CAPITULO 8
Amar, Recogiendo pedazos
Hacia una semana desde que a Daiki lo habían despedido, y también desde que había visto a Ryouta. Al día siguiente de que aquel hombre no le permitiera ver a Kise había regresado y simplemente nadie había abierto la puerta, y a pesar de esperar y esperar por más de una hora nadie le había abierto o había llegado, los días siguientes habían sido iguales, así que ese día había decidido que entraría y vería que pasaba, sabía que era allanamiento y demás, pero no le importaba, quería ver a Ryouta.
Una vez frente a la puerta del departamento toco tres veces y espero, pero una vez más, nada. Miro alrededor de la puerta y no encontró ningún lugar donde se pudiera esconder una llave, sabía que sonaba muy de película, pero era su única opción, miro detenidamente todo el lugar y cuatro masetas llamaron su atención, al contar las puertas del los departamentos alrededor, las cuales también eran cuatro, el numero de puerta de Kise era 3, así que se dirigió a esa maseta y al alzarla encontró una llave.
“Lo sabía” sonriendo se dirigió a la puerta y al insertar la llave y girarla la puerta se abrió, respiro hondo y se preparo para lo que fuera que estuviera ahí, pero su preparación no fue suficiente.
Al entrar en el departamento se pregunto si en verdad era el de Kise, pero no había duda de ello, así que su corazón se rompió. La casa estaba vacía. Ni un solo mueble, o cuadro ¡Ni siquiera las cortinas! Las paredes estaban desnudas y blancas, no como antes que tenían un color amarillo apagado. Corrió hacia la habitación de Kise solo para encontrarla igual, recorrió todas las habitaciones sobrantes y en todas fue igual.
Kise se había marchado.
Sin decir nada, solo había desaparecido.
-¡Maldición!-grito furioso y triste mientras resbalaba por una pared hasta quedar en el suelo, tenía que ser una broma, una horrible broma. Por unos instantes se quedo sentado, sin saber qué hacer. Pero no duro mucho, no se iba a quedar así. Iba a buscar a Kise.
-¿Hola?-pregunto alguien al otro lado de la línea.
-¿Akashi? Necesito un favor-sabia que pedir un favor a Akashi Seijuro era como venderle su alma al diablo, pero no le importaba, necesitaba a Kise.
-Habla-le dijo con la misma autoridad de siempre.
-Necesito que busques a Kise-pidió casi con desesperación.
-No soy un perro Aomine, háblame con respeto-le pidió serio mientras comenzaba a mover a sus hombres-además ¿Por qué buscas a Kise?
-Porque desapareció, es lo que uno hace cuando alguien desaparece ¿no? ¿Buscarlo?-Aomine aun no estaba listo para hablar abiertamente del tema con alguien, y menos con Akashi.
-Te estoy preguntando por qué el interés por Kise, ya es un adulto, se puede cuidar solo ¿Verdad?-pero el pelirrojo no estaba dispuesto a dejar ir tan fácilmente al moreno.
-Bueno… yo… ¡Somos amigos ¿no?! Si Furihata se perdiera tu lo buscarías ¿no?-mal ejemplo, era un muy mal ejemplo y Daiki lo sabía.
-En primer lugar, Kouki y yo no somos amigos, somos amantes, y en segundo yo nunca dejaría que Kouki desapareciera-la seriedad en la voz de Akashi hizo temblar al moreno.
-Entiendo, solo dime dónde está Kise-Seijuro suspiro derrotado, era difícil tratar con un idiota obstinado.
-Está en Londres-contesto-pero no sé exactamente donde, búscalo tu-y con eso la llamada termino.
Aomine casi deseo lanzar el aparato, pero por lo menos sabia donde estaba Kise, no había otro lugar más que el departamento de Londres, solo hay podía estar. En ese momento, mientras lo pensaba le parecía lógico, seguro había ido a una pasarela o algo así, además tal vez pensaba remodelar su departamento, y no lo había dicho porque no tenía obligación de hacerlo. Todo parecía tener lógica, y tal vez en otro tiempo lo tendría, pero en ese no.
Al llegar al edificio donde vivía Kise respiro aliviado, durante todo el viaje se había sentido pésimo, preocupado y demás, pero ahora que estaba ahí se sentía muy bien. Bajo de su motocicleta y se dirigió a la puerta, entro sin cuidado y se dirigió al departamento del modelo, cuando estuvo frente a la puerta encontró la llave literalmente bajo el tapete, pero su felicidad desapareció al entrar al lugar, una vez más no había nada.
“Esto debe ser una broma” y es que casi receba porque fuera así, pero una parte de él sabía que no era una broma. Se quedo parado en la puerta por un instante y salió corriendo del edificio, llego a su moto y saco su teléfono, comenzó a escribir un mensaje y cuando termino subió a su moto.
Llego a un bar que frecuentaba mucho en Londres, era un lugar oscuro, desolado y casi depresivo. Se dirigió a la barra y le indico al hombre que le sirviera un gran tarro de cerveza, nadie lo noto, ni siquiera levantaron la vista, era un lugar donde las personas acudían a emborracharse sin molestar a nadie. El lugar perfecto para él en ese momento, pero no estaba ahí para tomar hasta no poder levantarse.
-Daiki-un hombre sentado a su izquierda tomo el tarro que apenas habia llegado y dio un gran trago-Aquí tienes, es todo lo que he conseguido-le dijo dándole solo un pedazo de papel-Creo que es suficiente, pero si necesitas más dime-Daiki se llevo el tarro a los labios y dejo que el hombre se marchara sin decir nada.
Cuando el liquido termino tomo el pedazo de papel, una dirección. Agradeció, una vez más, haber acudido a la escuela de policía y continuar en contacto con sus compañeros. Pago por la cerveza y se dirigió a la dirección marcada en el papel.
El frio que hacía en la habitación era tan intenso que el modelo podía ver claramente su aliento, se encontraba sentado en la cama de sabanas blancas, cubierto por las sabanas más gruesas. Al otro lado de la puerta Haizaki intentaba convencerlo de que abriera la puerta.
-Ryouta, si no abres te ira peor asi que hazlo-el rubio sabía que era verdad, pero tenía demasiado miedo. Los días que llevaba viviendo con él habían sido un infierno.
Shogo había intentado violarlo en más de una ocasión, en realidad desde que habían estado solo no había dejado de tocarlo con esa intención , y la noche anterior lo había intentado con más fuerza, pero el se había defendido, lo había golpeado y Haizaki lo había golpeado de vuelta. De hecho aun sentía la hinchazón y el sabor de la sangre.
-Ryouta-dijo una vez más con fuerza e ira, sabía que si no lo dejaba entrar, lo haría por la fuerza-Me canse-con solo dos patadas la puerta cayo y Kise se pregunto por qué no puso un mueble frente a la puerta o algo así-Vamos, Ryouta, demuéstrame porque Daiki te escogió.
El cuerpo del modelo comenzó a temblar, pero no estaba dispuesto a rendirse. Cuando el mayor estuvo lo suficientemente lejos de la puerta, el modelo corrió hacia la misma, pero antes de que pudiera atravesarla la mano del contrario atrapo sus cabello rubios y lo obligo a caer al suelo, los ojos dorados se encontraron con los ojos ceniza.
-Por favor…-pidió con temor y la voz temblando-Hare lo que quieres, pero solo hasta que tenga a mi bebe, ¿de acuerdo? Una vez nazca podrás hacer lo que quieras…-el mayor sonrió de forma perversa.
-Ryouta, eso es mucho tiempo para mi, así que lo hare ahora, antes de que nazca, después de que nazca y cuando yo quiera, si no quieres que hable claro-el modelo mordió su labio inferior, y antes de que pudiera decir algo Haizaki lo arrojo a la cama, después de eso, simplemente siguió luchando.
Shogo lo sometió bajo su cuerpo, con su cara sobre las sabanas y su cuerpo inmovilizado, no pudo hacer mucho, las manos del contrario recorriendo su cuerpo y entraron en él, le arrancaron lágrimas y gemidos, no se detuvo, a pesar del dolor y las suplicas del rubio, no se detuvo.
Lo golpeo en el acto, para su propio placer, porque para él eso era lo único que le importaba. Cuando termino, horas después, supo la razón por la que Aomine lo había elegido, era una persona muy sensual, sus gemidos, sus gritos, su piel, su voz, todo en Kise Ryouta era sensual, ardiente.
Bajo de él y fue por una cerveza, al regresar, Ryouta estaba en la misma posición en la que lo había dejado, con la mirada perdida, y las marcas de su cuerpo aun extremadamente visibles. Tomo de un trago la mitad de la botella y subió una vez más a él, lo penetro con un ritmo rápido y fuerte, vacio el contenido de la botella en su cuerpo y cuando se aproximo a terminar salió de él y dejo que su semilla se mezclara con el alcohol de la bebida. Iba a continuar de nuevo cuando escucho como alguien llamaba a su puerta, maldijo y decidió ignorarlo, pero los golpes no cesaron, se coloco sus bóxers y salió a partirle la cara a aquel que interrumpía su gran momento.
-¿¡Que mierda quieres?!-dijo mientras abría la puerta, pero antes de que estuviera abierta por completo la personas tras la misma la abrió rápidamente, dejando ver el rostro molesto del moreno-¿..Dai…
-¡¿Qué mierda significa esto?! ¡Kise! ¡¿Dónde estás?!-entro por la fuerza y antes de que volviera a gritar vio como Ryouta se arrastraba hacia él. Al verlo su corazón se rompió, y su ira lo invadió, el odio en su cuerpo enfrió todo, y no pudo pensar en nada, antes de que hiciera algo más, se volteo y lo golpeo tan fuerte como pudo, el cuerpo del pelinegro cayo casi al instante, al igual que el del rubio-¡Kise!-corrió hacia el y lo sostuvo en sus brazos, lo abrazo y miro su rostro, lleno de golpes, con un labio partido, y con pequeños cortes en sus mejillas, cortesía de los anillo que usaba Haizaki, al verlo casi pensó en ir y matar a Haizaki, pero la voz tranquila y débil de Kise lo detuvo.
-Por favor… llévame al hospital-le pidió en lagrimas, se toco el vientre y el moreno vio los golpes que estaban en él-Aomine… por favor…
-Haizaki-dijo con la voz ronca por la ira, que apenas lograba controlar-Si algo le pasa a mi hijo o Ryouta voy a hacer que pidas que te mate-tomo una sabana limpia y cubrió con ella al rubio, lo cargo en brazos y antes de irse pateo la cara de Haizaki.
Llevo en brazos a Ryouta a un hospital que se encontraba un poco cerca de donde estaban y una vez dentro demando, de una manera grosera y amenazante, que curaran al rubio. Las enfermeras se llevaron al rubio y dos horas después le permitieron verlo.
Al entrar casi pudo jurar que un ángel era el que se encontraba en la habitación, un ángel golpeado y profanado, una criatura que debía de proteger. Entro con cuidado y se coloco al lado del rubio, que se encontraba acostado mirando el techo.
-¿Cómo se encuentra?-pregunto mientras colocaba una de sus manos en el vientre del rubio.
-¿Quién te lo dijo?
-Por favor dime, ¿Cómo esta nuestro hijo?-le suplico sin mirarlo a los ojos, el rubio cerró los ojos y comenzó a hablar.
-Está perfectamente bien, al parecer Shogo kun no logro dañarlo ni nada, está muy sano-dijo con cierta alegría y alivio.
-¿Tu como estas?
-Perfectamente, el doctor dijo que unos golpes más y hubiera podido romperme unas cuantas costillas, pero no toco ningún órgano importante, ni rompió nada-dijo con indiferencia, gracias a las medicinas del doctor el dolor se había ido y como sabía que su hijo estaba perfectamente bien su cuerpo no le importaba mucho.
-Lo siento-los ojos del rubio se abrieron con sorpresa-Si… yo hubiera aclarado todo esto no hubiera pasado.
-¿A-aclarar qué?-pregunto mientras se sentaba.
-Te amo, Ryouta-los ojos dorados se llenaron de lagrimas.
-Imposible-el moreno abrió la boca pero el rubio solo negaba fuertemente con la cabeza-Tu solo me utilizas, no hay sentimientos de por medio, no me amas.
-Lo hago.
-¡Es mentira!... Antes amabas a Kuroko cchi, y ahora solo quieres sexo sin compromiso, es todo, no me amas-las lagrimas rodaron por sus mejillas y el moreno lo abrazo con fuerza.
-Cuando inicie mi… relación contigo Tetsu y yo ya no éramos novios, terminamos porque… me sentía atraído por ti, me dije a mi mismo que solo era curiosidad-el modelo quiso alejarse, pero Aomine lo abrazo con más fuerza-Cuando me entere de que yo te gustaba pensé en solo olvidarlo, pero no pude, pensé que si teníamos sexo tal vez mi curiosidad se saciaría, pero en lugar de eso me gustaste mas, solo que… no lo aceptaba y pensaba que era solo atracción física-las lagrimas de Ryouta traspasaron la ropa de Daiki y tocaron su piel-Me sentí aliviado por la apuesta que hicimos, buscar al más fuerte y eso, porque me quería alejar de ti, quería que fuéramos solo rivales.. pero cuando jugábamos no podía evitar querer tocarte, hacerte mío en la cancha… pero ahora no quiero dejarte, cuando te salve de Shogo en la fiesta, supe que no podría superarte, te amo, lo hacía antes y aun lo hago, estoy completamente seguro de que te seguiré amando incluso cuando muera-lentamente lo libero y lo miro a los ojos-Por favor déjame estar a tu lado, permitirme amarte y ámame de vuelta, déjame protegerte-se acerco con cuidado y lo beso, nunca se habían besado, y se arrepintieron de no haberlo hecho antes, porque con ese simple, largo y hermoso contacto pudieron entenderse, sin palabras, solo sentimientos y caricias.