Hacia un rato que Wolfram estaba dando vueltas en la cama sin parar como si fuera un mono o algo por el estilo, pero el asunto era que cuando el pequeño rubio se había calmado luego de aquel atroz suceso, se dio cuenta que había abofeteado a Fabrio en la mejilla que no debía, recordó entonces que ha Yuuri le había pasado lo mismo el día que llego a Shinmakoku y por ese motivo tuvo que aceptar un compromiso que él no había decidido, pero entonces ¿Tendría Wolfram que aceptar sus actos y comprometerse de nuevo?.
- NOOOOOOOOOOOOOOO; grito sin percatarse que Fabrio acaba de entrar por la puerta.
- ¿Qué es lo que le molesta tanto?; pregunto indiferente mientras se pasaba una toalla por la cabeza.
- No te me vuelvas acercar, cumpliré con mis actos, pero no estoy de acuerdo; fue en ese momento donde Wolfram entendió como se sintió Yuuri aquella vez.
- ¿De qué está hablando?; Fabrio arqueo una ceja en modo de incertidumbre sin saber si Wolfram había perdido la cordura.
- Te abofetee ¿No es así?
- Sí, pero realmente me lo merecía, aunque no lo siento; dijo mientras caminaba hasta el armario en busca de sus cosas.
- ¿Qué haces?
- Me mudo de habitación; comunico sin más al mismo tiempo que miraba al pequeño rubio a los ojos; - Bueno y que es eso de que vas a cumplir con tus actos; quiso saber el rubio mayor.
- Es la tradición que si abofeteas a alguien en la mejilla esta persona automáticamente tiene que comprometerse con dicha persona; en ese momento Fabrio estallo a carcajadas haciendo que Wolfram inflara los mofletes; - No le veo la gracia por ningún lado; rehusó mientras se cruzaba de brazos.
- Haber Wolfram esa tradición solo es válida cuando son gente importante, si una de las partes es un plebeyo, en este caso mi persona lo es, esa tradición no es válida por lo tanto esa solo fue una simple bofetada; Wolfram se rasco la nuca no sabiendo que más decir se había montado un mundo el mismo sin ni siquiera saber la verdadera tradición de aquel acto; - Por lo tanto, no hay compromiso y si me disculpa me voy a mi nuevo cuarto.
Antes de que Fabrio se marchara Wolfi lo detuvo anteponiéndose delante de este.
- No te he dado la orden de abandonar el cuarto; repuso sin mirar a los ojos del mayor.
Fabrio solo resoplo mostrando una sonrisa, la verdad era que aquellos cambios de humores que tenía Wolfram le encantaban, sinceramente a medida que lo iba conociendo le gustaba un poco más que el día anterior.
- Bueno disfrutemos del día de mañana ya que es nuestro último día; informo de nuevo Fabrio ya que simplemente iban a hospedarse allí una noche y dos días para que el rubio menor se despejara.
Wolfram quería volver al castillo pacto de sangre, pero todavía le faltaba muchísimo tiempo ya que simplemente habían pasado dos semanas y dos días desde que dejo aquel castillo repleto de momentos hermosos y alguno no tanto.
………
- Jujujujuj, se de alguien que esto no le gustara; reía Marie mientras miraba la foto que había tomado en el momento que Fabrio beso a su querido primo.
Marie había seguido a su primo y al guapísimo de Fabrio, pues para Marie Fabrio era uno de los hombres más guapos que había visto, sin que ambos notaran nada.
En el momento que Fabrio había besado a su querido primo esta rápidamente capturo la imagen para tener un poco de diversión.
Marie tenía algo planeado que nadie sabía, aunque según ella iba hacer todo un escándalo, obviamente nada malo pues no quería causarle ningún daño a su primo, pero sí que iba a revolucionar a cierto personaje.
Se guardó la foto en el bolso que llevaba para ser precavida y que nadie la viera para luego montarse en el carruaje que le habían llevado hasta aquel sitio y dirigirse a casa.
……….
- Murata, ¿Qué haces?; preguntaba Yuuri viendo como su amigo estaba montado en una especial de escaleras gigante.
- ¡Oh! Shibuya, no te había visto ¿Qué haces?
- Eso mismo te estoy pregunto tonto; empezó a reír Yuuri
- No es nada, simplemente quería ver si podía alcanzar una nube; Yuuri a veces no entendía para nada lo que su amigo le decía, pero si él era feliz así para que detenerlo
- Pues muy bien espero que alcances la más grande; luego de reírse un poco el pelinegro rey de aquel país se marchó dejando solo a su amigo.
- Espero poder alcanzarla; se dijo Murata así mismo mientras hacia el gesto de alcanzar una.
Yuuri por su parte se encerró en el despacho junto a Gunter y Gwendal ya que tenían que hablar sobre un asunto muy importante es esos momentos.
Para Yuuri era otro asunto que no requería de su presencia ya que entre esos dos podrían solucionarlo a la perfección, pero Gwendal insistía que estuviera presente en cada una de las reuniones.
- Empecemos, su majestad debe escuchar todo lo que se diga; le reprendió Gunter viendo como este ya se estaba quedando dormido en la silla de la mesa.
- Si, lo que tú digas Gunter
- Eres el rey de todo esto, comportante; lo reprendió esta ves Gwendal que era más autoritario que el peliblanco.
Yuuri se incorporó en la silla escuchando con atención lo que ambos estaban diciendo sin entender nada de lo que hablaban, ahí es donde estaba el problema que por mucho que asistiera a tales reuniones no se enteraba nunca de nada.
- Su majestad está de acuerdo en la despomatrinolion; comentaba Gunter.
- SI lo que ustedes digáis
- Eso es perfecto su majestad, pronto llamaremos a las candidatas
- ¿Candidatas?; pregunto ahora con más interés que antes; - Esperen un momento ¿Qué es ese término de despomatrinolion?; en ese momento es cuando Yuuri preguntaba las cosas más importantes.
- Su majestad ¿en su mundo no hay esas cosas?
- Gunter te quieres explicar de una vez; insistía un tanto nervioso Yuuri
- La palabra en si no significa nada, es el término que se utiliza aquí para buscar candidatas de matrimonio; termino de explicar Gwendal a lo que a Yuuri se le cayó la boca al suelo.
- ¿CANDITAS DE MATRIMONIO?; Gritaba un auténtico Yuuri sorprendió, él no estaba preparado para aquellas cosas, aun no se quería casar pues solo era un simple adolecente, aunque no uno normal, eso ya lo tenía aprendido.
- Usted ha dado su palabra ahora no se puede retractar; insistió Gwendal con cara de pocos amigos.
Yuuri salió de aquella sala sin todavía comprender el hecho de que iba hacer casado con sabrá dios quien, en ese momento pensó en Wolfram que si él hubiera estado allí nada de esto estaría pasando.
El pelinegro entro a la bañera más grande que se encontraba en el castillo, tenía muchísimas ganas de irse a su mundo por lo menos hasta que las cosas estuvieran más calmadas, pero algo o alguien lo detuvo en ese instante.
- Perdón su majestad, pero ha llegado una paloma con un mensaje para usted; decía Darcascosas dándole la carta con un sobre un tanto llamativo.
Cuando Yuuri miro el interior de este no podía creer lo que sus ojos estaban viendo y sin saber porque rompió el contenido en pedazos más pequeños que pulgarcito.
En ese momento salió corriendo hacia el despacho en el que se encontraban todavía Gunter y Gwendal seleccionando candidatas.
- QUIERO QUE LA COSA ESA SE CELEBRE LO ANTES POSIBLE Y POR SUPUESTO QUE SE PUBLIQUE EN TODOS LOS LUGARES; gritaba encolerizado Yuuri sin que ninguno de los presente en la sala comprendiera como es que había cambiado de idea en unos segundos.
- A sus órdenes majestad; dijeron los dos al unísono.
………….
Esta vez lo voy a conseguir; pensaba Murata
Su plan no podía fallar, en esta ocasión Shinou lo tendría que dejar pasar.
Fue hasta el templo con una gran mochila cargada en su espalda con cosas realmente pesadas que solo el sabio sabia como se utilizarlas.
- Ururike ¿Esta Shinou?
- Su alteza discúlpeme su majestad tampoco se encuentra en estos momentos.
- Muy bien; en ese momento Murata saco de aquella mochila algo muy parecido a un mono con panderetas, pero como era de esperar no era ningún mono normal.
- ¿De dónde ha sacado esto su alteza?; preguntaba Ururike un poco nerviosa.
Ellos dos sabían que aquel “mono” no era algo realmente normal, ese artefacto servía como defensa en los tiempos de Shinou y podía destruir dos o tres castillos esteros solo activando sus resonancias.
- Su alteza, ¿Sería capaz de usarlo?
- Sí; dijo con una gran determinación pues estaba dispuesto hacer todo por ver a esa persona.; - Ururike va enserio esta vez no es una broma o me dejas entrar o estallo esto en todos los pedazos posibles.
Ururike empezó a mandar a muchas de las chicas que estaban allí hacia las puertas de seguridad que se encontraban en el templo mientras que esta se puso se rodilla y juntando sus manos empezó a hablar con el que se supone que no se encontraba en el interior de aquella sala.
- Pasa; en ese momento las puertas de esa habitación que en tanto tiempo no habían sido abiertas lo hicieron.
- Gracias y disculpa; Murata entro corriendo hacia el interior mientras están se volvían a cerrar.
- ¿Enserio lo ibas a hacer?; se escuchó una voz proveniente de su espalda
- Si era la única alternativa de verte lo hubiera hecho una y mil veces; este se volteo hasta donde estaba el pelirrubio y sin pensárselo dos veces lo abrazo tan fuerte como un niño a un juguete; - Te extrañe muchísimo, decía al borde de las lágrimas.
- Lo siento, de verdad lo siento; decía el antiguo soberano de aquel mundo, correspondiendo al abrazo de su gran sabio.
Ambos se mantuvieron en aquella posición por un buen rato hasta que el rubio aparto a Murata y se sentó en uno de los escalones de aquella sala.
- ¿Por qué no confías más en mí?; preguntaba el pelinegro
- No quería preocuparte, tú ya no eres esa persona; un silencio se apodero de la sala
- Es verdad que no soy aquella persona, lo deje de ser hace muchísimos siglos, pero, aunque ahora sea solo un chico simple mis sentimientos hacia a ti no cambian por muchos siglos que pasen; - Murata no quería separarse de aquel hombre que, aunque a veces se convirtiera en un niño pequeño sin remedio lo amaba más que a nadie en este mundo.
- Aquel día no pude evitar hacerte daño, lo siento; Murata sabía que Shinou se sentía culpable por haber decidido casarse dejándolo a el detrás, pero lo que el rubio no sabía que el peor día de la vida del gran sabio fue cuando este decidió sellarse.
- Sabes que no te guardo resentimientos por eso, no tuviste de otra; sonrió sentándose en las piernas del rubio, notando la sorpresa de aquel acto.
- Pero te voy a volver a dejar; prosiguió mientras lo abrazaba y lo juntaba más a su cuerpo.
- Encontraremos la forma que no ocurra, enserio Shinou no quiero volver a perderte por nada de este mundo; y cuando Murata dijo aquellas palabras sus lágrimas que estaba siendo contenidas estallaron a la luz.
Shinou las limpiaba dándole pequeñas lamidas, pero eso no era suficiente para que aquel chico que parecía que solo le gustaba gastar bromas se pudiera calmar por lo que entonces Shinou cogió su rostro apartándole las gafas de su cara y se acercó a el lentamente, no obstante, sin antes preguntarle si eso es lo que quería a lo que el pelinegro asintió.
Ambos se fundieron en un beso apasionado cargado de amor, un amor que por muchísimo tiempo había estado sellado por las cosas de la vida, pero que ahora iba hacer todo lo que estuvieran en sus manos para que esos momentos no se acabaran nunca.
El beso continúo siendo Shinou el que tenía pleno control de la boda del otro, le encantaba que estuviera así a su disposición igual que el la iba a estar a la suya el tiempo que estuviera en ese mundo.
- Te amo; susurro Murata en la oreja del mayor cuando se separaron.
- Yo te amo muchísimo más; empezó a decir con un tono bastante infantil, pues así es como se comportaba Murata cuando estaba en los brazos del hombre que más amaba en el mundo.
Los problemas para ambos no terminaban aquí pues tendría que realizar un camino bastante largo para que estuvieran juntos sin preocupaciones.
……..
- ¿Te has enterado?; decía una mujer en el pueblo mientras Wolfram iba de camino hasta su casa.
- Si es muy fuerte quisiera que mi hija fuera seleccionada; decía la mujer más bajita.
Wolfram ya no pudo escuchar nada más pues el carruaje que los llevaba de regreso iba demasiado deprisa.
Wolfram se estaba sintiendo demasiado raro algo estaba pasando y eso tenía que saberlo.
Una vez llegado hasta el castillo de su tío, Marie estaba discutiendo con el mencionado.
- No voy a ir, sabes que eso sería desleal; se veía como la del pelo purpura estaba desafiando a su tío en algo que no quería hacer.
- ¿Qué está pasando aquí?; pregunto Wolfram alarmando a los que se encontraban en la sala.
- Tío Waltorana quiere que sea una de las pretendientas
- ¿Pretendientas a qué?; preguntaba intrigado
- ¿No lo sabes?, todo el reino habla de eso.
- Marie no andes con rodeos y dime de una vez que está pasando
- Su majestad Yuuri está celebrando una ceremonia de casamiento; respondió al fin su tío.
- ¿Ca…ca…samiento?; tartamudeo el pequeño Wolfram tras escuchar tan grandes palabras.
- Así como lo escuchas y le estaba diciendo a Marie que postulara para el acontecimiento, pero ella se rehúsa; Wolfram ya no estaba escuchando nada de lo que su tío le decía había quedado en un estado realmente deplorable antes los ojos de todo
Yuuri se estaba comprometiendo con alguien que no era él., pero no se podía evitar ya que este lo hacía abandonado o mejor dicho dejado libre por lo que no tenía ahora mismo ningún derecho de hacer nada, pero por otro lado se sentía muy mal cargado de negativa y resentimiento deseando haber nacido mujer y así poder estar al lado del hombre que tanto amaba.
- Marie si quieres puedes postular, no soy nadie para obligarte a no hacerlo; se excusó Wolfram mientras se dirigía a su habitación.
- Ya has escuchado a tu primo
- No voy hacerlo, y esta es mi decisión final; aclaro Marie antes de ir hasta donde se encontraba Fabrio el cual lo había presenciado todo.
- Hola señorita
- Dígame Marie, ¿Cuántas veces te lo tengo dicho?
- Discúlpame es la costumbre
- Por cierto, Fabrio, quiero que estés pendiente a Wolfram en cualquier momento puede realizar un acto de locura o algo peor; comunicaba esta al escudero de su primo.
- No se preocupe nunca permitiría que Wolfram hiciera algo en contra de su vida; admitió este dejando a la chica con una gran sonrisa en los labios.
- Pues si eso es lo que piensas ya estas tardando en ir a su habitación; luego como si de una orden celestial se hubiera tratado este corrió hasta el cuarto del rubio menos tocando en la puerta dos o más veces.
Luego de unas 30 veces o más tocándola Wolfram le dio paso, entonces vio a un ángel o esa era a los ojos de Fabrio.
Wolfram estaba sentado en lo alto de la ventana con un camisón blanco hasta los tobillos y la luz de la tarde poniéndose reflejada en su cara y cuerpo lo hacían ver como un auténtico ángel.
Este con cautela se acercó por detrás del muchacho abrazándolo con fuerzas como si se tratara de algo que jamás quisiera que se rompiera, pero la verdad es que el chico ya estaba roto por dentro.
Wolfram se giró mirando a Fabrio a la cara y sin que este se lo esperara Wolfi atrapo los labios del escudero en un beso muy lindo y corto.
- Haz que me olvide de el por favor.