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"Nada en este mundo sucede por casualidad".
Estoy harto de ese tonto neko ególatra egomaníaco, ¿qué se ha creído para decirme a quien debo hablarle y a quien no?, aún recuerdo perfectamente sus palabras “Tienes prohibido hablar con el idiota de Valon, perro”, realmente no entiendo, a él... ¡¿En qué diablos le afecta que me lleve con nuestro nuevo compañero de clase?!
Hace apenas dos semanas llegó un nuevo compañero de intercambio desde Tokyo, su nombre es Valon, al principio era algo cohibido, pero con los días fui logrando que se acercara más a nosotros, o sea a mi grupito de amigos conformado por Yugi, Yami, Ryo, Honda y yo claro está, cada día sentía como iba surgiendo una confianza de su parte que cierto neko roñoso arruinaba como justamente este día.
—Vaya el perro tiene un nuevo amigo que no le huye a sus pulgas -Mencionó entrando al salón mirándonos con desprecio.
—¿Qué es lo que quieres maldito neko?, es muy temprano para pelear contigo -Dije tratando de tranquilizarme.
—Solo me estoy divirtiendo con mi perro -Dijo sonriendo ladinamente con esa estúpida sonrisa que tanto odio.
—¡Deja de tratarme como un animal, idiota! -Grité molesto ante su actitud tan prepotente.
—¡¿A quién le dijiste idiota, imbécil?! -Gritó enojado acercándose a mí tomándome por la camisa.
—A parte de idiota, sordo -Dije tratando de zafarme de su agarre.
—Es mejor que sueltes a Jonouchi -Mencionó Valon mirándolo fríamente.
—¡A ti nadie te metió en esto idiota! -Mencionó mirando con desprecio a mi amigo.
—¡Oye, deja de molestar a mis amigos! -Dije molesto zafándome de su agarre empujándolo.
—Jonouchi, cálmate, si siguen esto no terminará bien -Mencionó mi amigo Yami llegando donde estábamos tratando de parar nuestra pelea.
—La culpa es de este ricachón engreído -Me defendí molesto.
—Jono-kun, hazle caso a Yami, sabes que no es bueno que pelees en la escuela -Mencionó mi buen amigo oji-amatista preocupado, al ver la cara de preocupación de Yug no tuve más que asentirle y comenzar a caminar en la dirección contraria al idiota de Kaiba.
—¡Ven para acá perro de quinta! -Exclamó jalándome del brazo sacándome del salón para llevarme tras las canchas sin que mis amigos pudieran hacer algo para impedirlo.
—¡Suéltame Idiota! ¡Te digo que me sueltes! ¡KAIBA! -Grité intentando zafarme de su agarre, pero me era imposible debido a la diferencia entre nuestras fuerzas.
—Tienes prohibido hablar con el idiota de Valon, perro -Mencionó mirándome fijamente mientras me tenía atrapado de espaldas a una de las paredes continuas.
—¡¿Y tú quién demonios crees que eres para prohibírmelo?! -Pregunté algo frustrado y molesto.
—Eres mi perro y debes obedecer -Mencionó mientras me miraba con esos ojos de mar que se habían tornado de un azul más oscuro debido a su molestia.
—Y dale con esa cantaleta ¡Ya te dije que no soy ningún animal! ¡Y mucho menos de tu pertenencia! -Exclamé molesto, el tenerlo tan cerca de mí me hacía sentir algo incómodo y hasta casi sentía como si un pequeño sonrojo fuera a colarse por mis mejillas, su rostro estaba muy cerca del mío y no podía hacer algo para evitarlo.
—Hjmm -Escuché como hizo un sonido de burla mientras me miraba con una sonrisa de lado quitándose de enfrente yéndose finalmente del lugar dejándome solo y un poco liado ante su actitud.
Estoy harto de ese tonto neko ególatra egomaníaco, ¿qué se ha creído para decirme a quien debo hablarle y a quien no?, sus palabras se repetían perfectamente en mi cabeza "Tienes prohibido hablar con el idiota de Valon, perro", realmente no entendía, a él... ¡¿En qué diablos le afecta que me llevara con nuestro nuevo compañero de clase?!
Ese maldito es un odioso, ¡Ra! ¡Llévame ya para no seguir soportándolo! Estuvo tan cerca de mí, por poco dejo entre ver que me gusta, si, las cosas son así, ese maldito neko arrogante y prepotente me gusta, ¿cómo pasó?, bien eso es algo que ni siquiera yo sé, solo me encontré un día perdido mientas lo contemplaba durante la clase de química, él volteó a verme en ese momento y yo sentí como mi corazón comenzó a latir desbocado y un ligero sonrojo apareció en mis mejillas, así que ahí fue cuando me di cuenta que estaba enamorado de ese idiota.
El problema es ese, las cosas siempre son así, él es un maldito conmigo, siempre busca una forma de pelear y siempre me acuña como su propiedad, la verdad es que no es que me moleste tanto el hecho de que lo haga, lo que odio es que usé eso solo para molestarme, realmente me gustaría ser algo de él, pero eso solo son ideas locas que tengo, Kaiba me odia y ni en un millón de siglos llegaría a sentir algo por mí.
Me sentí algo derrotado y triste después de estar pensando en esas cosas así que regresé a mi salón y al entrar mis amigos se acercaron rápidamente a verme.
—¿Qué fue lo que pasó Jono-kun? -Me preguntaron Ryo y Yugi preocupados.
—Nada más de lo usual -Dije intentando sonar como siempre.
—Ese maldito de Kaiba, siempre buscando la forma de molestarte, la próxima vez lo haré pagar -Mencionó Honda molesto.
—Por cierto, Valon, gracias por intentar detener al idiota de Kaiba -Dije sonriéndole cálidamente.
—No es nada, además realmente no pude hacer nada -Mencionó apenado volteando a otro lado.
—Al menos lo intentaste y eso cuenta mucho -Dije feliz, realmente me daba gusto que Valon fuera abriéndose mucho más, me sentía orgulloso de mis logros con él.
Ese día pasó normal las siguientes horas ya que cierto CEO de Kaiba Corp había tenido que retirarse por asuntos de su empresa.
Aunque me costara mantenerme bien no podía, extrañaba verlo, aunque fuera de lejos, el salón de clases se volvía nada sin su presencia.
—Jono... -El llamado de Valon me alejó de mis pensamientos que estaban comenzando a torturar mi mente.
—¿Qué sucede amigo? -Pregunté sonriéndole levemente.
—Yo... quería hablar contigo de algo -Mencionó sonriendo nerviosamente.
—Entonces dime, soy todo oídos -Dije más animado.
—Pero no aquí -Dijo mirando alrededor -¿Podría verte en el mall de Domino a las 4?
—Claro, no veo el problema -Dije sonriéndole.
—Entonces al rato hablamos -Dijo sonriéndome cálidamente.
Realmente no entendía que es lo que quería hablar conmigo que no pudiera ser ahí en la escuela, en fin, en algunas horas sabría qué es lo que era.
Justo antes de las 4 de la tarde estaba parado frente al mall de Domino esperando a mi amigo, a veces tenía la maña de llegar puntual a las citas, aunque me sea difícil llegar temprano a la escuela.
De un momento a otro vi que mi amigo Valon se acercó a mi corriendo.
—Hola Jono -Dijo llegando a mi lado sonriéndome.
—Hola Valon -Dije sonriéndole levemente -Bueno dime que es lo que pasa -Mencioné calmado.
—¿Te parece que caminemos un poco antes de hablar? -Me preguntó feliz, yo solo asentí y comenzamos a caminar por el mall.
Los minutos fueron pasando y Valon aún no me decía nada, no entendía nada, llevamos dando vueltas en círculos y aún no me podía decir lo que quería decirme.
Después de un rato nos fuimos a sentar a unas bancas que estaban en la parte de afuera de uno de los restaurantes, al ver que Valon no me decía nada por sí solo no me quedaba más que preguntarle qué pasaba.
—Oye Valon, sobre lo que querías hablarme -Dije algo apenado, las horas habían pasado y habíamos hablado de miles de cosas, menos de la que venimos a hablar -¿Puedes decirme de que se trata?
—Solo quería tomar un poco de valor para hacerlo -Mencionó sonriendo nerviosamente.
—¿Valor?, ¿Para qué? -Pregunté algo confuso ante sus palabras.
—Jono -Mencionó tomando mis manos, lo que provocó que un ligero sonrojo apareciera fugazmente en mis mejillas dé la impresión -No sabía cómo decirte eso, pero yo... Comenzó a decir sin mirarme -Estoy enamorado de ti -Dijo finalmente dejándome completamente anonadado ante su inoportuna confesión -Realmente me gustas mucho y aunque tal vez yo no te guste quería saber si tú... me dejarías intentar conquistarte -Finalizó sus palabras subiendo su mirada para sonreírme cálidamente.
—Yo... -Dije aún sin poder articular palabra alguna, mi asombro era grande.
—Tal vez preguntes el por qué me enamoré de ti -Mencionó sonriendo -Es una respuesta fácil, gracias a ti ahora soy lo que soy, tú me ayudaste en todos los sentidos, nunca pensé que queriendo a alguien podría cambiar mi forma de ser por una mejor -Dijo feliz, yo por mi parte no decía nada, solo pensaba por dentro en qué debía responderle algo -Por favor Jono, déjame conquistarte -Dijo acercando su rostro al mío poco a poco, yo no sabía como detener lo que está pasando, pero, si correspondiera a Valon... ¿Me olvidaría del neko engreído? ¿Realmente llegaría a amar a alguien más de lo que amo a Seto? Eran las preguntas que daban vueltas en mi cabeza mientras sentía como la calidez de los labios de Valon estaban por ponerse sobre los míos, abrí lentamente mis labios para recibirlo, tal vez eso sería lo mejor, de esa forma yo....
—¡Te dije que te alejaras de Valon, perro! -Dijo una voz sacándome de mis pensamientos jalándome de la banca en un instante.
—Ka... Kaiba -Dije impresionado, ¿a qué hora es que había llegado?
—Nos vamos -Dijo tomándome de la muñeca jalándome por el mall para literalmente botarme dentro de su limosina que estaba aparcada cerca, yo realmente no pude ni reaccionar.
—¡Jonouchi! -Gritó Valon molesto yo solo lo vi desde lejos, ¿qué acababa de pasar?
—¡¿Cómo diablos es eso de que estuviste a punto de dejarte besar por ese idiota?! Si no llego yo... tú -Mencionó molesto empuñando sus manos con mucha fuerza.
—¿Por qué no me dejaste continuar? -Pregunté al salir de mi asombro sin mirarlo ocultando mis ojos en mi flequillo rubio.
—Porque nadie tiene la potestad de tocarte, tú solo me perteneces a mí -Dijo acercándose a mí plantándome un beso apasionado que me dejó muerto de la impresión.
—*No puede ser posible, Seto Kaiba está... besándome* -Pensé todo atolondrado debido a la vorágine de sentimientos encontrados.
—Yo no sé qué haría si te pierdo -Mencionó débilmente al terminar de besarnos abrazándome con mucha fuerza -Cachorro, yo te amo -Al escuchar sus palabras no pude creer lo que mis oídos escuchaban, Seto Kaiba estaba declarándome su amor, sentí como poco a poco iba desmayándome sin terminar de hacerlo.
—Neko yo... -Dije tratando de articular palabras.
—No digas nada cachorro, yo sé que tú también sientes lo mismo -Mencionó sonriendo con superioridad.
—¿De dónde sacaste eso? -Pregunté frunciendo el ceño algo molesto y conrojado por sus palabras.
—¿Acaso crees que no noto las miraditas que me hechas en todas las clases?, cosa que pude comprobar varias veces durante la clase de química -Dijo sonriendo ladinamente.
—Yo... -Intenté articular una cátedra para refutar eso sintiéndome apenado al verme descubierto, que tonto fui al ser tan obvio.
—Descuida cachorro -Dijo hablándome tan calmadamente que se me hacía difícil pensar que en verdad era el mismo neko roñoso que tenía por compañero -No necesitas decir más -Mencionó volviendo a aprisionar mis labios en un beso que comenzó siendo tierno y que a medida que pasan los segundos se volvía mucho más demandante, era todo un sueño, los labios de mi neko eran completamente exquisitos, como jamás iba a haber otros labios.
—Te amo Kaiba -Dije al separarnos para respirar un poco de aire.
—Lo sé cachorro -Dijo sonriendo con superioridad -Sabes, aunque odio a Valon por poner los ojos en ti le agradezco que lo hiciera porque solo de esa forma pude ser valiente para afrontar las cosas, si no los hubiera visto hoy cuando llegué al mall quien sabe qué hubiera pasado -Mencionó frustrado.
—Afortunadamente llegaste -Dije sonriendo atrayéndolo hacía mí para volver a atrapar sus labios, esos que de ahora en adelante serían mi único vicio y mi deliciosa perdición.
Solo podía pensar que nada en esta vida ocurría por casualidad, las cosas solo se acomodan para que todo pasara, quien iba a decir que mi tonto neko gracias a la amenaza de la persona de Valon a mi alrededor, decidiría confesar sus sentimientos, aunque se me hacía difícil de creer, yo, Jonouchi Katsuya era correspondido por mi neko, era el mejor día de mi vida, ¡Ra! Que mi felicidad no se acabe nunca.
----Fin----
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