La muchedumbre en un principio quedó por completo choqueada. Absolutamente todos reconocían al joven vestido de sirviente allí. Le había servido a cada uno de ellos con una increíble disposición, aún si era unilateral.
Cuando por fin pudieron reaccionar los invitados, tenían puntos de vistas que diferían. Algunos, creyendo que era una especie de broma de mal gusto. Otros, que les habían tomado el pelo… Y bueno, no faltaban aquellos que habían captado y se alegraban o avergonzaban de su actitud al tratar a la servidumbre.
Murmullos comenzaron, como si el escenario frente a ellos no existiera. Fue entonces cuando Alibaba pidió el micrófono, y elevó la voz.
r13;Muchos se preguntarán qué acaba de pasar. r13;Comenzó. De a poco las voces de los demás se apagaron, escuchando al anfitrión. La mayoría esperaba una explicación. Alibaba dio un par de pasos hacia adelante, resaltando. Respiró hondo antes de hablar. Una sonrisa un tanto ladeada apareció, mostrándose divertido. r13;Pues, su verdadera naturaleza se muestra con la servidumbre, y como nuevo en este mundo, quise saber a qué me enfrentaba. r13;Alibaba tuvo que adecuar sus ojos la iluminación, desde muchos lados hacía foto la prensa con cámaras con flash, además de grabarlo. Gracias a Dios había previsto eso, y ensayaron previamente. r13;Ahora sé con quienes trataré. r13;Miró a alguien específico del público sutilmente. Nadie lo notó, nadie supo a quién. Pero él sí, y se estremeció en su puesto, como nunca lo había hecho. r13; ¡Muchas gracias por su asistencia a esta fiesta! Y perdonen mis caprichos. r13;Remató con una reverencia final y una impecable sonrisa.
El micrófono pasó de la mano del rubio, a la del presentador. Él, muy rápido y efusivo, continuó.
r13; ¡Este fue, Alibaba Saluja, nuevo jefe de la empresa Balbadd!
Un par de aplausos se escucharon al principio, muy lentos. La mayoría de los expectantes estaban en un leve shock. Pero luego reconocieron los métodos del menor, y los aplausos cobraron vida. Una efusiva mezcla de diferentes tipos de aplausos cubrió la sala, y despidieron con gran afán al nuevo personaje en ese podrido mundo.
r13;Buena táctica, ¿Eh? r13;Preguntó Koumei a su hermano mayor, más nunca llegó a escuchar respuesta.
El telón en el escenario se cerró, y la figura del rubio se perdió detrás de ella.
Alibaba suspiró, a la vez que parte del equipo de producción le rodeaban y aplaudían. Uno en específico, le pasó una toalla y una botella de agua.
r13; ¿Cómo lo hice? r13;Preguntó.
r13; ¡Bien!
r13; ¡Genial!
r13; ¡Ese es nuestro jefe!
Luego de un par de risas en conjunto, cierto peli azul, apartado de todo eso, llamó personalmente a su amigo, para fijar los últimos detalles de su debut.
r13; ¡Aladdin! ¿Cómo lo hice? r13;Preguntó Alibaba apenas estuvo al lado de su amigo.
r13;Genial Alibaba-kun. r13;Le regaló una de esas inocentes sonrisas que entonces sólo él le daba. r13;Tal y como esperábamos de nuestro nuevo jefe.
r13;Oh vamos, no me llames así también tú ~ r13;Pidió con un leve sonroso Alibaba. No podía acostumbrarse a escuchar cómo sus seres cercanos y queridos le trataban como a un jefe.
r13;A ver, dime quién es tu asistente. r13;Insistió Aladdin.
r13;Pues tú…
r13;Perfecto, entonces eres mi jefe. r13;Volvió a sonreír el menor. Luego elevó una libreta que mantenía en su diestra. r13;Ah, sí, lo que venía a hacer. r13;Recordó, un poco olvidadizo. La excitación de esa revelación también recorría al equipo de trabajo.
r13; ¿Y eso qué sería? r13;Finalmente Alibaba abrió la botella de agua, bebiendo de ella para refrescarse.
r13; ¿Quiénes serán los primeros, Alibaba-kun?
Un largo silencio hubo, mientras el rubio terminaba de beber. Una impecable sonrisa apareció en su rostro, confiada. Estaba decidido, y su determinación pasaba a su mirada.
Durante los siguientes días no hubo nadie que no supiera quién era Alibaba Saluja.
Periódicos, Noticieros, Redes Sociales, Inclusive en programas de matinales aparecía él. Su rostro en todos lados estaba. Era el boom del momento. Y varias opiniones habían al respecto de lo que hizo en su presentación.
«Imprudente»
«Creativo»
« ¡Es tan lindo! »
A la mayoría del público joven, en general, le había agradado. En especial a las mujeres, que no lograban encontrar algo malo en él. «Por fin un hombre digno en este mundo» tantas malas pasadas que habían sufrido y ahora parecía caer un ángel en comparación a los demás cerdos.
Aunque fue toda una sorpresa que también llamase la atención del público masculino.
«Hay que aceptar» Resonó en el televisor de la sala de los Ren. «Que es bastante bien parecido» Declaró un conductor de un matinal.
La imagen de Alibaba en un recuadro estaba en una esquina superior de la televisión. Kouen había parado casualmente en dicho programa, mientras tomaba su café de las mañanas.
Un pequeño recelo creció tan repentinamente en él, que cambió de inmediato el canal, buscando otro de sus matinales preferidos.
Aunque el destino caprichoso lo dejó en otro canal.
Le pareció por un momento haber visto esa cabellera impecablemente rubia, y retrocedió en tres canales.
Allí estaba, como invitado especial, el recién debutado Alibaba Saluja. En vivo, decía.
Kouen no pudo resistirse. Dejó el control remoto de lado, y se quedó viendo aquel programa, bebiendo paulatinamente su Café.
Sinceramente, no escuchaba nada de lo que estaban hablando. Podía reconocer que era una entrevista, porque lo decía en la barra de abajo, pero… Su atención recaía sólo en Alibaba, en sus expresiones, en sus sonrisas…
Se perdió en esos ojos avellana tan puros y redondos. Esa sonrisa seguía siendo tan pulcra inocente y natural, como lo había visto la primera vez.
Kouen se preguntaba si había encontrado a la única persona sincera y real en ese mundo… Tan podrido que era la supuesta élite.
De repente, un cambio en la expresión de Alibaba lo desconcertó. Había tenido por un ápice de segundo sorpresa y puede que hasta incomodidad, aunque pronto se mostró confiado.
Por fin el pelirrojo prestó atención a lo que decían, e intentó procesarlo para escuchar la respuesta.
« ¿Cuál será su primer movimiento como cabeza de la compañía, joven Saluja? » Preguntó la joven conductora del programa.
La sonrisa de Alibaba se ensanchó, y Kouen pareció babear, mientras volvía a beber de su té.
« ¡Negociar con Sindria y Kou! » Tal era la felicidad que mostraba Alibaba, que se contagió a los que lo acompañaban.
Kouen se atoró.