Llevo teniendo pesadillas desde hace 2 años y medio, de esas pesadillas que se repiten una y otra vez, aquellas que te quitan el sueño y te mantienen despierto todo el día; han pasado aproximadamente dos días en los que no he dormido correctamente, cuando estas pesadillas aparecen no se van pronto se mantienen ahí por días incluso meses. Siempre he sido una persona muy reservada, prefiero no compartir mis sentimientos, y en realidad siento que nadie tiene que preocuparse de mis problemas, suficiente tienen mis amigos en sus vidas como para que les ponga más pesos sobre los hombros.
Desde muy joven recurrí a la forma sana de deshacerme de mis preocupaciones captando toda mi atención en la música y esto me ha llevado a lo que soy ahora, estoy en una banda famosa y toco la batería, pero desde esa ocasión ya nada puede llenar el vació que siento en mí, siento que perdí todo y es muy difícil seguir adelante desde entonces. Nadie sabe de lo que me pasa, terminé asistiendo a un terapeuta por convicción propia, estuve a punto de suicidarme en algunas ocasiones, pero mi único motor para continuar en este mundo es él.
Recuerdo en cada sueño vívidamente ese terrible suceso, en si fueron demasiados sucesos pero ese fue el definitivo, recuerdo mirar su rostro perdido, sus ojos azules como canicas extraviadas en el infinito, y el olor a hierro, la sangre había bañado toda la alfombra del baño, sus muñecas habían sido cercenadas varias veces con una navaja, se había cortado las venas intentando desesperadamente quitarse la vida. A penas lo había encontrado salí disparado a llamar el 911, me acuerdo cuando sus ojos se dirigieron a mí, tétricamente se fijaron en mi rostro, me miraban con odio mientras yo realizaba torniquetes en sus brazos para detener la hemorragia en lo que llegaban los paramédicos, estuve a punto de perderlo y quizá a veces pienso que hubiese sido mejor que muriera y no tuviésemos que sufrir lo que ahora sufrimos, quizá yo hubiese seguido adelante con mi carrera y por qué no igual y estuviese con alguien más, que me amara locamente y que me hiciera sentir completo de nuevo, pero aun así me aferré a él y sigo luchando con él y para él.
-Te ves algo cansado Eric-me sacó de mis pensamientos Esteban con un pequeño apretón en el hombro – pronto nos vamos de gira ¿Estás estresado por algo?
-No, no es eso, he estado… solo…- desvié la mirada, siempre consideré a Esteban uno de mis mejores amigos, es un hombre bastante perceptivo y amable pero ni siquiera a él le he contado acerca de mis problemas.
-HEY CHICOS, ES HORA DE EMPEZAR- se escuchó la voz de la vocalista, su hermana melliza, en el pasillo del estudio de música, me sentí aliviado por un momento.
-Te tengo pendiente ¿ok? No creas que te salvaste- me dijo en el oído y me acercó el puño, sonreí de lado y choqué mi puño con el suyo, en todo este tiempo había sido demasiado bueno intentando ocultar mis problemas pero siempre había sido con Esteban quien me había costado mantener al margen.
Había sido una mañana larga, puedo jactarme de que la banda a la que pertenezco es muy productiva, estamos a punto de irnos de gira para presentar nuestro nuevo disco y ya estamos empezando a grabar nuevas canciones.
Debo decir que definitivamente somos un buen equipo, pero para todo buen inicio se necesita un buen empujón, y Gabriel nos había brindado al 100% las mejores oportunidades y fue por el súbito incidente de su intento de suicidio que nos tuvo que abandonar. Nadie sabe de ello más qué yo, para ese tiempo ya empezábamos a tener un poco de fama, después de 2 años de arduo trabajo diario ya habíamos empezado a sonar un poco en las radios locales, habíamos dejado nuestro país natal México para perseguir nuestros sueño en los Ángeles CA y estábamos viviendo la aventura, recuerdo haber pagado a todos los medios posibles para alejarse del caso, no quería que él tuviese que pasar una humillación más en su vida, y era una mala forma de empezar nuestro lanzamiento.
Actualmente mis sueldos completos, regalías, conciertos, etc se van en gastos y ya quisiera que sea para cumplir caprichos pero más que eso son necesidades. Cada viernes manejo dos horas para estar cerca de Gabriel, a veces me hospedo una o dos noches, es un sacrifico y en una que otra ocasión me ha generado problemas, por su salud y por nuestro bien pagaría lo que sea, aún si eso me llevara a la ruina.
Desde esa noche Gabriel está internado en un centro Psiquiátrico, el mejor que pude encontrar aún si todo mi dinero se va en él no me molesta en lo absoluto, no puedo vivir ya sin estar a su lado. Los primeros días no me reconocía, gritaba cuando los demás se acercaban, se jalaba el cabello y lloraba en las esquinas, actualmente se ha notado una mejoría, pero no la suficiente como para que pueda salir.
Lo amo y justo cuando me había ganado su amor su hermano arruinó todo… por eso Gabriel está en las condiciones en las que está.
-Buenas tardes señor Eric, el doctor le espera en su oficina-me avisó la recepcionista del hospital.
Normalmente son malas noticias, una vez me dejaron sacarlo por una semana debido a que había terminado un tratamiento y todo había salido muy bien, su mejora era notoria, podía socializar con los demás pero una vez estando solos llegaron a sus oídos información acerca de que su hermano había sido detenido y estaba en la cárcel, se volvió loco de nuevo, tiró todas las cosas en mi departamento y se encerró a llorar en el armario, no me quedó más de otra que tener que internarlo, no fue una buena experiencia.
-Siéntese por favor- me indicó el doctor- Puede que no sea ético de mi parte hablarle de esta forma, ahora no está tratando con el doctor, se lo voy a decir como amigo, he notado que usted se ha desgastado mucho en este proceso y sabemos que apoya a Gabriel pero nunca estaremos seguros de que sus mejoras duren para toda la vida, yo sé que usted asiste con una de nuestras terapeutas y el caso de ustedes en particular resulta ser alarmante, ahora estamos muy preocupados por usted y tememos de que caiga en un cuadro de depresión, no le estoy sugiriendo que lo abandone, el señor Gabriel y usted han pasado por muchas cosas pero seamos realistas, llevar una relación con el tipo de trauma que tiene él será muy difícil, casi imposible, usted debería seguir su vida, ambos son personas muy jóvenes y lo más probable es que sería bueno que se distancien por el bien de ambos…
-Doctor- dije con la voz quebrada, clavé las uñas en las manos para evitar las lágrimas pero fue inútil – por qué me está diciendo estas cosas- dejé que mi cabello largo cubriera mi rostro mientras me mantego cabizbajo.
-El señor Gabriel de nuevo ha presentado mejoras en su salud, es posible que podamos darle de alta, pero usted sabe muy bien lo que pasó la última vez…
Como siempre, nunca buenas noticias, aunque pareciera lo contrario, no era buenas en lo absoluto, no sabría cómo manejar de nuevo esa situación si se volviese a presentar.
-No quisiera decir esto, pero en mi experiencia cabe la posibilidad de que él nunca sea capaz de mantener una vida normal y pase el resto de su vida aquí.
-¿Cómo podemos evitar eso doctor?- mantuvela vista a mis piernas, las lágrimas se me escurrían hasta la playera.
-La única forma en la que podremos saber si él realmente puede mejorar es dejar que salga cuando encontremos pogreso, pero eso implica un riesgo, y le deberá firmar a la policía que se compromete a cuidar de él en caso de que sea necesario- hizo una pausa larga y torció la boca- el hecho de que él salga y mejore tampoco asegura que estará a tu lado y de verdad Eric, podemos buscar alternativas para el bienestar de Gabriel, pero tú necesitas seguir tu vida. No es como si estuviesen atados, tú… en realidad no has tenido una relación íntima con él desde hace mucho tiempo, todos estos problemas se interpusieron en los sentimientos de ambos y realmente deberías de reconsiderar si quieres esto para toda tu vida…
-¿ME ESTÁ PIDIENDO QUE LO ABANDONE?-me levanté súbitamente de la silla y aporré mis puños en el escritorio.
-No quisiera decirlo de esa forma, pero si… prométeme que después de esta visita te ausentarás por tres semanas, durante ese tiempo tienes prohibido el acceso, piensa lo que está sucediendo, revalora tu vida también.
La verdad duele saben, duele aunque sea lo que es, la triste y agria verdad, me cuesta aceptarlo pero no puedo negar del todo que el doctor me habló como necesitaba.
Como cada fin de semana en mis visitas compré un pequeño ramillete de flores y accedí a su fría y blanca habitación, en la mayor parte del tiempo no me dejan entrar pero debido a su notoria recuperación me dejaron acceder directamente a visitarlo.
-¡ERIC!- le escuché moverse rápidamente de la cama mientras abría la puerta, en segundos estaba parado junto a mí, Gabriel es una persona de estatura promedio, pero yo mido 1.90, por lo tanto pareciera que es más pequeño, sus ojos azules que resaltan con su piel trigueña y su cabello negro y sus cejas tupidas.
-Gabriel, ¿Cómo has estado?- la voz del doctor retumbaba en mi cabeza, puse mi mejor cara, debido a sus traumas nadie podía tocarlo, ni siquiera los doctores, al principio fue difícil tener que lidiar con eso pero para mí ya era una costumbre, a pesar de eso tenía unas ganas inmensas de abrazarlo.
-Bien, el doctor… ha hablado contigo- su tono de voz sonaba emocionado.
-SÍ…-dudé un poco al hablar.
-Pronto estaré fuera sabes, tengo muchas ganas de salir, más que nunca.
-Yo sé Gabriel, pronto será- me incliné un poco para mirarle directamente a los ojos – todo depende de ti- sentí que se sonrojó un poco, desvió la mirada
-Espero que no pase lo mismo de la última vez...-hubo un silencio muy largo, después seguimos con nuestra plática habitual.