–Comenzamos~- Y la botella comenzó a girar en medio de el círculos de muchachos, para que la primera víctima de la noche fuera IA – ¿Reto, beso o prenda?- Todos miraron con curiosidad a la chica de cabellos pálidos –Beso- La sala quedó en silencio ante la respuesta, la morena solo se en congio de hombros y gateo hasta quedar enfrente de la otra y tomar con su mano derecha la nuca, estampar sus labios y volver ese pico en un fogoso y caliente ósculo que hizo a todos los presentes sonrojar y para cuando ambas chicas se separaron dejaron un pequeño y leve hilillo de saliva–Linda, sigues tu~- Susurró la morena por lo bajini mientras se relamía los labios; IA seguía un tanto perdida pero hizo lo que la morena le pidió y la segunda víctima fue Piko – ¿Reto, beso o prenda?- El de cabellos blancos quedó en silencio y luego soltó –Reto- IA comenzó a pensar en un reto interesante o por lo menos un poco bochornoso para el chico –Di la característica que más te guste de la persona de la que estas enamorado- Como un monarca dicto la joven de cabellos pálidos haciendo que un leve sonrojo en el de cabellos –Bueno, lo que más me gusta de ella es que es muy dulce con todos y el color de sus ojos- Su sonrojo aumentó, el haber dicho algo tan cursi lo había avergonzado –Oh~, eres tan lindo- Soltó risueña la morena y Piko para evitar más bochorno giró la botella y la siguiente víctima fue Mikuo, el peli agua ni se inmuto y miro aire de aburrimiento al otro – ¿Reto , beso o prenda?- Reitero las palabras que las dos primera victimitas dijeron el otro nada más suspiro –Prenda- A excepción de los nuevos miembros toda la sala quedó en silencio por segunda y no última vez –Esperen…-Dijo la morena levantándose y corriendo a su cuarto lo más rápido posible, para regresar a la misma velocidad y tomar su lugar –Bien, ya comienza- Dijo alegremente al peli agua que la miraba con curiosidad. El muchacho comenzó a quitarse la playera que llevaba puesta y la mayor de los Lara comenzó su travesura, se posiciono frente al chico y comenzó a arrojarle papeles, los hermanos menores de la morena no pudieron evitar comenzar a reír a carcajadas, dejando confundidos a todos incluso al que antes se estaba desnudando –Bien, tomo cariño- Y entre sus dedo había un papel –Para que te compres algo bonito- La morena rio y de nuevo fue a su lugar. Esta noche sí que iba a ser muy larga.
La noche pasó en una abrir y cerrar de ojos entre los juegos el grupo de jóvenes se divertía, los retos impuestos fueron variando con la noche por ejemplo: A Miku le toco bailar una canción ridículo como su reto, Gumiya besó a la Rin, Lenka tuvo que ir a espiar a las habitaciones de los adultos (Aunque volvió con un rostro lleno de seriedad y un gran sonrojo), Tino tuvo que ir cantando a todo pulmón por los pasillos de la casa; para volver medio apaleado por los mayores de la lugar, Miki tuvo que dar otro tragó a la botella, etc., etc. Pero llegado el turno del segundo de los nuevos miembros el varón de los Kagamine se tensó al saber que el sería su víctima (por mera casualidad) –Y… ¿Qué escoges?-Su mirada era juguetona lo cual sonrojo al rubio, el mayor de los Hatsune no pudo evitar una mirada de odio al de cabellos negros, para que el también se ganara una por parte de la hermana mayor de los Lara –Ahm…Be-beso…supongo- Nadie dijo nada, pero Mikuo trató de saltar sobre el de tez nívea aun que fue detenido a tiempo por la hermana mayor del chico de cabellos ondulados –Vamos, esto solo es un jeugo, no te lo tomes tan apecho- Su manera de hablarle fue fría pero a la vez dulce –O que, ese chico ¿de verdad te gusta? –Coquetamente miró a Len, el agua marina solo río soberbio – ¡Como si me fuera a gustar un mocoso como él!- El rubio solo mordió su labio inferior y la gente que estaba en circulo enmudeció con tan solo oír aquello brusca declaración. Con el enojo y la tristeza hasta el tope el rubio jalo el cuello de la camisa de Julio y estampo sus labios tal y como la mayor de los nuevos miembros había hecho, el de cabellos ondulados se dejó llevar y abrió su cavidad bucal para que el de ojos azules jugara con él como su nuevo muñeco; podía sentir ese pequeño y regordete órgano en su boca tocaba la suya y el sabor de la saliva se mezclaba y para el de cabellos negros era como un éxtasi total. Pasados unos minutos de aquel baboso y húmedo ósculo, todo el público quedo en silencio, pero la peuqeña morena solo observaba victoriosa al agua marina que apretaba fuertemente los puños, no podía retractarse después de haber visto la acción del rubio, sería dejar como un idiota.
La mayor de los Lara lo jaló de su camisa para que sus labios quedaran a la altura de la oreja del muchacho –Por el orgullo se pueden perder muchas cosas- Se separó de el y dio la orden que el juego había acabado. El agua marina quiso gritar a los mil demonios, pero ya era tarde y el rubio ya lo detestaba. Era un idiota.