CAPITULO FINAL Amor, lencería y eternidad
Cuando por fin se separaron, se miraron a los ojos, los ojos llorosos pero resplandecientes del blondo, y profundos y brillantes ojos del moreno chocaron, las manos del moreno aun seguían en los cabellos dorados, estas lentamente bajaron por su cuello hasta saltar su anatomía. La puerta se abrió.
-Ryota-la ira, hasta ahora inexistente de Daiki se incendio, el moreno se volteo, protegiendo con su cuerpo a su amante, en la puerta Haizaki y las hermanas de Ryouta miraban al moreno.
-Gracias por ayudarnos Aomine san, ya puede irse-dijo una de las mujeres, Daiki reconoció la voz de la mujer como hermana del rubio, pero no se molesto en mostrar respeto.
-No lo hare, y agradecería que dejaran la habitación de mi prometido-el rubio enrojeció, pero nadie lo noto, por otro lado los recién llegados se asombraron ante las palabras.
-¿Cómo dice, Aomine san?-pregunto la mayor.
-No parece que sean muy inteligentes-dijo el moreno mientras se llevaba la mano a la nuca y cerraba los ojos, con molestia-les estoy pidiendo que se larguen.
-¿Y quién te crees que eres tú para decirnos a nostras, las hermanas de Ryouta, que los alejemos de él?-pregunto la menor a punto de estallar.
-Su futuro esposo por supuesto, y como tal voy a proteger a mi preciado Ryouta y a mi hijo-las mujeres abrieron los ojos y voltearon a ver a Haizaki.
-¿No habían dicho que tú eras el padre?-antes de que Shogo respondiera, Daiki hablo.
-Si lo hubiera hecho el niño ahora seria huérfano-Ryouta tomo su mano con cuidado, pidiendo que parara-Espera cariño-le dijo con un tono meloso, no muy propio de él- Aun no termino-los ojos de Daiki soltaron chispas y el ambiente se sintió pesado, un aura asesina choco contra los tres intrusos-Dime, Shogo, ¿Qué tan loco estas como para creer que te dejare ir sin los huesos rotos después de hacer lo que le hiciste a MI Ryouta?-el pelinegro temblaba debido a la amenaza, pero su orgullo hizo que tragara todo su temor.
-no…No creo que puedas romperme nada idiota-el peli azul comenzó a acercarse, dejando que sus hermanas vieran el estado del menor.
-Tienes suerte de estar en hospital.
Mientras unas enfermeras se llevaban el casi cadáver de Haizaki Shogo las hermanas de Kise miraban asombradas al moreno, este las miro de vuelta, con el seño fruncido, aun estaba molesto.
-Largo-la voz del moreno hizo que las mujeres temblaran, pero no estaban dispuestas a irse.
-Nosotras no lo herimos, no fue culpa nuestra-le respondió la mayor.
-Haber dejado que Haizaki se los llevara les da culpa suficiente, ahora largo-la menor tomo el brazo de su hermana y juntas dejaron la habitación. Aomine aun sentía rabia Maldita familia estúpida que solo sabe hacer sufrir a mi angel
-Aominecchi-pero aquella angelical voz podía hacer que olvidara eso, se giro y miro a su rubio, tan hermoso aun con tantas heridas. Un ángel herido por su culpa-Ven Aomine cchi-dijo extendiéndole los brazos, el moreno avanzo y lo abrazo, coloco su cabeza en el vientre de Ryouta mientras este acariciaba sus cabellos.
-Lo siento-le dijo mientras lo abrazaba y disfrutaba del calor de su ángel-Debí de estar ahí para protegerlos… Soy un gran idiota.
-No fue tu culpa, yo no te dije nada, perdóname-el moreno levanto la vista al sentir las lagrimas del contrario.
-Fue culpa de ambos-dijo al final mientras abrazaba al rubio, dejando que su cabeza descansara en su hombro-Te amo-dijo por fin, después de años de dolor y lagrimas, Kise se sonrojo y el moreno le beso la frente-Los amo a ambos-dijo colocando su mano en su vientre.
-También te amamos Aomine cchi.
-Es Daiki, Ryouta-el rubio abrió los ojos sorprendidos, las lagrimas salieron mientras sonreía, siempre había querido escuchar al moreno decir su nombre, y él pronunciar el suyo-Pronto tu también serás un Aomine, ¿cierto?
-Pídelo de la manera correcta y te digo-refunfuño el menor.
-Bien…-el moreno se separo de su amado y se arrodillo, sus mejillas y orejas ardían pero aun así todo la mano del rubio con cuidado y con la otra saco un pequeño pañuelo de su chaqueta-Kise Ryouta, ¿Compartirías tu vida con un idiota que te ama muchísimo?-el rubio sonrió, aun más sonrojado que el contrario.
-Solo si prometes amarme por siempre-le dijo mientras el moreno le colocaba el hermoso anillo con un zafiro en medio.
-Ese no será un problema-ambos sonrieron, juntaron sus frentes y compartieron un beso largo, lleno de amor y esperanzas.
-Vamos Ryouta sal o derrumbo la puerta-dijo el moreno sonriendo mientras se colocaba en la cama, con únicamente su pantalón negro, la única parte aun viva de lo que fue su traje de bodas-Ya lo hemos hecho muchas veces, ¿Por qué te da pena ahora?-no podía disimular su sonrisa.
-¡Cállate!... No sabes lo vergonzoso que es….-decía el rubio del otro lado de puerta, apenas podía sostenerse.
-¡¿Por qué vergonzoso?!-Decía mientras reía-Tetsu me prometió una sorpresa, y yo la quiero ver-llevaban media hora con lo mismo, sabía que nunca saldría de ahí, así que se levanto, con cuidado sin hacer ruido.
-¡Deja de reírte!-le regaño, el moreno tomo la llave de la puerta y con cuidado se acerco al baño, introdujo la llave y la giro, podía escuchar la respiración de su amante y esposo, giro el pomo y al abrir la puerta, el rubio, que se encontraba recargada en la misma, cayó en sus brazos.
-¡Nooooo!-grito el rubio mientras intentaba zafarse de los brazos fuertes del moreno, este lo cargo y lo arrojo a la cama, con cuidado-Déjame volver al baño…-le pidió mientras escondía su cara ruborizaba bajo sus manos. El moreno lo miro con detenimiento, llevaba un hermoso Baby Doll color azul oscuro con adornos de flores y encaje blanco, además con su pancita de 7 meses y el sonrojo se veía adorable.
-Te vez muy hermoso, Ryouta~-con cuidado se coloco sobre su esposo, tomo sus muñecas y con lentitud y cariño las alejo de su cara, dejando ver sus hermosos ojos dorados y el sonrojo más intenso que había visto nunca antes.
-Mientes…-le dijo con el seño fruncido y al borde de las lagrimas-¿Cómo podría verme bien estando así…?-el moreno beso sus labios con lentitud, disfrutando de la suavidad de los labios de su amante.
-No sé cómo lo haces, pero siempre te ves bien-una de sus manos comenzó a recorrer su muslo-Siempre te ves tan sexy…-antes de que su mano pudiera continuar su camino hasta la entrepierna de su esposo, este lo detuvo.
-No… no creo que este bien hacer esto…
-¡Pero si ya estamos casados! ¡Lo hicimos hasta cuando no!-le replico
-Pero…
-Le pregunte a Midorima, dijo que está bien…-una vez más su mano continuo su camino y comenzó a acariciar el miembro de su pareja por encima de la delgada tela, haciendo gemir al embarazado-Abre un poco más las piernas amor~-el rubio obedeció con lentitud, cuando por fin sus piernas estuvieron separadas el moreno desato los hilos de la parte inferior de la lencería, dejando el miembro de Ryouta a la vista, coloco su mano alrededor de este y comenzó a subir y bajar, primero lento y después subiendo el ritmo.
Los gemidos de Ryouta escaparon de su boca a los pocos minutos, mientras su esposo disfrutaba de los sonidos que salían de su boca, sentía como su sexo pedía a gritos salir de sus bóxers. Cuando por fin Ryouta llego al final soltó un largo y ahogado grito, su pecho subía y bajaba con rapidez, sus ojos se abrieron por fin y vio al moreno, que lo veía como un depredador veía a su presa.
-Ayúdame ¿quieres?-le pidió con la voz ronca por la excitación, el botón de su pantalón ya se encantaba desabrochado. Su esposos asintió y se dirigió hacia él, bajo el cierre con cuidado y su pantalón cayó casi al instante, lentamente introdujo su mano a la única prenda que aun tenía su esposo, saco su gran miembro y casi al intente lo introdujo en su boca, el moreno chasque la lengua al sentir la calidez de la boca del contrario.
El rubio comenzó a moverse aumentando la velocidad cada vez más, mientras veía a su pareja a los ojos, y cuando el moreno estaba a punto de terminar separo al rubio y comenzó a besarlo, un beso diferente a los de siempre, uno que desprendía lujuria, un beso que ambos necesitaban, después de largos minutos al separarse un hilo de saliva unía su bocas lo que hizo que volvieran a unirlas. Mientras el salvaje beso se llevaba a cabo Daiki cargo a Ryouta y lo coloco sobre sus piernas, sin separase el moreno tomo la botellita de loción y se empapo las manos en el liquido perfumado, introdujo dos de sus dedos casi sin pensarlo haciendo que Ryouta enterrara sus uñas en la espalda y que su gemido quedara atrapado en el beso que compartían.
Después de que el tercer dedo de Daiki entrara del todo en su amante, cargo una vez más a Ryouta y coloco la entrada en la punta de su miembro, ambos se miraron a los ojos y el moreno le sonrió para que se tranquilizara, el rubio le sonrió de vuelta y respiro con tranquilidad.
Lentamente comenzó a introducir su sexo en la cavidad del contrario, el rubio moridlo su labio en búsqueda de distracción y cuando pensó que había terminado abrió los ojos, unas cuantas lagrimas escaparon de sus ojos, pero antes de que el rubio pudiera decir su pregunta el contrario le respondió.
-Falta un poco más de la mitad-en la cara del rubio se pudo ver el miedo pero se esforzó por sonreír.
-No puedo creer que aun no me acostumbro a ti-el moreno sonrió, lo tomaría como un cumplido-bueno la noche no dura para siempre y mañana tenemos el veredicto, hay que apresurarse.
-Espera, ¿Qué estás?-antes de que su amante pudiera detenerlo el rubio se dejo caer, haciendo que el miembro de su esposo tocara el punto exacto del placer. Arqueo la espalda y sus ojos se abrieron desorbitantes y pensó, por un momento, que se partiría por la mitad-¿Estás bien?-le pregunto el moreno después de recuperarse del movimiento tan brusco de su esposo.
-Si… estoy… bien-le respondió entre cortado, ninguno de los dos se movió por un tiempo, pero al final el moreno no pudo aguantarlo y comenzó a moverse, el rubio gemía y rasguñaba la espalda de su amante, unos cuantos movimientos después el moreno termino, por fin, en el interior de su esposo, haciendo que los dos llegaron al climax, cuando por fin terminaron se abrazaron y el moreno cargo a su esposo hasta la baño.
-Listo-dijo mientras el agua tibia llenaba la blanca bañera de mármol.
-¿No vas a entrar?-el moreno lo miro con ternura.
-Primero iré a buscar nuestra ropa y acomodar la cama, tu tomate tu tiempo- el moreno se levanto y cerró la puerta, el rubio se dirigió a la ducha con lentitud mientras maldecía un poco por no sentir las piernas del todo. Al terminar se metió a la bañera y la puerta se abrió, su esposo entro con un cambio de ropa para ambos y después de una ducha rápida entro con su esposo.
Ambos disfrutaron de la calidez y comodidad del baño, de la cercanía de sus cuerpos y del simple hecho de estar juntos, y casados.
-Es increíble que hayamos tardado cuatro meses en enviar a la cárcel a Shogo kun-dijo Kise mientras su esposo rodeaba con sus brazos su cuerpo, en símbolo de protección y propiedad.
-El maldito tenía buenos abogados-le respondió con molestia el contrario, Ryouta beso su cuello para calmarlo y le sonrió.
-Pero nosotros tenemos a Akashi cchi y a Himuro cchi-el moreno sintió un escalofrió subir por su espalda.
-Siento que ahora le debo mi vida a Akashi-el rubio comenzó a reír.
-Por cierto, Daiki cchi-el moreno sintió aun más terror al escuchar el tono de su esposo-¿Cómo es posible que Midorima cchi te hubiera dicho que tener sexo está bien cuando el es neurólogo?
-Ammm…pues…
El rubio se levanto y miro a su esposo con el seño fruncido.
-Tienes suerte de que seas bueno en la cama Daiki cchi-Ryouta salió de la bañera tomo su ropa y se refugió en la cama, mientras el moreno decidía entre el sofá, el piso o la bañera para dormir esa noche.
FIN...