- ¿Ya lo tienes todo preparado?; preguntaba Marie a su primo Wolfram
- Por supuesto, con quien crees que hablas; dijo el pelirrubio soplando su flequillo
- Bueno, entonces espero que se lo paséis bien, por cierto, wólfram; su prima se acercó a la oreja del rubio a lo que este se empezó a poner rojo como un tomate.
- ¿Queeeeeeeeeeeeeeeeeee?; grito a lo que todo el castillo salió nervioso al patio
Verdaderamente Marie tenía unos pensamientos demasiados pervertido y la verdad era que el pequeño Wolfram era más inocente de lo que parecía.
Cuando la hora de partir se estaba acercando, antes de que ellos dos se fueran, Wolfram fue a despedirse de su tío a lo que este le dijo que tuviera muchísimo cuidado.
El carruaje ya había llegado y estaba a la espera de los dos jóvenes.
Fabrio le había dicho a Wolfram que iría montado en caballo, pero este por mero impulso lo agarro de la manga del uniforme y mirando hacia otro lado lo invito a subirse con él en el mismo carruaje, esto nunca lo había hecho el menor de los pelirrubios.
- Espero que te guste el lugar; decía el joven escudero a Wolfram con una gran sonrisa
- Bueno, seguro que me gustara, ya veremos; comentaba este mientras miraba hacia el suelo no sabía porque, pero si miraba a los ojos del rubio su corazón se aceleraba.
El viaje fue sin preocupaciones ambos hablaban de cosas triviales y alguna que otra risa se escuchaba en aquel carruaje.
- Llegamos señor; comunicaba el cochero abriéndoles la puerta a ambos.
Cuando Wolfram abrió los ojos no se hubiera imaginado nunca que aquellas aguas termales fueran las misma que un día frecuento con Yuuri, esto hizo que el chico desviara la mirada apenado pues aquel sitio, aunque no quisiera le traían mucho recuerdo, aunque no fueran muy bonitos.
- Wolfram, ¿Qué te pasa?; Fabrio le toco la mejilla a este e hizo que girara la cabeza hasta que sus ojos se encontraron haciendo que el corazón del menor latiera mucho más rápido que de costumbre.
- Nada es solo que ya estuve aquí; respondía alejándose de Fabrio
- Bueno, pero esta vez te lo pasaras muchísimo mejor te lo garantizo; acto seguido lo cogió de la mano y entraron en aquel lugar.
………..
- Comandante, tiempo sin vernos; gritaba Yosak a espaldas de Conrad, hacía ya tres meses que no se encontraban pues este primero estaba en una misión.
- Por dios Yosak algún día me vas a dejar sin tímpanos; canturreo Conrad mientras se tocaba la oreja fingiendo dolor.
Yosak se acercó a Conrad mirando que nadie los estuviera viendo y lo cogió por la cintura mientras le plantaba un beso que ni el pelimoreno se hubiera esperado, pero obviamente le correspondió ya que ambos estaban completamente enamorados el uno del otro, el beso se estaba poniendo más caliente ya que Yosak empezó a meter su lengua en el interior de la boca de su comandante a lo que este luchaba para tomar el pleno control, pero cuando escucharon a alguien acercarse se tuvieran que alejar sin que ninguno lo quisiera.
¿Qué cómo empezó su relación? Pues muy sencillo, ellos ya estaban enamorados desde que se conocieron de pequeños, pero como ambos eran tan cabezotas nunca lo demostraron hasta que un día en una de las misiones de Yosak este resultó gravemente herido, cuando Conrad se enteró de la noticia se quedó frio como el mármol, primero se mantuvo en un estado de shock porque no podía comprender que eso estuviera pasando, pero luego cuando por fin decidió abrir los ojos corrió como alma que lleva el diablo hasta donde estaba este.
- ¿Yosak?, oye tu es una orden despierta
- Perdone Sir Weller pero no puedo permitirle estar más tiempo
- NO, YO NO ME VOY; gritaba encolerizado
- Pero
- Pero nada, es que no lo entiende ¿ALGUNA VEZ A ESTADO ENAMORADA?; gritaba sin pudor sin reparar que alguien pudiera estar escuchando
La señorita se marchó de ese lugar en busca de alguien que la ayudara a poder sacar al pelimoreno de la habitación.
- Yosak; sollozaba; Venga, oye gástame una de tus bromas; sus lágrimas empezaban a acumularse en sus ojos, pero este no le contestaba.
- Conrad, SAL; le ordeno Gwendal, pero este estaba aferrado a la mano del pelinaranja
Sin que él quisiera Gwendal lo saco de allí con algunos de los guardias que había traído con él.
Yosak seguía sin despertarse por lo visto le había surgido un pequeño coagulo en la cabeza, nada importante, pero que no dejaba que despertara.
Una semana estuvo Conrad en el hospital sin despejarse de la mano de Yosak ya que había conseguido que lo dejaran permanecer a su lado.
- Yosak por favor si despierta no ocultare más lo que siento, aunque me rechaces
- Ahora no te puedes retractar de tus palabras; Cuando Yosak había abierto los ojos lo primero que Conrad hizo fue lanzarse a sus brazos plantándole su primer beso en los labios del pelinaranja a lo que este respondió y acto seguido le dijo al oído que lo amaba.
Desde aquel día habían pasado exactamente seis meses y ellos empezaron una relación a escondidas de todos los habitantes del reino puesto que no estaban preparado aun para dar el paso siguiente.
- Te he echado muchísimo de menos; le decía el pelinaranja al oído
- Pues la verdad yo a ti no tanto; bromeaba sir Weller ya que le encantaba verlo enojado.
- Con que esas tenemos, pues ya te quedaste sin regalo; caminaba por el pasillo a punto de marcharse a lo que Conrad le tiro de la manga.
- ¿Qué me has traído?
- ¿Traerte?, creo que nada, pero darte sí que te voy a dar; acto seguido Conrad se puso rojo como un tomate cosa que casi nunca conseguía nadie; - Ya que la última vez me toco a mi recibir.
- Te encanta recibir pues tu cuerpo lo revela cada vez que estoy dentro de ti
- Por supuesto que me encanta, pero lo mismo te digo, ojalá te vieras gemir como lo haces.
Ambos se mantuvieron callado por un largo rato el deseo de no verse durante tres meses se estaba incrementando, pero en esos momentos no podían ir y abarcar sus lujuriosos deseo debían de continuar con sus posiciones.
………
- ¿Cómo se siente?; Pregunto Fabrio a Wolfram mientras le ayudaban a bajar hacia las aguas termales de las afueras.
- Un poco extraño de estar los dos solos
- ¿Y eso?
- No lo sé, nunca había estado con alguien que no estuviera en mi rango, pero tú tienes algo que te hace diferente; Wolfram se tapó la boca por alto reflejo cuando se dio cuenta de las palabras que estaba usando en ese mismo momento.
Fabrio se quedó callado alucinando con lo que su superior había dicho de su persona, pero la realidad era que cada vez que conocía más a fondo a este le interesaba muchísimo más.
Wolfram no sabía si era tal vez por falta de cariño que se estaba encariñando casa día mas por Fabrio ese escudero mediocre que no aceptaba en un principio y del cual tenía celos por la gran belleza que este abarcaba.
La realidad era que, aunque sonase muy extraño al pequeño Wolfram no le desagradaba la presencia de este, aunque algunas veces caía en la cuenta de que si fuera Yuuri el que lo tratara de esa manera seria inmensamente feliz pero no podía pedir imposibles.
Llegaron hasta unas aguas termales muy alejadas del edificio principal, la verdad es que eran unas termas privadas que solo podían utilizar los dueños del lugar, pero ya que Fabrio tenía tantas amistades con el hombre encargado del lugar se le otorgo una hora en aquel lugar sin nadie que los molestara.
- Vaya es realmente hermoso Fabrio; comentaba Wolfram mientras se acercaba cada vez más a las termas que estaban rodeadas de flores y arboles realmente extraños.
- Te dije que iba hacer que en este viaje fuera impresionante; Fabrio simplemente le sonrió para acto seguido quitarse el kimono con el que vestía para quedarse simplemente en ropa interior.
Wolfram estaba mirando el cuerpo de este desde arriba hacia abajo se notaba que era un hombre entrenado pues tenía unos músculos muy bien definido, aunque su complexión no fuera de estos hombres musculosos, pero así lo prefería Wolfram.
- ¿Te vas a meter con el kimono?; pregunto el rubio mayor señalando a Wolfram.
- No mires es una orden; Fabrio reía por cómo se estaba comportando el chiquillo, pero como bien dijo Wolfram este no miro hasta que nuestro engreído y orgulloso Wolfy se metió en las termas junto a su escudero.
Ambos no decían palabra alguna estaban disfrutando de la soledad del momento sin que nadie los interrumpiera además el paisaje que los acompañaba era realmente grandioso lo que hizo que el engreído Wolfy se relajara como nunca antes lo había hecho.
- Eres realmente hermoso; susurro Fabrio cerca de la nuca de Wolfram
- No digas tontería enclenque; en ese momento Wolfram se dio cuenta que había dicho las palabras con las cuales se refería a Yuuri sin reparar que quien se encontraba allí no era su ex – Prometido si no Fabrio.
- Que yo sepa no soy tan enclenque; empezó a mirarse de arriba abajo el mismo Fabrio buscando en que parte de su musculoso y tonificado cuerpo se encontraba lo enclenque.
Esto hizo que las lágrimas de Wolfram no se convirtieran en lágrimas de llanto sino más bien de una risa, una risa que eran descontrolada como nunca antes hubiera imaginado realizarla.
- Enserio no sé; prosiguió riéndose sin detenimiento; - como eres capa de que me reía de estas formas; y continúo riéndose todavía más.
Esto hizo que Fabrio no aguantara más las ganas de hacer lo que desde hace unos días tenía ganas, cogió la cabeza de Wolfram con cuidado de no lastimarlo e hizo que sus ojos se encontraran con los del pequeño para acto seguido ver como la risa de este se interrumpía por un gran rubor en su cara. Luego de tenerlo como él quería acerco su boca hasta los labios de Wolfy y rápido le planto un casto beso a lo que Wolfram se quedó perplejo haciendo que su boca se abriera y entonces fue cuando Fabrio introdujo su lengua haciendo que el pequeño Wolfy no pudiera mover ninguna de sus articulaciones.
Fabrio lo cogió esta vez por la cintura y lo atrajo más hasta su cuerpo incrementando el beso que pareció no incomodar al menor pero que realmente estaba que no sabía lo que estaba ocurriendo.
Cuando el beso termino y un hilo de saliva apareció lo primero que Wolfram hizo fue meterle una buena cachetada a Fabrio y salir huyendo del lugar con sus manos posadas en sus labios los cuales habían sido violados hace unos segundos.
Fabrio se tocó la mejilla la cual estaba roja porque, aunque no lo pareciera Wolfram tenía una gran fuerza a parte de su gran poder.
No me arrepiento de lo que ha ocurrido; pensó Fabrio mientras salía de la terma.
- Pero ¿Qué carajos ha pasado?; preguntaba Wolfram en voz alta mientras caminaba al cuarto que se les había asignado anteriormente.
Estaba realmente confundido no sabía el porqué de aquel beso y desde cuando tenía planeado Fabrio atacarle de esa manera, él nunca había tenido un beso como esos con Yuuri quería que su primer beso verdadero hubiera sido de esa manera, pero no con Fabrio si no con su querido enclenque.
Te echo de menos Yuuri; pensaba este mientras unas lágrimas azotaban por salir de sus ojitos.
Pero la verdad aquí era que Wolfram tampoco había despreciado aquel beso, aquella violación hacia sus labios si no que realmente se había sentido muy calmado y algo acelerado con el acercamiento que habían tenido ellos dos.
Algo estaba empezando a cambiar en el interior de Wolfram algo que lo tomara por sorpresa y que lo llevara a un camino que posiblemente no tenga retorno.
………..
- Su alteza de nuevo su majestad no se encuentra; volvían a decirle por enésima vez a Murata
- Sé que esta hay ¿Por qué me lo ocultáis?; volvía a repetir el pelinegro con los ojos llorosos; - Solo quiero estar a su lado el tiempo que le queda.
- Su alteza ¿Lo sabía?; preguntaba Ururike asombrada.
- En un principio no, pero estuve investigando y encontré la respuesta a mis dudad y por qué no me quiere ver; decía entre lágrimas; - Pero una cosa te digo Shinou, PASE LO QUE PASE SIEMPRE ESTARAS EN MI CORAZON; Grito con los puños cerrado a la espera que este se conmoviera y lo dejara entrar, pero obviamente no pasó nada
De nuevo Murata salió del templo de Shinou sin poder ver al que fue, es y será el amor de su vida ya reencarné millones y millones de veces, algo que Shinou creía que era mejor para Murata era lo peor para él.
Todos los problemas que iban a pasar estas personas no podían ni imaginárselos y Yuuri lo iba a lamentar con sangre cuando se dé cuenta que no debió dejar marchar al que posiblemente fuera el gran amor se su vida.