Se acabó nuestro amor y empezó,
Un otoño eterno,
Que dejo en el silencio a mi sol,
¿Cómo detengo?,
Este camino de dolor,
-Sabes que lo heriste ¿verdad?
Watanuki quien hasta ahora me escuchaba en silencio por fin pronuncio palabra, realmente no sabía si ganaría algo al ir a verlo pero necesitaba que alguien me dijera donde se encontraba Fye ya que tras todo este tiempo de búsqueda por mi cuenta y sin haber obtenido pista alguna me estaba quedando sin opciones…
-Lo sé, por eso mismo necesito encontrarlo…
-Y si él no quiere saber nada de ti ¿Qué harás?
Sabía perfectamente a quien pertenecía la voz a mis espaldas…
-SI ÉL NO QUIERE ESCUCHAR LO OBLIGARE A QUE LO HAGA SI DESPUES DE ELLO LE SIGUE DANDO IGUAL QUE SE VAYA AL CARAJO
-Tan brusco como siempre, ¿es que nunca cambias?
-Yuko.- dijo Watanuki en un tono bajo pero la preocupación denotaba en su voz
-MALDITA BRUJA SI NO VAS A AYUDAR NO INTERFIERAS
En este punto mi desesperación había crecido en sobremanera olvidándome por completo del porque estaba ahí…
-¿Y si te dijera que sé dónde está?
Una sonrisa burlona asomo en los labios de la bruja si bien eran buenas noticias el problema era el hecho de que esa mujer no era capaz ni de dar los buenos días sin tener que recibir algo por lo cual y aún sin pensarlo pregunte:
-¿Qué quieres a cambio?
Voy contra el viento,
Cuando te fuiste se apagaron mis latidos,
Cada recuerdo,
Me va dejando en este sueño mal herido,
Me estoy muriendo,
Cayendo en esta soledad,
La siguiente parada es Tokio se les pide a los pasajeros que desciendan por el lado izquierdo.-
El aviso de llegada provoco que los recuerdos de esa tarde se esfumaran de mi mente trayéndome de vuelta a la realidad de la cual me había perdido, esto se había vuelto costumbre después de que él se fuera, realmente parecía que todo lo que era antes de eso se había ido con él pienso mientras tomo mis pocas pertenencias para que una vez se haya detenido por completo salir del vagón.
Me sentía fastidiado después del largo tiempo de camino hasta Tokio aunque siendo honesto no es como como si mi humor fuera normalmente bueno observo a mi alrededor como acostumbro simplemente como precaución notando que la noche a comenzado a caer, no pierdo más el tiempo y me dirijo a la salida de la estación mientras busco en los bolsillos de mi abrigo un papelillo que la bruja me había dado…
*Flash Back*
-Oh Kurogane ¿por qué piensas así de mí? Yo que solo quiero ayudarte
-TE CONOZCO Y NO SUELES OFRECER TU AYUDA A NO SER QUE QUIERAS ALGO.
-Bueno la verdad es que el precio ya ha sido pagado
-¿¡QUE!? ¿POR QUIEN?
-Eso no te lo puedo decir.
-¡¿ENTONCES QUE DEMONIOS ESPERAS PARA DECIRME DONDE SE ENCUENTRA?!
-Está en Tokio
-Con que Tokio
Sus palabras me sorprenden si bien en algún momento pensé en esa posibilidad se me había figurado más certero el hecho de que hubieran salido del país pues de antemano conocía que la empresa de Ashura era bastante grande teniendo establecimientos en Europa, por lo que inevitablemente media sonrisa se formó en mis labios después de tanto tiempo de no saber nada de él y de incluso haber considerado el no volver a verle ahora podría buscarle con mayor posibilidad de éxito pues no estaba tan lejos como esperaba, pensaba en esto cuando la voz de la bruja me hizo prestarle atención nuevamente.
-Con que hasta tu puedes sonreír- soltó una sonora carcajada
-NO MOLESTES
-Bueno y ahora que lo sabes ¿qué planeas hacer?
-¿Como que, qué planeo? Obviamente iré
-Entonces toma esto…
-¿Qué es?- me sorprendió el cambio en su actitud
-Necesitaras donde quedarte ¿cierto? Solo debes entregar esto a la casera…
*End Flash Back*
Realmente no entiendo a esa mujer, pare un taxi e indique la dirección…
Como cambio,
Esta cruel realidad con tu adiós,
Soy un extraño,
Sin tu amor que evitaba mi voz,
Me estoy quemando,
No queda nada entre los dos,
-¿Buenas noches puedo ayudarle en algo?
Al llegar al complejo de departamentos una señora un tanto grande de edad me recibió, conteste fríamente a su saludo y le extendí la carta que Yuko me había dado ella la miro confundida pero la acepto comenzando a leerla, paso un momento antes de que aquella mujer soltara un pequeña risilla y guardara la carta.
-Mucho gusto Kurogane mi nombre es Chitose Mihara
-¿Cómo has sabido mi nombre?
Chitose levanto la carta y todo quedó claro esa bruja no sabía guardar silencio, más en esta ocasión opto por quedarse callado puesto que, si eso le daba un lugar donde quedarse poco le importaba lo que dijese el mencionado papelito claro, siempre y cuando no se revelase información de más aunque de Yuko todo se podía esperar.
Voy contra el viento,
Cuando te fuiste se apagaron mis latidos,
Cada recuerdo,
Me va dejando en este sueño mal herido,
Me estoy muriendo,
Cayendo en esta soledad,
Chitose me había pedido acompañarle a través de los pasillos del lugar para que en el segundo piso parara frente a una de las puertas abriéndola para entrar por ella, al notar que no la seguía se giró para hacerme una seña indicándome que estaba bien que pasara.
-Aquí podrás alojarte el tiempo que desees-
Sonrío gentilmente para tomar una de mis manos por instinto estuve a punto de retirarla cuando sentí el peso de una llave caer sobre ella, le dirigí una mirada incrédula a lo que solo dijo:
-No tienes que preocuparte por nada, si tienes cualquier problema podrás avisarme mi departamento está abajo Kurogane-san
-Sobre la rent…
-Eso no importa ahora
Fui callado inmediatamente lo cual me molesto un poco si iba a vivir ahí tendría que ocuparme de eso por mi cuenta, me imagino que abre hecho alguna expresión pues su voz me hizo prestarle atención nuevamente.
-No te cobrare, más si no te sientes cómodo con ello podrás ayudar en el complejo
Solo asentí, al menos era mejor a estar de gorrón
-Me imagino que has de estar cansado paso a retirarme…
Voy contra el viento,
Cuando te fuiste se apagaron mis latidos,
Cada recuerdo,
Me va dejando en este sueño mal herido,
Me estoy muriendo,
Cayendo en esta soledad,
En cuanto me quede solo comencé a deshacer mi equipaje buscando algo en particular cuando lo encontré me tire en el futón que se encontraba en la habitación abriendo la pequeña carpeta para quedarme observando su contenido era bastante tonto lo que había dentro y si él lo supiera seguramente se burlaría, mi más profundo secreto el cual ahora se había convertido en mi mayor tesoro al no tenerlo cerca era un par de fotos de nosotros las cuales habían sacado Watanuki y Domeki respectivamente por orden directa del rubio de que yo no me diera cuenta.
Cerré los ojos un momento y una sonrisa estúpida se formó en mis labios busque de nueva cuenta aquella hoja que me había dado la bruja para releer las direcciones apuntadas y guardarle junto a las fotos.
-Unas horas más- dijo para en voz baja antes de que extrañamente se quedara dormido…
Voy contra el viento,
Cuando te fuiste se apagaron mis latidos,
Cada recuerdo,
Me va dejando en este sueño mal herido,
Me estoy muriendo,
Cayendo en esta soledad,
Fui un ciego,
Por sentirme seguro de ti,
Hoy no te tengo.