llevare. –

- Eres el mejor ¿sabías? – Miguel se acercó más a Noah y lo abrazo para poder plantarle un dulce y tierno beso en la mejilla.

- Huácala, yo me voy de aquí ahora mismo. Verlos tan cursis hace que se me revuelva el estómago y me den ganas de vomitar arcoíris. – Comento Joel tapándose los ojos mientras caminaba hacia la puerta de su habitacion. – Avísenme cuando este la cena. – Fue lo último que dijo Joel antes de entrar a su habitación. Miguel y Noah se miraron a los ojos y comenzaron a reírse divertidos para luego darse otro beso en los labios. Ambos estaban demasiado felices por volver a estar juntos, que al instante se les olvido los regaños de Joel.

Esta vez, su relación había vuelto a ser la misma que era anteriormente cuando salían juntos, salvo que esta vez, ya no eran niños, eran adultos que sabían cómo manejar las cosas con madures y confiar el uno del otro. Esta vez, su relación era más fuerte que nunca.

*-*-*-*

Habia pasado la semana, y nuevamente se encontraba en un sábado por la tarde, sentado en una de las bancas de la plaza que estaba cerca del club deportivo en donde jugaba vóley. Como Joel supuso que su conversación con Candela no duraría mucho, pensó en verla media hora antes de que fuera hora de ir al club. Estaba allí tranquilo, mirando a sus alrededores, esperando a que llegase Candela.

Al parecer, ella seguía siendo puntual a la hora de reunirse con alguien, porque justo cuando se hizo la hora que habían acordado exactamente, fue cuando Joel la vio caminando hacia donde él estaba. Ella se veía casi igual que la última vez, salvo que Joel noto algo nuevo en ella y era que esta vez sí se podía ver su panza de embarazada, parecía estar recién de tres meses.

- Hola Joel ¿Cómo has estado? – Pregunto ella al llegar, acercándose a Joel para saludarlo con un beso en la mejilla. Joel rio un poco nervioso e incómodo al recibir ese gesto por parte de Candela. Normalmente, ese tipo de saludos era lo más normal del mundo con sus amigas y conocidas, pero con Candela se sentía sumamente raro.

- Bien, muy bien. – Respondió Joel un poco cortante. Candela lo miro extrañado, a lo que luego se sentó en la banca justo al lado suyo.

- Lamento no haberme comunicado en estos días, pero es que no sé muy bien lo que paso la otra vez y como no te comunicaste conmigo pensé que quizás estabas molesto. – Dio su intento de excusa más patético que alguna vez Joel ha oído. Joel suspiro y la miro, quería hablar con ella correctamente, mirándola a los ojos y decirle todo lo que debía decirle, sin omitir ni una sola palabra.

- Ese chico de la otra vez era Godoy Luis ¿Lo recuerdas? Fue con quien te descubrí engañándome aquella vez. – Candela abrió por completo sus ojos, sorprendida por lo que Joel le habida dicho. Sin embargo, no sabía si su sorpresa se debía porque era Luis en sí o por como Joel había mencionado aquel día en que la descubrió engañándolo.

- Ustedes ¿se hicieron amigos? – Pregunto ella bastante confundida.

- Algo asi. Él también se molestó mucho cuando me vio contigo, prácticamente me dijo que era un idiota por volver a hablarte, y tenía mucha razón. – Joel recordó aquella que vez que vio a Luis molesto por primera vez, él chico era pura sonrisa y ternura, verlo molesto fue algo nuevo y sorpresivo en aquel momento.

- Joel. – Ella intento tomar la mano de Joel, pero este la aparto.

- Belén me lo conto todo. Me conto que estas embarazada y que nuevamente me querías volver a usar. – Comenzó a hablar Joel, bastante serio y con un tono de voz un poco más gruesa de lo normal, más firme que de costumbre. - Recuerdo cuando todos me vivian diciendo que tu solo me usabas para vengarte de Belén. Yo nunca les creí porque estaba perdidamente enamorado de ti, yo te defendí de ellos porque pensé que sentías lo mismo que yo y juro que hasta los mandé a la mierda varias veces por ti, por una persona que no lo vale. –

- Ya te dije que no fue así. Yo realmente te quería, pero me di cuenta muy tarde de eso y lo admito, fue una estúpida, pero... – Justo antes de que Candela siguiese con sus mentiras, Joel la interrumpió, levantándose de la banca y mirándola con el ceño fruncido.

- No, tu no me querías. Durante estos últimos meses he sentido lo que realmente es querer y ser querido, y créeme que no se parece en lo más mínimo en lo que solía ser nuestra relación. – Respondió Joel, subiendo un poco el tono de su voz. - Yo te quería tanto que hasta parecía absurdo, mientras tu solo me usabas como otro peón más en tu juego. Eras la persona que más quería y nunca estuviste allí para mí cuando te necesitaba, lo que me pasaba a mi jamás te importo. – Sus palabras eran crudas, pero ciertas. Candela tan solo fingía tener interés en las cosas que le preocupaban a Joel, pero jamás le importo realmente. Solo sus amigos lo habían apoyado, y más recientemente, descubrió que había una persona que sin importar cuantas razones tendría para regañarlo, siempre le decía lo que necesitaba escuchar.

- ¿Qué? ¿Acaso estas saliendo con alguien más? O me dirás que te hiciste puto y ahora el idiota de Luis es tu novio ¿o sí? – Ella pregunto un poco exaltada y hablando con sarcasmo, parándose de la banca también. Joel se molestó bastante al escuchar como Candela se refería a Luis.

- Y si es así ¿qué? – Pregunto bastante molesto. - Te lo advierto Candela, yo no te guardo rencor en lo más mínimo por lo que me hiciste, pero si me llego a enterar que te metiste con él o con alguno de mis amigos, esta vez sí responderé. La única razón por la que acepte a reunirme contigo fue para que aclarásemos las cosas de una buena vez y me dejes de molestar. – Candela se puso nerviosa al ver como Joel le hablaba, se tomó unos segundos para tranquilizarse, desvió la mirada hacia su derecha y sonrió para luego soltar un largo suspiro. Joel por su parte, no quito en ningún momento su mirada de Candela, quedándose un poco confundido al ver como sonreía.

- Esta bien, tú ganas. Esta vez sí va en serio, lamento mucho las molestias que te cause y prometo no volver a entrometerme en tu vida para siempre. Pero, no me iré sin antes hacer esto… - Comento Candela con una gran sonrisa, acercándose a Joel rápidamente para plantarle un beso en los labios. Casi al instante Joel la empujo un poco para que ella se apartase de él. “Como lo supuse, sus besos ya no me saben a nada.”

- ¿Por qué diablos hiciste eso? – Pregunto bastante molesto, a lo que ella solo se rio y señalo hacia su derecha, manteniendo su mirada sobre Joel. “No…” Joel miro hacia donde ella señalaba y comenzó a putear una y otra vez en su mente. Justo allí estaba Luis, dándose media vuelta para irse por el lado contrario.

“Mierda, justo a mí se me viene a ocurrir encontrarme con Candela aquí.” Sin importarle un demonio que Candela aun estuviese allí riéndose, comenzó a caminar a paso acelerado hacia donde estaba Luis. Tenía que seguirlo y aclararle las cosas tal y como son. Cruzo las calles rápido con cuidado de cruzar justo cuando no pasaran los autos. Estaban tan apurado que fue solo cuestión de suerte que no haya terminado chocándose con nadie. Podía ver como Luis también caminaba a paso rápido.

- ¡Luis! Espera. – Le grito una vez más, esperando a que este se detuviese y, sin embargo, no lo hizo. Joel esta vez lo alcanzo, tomando de su brazo para detenerlo. Ambos se encontraban en una calle casi desierta donde no había nadie más, solo ellos dos.  – Luis, escucha. -

- ¿Qué? ¿Qué quieres que escuche? ¿Vas a justificar lo que acabo de ver? – Y allí estaba otra vez, su rostro enfurecido. Tenía una mueca en sus labios que demostraban su desagrado y fruncía el ceño bastante molesto, hasta su voz se oía más gruesa de lo normal. En ese momento, Joel aflojo su agarre, haciendo que Luis se librase de él. Miro duramente a Joel y hablo. - Tu sabes lo mucho que te amo Joel y lo único que haces es jugar con mis sentimientos. Realmente no eres tan diferente a como es Candela. –

- No es así, si es verdad que accedí para verme con ella, pero… Luis, escúchame…- Joel respondió al instante ante las acusaciones de Luis. Sin embargo, ese simplemente le dio la espalda para comenzar a caminar, sin escuchar ni una sola palabra. - Luis, detente. – Joel dio unos tres pasos hacia donde iba Luis, le estaba doliendo ver como se alejaba de él y le daba la espalda. Otra vez sintiendo ese horrible sentimiento que le aterraba, que odiaba con todo su ser. - ¿Me vas a dejar solo? – Le pregunto sin pensarlo.

Justo en ese momento, Luis se detuvo, se dio la vuelta y vio a Joel, quien se encontraba con su mirada fija en el suelo. Se acercó lentamente hacia él y lo observo fijamente, esperando a que Joel hablase. Joel estaba paralizado, el pecho le estaba doliendo, sus manos temblaban y estaba bastante nervioso. Muchas veces él se encontraba tranquilo e imperturbable, pero su miedo a estar solo, le provocaba un gran terror. En cuanto Luis vio su rostro sumamente triste, no pudo resistirlo más y termino por abrazarlo. Luis era débil, muy débil ante Joel, así como Joel era muy débil cuando alguien que le importaba le daba la espalda.

- Joel, tranquilo, yo… - Hablo mientras lo abrazaba con más fuerza, separándose un poco después para poder ver su rostro y acariciar sus mejillas con sus manos. - Lo siento, lo siento mucho, prometo escucharte así que no tengas miedo. – Joel no respondía, seguía igual de quieto que en un principio. - Te lo prometí ¿cierto? No te dejare solo. Solo estaba molesto por lo que vi, prometo escucharte. –

- Yo, solo quería verla por última vez, para verificar si realmente la había superado. -  Comenzó a hablar, su voz temblaba un poco, pero parecía bastante seguro de lo que decía. - Y lo hice, le dije todo lo que debía decirle y también le dije que no volviera a molestarme a mi o a mis amigos. – Esta vez Joel hablaba como siempre, sin balbucear, sin murmurar y mirando a Luis a los ojos. - Es todo gracias a ti ¿sabes? Cuando ella me beso yo ya no sentí nada, ella ya no significa nada para mí y eso se debe, a que me enamoré de ti. ¿Realmente me creías capaz de jugar con tus sentimientos? – Las mejillas de Luis se ruborizaron al escuchar esa confesión, a lo que Joel soltó una pequeña risa.

- Joel… -

- En todo este tiempo en que nos hemos conocido, te has vuelto alguien muy importante para mí, eres como una estrella, brillando dentro de toda esa oscuridad en la que me encuentro. – Hablo Joel con una gran sonrisa entre sus labios, llevando sus manos cuidadosamente hacia los cabellos de Luis para acariciarlos y luego besarlo en los labios.

-Yo…yo me siento de la misma manera. – La cara de bobo enamorado que había hecho Luis, logro que Joel se riera a carcajadas. “Él es tan lindo.” Normalmente Joel no decía cosas tan cursis como esas, pero realmente quería demostrarle a Luis lo mucho que significaba para él.

- Vamos, hoy no quiero ir al club, quiero estar solamente contigo. – Le sonrió maliciosamente, y luego beso su mejilla de manera seductora. Luis abrió y cerro la boca un par de veces, hasta que finalmente asintió, separándose un poco de Joel para tomar de su mano y así caminar juntos.

*-*-*-*

Llegaron hasta su casa, deseando que su madre se haya ido a casa de su tía como dijo que lo haría y como su padre no llegaría hasta más tarde por estar de guardia, ambos tenían tiempo para disfrutar a solas. Luis estaba inmensamente feliz. Su amor por Joel era correspondido, y ahora estaban en su habitación, comiéndose a besos sobre su cama mientras se desvestían lentamente, Joel dejo sus anteojos sobre la mesita de noche para que no estorbasen. Joel estaba justo debajo suyo, pasando sus manos por debajo de su camiseta para alzarla un poco, dándole entender a Luis que quería que se la quitase.

Luis asintió, se separó un poco de Joel para quitarse la camiseta y luego desabrocharse el cinturón para luego quitarse los pantalones. Joel por su parte, miraba a Luis divertido, mientras se desnudaba y tiraba sus prendas de ropa al suelo junto con las de Luis. Una vez que se encontraron completamente desnudos, volvieron a besarse con fervor y a pasar sus manos por el cuerpo del otro.

Tenía que admitirlo, Luis estaba muy caliente y el sentir como las manos heladas de Joel pasaban por su pecho y luego por su espalda, era una sensación tan especial. Y, si había algo que nunca iba a cambiar en él, era que siempre se sentiría avergonzado frente a él, y es que, al lado de Joel, siempre se sentía muy inexperto.

- Luis, si yo te pido algo ¿Lo harías? – Pregunto Joel con una gran sonrisa, llevando una de sus manos a los labios de Luis para acariciarlos con su dedo índice. Luis simplemente asintió como respuesta. - ¿Podrías chupármela?  Quiero saber cómo se siente. – Le susurro en el oído a Luis, haciendo que este temblase un poco. - ¿Por favor? – Luis no sabía qué tipo de cara estaba poniendo en ese momento, pero al ver como Joel se reía de él, supuso que estaba haciendo una expresión estúpida.

Sin embargo, Luis no iba a negarse a cumplir los deseos de Joel, quería hacerlo sentir bien y definitivamente lo haría. Beso los labios de Joel una vez más, siendo la textura de estos sobre los suyos. Luego, fue descendiendo con sus besos, repartiéndolos desde su cuello hasta su pecho, mientras acariciaba con sus manos el abdomen y la cintura de Joel. Jugo con uno de sus pezones, pasando su lengua alrededor de este para luego chuparlo y morderlo suavemente, logrando así quitarle a Joel un suspiro de placer.

Después de eso, siguió descendiendo por su cuerpo, hasta llegar a su miembro el cual aún no estaba erecto. “Dios ¿Cómo hace para mantener la calma de esa manera? Yo por poco y sentí que me corría cuando me pidió que se la chupara. “Pensó, mientras llevaba una de sus manos al pene de Joel para comenzar a masturbarlo. Acariciaba especialmente la punta de su pene con su dedo indicie con movimientos lentos, logrando así que al poco tiempo el pene de Joel se parara.

Joel tomo la mano de Luis y comenzó a lamer sus dedos as u vez que mantenía su mirada fijamente en sus ojos, observando la cara que hacia mientras chupaba sus dedos. Una vez que estos se encontraban bien lubricados, Luis los aparto de la boca de Joel, quienes quedaron unidos a los labios de Joel por un hilo de saliva.

Luis suspiro, tomo las piernas de Joel y las acomodo para que quedaran sobre sus hombros. Luego, tomo con una de sus manos el pene de Joel, mientras que su otra mano, la cual tenía sus dedos bien lubricados, se encontraba cerca de la entrada de Joel. Luis estaba nervioso, era la primera vez que se la iba a chupar a un hombre, y ese hombre era Joel. Decidió tragarse todos sus nervios por unos momentos, cerrar sus ojos y dejarse llevar.

Comenzó por lamer el pene de Joel de arriba abajo con su lengua, mientras que con una de sus manos acariciaba sus testículos. Por otra parte, empezó por meter uno de sus dedos en la entrada de Joel, lentamente, disfrutando escuchar los ruidos eróticos que soltaba Joel al ser preparado. Una vez que se cansó de jugar con un solo dedo, metió el segundo dedo, y justo en ese momento se metió el pene de Joel en la boca, comenzando a chuparlo.

- Se siente bien… y un poco raro por tu barba Luis. – Respondió Joel entre suspiro. Sin embargo, aunque su intención era lograr que Luis se avergonzase, este simplemente siguió con su labor, succionando con más rapidez que al principio. – Luis…- Gimió su nombre, indiciándole que no faltaba mucho para que se corriera. Luis siguió la felación, hasta que metió su tercer dedo en la entrada de Joel. Logrando de este modo, que Joel se corriera en su boca, soltando un largo gemido. Luis trago aquel liquido amargo que había terminado en su boca.

- ¿Cómo…? ¿Cómo se sintió? – Pregunto tartamudeando un poco mientras movía sus dedos en el interior de Joel, observando como este movía sus caderas. Joel llevo sus manos al rostro de Luis, acariciando sus mejillas con delicadeza mientras se reía.

- Se sintió muy bien… - Admitió Joel. Tomo su mentón con una de sus manos, indicándole que se acercara hasta él, Luis obedeció quitándose las piernas de Joel de sus hombros y se acercó a su rostro para poder besarlo. – Todo lo que me haces me gusta. – Respondió Joel, rodeando a Luis con sus brazos.

Una vez que sintió que Joel estaba lo suficientemente bien preparado, retiro sus dedos de su entrada y se acomodó mejor entre las piernas de Joel. Tomo su pene erecto con una de sus manos y lo posiciono justo frente a la entrada de Joel para comenzar a introducirse dentro de él, lentamente, disfrutando ese calor embriagador que se apoderaba de él. Joel solto un quejido de dolor, pero poco a poco se fue acostumbrado a la intromisión.

Una vez que Luis entro por completo dentro de Joel, espero a que este se acostumbrase para luego comenzar con las embestidas. Comenzó con embestidas lentas, con las cuales se tomaba el tiempo de disfrutar como Joel lo apretaba dentro suyo. Joel por su parte, comenzó a besar el cuello de Luis, dejando algunas marcas de besos en su piel.

Las piernas de Joel rodearon la cintura de Luis, apretándolo, haciéndole casi imposible escapar de él, aunque en lo más minimo eso era lo que deseaba. Las manos de Luis tomaron la cadera de Joel, para así poder atraerlo hacia él y así profundizar aún más sus embestidas. Joel abrió grande sus ojos por la sorpresa y era que Luis estaba comenzando a aumentar la velocidad de sus embestidas. Joel cerro los ojos con fuerza y comenzó a gemir desesperadamente, dando a entender que lo estaba disfrutando bastante.

Luis llevo una de sus manos al miembro de Joel, el cual se había vuelto a despertar, para comenzar a masturbarlo.  Ambos susurraban sus nombres entre suspiros y jadeos. Luis sonreía feliz al ver que Joel lo estaba disfrutando. Volvían a besarse con lujuria, lamiendo sus labios, pasando su lengua por cada rincón de su boca. La cara de Joel estaba casi tan roja como la de Luis en ese momento.

Ambos se encontraban en el mismísimo orgasmo, estaban perdidos en el placer, gimiendo y suspirando. Luis seguía masturbando a Joel al ritmo de las embestidas, llegando hasta un punto en donde Joel se corrió en su mano. Al sentirse tan apretado en el interior de Joel, Luis tampoco pudo resistirlo más y dio su última embestida para correrse de una vez dentro de Joel.

Ambos se tomaron un tiempo para tranquilar los latidos de sus corazones y regular su respiración. El rostro de Joel estaba un poco rojo, su boca estaba entreabierta y podía ver como caía un hilo de saliva por la comisura de sus labios, cayendo un poco en su pirsin. Luis corrió con una de sus manos los cabellos que caían sobre la frente de Joel para poder observarlo un poco mejor. Joel se rio ante esa acción y beso su mano.

- Eres muy tierno conmigo. – Comento Joel con una gran sonrisa, inclinándose hacia delante para poder plantarle un último beso más en los labios. - Te amo. –

- Y yo a ti Joel, aunque siempre te rías de lo patético que soy. –  Le respondió Luis riéndose un poco de si mismo.

- Lamento ser muy cruel a veces, pero es que así de patético y tierno me gustas. – Joel se rio una vez más al oír un “hey” por parte de Luis y lo abrazo. Se quedaron en la cama disfrutando la presencia del otro por otro rato más. Ambos estaban seguros de sus sentimientos, y no había nada ni nadie que pudiera arruinar eso. Porque ambos eran la luz del otro.

Fin.

Notas finales:

Bueno, este es el fin. Comenten que les parecio y nos vemos proximamente en el epilogo! Bay nee besos y abrazos. 

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