Ya era tarde, el sol no se veía y el cielo estaba estrellado.
Por las calles desiertas caminaba un azabache con un castaño en brazos, los dos iban con una sonrisa en sus rostros.
Tsuna iba jugando con el cabello de su pareja mientras sentía como su espalda y piernas eran acariciadas suavemente.
—Deberíamos repetir lo de hoy omnivoro.
—Baka!! Hentai!!
Le gritó al mayor mientras el otro sonrió ladeado, Tsuna al ver esa sonrisa hizo un puchero pero después sonrio igual que el otro.
—mi querido Kyoya...
Los brazos del más pequeño se enredaron en el cuello del mayor.
—seria un gran placer que me tomé siempre que quiera.
Le mordió los labios y se escapó de los brazos del prefecto y corrió sin importarle la incomodidad de la actividad física que tuvieron todo el día.
—Tsu—kun, Kyo—kun, no se queden mucho rato ahí y entren ya.
La intuición de Nana hizo que sintiera que su pequeño ya estaba llegando así que había salido de la casa y lo vio corriendo con su pareja detrás de el persiguiendolo.
Los jóvenes saludaron a la mujer y después pasaron al comedor donde Nana les sirvió la comida.
—Kyo—kun, Tsu—kun, ya les prepare la habitación.
Un guiño se pozo en el rostro de la mujer haciendo que el chico azabache sonriera ladeado y que el castaño pareciera un tomate.
Después de un rato se fueron a la habitación del Sawada menor, buscaron ropa en el armario ya que Nana le tenía hasta ropa a Hibari ahí.
El timbre sonó y se escuchó un grito de emoción por parte de la única mujer haciendo que los dos menores corrieron abajo para ir a ver porque la mujer grito y les bajo una gota al verla abrazar a una otra mujer y hablar de todo.
—Kyo—kun cuida de Tsu—kun, yo saldré un rato con mi amiga.
La mujer se fue de la casa con la otra sin importarle que dejaría a un conejito con un lobo hambriento.
Tsuna sintió un escalofrío pasar por su columna haciendo que se estremeciera, giro un poco su mirada topandose con el rostro de su amado, tenía una mirada llena de amor pero igualmente cargada de lujuria.
—K...Kyo?
—Conejito, ¿Listo para más rondas de amor?
—Hieee!!!
Tsuna salió corriendo de la casa y empezó a dar vueltas por ella siendo perseguido por Hibari, el cual se devolvió y Tsuna terminó chocando con su pecho.
—mouuuu es es trampa.
Dijo el castaño mientras enredaba sus brazos en el cuello del otro mientras le robaba un besito.
Hibari paso sus brazos por la cintura pegándolo a su cuerpo.
Los dos se veían y no podían quitar la mirada del otro se amaban tanto a pesar de que uno fuera un carnívoro y el otro un omnivoro.
Así como estaban Kyoya agarró fuerte a Tsuna y de un salto llegó al balcón de la habitación de este y entró.
Las caricias empezaron, la ropa estorbaba y fue desapareciendo rápido hasta dejar a los dos como vinieron al mundo.
—No me canso de ver tu hermoso cuerpo.
Tsuna se sonrojo y se acostó en la cama alzando los brazos para que Hibari lo abrazara. No se hizo de rogar y se colocó encima del otro besando la suave piel del cuello dejando marcas.
—nnght....Kyoya....entra ya...
Las piernas del menor fueron separadas al igual que sus nalgas y se vio penetrado de una sola estocada sacándole un gemido de dolor y pasión.
—estas bien?
—h...hai...sólo espera un momento...
El otro asintió y sonrió ladeado cuando su castaño le acariciaba el rostro con amor.
Las embestidas comenzaron de suave pero fueron subiendo de tono cada vez más, los dos se sentían en el cielo y más con las crías que se brindaban.
Después de unas cuantas estocadas Hibari se vino en el interior de tsuna mientras este lo hizo en medio de los dos junto con un grito de placer.
—nee Kyoya~ hazme el amor otra vez.
Hibari sólo sonrió ladeado ya que le gustaba la faceta lujuriosa que tomaba su conejito cuando lo hacían.
Al final se la pasaron haciendo el amor por varias horas. Hasta en la ducha terminaron haciendolo.
La puerta principal se abrió y Nana entró a su casa, se quedó confundida al no escuchar ruidos ya que pensaba que llegaría y escucharía los ruidos de esos dos. Subió las escaleras rumbo a la habitación de su hijo, abrió la puerta con mucho cuidado y sonrió viendo la hermosa imagen de tsuna abrazado por Hibari de forma protectora. Fue por una cámara y les tono varias fotografías para después salir rápido de ahí ya que no quería despertar a los bellos durmientes.
—ara! ¿Por qué siento que se me olvida algo?
La mujer se quedó pensando y después su cara tenía sorpresa.
—espero que hayan usado protección....aunque No estaría mal ser una abuela joven....no les diré nada jaja.
La mujer estaba mas que feliz, y ¿Por qué? Bueno ella se acaba de acordar que cuando nació su pequeño le habían dado una sorpresa, su pequeño angelito es de los pocos chicos más valiosos que hay, su Tsuna era un Doncel.