Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El amor es agridulce por HanakoTomoharu

[Reviews - 30]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aquí entran "introducciones" a las relaciones entre los otros personajes, pero con tiempo las aclararé mejor. Ah, y espero que no odien el inglés, porque Dennis usa bastante el inglés.

Yuzu acompañó a Yuya hasta el centro de la ciudad; donde se reunieron  con sus amigos para la Maiami ChampionShip. 

- ¡Yo, el varonil Gongenzaka, estoy tan feliz de verte! –lo recibió el joven de cabello azabache, dándole un masculino abrazo con lágrimas en los ojos.

-Todos estuvimos preocupados por ti -dijo Yusho - ¿Qué íbamos a hacer si no despertabas? Ahora que Sora ha desaparecido… -Yuzu notó como el pelirrojo desvió la mirada al suelo. 

- Sí… espero que esté bien -susurró. Ella se sintió confundida, pues sabia lo afectado que estaba Yuya siendo precisamente quien lo había visto desaparecer, pero la mirada de Yuya en ese momento no reflejaba la misma tristeza que el día anterior, incluso se veía más animado. ¿Había pasado algo que ella no sabía?

- ¡Yuya-niichan! -los niños llegaron corriendo a abrazar a Yuya, desordenadamente; y viendo la sonrisa que Yuya les daba al saludarlos, pensó que tal vez no era nada malo.

Tal vez al menos por ese día, las cosas podrían volver un poco a la normalidad.

  

 

Yuya le había prometido a Yuto que llenaría el mundo de sonrisas, pero justo cuando tuvo la oportunidad de comenzar a hacerlo, hizo todo lo contrario. Durante su duelo contra aquel chico que usaba los duelos de forma violenta, sosteniendo que lo único que importaba era ganar; Yuya volvió a sentir lo mismo que cuando Yuto y él se enfrentaron; y le dio una vuelta catastrófica al Torneo de Maiami City. Parte de su mente se iba nublando a medida que se entregaba a la oscuridad. 

Cuando Yuto y Yugo se enfrentaron, fue como si algo los poseyera. Algo oscuro y peligroso, que infundo en ellos el deseo de destruir y arrasar con todo a su paso. Por la forma en la que ambos expresaron el odio de uno por el otro, aquello ni siquiera pudo ser llamado un duelo. Y lo que había hecho con ese chico en el Torneo, también estaba alejado del tipo de duelo que él quería infundir.  

La manera en la que su oponente lo había mirado, y el público… los niños… nunca se sintió tan lejos de alcanzar algo.  ¿Cómo se supone que iba repartir sonrisas por el mundo después de lo que había sucedido?

- Yuya –la voz de Yuzu lo sacó de sus pensamientos. Se dio cuenta entonces de que los otros ya se habían ido; y solo quedaban ellos dos y otras personas dejando el estadio- ¿Estas bien?

- Ah si, solo pensaba en los duelos de hoy. Es increíble que lográramos pasar a las finales, ¿eh? 

- Si, parece que al fin este es el año de suerte para nuestra escuela.

- Sí –asintió –Estuviste asombrosa en tu duelo hoy –dijo sonriéndole.

- Gracias –se sintió aliviada de haber animado a Yuya con su presentación. Sabía lo preocupado que estaba por su duelo, y es que ella también lo estaba. Aquel en el campo ni siquiera había parecido Yuya. Quería preguntarle sobre eso, pero parecía que ni el mismo Yuya tenía respuestas. Eso le reocupaba aún más. Le sonrió de vuelta, intentando disipar sus dudas. 

- Oye, Yuzu… -dijo Yuya, aprovechando que estaban a solas.

- ¿Qué pasa?

- Dijiste que cuando yo aparecía, Yuto desaparecía. ¿Sabes dónde terminaba él cuando eso pasaba?

- No… La verdad, no lo sé; pero él siempre se mostraba de nuevo, así que supongo que solo aparecía en otro lugar de la ciudad.

- ¿Y no crees que sea posible que apareciera en otra dimensión?

- ¿Eh? –la pelirrosa lo miró confundida.

- Quiero decir, ¿crees que es posible que tu brazalete transporte personas a otra dimensión?

- Eso suena demasiado loco, ¿no crees? –bromeó Yuzu, pero continuó confundida cuando se dio cuenta con mirarlo que Yuya hablaba en serio- ¿Por qué lo dices?

- Solo pensaba… bueno, no importa. Olvídalo –Yuya le sonrió despreocupadamente, restándole importancia; pero su amiga pensó que para preguntar algo así; tal vez realmente había pasado algo que ella no sabía.

Por otro lado, Yuya también tenía sus cuestiones rondando por su cabeza. Había considerado la posibilidad de que el brazalete de Yuzu lo hubiera hecho aparecer en la Dimensión Fusión, ya que incluso habían estado cerca cuando eso pasó, pero si eso no era posible; quería decir que de verdad era Rebellion el que había hecho eso posible. ¿Pero por qué el brazalete y su carta actuaban como portales? 

- Tienes razón, suena muy loco.

 

 

Cuando al otro día Nico anuncio a todo el público, frente a los 15 duelistas que habían llegado a las finales; que una Battle Royale entre ellos con la ciudad como campo decidiría la final, nadie pareció creerlo al principio. Pero lo que dejó a la mayoría con la boca abierta fue el hecho de que incluirían cartas péndulo junto a las Action Cards que estarían esparcidas por la ciudad. Yuya no se sorprendió tanto de que la Corporación Leo ahora tuviera sus propias cartas péndulo; después de haberlas visto de primera mano en su duelo contra Akaba Reiji, pero pensó que eso haría las cosas más entretenidas. Ya no sería la única persona con invocación péndulo; lo que significaba que tendría que probarse a sí mismo.  

Kurosaki no había aparecido, pero sabia que tenia que estar por algún lado; así que salió en su búsqueda. Yuya necesitaba respuestas, y Kurosaki podría ser el único en tenerlas. El era el camarada de Yuto. Tal vez sabia la razón por la que había otros chicos que se parecían a él, además era el hermano de una chica que lucía como Yuzu.

Tuvo que pasar por un largo enfrentamiento antes de encontrarse con Kurosaki. Al menos el duelo no había salido mal y pudo hacer un amigo nuevo, Dennis Macfield;  pero había tenido prisa para poder hablar con el más alto. Sin embargo, antes de que pudieran tener una conversación con sentido, fueron atacados por otros finalistas. El campo en el que se encontraban eran unas ruinas antiguas, por lo que cuando Yuya salió deprendido fuera de la plataforma, apenas pudo sostenerse de una columna de piedra tallada. Sus dedos resbalaron hasta que logro afirmarse de ella, quedando su cuerpo colgando del extremo. Gimió entre sorpresa y alivio, e hizo un esfuerzo por subir su peso para apoyar la parte superior de su cuerpo en la superficie plana de la columna y dirigir su mirada hacia donde el ataque había provenido. Shun lo había esquivado, pero vio que ahora estaba rodeado de 3 duelistas de la academia Knights. Sin embargo, eso no fue lo que llamó su atención; sino otros 3 duelistas con uniformes extraños que entraron en escena. Y detrás de ellos, una persona que no esperaba ver allí.

-¡S-Sora! –exclamó cuando vio al menor aparecer junto a aquellos sujetos. El chico pareció no oírlo, pues solo tenía sus sentidos puestos en Kurosaki en ese momento. 

- He estado esperando para poder ajustar cuentas contigo, Kurosaki Shun –Pronunció su nombre con notable desprecio – Ustedes ocúpense de los caballeros, no quiero que se interpongan en mi camino –ordenó a los hombres tras él; los cuales asintieron y se pusieron en posición de batalla.

Yuya gritó su nombre una y otra vez, pero solo era ignorado. Terminó de subirse a la parte superior de la columna para poder saltar a la plataforma de nuevo, intentando llamarlo una vez más. Fue inútil, Sora y Kurosaki desaparecieron en dirección al templo de las ruinas.

- ¿Por qué estás haciendo esto, Sora? –ni siquiera se había girado a mirarlo. ¿Por qué lo había evitado de esa forma? De nuevo llega sin decir nada y va directo a su revancha con Kurosaki, no podía entender a este niño.

- Los duelistas de Standard tampoco aguantan nada, que decepción –el tono frio y burlesco de aquella voz robó su atención, y se volvió hacia los hombres de uniforme que habían llegado recientemente. 

- ¿Qué…? –se quedó estático en ese instante en el que vio la luz que provenía de sus discos de duelos. La vista de las cartas cayendo al suelo se le hizo eterna, y cuando finalmente las tres tocaron el suelo; los rostros de los finalistas que los habían atacado fueron como puñaladas en su interior. Profundas, dolorosas. Un montón de imágenes se incrustaron en mente con la misma intensidad. Los gritos. El caos. La destrucción. Academia- Deténganse… -las risas de los tres duelistas resonaron en su cabeza mientras su cuerpo entero comenzaba a arder- ¡YA BASTA!

Los tres hombres estaban a punto de retirarse sin el más mínimo remordimiento, pero se detuvieron al escuchar su voz.

- No voy a perdonarlo. No perdonaré a Academia.

 

 

Cuando Yuya volvió a estar consciente de la realidad, sus recuerdos estaban borrosos. Lo primero que vio al levantarse del suelo fue la cara de Gongenzaka. Un ligero mareo le nublo la vista mientras su amigo se acercaba para ayudarlo a sentarse.

-¿Estás bien, Yuya?

- ¿Qué pasó?...  ¿Me desmayé? Lo último que recuerdo es –su cuerpo dolía por todas partes, pero no eran fuerte como el ardor que había sentido antes- que aparecieron unos tipos que derrotaron a los duelistas Knight, y ellos… fueron convertidos en cartas –Gongenzaka lo miró atónito unos segundos- ¿Me enfrenté a ellos luego de eso? Recuerdo haber tenido unas incesantes ganas de luchar, pero…

- Sí, te enfrentaste a ellos –dijo el azabache- Yo lo vi. Incluso usaste una carta que no habías invocado antes, pero ni siquiera parecías ser tú el que tomaba parte en ese duelo. Parecías otra persona –Yuya se encogió ante la declaración. Temía que eso hubiera pasado. 

- Yo… no sé qué me está pasando, Gongenzaka. Desde el encuentro con Yuto, me han pasado cosas tan extrañas. Ya no sé… –no pudo terminar la oración. Había demasiado que no entendía. Solo esperaba que hablar con Kurosaki aclarara sus dudas- ¡Sora! –recordó entonces- ¡Sora estaba por enfrentarse a Kurosaki!

- ¿Sora apareció?

- Si, debo encontrarlo –se alarmó al darse cuenta de que ya era de noche; y de hecho estaban acampando en el bosque; lejos del campo de ruinas –No puede ser, ¿tanto tiempo estuve inconsciente? –hizo ademán de ponerse de pie, pero Gongenzaka lo detuvo.

-Será mejor que lo dejes por ahora, aún no te encuentras bien.

- Voy a estar bien, necesito encontrarlos y…

- Yuya –el tono firme del mayor lo hizo parar en seco- ¿Tienes idea del estado en el que te encontrabas hace unas horas? Estabas fuera de ti mismo, era como si algo te controlara. Y estabas sufriendo mucho –Yuya se estremeció, recordando un poco de ello.

- Recuerdo haberme dejado llevar por la ira cuando vi a esas personas ser convertidas en cartas. Pero se sentía como si esa ira no fuera mía.

- Mieru dijo que vio dos almas dentro de ti. No sé bien que quiere decir eso, pero dijo que también había algo oscuro en tu interior.

- ¿Mieru dijo eso? –Yuya se quedó estupefacto- ¿Ella estuvo aquí? 

- Ella, junto con Michio y su compañero; ayudaron a traerte aquí.

- Les causé problemas a todos…

- No te preocupes por eso, lo importante es que te pongas bien.

-Gracias, Gongenzaka, pero no puedo esperar. Necesito encontrar a Kurosaki y a Sora, ahora más que nunca –dijo terminando de ponerse de pie. El mayor no lo detuvo esta vez, pero fue Yuya quien no se atrevió a dar otro paso cuando escuchó a su estómago gruñir –E-esto…

- Michio dejó comida preparada para cuando despertaras –señaló una olla, todavía un poco humeante, en la fogata que les brindaba calor detrás de Yuya. 

Las mejillas de Yuya se tiñeron de color levemente –Supongo que no pasará nada si antes como algo –se acercó más a la fogata mientras Gongenzaka se ofrecía a servirle un plato. Trató de al menos disfrutar de la cena con su amigo, pero ni la maravillosa comida de Michio podía alejar las cosas de su mente.

Pensó que todo iba a salir bien luego de su primer duelo ese día. Gracias a la aparición de Dennis, el duelista de entretenimiento y estudiante de intercambio de LDS; pudo tener uno de sus mejores duelos de entretenimiento en mucho tiempo. “Todo va estar bien, Trapeze Magician y yo estamos contigo”, eso le había dicho. Dennis había sido muy amable con él, justo cuando pensó que perdería la cabeza de nuevo y todo terminaría como su duelo anterior, el extranjero logró aliviar sus miedos. De no ser porque había intervenido en su enfrentamiento con los estudiantes de la Academia Warrior en el Battle Royale, no estaba seguro de que pudo haber pasado. 

Pensó que gracias a eso se había librado de esa ira que había intentado tomar control de su cuerpo, pero se había equivocado. Y no quería ni pensar en lo que le había hecho a esos duelistas de Academia.

- Incluso si son de Academia… nadie se merece algo así.

<<¿Estás seguro?>>

Yuya sintió un escalofrió.  ¿Qué diablos había sido eso? ¿Una alucinación? 

 

 

- ¿Qué demonios estás haciendo, Akaba Reiji? –el rubio interrumpió en la oficina del CEO, el cual se giró en su asiento a verlo sin inmutarse- ¿Por qué no están emitiendo lo que pasa en la Battle Royale? ¿Crees que voy a aceptar que es solo un error de transmisión? –una sola mirada fue lo que recibió en respuesta- Pasé de los guardias gracias a la influencia de mi papá –se explicó, aunque sabía que en realidad no era necesario. Reiji probablemente ya lo tenía claro- ¡Pero respóndeme!

- ¿Quiere ver lo que está pasando? 

- Por supuesto –Reiji se puso de pie, rodeando su escritorio con lentitud hasta ir hacia él. El movimiento inquietó más a Shingo, que sintió sus piernas flaquear un poco cuando lo tuvo enfrente.

Todavía tenía recuerdos de la última vez que había estado a solas con Reiji en su oficina, pero había dejado claro que aquellos encuentros no volverían a pasar. Shingo quería más de lo que Reiji podía darle, y él no era exactamente lo que Reiji buscaba. Él había sido feliz cuando Reiji le había dado una oportunidad, había esperado mucho para poder salir con el chico que le gustaba desde inicio de la secundaria. Pero con el tiempo se dio cuenta de que lo que tenían no era la relación que esperaba. Reiji le dedicaba mucho tiempo a su trabajo, pero pensó que lo recompensaría con la parte afectiva. Sin embargo, el mayor no se volvió más abierto como pensó que sucedería. Claro que había llegado a ver facetas de Reiji que dudaba que alguien más conociera; pero lo sabía. Reiji no podía enamorarse de él.

-Ya veo. Estoy bien con darte el permiso de mirar, pero –Reiji poco a poco lo acorraló contra la puerta que Shingo había cerrado tras entrar -¿Le gustaría formar parte de una partida de reencuentro, Sawatari Shingo?

Lo odiaba. Odiaba que se dirigieran al otro con esa formalidad, como si nunca hubieran susurrado sus nombres con intimidad sobre aquel mismo escritorio. Intentó ignorar esos pensamientos y no dejarse sofocar por la cercanía del más alto.

- ¿De qué se trata? –mostró interés en su proposición.

 

 

- Finalmente estás aquí –Dennis sonrió ante la persona que acababa de materializarse desde el portal intra-dimensional– Siempre me haces esperar, Yuri –canturreó su nombre y caminó hacia el chico de cabellos violeta y rosa. Tomó su barbilla para atraer su rostro al suyo, pero Yuri lo apartó tapándole la boca con una mano antes de que lo besara. 

- No hay tiempo para eso, tenemos una misión.

- Pero no te he visto en días –habló en una especie de puchero, abrazándolo por la cintura. Yuri lo miró con desaprobación.

- Dijimos que esto no interferiría en nuestro trabajo –dijo retirando la mano de Dennis– Estamos perdiendo tiempo.

- En ese caso será tu culpa por tardarte tanto.

Yuri lo miró entrecerrando los ojos y afilando su mirada, pero el de rizos anaranjados no se intimidó ante su expresión; ya que se había acostumbrado a ella.

- ¿La encontraste?

- Of course, no va salir de aquí. El lugar está rodeado por Obelisk Force.

 -Bien –Yuri lo jaló del cuello se la camisa para juntar sus labios en un gesto algo agresivo –pero si mi presa escapa por tu culpa, voy a castigarte. –Dennis sonrió, como si estuviera de acuerdo; y se inclinó a besarlo de nuevo. Por su parte, el beso fue esta vez más suave; pero aun así rebosaba su pasión. Mientras sus labios hacían contacto, dirigió sus manos a la chaqueta del más bajo para abrirla. Yuri también comenzó a quitarle la suya, separándose de repente para estirar una mano hacia la nieve que caía.

-Este lugar no está realmente frio.

-Son solo efectos de Solid Vision, por el torneo. La nieve se siente real, aun así. 

-Conque un torneo… Me pregunto si habrá gente interesante aquí –Dijo arrodillándose frente Dennis, que se afirmó de espaldas en la baranda de la terraza. 

-Oh, las hay. Está este chico que se parece a ti, Yuya…

-¿Cómo es ese Yuya-kun? –Yuri se detuvo de abrir la cremallera de los pantalones del más alto al escuchar aquello y lo miró con sus ojos como un mar de sangre con tonalidades purpúreas. 

-Ah… solo es alguien que entró representando a su escuela. Pero verías lo increíble que es el parecido físico que tienen. Casi lo confundo contigo la primera vez, pero las diferencias se encuentran enseguida. Él es muy simpático y alegre, además tiene una sonrisa adorable.

-¿Qué quieres decir? ¿A caso yo no soy simpático y alegre? -el de cabellos violeta le frunció el ceño mientras tomaba su miembro y presionaba con sus dedos la piel sensible. Lo que menos quería en un momento como ese era que lo compararan con la mascota de Sora.

-¡N-no, para nada! Claro que lo eres -contestó ahogando un gemido cuando la lengua de Yuri recorrió la base de su pene.

-Tal vez prefieras que sea Yuya-kun quien esté en mi lugar ahora.

-Nunca pensaría en nadie que no fueras tu -respondió seguro, ganándose una mirada inquisitiva del otro- además, tú también eres adorable, Yuri.

- Cállate, no seas adulador -terminó la conversación introduciendo el miembro del más alto en su boca, aunque Dennis creyó ver más color de lo usual en sus mejillas antes de hacerlo.

Él y Yuri tenían esos encuentros desde hace más de un año, pero su relación no era algo que estuviera claro. Al menos por parte de Dennis, él consideraba a Yuri su amigo; y supuso que era algo recíproco ya que era la persona más cercana a Yuri, y le confiaba cosas que nadie más sabia. Y estando en Academia, esa clase de confianza no era fácil de encontrar.

-Oh my God… -Dennis se llevó una mano a la boca para acallar un ronco gemido que amenazó con salir al llegar al orgasmo, liberando su esencia para que ésta fuera tragada por el otro. Yuri limpio la comisura labios mientras ponía de pie.

-¿Me permites devolver el favor, my sir? -Dennis llevo su mano al borde del pantalón del de ojos violetas, usando el apodo que tendía a usar cuando estaban solos, pero el gesto fue rechazado.

-¿Crees que eso bastará para compensarme?

-¿Compensarte?

-Sí, por haberme comparado con otro.

-Oh… Sabes que solo estaba jugando.

-No importa -lo jaló del listón en su cuello para acercarlo y le susurró contra el cuello con una libidinosa sonrisa -Será mejor que me des un buen show.

-Yes, sir -sonrió, obteniendo una expresión complacida por parte de Yuri. 

- Pero cuando tengamos más tiempo, ahora apúrate -Lo besó una vez más mientras el más alto subía su camisa, acariciando su cintura bajo la ropa. 

Dennis atrajo sus cuerpos más cerca, mientras juntaba sus lenguas y pasaba una de sus piernas entre las de Yuri; pero interrumpió el beso al escuchar un grito cerca.

-¿What the… -la chica de trenzas y el otro duelista extranjero aterrizaron  a unos metros de ellos, a parecer tras haberse arrojado del precipicio de uno de los icebergs cercanos. Yuri inmediatamente se separó de él y con claro disgusto se acomodó la ropa.

- Supongo que volveré a mi objetivo –Dennis no necesitaba mirar a Yuri para saber lo mucho que destetaba las interrupciones.  Sabiendo lo que iba a venir, se acomodó la ropa suspirando. Tal vez en otra ocasión hubiera sentido hasta pena por los pobres idiotas que habían confundido al más bajo con otro finalista y lo retaron a un duelo, pero él odiaba cuando no podía pasar tiempo con Yuri; así que se mantuvo decepcionado mirando como aquellos dos eran convertidos en cartas.  

 

 

Faltaba poco para el amanecer, y las ruinas estaban vacías. Lo más cercano era el campo de lava, así Yuya regresó allí. Esperaba que Kurosaki y Sora todavía rondaran por ahí. Logró divisar al más joven de cabello celeste al otro lado del rio de lava que dividía la tierra. Llego en el momento justo para ver el desenlace de su duelo contra otro sujeto. Iba a gritar su nombre para llamar su atención, pero lo que vio lo dejó petrificado unos segundos. El hombre había desaparecido, ante una luz que proyecto el disco de duelos de Sora.

-¡Sora! ¡Detén esto! –gritó dando un salto arriesgado hacia el otro lado. Para cuando llegó hasta él, Sora dejo salir una carta recién impresa de su disco de duelo, arrojándola al suelo -¿Por qué hiciste algo tan horrible? –dijo mirando la carta que el menor había desechado- ¿Significa esto que no te importa que Academia transforme a las personas en cartas?

- Cállate, eres molesto –contestó, ignorando las preguntas y dándole la espalda –Aún no he terminado con Kurosaki, así que mantente fuera de mi camino.

- Sora… -no entendía por qué actuaba tan distante de repente- ¿Por qué insistes tanto con Kurosaki? ¿A caso quieres hacerle lo mismo que a este tipo? 

- Desde luego, él es mi presa. Es como debe ser. Las basuras Xyz como él debieron ser cazadas hace tiempo.

- ¿Basura? –el interior de Yuya comenzó a arder, pero intentó contenerse- ¿Estás consciente de lo que Academia le ha hecho a la dimensión de Kurosaki? Ellos vivían en un lugar donde los duelos solo se usaban para traer diversión y sonrisas a las personas.

- Solo les pasó lo que tenía que pasar. Fue necesario para cumplir con los objetivos de Academia. 

- ¿Es Academia tan importante que no te das cuenta de lo que hacen? Dijiste que los duelos no eran un arma para ti.

- No me importa de qué manera tenga que usar los duelos si es lo que tengo que hacer, soy un guerrero de Academia.

- ¿Qué hay de tus amigos? –Yuya comenzaba a desesperarse por la actitud de Sora, no entendía esa manera de actuar.

- No tengo tiempo de hacer amigos –las palabras fueron cortantes y sacaron a Yuya de lugar.

- Nosotros somos…

- Solo estaba jugando, ¿sabes? Cosas como la amistad o cualquier otro vínculo no me interesan. 

- Estas mintiendo –el ardiente enojo en su interior fue remplazado por un dolor punzante- Eso no es lo que piensas. Cuando te conocí, nos hicimos amigos a través de un duelo. No tenía nada que ver con batallas, o Academia, pero nosotros…

- Ya te lo dije –lo interrumpió de nuevo- solo estaba jugando. Esas cosas no significaron nada para mí. 

- Eso es mentira. Tú no eres así, intentas hacer que todo lo que pasó no parezca real, pero...

- Ese no era el verdadero yo -Sora parecía disfrutar como Yuya vacilaba cada vez más en terminar una oración, como si supiera que sus palabras lo estaban desmoronando de a poco- Solo fingía. Fue divertido jugar contigo, pero ya es tiempo de que me ponga serio. 

- ¿Estás diciendo… que estabas fingiendo? ¿En todo?

- Así es, ahora solo me interesa cumplir con los propósitos de Academia. Así que no te metas en mi camino -la expresión en Sora no cambiaba mientras decía todo aquello, chupando su paleta con desinterés; y solo hería más a Yuya.

Y el dolor incrementaba a medida que se fundía con la ira aún latente dentro de él. Era demasiado. Sus emociones comenzaron a arremolinarse dentro de él como un agujero negro, llevándose todo lo bueno hasta dejarlo vacío. Entonces todo lo que quedó fue odio. Odio hacia Academia.

Todo se reducía a Academia. La ira, el dolor, la destrucción. Aquellos soldados duelistas habían pisoteado todo lo que aquellas personas amaban, de la misma forma que ahora Sora estaba pisoteando el lazo que ambos habían formado. Pero a ninguno le importaba mientras Academia cumpliera sus objetivos.

Yuya ahogó un grito de dolor y se tomó la cabeza con las manos- S-Sora… -pronuncio su nombre con esfuerzo; pero el otro no lo notó porque ya le había dado la espalda y estaba dejando la región de lava. Se sorprendió cuando fue empujado al suelo bruscamente, y miró sorprendido a Yuya cuando éste se colocó sobre él, inmovilizando su parte inferior con su peso.

- ¿Qué estás… ¡Ahh! –el pelirrojo cerró su mano alrededor de su cuello, manteniéndolo firme contra el suelo- ¿Qué haces? 

-Imperdonable –Sora se dio cuenta entonces de que la visión que tenia de Yuya en ese momento era totalmente diferente a hace un momento. Había un brillo peligroso en sus ojos, y… furioso –No voy a perdonar a Academia.

- ¿Yuya? –el mayor apretó aún más su agarre, dificultándole la respiración al de cabello celeste, que se quejó y trató de apartarlo– Yuya… ¡P-para!… -intento quitar su mano con las suyas, pero la fuerza no le era suficiente por la falta de oxígeno; y el más alto tomó una de sus manos por la muñeca, en un agarre también doloroso. El pelirrojo lo dejó libre solo para retirar la manga de Sora. Éste tosió mientras trataba de recuperar el aire, llevando su mano libre hacia su cuello, donde seguro la piel le quedaría magullada. Yuya se inclinó sobre él y de la nada sintió algo clavarse en su antebrazo. Ahogó un gemido mientras los dientes del pelirrojo penetraban su piel hasta sacarle sangre- ¡Yu-Yuya! –llamó su nombre de nuevo, pero el otro parecía no escucharlo. Ni siquiera parecía que estuviera viéndolo, su mirada estaba perdida.  Y no era solo el brillo en sus ojos, había una especie de aura que lo rodeaba que… no parecía Yuya. 

-No voy a perdonarte –hasta su voz sonaba distinta. Por un momento, hasta creyó ver al otro chico que se parecía a Yuya, con los ojos oscuros y el cabello elevado en puntas desordenadas; pero el que estaba frente a él era Yuya. No podía ser otro.

El pelirrojo tomó sus dos muñecas y las aprisionó a cada lado de su cabeza, inclinándose sobre él para juntar sus bocas en un gesto brusco. Fue violento, y el contacto tenía el sabor de la sangre de Sora. Yuya mordió su labio y Sora trató de apartarlo dándole vuelta la cara; para luego sentir como el otro mordía entonces su mejilla, bajando a su cuello.

-¡Para! –seguía mordiendo su piel, y Sora no sabía a donde iba llegar todo eso. El mayor colocó sus muñecas sobre su cabeza para sujetarlas con una mano, pese al forcejeo del más bajo, y usó la mano libre para bajar hasta su pantalón. Sus ojos se abrieron aún más y removió sus piernas tratando de impedirle que pasara entre ellas. Yuya nunca lo tocaría de esa forma, no así- ¡Te digo que pares! –le gritó, y aprovechando que lo tenía de frente, golpeo su cabeza con la suya.

Yuya se echó hacia atrás, llevándose una mano a la frente, y Sora tomó la oportunidad de empujarlo cuando estuvo desorientado.  El pelirrojo gimió de dolor, más por el conflicto dentro de sí mismo que por el cabezazo; y  volviendo en sí vio a Sora ponerse de pie frente a él.

- ¿Qué…? Oh, no –cuando su vista se volvió más nítida y sus sentidos volvieron a él, Yuya notó la sangre en sus labios, y que se deslizaba en pequeños hilos por  la muñeca del menor- Lo siento… Sora, lo siento –fue lo único que pudo decir. Aun no podía creer como pudo perder el control de esa forma. El chico de cabello celeste se bajó la manga, ocultando la marca que sus dientes habían dejado, y lo miró tan desconcertado y agitado como él por lo que acababa de pasar. 

- No sé qué fue eso, pero me largo –sacó otra paleta de su bolsillo, ya que la que tenía antes había caído al suelo; y se dispuso a marcharse de nuevo.

- E-espera –Yuya no quería que eso quedara así –Ten un duelo conmigo –Sora lo miró interrogante, y luego sonrió con un tono amargo; muy impropio de él.

- No voy a tener un duelo contigo así. Mírate, estas hecho un desastre ahora –y Yuya sabía que tenía razón. No estaba en condiciones de enfrentarlo, ni siquiera sabía si sería capaz de controlarse durante un duelo más. Su mente aún estaba muy frágil, pero necesitaba resolver las cosas con Sora. No podía dejarlo ir así, después de todo lo que dijo.

-Lo que dijiste… ¿Es verdad que fingías? ¿Incluso cuando dijiste que yo te gustaba?

- Sí me gustabas, pero ya obtuve lo que quería –dijo- Así que, ¿Por qué debería tomarte en serio ahora?

Sora ya le estaba dando la espalda, y Yuya no podía levantar la mirada después de ver lo que hizo, así que ninguno de los dos se vio a la cara. Yuya quiso decir algo, pero tenía una impotencia de sentimientos atorados en su garganta; y le escocían los ojos en lágrimas.   

-¡EL BATTLE ROYALE HA TERMINADO! –interrumpió la voz del presentador oyéndose por toda la ciudad. El campo donde estaban se desvaneció, volviendo a verse de nuevo la autopista frente al parque central, donde habían compartido un beso días atrás. 

- ¡Yuya! –la voz de Gongenzaka lo hizo voltearse para ver a sus amigos llegar por la pista más alta. Junto a él estaban Dennis, Sawatari y Mieru.

- ¿Yuzu? –pensó mirando a quien parecía ser su amiga. Sora pareció notar algo raro en ella también, y chasqueó la lengua al verla llegar -¿Sora? –el menor activó algo en su disco de duelos, y lo vio proyectar una luz de nuevo -¡Espera! ¡Sora! –lo vio desmaterializarse frente a él, igual que la última vez; y al verlo desaparecer de nuevo, solo pudo quedarse en el suelo mirando el lugar donde había estado segundos atrás.

¿Por qué estaba pasando todo eso? ¿Por qué Sora tuvo que decir esas cosas? ¿Por qué tuvo que perder el control de esa manera otra vez? Estuvo a punto de lastimarlo, si es que no lo había hecho lo suficiente ya.

<<Él te lastimó>>

Lo hizo. Sora lo había lastimado con sus palabras, pero él no… no quiso… 

<<Al final, no pudiste evitar caer en la oscuridad>>

No. Él no podía permitirse eso.

<<Parece que ese fuera el destino de todos los duelistas que pelean por proteger lo que aman. Todos terminan cayendo alguna vez>>

Yuya se encogió ante las palabras que resonaban en su cabeza. No las entendía, pero tampoco podía contradecirlas. Lo había visto en los ojos verdes de Sora, en la forma en la que lo había mirado. Había hecho a Sora temerle, aunque fuera por aquel momento en el que estuvo fuera de sí. 

Eso no era lo que quería. Solo deseaba llenar el mundo de sonrisas como lo había hecho su padre, como se lo había prometido a Yuto. Quería volver a ver la sonrisa de Sora, esa que era sincera y traviesa; propia del chico que lo había acosado en la escuela y luego lo había declarado su amigo. El mismo chico que comía en clase a pesar de que sabía que no estaba permitido, que aparecía de la nada en casa sin avisar. El chico con el que había compartido cama, y muchas otras cosas también.

Quería ver la sonrisa del verdadero Sora, pero comenzaba a preguntarse si ese Sora realmente había existido.

No estaba seguro de poder hacer sonreír a Sora de nuevo después de lo que había hecho, tampoco. Pero no podía darse por vencido- ¿Qué debo hacer?

<<No te dejes caer de nuevo>>

Escuchó aquella voz, cada vez más clara y real, y supo que no era una simple alucinación. 

- ¿…Yuto?

Notas finales:

Redlightshipping salvaje ha aparecido (?)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).