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A prueba de tus errores por Goldfrapp

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Notas del fanfic:

Hola! Espero les guste este nuevo fic :) Se aceptan sugerencias 

Notas del capitulo:

Hola! :3 

Comenzaré este nuevo fic (y terminaré algunos otro)

Espero les guste

 

Es extraño hablar de las circunstancias que me orillaron a estar en esta situación, a veces me cuestiono si es verdad que el destino te pone en el lugar y tiempo adecuados. Tal vez es cierto y estoy aquí porque este es mi lugar en el mundo, en este momento.

Mi nombre es Joey Wheeler y por ahora soy enfermero para el ejército, antes de que empezara la guerra yo era empleado en una fábrica de ropa, yo cosía los detalles finales a las prendas, el trabajo lo hacía a mano y cuando la guerra comenzó la empresa tuvo que cerrar porque una bomba callo sobre ella, creo que tuve suerte ya que ese día me enferme y no pude ir al trabajo, o tal vez no tuve tanta suerte ya que me quede sin empleo.

Pero, ¿Cómo es que alguien que se dedica a coser botones termina siendo enfermero? Eso es lo que me pregunto a diario. Cuando llegue a las oficinas del ejército para ofrecerme como voluntario pensé que me mandarían a otro lugar, los soldados encargados dijeron que habían vacantes solo en la enfermería y que me podían dan un poco de dinero para subsistir, y si yo quería podía quedarme a vivir ahí hasta que la guerra terminara, esto me vino como anillo al dedo y acepte.

Nunca había tenido que coser algo que no fuera tela y botones, coser carne humana es extraño, me hace sentir mal, los primeros días tenía miedo de ver a tantos heridos y tanta sangre, recuerdo que mis manos temblaban cuando cruce la puerta de la enfermería. Y es que he visto de todo, niños heridos y perdidos, muertes de personas de todas edades. La guerra es tan cruel, la vida es tan difícil ahora, se vive con miedo a no volver a casa.

Hace ya 6 años de que empezó este conflicto, nuestro país fue invadido por el país vecino a causa del oro que hay en la zona norte, mi país siempre ha sido pacifico, las personas Vivian tranquilas, felices y con grandes sueños de crecer. La guerra se tornó más cruel llegado el otoño de hace tres años, fue ahí donde perdí a mi familia, el barrio donde yo vivía fue atacado con una bomba igual a la que destruyo el lugar en el que trabajaba.

Mi padre siempre decía “algún día esto terminará, y créeme que todo tendrá sus recompensas” eso me motiva a salir cada día de la cama, mi padre era muy precavido y unos meses antes al ataque a mi barrio decidió mandar a mi hermana al extranjero, pero como todo está empeorando es difícil tener comunicación con el exterior por eso no tengo noticias de ella, no sé si está bien.

Los días aquí son arduos, hay días en los que no pruebo bocado porque no tengo tiempo, mucha gente llega herida, en el mejor de los casos puedo hacer algo por ellas, me siento satisfecho, aunque son difíciles las perdidas, mucha gente inocente como mi padre, mueren a diario.

Los rumores dicen que pronto se acabara todo porque organismos internacionales están interviniendo y están de nuestro lado, pero son rumores, cuando llegue aquí decían lo mismo y llevo 8 meses aquí.

-Joey ha llegado alguien- dice mi compañera sacándome de mis pensamientos

-Claro- me levanto y con la mirada veo la entrada del lugar, parece ser una familia y necesitan mucha ayuda, a paso veloz llego hasta ellos y los ubico en un lugar para poder revisarlos.

La pequeña niña afortunadamente no tiene nada, solo está asustada y eso alivia un poco mi preocupación, la madre en cambio tiene un fuerte golpe en la cabeza y raspones por todos lados –Tranquila, no es nada grave- le digo para tranquilizarla- Tengo que limpiar sus heridas- la mujer asienta con la cabeza, me dispongo a lavar sus heridas cuando recuerdo que con ellas venía alguien más, es un joven de cabello castaño, su cabello le cubre completamente la cara, sus manos están llenas de tierra, incluso están sangrando, su ropa se encuentra rota.

El chico todavía se encuentra junto a la puerta sin dar ningún paso, las enfermeras y doctores pasan a su lados apresurados, incluso algunos lo empujan y le dan a entender que ahí parado está estorbando el trabajo. Él no dice nada, parece estar sumido en un profundo trance.

-Señora, debería decirle a su hijos que se acerque- le digo a la mujer herida

-Él no es mi hijo, cuando veníamos para acá la ambulancia lo encontró paralizado frente a un incendio-

-Ohhh ya veo… espere un momento y sostenga este algodón- le indico a la mujer como sostenerlo y me acerco cautelosamente al chico, toco su brazo para sacarlo un poco de su trance, pero parece no haber causado algún efecto- ¿Te encuentras bien?... ¿Te duele algo?...- me pregunto ¿Hablará el mismo idioma que yo?- ¿Me escuchas?...- entonces el voltea un poco su cabeza para dirigirme por primera vez la mirada, es una mirada penetrante, me siento completamente desnudo ante ella, es como si husmeara dentro de mi cuerpo y de mi mente, pareciera como si el supiera todos mis secretos.

Este chico parece tener mi edad, sus dedos tiemblan un poco, aunque su reparación es tranquila, de pronto esos ojos azules comienzan a humedecerse con lágrimas que pronto recorren las mejillas, los labios parecen querer moverse para decir algo, toma un poco de aire por la boca, su mirada sigue fija en mí.

-El…- dice en voz muy baja, o es lo único que alcanzo a escuchar, atrapa mi mano derecha entre las suyas –Por favor no me dejes solo- mi corazón late muy rápido, nadie nunca me había dicho algo así, el sigue temblando como si tuviera frio.

-No, no te dejare solo… vamos para allá para que te revise- el chico me sigue, cuando llego a la camilla donde estaba la señora, una de mis compañeras me informa que ya la han atendido y va a estar en un campamento para refugiados, me siento aliviado. –Vamos siéntate ahí, ¿Te duele algo?- el chico solo niega con la cabeza, tomo su rostro entre mis manos y veo atentamente si hay algo extraño en él y bueno en el no hay nada extraño, yo soy el que se siente extraño, tengo ganas de rozar mis labios contra los suyos y sujetarlo para no dejarlo ir nunca, por un momento me imagino con el caminando de la mano, el canto de los pájaros, su sonrisa, el cálido sol. Salgo de mi fantasía al sentir su mano sobre la mía, él sonríe ¿Me está coqueteando? Yo correspondo a su sonrisa y dejo lentamente su rostro-Creo que te encuentras bien, le diré a alguien que te lleve a la zona de refugiados-

 

-¿Zona de refugiados? Pero, tú dijiste que no me dejarías solo- el chico baja la mirada

-Lo crítico ya paso-

-No, tú tienes que estar conmigo porque tú eres mío- 

Notas finales:

Hasta la proxima! :D


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