Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Samurái y el Inquisidor. por Glyphis

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Les traigo el penúltimo capítulo de ésta entrega, debo advertir que habrá lemon al final y espero que al menos lo compense un poco de humor si estuvo medio aburrido.

 

Dsiftruten.

Capítulo 19: Inesperado.

 

“Llega un momento en el que las cosas dan un giro inesperado, ya sea para mejor o para peor, y lo que puede cambiar luego”

 

Amanece, así que cada uno despierta a hacer lo suyo como lo es habitual, los cuatro se reúnen en la misma casa de los Momota días después de los eventos ocurridos en Kenia, eventos que deberían mantenerse ocultos al mundo pues, las cosas se complicarían si lo supieran.

Juan ha llegado primero a la casa, había tocado el timbre y segundos después Ibuki abre la puerta.

-Vaya, siempre adivino que eres tú. – Dice Ibuki mostrando una sonrisa leve y con una mirada que denota confianza.

-Pues… - Intenta responder Juan.

-No, nadie ha pasado por acá en días. – Sopla.

-Eso no te iba a preguntar. – Juan levantando la mano y señalando a Ibuki. – Solo te iba a decir que vine a hablar de lo sucedido. – Dice dejando a Ibuki perplejo por el simple hecho de que nada es como pensaba.

-Bueno, pase. – Dice y alza su mano señalando a dentro de la casa, en eso llega Ming y ella saluda con la mano. – Tu también. – Le dice.

-¿Yo qué? – Dice Ming medio confundida.

-Entra a casa. – Responde Ibuki.

“Vaya que hoy está de ánimos para decir eso.” Juan.

Entraron los jóvenes, y Khira y Netero los reciben y se sientan en los muebles de la sala.

-Me alegra que vinieran. – Netero. – Pero debo retirarme al trabajo, así que me iré, nos vemos.

-Y tan rápido. – Ming.

-Pues, al menos tendrán la casa sola juju. – Dice con voz baja y mostrando una sonrisa de ‘Te pillé’.

Los Samuráis se sonrojan, Ming se queda en shock y Juan no muestra nada.

-¿A caso insinúas que vamos a revolcarnos acá? – Ming, y se tapa la cara con una almohadilla.

-No creas que no sé lo que hacen.

-¡Abuelo! – Khira. – ¡No digas así eso! – Su expresión de sorpresa.

-Vaya… - Ibuki. – Digo, ¡Hoy no estamos para todo eso! Solo… tenemos que hablar de lo que ha pasado hace días.

-Ha… claro, los dejo para su “conversación”. – Dice Netero haciendo un ademán.

“¡Sie carajo! Si ese guaro… a menos que tuviese cámaras o lo intuye siempre, co…”. Juan.

-Y tú.- Se dirige a Juan. – Mucho cuidado, podrías haberte hecho más fuerte después de todo, no rompas nada.

 

“Ese abuelito… incitador JAJAJA”. Pensó Juan a la vez intentando contener una risa.

-Bueno no perderé mi tiempo, hasta luego. – Se retira el Sensei dejando solos a los 4 y éstos empiezan a conversar.

-Hablando de lo que pasó en Kenia. – Comienza Ibuki. - ¿Creen que a pesar de las bajas, ha sido mejor el éxito que tuvimos? – Pregunta.

-Probablemente, ya que por lo menos pudimos vengar a nuestra tía abuela después de lo que le hizo ese sujeto, Juan se encargó del asunto mientras nosotros luchábamos contra el ejército. –Khira explicando.

-Claro, luchamos por un gran propósito, es lo más importante. – Ming.

Juan solo asiente y desvía la mirada hacia otras cosas.

“Todavía parece no querer mirar directamente a nadie”. Ibuki.

-¿Podrías explicarme el por qué estás así? – Le pregunta Ibuki a Juan.

Él lo mira confundido y ladea sus manos preguntando un “¿Qué?” como seña y mira a las dos muchachas que no denotaban  nada.

-Estás callado… - Le dice Ibuki.

-¿Te preocupa? – Interroga Juan.

-No es eso, es que no pareces animado a hablar. – Responde con un tono algo entristecido, cosa que Juan no logra entender el por qué.

-Ya hemos hablado sobre eso. – Dice con un tono más apagado. – No tengo nada que decir, por ahora.

Ibuki y Khira se miraron por unos segundos y asintieron, Juan y Ming se preguntaban a sí mismos el por qué hicieron eso.

-Tenemos algo que decir. – Dice Khira. –Es muy importante que lo sepan. – Se denota más triste, indicando que no se trata de algo bueno.

-Es cierto, me cuesta aun decirlo, va a ser duro para ustedes. – Dice Ibuki rascándose la nuca, cohibido.

-¿Qué pasa? – Ming, confundida.

“No me da buena espina”. Juan.

-Nos vamos a Japón en unos días, tenemos que realizar estudios allí, acá no tenemos ninguna posibilidad. – Empieza Ibuki, lo que le heló la garganta a Juan.

-Así que para garantizar nuestro futuro, nuestra madre ha conseguido que tuviéramos la oportunidad de poder estudiar, dejaremos nuestro hogar por mucho tiempo. – Completó Khira, dejando impresionada a Ming.

“No puede ser verdad”. Juan apretó los puños con cierta rabia.

-Sé cómo te sientes. – Ibuki y abraza a Juan.

-Entonces hasta aquí llegarán las cosas. – Ming quebrada, agacha la cabeza. “Eso si llegó de golpe”.

“Sabía que les dolería, pero no teníamos elección”. Khira.

-El sensei estará con nosotros en Japón, nos ayudará aunque frecuentará acá para lo necesario.

-Entiendo. – Juan, se sienta en el mueble.

-Al menos será por un tiempo, cuando podamos, regresamos. – Ibuki mostrando una leve sonrisa para dar algo de ánimos a los demás.

-Entonces tendré que estar ya con mi clan ninja mientras tanto. “No me olvido de Juan, sólo es que las cosas no serán igual”.

-Espero que tengan éxitos. – Juan tratando de alentar a que cumplan lo que se proponen.

-Gracias. – Los hermanos asienten.

“Al final, yo sólo estaba destinado a una vida de soledad, como siempre pensé… y se cumple.”

*Preparación*

-Bueno, veo que quieren prepararse desde antes. – Dice Juan con los brazos cruzados.

-De anticipación no estará mal. – Responde Ibuki, a lo que Juan asiente ligeramente de entendimiento.

-Por eso lo hacemos desde ya, queremos aprovechar lo que nos quede de días libres acá. – Dice Khira desde su habitación.

¡CLAAANCK! Caen sartenes.

-¡IDIOOOOTA, AGARRASTE LA QUE NO ES, POR ESO SE TE CAYERON! – Grita Shiria y al asomarse los muchachos, notan que se pelea con Koida, ya aturdido por varios sartenes que le cayeron en la cabeza.

“Hmp… Ni sé por qué tienen tantos si solo usan pocos”. Juan.

-¡Porque te voy a cacerolear hasta la muerte! – Grita errática al inquisidor.

-¿Qué co…? – Juan- “¿Me leyó la mente?”

-Nada… -  Dice levantando las cosas que se cayeron, Koida al recuperarse hizo lo mismo, justo cuando tenía suficientes para colocar en su lugar, Shiria le da otro cacerolazo. ¡Bam! Cae desmayado.

-¡Mamá! ¿Por qué lo golpeaste? ¡Estaba por terminar de ayudarte!- Ibuki.

-Porque… - Ella responde y observa las cosas que volvieron a caerse por el incidente. – Quise.

“Me va a matar un día de estos”. Juan.

“Bien, no sé quién cuide de mi tío cuando ocurra algo parecido o peor”. Khira.

-Se desmayó. – Dice Khira. – Pero ya se levantará.

Más tarde los tres se encuentran fuera de sus casas, Ming se hallaba ausente debido a una ocupación pendiente.

Ellos pasaban el rato de caminata pensando en cómo va a ser todo después de la retirada, los Samuráis sabrían que Juan quedaría solo, Ming permanecería con su clan mientras tanto, así que trataron de sacar una idea de ello.

-Juan. – Le dirige Ibuki.- Temo que termines solo por todos esos asuntos y porque… bueno, no te he visto con casi nadie más, pensaba…

-No importa. – Responde secamente sin dirigir la mirada. – Siempre ha sido así. – Eso último dejó algo de pesar a ambos hermanos.

-Pero, no te gusta vivir así. – Khira, preocupada.

-No tiene por qué gustarme. – Responde apagado.

-¿Y si te conseguimos a alguien? No me vas a tener por siempre para ya sabes… - Ibuki tratando de sacar algo de humor.

-Pues resolveré eso. –levanta ligeramente la cabeza mirando al frente, Juan últimamente no piensa mucho en temas de esta índole.

-¿Con la manita? No ayuda. – Ibuki, trata de contener una risilla.

-Bueno, ya me están acosando varias personas, puedo aprovechar. – Dice Juan con una media sonrisa, pero rápidamente volvió a su rostro inexpresivo, producto de su odio a la soledad.

-¡Te pasas! – Exclaman los dos, pero luego ríen.

“Parece aceptar la realidad de los asuntos, al final no es permanente todo eso, solo es que puede durar un buen tiempo.” Ibuki y han estado largo rato hasta que oscureció, Khira fue a ver a Ming, Ibuki y Juan se quedaron solos en la casa de la familia Momota, todos habían salido así que tenían todo el rato para ellos solos.

*Como si fuera tu casa*

Los dos se sientan en el sofá, mirándose mutuamente, no sabían que decir y luego miraban al suelo pensando en buscar palabras, pasaron minutos en silencio, sólo sus respiraciones se podían escuchar sin dudas.

-Supongo que si hay situaciones que requieran de una intervención, será solo tu encargo.-  Dice Ibuki al fin rompiendo el silencio. – Preocupa que sea una manera de morir incluso sin que sepamos… sabes que no existen reemplazos aquí.

-Eso no importa. – Responde Juan con voy algo baja.

-Eso lo crees, pero debes tomar en cuenta que… - Es interrumpido cuando Juan levanta la mano en señal de pare.

-No quiero hacerme el importante, así que  debo dejar en claro que la muerte no importa que suceda, morir será lo que terminará con el constante sufrimiento por defender lo demás, aunque vivir es por muchas razones. – Considera Juan.

-Duele admitirlo. – Dice Ibuki. – Peor puede ser verdad, solo en algunos aspectos, ¿Cómo es eso de sufrir por defender  lo demás?

-Sufres heridas, entrenas muy duro, casi te matas en todas las ocasiones. – Dice en un tono cínico. – Y aun así, sigues, como si no bastara, eso es poder.

-Y el que tiene más experiencia soy yo en combate… vaya. – Se acerca más a Juan y posa su mano izquierda sobre su hombro derecho. – Me preocupa que por tu forma de pensar llegues a morir como si nada más te importara que eso.

 

Aquello perturba la mente de Juan, recordando su pasado y lo sufrido que alimenta a su odio incluso muchos años después, al final lo hizo más fuerte, pero sentirse perturbado lo incomoda, incluso lo hace aún más aquello que escuchó.

“Mejor lo callo”. Juan.

-No nos preocupemos por nada más que por esto. – Lo agarra de las mejillas y lo besa apasionadamente, el otro a pesar de ser sorprendido por semejante iniciativa, corresponde rápidamente, disfrutando de cada segundo del momento.

Ambos fueron a la habitación de Ibuki y con una erección queriendo salir de sus pantalones, decidieron desnudarse, mostrando sus cuerpos con músculos tonificados y algunas cicatrices que quedaron de antes, algo que los enloquecía mutuamente, continuaron besándose hasta empezaron a masturbarse mutuamente, de vez en cuando repartían miradas y leves sonrisas mutuas, luego continuaban en lo suyo, Juan empezó a lamer su ano unos minutos hasta que Ibuki dio la señal de que estaba listo, Juan empezó a metérsela hasta que estaba listo para moverse, estuvieron un rato en el acto, jadeando, gimiendo, la respiración de ambos se hacía más fuerte por todo lo que estaba sucediendo, hasta que ya llega el climax.

-Ahh Juan ya no aguanto. – Gime Ibuki en un tono desesperado.

-Adelante. Igual yo. – Contesta Juan y llegan al orgasmo.

-Ahhh uff… fuhh vaya. – Ibuki jadeando.

-Ngh… - Gruñe Juan.

-¿Solo gruñes? Jeje bestia. – Ibuki, Juan solo asiente con una media sonrisa y se acuestan en la cama, desnudos, disfrutando nuevamente de la tranquilidad tras el momento de placer, a sabiendas que por un tiempo no va a suceder lo mismo entre ambos, tal vez con otros, cosa permitida por el mutuo acuerdo establecido, siempre y cuando sepan escoger.

-Espero que podamos seguir en contacto, ya sea en línea. – Ibuki.

-Lo estaremos, no te preocupes.- Responde.

-Preocupa que las cosas se vuelvan pesadas, sabes como exigen demasiado en Japón. – Resalta Ibuki acerca de las exigencias académicas y laborales.

-Son solo 5 años allá, a no ser que te quedes a vivir en Japón.

-De ningún modo, Juan, acá crecí, no es la mejor gente debido a su forma de ser, pero acá sé con quienes estar y sé lo que me conviene.

“Ese chico tiene su destino fijo para sí”. Juan.

-Está bien, no hay de qué preocuparse. – Responde Juan.

“Estamos totalmente de acuerdo, pero todo lo que hago aquí, es por él.”  Ibuki.

Se quedan mientras oscurece en el ambiente, dando fin al día de ellos.

Por otro lado, Ming y Khira se hallaban en silencio besándose, llevan ya largo rato desnudas, solas en aquella casa, nada más que caricias en sus cuerpos, ellas dos hicieron ya varias cosas con tal de no perder el tiempo.

-Hmph se siente increíble. – Susurra Ming, audible para Khira.

-Deja que yo haga lo mismo. – Empieza a lamer su clítoris con algo de rudeza, ambas se encontraba en posición de 69, por lo que ambas se daban placer mutuamente, simultáneamente.

-Ahhh vaya, ¡justo ahí voy a explotar! – Se arquea hacia arriba, pero vuelve a su labor y ambas terminaron en un intenso orgasmo debido al tiempo sin hacerlo.

-Uff vaya que gimes. – Khira con una sonrisa pícara.

-¡Dime de ti, loca! – Ming en tono jocoso. – Hehehehe

-Jeje. – Devuelve la sonrisa. - ¡Me largo que la casa me espera! Si no te molesta, claro.

-Mija, que uno vive loco en Venezuela, cuando quieras, vuelves. – Ming en un tono de confianzuda.

-Está bien. – Asiente.

 Se visten y notan que el rato ha sido tan largo que ya oscureció.

-¡Sangre en una matrioshka! – Dice Khira en un tono sorpresivo. - ¿Cuánto tiempo llevamos en la faena? – Pregunta.

-Dos horas. – Dice con naturalidad Ming. – Aun estás a tiempo.

-Aja sí, mi casa queda frente a la tuya. – Señala con el pulgar a un campo detrás de sí, sarcástica.

-Jeje vas a tener que ir bien lejos. – Dice Ming burlándose. –Si quieres te acompaño.

-¿Sabes? Nos vemos mañana, no hay nada que preocuparse. – Su expresión ha sido neutral, sin enojo alguno. – No te preocupes, la pasamos genial, ¿no crees? – Sonríe para transmitir calma.

-Sí, ¡ahora ve corriendo o te llega un látigo fantasmal! – Le pega una nalgada a Khira, la cual sale corriendo y Ming le persigue para propinarle otra y Khira corre y grita, tanto que quizás a cuatro cuadras del lugar se escuche, y se las ve perdiéndose por el horizonte, terminando todo.

Finalizado.

“Aceptar la realidad de los asuntos de los demás es ser más fuerte ante los retos por venir, así se sigue adelante, todo guerrero sigue adelante, así tenga que valerse por cuenta propia”.

Notas finales:

Espero que hayan disfrutado éste capítulo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).