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Un pequeño mundo para ti por aiculpp

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Notas del capitulo:

...¿y ahora que seguia para él?...

CAPITULO 2. INTERCAMBIO DE PALABRAS

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En sus 17 años de existencia había pasado por todo tipo de situaciones, desde las más sencillas hasta las más complejas, había experimentado la felicidad y la tristeza extrema, conocía lo que era el cariño de la familia y el dolor de perderla. Sabía lo que era tener valiosos y maravillosos amigos, y la amargura de tener que enfrentarse a ellos.

Cuando se enfrentó a Hakuryuu, sabía que ambos peleaban para tratar de hace realidad sus ideales, también sabía que su amigo tenía la intención de matarlo, es por eso que en su último golpe dio todo de si para detenerlo, si mal no recordaba le había cortado las piernas, pero también recordaba que su amigo lo había atravesado con su lanza.

Y luego… nada

Pero no había que ser demasiado listo para saber lo que había ocurrido. Hakuryuu había ganado… y el había dejado completamente solo a Aladin.

No decía que su amigo no pudiera darles pelea, el sabia mejor que nadie hasta donde llegaba la poder de su amigo, pero sabía que nuevamente le había fallado, ahora nunca podría volver con él para vivir un sinfín de aventuras y recorrer el mundo juntos.

Se sentía patético.

Alibaba se entristeció, si lo pensaba detenidamente, ahora que no había podido detener a su amigo era probable que hubiese una guerra entre los príncipes del imperio Kou.

Era probable que Kougyoku tuviese que pelear y en el peor de los casos ver morir a alguno de sus hermanos. Sabia de las capacidades de Kouen, pero también sabía que Sinbad no se quedaría de brazos cruzados, ya que después de todo una guerra así sería su oportunidad para derrocar Kouen Ren.

Ahora realmente se sentía inútil.

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El cómo había llegado a ese lugar lo relacionaba con la habilidad de Bellial, pero aun así sonaba bastante imposible el hecho.

En ese mismo lugar estaba una persona impresionante, más que una persona, era casi considerada un Dios… era Solomon, y no era solamente eso, sino que también era el padre de su mejor amigo. Sinceramente no sabía cómo actuar enfrente de él.

Ahora se encontraba sentado, aunque en realidad no sabía si lo estaba, todo el lugar no parecía tener un “arriba y abajo”, solo parecía un enorme cuarto blanco, por lo que en realidad más bien se sentía que estuviese flotando. Si era sincero, en no le interesaba saber en qué lugar se encontraba, lo único que quería saber era si había forma de regresar con sus amigos.

Pero… tampoco se atrevía a preguntarle nada a su acompañante.

Era demasiado como para que el tratara con eso, ¿Cómo se supone que debería de hablarle?, si bien él nunca ha sido bien conocido por respetar la autoridad o los rangos, en estos momentos estaba hablando de Solomon, la persona que se unió con el Illah y trato de reivindicar el mundo, e incluso si pasara por alto eso, era el padre de su mejor amigo, por lo que sentía que le debía respeto, de hecho se sentía bastante cohibido. No quería decir nada que lo hiciera sonar como tonto.

El peso en su espalda lo sorprendió.

Solomon se había sentado también solo que contra la espalda del menor.

-Dime Alibaba ¿Cómo llegaste aquí?

La pregunta le sorprendió, sin embargo no quería decirlo, aunque había rememorado su batalla con Hakuryuu varias veces, no quería decirlo en voz alta, le daba miedo ya que era como reafirmar que estaba… muerto.

-Yo… no lo sé.

No sabía si el peli azul le había creído, aunque lo más probable es que no.

Ahora se sentía peor, le había mentido a un ser obviamente superior a él.

-¿Tienes miedo?

El chico no comprendió a que se refería, pero antes de que lo dijera, el otro se adelantó.

-¿Tienes miedo de que estas en un lugar completamente alejado de tus amigos, familia y demás?

Alibaba no respondió.

-Si lo piensas de esa forma… la muerte es bastante aterradora ¿cierto?

El menor no se imaginaba a donde quería llegar con esas preguntas.

Solomon suspiro y se levanto de golpe haciendo que Alibaba cayera hacia atrás, al quedar su vista hacia arriba, vio al de trenza levemente agachado para ver bien su rostro.

-Te puedo asegurar que los muertos no llegan a este lugar.

Los ojos del menor se abrieron en asombro.

-No estoy seguro acerca de lo que te trajo aquí, pero lamentablemente no te puedo ayudar a volver, probablemente el único que pueda hacer eso serás tú. No sé cuánto tiempo te lleve, pero mientras lo haces estarás en este lugar conmigo por lo que no quiero que sigas con ese deprimente rostro.

Alibaba se levantó un poco molesto.

-Pues lamento si mi deprimente rostro le molesta – dijo teniendo que alzar su rostro para ver los ojos del contrario.

-No he dicho que me molesta, he dicho que no quiero que te sigas sintiendo triste.

Aunque no entendía bien a lo que se refería, por alguna razón el menor se sintió un poco avergonzado por esas palabras.

-Sería bueno si descansaras un poco, parece que aquí puedes dormir, entonces hazlo – el mayor solo se dio la vuelta para caminar a algún lugar determinado de ese lugar blanco.

El rubio se sentía un poco irritado. No quería descansar, pero no tenía caso tampoco que siguiera al otro, en realidad como lo sospecho, era bastante difícil  y raro tratar de tener una conversación con él.

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Por más que caminara, no encontraba el principio ni fin de ese lugar, se sentía aburrido y quiso saber qué tipo de cosas se podrían encontrar en esa extraña dimensión. Pero siempre veía el mismo escenario, en realidad no sabía si cuando caminaba de verdad estaba avanzando.

Era frustrante.

Nuevamente se volvió a sentar y trato de pensar en algo que distrajera sus pensamientos, pero eso tampoco salía muy bien porque lo único que podía hacer era recordar el momento de su batalla con Hakuryuu, o en el mejor de los casos recordaba el momento en que descubrió que Sinbad estaba controlando a su amiga Kougyoku.

Probablemente su conciencia no lo dejaría descansar.

Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que se sorprendió cuando noto que algo pequeño tocaba su pierna. Al buscar con la mirada, encontró un divertido muñeco amarillo, parecía que fuera una marioneta o algo así. Se movía de forma graciosa.

El muñequito daba pequeñas palmaditas a su rodilla y luego lo volteaba a ver. Su rostro era caricaturesco, parecía muy sencillo en realidad. Sin poder evitarlo comenzó a reír.

-¿Es que tratas de consolarme? – dijo el rubio mientras lo tomaba entre sus manos y lo acercaba a su rostro. El muñeco ladeo la cabeza como si tuviera curiosidad y después salto de las manos de Alibaba. Mientras estaba en el aire de repente se deshizo y se convirtió en una mariposa de rukh.

El menor sonrió emocionado.

-En realidad eres muy muy simple – dijo una voz detrás de él.

Cuando Alibaba volteo se sorprendió de ver a peliazul de trenza.

-¿Tu lo hiciste? – pregunto intrigado el menor.

-Si

Aunque Saluja quería preguntarle el como lo hizo, se sentía avergonzado todavía de dirigirle la palabra.

-Este lugar no es tan grande, pero no importa porque en realidad yo me la paso observando el Rukh.

Solomon no dijo nada más pero tampoco se movió de donde estaba. Alibaba pensó que talvez el otro trataba de sacarle conversación. Después de todo, aunque no podía asegurarlo, quizás el mayor extrañaba tener una conversación normal con alguien. Aún seguía nervioso, pero no podía portarse grosero.

Rio levemente – Creí que encontraría algún pasaje misterioso

-¿misterioso?

-Sí, ya sabes, talvez en realidad en alguna parte de este lugar exista una puerta secreta que nos lleva a algún lugar – se levantó y movió sus manos como si tratara de agarrar algo – o talvez todo aquí es invisible y solamente tenemos que buscar bien la ubicación de las cosas – volvió a reír – no lo sé, solamente pensé en algo como esto.

Sabía que estaba diciendo cosas tontas, pero él también tenía ganas de hablar con alguien

Solomon le miro intrigado un momento y luego le sonrió. Acto que por alguna razón provoco que Alibaba se avergonzara.

-¿Es que has visto lugares así? – le pregunto esta vez interesado.

Alibaba no supo que responder de inmediato, pero luego aun un poco avergonzado volvió a hablar.

-Bueno, una vez entre en un lugar que estaba lleno de…

El rubio sabía que Solomon había tenido miles de experiencias más que él. Pero esperaba que las suyas lo entretuvieran al menos por un rato.

Notas finales:

Espero que les este agradando :)

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