Se encontraban de camino a la casa Vocaloid, gracias a que tras haberle parado la primera hemorragia al menor de los Lara, pasados uno veinte minutos de nuevo le empezó otra y el que se mareara hasta el punto de casi caerse fue inevitable y al final tuvieron que irse a regañadientes. La limusina iba tranquila, pero las chicas tan solo entrar se quejaron un poco con el castaño, el cual solo hizo caso omiso y termino por caer dormido en el hombro de su hermano mayor –Dios, es peor que un niño pequeño- Dijo Rin y las otras dos féminas asintieron con aprobación –Tiene dieciséis, no es nada del otro mundo que su comportamiento sea así- Las chicas sonrieron con diversión –Oye, pero ¿por qué le sucedió eso?- Gumi se sentía curiosidad, nunca había visto que alguien de la nada le sangrara la nariz así –Alergias, desde niño le suceden- Todos exclamaron con asombroso –Pero ¿Cómo?- Len no entendía completamente la explicación que había dado el peli negro –Sus alergias provocan que estornude demasiado y esto irrita su nariz, también el calor y el clima tiene que ver- Era verdad, el muchacho en la filmación llevaba buen rato estornudando. El castaño dormitaba tranquilo sin ser consciente de que hablaban de su ser.
No pasaban de las seis de la tarde cuando los seis chicos llegaron a la casa –Ya llegamos- Dijo Rin con ánimos y entró descalza a la residencia, seguida por Gumi que entraba con la misma emoción que la rubia y Miku que entraba con total tranquilidad, Len y se tomó su tiempo ya que espero al peli negro que llevaba de caballito a su dormido hermano –Tino, despierta, güey- Le chasqueaba los dedos frente al rostro hasta que aplaudió con fuerza y eso logró despertar al apiñonado –La concha de la lora, ¿Cuánto me dormí?- El chico talló sus ojos y bostezó –Lo que duro el viaje de allá hasta la casa- Con serenidad dijo el muchacho a su hermano menor –Ve a bañarte, voy a comprar agua salina, para que ya no jodas- Len con calma se quitaba los zapatos y veía la interacción entre ambos chicos, era diferente a las que comúnmente se veían, mientras que el menor tenía un mayor respeto su hermano mayor, con ellos era como si fueran iguales los unos con los otros –Vete por la sombrita y que diosito te acompañe- El peli negro solo revolvió el cabello del castaño causando algunas quejas por parte de este –Te veo luego, maldito pijo- La puerta fue cerrada y el menor de los tres hermanos solo río por lo bajo -¿Y dime Len?- El apiñonado volteó a ver lo con curiosidad mientras que se quitaba los zapatos – ¿Qué cosa?- El rubio se sentía nervioso el menor de esos hermanos tenía los ojos de un color miel de lo más curioso – ¿De verdad te gusta el pelmazo de mi hermano?- Preguntó sin chistar el oji miel, tenía una mirada entre juguetona y picara que le erizaba la piel al rubio –Supongo, que…- Trataba de evitar la mirada del chico frente suyo, tenía la misma forma de ojos que el piel nívea, la cual demostraba su orígenes occidentales –Agh, no lo sé, creo que si- Dijo con algo de frustración, haciendo que Agustín riera y se volteara al frente –Dios, eres complicado, con razón le gustaste a Julio- El chico se levantó y dejo a Len, el cuál tan solo haber escuchado el comentario del apiñonado enrojeció al máximo. “Con razón le gustaste a Julio” Resonó en su mente unos cuantos segundos y no pudo evitar sentir más vergüenza.
Pasaron las horas y no había señal de que Mikuo y Antonia volvieran, y justo a las dos en punto de la madrugada fue cuando llegaron con aspecto demacrado tanto la morena como el peli agua –Dios, lucen muertos- Meiko fue a recibir a ambos muchachos, no podría ir a dormir sin saber que todos estaban en la casa –Se alargo demasiado, demasiado la filmación- La chica hizo énfasis en demasiado al decir la oración –Y se supone nos faltaron escenas- La voces de ambos sonaban tan monótonas y hartas la una de la otra –Iré a tomar un baño- Tras a ver dejado sus zapatos en el recibidor Lolita entró a la residencia y comenzó adentrarse en la misma –Yo voy después de ti- Dijo en una voz solo audible para Lola, ella solo alzó el brazo y siguió su camino al cuarto de baño –Cuando ambos terminen coman algo y vayan a dormir de inmediato- Meiko sentencio, para luego retirarse con calma a su habitación; el muchacho solo asintió y entro a la casa tal y como la peli negra había hecho antes.
El silencio en la casa era tranquilo, ya daban las dos de la madrugada con quince minutos y al parecer solo él y la mayor de los nuevos hermanos estaban despiertos, no le incomodaba, pero no es como si él y la chica se agradaran; Ella estaba en la sala de estar viendo la TV, también cepillando su largo y rizado cabello el cual estaba al parecer todavía húmedo y ella lo peinaba con sumo cuidado para no darse estirones –Hey- Dijo el entrando a la habitación para solo recibir la fugaz mirada de la peli negra –Meiko, dijo que cenaras y te fueras a dormir- La chica solo asintió para seguir con la labor de cepillar su cabello. Los minutos pasaban mientras los dos jóvenes observaban la pantalla del aparato sin aparente interés, el sueño atacó a Dolores y fue inevitable que ella comenzara a caer dormida en el sillón en el que estaban sentados ambos chicos –Hey, no pienso llevarte a tu cuarto- Con algo de molestia dijo el Hatsune, pero era demasiado tarde, Morfeo ya se había llevado a la chica y para el no hubo otra opción más que llevarla hasta su habitación. Apagó la televisión y tomo a la muchacha en sus brazos tal y como un príncipe haría con su princesa y camino hasta las escaleras.
Len no lograba conciliar el sueño, rodaba en su cama sin parar – ¿No puedes dormir?- La adormilada voz del peli negro sonó en la obscuridad de la habitación –Eh,si…- Dijo por lo bajo y pudo observar con la poca luz que entraba a la habitación como el más alto se incorporaba en su cama y hacía un espacio en esta –Ven, si quieres duerme conmigo –Aún con la sombra de la noche, Len sintió su rostro brillar en un rojo intenso (Tal y como una lucecita navideña) -¿Está bien?- Fue lo único que soltó el rubio –Cuando era niño y no podía dormir, Lo, siempre me dejaba dormir con ella- Con nostalgia dijo el peli negro – ¿Y, si o no?- Len solo se levantó y se subió en la cama de su compañero de cuarto. Solo pudo escuchar como el mayor le daba las buenas noches y este comenzaba a dormirse una vez más le hizo sentir aún más nervioso de su decisión. El oji azul se encontraba de espaldas al peli negro y no pudo evitar voltear, para encontrarse con la imagen de la tranquilidad del rostro del peli negro. Era atractivo y no lo podía negar “Diablos” se dijo así mismo por el pensamiento respecto al Lara y volteó anatomía para darle las espalda al chico y finalmente quedar profundamente dormido.