Carajo, acabo de robarle el primer beso a alguien, y no solo eso es mi puto vecino de 16 años, ah perdón ¡diecisiete!, Genial, y lo peor de todo es que se despertó justo cuando lo estaba besando. Lo sé suena como un jodido violador, pero es que se veía tan tierno que no me aguante las ganas, juro que solo iba a ser un rose, algo pequeño pero este se despertó y después me beso, no puedo decir que me haya chocado en cualquier sentido, pero este niñato está controlando el beso y eso sí que no es posible. Tomo su cuello para que no retroceda, el beso que hasta el momento era tierno, inexperto e infantil pasa a ser más apasionado, el chico trata de seguirme el ritmo, paso mi lengua por su labio inferior para que me deje acceder a esa dulce cavidad, cuando por fin abre su boquita nuestras lenguas se enfrentan en una danza frenética, con mi otra mano lo acerco más hasta hacer que siente en mi regazo, Cass ha comenzado a soltar pequeños suspiros y gemidos que me calientan mucho, puedo sentir como su erección crece, lentamente la froto contra la mía haciendo que Cass gima más fuerte. Deslizo mis manos por su espalda una se introduce por debajo de su camisa y la otra va a parar a su trasero. Perfecto, su abdomen duro pero sin trabajar y su trasero mullido, sin pensarlo cogí su trasero con mis manos y lo masajee, separándolo haciendo que ese niñato de ojos azules tan penetrantes liberara un sonoro “Ah” de placer, y se corriera un poco hacia atrás haciendo que el claxon de mi querida nena sonara y a decir verdad nos sorprendiera a ambos haciendo que nos avergonzáramos.
Nos dejamos de besar, Castiel rehuía mi mirada así que tome su mentón e hice que mi mirara, las pupilas dilatadas por la lujuria, su rostro sonrojado, sus labios hinchados por lo que estábamos haciendo, mordiéndose el labio, ¡¿Cómo se puede llegar a ser tan tentador, sin siquiera intentarlo?!
-Sera mejor que entre ya- Y sé que es cierto, es mejor que entre en este momento de lo contrario no podré devolverlo entero
-Está bien- pero sus manos siguen aferradas a mi chaqueta, tal vez siente que lo use, si eso es lo que piensa no podría estar más equivocado. Besé suavemente sus labios, lo miré tratando de demostrarle que no es un juego, porque por raro que parezca no lo es.- Cass- este me miro y sonrió- mañana nos vemos ¿sí?- un leve movimiento afirmativo-¿quieres que te acompañe a la puerta?- Por Dios, ¿Cuándo fue la última vez que fui tan amable con alguien?
-no…-
-Está bien, vamos no quiero que tus padres llamen a la policía por secuestro- una risa, eso ya es algo.
Nos bajamos del auto y me despedí con la promesa de salir mañana, camine hasta la puerta de mi nueva casa cuando vi que él ya entro, abrí la puerta, entre, cerré, cuando por fin sentí que nadie podría verme ni oírme, solté un fuerte bufido, ¿qué coños pasa conmigo? Desde cuando me interesa el jodido hijo de mis vecinos, al que por cierto acabo de conocer no hace muchas horas. Y para puto colmo en este momento tengo una erección causada por un NIÑATOO de 17 jodidos añosss, me dirijo a mi habitación para encargarme de esta molestia, subo las escaleras, y cuando estoy a menos de 10 pasos de esta, una voz, me saca aún más de mis casillas
-Y bien ¿Cómo te fue con nuestro vecino?, ¿ya te lo tiraste?-sarcasmo e ira. Que bien piensa mi hermanito de mí.
-Cállate Samanta
-Ja, aun no lo has hecho y por eso estas de mal humor, y con un problemita, me voy, jajjajja, será mejor que te ocupes de eso- A veces Sam puede ser tan molesto.
Por fin pude entrar en mi habitación, me tiro en ese colchón desteñido. Trato de entender que tiene ese niño que me cautivo, porque simplemente no lo quiero para un juego, me pregunto qué es lo que tiene esa mirada que nunca antes había visto en otros ojos, es como si tuviésemos un vínculo el cual no puedo negar, el cual no quiero negar, pero es un niño, un menor de edad, menor que Sam incluso, si pasa algo y sus padres quieren puedo ir a la cárcel… Esos ojos, esos brillantes y hermosos ojos, y su boca, cálida y dulce. Cierro los ojos y lo puedo ver en el carro, sonrojado, sus labios, sus débiles gemidos, que hubiese pasado si lo llevásemos a otro nivel, mis manos acariciando su trasero, sus manos con timidez rosando mi piel debajo de mi camisa, yo degustando su cuello, rozando nuestros miembros sobre la tela, sintiendo como con cada movimiento crecen, por encima de la ropa, toco su miembro, un leve roce que hace que se retuerza y gima, Dios como me excitan esos gemidos, su mano temblorosa se cuela por mi ropa interior, esta fría pero ese cambio de temperatura y saber que es su mano me vuelven más sensible, su mano (mi mano) se desliza desde la base hasta la punta deteniéndose en el glande, me mira a los ojos y no puedo contener un jadeo, su boca se desliza hasta la punta dando pequeños lengüetazos, para después introducirlo en su boca, esa dulce boca, que parece que me quiere llevar al cielo, sube y baja, lamiendo toda su extensión, pasando la lengua por toda mi verga, haciendo que con cada toque me estremezca, Cass succiona deliciosamente mi pene logrando que vea estrellas, cuando siento que estoy a punto de venirme su boca (mi mano) se detiene por un instante, en mi fantasia aquel virginal chico besa con pasión y lujuria, dejándonos guiar por el deseo, luchamos por tener el control y gano, el sobre mi cama jadeando debajo de mi cuerpo deseoso de tenerme dentro, grita mi nombre, pidiéndome que lo posea, que lo tome, el movimiento de mi mano se acelera cuando Cass abre sus piernas para dejarme ver ese pequeño agujero, el cual penetro sin preparación consiguiendo que grite de dolor y desesperación, que gima y suelte unas lágrimas espero unos minutos sintiendo como soy apretado y engullido por Castiel, como el calor abruma todos mis sentidos, comencé a moverme lento, tortuoso y fui aumentando la velocidad haciéndolo gemir, gritar mi nombre, suplicarme por más, sus uñas se deslizan por mi espalda, una descarga electro atraviesa todo mi cuerpo cuando Cass se viene, esa imagen es jodidamente sensual, el moreno con el cabello desordenado, una delgada capa de sudor decorándolo, susmejillas rosadas, su boca abierta y tratando de recuperarse, esa imagen es suficiente para venirme con su nombre siendo expulsado de mi boca sin querer.
Jum, no entiendo que me pasa, pero no me puedo sacar la imagen de mi vecino gimiendo y de sus ojos, lo imagino, aquí a mi lado, recostado en mi pecho, dormido, eso es lo que se necesitó para caer en brazos de Morfeo.