Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pasado por Kunay_dlz

[Reviews - 31]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ya llegamos al final de esta historia.

Espero que les haya gustado.

 

Si pueden pasen a ver un par de imágenes que 'hice' para este fic: Naro Kunay Dlz

 


 


Pasado


IX


 


 


 


El tiempo volvió a hacer de las suyas, avanzó como si de un suspiro se tratara, pero no así su significado. La residencia Uzumaki-Elric sigue siendo un caos, los cuatro diablillos crecieron y así los ‘problemas’ que solían causar, además de otros cinco integrantes, la familia perdida y ya encontrada del Capitán Anbu: su hermano menor, su amiga de la infancia, su padre, su antiguo Coronel y Teniente.


Cada día era una lucha constante, los niños luchaban contra su tío Al por la atención de su papi, y cuando su papá llegaba y prácticamente secuestraba a su papi tanto los niños como Al unían fuerzas para buscarle. El antiguo Coronel, Roy, gustaba de contar historias vergonzosas de Ed, tanto los niños como el Hokage escuchaban atentos, y luego Ed llegaba e iniciaba con una pelea con su antiguo Coronel. Cabe mencionar que los niños y el Hokage amaban ver a su papi y esposo pelear con su Alquimia.


Hohenheim pasaba todo el tiempo que podía con los niños, hablaba con ellos de cuando los hermanos Elric eran bebés, les hablaba de Trisha Elric, les hablaba de Resembool y de todo lo que querían saber. Winry también solía hablar de algunas aventuras de los tres juntos cuando eran niños y Riza, la Teniente, les enseñaba a disparar un arma para el horror los demás visitantes y los mismos padres.


Roy, Riza y Hohenheim asesoraban a los Shinobi que deseaban aprender de maniobras militares, de tácticas y de armas que no había en Konoha, eran pocas pero demasiado útiles después de todo en su mundo la Milicia era lo que regía todo. Por petición del Capitán Anbu y con el consentimiento del Hokage, en la Academia Shinobi se incluyó la materia de Alquimia para quienes quisieran tomarla, esa clase estaba a cargo de Al y Ed, Roy y Hohenheim solían ayudarles. Winry recibió entrenamiento en los procesos médicos con el uso de chacra y también aplicó sus conocimientos de automail para mejorar la calidad en las prótesis.


.


.


.


.


Konoha prosperaba, las familias se extendían, y sí, nuestro dúo dorado terminó envuelto en otra ‘broma’ de Kurama, Ed estaba volvió a embarazarse. Para fortuna de toda la villa, Al lograba calmar al Capitán Anbu antes de desquitar sus emociones con residentes de Konoha que lograban alterarlo tan solo con su presencia; los antojos extraños eran cumplidos al pie de la letra por Winry y Hohenheim, y cuando se ponía sentimental extrañamente era Roy quien le animaba más.


No es necesario decir las diferentes emociones que el Hokage sentía, antes era él quien cumplía todo pero ahora, Al, Roy, Winry, Hohenheim y Riza están tan al pendiente de Ed que él apenas y puede estar a su lado al igual que los niños ya no tan niños.


Naruto se sentía celoso, desplazado, luego sintiéndose mal por sus dudas se enteró de las extrañas pesadillas que su amado esposo presentaba con más frecuencia. Donde era él el único que podía calmar al Capitán Anbu. Primero eran malos sueños, la intensidad de las emociones negativas aumentaban conforme los meses de embarazo avanzaban, luego, había veces que Ed gritaba y lloraba aún dormido… ya para el séptimo mes el rubio dorado dormía dos horas cada tercer día, no aguantaba las imágenes horribles que aparecían en su mente apenas cerraba los ojos. Esas dos escasas horas de sueño se completaban en el protector regazo del Hokage, donde caricias en su espalda y su larga cabellera acompañadas de los susurros de palabras dulces, promesas de protección y recordatorios de momentos especiales alejaban los horres que las pesadillas de Ed le impedían seguir descansando.


Todos en la residencia Uzumaki-Elric estaban preocupados, por más que intentaban ayudar a Ed para que pudiese dormir no se podía más que inducir un estado meditativo con un genjutsu aplicado por Railex quien resultó ser un buen aprendiz de su Sensei Hyuga Neji… aunque no es lo mismo que dormir.


Ed se mira cansado, a punto de caer pero esa expresión es mejor que el horror y completo terror en su mirada cuando despierta de las veces que se ha quedad dormido en algún lugar.


Se turnaban para mantener vigilado a Ed, cada uno trataba de mantenerlo despierto o hacía un esfuerzo por hacerle dormir sin pesadillas. Railex le contaba de su día, de lo que aprendió y de las historias que su Sensei le contaba de su papá cuando era pequeño; Joshi-chan le contaba de sus misiones y de nuevo amor hacia la medicina, le contaba que tan pronto se convirtiera en chunin convencería a la tía Winry que la aceptara como aprendiz pues también le gustaba lo complejo de los automail; Ritsu le contaba de sus ambiciones de convertirse en un futuro Capitán Ambu al igual que su querido papi puesto que creía era un puesto más importarte que ser Hokage; Katy suele pedirle que le cuente más de sus viajes, esos que realizó en compañía del tío Al y de las personas que conoció en su otra dimensión; Al suele pedirle que le cuente de las aventuras que tuvo cuando llegó a ese mundo, cuando todo era nuevo para él, le pedía que le contara de los amigos que hizo y de las personas a las que tendría que pedirles disculpar por su mal comportamiento tal y como solía hacerlo en Amestris; Winry le pedía casi lo mismo, le pedía que le contara de las personas que conoció y que le ayudaron a adaptarse a nuevo mundo; Hohenheim se quedaba a su lado y con paciencia se acercaba a tal modo que de un momento a otro Ed estaba recargado en su regazo, le tarareaba una canción de cuna que Trisha solía cantar cuando era un bebé; Roy solía ‘sacarle’ anécdotas donde también pasó momentos vergonzosos y solía darle consejos y palabras de aliento; Riza, sorprendentemente, se le encontraba cepillando el dorado cabello de Ed, lo que era más sorprendente era que esa acción le relajaba.


.


.


.


.


Al inicio del octavo mes, Naruto a penas y conseguía que Ed durmiera media hora. La salud de Edward estaba en juego, la energía que una hora de sueño le ofrecía no alcanzaba para que siguiera con sus actividades normales y para aguantar el cansancio del embarazo, su apetito disminuía y los nutrientes no parecían ser suficientes para él y los posibles niños que crecían en él.


A finales del octavo mes, la paranoia a causa de la privación de sueño a penas y permitía que Naruto se le acercara. Todos estaban preocupados, la salud y estabilidad mental de Ed pendían de un hilo, la vida de los siguientes Uzumaki-Elric estaba en riesgo. Una noche, Naruto le pidió a su esposo que le contara sobre sus pesadillas. 


--Es lo mismo de siempre, no tiene caso hablar de ellas. –contestó Ed.


Estaban en la sala, con alquimia Ed había elaborado un gran ventanal que les permitía observar el jardín que resplandecía bajo la luz de la luna llena. Naruto estaba recostado en un sillón y Ed estaba acurrucado en su pecho, ambos miraban las flores que Winry, Joshi-chan y Tiffany cuidaban con esmero y que se mecían por una brisa fresca.


--Tal vez tienen más importancia de lo que les das crédito, ¿he? –dijo Naruto.


Acariciaba la espalda de su amado esposo, hablaba bajito y estaba tranquilo con la intención de inducir a un reposo a un breve descanso.


--… no es algo… de lo que quisiera escapar, –titubeaba Ed –estoy seguro que no puedo hacerlo. Estos sueños, son más bien… recuerdos. –suspiró –Son mis fallas como Alquimista, son recuerdos de eventos que otros me contaron y que se relacionan con algo importante para mí. Son memorias de los años en que estuve en Amestris, recorriendo todos lados en busca de una solución a mi error. –admitió el rubio dorado.


Se removió inquieto, como queriendo escapar del solo recuerdo de sus sueños.


--Estoy aquí Ed, no lo olvides. –susurraba Naruto con dulzura y determinación a su esposo.


--…son recuerdos que se distorsionan con miedos de mi presente, –iniciaba Ed vacilante –son bromas de mi subconsciente… me dicen que esta familia, que nuestros niños, Ritsu, Katy, Railex, Joshi-chan y los que vienen en camino… son quienes pagarán por mis errores, son quienes sufrirán en cada momento de su vida, quienes no tendrán esperanza y tan solo vivirán en la obscuridad. –se escuchaba el temor en cada palabra, sujetaba con sus manos la camisa de Naruto como para asegurarse que estaba cerca.


--Sabes que no es así, –iniciaba Naruto –nuestros niños son fuertes, son brillantes y jamás cometerán los mismos errores que nosotros. Puedes verlo en sus ojos, te aseguro que estos pequeños que aún no nacen no se quedarán atrás… sus hermanos y hermanas mayores no se los permitirán. –dijo con cierto orgullo.


Edward escuchó hablar a su latoso marido, le daba la razón pero eso no evitaba que esa pesadilla se repitiera una y otra vez hasta que le hace dudar. Decide confiar en Naruto, concentrándose en sus palabras podrá enfrentarse a sus temores. Naruto era su pilar después de todo. Tras un nuevo suspiro decidió continuar contándole sus sueños.


--…sueño con que nada de esto es verdad, –se quebró su voz para continuar –ni nuestros niños, ni la paz en la que vivimos, ni que haya vuelto a ver a Al, Winry, Roy, la teniente y Hohenheim. Sueño que esta vida de ensueño es precisamente eso, un sueño, un sueño creado por mi mente puesto que ni tú podrías ser real. –se contrajo su garganta, ahogaba un gemido y varias lágrimas fueron a para al pecho de Naruto que seguía haciendo de cama para el rubio pelilargo.


--¿Por qué piensas que yo no podría ser real? –preguntó Naruto mientras afianzaba sus brazos alrededor de Ed, deseando poder brindarle la confianza y el amor que Ed necesita en esos momentos cuando duda de su propia vida.


--Porque eres demasiado bueno para serlo. ­–admitía Ed –Eres divertido, eres atento y jamás exiges, sabes cómo hablarme, sabes cómo hacerme reaccionar en cada momento, y aceptas mis fantasmas, aceptas todos y cada uno de mis errores… aceptas mi pecado y hasta lo has hecho tuyo. –su garganta se contrajo, pensar que Naruto no existía en verdad en verdad le aterraba así como a Naruto le dolía que su esposo dudara de su existencia –Alguien como tú no puede existir. Alguien que me hace feliz no podría…


--Aquí estoy, –interrumpió a Ed –aquí estoy y no pienso irme a ningún lado. –decía Naruto al momento que tomaba con cuidado una de las manos de Ed y la llevaba hacia el lugar donde estaba su corazón –Siente mis latidos. –luego que su esposo sintiera el bombeo de su corazón, guio la delicada mano del pelilargo hacia su rostro –siente mi respiración, siente mi boca cuando se mueve para hablar, escucha mi voz.


El pelilargo se dejaba guiar por Naruto, sintió su pulso y muy claramente el constante latido de su corazón, sintió el aire que salía por su respingada nariz, sintió sus labios y su mandíbula moverse con cada palabra que articulaba, y, se dejó embriagar en el sonido de su voz.  


>>Soy tan real como tú, –seguía Naruto –soy tan real como el dolor que sientes y como esas cicatrices en tu alma. –aseguró teniendo en cuenta que ese dolor y esas cicatrices es algo de lo que su esposo nunca podría dudar ni aunque así lo deseara –Soy real y te amo. –decretó con cariño –No dudes de mí, Ed, duda si quieres del color del cielo, duda del frío en invierno, duda de la escasez de agua en el desierto… duda de todo, menos de mí, nunca de mí ni de mi amor.


Edward se sonrojó, maldijo a su marido que con simples palabras hacía que su respiración y sus latidos se aceleraran, que hacía que su pecho se llenara de eso cálido que aprendió a llamar ‘amor’ y que, siempre, a pesar de los años, esas palabras se escuchan tan reales y llenas de promesas que jamás pensó escuchar así de silenciosas y tan fuertes a la vez.


Se tomó un par de minutos para controlar su voz, suspiró nuevamente, sintió cómo Naruto guiaba su mano nuevamente a su boca y le besó los nudillos, le besó la palma y cada uno de sus dedos… entrelazó sus manos y esperó a que siguiera contando sus sueños. Continuó esta vez con susurros, con temor que le escucharan aquellas personas a las que mencionaría. 


--…sueño con mi madre, sueño con Hugges, sueño con Nina, sueño con todas aquellas personas que les fallé, sueño que me reprochan, mi felicidad, mi familia… el que siga vivo. –tomó una bocanada de aire, trataba de detener el nudo que le amenazaba con volver a desatarse en lágrimas –Y a veces pienso que no es justo, que ellos estén muertos y yo siga respirando.


Con cuidado, Naruto hizo que Ed le mirara a los ojos, zafiro y dorado se entraron, ambos lastimados, con fantasmas que no podrán desaparecer de un momento a otro, ambos cansados y preocupados por el futuro incierto.


--Piensa bien, Ed, –decía con ternura Naruto captando la total atención de su esposo –¿en verdad ellos llegarían a reprocharte? ¿De verdad ellos querrían verte sufrir? Recuerda bien, recuérdalos bien, ¿en verdad te despreciarían por vivir?


La respuesta era ‘no’, su cerebro le decía a gritos, sin embargo, los sueños constantes y los rostros llenos de odio le están convenciendo de lo contrario. Aunque con las palabras de Naruto hasta se siente tonto por hablar de ese tema, claro que sus seres queridos no le desearían mal. Decidió continuar, por muy tontos que crea sus sueños, verlos constantemente en pesadillas le provoca incertidumbre, y, que Naruto le asegurara que no eran ciertos le traía cierta calma. 


--Sueño que… –titubeaba, escondió su mirada en el pecho de su marido y seguir hablando –sueño que un día te darás cuenta de lo que en verdad soy, de la gravedad de mi pecado, y que te marcharás; sueño que nuestros hijos, renegarán de mí, dirán que alguien como yo no puede ser su papi, tanta sangre en mis manos, tantos errores cometidos, –decía desesperado –tantas atrocidades que cometí… un día, tú y ellos, me dejarán. –admitía.


Con movimientos suaves y delicados, Naruto logró llevar a Ed a la altura de su cabeza, le besó en los labios, le besó las mejillas y le besó la frente con delicadeza, con ternura y con tantas ganas de borrarle esas dudas de una vez y para siempre. Ya lo dijo varias veces y lo seguirá repitiendo hasta que Ed lo vea como una verdad absoluta, él es su vida, su mundo y lo seguiría hasta el fin de los tiempos y más allá.


--Eso no sucederá, –le decía mirándole a los ojos nuevamente –tú eres mi vida, eres mi todo, y sé tus fallas así como tú sabes las mías… ambos nos aceptamos, recuerda que nos conocemos tan bien que sabemos cómo es nuestro lado obscuro y aun así no salimos corriendo. –sonrió conciliadoramente –Nuestros hijos, los cuatro diablillos y los que vienen en camino, te adoran, en ti ven protección, ven amor, ven misericordia y tanta amabilidad, te aseguro que no, no se volverá a repetir el incidente de la otra vez. –aseguraba.


Ciertamente, el ‘incidente’ no volvió a repetirse, los niños se disculparon y tuvieron un castigo que aceptaron dadas las circunstancias. A pesar del castigo los niños intentaban enmendar el daño que le provocaron a su papi a su manera, la familia era más grande y había diferencias pero todas lograban arreglarse.


Ed sonrió al recordar su familia un tanto extraña, los buenos momentos y aquellos en los todos se esfuerzan por no hacer algo más grande y convertirlo en problemas, sus niños, WInry, Al, Roy, Riza y Hohenheim… su ‘familia’ de Amestris que vino en su búsqueda. Volvió a suspirar, este sueño es el que más le atormenta, el que siempre le ha estado acechando y del que tiene absoluto miedo que se haga realidad.  


--Sueño que Al descubrirá lo horrible que fue mi decisión, –confesó –lo horrible de estar tantos años sin poder dormir, sin poder comer, sin poder sentir… sin estar en su cuerpo. Lo que hice, atar su alma a una armadura fue una condena para él. –decía entre dientes –Sueño que al fin me dice lo desagradable que soy por haberle colocado en una prisión tan estrecha, que al fin me restriega en la cara su tortura. –se reprochaba.


Sin duda ese era su miedo más grande desde que realizaron lo prohibido. Es miedo es que más evidente y más sencillo… es el que más le tortura. Naruto suspiró, lo tenía bien presente, y para calmar ese miedo, debía seleccionar con cuidado sus palabras.  


--Le salvaste la vida, Ed, –inició con dulzura y certeza –siempre estuviste para él, él siempre fue tu prioridad y aunque no pude decir muy bien lo que Al siente y piensa, te puedo decir lo que veo –se aseguró de tener la atención de su esposo –y eso es un gran cariño, admiración, respeto y tanto amor hacia ti, hacia su querido hermano mayor. 


Antes que Ed pudiera decir algo más, un fuerte dolor le enderezarse. Los siguientes Uzumaki-Elric ya estaban en camino… y venían con fuerza. Le indicó a Ed sobre los dolores, tratando de controlar el pánico Naruto creó varios clones de sombra, envió uno al hospital para que prepararan todo, otro para que fuera avisar a Oba-san, Sakura-chan y Winry-san para que se alistaran y el resto de los clones los envió por la familia completa.


.


.


.


.


Justo como la vez anterior, Naruto sostenía la mano de su esposo, Ed se veía fatigado, sin nada de energía y con el esfuerzo del parto le era más difícil concentrarse. Naruto seguía admirando a su esposo, tan fuerte, negándose a darse por vencido para que sus hijos nacieran bien… lo que no entendía era porqué esta vez había demasiada gente en el quirófano. Al sostenía la otra mano de Ed, Hohenheim estaba a la cabeza de Edward junto con Roy y Riza… los niños estaban amontonados en la puerta de espera junto con sus sensei, los genin a su cuidado y los amigos de infancia de Naruto.


Un llanto, Ed seguía haciendo esfuerzo, otro llanto, Ed parecía perder concentración, un llanto más y Ed hizo un último esfuerzo que le hizo hundirse en tinieblas. Naruto gritaba el nombre de Ed para despertarle, Tsunade dio instrucciones rápidas y precisas, Al, Hohenheim, Roy y Riza salieron del quirófano, Winry se ocupaba de los cuatro bebés recién nacidos mientras que Sakura ayudaba a Tsunade a hacer una cesárea a Edward.


En la Sala de Espera todos estaban por colapsar, los gritos de Naruto hacían eco en los pasillos del hospital, los más pequeños buscaban consuelo, deseaban que les aseguraran que Ed se pondría bien. De pronto hubo silencio, se acercaron a las puertas del quirófano y esperaron noticias.


Sakura salió a dar las noticias.


.


.


.


.


En la residencia Uzumaki-Elric nunca ha habido tanto silencio como en ese momento. Ritsu y  Katy cuidaban de una de sus hermanitas, una niña de pelo rubio dorado y ojos de oro líquido, Railex y Joshi-chan cuidaban de uno de sus hermanitos, un niño de pelo rojo y ojos verde azulado; Riza y Roy cuidaban de otra niña de pelo rubio amarillento y ojos azul zafiro; Al y Hohenheim cuidaban de un niño de cabellos castaño claro y ojos pardos; Winry y Sakura cuidaban de otro niño, un pequeño de pelo castaño obscuro y ojos dorados;  y, en la recámara principal Naruto cuidaba de dos personas, una pequeña niña de pelo platinado y ojos zafiro, y su esposo que seguía sin despertar aunque fuera de peligro.


Poco a poco, Ed mostraba movimiento en sus manos y pies, se notaba la clara lucha por despertar. Naruto se acercó y le susurró en el oído:


--Tranquilo, los niños están bien. Descansa, Ed.


Sin embargo, con esas palabras Ed logró despertar por completo. Anhelaba conocer a sus hijos. Naruto le recibió con un beso en los labios y un ‘te amo’. Ed se sentó mientras observaba el bultito que Naruto tenía en brazos.


--Te hemos esperado para darles un nombre. –dijo Naruto mientras le ponía en brazos a la pequeña niña.


--Es muy hermosa. –susurró Ed –¿Cuántos fueron? –preguntó curioso mientras paseaba su vista por la habitación en busca de sus demás hijos –¿Están bien? ¿Por qué estoy en nuestra habitación y no en el hospital?... ¿Cuántos días llevo dormido?


--Primero, no te alteres. Nuestros niños están bien, los seis, has estado durmiendo por una semana y Oba-san dijo que era normal. –dijo Naruto con calma.


--…¿Seis? –preguntaba incrédulo Edward.


En lugar de hablar, Naruto salió en busca de la familia, Ed contempló a la pequeña niña, a tan solo dos minutos después ya se escuchaban pasos acercarse. Entraron sus hijos con sus hermanitos en brazos, luego llegó Al y Hohenheim con otro y Riza y Roy llegaron con uno más. Tras los ‘saludos’ y palabras de ‘bienvenida’, fueron colocándole sus hijos en su regazo.


En verdad eran seis… seis nuevos integrantes de la familia Uzumaki-Elric.


Entre susurros controlados para no molestar a los bebés se llevaron a acabo ‘peleas’ por nombrar a los bebés. Acordaron que llevarían un nombre de Amestris y uno de Konoha igual que los primeros cuatro herederos Uzumaki-Elric.


Entre tanto caos, Naruto y Edward jamás estuvieron tan feliz. La familia que Ed había extrañado ya estaba junto a él, aceptaron sus decisiones y consienten a su manera a sus hijos, respetan al hombre con quien se unió y ahora, ahora su familia se ha expandido.


Naruto no desearía algo más, Ed había despertado, sus hijos son extraordinarios y no se quejan de sus pequeños hermanos, es verdad que Ritsu, Katy, Reilex y Joshi-chan ya no son unos niños pero, como padre, no puede evitar seguir viéndolos como sus pequeños diablillos.


Así es como les gusta su vida, como les gustaría que siguiera… así sin finales sino con continuaciones de historias de aventuras, de amor, de luchas por los sueños.


Con inicios de historias, no con finales, aún no.


.


.


.


.


Fin.

Notas finales:

Muchas gracias por leer.

 

Agradecimientos especiales a:

Anónimo

Luna

Ryu Dracgneel

HirokiChan

Moomvi

Aciaava

Alin

Misaluna

Eriskyryu

Neko san

Gracias por sus comentarios, espero que les haya gustado, también agradezco su paciencia.

 

Si tienen alguan idea para los nombres, haganmelo saber, tal vez más adelante haga un especial de este fic.

 

Nos leemos luego,

Kunay_dlz


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).