CAPITULO 1
“Así que enamorado eh”-Ni siquiera él lo sabía. No estaba seguro. Solo tenía clara una cosa: Lo extrañaba, y mucho.
El mismo día en que supo que no vería mas a Iokawa, nació un sentimiento que creía enterrado hace tiempo. Ese sentimiento le trajo culpa, dolor, confusión, lo hizo dudar de su amor por el castaño, y sobre todo, si era verdad que jamás sintió nada por él.
FLASH BLACK
-¡Hola Shiro!-lo llamo llegando hasta donde se encontraba
-¡Hola Takafumi!-el peli-negro se emocionó al verlo llegar, mostrando aquella sonrisa que siempre hacia sonrojar al oji-azul-Me alegra que llegaras, pensé que no vendrías
-Nunca faltaría a nuestra cita-sonrió-Shiro, ¿No tienes calor? Esa capucha es muy gruesa
-Estoy bien, tranquilo
-¿Por qué no te la quitas?
-Porque…me gusta. Oye, hay algo que quiero darte-intento cambiar de tema
-Shiro-Lo miro con seriedad-No quieres quitártela por “eso” ¿verdad?
-Conoces la respuesta Takafumi…pero por otro lado, ¿te gustaría…
-Shiro, no tienes que esconderte-tomo su mano-Aquí no hay nadie que se pueda burlar de ti, anda, quítatela.
-¿Y tú? ¿No vas a burlarte o asustarte?
-¿Por qué lo haría? Soy tu amigo Shiro, jamás te rechazaría por algo así.
-¡Pero soy un deforme!...Un fenómeno, un monstruo.
-¡ESO NO ES VERDAD!-grito con ira-¡Tú no eres ni un monstruo, ni un fenómeno, y mucho menos un deforme! Para mí eres como cualquier otra persona común-Negó con la cabeza-No, como una persona común no. Tú eres único, eres lindo, gentil, adorable, caballeroso, y muy bueno, no hay nadie como tú…me sentiría triste el día en que te perdiera-bajo la mirada
-…-Iokawa se quedó impactado por las palabras de su amigo, y volvió a enamorarse de él, al ver el sonrojo de sus mejillas por sus propias palabras-Hmps, siempre tan lindo Taka-chan
Takafumi alzo la mirada para encontrarse con el peli-negro quitándose la capucha que lo cubría, dejando ver aquel rostro que tanto ocultaba. Su labio superior estaba alzado hasta pegarse a su nariz, su ojo derecho era demasiado inflado, y su mejilla tenía la piel tan arrugada como la de un anciano, además de tenerla más grande de lo normal, pero a nada de eso le prestó atención, lo único que realmente le intereso fueron sus ojos.
Esos ojos tan dulces que lo miraban con temor a recibir un rechazo de su parte, esos ojos que…si, llegaron a cautivarlo.
-¿Ta-Taka-chan?
-Jum-lo abrazo con cariño-Te ves lindo, Shiro-kun
-…gracias Takafumi-al separarse, Iokawa recordó el regalo que traía para el-Cierto. Takafumi, traje algo para ti
-¿En serio? ¿Qué es?
-Cierra los ojos-lo obedeció. Saco de su capucha el presente, y se lo extendió-Ábrelos
-¡Shiro!-Yokozawa tomo la rosa azul con emoción, y la observo detenidamente-¡Gracias! Es hermosa, pero ¿Dónde la conseguiste? Creí que no había en el país
-Tengo contactos. ¿Te gusta?
-Claro que sí.
-Me alegro. Cuando la vi me di cuenta que se parecía a ti, y decidí traerla
-¿A mí?
-Sí. La flor es tan hermosa e inocente como tú, Takafumi. Tan bella que no tiene comparación.
El oji-azu se sonrojo a mas no poder ante su comentario, y sintió su corazón acelerarse y palpitar con fuerza enviando una calidez extraña a todo su ser. No entendía el origen, pero por alguna razón, llego a sentirse feliz por eso.
Fin del Flash Black
“Muevo mi pincel sobre el lienzo, pintando de nuevo ese rostro. Aquel que ya no vería jamás.
Si tan solo no hubieras cambiado…si hubieras seguido siendo el mismo, entonces yo…
¿Cuánto habrá pasado la vez en que nos separamos?”
Flash black
-¡Me gustas!-declaro apretando los ojos y sonrojado
-Shiro…-susurro impactado
Yokozawa no sabía que hacer o que decir, estaba demasiado sorprendido por sus palabras que no lograba formular una respuesta en su mente, sentía su corazón acelerado y sus mejillas sonrojadas, sabía que estaba más rojo que un tomate en ese momento.
Cuando al fin formo su respuesta, y justo cuando iba a dársela, se dio cuenta de que Yasuda los observaba oculto a unos metros de ellos, y recordó la conversación que había escuchado la noche anterior, entre él y su sirviente.
-¿Taka-chan?
Yasuda Gou era un varón que había conocido hace poco, bueno, amable, carismático, pero desde el inicio, y por más que Iokawa intentara armonizar con él, Yasuda sentía recelo y mucha molestia hacia el peli-negro. Además, por si fuera poco, Yasuda estaba enamorado del oji-azul, y estaba tan obsesionado con tenerlo que incluso sintió celos de Shiro por su tan estrecha amistad que sostenían.
Él ya tenía sus sospechas sobre su rival, pero también las tenia de Takafumi, y había decidido que, si resultaba perdiendo ante un ser deforme como Iokawa, tendría que quitarlo del camino para quedarse con el doncel. Lo había preparado todo, no tendría fallas y nadie sabría de su relación con su muerte, el único problema era que Yokozawa lo había escuchado todo, y no iba a permitirlo.
-No-No tienes que contestarme ahora, puedes pensarlo-dijo Iokawa recuperando la atención de su amigo
-Shiro, yo…
Gou era muy peligroso y lo sabía. No quería comprometerse con él, pero tampoco podía negarse debido al temor de ser verdad que lastimara a Iokawa. No podría vivir con esa culpa, y no deseaba verlo sufrir bajo su propia mano.
En ese momento, tomo una decisión que traería la desgracia para ambos: lo protegería a toda costa, incluso si tenía que sacrificar su libertad por él, lo haría.
¡Pero! No supo escoger la mejor manera de hacerlo.
-No tengo nada que pensar, la respuesta es no.
Fin del Flash Black
“Y cuando nos volvimos a ver ya eras otro.
Sé que te hice vivir un infierno, pero yo viví también el mío con Yasuda. Soporte sus infidelidades, sus insultos, sus ofensas, sus humillaciones…y si, también sus maltratos sexuales.
Un año de tortura fue el costo de mis malas decisiones. Lo único que me mantenía en pie, era saber que tú estabas a salvo, no veía tu dolor.
Por si fuera poco, también me atreví a hacerte de lado cuando me libre de Yasuda al dejarme en la ruina, y escogí a Kirishima sobre ti.
¿Cómo es que pude hacerte tanto daño? ¿Cómo pude olvidar todo lo que amaba de ti? ¿Cómo?
¿Sabes? Puede que quizás…al final, yo si te quisiera, Shiro”.