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El amor es agridulce por HanakoTomoharu

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Notas del capitulo:

Esto tomó más tiempo del que debería, solo advierto dos cosas: un abuso de negrita y un trio implícito

Dennis se quedó observando a Yuya, mientras éste dormía apoyado en su hombro, consternado por  cuánto había llegado a importarle su amistad con ese chico en tan poco tiempo que se conocían. De verdad le había preocupado que aquel beso hubiera arruinado las cosas entre ellos, pero Yuya pareció dejarlo pasar, y era un alivio. Charlaron animadamente y de manera normal durante el viaje, hasta que el pelirrojo bostezó y comenzó a quedarse dormido en el asiento. Pensó en lo inocente y pacífico que se veía, y un instinto de querer protegerlo despertó dentro de él.

- No eres para nada como Yuri, pero me gustaría que él fuera más como tú. 

Yuya representaba todo lo que Yuri alguna vez fue, y que Dennis sabía que no podría traer de vuelta. Yuri había perdido la sonrisa honesta que Yuya siempre portaba. Al menos, no quería que Yuya la perdiera también. Aunque sabia que en algún momento el chico tendría que saber la verdad sobre él, y que eso rompería su confianza.

- Yuya –lo sacudió suavemente- Despierta, ya llegamos.

- ¿Mmh…? –Yuya abrió los ojos despacio y luego reaccionó al recordar donde estaban- ¿Ya?

- Sip.

La gente comenzó  bajar desordenadamente del bus y Yuya los siguió desperezándose. Los Lancers siguieron a Reiji hasta la dirección que había dejado Tsukikage. 

- Este es el lugar.

Tanto como el líder lo indicó, fueron de a uno a las puertas del pequeño edificio. 

Yuya se sorprendió de lo rápido que los dejaron pasar. ¿En serio no se cuestionaron que alguno de ellos no fuera mayor de edad? Ya tras las puertas, el lugar era amplio y la música resonaba por todas partes. En la disco habían personas amontonadas bailando una muy cerca de la otra, pese al espacio, y las luces coloreaban sus cuerpos entre la oscuridad. Había una zona iluminada, sin embargo, junto al bar. Tenía un par de mesas contra las paredes, y en el centro dos mesas de pool.

- Ohh, ¿alguno sabe jugar? –dijo Dennis.

- Yo me apunto –Serena lo siguió, junto con Sawatari.

- Espero que estén bien –Gongenzaka suspiró al ver que habían quedado solos y fue tras ellos.

Yuya los observó jugar, tomando asiento dos sillas al lado del azabache en el bar; que se dispuso a hablar con el mesero, intentando seguir adelante con el plan. Se dio cuenta entonces de que no había visto a Reiji, a pesar de que estaba seguro de que había entrado con ellos. Se fijó entonces en Shun, que estaba del otro lado de la barra. A diferencia de Gongenzaka, él sí había pedido algo, y mientras vaciaba su bebida unas chicas alrededor parecían intentar entablar conversación con él. 

- Parece bastante popular entre las mujeres –el pensamiento le supo amargo, así que trató de no prestarle mucha atención a la escena. Sin embargo, no podía apartar la vista del de ojos dorados, y cuando vio a una de las chicas tocar su brazo mientras se inclinaba a susurrarle algo, su estómago se retorció.

- Uff, ya me dio sed –Dennis se apareció tras él, sentándose a su lado y haciéndole una seña al mesero. El pelirrojo se sorprendió de lo poco que había durado la partida. 

- Selena es brutal, no me creo eso de que no ha jugado antes –Sawatari le siguió con la derrota grabada en toda su cara.

- No entiendo por qué se quejan tanto, eso fue divertido –la chica se sentó en la última silla libre, y Yuya notó algo distinto en ella. No lucía tan seria ni hostil como la mayoría de las veces, se veía más… relajada.

- Lo fue –coincidió el extranjero – Debes tener un talento innato.

- No había estado en un lugar así antes –dijo evaluando su entorno- Es muy… ruidoso.

- ¿Entonces Academia es un lugar tranquilo? –Dennis sonrió y tomó un sorbo de la bebida espumosa que le entregaron.

- Para nada.

- Oye –Sawatari se fijó entonces en lo que Dennis había pedido- ¿Eso no es un poco fuerte? Creí que el líder nos había prohibido beber  esas cosas.

- Ah, pero Kurosaki ya rompió las reglas –los otros se fijaron en el nombrado, y Yuya los imitó, solo para ver a Shun aún con la misma joven –Tal vez deberíamos invitarle unas copas más, quizá eso al fin saque su lado divertido.

- ¡Dennis!

- Solo bromeo –le guiñó un ojo al pelirrojo- Pero si él ya lo hizo, no veo por qué nosotros no. De todas maneras, la cuenta ya está a nombre de nuestro generoso líder –comentó el de rizos.

 - Me gustaría probar una –Yuya se asombró de que Selena se le uniera.

- Esto no me parece una buena idea –dijo Yuya, pero ni Dennis ni ella parecieron hacerle caso.

- Ni a mi. Gracias, muchachos, pero no quiero problemas con el líder –Sawatari se levantó de la barra y se dirigió a Yuya- ¿Quieres intentar una partida? –el de ojos carmesí vio que señalaba la mesa de pool, y pensó en aceptar e invitar al azabache, pero cuando se volteo a buscarlo no lo encontró.

- ¿A dónde fue Gongenzaka?

- Gon-chan salió hace un rato, ¿no lo viste? Creo que salió con otra persona –dijo Dennis, y Yuya se sonrojó porque se dio cuenta de que no lo había notado por estar viendo a Shun- Parece que Kurosaki va a tener su diversión también –Yuya se fijó de vuelta al escuchar aquello y vio a Shun levantarse para acompañar a la castaña que había estado hablándole todo ese tiempo- Ah, no lo culpo. Este lugar está lleno de chicas lindas –suspiró.

- Ahh… Gracias pero creo que iré a buscarlo –se levantó dejando con esa excusa a Sawatari con el taco de billar en la mano y se metió entre la multitud.

Alcanzó a ver a Shun no muy lejos de él, pero fue difícil seguirlo con tantas personas amontonadas a su paso. Consiguió al fin salir del club y miró a ambos lados de la acera, estaba seguro de que Shun había salido. Era tarde y ya había oscurecido, casi lo perdió de vista de no ser porque su cabello verdoso sobresalió bajo las luces de un foco a unos metros de distancia. 

Yuya se fijó en  que pese a cómo lucia la mayoría de Neo Domino City que había visto, esta parte de la ciudad era menos lujosa. Los edificios no eran tan altos y no estaban esas llamativas torres por el lugar. Habían incluso algunos grafitis en algunas casas.

-Supongo que hasta los tops tienen esta clase de barrios –no supo que tan lejos siguió a Shun, pero llegaron por un callejón hasta un lugar más oscuro, donde las luces no abarcaban mucho, pero se distinguía un enorme almacén que parecía abandonado, y éste sí que tenia las paredes cubiertas de grafitis- ¿Qué clase de lugar es éste?

Shun entró con la chica por una puerta que parecía oxidada, pero al abrirse Yuya vio que habían más personas adentro y se apresuró a colarse tras ellos. No pareció que los guardias o lo que fueran aquellos sujetos de la entrada tuvieran problema con eso, así que siguió adelante por un estrecho pasillo. Cuanto más avanzaba, mas fuerte se hacia el ruido de varias voces, y parpadeando al encontrarse de repente con una fuerte iluminación, se dio cuenta ante lo que vio de que aquello no era un almacén. Era una arena.

- ¿Es una clase de torneo callejero? Hay  tanta gente… -se animó a entrar entre las gradas, pero la silueta de Shun se había perdido de su vista entre tantas personas, y no sabía ya a donde ir. Ni siquiera estaba seguro de saber cómo volver solo.

Antes de que terminar de angustiarse por estar perdido, un ring sonó por todo el lugar, seguido de una voz que anunció el comienzo de un duelo, y Yuya miró entonces el campo, curioso. Era distinto de todos en los que alguna vez estuvo, éste parecía una pista. ¿Serán los riding duels? No pudo evitar emocionarse, pues nunca había visto uno de cerca. Pasaron unos minutos hasta que los duelistas se presentaron y sus imágenes fueron mostradas en dos pantallas.

- ¿Sh-Shun? ¿Él va a participar?¿Sabe conducir una D-Wheel?

<<No…>>

Se preocupó al escuchar aquello, pero luego los duelistas aparecieron en sus motocicletas y comenzaron a acelerar tras la cuenta regresiva que marcó el inicio del duelo- Pues no lo hace mal –pensó al ver que Shun había tomado la delantera sin problemas.

  

                                                        

 

 

Shun salió de la arena, y pasó por el pasillo quitándose el casco, sacudiéndose un poco hacia atrás el pelo que se le había pegado a la frente por el sudor. Solo al levantar la vista se percató de que la persona esperándolo allí no era la molesta patrocinadora que quería contratarlo.

- ¿Qué haces aquí? 

- Am… -Yuya no supo como explicarse–Te fuiste de repente, así que solo… te seguí. 

- No debiste hacerlo –dijo quitándose los guantes- Como sea, ya me harté de este lugar. Me largo.

- ¡E-espera! –Yuya fue tras él.

- No me sigas.

- Pero los dos nos separamos de los otros y… no sé como volver –Shun suspiró y lo dejó caminar  a su lado. Ambos entraron en el camerino para los duelistas, el cual estaba vacío ya que habían sido las finales de esa noche. 

Fijándose en la ropa que el otro traía, el pelirrojo pensó que le había gustado como se le veía la camisa con corbata, y aquel elegante chaleco… pero al verlo ahora pensó que cualquier ropa le quedaba bien.Yuya se pasó una mano por la nuca, intentando entonces ignorar que el Shun frente a él tenia un traje de motociclista ajustado, y que estaba sudando; porque no sabría si culpar a Yuto o no por las cosas que venían a su mente debido a eso, y le preguntó- ¿Por qué viniste aquí?

- Escuché de los encuentros “impactantes” que suceden en esta arena, pero todos me han resultado aburridos –Yuya pensó que lo decía por sus cuatro victorias consecutivas.

- Creo que es más bien porque tú eres impresionante –se sonrojó un poco por sus propias palabras, aunque solo estaba siendo honesto- ¿Pero no te preocupa que tantas personas sepan ahora de la invocación Xyz? Reiji dijo que mantuviéramos un perfil bajo.

- La gente viene aquí a hacer apuestas ilegales, dudo que lo hagan público así que Akaba Reiji se puede dejar de joder –se sentó en el sofá junto al espejo que ocupaba parte de la pared y comenzó a abrir el cierre de su traje, entonces  Yuya notó la herida en su hombro cuando se lo desvistió de la camisa que llevaba debajo.

- ¿Estás bien? ¿Fue por aquél choque? –dijo recordando uno de los duelos que tuvo. Su oponente había sido violento.

- Tal vez. Este lugar está lleno de idiotas charlatanes que no valen pena; y por si fuera poco ni pelean limpio –se limpió la herida superficialmente con un pañuelo que tomó de la mesita frente al espejo, presionándolo para evitar el sangrado. 

<<Golpéalo>>

- ¿Qué? ¿Por qué?

<<Porque está siendo un idiota e hizo algo arriesgado>>

- ¡No voy a golpearlo! –Yuya se preguntó si así es como arreglaban las cosas esos dos. No se sorprendía de su mala comunicación- No debiste venir aquí, fue arriesgado. 

- Vine a buscar duelistas fuertes, que era nuestro objetivo. ¿A caso alguno de los otros ha hecho eso? No, estaban jugando.

Yuya no lo contradijo, solo se sentó a su lado y acercó su mano a la suya que presionaba la herida- ¿Puedo? –Shun se retiró despacio para darle acceso a su hombro y el pelirrojo con cuidado tomó el pañuelo; y buscando entre los cajones de la mesita, sacó agua oxigenada con la que lo humedeció para desinfectar la herida -¿Duele? –preguntó presionando con delicadeza al limpiarlo.

- No soy un niño, estoy bien –Shun suspiró y se respaldó contra el sofá mientras Yuya hacía lo suyo. Respiró pesadamente y de la nada susurró- Mírame. Se supone que cuidaría de Ruri, y apenas me puedo hacer cargo de mí mismo.

- No creo que sea tu culpa, pero siento lo mismo –confesó Yuya, a diferencia de cualquier cosa que Shun esperaba que dijera- Quiero ser capaz de proteger a Yuzu, pero ni siquiera se si puedo salvarme a mí de mí mismo. No quiero lastimar a nadie más, pero a veces me pregunto si el costo es lastimarme yo solo.

- Debe ser difícil por lo que estás pasando. Una vez vi a Yuto entrar en ese estado.

- ¿En Berserker? –Yuya se sorprendió, ya que Yuto no lo había mencionado nunca.

- ¿Qué?

- Ah, nada, así es como le llamamos ahora.

- Lo que sea, en eso. Fue muy violento, no había visto a Yuto actuar así antes. Sabía que estaba furioso, pero por un momento estuvo fuera de sí. Todo pasó desde que consiguió ese dragón…

- Dark Rebellion…

 - Y siento lo de tu amiga –pasó una mano por su cabello y Yuya notó que el más alto no parecía muy cómodo con ello, pero que estaba tratando mostrar empatía- No deberían haber más inocentes involucrados en todo esto.

- Lo sé, gracias, pero no puedo evitar sentirme responsable. Pensar que tuve que decirle a su padre que no pude protegerla… -sus ojos se pusieron vidriosos ante el recuerdo- Yuzu siempre había estado a mi lado. Cuando yo era molestado e intimidado por lo que sucedió con mi padre, ella estuvo ahí para mi… y aun así, cuando ella me necesitaba yo… yo… -Shun tomó su mano, indicándole que ya podía parar, y Yuya dejó entonces el pañuelo. 

- Lo sé, lo entiendo –dijo, sin que sus manos dejaran de tocarse en ningún momento, y tomó la del otro en fuerte agarre. Yuya se recostó también contra el sofá, y se quedaron mirando de esa forma, con las cabezas inclinadas contra el respaldo de suave material.

Los ojos de Yuya brillaron mientras sus dedos se entrelazaron –Yuto… - Shun se acercó más a él, buscando en aquella mirada el rastro de su amigo.

- Deja de culparte, Shun.

- Dejaré de hacerlo cuando las cosas nos comiencen a salir bien.

- ¿Como esto que hiciste hoy? –rozó su hombro lastimado con la yema de los dedos– Quiero golpearte.

- ¿Por qué no lo haces?

- Yuya no quiere que lo haga.

Shun rio. Fue un sonido corto, y sin mucho ánimo, pero fue suficiente para enviar un hormigueo que erizó la piel del otro. Y Yuya, cuya consciencia todavía estaba ahí, pensó que era la primera vez que lo veía hacer tal gesto.

- También quiero golpearte –apretó más su mano- Traté de comunicarme contigo esa noche, hasta muy tarde –no hacia falta que especificara de cual noche hablaba, Yuto sabía que le era difícil hablar de su desaparición –Me preocupaste mucho.

- Lo siento –Shun negó con la cabeza, cerrando con fuerza los párpados mientras se inclinaba sobre él.

- No quiero perderte a ti también. No puedo.

- No lo harás –Yuto lo atrajo más cerca de si hasta que sus frentes se tocaron, mezclando sus respiraciones mientras apretaba con mas fuerza su mano- Estoy aquí, Shun.

- Dijiste que siempre lo estarías, pero mira lo que te pasó. Si no me hubieras seguido a Standard, esto no hubiera pasado.

- Sabes que no iba dejarte ir solo.

- Esto es mi culpa. Yo fui el que te dejó solo esa vez. Le hice lo mismo a Ruri… 

- Está bien, está bien –repitió abrazándolo, acariciando su espalda con una mano, buscando reconfortarlo.  

- Lo siento, Yuto –susurró Shun, apretándolo más contra su cuerpo- No soy lo suficientemente fuerte aún… -acortó la distancia entre sus rostros y unió sus labios. Pese a la sorpresa del más bajo, éste correspondió el acto y rodeó su cuello con un brazo.

El beso se volvió de a poco más profundo, hasta que sus lenguas se encontraron casi con impaciencia. Shun lo empujó sobre el sofá, separándose para tomar aire, y comenzó a besar su cuello. Sus manos aún estaban entrelazadas.

- Yuto, no hagas esto. No es bueno para ti, para ninguno de los dos.

<<Lo sé, pero no puedo apartarlo. No puedo>>

- Shun... -las manos de ambos recorrían el cuerpo del otro, buscando calor, buscando refugio. Yuya sentía la ansiedad de Yuto por más, y se alarmó cuando el de cabello verde llevó su mano hasta su entrepierna, frotando la zona con insistencia. 

- Yuto, no dejes que esto siga. 

<<No puedo>> 

El más alto deshizo sus pantalones, y pronto sus dedos tocaron su intimidad, haciéndolo arquearse ante el contacto. 

- ¡Yuto! 

<<No puedo. Lo siento...>> 

Su voz sonaba débil hasta en su cabeza, y pronto lo único que escuchó eran sus suaves jadeos mientras Shun volvía a besarlo. El vaivén que marcó con su mano se sentía bastante bien, parecía conocer los puntos sensibles de su cuerpo. El menor pasó sus dedos entre los cabellos verdosos del otro, incitándolo a continuar jugando con su lengua en un beso más húmedo. 

Yuto llevó su mano hacia el miembro despierto de Shun, acariciándolo sobre la ropa. El más alto bajó sus pantalones, y sin la oposición del otro, también su ropa interior. Levantando su camisa, acarició su costado desnudo y  abrió sus piernas. Shun volvió a besar su cuello, mientras su mano se deslizaba abajo en su cuerpo; y sintiéndolo chupar la piel bajo su oreja, el más bajo se quejó ante la intromisión de uno de sus dedos en su entrada.

- ¿Duele?

- No soy un niño –lo imitó casi con un deje de burla, mientras respiraba con dificultad- Estoy bien.

Yuya podía sentir el deseo de Yuto, pero también sentía... el miedo. Sabía que esto estaba llegando lejos, y no sabia que hacer para parar. Lo peor es que su cuerpo le decía que tampoco quería hacerlo.

 

 

 

 

Dennis y Sawatari se encontraban tomando un descanso de haber jugado ya la cuarta partida de pool esa noche, o al menos Dennis descansaba. Sawatari hablaba con una joven que parecía intentar coquetear con él; y Selena, que se habia tomado un descanso desde la tercera partida mientras bebía algo, comenzaba sentirse mal. La cabeza le daba vueltas, aún estando sentada, y pensó que tal vez lo que había tomado era demasiado fuerte; aunque supuso que podría aguantarlo. 

- Ya vuelvo –dijo poniéndose de pie, pero al verla balancearse, el de cabellos anaranjados se acercó a ayudarla.

- ¿Qué pasa? ¿Fue demasiado?

- Quisiera que no… -gruñó.

- Está bien, te llevaré al baño –dijo, colgándose su brazo al cuello para que se afirmara mejor.

 El bochorno que provocaba tanta gente junta definitivamente no le hacía mejor, y Dennis busco un lugar más libre de aire para llevarla hasta los baños, sino fuera porque justo en ese momento apareció cierto peligris de lentes, acompañado de un alto azabache.

- ¡L-líder! –Dennis casi dio un salto hacia atrás, como si hubiera sido atrapado en algo.

- ¿Qué le ocurre a Selena? –se acercó a la de cabello púrpura, y enseguida notó su mal aspecto- ¿Te sientes bien? –ante la obvia respuesta, se acercó para tomarla del otro brazo.

- No es nece… -no pudo terminar, más que nada por lo débil de su voz debido al malestar en su estómago, y Dennis se apartó para que el otro la ayudara a caminar, pero el de ojos violetas sintió enseguida el olor a alcohol.

- ¿Bebiste? –Selena no respondió, y al ver que se cubría la boca, Reiji se apresuró a llevarla hasta la salida- Vamos afuera.

El aire frio de la noche les dio en la cara, pero respirar ese ambiente fresco no fue suficiente para la chica, y deshaciendo su agarre de Reiji, se apartó para vomitar en el primer recipiente de basura que tuvo al alcance. El más alto se le acercó, haciéndole hacia atrás su cabello recogido, y le palmeó la espalda hasta que acabó.

- Lo siento… -se limpió la comisura de la boca con el dorso de la mano, sintiendo aquel desagradable sabor aún en su garganta- Es mi primera vez bebiendo, sé que no debí hacerlo -se disculpó, apenada por lo que acababa de hacer- En Academia no nos permiten hacer estas cosas. Mis compañeros solían hacer fiestas a escondidas los fines de semana, pero yo nunca fui a una. Siempre le dí prioridad a mi entrenamiento. Solo me enfocaba en ser más fuerte.

- Pareces intranquila por eso –dijo, sin juzgarla ni regañarla por su comportamiento, y confundiéndola por ello- Yo hice mis estudios en casa, así que no tuve mucho  tiempo para socializar con otros de mi edad. Al igual que tú, preferí utilizar mi tiempo en convertirme en un mejor duelista –tardó un poco en comprender por qué le contaba aquello- Sé que te preocupa todo lo que has perdido de tu vida por culpa de Academia, pero piensa en lo que harás a partir de ahora. Piensa en lo que tienes para seguir adelante. 

Serena asintió, arreglándose el cabello y echándose unos mechones celestes detrás de lo oreja.

- Quiero encontrar a Yuzu, y quiero enmendar las cosas que hicieron mis compañeros.

 

 

 

 

El cuerpo de Yuya, guiado por los instintos de Yuto, se estremecía bajo los toques de Shun, que mordía y chupaba su cuello. Los dos jadeaban, con la pierna del más bajo frotándose contra la erección del otro; pero el más ruidoso era Yuto, que no podía ocultar su voz cuando Shun lo masturbaba al ritmo que dos de sus dedos se movían profundamente en su interior.

- Shun… -el nombrado se sentía intrigado por el sonido de su voz. Se escuchaba como Yuto, pero mantenía el tono de la voz de Yuya; recordándole aunque no lo mirara, que el chico debajo de él no era enteramente su amigo- Shun… voy a…

- Yuto…

- Por favor, detén esto –gimió Yuya, tomando el control de nuevo en ese instante- N-no es justo para ninguno de nosotros. No uses a Yuto de esta forma si no sientes nada por él –dijo jadeando.

- Yo… -el más alto se detuvo, pero aún así los espasmos recorrieron al pelirrojo; que se cubrió el rostro con ambas manos, ahogando un ronco gemido en su garganta cuando se vino en la mano de Shun. Cuando descubrió su rostro, aquel extraño brillo había desaparecido por completo de sus ojos, y evitó mirarlo, con las mejillas ardiendo. Empujó a Shun para apartarlo, casi arrojándolo del sofá, y se apresuró a vestirse de nuevo.

- No voy a dejar que alguien juegue con nosotros de nuevo –dice antes de salir corriendo de la habitación. Shun no lo detuvo.

Yuya siguió por el pasillo, hasta encontrar las puertas del lugar, y salió afuera. Yuto sentía lo furioso que estaba, y sabía que tenia la culpa antes de que el otro se lo reclamara, sentándose en la acera.

- ¿Por qué dejaste que eso pasara?

<<Lo siento mucho, Yuya>>

La voz de Yuto sonaba quebradiza también en su cabeza, y se preguntó si las voces podían llorar.

- Es mi cuerpo, Yuto, no el tuyo.Y sabías que yo estaba sintiendo todo eso.

<<Lo sé, de verdad lo siento Yuya. Perdóname>>

- Sé que dirás que es estúpido pero –se enjuagó las lágrimas sollozando- No puedo dejar de pensar en Sora, aún con lo que hizo, y estar con alguien más de esa forma me hace sentir algo… sucio.

<<Yuya…>>

- Creo que él no solo me gustaba –intentó frenar el llanto, pero cuanto más se sinceraba con Yuto, menos dejaban de salir sus lagrimas- Creo que estoy enamorado de Sora –Yuto no respondió, pero Yuya siguió hablándole- No lo sé, ¿es así como se siente el amor, Yuto? ¿Por qué es tan doloroso?

<<No lo sé>> La voz de Yuto sonaba como si él también quisiera llorar <<Por favor perdóname, Yuya. No debí meterte entre Shun y yo. Sabia que iba a salir herido, y no me importó, pero no quise lastimarte a ti también>>

 

 

 

 

Viéndolos irse, Gongenzaka se dirigió a Dennis y a Sawatari, que se presentaba en ese momento.

- ¿Bebieron? –los perforó con la mirada, buscando respuestas. El rubio se encogió, susurrando un débil “yo no tuve que ver”, mientras que el de rizos ni se inmutó y se apresuró a decir con tono infantil:

- Kurosaki empezó.

El azabache contuvo la impotencia por tan tonta respuesta y preguntó, al no encontrar con la vista al de cabellos verdes y rojos- ¿Dónde está Yuya?

- Creí que había salido a buscarte –dijo Shingo.

- Tal vez esté con Kurosaki. 

- ¿Cómo pueden perder de vista a sus compañeros así, en una ciudad que no conocen? –los regañó, dispuesto a salir del lugar- Iré a buscarlos.

- Voy contigo, Gon-chan –lo siguió el estudiante de intercambio; mientras que su compañero de LDS se les unía.

- ¡Esperen! ¿A dónde fue… -no necesitó terminar de formular la pregunta, porque al salir a la calle vio a Reiji abrazando de la Selena por la cintura, y sintió su sangre arder -¿Qué demonios? ¿Primero Yuya, y ahora Selena? –Sabía que a Reiji no le afectó tanto como a él su ruptura, ¿pero tenía que dejar así claro que le importó tan poco lo que hubo entre ellos? 

- Bien –le dijo Reiji a la de ojos verdes, llevando la mano a su hombro- Ve al baño y refréscate un poco con agua –Ella asintió, y en cuanto volvió adentro, el magnate se dirigió a los otros dos.

- Yuya y Kurosaki salieron, así que vamos a buscarlos –le dijo Gongenzaka. 

- ¿Se separaron hace mucho? –preguntó Reiji.

- Una hora… o más –dijo Dennis. El líder, cuyo semblante siempre estaba imperturbable, hizo casi desapercibida su preocupación.

- De acuerdo, reúnanse de nuevo aquí en cuanto puedan.

Gongenzaka asintió, y se marchó seguido del extranjero. Dennis iba a comentar algo, cuando estuvieron algo alejados, pero una carta cayendo de su lado llamó su atención. La recogió sin ser percibido por el azabache, y vio con sorpresa que era “Violet Flash”. Miró entonces a su alrededor, buscando por arriba de los edificios al lugar desde el cual pudo ser arrojada, y divisó una figura sobre la terraza de un apartamento a dos casas de allí.

- ¿Sabes qué, Gon-chan? Será mejor si nos dividimos, así que mejor yo buscaré por la dirección opuesta. 

- Está bien, pero asegúrate de volver si no los encuentras en media hora.

- Sí, seguro –le levantó el pulgar y regresó atrás. 

Se metió entre un callejón para rodear la casa y subió con agilidad sobre las vigas y el balcón hasta la terraza. Con la luz de la luna, y del farol más alto en esa calle, distinguió su sonrisa cuando el otro se volvió a verlo; enmarcada de los cabellos violetas que se movían con el viento a esa altura.

- ¿No dirás tú típico “me hiciste esperar”, otra vez?

- Yuri…


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