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Unidos por las estrellas por kina_chan

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Notas del capitulo:

Hola a todos ^^

Bueno, el cap de hoy fue bastante largo D; La verdad es el cap más largo de este fic hasta ahora.

Noah y Migue son los protas de este capitulo. Ya el proximo me consentrare un poco más en mi Joel

El capitulo de hoy trata del cumpleaños de Joel pero como dice el titulo, tambien tratara sobre recuerdos preciosos que tenian Miguel y Noah. 

 

Era sábado por la mañana y Noah se encontraba en la cocina terminado de preparar el café. Al escuchar la puerta del baño abrirse decidió tomar dos tazas de café, una para él y otra para Sabrina. Joel no se encontraba en casa esa mañana, ya que le había prometido a su hermanita y a su madre que al menos desayunaría con ellas por su cumpleaños.

-Buenos días Noah. – Escucho la voz cantarina de Sabrina

-Buenos días…Sabrina. – Noah se dio vuelta y saludo a Sabrina, pero al darse cuenta de que esta estaba tan solo en short, una toalla enrollando su cabello y en sostén desvió la mirada al instante. Ella comenzó a reírse al darse cuenta de esa razón.

- ¿Te da vergüenza verme casi en pelotas? Oh vamos, no es como si estuviera desnuda ¿Has visto chicas en bikini? Esto es prácticamente lo mismo. Es extraño que un chico gay sienta vergüenza de ver a una chica casi desnuda, pero se ve que eres alguien muy respetuoso Noah. – Sabrina se acercó hasta la heladera y saco de allí una bolsa donde había masitas que guardo para el desayuno.

-Gracias…supongo. – Noah termino de servir el café en las tazas y luego las llevo hasta la mesa del comedor. Sabrina lo siguió con la bolsa de masitas y el tarro de azúcar. Noah tomo el control remoto y encendió la televisión. Ambos se sentaron en las sillas y luego le comenzaron a poner azúcar a sus cafés. – Por cierto, gracias por ayudarme ayer. -

-No te preocupes, al fin y al cabo, ese pastel era para Joel. – Le contesto ella con una sonrisa para luego tomar un sorbo de su café. - ¿Y dime…tu peluche sigue con lo del trauma que le provoco Migue? – Pregunto entre risas. Noah no sabía si ella se estaba riendo de que él tuviera un peluche, del hecho en sí o de la cara que estaba haciendo en ese momento.

-Por favor, no me lo recuerdes. – Noah llevo una de sus manos a su frente mientras trataba de no reírse, la risa de Sabrina se le estaba contagiando un poco. “–Dices que ya no sientes nada por mi… pero tu rostro esta igual de rojo por estar cerca mío como en aquel entonces. –“Recordó lo que Miguel le había dicho en ese momento. Justo después de que Miguel se había ido de allí luego de molestarlo, Noah comprobó con las palmas de sus manos lo cálidas que estaban sus mejillas. “¿Cómo no quieres que me ponga nervioso cuando invades mi espacio personal idiota?” Luego de eso, comenzó a detestar un poco más al idiota de su ex.

-Noah… ¿A ti te sigue gustando Migue? – Noah estuvo a punto de tomar un poco de su café hasta que escucho esa pregunta y se detuvo.

- ¿Qué? No ¿Por qué lo preguntas? –

-Oh vamos, no tienes por qué avergonzarte. Estas cosas suelen pasar. A veces se necesita más que un simple “terminamos” para olvidarte de esa persona realmente. – Sabrina hizo una especie de mueca que parecía una sonrisa. Noah no sabía que contestar a eso, no sabía si ella se estaba refiriendo a si misma o alguien más, simplemente se limitó a guardar silencio y seguir desayunando para luego escuchar el ruido de la puerta principal de la casa.

-Llegue ¿Sabrina todavía sigue dormida? – Pregunto Joel al entrar a la sala.

- ¡Ja! Mira quien cumplió su promesa de estar despierta y bañada para cuando llegaras. – Sonrió Sabrina como señal de victoria.

- ¿Sabrina levantándose temprano? Falta que Migue sea el primero en llegar a la estación y listo…se suspende todo por lluvia. – Comento Joel para luego tomar una de las masitas que estaban sobre la mesa. Sabrina lo miro mal y se levantó de su asiento para acercarse a Joel y golpearlo levemente en el brazo izquierdo.

-Nunca nos tienes fe. – Ella le sonrió y luego le dio un beso en los labios. -Feliz cumpleaños Joel. –

-Gracias. Bueno mejor se apuran para desayunar así luego nos vamos a la estación. – Comento Joel para luego darle una palmada fuerte en la espalda de Noah el cual se quejó del dolor. Noah suspiro y siguió tomando de su café, tenía ganas de hablar con Joel sobre cómo estaban su madre y su hermanita, pero prefirió hacerlo en otro momento. En ese día lo único que debía importar era hacer que Joel se divirtiera y que no pensase en aquellas cosas que tanto lo agobiaban.

*-*-*-*

Miguel todavía seguía pensando en lo que había pasado el día anterior. Fue un idiota, el idiota más grande del mundo al decirle esas cosas a Noah. Se encontraba tan molesto que le había dicho esas cosas sin pensarlo bien. Estaba más que seguro de que estar con Noah durante todo ese día sería sumamente incómodo. Lo peor de todo eso, era que había admitido seguir teniendo sentimientos por él, lo que no era algo muy bueno analizando las circunstancias en las cuales se encontraban.

-Hola Migue, hola Mica. – Miguel se encontraba junto con su hermana llegando a la estación, allí mismo se encontraba Luis con una gran sonrisa y quitándose sus auriculares. Miguel y Micaela lo saludaron de igual manera. -No te ves muy bien hoy Migue ¿Dormiste mal? -

-Hice algo mal mejor dicho…- Respondió desganado, no importa cuánto intentase dejar de pensar en eso, simplemente no podía dejar de hacerlo.

- ¿Qué rayos hiciste? -

-Se pasó el peluche de Noah por las axilas. Y para empeorar las cosas, ese peluche era un regalo que había recibido de su novio. – Respondió Micaela por su hermano para luego soltar una leve risa.

- ¿Y porque hiciste eso? – Pregunto Luis tratando de contener la risa. No podía culparlo de reírse, hasta incluso para él sonaba como la estupidez más grande de todas que alguna vez haya hecho.

-No sabía que era de él y... Espera ¿Tu como sabes eso? – Pregunto confundido. Estaba más que seguro de que no le había dicho absolutamente nada a su hermana.

-Belén me lo dijo ayer por mensaje. - “Maldita chismosa.” Miguel estaba comenzando a imaginarse como haría para tirar a Belén del puente cuando llegasen a Puerto Madero. -Oh vamos, admite que es divertido. – Agrega Micaela mientras se reía.

Migue simplemente ignoro a su hermana y decidió por fijarse con la mirada si venían Joel y los demás. Luego de unos segundos los vio a Joel, Sabrina y Noah caminando hacia donde se encontraban ellos. Sabrina y Joel saludaron un poco a lo lejos con sus manos mientras que Noah miro fijamente a Miguel frunciendo el ceño para luego desviar la mirada. “Sigue molesto, es entendible.” Miguel suspiro al pensar en eso.

Todos saludaron a Joel por su cumpleaños, menos Sabrina y Noah que ya lo habían hecho antes de llegar allí. Miguel estaba bastante sorprendido con respecto a cómo trataba Joel a Luis. Al principio actuaba incomodo ante él y trataba de evitarlo a toda costa por razones entendibles de algún modo, pero ahora actuaba de lo más normal frente a él, sospechaba que quizás eso se debía a que ahora ambos iban al mismo club para jugar vóley.

- ¿Y Belén? – Pregunto Miguel al darse cuenta de la ausencia de cierta chica alocada.

-Me mandó un mensaje hace rato, dijo que tomemos él tren que ella subirá al mismo que tomemos nosotros en la próxima estación, esta allá con su novio. – Respondió Joel sacando su celular del bolsillo de su pantalón para revisar si tenía algún mensaje. -Y me dijo que Gabriel y Pablo tuvieron cosas que hacer en el trabajo por lo cual no vendrán con nosotros, pero si los veremos en la noche, ellos traerán algunas bebidas. -

-Bueno, supongo que esa es suficiente razón para no matarlos. – Tras decir eso, tanto Joel como él sonrieron.Minutos después el tren llego, ya todos tenían sus boletos y como no tenían que esperar a nadie más se subieron.

Sabrina y Joel se sentaron juntos, en el asiento que estaba justo delante de donde se sentaron Noah y Micaela. Miguel se había sentado junto con Luis quien se encontraba con una gran sonrisa como acostumbraba a mostrar todos los días. A veces llegaba a envidiarlo por eso, tener una gran sonrisa desde tan temprano era algo difícil para Miguel, sobre todo cuando está más que seguro de que Joel y Belén tramaban algo.

En la siguiente estación, Belén y su novio Mariano habían subido al tren. Mariano media como mucho 1.75, su cabello era corto y negro, sus ojos eran de color miel, su piel era de un leve color beige, estaba vestido con un pantalón negro, una camisa de cuadros de color azul y unas zapatillas rojas con negro. Él era quien llevaba una pequeña hielera de tergopol donde traía dos gaseosas.

Era de esperarse que segundos después de que llegara Belén, ella y Joel comenzarían a burlarse de Miguel de la manera más sutil y posible que se les ocurrió, cantando la canción Olvídala* que pasaban seguido en el comercial de jugos en la tele. Lo peor de todo es que luego él mismo comenzó a cantar la estúpida canción debido a que se le había quedado en la cabeza.

Después de eso, luego comenzaron a cantar otras canciones en medio del vagón del tren sin importarles si los pasajeros se reían de ellos o los miraban feo. Las cosas comenzaron a ser más divertida cuando todos se pusieron a cantar todo tipo de canciones clásicas, incluso Luis se había integrado en el grupo muy fácilmente.

Todo estuvo relativamente bien durante todo el viaje en tren, incluso estuvo bien cuando bajaron en la estación correspondiente, pero cuando llegaron al obelisco algo extraño había ocurrido. Todos, incluyendo a Luis, habían dejado a él y a Noah atrás. Eran obvias las razones por las cuales hicieron eso, pero le sorprendía bastante el hecho de que Noah no dijera o hiciera algo al respeto. Miguel por su parte, estaba un poco feliz por caminar al lado de Noah, le traía de vuelta esa hermosa sensación de nostalgia que sentía cada vez que se encontraba a su lado.

*-*-*-*

Noah se encontraba bastante relajado y feliz en esos momentos, le alegraba bastante que todos se estuvieran divirtiendo, sobre todo le alegraba que Joel estuviese de buen humor. Incluso él mismo se estaba divirtiendo con el montón de estupidez que decían todos, tanto así que hasta se había olvidado del rencor que le tenía a Migue por traumar a su peluche.

En un momento, Belén, Sabrina y Micaela se detuvieron a ver la vidriera de una tienda de indumentaria femenina. Parecían estar encantadas por los lindos vestidos y demás ropa que vendía el local, pero al ver los precios de cada cosa decidieron dejar de mirar y seguir caminando.

-Noah ¿Un día de estos puedo ponerte un vestido mío? - Le pregunto Belén mientras dándose la vuelta para observar la reacción de su primo ante esa pregunta. “¿Qué?” -Un vestido de color rosa clarito te quedaría bien. – Todos comenzaron a reírse después de escuchar eso.

- ¿Te parece que tengo vagina? Belén, sé que soy puto, pero tampoco para tanto. -Respondió dentro de todo calmado, pero a la vez ofendido. Belén se calló y le saco la lengua. Noah pudo escuchar como Miguel soltaba una pequeña risa. - ¿Qué es tan gracioso? –

-Nada, solo que… Has cambiado bastante, antes solías simplemente ignorarlo. –

-Bueno, no voy a dejar que me molesten por todo, todo el tiempo. - Respondió Noah sin darle mucha importancia.

-Lamento mucho lo que paso ayer… Bueno, en realidad lamento lo muy idiota que he sido contigo durante todo este tiempo. - Noah dejo de caminar para mirar a Miguel a los ojos. Le estaba sorprendiendo bastante escucharlo disculparse, con lo orgulloso que era él le parecía muy raro que se disculpase.

-Está bien, acepto tus disculpas, yo también lamento haberte golpeado la otra vez y decir ayer cosas que realmente no quería decirte, es solo que estaba bastante molesto en ese momento. – Noah estaba bastante sorprendido, desde el día en que se volvieron a ver hasta ese momento, esa fue la primera conversación que tuvieron en la cual no se estaban molestando entre sí.

-Me alegra saber eso. – Escucho esas palabras viniendo del tono de voz suave que solía tener Miguel cuando se encontraba tranquilo. “¿De enserio tanto quieres que volvamos a ser amigos?” Noah estuvo a punto de preguntarle sobre eso último que había dicho, pero justo en ese momento Belén los interrumpió.

- ¡Migue! Anoche soñé contigo y Joel, ambos estaban haciendo algo así como sexo sadomasoquista. – En ese momento todos quedaron muy confundidos por lo que había dicho Belén. Joel y Miguel se miraron entre los dos y luego miraron raro a Belén.

- ¿Y quién era el masoquista? – Fue lo primero que se le ocurrió a Joel preguntar.

-Es obvio que Migue y Joel era el sádico dominante. – Respondió Belén como si fuese la cosa más normal del mundo. Justo después de escuchar esa respuesta todos comenzaron a reírse, incluso el novio de Belén se reía de las cosas raras que soñaba ella.

- ¿Qué? ¿Cómo que obviamente yo? – Miguel se veía bastante ofendido por esa respuesta. -Lo que me faltaba, ahora soy la pasiva de Joel. –

-Acéptalo Migue, tu eres mi puta. – Joel siguió con el juego para burlarse de su amigo. Noah se estaba divirtiendo tanto que hasta se había olvidado de lo que le iba a decir a Miguel.

Una vez que llegaron a puerto madero, Belén saco su celular de su bolso para comenzar a sacar fotos del lugar y de sus amigos. Ellos se encontraban del lado donde estaban todos los restaurantes. A Noah le resultaba bastante gracioso ver a Miguel y Joel actuar como niños a estas alturas, pero no tenía nada de malo ser de esa manera a veces. Ya se había hecho las dos de la tarde cuando habían llegado hasta allí, buscaron un lugar bonito donde sentarse y todos comenzaron a sacar la comida que habían traído.

Era increíble el gran silencio que hacían todos a la hora de comer, era como si solo se concentrarse en devorar todo lo que viesen. Sin embargo, no se quejaba de eso, ya que era bastante bonito poder observar esa maravillosa vista con ese silencio. Aunque comenzó a odiarlo cuando de la nada empezó a recordar esa cita que había tenido con Miguel hace años atrás.

La primera vez que había ido a puerto madero fue cuando estuvo en una cita con Miguel. Recordaba como estuvieron durante todo el día tomados de la mano, las veces en que se habían besado sin importarle si los miraban, las fotos que se habían sacado juntos esa vez. “¡Basta! ¿Qué crees que estás haciendo?” Se dijo a sí mismo en sus pensamientos. “No debería estar pensando en esas cosas, no cuando estoy con alguien más ahora.” En esos momentos, Noah sintió que estaba engañando a Javier por recordar esos momentos que había pasado con Miguel. No estaba bien lo que hacía y por eso mismo decidió que dejaría de pensar en eso de una buena vez.

- ¡Migue! ¡Bájame! – Escucho la voz de Micaela gritar. Noah llevo su mirada hacia Miguel quien estaba cargando a su pequeña hermana sobre su hombro mientras la llevaba cerca del rio.

- Ya deja de gritar. – Miguel bajo a su hermana al suelo y esta comenzó a reírse de los nervios. -Ni que te hubiese tirado de enserio. Pero la próxima vez que te burles mi te tirare de enserio. -

-Sabes muy bien que me da miedo cuando me cargan así. – Micaela se fue directo a donde estaba Noah y se sentó justo al lado de este. - ¿Puedo preguntarte algo? -

- ¿Si? -

-Tu eres una persona inteligente y bastante madura… ¿Cómo fue que terminaste saliendo con esa cosa antes? Está bien que sea guapo, pero ni yo en tu lugar hubiese salido con él solamente por eso. -  Micaela hablaba mientras señalaba a su hermano y a Joel haciendo payasadas. Noah hizo una mueca de disgusto, justo cuando se había decidido a no pensar en Miguel, vienen y le preguntan justamente eso. -Si te molesta la pregunta no es necesario que contestes. -

-Siéndote sincero…Ni puta idea de que le vi. – En la actualidad, Noah ya no le veía nada a Miguel, solo lo veía como un idiota con mal temperamento si se lo molestaba demasiado. Anteriormente Noah solía ser un idiota enamorado que se la pasaba observando a Miguel y que para colmo hacía notar demasiado sus sentimientos hacia él.  “Vaya que era un imbécil.”

Luego de comer comenzaron a darle la vuelta al lugar. Nuevamente, Noah se encontraba atrás de todo al lado de Miguel. Era bastante raro que Miguel no decidiese estar más adelante jodiendo con Joel, ya que en esos mismos momentos se encontraba bastante tranquilo. Belén y su novio se besaban y se sacaban fotos a cada rato, lo cual por alguna extraña razón le estaba resultando bastante incómodo.

Todo estaba yendo relativamente bien, hasta que llegaron al puente y todos se quedaron mirando los candados que estaban colgados en las cuerdas que estaban en el acceso al puente, cerca de la virgencita que estaba allí. “Maldición, todavía recuerdo que yo y Migue también habíamos colocado un candado aquí.” Recordaba que habían colgado uno, pero no recordaba específicamente donde era o como era el candado.

- ¿Qué son estos candados? – Pregunto Micaela al ver tantos candados colgados.

- ¿Que no es obvio? Candados cerrados, la virgen, el puente de la Mujer…- Le hablaba Luis mientras se reía.

- ¿Qué enserio? – Micaela había entendido la indirecta, pero no le creía del todo.

-Encima le cree la muy boba. – Habla Belén riéndose de lo absurdo que sonaba eso.

- ¿Entonces para qué son los candados? -

-Son los candados que colocan algunas parejas cuando vienen aquí en símbolo de amor eterno. Es una moda que vino de otros países. Colocan el candado, lo cierran y luego arrojan la llave al rio. Dando a entender que el amor no se ira a ningún lado. – Respondió Miguel observando los candados que estaban colgados en la cuerda, como si estuviese buscando uno en particular. Todos habían mirado raro a Miguel cuando este termino de hablar. - ¿Qué? -

-Miguel Esteban Herrera ¿Desde cuando eres todo un romántico? – Pregunto Joel en burla hacia su amigo.

-O vamos, solo lo sé porque lo sé y ya. – Miguel miro molesto a Joel y luego siguió observando los candados.

-Sí, claro. – Joel soltó una risa y luego siguió. -Bueno ¿Compramos unas cervezas para tomar? -

-Eso no se pregunta, se hace. – Le contestaron Belén y Mariano al mismo tiempo.

-Bueno, entonces vamos. – Sabrina hizo una señal con su mano para que todos fueran junto con Joel y ella a comprar las cervezas. De ese modo, todos comenzaron a cruzar por el puente, excepto Miguel que no se movió de su lugar, lo cual le dio mucha curiosidad a Noah. Observo fijamente el candado que estaba tocando Miguel.

-Ese es…- Había soltado esas palabras sin pensar, por eso mismo guardo silencio al instante. Miguel lo miro le sonrió.

-Eras muy bueno pintando antes. – Comento Miguel, soltando ese candado de color rojo que tenía pequeñas estrellas pintadas de distintos colores. Noah simplemente no podía creerlo, ese candando de allí era el que Miguel y él habían colocado juntos. Era increíble que Miguel aun recordase en donde y como era el candando que habían puesto allí hace años atrás. Noah recordaba que habían puesto un candando que él mismo había pintado, pero no recordaba exactamente como lo había pintado o en qué lugar lo habían colocado exactamente. - ¿Vamos? – Pregunto Miguel comenzando a caminar. Noah asintió y siguió caminando.

“¿Por qué? ¿Por qué aun te acuerdas de eso?” Ambos habían dejado más que claro que ya no sentían nada el uno por el otro. Sin embargo, ya no estaba tan seguro de que fuese así.  “-A veces se necesita más que un simple “terminamos” para olvidarte de esa persona realmente. -“. Las palabras que le había dicho Sabrina esa mañana llegaron a sus recuerdos. Quería creer que todo eso solo irán ideas suyas. Noah recordaba perfectamente como era Miguel antes de su relación, era el tipo de persona que no podía estar tanto tiempo soltero que ya conocía una nueva chica. Pensando en ello, Noah estaba más que seguro de que Miguel había conseguido alguien más al poco tiempo de terminar. “Es imposible que siga enamorado de mí. De seguro solo quiere molestarme.”

*-*-*-*

“¿Estaré siendo demasiado obvio?” Noah parecía estar tomando un poco de distancia de él después de lo que le había dicho con respecto al candado. Sabía que recordar en donde colocaron el candado y como estaba decorado era algo absurdo, pero Miguel a diferencia de Joel, tenía muy buena memoria para detalles tan lindos he importantes. “¿Por qué solo cuando se trata de ti me vuelvo un idiota cursi?”

De un momento a otro el celular de Noah comenzó a sonar. Miguel dirigió su mirada hacia él y vio como sacaba su celular del bolsillo de su pantalón. Pudo escuchar la voz de una persona saliendo de allí. Noah llevo el celular a su oído para poder escuchar mejor, segundos después comenzó a reírse.

-Estaré bien, no tomare mucho. No tienes por qué preocuparte amor. – Hablo Noah con una sonrisa en sus labios, parecía estar mandando un mensaje de voz.Al escuchar eso, supo con quién estaba hablando Noah. No era de esperarse que Miguel se pusiera celoso por escuchar a Noah llamar “amor” a alguien más.

“¿Qué estoy haciendo? Noah ya tiene a alguien más. No debería estar insinuándome a él cuando es más que obvio que no le intereso de la misma forma.” Si había algo que no iba a hacer Miguel era ser una molestia, una cosa era molestar a Noah con pequeñas cosas y otra ya era meterse en cosas en las que no tenía derecho a meterse. Su madre le había enseñado de muy pequeño a que debía respetar a las personas y eso mismo era lo que haría.

Después de eso, Miguel se alejó bastante de Noah, quedándose prácticamente pegado a Luis y a Joel para molestarlos. Sentía que era lo mejor por el momento, de ese modo podía evitar actuar como idiota frente a Noah.

Todo estaba resultando bastante bien, hasta que llegó la hora de volver a casa y tuvo la maldita suerte de tener amigos que llegaban a molestarlo de la manera más cruel posible. Como era de esperarse, Miguel y Noah terminaron sentándose juntos en el tren. Era sumamente incomodo en todos los sentidos, ninguno se decía nada ni mucho menos se miraban. “Es por estas razones que odio a mis amigos.”

-Noah…- Belén llamo a su primo, quien se encontraba sentada junto con su novio en los asientos que estaban justo delante de Miguel y Noah.

- ¿Qué? -

-Tu cara esta tan roja como la verga de un perro. – Comento para luego reírse. Miguel observo el rostro de Noah en esos momentos, estaba rojo, pero no sabía si eso era exactamente por vergüenza o por lo molesto que esta con Belén por decirle eso.

-Vete al demonio Belén. – Noah no parecía tener ganas de pelear, por lo que Belén se decepciono al no recibir una respuesta más ingeniosa.

El viaje fue prácticamente igual que el que hicieron en la mañana. Todos decían estupideces y de vez en cuando cantaban. Sin embargo, ni Miguel ni Noah decían una sola palabra. Después de pasar unas tres estaciones Noah se quedó dormido y lo peor de todo fue que su cabeza se encontraba apoyada sobre el hombro de Miguel. No era de esperarse que todos lo molestarían por eso en susurros para no despertar a Noah. Lo que no solía hacia que tuviese que soportar ese tentador deseo que tenia de besar su hermosa frente que tanto le gustaba hacer en el pasado, sino que también tenía que soportar las burlas de sus amigos. “Ya sabía yo que este no sería un buen día para mí.”

Cuando llegaron a su respectiva estación, Miguel despertó a Noah, lo que fue bastante penoso para Noah también ya que había babeado un poco la chaqueta de Miguel. Durante el camino a casa de Joel no había ocurrido nada, todos estaban emocionados porque ya era la hora de tomar y tomar a más no poder.

Al llegar a la casa se encontraron con Gabriel y Pablo esperando en la entrada y a con una caja que parecía traer las bebidas que eran de regalo para Joel. Ni bien entraron a la casa se había decidido que comerían la torta primero y luego tomarían a más no poder. Noah estaba tan emocionado que fue quien que fue a buscar el pastel. Miguel lo siguió a la cocina para ayudarlo.

- ¿Necesitas ayu…? - Justo cuando Noah iba a abrir la heladera, su celular volvió a sonar, a lo que lo tomo al instante para ver el mensaje. -Vaya ¿Qué no puedes estar sin mandarle mensajes a tu novio? – “¿Qué estoy haciendo?” Esta vez Miguel simplemente no podía evitarlo, los celos se estaban apoderando de él, dejando el sentido de la razón fuera de todo.

- ¿Y si es así cuál es tu problema? – Le respondió Noah bastante molesto, para luego dejar su celular sobre la mesada.

-Nada ¿Quieres que te ayude y lleve el pastel mientras tú le contestas? – Miguel se acercó a la heladera y tomo el pastel entre sus manos. Pero justo cuando iba salir de la cocina Noah lo detuvo.

- ¿Qué haces? Aún le falta las velas, dámelo. -

-Se las pondrás después entonces. – Noah intento sacarle el pastel a Miguel, pero este también estiraba de la bandeja el pastel para evitar dárselo.

- ¿Por qué están tardando tanto? – Pregunto Belén mientras entraba a la cocina. Segundos después el pastel termino cayéndose al suelo por estarlo forcejeando tanto.

- ¡Mira lo que has hecho! – Grito Noah furioso al ver que el pastel que había hecho con mucho cariño ahora se encontraba en el suelo.

- ¿Yo? ¡Tú fuiste quien no me quería dar el estúpido pastel! – Respondió Miguel igual de molesto.

- ¡Ya basta! Pensé que hoy ya estaban aprendiendo a llevarse mejor, pero parece que me equivoqué. Ahora tiraron el pastel de cumpleaños de Joel al suelo. – Belén hablo tan fuerte que todos los demás que estaban en el comedor lo escucharon. - ¡Gabriel! ¡Pablo! Ayúdenme a sacar a estos idiotas de la casa. -

- ¿Qué? – Preguntaron ambos sin entender a que se refería exactamente Belén con eso. Gabriel y Pablo entraron a la cocina y comenzaron a empujar a Noah y a Miguel de la cocina, llevándolos de ese modo hasta la salida de la casa. Obviamente ambos se quejaron e intentaron zafarse de ellos, pero Gabriel y Pablo eran bastante fuerte, incluso un poco más que Miguel. Belén quien llevaba las llaves de la reja y la abrió para que luego Gabriel y Pablo los echaran de allí.

- ¿Qué haces Belén? Ábrenos. – Se quejó Noah ya estando afuera de la casa.

-No hasta que no se lleven bien, no voy a dejar que sigan arruinando el cumpleaños de Joel solo porque ambos son unos idiotas. – Después de decir eso, ella junto con Gabriel y Pablo se metieron dentro de la casa, dejando a Noah y a Miguel afuera de noche y con frio. Noah no se animaba a seguir gritando debido a que no quería molestar a los vecinos desde tan tarde. “Genial Migue, otra vez actuaste como un jodido imbécil. Este año de seguro me llevo el premio a el idiota más grande del universo.” Esta vez la culpa era toda suya y de sus estúpidos celos.

-Vayamos a mi casa. –

-Yo no me iré a ningún lado contigo, gracias a ti nos echaron y no sé porque cada vez que estoy contigo haces una estupidez que hacen que me den ganas de matarte. Me quedare aquí a esperar a que me abran, lastimosamente mi celular y mis llaves están allí. – Contesto Noah sentándose en el suelo. A pesar de saber que es toda su culpa y que fue un idiota al hacer eso, y peor aún porque ni siquiera pensaba en disculparse con él. Aunque esta vez, no era su orgullo quien le impedía hacerlo, sino más bien el hecho de que hubiese evitado que Noah y Javier se siguieran comunicando por mensaje. Estaba mal lo que hacía, sí, pero en esos momentos ya no importaba.

- ¿De enserio crees que te abrirán? Ellos de seguro ya están comenzando a tomar y créeme que una vez ebrios no sabrán ni como abrir la puerta. Hace frio, es de noche y no es seguro estar aquí afuera mucho tiempo. No seas bobo y vamos. – Le hablo con una voz seria y firme. Noah lo miro por unos momentos y asintió.

Una vez que llegaron a casa de Miguel, su madre se sorprendió al verlos ya que sus hijos habían dicho que se quedarían en casa de Joel hasta el día siguiente. Aunque ella estaba más sorprendida de ver a Noah con Miguel juntos por ver solamente a uno de sus hijos volver a casa. Obviamente le explicaron que los habían echado por idiotas y que Noah había dejado sus cosas en la casa. Su madre los entendió y les dijo que podía sacar el colchón de la habitación de Micaela para Noah durmiese allí en la habitación de Miguel.

Miguel pudo notar lo muy avergonzado y apenado que se encontraba Noah por estar nuevamente en esa casa y por volver a ver a los padres de Miguel. Ellos sabían qué relación tenían anteriormente, por eso mismo era que se sentía tan avergonzado.

Traer a Noah a su casa quizás fue un gran error. Todo comenzó cuando tuvo que prestarle ropa para dormir. Obviamente, la ropa de Miguel era sumamente grande a comparación a la que usa Noah normalmente. Por lo cual el pijama que le presto le quedaba bastante suelto, trayéndole recuerdos de cuando Noah usaba su ropa para provocarlo.

-Noah, lo siento mucho. El gato nuevo que trajo mi hija ayer se meo en el colchón de ella y ayer se meo en los cojines del sillón. No te molesta dormir en la misma cama que Migue ¿cierto? – Hablo la madre de Miguel desde el otro lado de puerta de la habitación de Miguel. “Y mi mala suerte aun no acaba. Mendigo gato feo.” La situación ahora sí que paso de incomoda a súper incomoda. Noah con la vieja ropa de Miguel puesta, Miguel solamente en bóxer y ahora resulta que tendrán que compartir la misma cama.

-No se preocupe, estaré bien. – Respondió Noah con una risa nerviosa. -Haces algo y te mato. – Le susurro Noah a Miguel para luego acostarse en la cama.

El que dos hombres compartieran cama era algo raro de cierto modo, incluso siendo amigos se seguiría viendo raro. Muchas veces Joel y Miguel durmieron juntos y se burlaban al día siguiente de lo muy gay que resultaba hacer eso. Pero dormir en la misma cama con otro hombre, él cual no te ve como su amigo, este es tu ex y están en la misma cama donde antes solían tener sexo, va a otro nivel de rareza e incomodidad.

-Buenas noches. – Hablo Noah quien se encontraba en la punta del lado izquierdo de la cama, dándole la espalda a Miguel. Se notaba lo molesto que estaba por su forma de hablar y de actuar.

-Buenas noches. – Contesto Miguel quien se encontraba del otro lado de la cama también le estaba dando la espalada a Noah.

Noah era alguien quien dormía mucho cuando estaba muy cansado, por lo cual fue el primero en conciliar el sueño. Por otra parte, Miguel seguía despierto, tratando de dormir y dejar de pensar la primera vez que hicieron el amor en su cama. Miguel se dio la vuelta para poder contemplar la espalda y la nuca de la persona que aún no ha dejado de amar. Se asustó al ver que Noah se movía, por lo cual casi se da la vuelta para fingir que no se había movido y que estaba dormido.

Sin embargo, Noah se movía estando dormido, parecía estar incómodo. “No será que…” Miguel rodeo con ambos brazos a Noah y lo empujo suavemente para que su cabeza se apoyara en su pecho. Noah abrazo aun dormido a Miguel con uno de sus brazos y dejo de moverse. “¿Aun no puedes dormir sin abrazar una almohada no es así?” Miguel sonrió al notar que su amado no había cambiado tanto como él pensaba. Incluso el también llego a pensar, que, si no hubiese abrazado a Noah, no hubiese podido conciliar el sueño.

 

Continuara…

Notas finales:

Olvidala comercial: Exprimidor - Olvídala | Nuevo Comercial Jugos BC en polvo 2016 Un comercial lava cerebros despues de escucharla más de mil veces en la tele. (en serio, es imposible no cantarlo despues de tantas veces que lo escuchas)

En este capitulo Miguel fue bastante idiota, mucho, siento que el amor hace idiota a las personas asi que Migue es el ejemplo de ello xD

Bueno, eso fue todo por hoy. Muchas gracias por leer ^^ si quieren dejarme algun review se los agradeceria muchisimo. Bay nee besos y abrazos. Hasta pronto :3


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