Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Samurái y el Inquisidor. por Glyphis

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

El capítulo 16, estaba planeado hace mucho, de hecho desde el principio que quise hacerlo, solo es que aquí iba a tener ese lugar, así que bueno, a leer.

 

P.D: Heridas maestras deriva de lo que uno aprende del dolor y de las heridas sufridas.

Capítulo 16: Heridas maestras.

“Ha llegado la hora, muchachos, demostrarán los resultados finales de las enseñanzas, pero el pago es con dolor y sufrimiento.”

Ibuki

“Amanece ¡por fin! Y esta vez sabiendo que Juan apareció, aunque estoy seguro de que el golpe lo habrá dejado pensando en que puedo ser un problema”. Agacho la mirada, aun aturdido por el sueño, me dirijo hacia afuera después de hacer todo, noto que mi abuelo está preparando algunas cosas, no le cuestiono, simplemente sigo en lo mío aunque me da muy mala espina todo eso, no sé realmente que trama, y a quien le toca la prueba final del entrenamiento primero.

“Solo necesito estar atento”.

Juan

“Es muy temprano”.

El café amargo por ausencia de azúcar realmente me calma el hecho de despertar por un susto grande tras creer que era asesinado por un extraño ser que duerme bajo el manto del sol.

“Solo son alucinaciones, los demonios que veo solo están en mis sueños, pero aun así es extraño, se siente desagradable, se siente… como si me sentenciaran a tortura por los muertos que llevo encima, eso me pone muy mal”.

Me dirijo al patio, a alimentar a mis peces como es habitual, luego me siento a verlos, al rato me voy a casa del Sensei, necesito saber algo al respecto sobre aquella prueba, caminando logro llegar.

-¿Tan temprano? ¿Madrugas? – Me pregunta Khira algo sorprendida de que esté allí.

-Hola Khira, si, necesito hablar con el Sensei. – Reviso la hora y… “¡Diablos, son las 7:00 am y pensaba que eran las 8!

-Como sea, entra, me voy, mi madre está en el carro esperándome, hasta luego. – Se despide y me da un beso en la mejilla y yo igual hago lo mismo y nos damos un abrazo, al final me llevo bien con la familia.

-¡Koida, date prisa! – La madre de Khira grita, “vive gritando a Koida…”

-¡Voy! – Responde. - ¡Solo déjame ponerme la gorra!

-¡Abuelo, vuelvo más tarde! – Dice Ibuki, y al escuchar su voz siento un nudo en la garganta y un pesar grande. “El…”. Me vio y me miró muy sorprendido, yo solo pude mirarlo.

-Juan… - Me dice en un suspiro y me abraza, a lo que una vez que se fueron los que estaban en el carro, le devolví el abrazo. – Me alegra que estés, pero no voy a estar aquí contigo.

-Hola Ibuki, no hay problema, solo vine a hablar con el Sensei, te veré más tarde. – Le dije.

-Eso espero. – Me respondió aunque se ve algo triste. “Diablos, de seguro todo es mi culpa”.

-Lamento hacerte sufrir, no lo volveré a hacer. – Le dije y me miró con una pequeña sonrisa. “Por lo menos logro calmarlo”.

-No te preocupes, solo déjalo así, en serio lamento el golpe.

-El golpe no importa, me lo merecía. – Le digo y acomodo su cabello hasta atrás de la oreja derecha.

-No es cierto, solo no pude contenerme, mira, me voy, más tarde nos vemos. –Dice algo apresurado.

-Está bien. –Respondo y se va, cierro la puerta para ver al Sensei.

Una vez que lo vi, procedí a saludarlo y a conversar con él.

-Buenos días Sensei, llegué.

-¿Cómo está? ¿Qué le trae acá? – Me dice con una sonrisa algo siniestra para mi gusto, ignoro eso.

-Pues bien, ¿y tú? – Digo.

-Bien.

-Yo quiero saber acerca de la prueba final, ¿Qué trata? – Le pregunto, éste no responde, en su lugar agarra mi réplica de mi espada y me la lanza, e inmediatamente me ataca con su Nodachi personal a lo que esquivo. - ¿Pero qué? ¿Está…? – No alcancé a completar la frase cuando sentí un dolor en mi costado izquierdo.

Logro esquivar varios de sus ataques, aun así sigue.

-Debes estar atento muchacho, sino, no lograrás cumplir con tu meta. – Me dice estando parado ahí. – “¡Eso dolió!”

-Nghh-  Gruño debido al dolor.

-Sigue tu determinación muchacho, ¡O no lo lograrás! – Me dice y yo me lanzo hacia el corriendo para tratar de acertarle pero recibo una patada muy fuerte en el estómago, luego me muevo hacia atrás de él, pero de un codazo me detiene y de no ser porque esquivé casi pierdo mi cabeza, logró hacerme un corte en el pecho, desgarrando mi camisa, y da un salto y me tumba de una certera patada en mi cara, caigo al suelo.

“Ese sujeto…”. El impresiona con sus habilidades a pesar de su avanzada edad, es rápido.

-¿Qué te pasa? Sigue.

Pasamos largo rato, no tengo ni idea de cuánto tiempo ha sido, pero ya llevo varios cortes y nada que lo logro, ni con mis técnicas…

“Solo me queda una cosa, me costará hasta la vida”. Lo miro con furia, jamás me sentí tan pésimo como hoy. “No se va a quedar así… ¡Jamás!”. Camino a su alrededor manteniendo la distancia y atento a cualquier cosa.

-¿Ahora qué? ¿Te rindes muchacho? No veía eso en ti, hijo. – Me dice en un tono entre arrogante y burlesco, eso me hizo enfadar más.

-¡PUES VEALO TU! –Grito. – ¡AAAAAAAAARGGHHHH! – Me lanzo con una velocidad inigualable y el apenas logra levantar la Nodachi y yo me lanzo y le acierto un gran golpe que lo tumbó al suelo, gracias a mis reflejos evité chocar con el arma y evité caer, el Sensei tirado en el suelo boca arriba me mira y lo apunto con mi réplica de espada. “Sin dudas se sorprendió”.

-Muchacho… No puede ser. – Dice. –Tienes toda la determinación, toda la motivación para cumplir con todo. – Me retiro para que se levante, sigo levantado escuchándolo.  - ¿Ese es tu máximo potencial? – “Es cierto, estoy tan exhausto, tan cansado, malherido…” – En peores condiciones… logras levantarte solo para terminar con lo que ha empezado… -Cierra los ojos y se sienta en una piedra cercana. – Felicitaciones muchacho, lo has logrado, no esperaba que fueses capaz de todo eso, y rápido, llevamos un par de horas en combate y generalmente suele tardar más.

“¿De dónde saqué tanta fuerza?” pensé muy aturdido por toda la sangre derramada y caí al suelo inconsciente.

Netero

“El muchacho cayó inconsciente tras su último esfuerzo, su golpe me dolió bastante”.

Levanto al chico, me doy cuenta de que las heridas sangraron mucho, no puedo hacer nada al respecto, solo esperar a que despierte y atenderle en lo que el necesite.

“Se recuperará pronto en cuanto le de lo que necesita, el tratamiento para heridas hecho con plantas medicinales traídas de Japón y Egipto, el efecto suele ser rápido”.

Unté el líquido con una tableta pequeña a sus heridas, aun sabiendo que le dolía incluso estando inconsciente, sus nervios podrían seguir reaccionando al tacto.

Lo dejé en un rincón donde no le molestara la luz del Sol y no se estresara o ardieran sus heridas, analizo a detalle lo que ha hecho.

“Bloquea mis ataques con suma facilidad a pesar de las heridas que sufrió y a raíz de ello aprendió a evitar mis ataques o evitar que le acierte”. ‘Véase el Inquisidor bloqueando y esquivando varios ataques’ “Su forma de atacar es más directa, cosa que le habría sido de desventaja por el descuido, sin embargo, por su rapidez para actuar, tiene más ventaja frente a todos” ‘Véase al mismo lanzarse en un salto y atacar con su espada’.

 

Sigo observando su cuerpo tumbado viendo como el líquido es absorbido rápidamente por su piel, para luego sanar sus heridas que están entre superficiales hasta un profundo corte aunque no muy extenso, observo sus heridas en la cara y cuello.

“Pude destruir sus lentes pero siempre resultan intactos…”

 

Sigo observándolo hasta que despierta.

“Se esforzó bastante para lograrlo todo”.

Juan

Despierto, siento todavía los dolores…

“Ya me acuerdo, las heridas son por la espada…”

Me levanto en un intento de mantenerme firme, pero casi caigo cuando siento ese dolor en mi pierna derecha.

“¡Es una gran herida!” al verla no pude evitar quedar impresionado.

-Qué bueno que despiertas, ¿estás bien? – Oigo que me pregunta el Sensei.

-Sí, pero esas heridas no se ven bien. – Digo mencionándolas y señalandolas.

-No te preocupes, apliqué un tratamiento cicatrizante. – Me dice. “Ese abuelito curandero”. –Además, no te desanimes, las heridas fueron el resultado del esfuerzo que hiciste, lograste más cosas de lo que esperaba de ti. – “Ese abuelito consolador, ya empezaba a decepcionarme de resultar gravemente herido en combate”.

-Gracias.

-Puedes irte, tengo asuntos pendientes. – Me dice y se va al patio.

-Si. – Me voy a la puerta y salgo.

Al salir, noté que son las 10 de la mañana, el sol es tan fuerte que mis heridas arden mucho, por lo que en el camino terminé quejándome, pero igual aguanto… llegué a casa y sin que nadie de mi familia supiera de mis heridas estuve en mi habitación y no he salido de allí, no quise.

“Ya no me interesa hacer nada… heridas desagradables, no me gustan”.

 

Me eché a mi cama exasperado, frustrado… hastiado hasta de recordar cómo la espada cortó mi piel, me causó heridas, pude ver cada detalle de lo que sucedía como si fuese lentamente.

“Ser herido es un deshonor, pero… el me honró haciéndome esforzarme más, seguiré haciéndolo”.

Ibuki

Me dirijo a casa, pensando que tal vez Juan no esté allí, pues, son las 6 pm y ya es muy tarde, al acercarme noto algunas leves manchas de sangre, tampoco veo que mi familia haya llegado y temí que algo malo haya sucedido así que rápidamente abrí la puerta, pero la sala estaba limpia, aunque me dirigí al patio y vi manchas de sangre allí.

-¿Abuelo? – Pregunté llamándolo, hasta que se apareció por detrás de mí.

-Aquí estoy.

-¡Ah! – Grité del susto tras aparecer de esa manera. - ¿Qué pasó? ¿Qué es toda esa sangre? – Le pregunto. - ¿Y Juan?

-Estará bien. – “Ya veo, realizó la prueba final…en cualquier momento me tocará esa prueba”.

-¿Qué le hiciste? – Le pregunto.

-Eso no importa ahora.  –Me responde y en eso saca mi Katana y me la lanza, logro atraparla y…

¡Pum! Una patada a mi pecho.

-¡Ahh! ¿Pero qué dem…? – Me acierta un golpe con su talón derecho en la mejilla derecha y casi me hace voltear al suelo estando tumbado, logro levantarme rápido e incorporarme.

“Es ahora mismo”.

Me posiciono en defensa, pero no lo veo y resulta que estaba detrás de mí, pero tarde, me hace un corte en la espalda haciéndome gritar y caer al suelo, así que con mi katana logro eludirlo para que se aleje, pero resulta que está al frente de mí y con una cuchilla me hace un corte en la cara, haciéndome sangrar mucho, a lo que coloco mi mano en el área.

-¡Defiéndete! ¿A caso perdiste la práctica? ¿O es que tanto entrenamiento para nada? – Me dice mi abuelo y lo último me ofendió, tanto así que me hizo enojar bastante.

-No. – Ésta vez lo miro desafiante, pero antes de poder levantar la Katana, el con una gran rapidez me ataca y me hace otro corte, en mi mejilla izquierda y la sien izquierda, que dolio bastante, tanto que me hizo agacharme quejándome y viendo mi sangre derramándose.

-¡Levántate, un guerrero de verdad no se rinde! – Lo ataco con la Katana y él se defiende, ambas espadas chocan. – Excelente, sigue. – Y seguí.

“Ya casi tengo el ritmo, ¡Tengo el ritmo!”.

Logré no solo evadir todos sus ataques, bueno, casi todos, ¡él es muy rápido! Y por ello tengo varias dolorosas heridas.

“¡Auuhhh eso si duele bastante!”

-Auch… -Me quejo.

-¿Qué te pasa? A caso… ¿Eres inútil?

¡Paf! Me da una patada en la cara y caigo al suelo, pero me levanto rápidamente y esta vez después de un largo duelo…

-Jamás… ¡Ya verás! – Exclamo y corro hacia él, pero en lugar de atacarlo de frente provocando que se ponga a la defensiva, evadí su vista, llegando a desaparecer para él y lo pateé por detrás, logrando aturdirlo, luego con la rodilla derecha le doy a su hombro izquierdo y con la katana hago una herida en su brazo derecho, quedando aturdido por el dolor.

-¡Ah diablos! – “Finalmente lo buscado”.

-¿Es eso lo que querías, abuelo? – Le pregunto.

-Muchacho… - Dice y me corta el abdomen con la espada causándome una gran herida, éste duelo no terminará bien.

-¡AHH ESO DUELE! – Grito.

-¡Este es el pago por todo, así son las cosas muchacho, entiende! – Me replica el. “No esta vez, se acabó”.

Doy un salto al levantarme del suelo y pateo su muñeca derecha haciendo que caiga la espada y le apunto con la katana y la punta de la misma rozó su labio inferior causándole un corte sangrante.

-Esta vez no… se acabó. – Le digo y quedó impresionado, todo mientras yo respiro con dificultad desesperado, pues las heridas son dolorosas, él se levanta más para estar completamente erguido y en posición neutral.

-Felicitaciones Ibuki, finalmente has superado la prueba. – Me dice y jadeando yo dejo mi arma y lo miro. – Pasaste y demostraste tu potencial. – Me mira sonriendo, quedó complacido después de tanto entrenamiento.

-Gracias, al fin todo terminó. – Le contesté exhausto.

-Si. -  Afirma.

Noto que ya es de noche y recordé que quería ver a Juan.

-Abuelo, tengo que ir a casa de Juan, debo verlo. – Le aviso.

-Muy bien hijo, prepárate y ve. – Me dice, a lo que asiento y me dirijo a la entrada a la casa. – Ah, y una cosa. – Trato de voltear pero sentí un afilado objeto clavado en  mi dorso y que lo lleva hacia mi costado izquierdo, causándome un inmenso dolor que me hace gritar muy fuerte y caer al suelo a gatas, con sangre cayendo al suelo.

-¡Ahh duele! – Grito. “¿Qué diablos me acaba de hacer? Es obvio…”

-Que esto te sirva como aprendizaje para toda la vida, ¿Entendido? – No logro levantarme. - ¿¡ENTENDIDO!? –Me grita. “¿Qué le pasa?”

-S… si. – No lo miro, simplemente me voy, me baño y me visto, me dirijo a la puerta de la casa a salir, pero noté que mi abuelo estaba en la cocina y me quedé paralizado, con una sensación espantosa en mi pecho, pero él no me miraba mal, simplemente sonreía e hizo un asentimiento  indicando que fuera.

-Ve hijo, ya todo pasó. – Me dice.

-Gracias abuelo. – Respondo y me largo. “Extraño, hace un rato estaba amenazándome y ahora la calma reina… no puedo esperar a ver a quien quiero ahora, olvidaré a mi abuelo y su conducta, mejor me centro en lo importante”.

Estuve pensando en todo lo sucedido, pude procesarlo como el mayor reto y aprendizaje que debería… aunque fuese durante toda la vida aprender todo.

“¡Extremo dolor! Pero le demostré que todo lo pude”.

Llego a casa de Juan, toco el timbre y abre su madre, le pregunto por Juan y ella me dijo que estaba en su habitación, y dijo que va a salir y dejarnos solos en casa, me cuestionó bastante sobre las heridas y quedó impactada, pero al final era necesario todo… Le avisó a Juan de mi presencia y ella se fue, escuché el carro y ya supe que se había ido.

“¿Estará bien?”

Noto que el sale de su habitación con una mirada inexpresiva y algo baja, el mira mis heridas y yo igual, ambos estábamos en la misma situación al final…

-¿El Sensei te…?

-Sí, mi abuelo lo hizo.

-Entonces estamos igual. – Dice Juan.

-Así es. – “Solo dejaran de doler una vez que los tratamientos hayan surtido efecto”. En eso toma mi mano.

-Ven. –Ordena y no me resisto. – Quédate conmigo un rato, por favor.

-Está bien. – Asiento y me siento en la cama con él, nos descamisamos mostrando esas heridas, me toca el torso suavemente, noto que se pone muy triste al ver todo eso…

-Eso… es lamentable. – Dice con un tono muy apagado.

-No te preocupes, no es tan grave. – Trato de calmarlo y me mira fijamente, cosa que también hago, al parecer nuestras miradas si tienen un poder atrayente, porque terminamos besándonos, como si eso fuese la manera de curarnos, de calmarnos el dolor. “Lo es, y por mucho”.

Continuamos besándonos un rato hasta que nos desnudamos y seguimos, hasta empezamos a masturbarnos mutuamente, ya que nuestros penes estaban erectos, Juan me pone boca arriba en la cama y empieza a lamer mi zona anal un par de minutos, causándome un placer inmenso a pesar de las dolorosas heridas, que creo que las he olvidado.

“¡Diablos, es lo mejor!”.

Luego empecé a hacerle sexo oral hasta que quedó bastante lubricado su pene, total yo siempre asumiré ese rol de pasivo por él, y todo porque me gusta de verdad.

-Hazlo, ya lo quiero dentro. –Me pongo en 4 y le muestro mi culo para provocarlo.

-Está bien, ya voy. – Se pone de rodillas y empieza a hacer movimientos circulares sobre mi ano con su pene, provocando que yo me mueva un poco en busca de que entre.

“Ya lo deseo mucho”.

En eso me lo mete completo, sabiendo que ya estoy acostumbrado a todo eso, y me embiste lentamente un rato, abrazándome y  besando mi cuello, logra levantarme dejándome igual que él, de rodillas, el embistiéndome y besando mi cuello desde atrás, yo simplemente dejándome llevar, el acariciando mi cuerpo, con su dedo índice pasando por la línea entre mis abdominales, una sensación agradable, a medida que va pasando el rato va subiendo el ritmo, luego cambiamos de posición, ahora estoy boca arriba y el sigue y sigue, mientras gemimos bastante y jadeamos, el calor fue tal por el acto que sudamos.

“Jamás me arrepentiré”

-Juan. – Le digo. –Voy a…

-No avises, hazlo, cariño. – Me dice él.

“Ya empieza jeje”.

Y en eso ambos eyaculamos y el termina cansado, más de lo que estaba hace rato, saca su pene de mi trasero y simplemente nos vestimos y se queda dormido, no sin antes de decirme algo.

-Gracias por venir, Ibuki, me hiciste la noche pero ahora sí que estoy agotado, buenas noches.- Y se queda dormido.

-Buenas noches… de nada. – Le digo en voz baja.

“Ahora sí que lo maté, si estaba cansado por la lucha, ahora lo está más…”.

Me quedo ahí viéndolo dormir mientras pienso en qué hacer, al final voy a tener que irme a casa, pero prefiero quedarme un rato más, lo observo sin parar.

-Duerme, te protegeré, pase lo que pase. – Susurro.

Pasa una hora y me retiro a mi casa, allí termina aquella noche, complacido por el acto que hicimos y la victoria de superar la prueba, al final estamos juntos en ello.

“Al final Khira ha pasado esa prueba ya hace mucho, nos tocó hoy”.

No iba a dormir muy bien por las heridas, pero por haberlo hecho con él, dormí bien esa noche.

“Bien hecho, ya han superado todo, ya no tendrán que estar condenados a las obligaciones, ahora están por su cuenta en prácticas y misiones, muchachos”.

Notas finales:

A veces tengo la sensación de que esto no tiene mucho sentido, pero igual tiene su rumbo, cosa que mientras siga, nada importa mas que mejorar.

 

Ojalá y lo hayan disfrutado.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).