Muy bien gente, a dormir, se acabo el juego- Nadie protesto, todos se levantaron y recogieron la botella para esconderla de nuevo en la alacena, esperaban que Meiko no se diera cuenta ya estaba consumida a la mitad. Len corrió lo más rápido que pudo hasta su habitación y al entrar a esta, saltó a su cama para esconderse entre las sabanas de la misma. Se había dejado llevar por él enojo y actuó por mero impulso, pero ¿cómo no hacerlo?, más si la persona de la que estas enamorado te rechaza sin siquiera tu habértele declarado “Es un patán” Se dijo a sí mismo el rubio, escucho la puerta siendo abierta y levanto levemente la sabana solo para encontrarse con la cansada pero coqueta mirada de su nuevo compañero de habitación –Y… ¿te sientes bien?-El rubio que estaba escondido entre las mantas se sobresalto ante la pregunta del más alto –Eh…Bien…Supongo- Su lengua se trababa al hablarle aún se sentía nervioso – Em…sobre lo del beso…-El de cabello ondulado escuchaba en silenció mientras se cambiaba de ropa -¿Qué hay con eso?- Como si fuese lo más común el de tez nívea dijo –Lo siento- Respondío finalmente haciéndose un ovillo, el más alto solo sonrío tontamente y se sentó al lado del bulto en la cama del rubio –En realidad, no hay problema- Dijo el más alto sin preocupación alguna en su voz –Aun que, la verdad, me gusto –Esa afirmación que llegó de la nada hasta los ocultos oídos del rubio provoco que su rostro ardiera en vergüenza, la que obvio, no sería notada por el de cabellos ondulados –Que tengas buena noche- dijo para evitar cualquier tontería y volvió hacerse bolita para aparentar estar dormido. El más alto solo miró divertido y repitió la misma frase que el bulto que escondía a un avergonzado rubio y fue a su cama para dormir.
Aún era temprano, pero el rubio podía escuchar como el más alto era llamado por su hermana mayor –Julio, ya llegaron las partituras- Su voz sonaba algo ronca, a diferencia de ayer; debía ser que se levanto a las seis y media para levantar a sus dos hermanos y ella aún seguía adormilada –Ya voy, Toña- La respuesta de su compañero de cuarto tenía el mismo tono de voz, solo que el principio de la frase se deformo por culpa de un bostezó. Escucho como el muchacho se incorporaba en su cama y se levantaba para seguir a su hermana –Vamos por Tino y acabaremos con esto rápido- La chica salió del cuarto, podía escuchar la diferencia del eco de los pasos en ambos hermanos y como el pestillo de la puerta era cerrado lentamente. Ya eran las ocho y en la casa ya había actividad, se veía a gente ayudando con el desayuno (ya fuese preparándolo o poniendo la mesa), algunos veían las noticias y algunos otros seguían dormidos, uno de esos era Len que parecía no tener fuerzas para levantarse –Len, tienes que levantarte ya- Escuchó a su gemela susurrarle dulcemente aquella frase en el oído –Mh…No…- Adormilado el rubio dijo, obteniendo una dulce mirada, la cual disfrazaba una molesta y fastidiada mirada –No te lo estoy pidiendo, te lo estoy ordenando- Jaló una de las piernas de su hermano para hacerlo caer de su cama y despertarlo – ¿¡Pero qué te pasa!? –El rubio grito desde el suelo a su gemela –Bien, por fin escuchas- La rubia lo miró con superioridad y dejó escapar una suave sonrisa –Oye ¿y tu compañero de cuarto?-La fémina Kagamine preguntó al ver la cama de su nuevo compañero vacía –En verdad, no lo sé- El otro se levantó del suelo para sentarse en el borde de su cama y bostezar –De seguro, te lo comiste como anoche…-Juguetonamente dijo su hermana, obteniendo una mirada furiosa de su hermano –Bueno, bueno, solo decía –Se levantó de la cama y camino hasta la puerta –Tranquilo, solo baja a desayunar pronto- La chica le lanzó un guiño y cerró la puerta; el otro se levanto de mala gana y camino hasta la puerta y abrió esta para ir a desayunar.
Ya todo el mundo estaba abajo, pero no había señales de los nuevos miembros de la casa; el comedor estaba en silencio, pero algo de ruido comenzó a escucharse en el silencio de la sala –Díganme, que también escuchan eso- Una alarmada Luka dijo al notar que el ruido provenía de la sala de grabación y como si fuera Scooby Do, todos fueron hasta el sótano en donde se encontraba la sala donde todos producían la nueva música – ¿Lista Toña?¿Julio?-Escucharon la voz del tercero de los nuevos miembros y ambos hermanos mayores asintieron, para empezar a escuchar la pista en sala.
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La primera en comenzar fue la pequeña morena y su voz salió como una dulce melodía para el oído.
Dame un poquito de tu amor, siquiera
Dame un poquito de tu amor, no más
Dale a mi boca la ilusión primera
Es ese beso el que nunca olvidaré
Con las manos hacia atrás la pequeña morena balanceaba su cuerpo a los lados, al ritmo de la canción.
Porque llevas la huella insensata del primer olvido
Porque así como yo te he querido no querré jamás
Dame un poquito de tu amor siquiera
Anda un poquito de amor no más
Y ese pequeño espacio instrumental basto para que el apiñonado que estaba en los controles, se diera cuenta de la presencia de todos los miembros de la casa. Con su cabeza hizo un ademan para que entrar en completo silencio.
Solo un poquito de tu tacto
Solo un poquito al dormir
No seas lejano tienes que probar
Para decidir si, si o no quisiera seguir
Al ir terminando la última frase del coro la mayor los hermanos guiño un ojo a su hermano, el cual sonrío y se preparo para comenzar su parte.
Dame un poquito de tu amor, siquiera
Dame un poquito de tu amor, no más
Dale a mi boca la ilusión primera
Que es ese beso el que nunca olvidaré
Su voz era grave y contrastaba tan bien la dulzura de la voz de su hermana mayor.
Porque llevas la huella insensata del primer olvido
Porque así como yo te he querido no querré jamás
Dame un poquito de tu amor siquiera
Anda un poquito de amor no más
Y fue en este estribillo cuando la mayor y el segundo de los hermanos se turnaron el tono para al final cantar al unisonó
Solo un poquito de tu tacto
Solo un poquito al dormir
No seas lejano tienes que probar
Para decidir si, si o no
Para decidir si, si o no quisiera seguir
La mayor cantaba lo principal y el menor repetía el final de las frases para darle más ánimo a la canción. Todos lucían maravillados, a excepción de Bruno y Clara que parecían dos padres orgullosos de sus hijos. Y también Len, que después de muchos de los varones con voz potente, la voz de Julio, le parecía la más grave y más hermosa que había ha llegado a escuchar.
Solo un poquito de tu tacto
Solo un poquito al dormir.
En la última frase ambos bajaron el tono de la voz, para luego desaparecerla con los instrumentos de la pista. La cabina de los controles se lleno de aplausos por parte de todos los miembros de la casa; los hermanos salieron de la cabina de grabación y fueron recibidos por millones de felicitaciones por parte de sus compañeros.
Ya todos subían para desayunar por fin, después de aquel espectáculo por parte de los hermanos mayores de los nuevos miembros se les había abierto aún más el apetito. Len caminaba hasta a atrás, no es que no quisiera hablarles o decirles que eran excelentes cantores, pero sus nervios de seguir al lado del chico de tez nívea seguían vivos –Oye…-Una voz lo sacó de sus pensamientos y espero a cualquier persona menos a quien le habló, si, era Julio –Bueno…este…-Miraba a los lados, buscando que no hubiera moros en la costa –Bueno..Solo quería decirte que la canción de hace rato…-Volteó hacia arriba y pasó sus manos por su rostro para volver a mirar al rubio –Pues, espero te haya gustado, porque…te la dedico- Se sonrojaba cada vez que hablaba y el rubio termino como un tomate, al escuchar aquello.
El de cabellos ondulados al no ver movimiento por parte del chico de ojos azules, tomo sin permiso alguno su mano y beso el dorso de esta, sacando de su trance al varón de los Kagamine, el cual de nuevo no tuvo ni acción ni palabra que decir, solo pudo congelarse y quedarse mirando al de ojos café –Eh…-Y tan rápido como pudo aparto su mano y corrió hasta el comedor, para de nuevo tomar su lugar al lado se hermana, el agua marina que llevaba ahí unos minutos observo el sonrojado rostro del rubio y solo mudo apretar los dientes de los celos. Apenas el bajo la guardia, el nuevo le robo al rubio.