Capítulo 8
Un ligero pinchazo de dolor terminó por despertar a Jongin. Tenía el brazo dormido, algo de saliva en la comisura de su labio y los pies fríos. Pero cuando fue plenamente consciente de dónde estaba y sintió a Kyungsoo todavía acurrucado contra su cuerpo, nada, absolutamente nada en este mundo podía arruinar su felicidad.
La incomodidad de haber dormido en una pésima posición se hizo presente en cuánto movió su primer músculo. No quería despertar a Kyungsoo, pero lamentablemente tenía que hacerlo. Debían entregar la mercancía lo más pronto posible para poder huir con tiempo de sobra y no con la dictadura a sus talones.
El paisaje de la carretera era agradable. A pesar de estar un corriente tiempo viajando después de despertar, asearse y comer algo de desayuno, Kyungsoo seguía dormitando en el asiento del pasajero, perdiéndose una preciosa vista de árboles y árboles que cruzaban para llegar a su siguiente destino. Jongin tenía que estar muy despierto y atento a la carretera, cualquier signo de militares o policías haría que de la media vuelta y buscara otro lugar.
* * *
Cuando los chicos entregaron el último mandado de los abuelos una extraña sensación los invadió. Tenían expectativas vagas, un futuro totalmente incierto y ahora, que habían terminado el trabajo que se les había asignado, no sabían a dónde ir, por dónde esperar, qué hacer.
Jongin avanzaba por el camino, intentando evitar las zonas marcadas por el abuelo en un mapa.
-Deberíamos... buscar provisiones y parar sólo cuando necesitemos gasolina o nuevas cosas. Cuando compremos dejaremos la camioneta escondida o en un lugar seguro y caminaremos bastante con lo necesario, cosa que si nos quieren robar, no lo hagan todo de golpe... como dijiste, ahora ese auto es nuestro hogar.- dice repentinamente Jongin mientras toma la mano de Kyungsoo, no se sabe si para dar o buscar apoyo en ella. Obtiene como respuesta risita seca de su acompañante que está de acuerdo con su plan.
Kyungsoo ya estaba totalmente despierto cuando vio un bazar bastante bien provisto a las afueras de uno de los pueblos que abandonaban. Avanzaron un poco más hasta encontrar un bosque de difícil acceso y prácticamente escondieron su ahora casa rodante y sacaron un poco de dinero para comprar cosas básicas como agua, un poco de comida, pasta dental y así por el estilo. El clima no estaba fresco, pero pudieron avanzar sin sudar mucho. Jongin se atreve a tomar su mano por lo menos por un corto tramo y una pequeña pero reconfortante felicidad los invadió gracias al gesto.
Compraron poco, e incluso les faltó un poco de dinero teniendo que dejar algunas cosas. Kyungsoo sufría ante eso, pero Jongin estaba satisfecho. Conocía el mecanismo de los militares, si llegaban a estar en la mira estos iba a preguntar por ellos y si en varias tiendas coincidían que no siempre tenían dinero, o que andaban a pie, o cualquier información que no los identificara como una amenaza era totalmente positivo.
El lugar que encontraron para esconder el auto resultó bastante segura y aislada, así que decidieron quedarse ahí para planear un poco sus siguientes movimientos antes de continuar.
-Estamos más o menos aquí- explica el menor señalando el mapa- al paso que vamos, si tenemos que evitar muchos caminos, parar, dormir, etc., haremos más o menos un a semana o más hasta llegar al punto donde el abuelo dijo que saldríamos con menor dificultad. Según lo que nos dijo, los militares si se tomarán su tiempo para invadir al país, así que podremos salir antes de que todo estalle. El problema empieza en cómo nos comunicaremos cuando estemos fuera y cómo cambiar dinero de a poco.
-Realmente te estás tomando esto a pecho- comenta inesperadamente Kyungsoo.- creo que debemos ir por partes. Primero llegar al lugar, cuando lo hagamos, ahí empezar a preocuparnos por esas cosas, si lo hacemos desde ahora, que no podemos hacer nada, vamos a sufrir antes de hora.
-Tienes razón. Un paso a la vez... un paso a la vez.
* *
Kyungsoo supuso que el dolor de cabeza con el que se había levantado se debía a la mala postura de la noche anterior, pero eso acabaría pronto, porque Jongin estaba a punto de terminar de adaptar la parte de atrás para que tuvieran más espacio para dormir cómodamente.
Les fue difícil adaptarse a este estilo de vida después de estar totalmente acostumbrados a un trabajo constante con los abuelos. Las viejas costumbres no se perdían y Kyungsoo todavía tenía que obligar a Jongin a levantarse temprano, porque siempre le costaba, pero esta vez, tuvo que reunir bastantes fuerzas porque no se estaba sintiendo muy bien.
-¿Pasa algo?- pregunta el más alto al ver que Kyungsoo no tiene un buen semblante.
-Creo que dormí en una muy mala posición anoche y el cuerpo me pesa.- responde el chico y Jongin sonríe.
-Duermes prácticamente encima mío... a mi debería pesarme el cuerpo, no a ti- se burla en menor, ganándose una mirada asesina.
-¿Quién es el que se acurruca y quiere dormir totalmente pegado a mi? Es tu culpa que yo esté en tus brazos siempre...si no te gusta...- Jongin no dejó que el otro terminara sus palabras. Posó una mano sobre su boca para evitar que más palabras salieran de ella.
-Ni se te ocurra decir que dormiremos separados ¡oh no! Ahora que por fin podemos hacer vida de pareja, no lo podemos arruinar.
-Vida...de... pareja- repitió avergonzado Kyungsoo. Y era verdad. Estaban haciendo vida de pareja, algo que les hubiera resultado imposible si se hubieran quedado. Y un terrible recuerdo lo atacó: Los abuelos. ¿cómo estarán? ¿necesitarán ayuda? ¿y los negocios? ¿estarán durmiendo bien o estarán preocupados por ellos? Habían muchas cosas que rondaban por la mente de Kyungsoo, pero lo hecho... hecho estaba y ahora no podía dar marcha atrás después de todo lo que Jongin y ellos habían pasado para poder salvarlo. Tenía que estar agradecido, así en su pecho pesara el dolor, el arrepentimiento y el sufrimiento de no poder verlos.
-¿En que tanto piensas?- inquiere Jongin al percibir la extraña aura del otro chico y retira suavemente su mano para tomar el volante nuevamente.
-En que tal vez deberíamos dedicarnos a algo... no podemos ir por ahí sin hacer nada. Siento que... estamos desperdiciando nuestro tiempo.
-¿Y qué sugieres que hagamos?- Kyungsoo sonríe y está a punto de hablar cuando le hace una seña a Jongin para que detenga el vehículo.
-Militares, Jongin. Da la vuelta.- Intentando no ser muy obvio y agradeciendo la buena vista de su novio, Jongin va por otro camino para evitar encontrarse con militares y tienen que retroceder gran parte de lo que habían avanzado, marcando el lugar como uno ya tomado por los armados.
-Esto cambia nuestros planes por completo... tal vez nos tome más tiempo del esperado llegar a nuestro destino- comenta bastante preocupado y sobretodo molesto el menor- Regresemos al bosque donde dormimos anoche, dejaremos el auto ahí. También
Y así es como los dos muchachos tuvieron que caminar desde su escondite a conseguir lo necesario para no detenerse hasta encontrar otro sitio donde se sintieran seguros. Lo primero que hicieron fue conseguir un botellón de plástico, para poder guardar gasolina y luego una estación para comprar el combustible.
-Ahí... ¡ahí está!- señala el sitio totalmente emocionado Kyungsoo, ya que sus pies dolían y hace rato que se les había acabado el agua que llevaban con ellos.
-Bien. La buena noticia es que podremos comprar algo de comer, descansar, usar el baño y conseguir gasolina suficiente.
-¿Y la mala?- inquiere el mayor un tanto preocupado por las posibles terribles posibilidades.
-Que de regreso se nos va a hacer tarde y tendremos que cargar la gasolina.- Kyungsoo empuja ligeramente a Jongin y lo mira con un puchero.
-Eso no es tan malo, pensé que en serio había algo de lo que debía preocuparme.
Pasaron un buen rato en el restaurante de la gasolinera, comiendo con mesura, pero descansando sus agotados pies. Luego, compraron gasolina diciendo que se les había terminado en medio del camino, consiguiéndola sin mayor problema. Y así, a pesar de que todavía tenían un poco de fatiga, decidieron ir al vehículo antes de que se hiciera de noche.
* *
Jongin le preguntó a su novio como un millón de veces si su plástico estaba más pesado o si quería descansar, o si tenía sed o hambre. Kyungsoo siempre negaba con la cabeza y le regalaba una tierna sonrisa, agradecido por la preocupación del otro. Era agotador, pero estaban tranquilos, complacidos con al menos tener un plan y estar juntos.
-¡Ustedes! Quédense ahí- una voz autoritaria repentinamente interrumpe su calmada conversación y su pacífico camino. Jongin cierra los ojos con esa expresión que siempre tiene cuando se enoja, así que el mayor lo toma del brazo para evitar que actúe innecesariamente de forma impulsiva. Dos hombres vestidos con uniformes militares se acercan e interrumpen su paso a pocos metros.
-¿Qué llevan ahí?- pregunta uno de los hombres de forma despectiva. Con una mirada, Kyungsoo sabe que no puede dar respuestas sin su consentimiento.
-Gasolina- responde tranquilo, pero firme el más alto.
-¿Para qué quieren gasolina si van a pie?- quiere saber el otro uniformado y Jongin no puede evitar girar los ojos.
-Estamos a pie porque nuestra moto se daño a un par de kilómetros de aquí. Estoy seguro de que tenía gasolina, pero no prende... así que estamos llevando de dos tipos para ver si funciona.
Uno de los hombres dejó salir una carcajada burlona y los inspeccionó con la mirada antes de continuar.
-Si no arranca y tenía gasolina, lo más probable es que no se vuelva a prender- explica con una mirada de casi compasión por los muchachos.
-Espero que lo haga- repone Jongin seguro de sí mismo.
-Tenemos órdenes de revisar sus pertenencias- interrumpió repentinamente el otro y le arrebató del mal modo la pequeña mochila que Kyungsoo tenía colgada. Jongin se mordió el labio para no decir nada.
-Un poco de comida, agua y escaso dinero ¿a dónde están yendo?- pregunta el primer uniformado directamente a Kyungsoo, pero este no responde.
-A la casa de nuestros abuelos en el campo. Nuestros padres nos enviaron ahí para trabajar, ya que no podemos hacer nada en la ciudad.- explica, con tanta confianza que hasta Kyungsoo estaba por creerle.
-Bien, no creo que necesiten mucho para llegar hasta ahí- el hombre tomó parte del dinero y guardo la otra en la mochila de Kyungsoo y prácticamente se la tiró en la cara.
-¡YA!- gritó enojado Jongin e intentó acercarse para proteger a Kyungsoo, pero la pesada mano del uniformado, protegida por el guante golpeó su rostro con tal fuerza, que su cuerpo calló lejos.
-¡Jongin!
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