Él acariciaba mi cabello ritmicamente.
Era dulce y suave.
"No te vayas, nunca lo hagas", me repetía internamente aún sabiendo con certeza que te irás y que nada será como mi corazón lo desea; pero al menos te tendré para mí hoy y quizás luego de que el tiempo pase te olvidaré y todo acabará siendo nada, siendo simplemente un recuerdo de un amor que no pudo ser, de un amor que no prosperó por las ataduras de la vida, por el desencuentro.
¿Si creía que sería fácil?, pues no, no creía que lo fuera. No sólo no era fácil sino que también lo hallaba imposible. Mi corazón necesitaba latir a la par del tuyo, con tu piel junto a la mía, como ahora.
—¿En qué piensas? —susurra y me tenso.
"En ti", pienso, pero lo reprimo. No puedo decirte tal cosa, no haré que te sientas más miserable por no poder corresponderme como ambos quisiéramos, porque lo sé, sé que querrías corresponderme del mismo modo.
—En nada —murmuro y él suelta mi cabello.
Me sorprendo y me levanto de su regazo para observarlo.
Sus ojos parecen empañarse y me desespero.
No llores, no nuevamente. No destruyas mi corazón.
—Te quiero Jiminnie, lo hago y quiero que este día sea un lindo recuerdo, pero... —Lleva su mano a su rostro y lo cubre para que no vea el atisbo de su llanto.
Llevé ambas manos a su hombro y lo sacudí -apenas- para que me observara.
—No digas eso, no pienses en mañana, piensa en el hoy. Piensa únicamente en nosotros, estando así, juntos, —Cogí su mano y entrelacé nuestros dedos —, tomados de la mano como si no hubiera ni existiera nadie más en el mundo.
¿Que si era un meloso?, sí, lo era y no me molestaba en lo absoluto, porque con YoonGi las palabras fluían sin que pudiera procesarlas de ningún modo, era mi descarga, mi manera de expresar aquello que yacía en mi interior y que le pertenecía, no sólo era causa sino también consecuencia.
—Jiminnie —susurró y apretó sus labios conteniéndose.
No te contengas, si quieres descárgate conmigo, pero deja salir todo. No guardes ninguna migaja en ti, porque como semilla al ser regada crecerá y se terminará por convertir en un árbol cuyas raíces destruirán cualquier tipo de construcción a su alcance.
Con su mano libre rozó mi mejilla y volví a estremecerme como hace dos horas la primera vez que me tocó la piel desnuda al llegar aquí.
—Quiero darte todo de mí. Quiero que hagamos el amor.—Sus labios se movían pero mi mente estaba en blanco.
Me había quedado sin palabras.
¿El amor? Hacer...el... ¿qué?
Apretó mi mano con suavidad y volví a la realidad.
Mis ojos se fijaron en los suyos.
¿Hablaba en serio?, ¿el amor?
—Tú, ¿no quieres?
"Sí", quería responder eso; pero no salía. Mis cuerdas vocales parecían atrofiadas, ninguna palabra se desprendía de mi garganta, nada de nada.
Apreté mi labio inferior.
Terror recorría mi piel. Nunca había hecho el amor. Una extraña sensación se acomodaba en mi abdomen, mi piel se erizaba con la reiteración de su pregunta en mi mente y nuestro pequeño tacto por el roce de nuestras manos.
—Uhhn. —Intenté hablar, pero no salió de mi garganta más que un balbuceo sin sentido.
—Si no quieres, lo entenderé.
Curvó sus labios, formando una pequeña sonrisa. Se veía tan sincero, tan amable, tan lindo y reconfortante. Sí quería, quería hacerlo.
—Quiero... lo quiero YoonGi.
+++
Estábamos en mi cuarto a oscuras a pedido mío. Mi cuerpo temblaba desnudo bajo las sábanas.
Él estaba a mi lado, ambos boca arriba. Esto no estaba funcionando, todo se sentía extraño.
—Eres... —Arrastró sus palabras para que yo entendiera su intento de pregunta y lo capté a la perfección.
—Lo soy —contesté y él se movió de costado para observarme fijamente.
—No lo haremos si no quieres, no te obligaré Jiminnie, esto tiene que ser especial para ti, no a la fuerza.
Era tan amable, tan comprensivo. Lo quería tanto.
Quiero entregarme a él, lo quiero.
Me removí para también ponerme de costado. Para estar cara a cara.
—YoonGi, lo quiero... quiero que seas tú.
Realmente deseo que sólo seas tú.
Duele. Porque sé que esta no sólo será la primera, sino que también la última vez en rozar tu cuerpo, pero qué más da; como dije antes, "prefiero arrepentirme de aquello que hice y no de aquello que nunca tuve el valor de hacer".
Me acerqué rápidamente y en un movimiento veloz apreté sus labios junto a los míos.
Sus manos fueron a mi cabello y el beso comenzó a lentamente intensificarse.
Se cernió sobre mí, con cuidado, siendo cauteloso y actuando tranquilo.
Era suave.
Separé mis piernas y él se posicionó en el hueco entre ambas.
Su piel rozando tan cerca de la mía era una sensación que jamás en mi vida olvidaré. No lo haré.
Introdujo su lengua y nuestro contacto se volvió más húmedo e intenso. Comenzó a fregarse con lentitud sobre mí y me tensé. Su miembro rozó el mío y me sentí extraño. Sentí nuevamente miedo, pero debía confiar, debía dejarme amar por él. Lo necesitaba, necesitaba amor.
El momento era triste porque mi corazón dolía a pesar de que las sensaciones despertaban cosas nuevas y lindas en mi cuerpo, tenía aún grabado en mi cabeza que esta sería la ultima vez y no lo toleraba, quería llorara, gritar, rogarle para que no se vaya, que no me deje.
¿Por qué el amor tiene que ser así? ¿Por qué mi amor tiene que ser así?
Volvió a moverse y volví a tensarme.
Sus ojos buscaron los míos rápidamente frenando todo tipo de movimiento.
—¿Estás bien? —preguntaba con su frente arrugada. Estaba preocupado.
—S-sí, sólo... tengo un poco —¡No lo digas Jimin! — de miedo.
Besó mi frente y volvió a mirar mis ojos.
—Si te lastimo o duele, me detienes Jiminnie, por favor.
Sonaba tan hermoso mi nombre en sus labios.
Asentí y él volvió a capturar mis labios.
Lento y suave. Besaba primero uno y luego el otro.
Una electricidad recorrió mi cuerpo al volver a sentir su miembro duro rozar con el mío.
Me sentí nuevamente extraño, pero el miedo ya se había disipado.
Besame, hasta que me quede sin aire, tómame hasta que mi piel se rasgue y mi cuerpo suplique por un basta, porque de mi boca jamás escucharás esa palabra, no frenaré ni te pediré que lo hagas, quiero fundirme en ti, quiero disfrutarte, quiero que nos disfrutemos como nunca antes y como nunca más podrá ser. YoonGi, dame este momento, entrégamelo, déjame este recuerdo de ti amándome. Déjame el recuerdo de que alguien en esta vida alguna vez me amó.
Se separó de mis labios, pero jamás apartó sus pupilas de las mías.
Llevó dos de sus dedos a su boca y los succionó, para luego quitarlos y llevarlos entre las sábanas.
Sabía a la perfección lo que hacía y mi corazón se aceleraba en cada movimiento de su parte.
Sentí su roce en ese sector prohibido de mi cuerpo y me creí desfallecer. Lo haremos y será el mejor recuerdo, me repetí internamente.
Movía sus dedos sobre mí, pero se mantenía inmutable observándome.
—Te quiero —susurraba y mi corazón se estrujaba.
Yo... te amo. Y no es un amor cualquiera, es un amor egoísta que pretende altruismo, es un amor mío que debe ser relegado a la nada y por eso se siente vacío. "No me dejes" grita mi corazón aún sabiendo que aquello ya está decidido.
Perdón por amarte de este modo. Quizás para algunos sea difícil de comprender como llegué a sentir en tan poco tiempo un amor tan inmenso, pero no es así, no creo que haya sido en poco tiempo, creo que fue el tiempo suficiente para acaparar mi corazón desdichado y marchitado.
Lo reparaste como un jarrón roto y sólo tú puedes repararlo las veces que quieras, pues eres el único que sabe el orden de las piezas, ni siquiera yo mismo tengo ese poder.
Ingresó en mi interior sus finos dedos y me sentí morir. Me descocía del dolor. Apreté sus brazos con fuerza y mis párpados dolían de lo fuerte que tenía cerrado mis ojos.
Era punzante y doloroso.
Frenó todo tipo de acción hasta que pude sentir como el dolor de aquella invasión amenguaba.
—¿Estás bien? —musitó y lentamente asentí, aflojando el agarre sobre sus brazos.
Comenzó a mover sus dedos en mi interior y apretó mis labios con los suyos.
Llevé mis manos a su espalda desnuda y la recorrí con las yemas de mis dedos mientras el dolor parecía disminuir cada vez más a la par del placer que estaba en puerta.
—Ah~. —Se escapó de mis labios como un intruso, un suspiro que sonó más bien a gemido y arquee mi espalda. Había tocado algo en mi interior que me estremecía.
Él se apoderó de mi cuello y me sostuve de su cabello mientras echaba mi cabeza hacia atrás.
La cama comenzó a hacer un vaivén continuo y sus movimientos en mi interior más rápidos.
—Ughhm...YoonGi~.
Besó mi mentón y luego quitó repentinamente su invasión de mi interior.
Mi cuerpo estaba inestable, solo exhalaba en forma de jadeos totalmente irregulares, necesitaba más. Lo necesitaba a él.
Como si pudiera leer mis pensamientos se acomodó entre mis piernas y rozó su miembro por la zona que hasta el momento había sido estimulada.
—Confía en mí —susurró penetrándome con la mirada.
Asentí, aún ido en mi agitación.
Lentamente comenzó a entrar en mi cuerpo. Dolía. Él se apoyó en sus codos y escondió su cabeza en el hueco entre mi hombro y cuello; abracé su espalda con fuerza, pues dolía y mucho.
Quería gritar y maldecir, quería llorar y golpearlo. Alejarlo de mí, pero lo aguantaría, lo haría por él y por mí, porque sé que me gustará, que lo amaré y atesoraré.
Cuando entró por completo, volvió su vista hasta mí.
Besó mi rostro repetidas veces, por todos lados, lentamente. Amándome.
Nuestras narices se tocaban.
Empezó a moverse dentro y fuera. Apreté sus brazos.
—Rasguñame si duele —susurró y apreté mis uñas en su carne.
Entraba y salía con lentitud.
Enredé mis piernas para darle un mejor ángulo y lo sentí más allá, más profundo. Tocó ese lugar y arquee mi espalda. Rasguñé sus brazos con fuerza.
Llegó hasta el fondo y se retiró lentamente para volver a ingresar e invadirme. Apreté mis párpados.
Me gustaba.
Mis lágrimas estaban por escapar, lo podía sentir.
Una gota cayó en mi mejilla.
No fui yo.
Abrí mis ojos sorprendido.
Su semblante era serio pero sus ojos lloraban.
Llevé mis manos -antes en sus brazos- a su rostro y lo acuné. Él había dejado de moverse, pero aún estaba en mi interior.
Lo besé y mis ojos no lo aguantaron más.
—S-Sigue —articulé con la voz quebrada entre besos.
Él siguió moviéndose mientras uníamos y desuníamos nuestros labios.
Ambos con los rostros empapados. Amándonos.
Este es mi mas preciado tesoro. Mi recuerdo contigo.
YoonGi.