Naruto se encontraba corriendo por el bosque, hasta que cayó rendido porque sus piernecitas ya no le daban para más, lloraba amargamente debido a lo que había vivido momentos atrás, se encontraba en el bosque solo y asustado, lloro y lloro hasta que se quedó dormido en la mitad de ese frío y oscuro lugar
Comenzó a abrir sus ojos al sentir un olor a comida, pudo observar una fogata y vio a un hombre encapuchado que tenía en sus manos una rama que atravesaba un pescado mientras lo cocinaba
– Ya despertaste, ten come algo – estirando el brazo para entregarle la comida mientras sonreía
Naruto se le quedo viendo un momento y su barriga rugió por el hambre, recibió aquel pez y comenzó a comer, luego imágenes de lo que había pasado regresaron a su mente como una película y comenzó a llorar, el hombre se le quedo viendo
– Tú vienes del pueblo que fue atacado – más que una pregunta era una afirmación
El menor solo asintió con la mirada gacha mientras daba una mordida a su comida, el mayor lo miró fijamente – Si quieres puedes quedarte conmigo, yo te protegeré
Naruto lo miró, se notaba la profunda tristeza en su mirada, había perdido a sus padres, y no sabía qué hacer, el hombre lo miró con ternura y sonrió
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A la mañana siguiente, caminaron por un pueblo que solo mostraba restos de destrucción, Naruto había cerrado sus ojos para no ver nada – No puede ser que también hayan arrasado con este pueblo – pensó el mayor
Se escuchó un pequeño ruido, el mayor se puso delante del niño mirando fijamente el lugar de donde provino el sonido, vio como una pequeña sombra aparecía dando lugar a un pequeño pelirrojo con pronunciadas ojeras
Naruto abrió sus ojos – Gaara – menciono con una sonrisa mientras se acercaba al niño, el mencionado solo vio como el rubio se acercaba y le daba un abrazo
– ¿Es amigo tuyo? – Preguntó intrigado el mayor, Naruto sonrío y asintió – Bien entonces vamos, dijo mientras era seguido por ambos, Gaara se la pasó todo el camino en silencio siendo arrastrado por la pequeña mano del rubio
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Nunca se quedaban en un lugar por mucho tiempo, siempre viajaban a diferentes sitios, alimentándose de peces y animales del bosque, de vez en cuando se detenían en algún pueblo para descansar con mayor comodidad
Pasaron dos años viviendo de esa manera, todo iba bien, hasta que se detuvieron en un pueblo que al parecer también había sido víctima de las criaturas de la noche, habían cuerpos tanto humanos, como de hombres lobos y vampiros, el mayor cerró sus puños fuertemente sintiéndose impotente ante aquella situación, luego continuo su camino con sus dos ahora hijos de 10 años
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Era noche de luna llena, ambos niños dormían pacíficamente en una cueva, el mayor al ver que estaban profundamente dormidos se puso de pie y se dirigió a la profundidad del bosque hasta toparse con un enorme y robusto árbol, cogió un pequeño cuchillo y lo paso por la palma de su mano viendo como la sangre salía y manchaba el suelo, dibujo un pentagrama y de su mochila sacó velas, las colocó de manera que formaba un círculo, cerró los ojos y comenzó a hablar en un idioma extraño hasta que sintió una fuerte presencia, sentía un profundo temor, pero aun así no abrió los ojos, hasta que la presencia se fue desvaneciendo, abrió los ojos y se encontró con unos enorme ojos rojos de pupilas rasgadas que lo miraban fijamente
– ¿Por qué un humano insignificante como tu osa invocarme? – rugió aquel ser con una voz grave
– Quiero invocar tus demonios de colas, para poder defender a mi especie – dijo calmadamente tratando de no sonar nervioso
El demonio, soltó una gran carcajada – Alguien tan insignificante como tú no podría hacer nada con ese poder, solo haces que pierda mi tiempo
El hombre, sacó una pequeña esfera brillante de su mochila y se la mostró al demonio, el cual solo abrió los ojos sorprendido para luego sonreír de lado
– Al parecer te subestimé, ¿Cómo conseguiste eso?
– Por favor ayúdame y dame el poder de tus bestias – dijo más tranquilo, ignorando la pregunta
– No te lo puedo dar todo a ti, eres un simple mortal, morirías – dijo mientras cogía aquella pequeña esfera – tráeme a nueve almas y nos veremos en siete años – dijo para luego desaparecer
El hombre, fue de vuelta a su escondite, pensando en lo que acababa de hacer, y tratando de pensar de donde conseguiría lo que le había pedido el demonio, hasta que vio a los dos menores durmiendo
– Solo faltan siete – pensó para luego dormirse
A la mañana siguiente el hombre emprendió su viaje ayudando a los niños, jóvenes e incluso adultos que habían quedado desamparados por el ataque de las criaturas
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Los siete años pasaron rápidamente
Se podía ver como un grupo de 10 personas se encontraban alrededor de una fogata riendo hablando y comiendo
Naruto ya era un hermoso joven de 17 años, con ojos azules como el cielo, cabello rubio y sedoso
Gaara, no se quedaba atrás, ahora era un sexy pelirrojo de una mirada aguamarina penetrante
Yugito Nii, una mujer de cabello largo y rubio que lo tenía sujeto en una cola baja
Yagura, un niño de ojos morados y cabello crema
Roshi, un hombre pelirrojo de mediana estatura
Han, un hombre muy alto que siempre llevaba la mitad de su rostro cubierto
Utakata, un hermoso joven de ojos ámbar y cabello marrón oscuro
Fuu, una chica de cabello verde, ojos naranja, y piel morena
Killer B, un hombre rubio con lentes de sol de forma ovalada que siempre estaba rapeando
Todos ellos eran los que estaban alrededor del fuego, parecían una gran familia
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La noche se hizo presente, el mayor llevó a sus acompañantes al interior del bosque, y les dijo que lo esperaran ahí, se acercó hacia el pentagrama, este se encontraba intacto como si los años no hubieran pasado, y comenzó a pronunciar palabras extrañas
– ¿Qué ocurre? – preguntó el rubio extrañado, todos se quedaron observando al hombre que estaba delante haciendo el ritual
Sintieron una fuerte presencia, se vieron envueltos en un gran temor que no dejaba que movieran ni un solo musculo
– ¿No están cansados de tanto dolor? – Preguntó el mayor seriamente – les voy a otorgar un poder que traerá la paz para nosotros los humanos – sonrió para luego coger a Gaara del brazo y arrastrarlo hacía el pentagrama
El pelirrojo se quedó mirando fijamente a aquel ser que se alzaba imponente, con sus enormes cuernos sus ojos rojos y la fría mirada, para luego sentir un enorme dolor, como si lo quemarán por dentro, comenzó a gritar, hasta que cayó desmayado, los demás lo veían aterrados ¿Qué estaba pasando?
Aquel gran demonio se dirigió uno por uno a los presentes repitiendo lo que pasó con el pelirrojo, en ese lapso se escuchaban los gritos desgarradores y el sonido de los golpes cuando los cuerpos caían desmayados al suelo
– Ahora solo hay que esperar a que sobrevivan y despierten – dijo con una retorcida sonrisa
– No me dijiste que podían morir – soltó el humano
– Nunca preguntaste – cogió aquella pequeña esfera y se la tragó, y comenzó a reír desquiciadamente
El hombre vio con preocupación a los pequeños y el demonio comenzó a hablar
– También tomaré la mitad de tu vida
– ¿Qué? Creí que sería suficiente con….
– Podría arrebatar toda tu vida ahora – interrumpió molestó – El corazón de un ángel no es suficiente, debes de darme un sacrificio tuyo, solo reclamaré la mitad de tu vida para que puedas explicarles todo, deberías estar agradecido
El hombre abrió los ojos con sorpresa – ¿Por qué? – preguntó, ya que prácticamente el demonio estaba teniendo compasión de él
– No te creas especial, odio a esos malditos chupasangres, se creen superiores solo porque pueden habitar entre los humanos, y comer cuando quieran, mientras nosotros solo podemos vivir en el infierno y solo obtenemos comida cuando alguien hace un pacto con nosotros lo cual no pasa muy a menudo – dijo molestó – Aprovecha estos años y entrénalos, dijo entregándole un pergamino, ahí está todo lo que necesitas saber – dicho esto el ser maligno desapareció
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A la mañana siguiente vio como sus compañeros despertaban, el rubio al abrir los ojos fue corriendo hacía su pelirrojo amigo que también despertaba lentamente, giraron la cabeza y vieron al mayor, ambos asustados trataron de huir, pero fueron detenidos por el hombre
– Escúchenme por favor – dijo agachando la mirada y sujetándolos, ambos jóvenes no pudieron hacer mucho ya que se sentían muy débiles
Los demás comenzaron a despertar, el hombre se incorporó y les imploro que lo escucharan, todos se miraron mutuamente y asintieron, dándole una oportunidad a aquel hombre
– Ahora ustedes son más poderosos que cualquier hombre lobo o vampiro
Los presentes lo miraron incrédulos
– ¿Qué dices? – pregunto el hombre rubio
– Bee, lo que trato de decir es que, ahora ustedes tienen un gran poder en su interior, se les fue otorgado para que puedan defender a sus semejantes – dijo sonriendo
– ¿Con este poder podremos proteger a los humanos y acabar con los seres de la noche? – añadió una rubia de cabello largo que lo tenía atado en una coleta baja
– Asi es Yugito, ustedes ahora tienen la misión de poder defendernos para que esos monstruos no se sigan aprovechando de nosotros
– Yo los protegeré a todos – dijo Naruto con una gran sonrisa
El hombre sonrió aliviado, dispuesto a empezar el entrenamiento de sus compañeros – desde ahora ustedes son jinchurikis
– Pero solo somos nueve, y hay miles de vampiros y hombres lobo – añadió el niño de ojos morados
– Yagura, ahora su poder es tan grande que podrán acabar con todos ellos
Todos se miraron entre si sorprendidos
– Bien, empezaremos con su entrenamiento – tenía que darse prisa, tenía pocos años para ayudar a que aprendieran a dominar a sus bestias internas y ayudar a la humanidad