-ya sabes…..calladita-le dije mientras le entregaba dos bolsas.
-calladita-me dijo mientras deslizaba en mi escritorio un libro.
-¿segura que nadie te vio?-le pregunte solo para confirmar.
-¡si!-me grito, bueno le creo.
-bien gosalo yachiru-le despedí con mi mano mientras salía de mi oficina.
Mire para todos lados del cuarto, también me asome por la ventana que no hubiera ni me viera nadie, una vez que confirme que todo estaba seguro me senté tranquilo en mi silla, con mucha intriga tome el libro mirando la portada.
-junjou romántica-decía el título.
Bueno, desde hace unas semanas le encontré a matsumoto cuando fui a su casa para despertarla de su borrachera unos libros, cuando me di cuenta eran mangas y como gato curioso lo abrí para enterarme que era yaoi, jamás había leído este género pero me gusto y me sentí identificado ¿no creen?, y por casualidades de la vida yoruichi se enteró que los leía y la verdad tuve que hacer cosas por ella que prefiero no recodar para que guardara silencio, pero al menos ella va al mundo humano y me los consigue pero indirectamente, ya que su mensajera como pudieron ver es la loca de los dulces, bueno no me quejo, siempre y cuando me los traigan y no digan nada.
-vamos usagi-san, dale al uke-la verdad no sé cómo termine diciendo eso.
Hay veces que me imagino a ichigo haciéndome estas cosas, yo como su pequeño uke, creo que sonó pedófilo, bueno soy mucho mayor que él, aunque pensado las cosas yo debería ser el seme.
-¡TAICHO!-
Oh mierda
-¡TAICHO!-grito matsumoto rompiendo mi ventana dando volteretas y un salto mortal
¿Qué carajo?
-¡MATSUMOTO! ¡¿ACASO NO CONOCES LAS PUERTAS?!-le grite.
-entrada dramática-¿acaso esa es su excusa?
-no me importa ¿a que has venido?-ya me estaba cansado.
-mis instintos fujoshi me guiaron hasta aquí-me respondió.
-¿Qué?-
-hay alguien aquí que está viendo yaoi sin mí-me respondió.
Oh dios.
-¿yaoi?-dije nervioso.
-alguien aquí es fujoshi-declaro.
-matsumoto estás buscando en el lugar equivocado-mierda por favor que se vaya.
-¿Qué es eso?-señalo el manga en mi escritorio.
Maldición
Rápidamente cogí el manga y lo escondí en mi cajón.
-¿enserio?-pensé.
-¿Qué oculta?-me dijo insinuante con esa estúpida sonrisa de gato sonriente.
-un informe-ojala me crea.
-eso era un manga-me dijo acercándose más.
Alguien ayúdeme
-si era un manga-ok lo admití.
-¿de que genero eh?-oh dime que no se dio cuenta.
-de….de….acción-espero y me crea.
-pero en la portada vi a dos personas agarradas de la mano-respondió sentándose en mi escritorio.
Rey espiritual si estas hay ayúdame
-de me lo que oculto taicho que-no pudo terminar porque la golpeo una botella de sake.
¿Qué carajo?
Me pare para ver a mi teniente desmayada en el suelo por el golpe.
-gracias-le dije al cielo.
-deberías darme las gracias a mi….toushiro-dijo la voz que siempre me hacía paralizar de nervios.
Lentamente me di vuelta para ver a mi salvador.
-¿Por qué a ti…..ichigo?-en el fondo agradezco que me haya salvado.
-porque si no fuera por mi habría descubierto que ocultas tanto en ese escritorio-dijo mientras la cargaba y la acostaba en el sofá.
-etto……gracias ichigo-la verdad estoy aliviado.
-y…..que ocultas tanto en ese escritorio-dijo mientras se sentaba en mi silla.
-nada que te interese-dije nervioso.
-vamos dime, no le diré a nadie-me dijo con su sonrisa, agache mi cabeza para que no me viera sonrojado.
¿Debería decirle?.
-no lo sé yo…-antes de responderle vi que ya tenía el manga en sus manos.
-asi que es esto-dijo abriéndolo.
-NOOOOO!!!!-me lance encima suyo pero como mi suerte es una mierda el solo se apartó mientras mi cara se estrellaba hacia el muro.
-¿esto es lo que me ocultabas?-dijo con una risita.
-bueno yo…yo-¿cómo este shinigami me hace poner nervioso?
-tranquilo pequeño-dijo mientras me entregaba el manga.
-¿no me juzgaras?-le pregunte.
-¿Por qué debería? Son tus gustos-me dijo sentándose en el escritorio.
Eso me tranquiliza mientras me echo en mi silla para quedar enfrente de el.
-oye toushiro-me llamo.
Lo mire a los ojos para que me preguntara.
-no me respondiste la pregunta que te hice-dijo con voz picara.
-¿cu-cual pregunta?-la verdad creo que se cual.
-la que te dije en el parque anteayer-me dijo.
-no se a qué te refieres-no creo librarme de esta.
Veo que ríe levemente mientras se acerca a mí para quedar cara a cara, esto me pone nervioso, está muy cerca.
-¿te pregunte si a ti también te gustaban los chicos?-me susurro.
Me estremezco y tiemblo, no puedo evitar sonrojarme, me acuerdo perfectamente cómo me confeso su sexualidad ese día, la verdad me sorprendí que también le gustaran los chicos, pero me alegre, pero no pude responderle su pregunta.
-¿mi sexualidad?-
-si, después de todo ya te dije la mía-
La verdad es difícil decirlo, no sé porque, no hay nadie más, además de matsumoto desmayada, no sé porque me cuesta decirlo, él ya me lo dijo ¿Por qué yo no?.
-creo que mejor no debí preguntarte eso-me respondió para pararse dispuesto a marcharse.
-no-respondo mientras le cojo la muñeca.
El me mira confundido esperando la razón de mi acción.
-¿que pasa?-
-es que no es fácil decirlo-
-tranquilo si quieres no me cuentes-
-pero quiero hacerlo-le respondo.
El me mira para sentarse otra vez enfrente de mí, esperando mi respuesta, creo que lo adecuado sería decirle.
-a mi…-susurro.
-¿ah?-
Le hago señas para que se acerque.
-a mi también….-le respondo, y creo que estoy demasiado rojo.
-¿tu también que?-me dice divertido.
Ok, eso es ser cruel.
-a mí me gustan….…los chicos-ya lo dije.
Veo que se separa levemente para mirarme con un poco de sorpresa.
-debí suponerlo, después de todo lees esa cosa ¿no?-ríe.
No puedo evitar poner los ojos en blanco.
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