Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Y si volvemos atrás? (YoonMin) por Selenebts

[Reviews - 38]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Camino entre la multitud buscando un salvador, una persona que me saque del lugar en el que me encuentro. Que me quite de antemano el dolor, que evite las heridas próximas a aparecer.  


 


Pero no lo hallo, no hay nadie, nunca hubo nadie ni puedo permitir que este exista.


 


El dolor en mi interior es sólo mío y así debe quedarse, no puedo permitirme incluir a alguien en el remolino de emociones que es mi vida.


 


Cuánto desearía volver a la azotea, a las caricias llenas de significado que YoonGi me propinaba, aquellas caricias, que seguramente para él no eran más que un simple roce sin significado.


 


La realidad me golpea de manera brusca, como tantas veces antes y titubeo al abrir la puerta de lo que sabía que sería mi fin.


 


Pienso que quizás lo mejor sea acabar con todo, ser yo mismo quien termine con mi vida, dejar a un lado cualquier tipo de amor propio y destruir de un solo golpe toda mi tristeza y desdicha, pero no tendría sentido, no lo lograría, nada está más lejos de la realidad que mi cobardía.


 


  —Jimin.—Escucho su grave voz y siento mis piernas temblar.


 


Sé con certeza cada variación en su tono de voz y que conlleva cada una de ellas.


 


—Dame el resultado.—Fue lo único que pronunció.


 


Mis manos, torpes, temblaban dejando a su alcance aquella hoja con los números rojos. Su ceño fruncido fue lo único que vi. No quería observarlo, su mirada me aterraba.


 


Sabía lo que pasaría, sabía que dolería.


 


Ya no había golpe que mi cuerpo no conociera a la perfección, pero aquí lo que estaba dañado no era solamente mi cuerpo. Mi corazón se sentía oscuro, apagado, atormentado por cada uno de los insultos que provenían de sus gruesos labios, cada uno de sus malos tratos, de sus duras miradas.


 


—¡EXPLÍCAME QUÉ MIERDA SIGNIFICA ESTO!—gritó y arrojó el papel a un lado.


 


No correría, de todos modos me encontraría.


 


Un fuerte golpe se posicionó en mi mejilla y me lanzó directo al suelo.


 


Escupí aquello que sabia a metálico a un lado.


 


Cerré mis ojos y me dejé hacer.


 


Sabía que le llevaría minutos saciar su sed. Él era un animal y creía que podía domarme de este modo, creía que como su siervo fiel o como un cachorro aprendería a golpes. Creía que mis notas aumentarían en base a cada puñetazo en mi cuerpo.


 


—¿QUÉ MIERDA TE ENSEÑAMOS PARA QUE ME VENGAS CON ESTO?


 


Otro más, directo en mi ojo.


 


Mi cuerpo yacía tendido en el suelo. Él estaba hincado sobre mí y me sujetaba desde el cuello de mi camisa.


 


Tú, no me has enseñado nada, ¿amor?, ¿comprensión?, ¿cariño?, creo que eso es una fantasía, algo que inventaron los creadores de historias o simplemente aquellas personas que decidieron depositar sus esperanzas en algo imaginario, algo que no conocían y que de todos modos querían vivir; tú, no me enseñaste nada de ello porque aquello no solo no existe, sino que jamás tendría nada que ver contigo.


 


Miedo, terror, odio, dolor, eso fue lo único que me "enseñaste", lo único que generaste en mí.


 


No te amo ni a ti ni a ella.


 


Estoy solo en este mundo y así será por siempre.


 


Sentí un agudo golpe en mi abdomen y en ese instante noté que él no estaba más sobre mí, sino que estaba de pie a un lado de mi cuerpo.


 


Me quiero marchar, pero no puedo moverme. Me obligo a respirar, pero apenas puedo separar mis labios para dejar correr el aire.


 


—Vete a tu habitación y no comerás hasta que no te disculpes como es debido, pendejo infeliz.—Arrojó aquella hoja abollada a mi rostro.


 


No puedo moverme, mi cuerpo se siente entumecido. Pasa mi madre y sólo me observa con desaprobación.


 


No es esto lo que una madre debería hacer, pero tampoco puedo decir "qué es lo que sí debería hacer", simplemente no conozco otra actitud en una madre.


 


Necesito ayuda, pero no puedo pedirla, quiero ayuda.


 


 


+++


 


 


Mi piel dolía.


 


Oigo el sonido del celular cerca de mi cuerpo y lo cojo con la poca fuerza de voluntad que tengo. Es tarde en la noche y creo que ya no tiene sentido pedir ayuda.


 


Pienso por un instante que quizás ese llamado era mi salvación que quizás ese simple sonido me aliviaría de mi malestar, pero no es así, no debe ser así, no puedo cargarle a alguien mis problemas, mis debilidades y mucho menos mi cobardía. 


 


Apenas puedo abrir un ojo y aprieto el botón verde.


 


Llevo el aparato a mi oreja, esperando escuchar quien sea que me esté llamando.


 


  —¿Jimin?


 


Una ronca voz abre su paso en mi canal auditivo y me pongo a revolver entre mi memoria a quien pertenece tal timbre de voz. No lo reconozco o tal vez sí, pero no logro procesar con exactitud de quien se trata.


 


Medito y re-medito una y otra vez intentando hallarle el lugar correcto a esa voz, a la persona a la cual le pertenece.


 


YoonGi aparece de repente e intento procesar esa información, ¿es él o tan solo es producto de mi defectuosa y alterada imaginación?, tal vez sólo quiero que sea él y he empezado a delirar.


 


—¿Estás ahí?—Vuelve a insistir y mis deseos se hacen realidad, sé con certeza que es él e intento mover mis labios para responder, pero, ¿qué podría decir?, ¿era debido decirle la verdad o simplemente podía fingir que todo estaba bien?


 


—S-si—tartamudeo apenas audible y pienso que él no ha escuchado lo que dije por lo que inhalo y exhalo para poder volver a a hablar—. Si-i.—respondo y creo que él ya ha colgado la llamada, que estoy hablando solo y que nada de esto está teniendo sentido.


 


  —¿Estás bien?—pregunta quitándome del callejón sin salida que eran mis pensamientos e intento esbozar una sonrisa. 


 


Si supieras...


 


 —Lo estoy—miento.


 


—No suenas para nada bien—declaró y sentí como mi corazón daba un vuelco.


 


Tú, no puedes ser tú.


 


No puedes darte cuenta, no hagas tal cosa porque te entregaré todo lo que tengo para dar y ya no habrá marcha atrás.


 


 —Te mentí—susurré sin pensar siquiera en lo que estaba diciendo.


 


¿Me había vuelto loco?, ¿estaba delirando?, ¿estaba dejando a flote mi mediocre cobardía?


 


  —¿Qué sucede?, ¿dónde estás?


 


Un nudo se formó en mi garganta y ninguna herida corporal era más dolorosa que esa sed de un abrazo que me tenía tendido sobre una cama suplicando e implorando el afecto de alguien a quien confiarle todo.


 


—Ayúdame YoonGi, por favor—sollocé creyendo que mi vida se iba en aquellas palabras, que el dolor en mi pecho se iría por soltar aquella súplica, que con aquello calmaría el tormentoso malestar que sentía.


 


—Iré a tu casa—afirmó y mi mano cayó a un costado de mi cuerpo con el móvil aún en ella.


 


Él, vendría. Su suave tacto me sacaría de las sombras.


 


Su cercanía podría liberarme o eso quería creer, ¿podría ser él mi suerte?, ¿podría ser él la única forma de salir del encierro en el que me encuentro?, ¿habría otro camino que no lo incluyera?


 


 


+++


 


 


Daba por hecho que él no llegaría. Nunca debí confiarle mi dolor, no por no creer en él, sino por demostrarme tan vulnerable y quebrantable. No debía dar esa imagen a nadie y por una tonta y simple ilusión me demostré ante él como aquello que más odiaba, creyendo que si se lo decía todo cambiaría y viviría eternamente con el sentimiento que se formó en mi interior cuando estábamos en la azotea. 


 


Observaba fijamente el techo, solo podía mantener uno de mis ojos abiertos, él otro estaba completamente herido y mi párpado se había hinchado. Mañana no podría ir al colegio.


 


 


Escuché un pequeño ruido en la ventana y sólo pude mover apenas mi cabeza.


 


Era él.


 


Había venido, había venido a salvarme.


 


Sus ojos se encontraron con los míos.


 


  —¿Qué sucedió?—preguntó en voz baja mientras sus ojos se abrían de sobremanera.— ¿Qué le hicieron a tu cuerpo?—susurró y se acercó hasta donde me encontraba. 


 


No me hagas derramar lágrimas, no más, por favor.


 


Llevó una de sus manos a mi mejilla y mi cuerpo tiritó ante su tacto.


 


Ardía.


 


  Sus ojos destellaban pena. No me tengas lástima, por favor, YoonGi, no me hagas sentir más miserable.


 


Llevó su mano a mi cabello y enredó sus dedos en este.


 


—No te preocupes por nada, ahora yo estoy aquí, para ti.


 


Ahora él está para mí... 


 
Notas finales:

Espero les guste

Es triste, lo sé :c

^^Selene


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).