Santa mierda.
Al escuchar lo dicho el que se encontraba al lado de Taehyung escupió su bebida al suelo, derramando más de la mitad, llegando a casi ahogarse con ella. Taehyung tragó duro y miró a su pareja, tomando la cerveza que bebía y dejándola en el suelo, decidido a cumplir lo que le retaron. Se levantó con rapidez y agarró nuevamente la mano del contrario, haciendo que se levantara de inmediato y lanzándole una mirada fulminante a Yoongi, quien tenía el rostro adornado con una sonrisa ladina.
—Pero está bien, acepto. Después de todo, no hay nada que perder.
—Eeh.. —Bufó Jungkook, abultando su labio inferior y entrelazando sus dedos con los de la mano impropia, asintiendo luego con algo de nervios. Caminaron hacia el dichoso cuarto de limpieza, sintiendo como las miradas de los demás estaban sobre ambos.
Por lo general, cuando se está solo con tu pareja, absolutamente TODO puede pasar. Incluyendo cosas malas.
Llegaron a el lugar juntos en menos de 5 minutos, empezando por abrir la puerta y dar entrada al menor, encendiendo luego el foco. Habían muchos elementos de aseo, cajas y una mesa allí.
Mientras Taehyung entraba y cerraba con seguro, Jungkook se sentaba rápidamente en la mesa, mirando hacia todo lado y esperando a que su novio volviera con él. Tras haber hecho esto, efectivamente fue directo a Jungkook y se posicionó entre sus piernas, dándole un pequeño abrazo, seguido de un beso. El menor no dudó en corresponder, llevando ambas manos al cuello del adversario, rompiendo el beso para tomar algo de aire, dejando un pequeño hilo de saliva entre ambas bocas.
Jungkook sonrió y continuó besándole, acercándolo cada vez más a su rostro mientras acariciaba el cabello ajeno y Taehyung acariciaba su piel por encima de la camisa. El beso pasó de ser uno tranquilo y tierno a uno fogoso y salvaje repentinamente.
El menor posó sus manos en el pecho de Tae, agarrando su camisa con ellas mientras este comenzaba a hacer un camino de besos desde la boca hasta el cuello, dando mordiscos y lamidas al último mencionado. Kook mordió su labio, en el intento de no gemir pero fue inútil porque segundos después fue así. Un leve gemido se le escapó y cubrió su boca instantáneamente, sonrojándose hasta el punto en el que sus mejillas se tornaron de un color fuerte rojo carmesí.
—No te cubras... Como si antes no te hubiera escuchado... —Taehyung soltó en un jadeo, retirando la mano de Jungkook de su boca mientras continuaba mordiendo su cuello. Él sabía que ese era su punto débil y si necesitaba recordárselo una y mil veces pues siempre lo haría.
El menor suspiró, apenado por ello, y se dejó llevar por su novio. Dejó de besar su cuello para separarse y retirar la camisa del adversario lentamente, tirándola al suelo y tocando su abdomen despacio. Un escalofrío recorrió su cuerpo en cuanto sintió como la mano de su chico estaba ahora en su espalda, provocando que soltara un quejido. No hacía ni falta decir que ambos tenían una erección porque era más que obvio.
Tae movió un poco a Jungkook para acostarlo sobre la mesa y con delicadeza allí, de modo en el que no quedara incómodo. Se inclinó, poniendo una mano en la mesa para besarle nuevamente y luego bajar, repartiendo besos en su abdomen y pecho, causando que la piel se le pusiera de gallina. Joder, Kim Taehyung pensó el chico, percatándose de que el antes mencionado ahora estaba desabrochando sus Jeans para así quitarlos pero fue algo inútil. Son demasiado apretados.
Volvió a jalarlos pero no dio ningún resultado y lo único que hicieron fue reír ante aquello.
—Joder, Jungkook... Amo tus Jeans pero, —Un jalón, otro jalón. —Están jodidamente difíciles de quitar. ¿Por qué rayos te los pones?
—Porque sé que los amas.
—Pero en esta ocasión estoy odiándolos y mucho más que eso
—¿Acaso crees que entre mis planes estaba tener sexo contigo en el cuarto de aseo y todo por un juego? —Jungkook preguntó, alzando una ceja y cruzándose de brazos. Tae rió y le dio un beso en la mejilla. Jaló por última vez los Jeans y finalmente logró bajarlos.
Los retiró por completo, tirándolos a quién sabe donde, rozando con sus dedos los muslos del menor, luego de ello usó su diestra para quitar los boxers, haciéndole soltar pequeños quejidos y jadeos. Abrió unos cuantos centímetros las piernas ajenas y de ahí, tomó el miembro en sus manos, bajando y subiendo estas con rapidez. A cada momento se detenía para deshacerse de su ropa y le daba uno que otro beso en las mejillas, pecho y labios.
A Jungkook se le escapaban gemidos algo adorables mientras cerraba sus ojos con cada aumento de velocidad del mayor. Continuó con el mismo proceso unos 5 minutos y esta vez Kook sentía como sus piernas se debilitaban y su cuerpo temblaba debido a la excitación y placer que su novio le daba.
De la nada, con su mano libre, la acercó a la boca de Kook y lo único que dijo fue "Escupe". Él le miró raro y Tae volvió a insistirle que lo hiciera hasta que por fin acató su orden y escupió en su mano. Aquella mano se fue directamente a su entrada, introduciendo un dedo lentamente. Ahora todo tenía sentido para él.
Lo movía hacia afuera y adentro, introduciendo uno más que provocó que el pelinegro liberara un quejido de dolor. Bueno, se puede decir que hace un mes o dos no había vuelto a hacer tal acto y era claro que le dolería. Taehyung continuaba moviendo sus dedos, masturbando al mismo tiempo el miembro de su novio, ejerciendo un poco de más presión.
Comenzó a simular tijeras, Jungkook gimió en seña de que ya se había acostumbrado y el dolor se había ido. Su respiración se volvió agitada y pesada al igual que la de Tae. Insertó un último dedo y en signo de ello, Kook arqueó su espalda. Por un momento se quedó quieto, relamiendo sus labios y mirándolo a los ojos; Jungkook ya tenía la necesidad de tenerlo dentro suyo.
—¡Hyung...! Mmh~ Deja de jugar, por favor... —Jadeó, algo molesto mientras movía sus caderas y piernas, como si estuviera haciendo una pataleta.
—Girate. Ahora.
El castaño ordenó, sacando sus dedos del interior suyo, sonriendo ladino. Su expresión daba algo de miedo, era demandante y dominante. Jungkook se bajó de la mesa, volteándose de forma en la que le diera la cara a la pared y la espalda a su novio, apoyando ambas manos en la mesa. ¿Qué planeaba hacer?
Jungkook gritó fuerte al sentir como él entró de golpe en su interior; eso le había dolido una y mil veces más. Se apoyó bien, acomodándose un poco. Tae se quedó quieto por un momento, esperando a que su chico se acostumbrara a su tamaño y se relajara.
Bueno, ¿Quién no iba a estar tenso después de que le atraviesan e incluso sin avisar? Las desventajas de ser pasivo.
—Jungkookie... ~ ¿No querías que dejara de jugar? Voy a hacerlo tan fuerte que lo único que harás es gritar mi nombre cada que puedas. —Afirmó lo último, dándole una fuerte nalgada al antes mencionado. Kook suspiró cerrando sus ojos, con desesperación. Maldijo a sus interiores, mordiendo su labio inferior con fuerza.
—Muévete, Tae...
—¿Qué dijiste? No logré escucharte.
—Ah~ No voy a re-petirlo de nuevo... —Otra nalgada fue dada por parte del castaño, quien estaba sonriendo ladino aún. Jungkook estaba fastidiado y desesperado, Tae le mordió el cuello desde atrás, causando que la piel se le pusiera de gallina nuevamente. Sabía cómo manipularlo y amaba hacerlo.
—Dilo.
—Hyung... No.
—No es una pregunta, es una orden. Hazlo. —Su voz tenía un tono demandante, Kook se estaba cansando y se vio obligado a hacerlo.
—Mmh~ Por favor, Tae. Muévete, te lo supli-co, te necesito...
Y esas fueron las palabras que le bastaron para comenzar a embestirlo con fuerza, intercalando la velocidad de estas. Jungkook volvió a gritar gracias a la tosquedad con la que había iniciado pero el dolor se iba desvaneciendo, justo como antes de iniciar. Le dolía, sí. Pero eso no iba a evitar que Taehyung se detuviera, porque una vez lo inicia, no hay nada que lo detenga hasta que termine; básicamente Kook estaba medio jodido en los dos sentidos.
Puso una mano en la cadera ajena, ayudando para moverse mucho más rápido y luego inclinarse para hacer de aquella penetración más profunda. Salía y entraba en el una y mil veces, Kook seguía gimiendo cada vez más con fuerza. El dolor y el placer se mezclaron y le dieron una sensación de estar en el paraíso, en el mismísimo cielo estando en la tierra.
Jadeos, gemidos, gruñidos; todos esos retumbaban en las pequeñas 4 paredes del cuarto de limpieza y sin importar que sus Hyungs estuvieran allí afuera, probablemente escuchándolos, continuaban y cada vez más ruidosos.
Llegó un punto en el que la velocidad con la que Taehyung embestía que Jungkook por inercia también inició a mover sus caderas, causando que el choque de ambas pieles emitiera un sonido que parecía más bien un aplauso. Es gracioso si te pones a analizarlo.
Kook mordió su labio, en el intento de no ser tan ruidoso pero le fue inútil, le excitaba mucho el hecho de escuchar a su novio gruñir y su voz extremadamente ronca y grave le sumaba puntos. Hubo un momento en el que notaron como le habían acabado de subir el tono de volumen a la música, esto los tranquilizó un poco y continuaron con el acto.
El mayor se detuvo, obteniendo un poco de aire y volteando su pareja, para luego levantarle y arrinconarlo contra la pared. El pelinegro puso sus manos en el cuello ajeno y se alzó unos centímetros para rodear con sus piernas la cintura de Tae mientras que él ponía sus manos en las nalgas de su novio y volvía a entrar en él con fuerza.
Prosiguió con la misma velocidad que antes, echando su cabeza hacia atrás y moviendo sus manos, haciendo que la cadera de su chico saltara de arriba a abajo. Una súplica del menor a duras penas se pudo escuchar, pidiendo que se moviera con más rapidez.
Lo puso más cerca de la pared, iniciando así a penetra su entrada, no sólo con rapidez, si no con fuerza. Jungkook ya se encontraba susurrando y gimiendo cosas sin sentido al oido de su novio, incapaz de hablar apropiadamente. Soltó un gemido agudo de su boca, su punto dulce había sido tocado y estaba a punto devolverse casi loco. Tae notó lo que había acabado de hacer y optó por golpear fuertemente la próstata del pelinegro.
Tomó el desatendido miembro del que se encontraba sobre suyo con dificultad, agitando su mano sin parar de mover sus caderas. Estaban a punto de correrse y sí, casi al mismo tiempo.
Las paredes de Kook se contrajeron con fuerza, causando que esto le diera mucho más placer a su novio y él se corriera sobre su abdomen y la mano de Tae. El castaño continuó moviéndose, creando embestidas erráticas y finalmente se corrió, liberando su esencia en el interior del menor. Salió de él y se quedaron en la misma posición por unos minutos, tratando de regular sus respiraciones.
Tae limpió con su dedo una gota de sudor que bajaba por la frente de Kook y él sonrió en respuesta, dando un suave beso en cada mejilla, la punta de su nariz y por último en sus labios. Ambos suspiraron al mismo tiempo y el mayor bajó a Jungkook, dejándolo sentado en la mesa. Este se quejó en cuanto hizo eso, pues el trasero le dolía más que nunca.
—Se me olvidaba que te tengo 3 regalos.
—¿Eh? —Jungkook ladeó su cabeza, en signo de estar curioso mientras su novio se agachaba para recoger sus pantalones del suelo y sacar una pequeña cajita de regalo de allí.
—Uno, —Un beso en la frente. —dos, —Otro en la punta de la nariz. —tres. —Esta vez no era un beso, era esa cajita de tamaño pequeño. Kook sonrió con alegría y la abrió, notando que en el interior de esta habían dos anillos. Anillos de pareja.
Su reacción inmediata fue abrazar a su pareja, estando algo conmovido por tal regalo. Sacó los dos anillos, le dio uno a Tae y el suyo lo puso en el dedo anular, sin dejar de sonreír en cuanto lo analizó con cuidado. Parecía un niño pequeño y le resultaba muy tierno ese detalle.
—Te amo, Tae Tae.
—Yo también, Kookie, yo también. —Volvieron a abrazarse y luego Kook bajó de la mesa para recoger su ropa, vestirse y limpiar el desastre que habían hecho en aquel momento. Notó que su chico no estaba haciendo nada de lo anterior porque estaba concentrado, observándolo.
—¿No piensas vestirte, amor?
—Sí, sólo que veía lo jodidamente perfecto que eres estando desnudo. —Tal respuesta causó que se sonrojara un poco, sintiendo como el calor subía a sus mejillas.
—Cursi.
—Así me amas.
Y ambos se sacaron la lengua, como si fueran niños pequeños. Trasncurridos unos minutos, Taehyung ya estaba vestido de pies a cabeza y en aquel momento, salieron del cuarto de limpieza. Se tomaron de la mano y entrelazaron sus dedos, volviendo a reunirse con los demás integrantes.
—¡Uhh! Casualmente se cumple media hora exacta. —Yoongi exclamó, mirando su muñeca izquierda y pretendiendo que tenía un reloj allí.
—¿Qué tanto hicieron allí, eh? Par de adolescentes hormonales.
—No te lo imaginas, Nam, no te lo imaginas. ~ —Kook abrazó a su novio y este posó su mano alrededor del hombro del pelinegro. Estaban más que felices y este día no podía ser más perfecto.
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