“Sucedió en otra Dimensión”
III
“Los héroes Prevalecen”
Hoy era un día del mes de julio y eran cerca de las tres de la mañana. Tim estaba caminando por la cueva, cansado. No había sido una buena noche, fue particularmente agotadora. En este mundo varios villanos habían murto ya, pero otros habían surgido y algunos, como el espanta pájaros, seguían haciendo de las suyas, pero esta vez le tocó al sombrerero, de verdad ¿Quién se creía ese tipo que era? Lo curioso era que no se parecía mucho al sombrerero que él recordaba, no que lo hubiera visto mucho después de que Batman lo metió a Arkham la última vez.
No entendía porque ese tipo quería buscar entre todas las niñas de quince a la “verdadera”, bueno, estaba loco, eso le quedaba claro, tanta inteligencia utilizada de esa forma era un desperdicio, el control neuronal podía ser de mayor provecho, como ayudar a aquellos que no podían ver o algo por el estilo.
Tim se talló la frente con una mano, todo ese caso fue frustrante, más aún porque Dick había hecho lo que quería en lugar de escucharlo, ni siquiera habían planeado algo, el joven acróbata solo se lanzó al ataque sin decirle. Maldición, no sabía cómo le había hecho Bruce, Damian o Jason para mantenerlo quieto. Se preguntó si “su” Dick habría sido como éste Dick cuando era joven… Sí, seguramente sí.
— Hey chico pájaro — La voz del único prisionero de la cueva lo sacó de sus pensamientos — He oído que hoy es un día importante, dime ¿Cómo se siente que el día de hoy no estarás en casa para ver a “dady batsy”? — Joy se rio, aunque parecía cansado, había algo en él que era extraño, pero a Tim no le importaba.
— Estoy en casa, Joy — dijo el joven con el tono más plano que pudo, había aprendido, en las pocas semanas que llevaba en ese lugar, que era mejor no dejarse llevar por sus provocaciones, según Bruce, la rehabilitación del Joker iba bien, pero era un trabajo en camino, podría tomar hasta unos quince o veinte años más, no iba a rendirse — ¿Quieres que te traiga algo? O quizás prefieras que le diga a Bruce que lo haga — debía de ser cortés no importaba que, eso mantenía a Joy quieto de sus afilados comentarios por alguna razón, quizás a causa del acondicionamiento de Bruce, honestamente Tim no quería saber.
— Bueno, apreciaría un pedazo de pastel, si no te importa claro — se rio de nuevo, quizás se estaba acordando de alguna cosa que había hecho o escuchado.
— Lo informaré — dicho eso Tim subió a la casa, aún no se acostumbraba del todo a este lugar, pero poco a poco lo estaba considerando su hogar, después de todo existía la posibilidad de que se quedara ahí permanentemente y si lo pensaba… Jason significaba mucho para él, éste Jason lo estaba volviendo loco, de una buena manera, de una mala manera. Se preguntó, una vez más, en caso de que tuviera la oportunidad de volver a su propia dimensión ¿Lo haría? Por más frío que fuera y por más que pudiera mantener sus emociones muy por debajo de su deber no estaba seguro de qué escogería porque… Sus sentimientos eran demasiado profundos e intensos. A veces odiaba ser un adolecente.
Él había sido el último en llegar, se había quedado “atascado” con Dick, quien le dijo que tenía que volver a casa apenas terminaron con el sombrerero porque había dejado algunas cosas tiradas en la cueva y no quería que Bruce o Damian lo castigaran por no recogerlas. Tim tuvo que esperar al comisionado Pennyworth para darle todos los detalles.
Cuando entró todo estaba oscuro, la luz del pasillo no servía, magnífico. Su cerebro se puso en alerta, porque cuando algo dejaba de servir en la mansión por lo general eran problemas. Claro que en este mundo podría significar que Dick estuvo jugando con algo de la instalación o tal vez se colgó de la lámpara de arañan de la sala principal, de nuevo, y causó un corto. Estaba muy agradecido que en su mundo Dick fuera el mayor y no el menor.
Entró a la cocina, buscando a James, iluminando con la “batilámpara” que tenían para estos casos. Él se quedó petrificado al ver a Jason, sentado en una silla, aún con el uniforme puesto, completamente atado y amordazado con lo que parecían un lazo rojo… ¿Quién diablos había entrado a la mansión?
Mucho más temprano, esa misma noche, Jason había salido de la mansión, directo al cementerio. Él iba a visitar ese lugar a menudo, pero hoy era especial. Llevaba consigo un ramo de flores blancas y azules, como le gustaban al primer Nightwing. Durante mucho tiempo esa tumba había sido su único consuelo.
— Hola Timmy, han pasado unos días ¿Cierto? — hablar con la lápida no cambiaba nada, pero lo hacía sentir un poco mejor — Yo sé que nunca vas a crecer ahora, pero me gustaría creer que aunque solo tenías quince cuando te fuiste el día de hoy pensarías como alguien de tu edad, quiero decir… — estaba sentado frente a la tumba ahora, no sabiendo muy bien como expresarse — Bueno, tú sabes lo que quiero decir… Nunca fui bueno para las palabras, demonios — susurró para sí mismo — Quiero que sepas que no he olvidado lo que me dijiste ese día, no lo haré nunca Timmy — sus ojos quedaron húmedos en ese momento, recordando la última vez que lo había visto.
Esa noche Tim había vuelto a la cueva, solo para arrastrar a Jason con él, porque solo tenía trece años y contra Lobo sin duda alguna moriría, los encerró a él y a Dick en una del as habitaciones más seguras de la mansión, justo después de darles un sedante ligero para que no fueran detrás de él, porque Tim tenía que volver para ayudar a Bruce y a Damian, debía de ser rápido y llevar el químico que Bruce había hecho especialmente para detener a ese mercenario espacial, si se tardaba mucho ellos podrían estar muertos para cuando llegara.
Antes de irse él fue directo con los chicos, se despidió de ellos sabiendo que podría no regresar, James ya había salido con el traje mecánico para ganar algo de tiempo, pero no duraría mucho, si las cosas salían muy mal esos dos niños se quedarían solos. Tim se aseguraría de que eso no pasara. Él ignoró todo lo que ellos decían entre gritos y quejas.
“Solo escuchen, porque es lo más importante que deben de recordar”
En su mirada había determinación y valor, no era un chico de quince años ahora, era un hombre preparado, para hacer lo que hiciera falta, para salvar a su familia.
“Los hombres mueren pero los héroes prevalecen, a los villanos y también al paso del tiempo”
Justo después de eso se había puesto el antifaz negro y cerró la puerta. Salió corriendo a enfrentarse a lo que él consideró era su deber, vivir haciendo lo correcto o morir en el intento.
Jason se limpió las lágrimas, sonriendo tristemente, Timmy tenía razón, su muerte no fue el fin de Nightwing, aunque no fuera él sino Dick quien usara el traje ahora, además Bruce ya no podía ser Batman, los años no pasaban en balde, aun así la leyenda seguía viviendo a través de Damian y algún día lo haría a través de su pequeño hijo Terry, seguramente. Un héroe era un legado no un hombre, eso es lo que Timothy Drake les había enseñado.
— Siempre voy a quererte Timmy, sé que ahora estoy saliendo con Tim, no eres tú, pero… — nuevamente, era algo difícil de expresar — Lo amo también, por quién es él. Cuando volvamos a vernos, Timmy, podrás gritar y golpearme por todo esto cuanto quieras — sonrió al recordar al forma de ser del fallecido Tim — Pero no creo que lo hicieras, eras un maldito bastardo arrogante, seguramente te reirás de mí y dirás algo inteligente sobre mis “pobres” elecciones ¿No, Timmy? Para que sepas, él también es un bastardo arrogante, pero un poco más flaco y menos alto, ya sabes, quizás se deba a que viene de otro mundo — se puso en pie y se sacudió la ropa — Te veré la próxima semana Timmy, Feliz día — dicho eso se marchó a la mansión, habían algunas cosas que tenían que preparar antes de que Tim volviera de la patrulla con Dick.
Jason nunca se imaginó que Dick le había pedido ayuda a James y a Bárbara para emboscarlo y amarrarlo con ese lazo para que estuviera “listo” para recibir a Tim, ese desgraciado se las iba a pagar cuando estuviera libre. Pero por ahora debía de quedarse quieto para no arruinar la sorpresa.
Cuando Tim había entrado a la cocina y vio a su novio amarrado le tomó solo un segundo ponerse en guardia, no llevaba ya su traje puesto pero nunca iba a ningún lado sin armas, preparó varios batarangs en su mano derecha.
— ¡¡Feliz cumpleaños!! — Gritaron todos los presentes, con excepción de Jason y Bruce. Dick tenía al pequeño Terry en sus brazos, Julia estaba al lado de Damian y justo después estaban James y Bárbara, todos ellos muy sonrientes, aparentemente a ninguno le importaba que Tim hubiera estado a punto de lanzarles un Batarang.
— ¡Eso fue peligroso! — Tim les dijo, un poco enfadado — ¡Pude haberlos lastimado! — él guardó sus armas, pero no dejó de fruncir el ceño.
— ¡Feliz cumpleaños, tío Timmy! — Terry era el único que lo llamaba “Timmy”, siendo completamente ajeno al hecho de que ese apodo no era para él.
— Gracias Terry — Tim sonrió, acordándose de pronto del día que era, no podía creer que había olvidado su cumpleaños — Gracias a todos yo… — por eso Joy había mencionado el pastel.
— Está bien Tim — Damian le puso una mano en el hombro, sonriéndole — Solo queríamos felicitarte antes de ir a dormir — porque ellos no estaban haciendo una fiesta, claro que no, eso rompería los códigos de Batman, eso era estrictamente una reunión familiar.
— Además de que seguro que quieres disfrutar de tu regalo — Dick había comentado, justo cuando habría abrazado a Tim, guiñándole un ojo de forma cómplice.
Después de todos los abrazos y las felicitaciones se fueron a dormir, salvo Jason, que ya estaba libre de los amarres, y Tim, quienes se quedaron en la cocina, comiendo un pedazo extra de ese delicioso pastel. Tim sabía que Bruce le había llevado a Joy una rebanada, pero eso no lo había molestado tanto como pensó que lo haría, tal vez estaba comenzando a aceptar la presencia de Joy ahí o podría ser que los labios de Jason lo estaban distrayendo lo suficiente.
— Feliz cumpleaños, prettybird — él buscó entre sus ropas — esto es para ti, es de parte de todos — le entregó unas llaves a Tim, cuyo emblema era rojo con amarillo — Pero el casco lo hice personalmente, pensando en ti — y sonrió feliz, la cara de Tim estaba mostrando un asombro que no pensó ver jamás — ¿Realmente te sorprendí? Pensé que eras el mejor detective del mundo —
— El segundo mejor — el joven respondió inmediatamente, casi sin pensar — Y no, yo… Honestamente no lo esperaba, es decir — bueno, él tenía un vehículo, era una de las motos de Dick, pero era suficiente para él — Antes usaba una Nave… — no se quejaba, era solo que había tenido un equipo y no viaja solo todo el tiempo, además que un avión tenía mucho estilo y todo ¿Pero una moto? Eso realmente lo había sorprendido. Ellos de verdad lo consideraban parte de su familia.
— Oh… Así que una nave — no estaba molesto, nunca había hablado con Tim sobre su mundo de origen, porque era un tema incómodo para los dos, pero en algún momento tendría que pasar — Bueno prettybird, supongo que era de esperarse de un genio sabe-lo-todo como tú — sonrió, haciéndole saber que era solo una broma — Tal vez podemos aprovecharnos de que es tu cumpleaños y preguntarle a Bruce por una nave, quien sabe, el viejo se ha ablandado — lo decía en serio, eso de las naves y los jets tenían su parte justa de poder y seguro que su novio se veía uy sexy al mando de una de ellas, especialmente sentado sobre sus piernas y…
— Yo no lo dije por eso — sentía que estaba abusando de la generosidad de su nueva familia.
— Solo piénsalo, no sería igual que la que tenían antes, pero, oye, está la podríamos diseñar entre los dos ¿Qué te parece? No puede ser más difícil que hacer un Jet ¿Verdad? — él había ayudado un poco con los planos del jet que tenían en ese momento, pero claramente no era un experto del tema.
— No vas a dejar el tema hasta que te diga que sí, ¿Cierto? — Tim frunció el ceño, tratando de parecer molesto.
— Puedo tratar de convencerte con mis métodos preferidos — él le dio un beso rápido a Tim, agarrándolo por la cintura — Pero tendríamos que ir a mi cuarto, porque no creo que James, Damian ni Julia, aprecien la “contaminación” de fluidos corporales en su preciada cocina — Jason susurró y Tim se sonrojó ligeramente.
— Eres incorregible — pero aceptó de todas formas, no importaba si estaba muy cansado, no podría negarse a estar en los brazos de su novio.
Algún día ellos podrías podrían hablar de todo lo que había entre ellos, entre los dos mundos a los que pertenecían, pero no sería ese día. El diecinueve de Julio estaba destinado a ser para ellos dos, viviendo su presente, juntos.